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  • El fréjol empieza a ser inaccesible para muchos

    Agencia EFE

    El fréjol, el alimento predilecto de los brasileños, ha cuadruplicado su precio en los últimos meses y se ha convertido en inaccesible para muchos consumidores, que ahora buscan alternativas para sustituir el plato estrella de Brasil.

    Cada brasileño consume una media de 15 kilos de fréjol por año, lo que le convierte, junto al arroz, en el producto más popular de la dieta del país suramericano.

    El “feijo”, como se denomina a este grano en Brasil, es además el ingrediente principal de la “feijoada”, un cocido con varias carnes de cerdo y de vaca que es considerado el plato más típico de la cocina del país.

    La tradición cuenta que la “feijoada” fue un plato creado por los esclavos, que cocinaban los fréjoles con las carnes menos nobles que sus señores despreciaban, pero hoy, siglos después, forma parte del menú semanal de millones de brasileños, independientemente de su clase social.

    En el bar Montecarlo, situado a pocos metros de la icónica Avenida Paulista, uno de los centros financieros de Sao Paulo, se sirven todos los miércoles y sábados más de cien “feijoadas” por día.

    Pero el famoso cocido, una de las principales fuentes de ingreso de este bar, está comenzando a ser un lastre para sus propietarios debido al encarecimiento del grano, que ha aumentado más de un 200% en los últimos meses.

    “Por el momento estamos manteniendo el precio de la feijoada. Es nuestro principal plato, por lo que estamos manteniendo el precio para no afectar al cliente”, cuenta la propietaria del bar, Ronilce Matos.

    Al igual que Matos, la jubilada Alice Boreli también considera un “absurdo” el “aumento vertiginoso” en el precio del fríjol y ya ha encontrado un sustituto para su alimento preferido: las lentejas.

    Y es que el precio del alimento símbolo de la gastronomía brasileña ha pasado de los 3,5 reales (USD 0,94 centavos) el kilo, el pasado noviembre, a los 12 reales (USD 3,24) en febrero, según el Instituto Brasileño del Feijo.

    “Todas las cosas de supermercado están caras (…) El fréjol, el arroz, el azúcar, todo está aumentando”, asegura Boreli.

    El alza del precio del fréjol en Brasil coincide con la reducción de la cosecha, principalmente la de tipo carioca, la más consumida en el país, donde también existen otras variedades como el “fradinhoi”, “feijao de corda” o “preto” (negro).

    De acuerdo con el presidente del Instituto Brasileño del Feijao, (Ibrafe), Marcelo L ders, los productores decidieron el año pasado reducir el plantío de esta leguminosa para cultivar productos más rentables desde el punto de vista económico, como la soja.

    A la disparada del precio del fréjol también ha contribuido la sequía registrada a finales del año pasado en algunas regiones productoras del gigante sudamericano, lo que ha provocado una reducción de la oferta.

    “La escasez normalmente provoca una alta repentina en los precios, pero eso no se prolonga por un largo periodo porque tenemos tres cosechas de fréjol”, dice el coordinador del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del centro de estudios Fundación Getulio Vargas, André Braz, quien espera una reducción de los precios a partir de abril.

    El valor del fréjol “carioca”, que responde por el 60% del producto nacional, alcanzó a comienzos de febrero los 400 reales (USD 108) por saco de 60 kilos en el campo, frente a los 120 reales (USD 32,4) por saco del año anterior.

    Pesa en la inflación

    El fréjol y otros alimentos aceleraron la inflación de enero hasta el 0,32%, después del alza del 0,15% experimentada en diciembre. El indicador, sin embargo, acumula una subida del 3,78% en los últimos 12 meses, por debajo de la meta del 4,25% establecida por el Gobierno brasileño.

    “El fréjol hizo aumentar la inflación de enero pasado, pero va a impactar más en la de febrero. No obstante, la inflación de Brasil es muy baja, porque la economía sigue lenta, el desempleo está muy alto y el consumo es bajo”, según explica André Braz.

    Para el experto, el aumento experimentado por el precio de fréjol ha perjudicado principalmente a los más pobres, ya que la leguminosa es el “principal complemento de la alimentación” para la población de baja renta en Brasil.

    “El pobre sólo come arroz y fríjol y encima está en con ese precio”, lamenta una señora a las puertas de un supermercado en Sao Paulo, mientras observa a un vendedor esperando por compradores de fréjol.

    Un trabajador prepara fréjol para la venta, en una tienda de Sao Paulo. Este grano ha cuadruplicado su precio en los últimos meses. Fotos: Fernando Bizerra / EFE
    Un trabajador prepara fréjol para la venta, en una tienda de Sao Paulo. Este grano ha cuadruplicado su precio en los últimos meses. Fotos: Fernando Bizerra / EFE
  • Estabilidad en el cultivo de fréjol

    Redacción Quito

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    Entre el 2014 y el año pasado, la producción de fréjol se mantuvo estable, con un ligero crecimiento. Según datos del Banco Central del Ecuador (BCE), el crecimiento fue de 3% en el año pasado; cifra similar a la del 2015 

    Aunque el clima sí influyó en la producción de este y otros cultivos, las zonas más afectadas en la siembra de esta leguminosa estuvieron en el Litoral, de acuerdo al informe de la entidad estatal.

    Para el presidente de la Cámara de la Agricultura de la Primera Zona, Rodrigo Gómez de la Torre, la producción de fréjol se ha mantenido estable entre el 2014 y 2016, debido a las capacitaciones y tecnificaciones que recibieron los agricultores.

    En el cantón Patate (Tungurahua), por ejemplo, la cosecha de esta leguminosa no presentó cambios. Y los productores de Pallatanga (Chimborazo) cosecharon un 10% más que el período anterior, de acuerdo al BCE.

    Mientras que en el cantón Chunchi (Chimborazo) el volumen de producción fue menor, aunque el estudio del BCE no precisa cifras. El mismo documento indica que se espera una mejora en la producción este año porque los productores cuentan con asistencia técnica, como ‘kits’ de cultivo, que es financiado por el Gobierno en un 30%.

    En el Ecuador, Imbabura y Carchi son las provincias en las cuales predomina la producción de fréjol. Pero también hay cultivos de la leguminosa en Chimborazo, Bolívar, Azuay, Loja, Guayas, Pichincha, Tungurahua, Cotopaxi, Los Ríos, Manabí, Cañar, Napo y Morona Santiago.

    En estas provincias se produjeron 6 127 toneladas de fréjol seco en el 2015, según los datos publicados en el Sistema de Información del Agro, del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap).

    Mientras que el fréjol tierno (en vaina) fue de 9 324 toneladas en ese mismo año, incluyendo otras provincias como Santo Domingo de los Tsáchilas y Sucumbíos.

    El jefe de Gestión Ambiental y Desarrollo Económico del Municipio de Mira (Carchi), Jairo Buitrón, indica que en esta zona existen 2 000 hectáreas ubicadas en la zona de la cuenca baja del río Mira, para la producción de fréjol. Allí, aproximadamente 500 agricultores se dedican a esta actividad campestre.

    En este sector se cultivan dos variedades de fréjol: el calima negro que tiene color vino y manchas blancas; y el negro.

    En la cuenca baja del río Mira, la cosecha de la leguminosa es cada tres o cuatro meses, indica Buitrón. No obstante, el año pasado sí se presentó una reducción -aunque el funcionario no preciso cifras- debido a que los agricultores migraron del campo a la ciudad y otros se dedicaron a cultivos, como el aguacate.

    Otro problema que se presentó en el sector el año pasado fue el costo de producción frente a la ganancia. Buitrón detalla que para cultivar de 15 a 20 quintales de fréjol, al agricultor le cuesta USD 1 200. El rubro se destina para el mantenimiento de los predios, compra de insumos entre otros.

    La venta de un quintal de fréjol en el mercado en promedio es de USD 30: “no representa ninguna ganancia para el agricultor”, manifiesta Buitrón.

    Patricio Pérez, creador del centro de acopio de leguminosas en el caserío Písquer -ubicado en Mira-, indica que el lugar funciona desde el 2007. El proyecto se desarrolló en conjunto con una organización no gubernamental extranjera.

    La idea del centro de acopio es recolectar todo lo producido por los agricultores para venderlos directamente, sin la intervención del intermediario. También se recolectan otros granos como maíz.

    Desde el 2007 hasta el 2014, todo el fréjol ubicado en este centro sirvió para las exportaciones hechas a Colombia, detalla Pérez.

    Sin embargo, el año pasado se dejó de recoger el grano debido a que la actividad ya no representa un ingreso para los agricultores. Y esto se debe, según Pérez, a que el costo de producción se encareció.

    El centro de acopio tiene algunas metas para los próximos años. La primera es implementar tecnología para la transformación del fréjol. Y posteriormente el objetivo es retomar mercados como el colombiano para ubicar el producto local.

    Para este año, los 100 agricultores que trabajan con fréjol están procesando sus cultivos para cosecharlos en junio próximo, detalla Pérez. Con esto también esperan una recuperación para venderlo en los principales mercados del norte del país.

    En la zona de Coñaqui, en el cantón Urcuquí (Imbabura) se cultiva el fréjol. El año pasado la producción se mantuvo similar a la del 2015 y esto se debe a la capacitación de los agricultores. Para LÍDERES: Francisco Espinoza
    En la zona de Coñaqui, en el cantón Urcuquí (Imbabura) se cultiva el fréjol. El año pasado la producción se mantuvo similar a la del 2015 y esto se debe a la capacitación de los agricultores. Para LÍDERES: Francisco Espinoza