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  • La tradición y la innovación se fusionan

    Redacción Quito  (I)

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    Espumilla Bate que Bate fue creada por Cecy Tapia, quien solía preparar el tradicional postre a sus hijos cuando eran pequeños y durante las fiestas familiares.

    Tapia se inspiró en esa tradición para dar inicio a un emprendimiento familiar, del que ahora están a cargo sus hijos Marco y Paulina Tapia, con apoyo de otros miembros del hogar. Su fundadora supervisa el negocio.

    El primer local lo instalaron en octubre del 2015, en la avenida Real Audiencia, en el norte de Quito, con una inversión cercana a USD 10 000. Hace año y medio abrieron una segunda sucursal en el valle de Cumbayá.

    “El éxito del negocio está en que el producto es 100% natural y mi mamá sabe muy bien el punto en que debe estar la fruta para que salga bien”, comenta Paulina.

    El emprendimiento no solo ofrece la tradicional espumilla de guayaba, también tiene de maracuyá y de mora, este último solo los viernes. El producto se puede servir acompañado con gelatina, frutas y flan; en vaso o tulipán.

    También vende granizados, en tres presentaciones: candy (sabor a algodón de azúcar, chicle y tutifruti, acompañado de chicles, gomitas y masmelos), ácido (sabor a limón, maracuyá y mango verde, con maracuyá en fruta) y tropical (combinación de dos sabores de frutas). Otra bebida es la limonada de hierbabuena .

    En Cumbayá, ofrecen, además, nachos con queso, y en la Real Audiencia, helados de frutas y brownie con espumilla.

    Pamela Cevallos, cliente de Bate que Bate, consumía espumillas de pequeña, en casa de su abuela. Ahora lleva a sus tres hijas de 15, 11 y 7 años, a los locales de la familia Tapia. “Muchas tradiciones se van perdiendo. Me parece importante que ahora existan negocios como este en zonas distintas al centro, adonde solía ir a comprarla”.

    A Cevallos le gusta la espumilla de guayaba y la de maracuyá, que le parece una innovación. Otro de los productos que disfruta con sus hijas es el granizado ácido.

    Francisco Salazar suele visitar los fines de semana el local de Cumbayá, junto a su novia. “La espumilla es de calidad, el sabor es muy rico. También me gustan los granizados y los nachos”, comenta este cliente, quien destaca la excelente atención.

    En el 2019, Espumilla Bate que Bate facturaba un promedio de USD 2 500 al mes; la pandemia ha afectado fuertemente al negocio, que se mantuvo cerrado por seis meses, explica Tapia. En septiembre, con inyección de capital, reabrió en la Real Audiencia y a finales de octubre, en Cumbayá.

    Luego de hacer pruebas para preservar la calidad del producto, decidieron hacer entregas a domicilio, por medio de conocidas aplicaciones de ‘delivery’ y a través de una empresa independiente.

    Los locales
    Horarios. Los establecimientos de Espumilla Bate que Bate abren de miércoles a domingo. En la Real Audiencia, desde las 12:00 hasta las 18:00. En Cumbayá, de 12:00 a 18:30.

    Servicio. El negocio atiende en sus locales con las medidas de bioseguridad exigidas.

    La visió
    n. Bate que Bate busca expandirse a otras ciudades del país o incrementar los puntos de Quito, bajo la aplicación del modelo de franquicia.

    10 000 dólares fue el capital inicial para arrancar el emprendimiento postres tradicionales.

    Paulina Tapia atiende a visitantes del local de Espumilla Bate que Bate, ubicado en el Valle de Cumbayá. Foto: cortesía Espumilla Bate que Bate
    Paulina Tapia atiende a visitantes del local de Espumilla Bate que Bate, ubicado en el Valle de Cumbayá. Foto: cortesía Espumilla Bate que Bate
  • Especias autóctonas que se fusionan con sal marina

    Redacción Quito

    Contenido intercultural

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    La sal del océano Pacífico, combinada con especias autóctonas del Ecuador y otros sabores, se vuelve un producto diferente en la firma de origen manabita Salsticio.

    Los socios Michelle Plúa y Ricardo Zambrano iniciaron este sueño hace dos años, en Manta. “Primero surgió el concepto. Tenía en mente crear un producto fusionando diferentes elementos nacionales, insumos provenientes de tres de las cuatro regiones de Ecuador”, comenta Plúa.

    Durante el 2017 se investigó la fórmula, se realizó el diseño, se obtuvo el registro sanitario y se trabajó en la imagen empresarial. La inversión inicial fue de alrededor de USD 150 000 entre máquinas de ahumado, secado, etc.

    Plúa quería que la compañía tuviera un nombre vinculado a Ecuador y optó por Salsticio. Es una especie de mezcla entre las palabras sal y solsticio; de hecho, analizó cómo el sol y sus fenómenos impactan en la producción a lo largo del territorio nacional.

    El resultado del trabajo derivó en tres variedades de sales ahumadas. La primera se combina con chillangua, de la Costa; la segunda con sunfo, de la Sierra; y la tercera con guayusa amazónica.

    La emprendedora se contactó con la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación y gracias a su gestión se logró que el producto se comercialice en los locales de Corporación Favorita.

    Los productos de Salsticio vienen en frascos de 150 g con su propio molino. Michelle Plúa es una de las socias de esta empresa. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Los productos de Salsticio vienen en frascos de 150 g con su propio molino. Michelle Plúa es una de las socias de esta empresa. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

    Esta compañía explica que tiene a Salsticio como cliente desde diciembre del 2017. Las sales con especias son un producto de nicho, sus ventas han subido. “Los clientes cada vez prueban más y eso genera recompra. Las recetas son novedosas. La mezcla con chillangua, sunfo o guayusa hacen una combinación interesante de sabores autóctonos”.

    Cada producto contiene ingredientes adicionales a la especia central y la sal marina. Por ejemplo, el frasco con chillangua (planta similar al culantro) incluye, además, achiote, cáscara de limón, pimienta blanca, cebolla paiteña, ajo, ají panca, entre otras.

    A la gente le llama la atención el producto con sunfo, que no es otra cosa que una planta ancestral que crece en los páramos andinos. Mientras que el frasco de especias con guayusa es el que más demandan los consumidores.

    Eso se nota en el delicatessen Vitrina 593 Deli, en Samborondón (Guayas). “Apoyamos a emprendedores ecuatorianos. Compramos a Salsticio desde diciembre pasado. Los productos llaman la atención a la gente porque vienen de diferentes regiones. Hemos desarrollado estrategias como la degustación. A las personas les encanta el sabor”, dice Paola Barquet, dueña del negocio.

    Actualmente, ella adquiere cajas de entre 18 y 24 frascos. Cada uno se vende independiente o dentro de canastas con artículos.

    Las sales con especias de Salsticio se pueden usar en todo tipo de carnes, incluidas pollo, pescado y mariscos. Son ideales para las parrilladas, comenta Barquet.

    La producción de Salsticio se inició en Manta. Sin embargo, por cuestiones de logística se decidió abrir otra planta en Quito.

    En esta última se hace todo el producto para Corporación Favorita, que representa el 50% de su producción. En Manta se generan los artículos que se comercializan en negocios como El Español, la distribuidora todo Chef de esa urbe, Vitrina 593 Deli y Gourmet Market en Samborondón.

    Plúa explica que Salsticio es un emprendimiento familiar que busca desarrollar cadenas productivas. Por ello es que sus proveedores son agricultores de 10 asociaciones; la sal es manabita. Añade que los productores tienen dificultades para comercializar sus artículos y quiso apoyarles.

    Más adelante la firma comprará sal rosada a la comunidad de la zona manabita de Gilces, como parte de un programa privado de desarrollo de proveedores.

    Salsticio ingresó a un programa de trazabilidad con la ONG Latam Entrepreneurship. “Con ellos estamos desarrollando un sistema para que el cliente, a través de un código QR, pueda apreciar la producción, transformación y distribución del producto. La gente visualizaría a través de un video”, explica la emprendedora.

    La empresa también quiere exportar y hay interés. Un comercializador de Chile, que representa a dos supermercados de ese país, llevó ya muestras.

    Los productos tienen un sabor de exportación
    Miriam Andrade
    Encargada de empaque y otros.

    Me encantan los productos de Salsiticio porque son bastante especiales e innovadores. No he encontrado en otras partes. Tienen mucho colorido, sabor, etc. No hay en el mercado cosas de este tipo. La gente prueba la sazón con las sales y dice ¡qué rico!, porque son sabores exóticos, de las regiones del país. Al trabajar en la planta estamos muy a gusto. Lo hacemos con música, reímos, es una actividad muy linda.

    En la empresa yo me dedico a empacar, envasar, recorrer con productos, distribuir, comercializar. En Ecuador sí podemos hacer cosas innovadoras, buenas para exportar. El producto es tan completo y saludable que, perfectamente, se venderá en el extranjero. En países como Uruguay y Argentina, donde se come mucha carne, nuestro producto sería bastante excepcional. Allá no tienen nuestras hierbas. Estas le dan al producto un sabor único, especial. Creo que impacta en su crecimiento el sol de la mitad del mundo. Desde mi perspectiva, creo que las sales con especias se pueden usar en todo tipo de comida.

    La empresa cuenta con  dos plantas de producción: una pequeña en Manta y otra en Agua Clara, en Quito.  Usa insumos de pequeños productores. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    La empresa cuenta con dos plantas de producción: una pequeña en Manta y otra en Agua Clara, en Quito. Usa insumos de pequeños productores. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • En Peguche están los bolsos que fusionan el cuero con el diseño étnico

    José Luis Rosales

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    Artesanías Mallki (Ramas de Árbol, en español) es un taller que elabora bolsos, mochilas y billeteras fusionando los tapices indígenas con el cuero.

    Esa combinación de productos interculturales es el valor agregado de este negocio. Los clientes los prefieren por los modelos y las texturas, explica Alonso Muenala.

    Este artesano kichwa lleva 28 de sus 57 años, diseñando y cosiendo las piezas, que le han dado fama en Imbabura y en otras provincias. El oficio de trabajar en cuero lo aprendió cuando era joven, con unos hippies extranjeros que visitaron Otavalo. El pasatiempo se convertiría en su profesión. “Antes ningún artesano indígena utilizaba el cuero”, asegura.

    Cecilia Lema, su esposa, comenta que Muenala fue el pionero en incluir este material en las artesanías otavaleñas. La mujer, que se encarga de las ventas, se dio cuenta de que esa fusión atraía especialmente a los turistas foráneos que visitan Otavalo.

    Todo indicaba que este pasatiempo manual se transformaría en la principal actividad económica de la familia.

    Previamente, renunció a su trabajo en la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura. “El primer bolso que elaboré me sirvió para pagar los servicios de la partera que trajo al mundo a mi primer hijo”.

    También le inspiró una mochila fabricada por indígenas de Bolivia que trajo su hermano, Germán, de uno de sus viajes. La cartera era de cuero con textiles que tenía diseños étnicos del altiplano.

    Previamente, la pareja de emprendedores había probado suerte con la confección de chales, pero la iniciativa no prosperó por la alta competencia con la que se enfrentaba en el mercado.
    El taller empezó con dos telares de madera de la familia. Hoy posee cinco máquinas, cuatro para costura y una destalladora. De su mantenimiento se encarga el artesano.

    El plantel ahora funciona en la primera planta de la vivienda familiar, ubicada en la comuna de Peguche. Eso le permite a Alonso Muenala y a Cecilia Lema estar al frente del proceso de producción.

    La pareja se encarga de los diseños de los artículos y de la combinación de colores de los tapices y el cuero. En el proceso de fabricación, que incluye el corte, armado, acabado y control de calidad, les apoyan dos colaboradores externos.

    Muenala también es el responsable de los pedidos a los proveedores. En el caso de los textiles, unos que se elaboran manualmente y otros a máquina, los adquiere en Salasaca (Tungurahua) y en Agato (Imbabura).

    El tapiz salasaca, que tiene figuras como montañas, árboles, rectángulos…, es el que más se han adaptado a las necesidades de Mallki, explica el artesano. Resalta la calidad del material como la lana y los tintes y su manufactura.

    Cuando el lienzo es elaborado en el telar manual el paño se hace a la medida porque su entretejido no permite realizar cortes. Por ahora, ese material, que tiene un labrado más uniforme, lo elabora William Morales, uno de los últimos tejedores de telar de cintura de la vecina comuna de Agato.

    Por eso, el costo de cada artículo depende del tipo de textil que se emplee en la confección. Para ventas al por mayor hay monederos desde USD 3,50 y bolsos hasta de 32.

    Cada sábado ofrecen su producto en la feria de la Plaza de los Ponchos, que es un imán para turistas extranjeros. Por eso, Muenala no duda en afirmar que sus bolsos ya han rebasado fronteras.

    Ese contacto directo le ha permitido conocer las preferencias de los clientes. Los modelos son renovados cada cierto tiempo. Ahora reúne entre 12 y 15 diseños diferentes, para damas y caballeros.

    Cuando Alonso Muenala decidió instalar su propio taller una de las cosas que más le motivó es que la artesanía de los Otavalo no desaparezca. Ahora, lamenta que a ninguno de sus tres hijos les atraiga este oficio que permite conservar la tradición.

    Alonso Muenala y Cecilia Lema están al frente de este emprendimiento, que tiene su planta de producción en Peguche. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    Alonso Muenala y Cecilia Lema están al frente de este emprendimiento, que tiene su planta de producción en Peguche. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
  • La innovación y la artesanía se fusionan en Sophetic

    Ana Cristina Alvarado

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    La billetera es el accesorio icónico masculino, sin embargo, la oferta de marcas locales no es amplia. Fue con esto en mente que los hermanos Cristian y Alexander Fuentes decidieron proponer modelos con diseños contemporáneos y sofisticados.

    Ellos se aliaron con un grupo de artesanos expertos en la elaboración de accesorios en cuero y juntos fueron desarrollando prototipos que no recaigan en la billetera genérica y sin personalidad.

    Cristian, 24, es diseñador industrial y está a cargo de la dirección de la empresa. Alex, 19, es diseñador gráfico y es responsable del trabajo de diseño y de control de calidad junto a los artesanos.

    El cuero es el material base de todos los productos de la marca, pues consideran que es uno de los materiales más sofisticados.

    La empresa trabaja con materia prima ecuatoriana y se encarga de visitar las curtiembres para escoger los mejores cueros, libres de cromo y aquellos que tengan un mejor tratamiento para disminuir el impacto en el ambiente.

    Sophetic hace énfasis en esta línea a través de prácticas como usar materiales amigables con el ambiente: las etiquetas de papel y la madera de las cajas de los productos son reciclados. El comercio justo es otro tema en el que trabaja esta marca, así que se asegura de que los trabajadores involucrados en la producción reciban trato y pago justo.

    En cuanto al diseño de las billeteras, el objetivo es crear accesorios sofisticados y modernos. Ahora la marca tiene cuatro líneas, todas nombradas bajo el nombre de ciudades cosmopolitas para transmitir ese espíritu en los productos.

    Las billeteras, portatarjetas y estuches Nueva York, por ejemplo, se caracterizan por ser elaboradas con cuero negro con textura y cuero liso de color vino. Las otras líneas se inspiran en Boston, Mónaco y Wembley.

    Ahora la marca trabaja en el diseño de nuevos artículos, como bolsos pequeños, portapasaportes, estuches para celulares o tabletas y pulseras.

    Los precios para Ecuador están entre los USD 40 y USD 80. El precio aumenta mientras más servicios tenga el producto. Por ejemplo, el tarjetero, que es lo más básico, también es lo menos costoso. Mientras tanto, el estuche, un diseño nuevo en la marca con capacidad para una notebook, está entre los ítems más costosos por el tamaño y los materiales.

    Sophetic vende a través de su tienda en línea al extranjero y en Ecuador está en la Tabaquería del Megamaxi y en Tabaco y Pipa, presente en los principales centros comerciales de Quito y Guayaquil.

    Esta marca elabora billeteras y accesorios para hombres. Fotos: Galo Paguay / ÚN
    Esta marca elabora billeteras y accesorios para hombres. Fotos: Galo Paguay / ÚN
  • Higiene y diversión se fusionan en un jabón

    Gabriela Coba

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    Un jabón que cumpla su acción de aseo corporal, pero a la vez entretenga es el objetivo de Puky.

    Este es un producto limpiador creado por un grupo de estudiantes del colegio Sek de los Valles, para la edición número 12 del Concurso Intercolegial “La Compañía”, organizado por la Fundación Junior Achievement.

    “Puky es un jabón interactivo que tiene consistencia de plastilina”, explica Sebastian Colina, integrante Yaku Thani J.A., empresa que elabora el producto. El nombre de la compañía significa en kiwcha “Agua Sana”.

    Su grupo objetivo son los niños, ya que busca brindarles una experiencia diferente y más agradable al momento realizar actividades de higiene personal. Por ejemplo, antes de comer pueden jugar un rato con este jabón plastilina y luego con el mismo lavarse las manos.

    El producto es artesanal y está elaborado con ingredientes naturales, amigables con el medio ambiente. Además, su envase es reusable.

    El jabón está disponible en seis olores: chicle, naranjilla, frutilla, maracuya, naranja, limón y lavanda, dice Emilia Worm, gerente del Departamento de Marketing de Yaku Thani J.A.

    Quienes deseen adquirirlo pueden hacerlo a través de las redes sociales de la empresa. Este producto de aseo tiene un precio de USD 2.99

    El objetivo de esta competencia estudiantil es desarrollar en los alumnos habilidades y destrezas en pensamiento estratégico, toma de decisiones, liderazgo y trabajo en equipo, para construir en ellos un espíritu emprendedor y brindar un complemento a la educación formal, señala la Fundación Junior Achievement en un comunicado.

    En esta edición, el concurso cuenta con la participación de 296 estudiantes, de 14 colegios de Quito, quienes han formado 17 empresas. Las unidades educativas participantes son: Alberto Einstein, Angel Polibio Cháves, Británico Internacional, Francés de Quito, Hontanar, ISM International Academy, Jahibé, José Engling, Los Pinos, Ludoteca, Sagrados Corazones de Rumipamba, SEK Los Valles, SEK Quito y Séneca.

    Dentro de las etapas de la competencia los estudiantes han elaborado un plan de negocios, capitalizaron sus empresas en una simulación de oferta pública en la Bolsa de Valores de Quito, realizaron una investigación de mercado para determinar su producto y trabajaron en estrategias publicitarias.

    Este es un producto limpiador creado por un grupo de estudiantes del colegio Sek de los Valles, para la edición número 12 del Concurso Intercolegial “La Compañía”, organizado por la Fundación Junior Achievement. Foto: Cortesía
    Este es un producto limpiador creado por un grupo de estudiantes del colegio Sek de los Valles, para la edición número 12 del Concurso Intercolegial “La Compañía”, organizado por la Fundación Junior Achievement. Foto: Cortesía
  • En Machachi se fusionan el horno de leña y la sazón del chagra

    Redacción Quito

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    Machachi tiene una tradición gastronómica: la preparación de platos “chagras”, como el cocinado chacarero, que lleva papa chaucha, choclo, habas, mellocos y queso.

    La receta de este y otros platillos los acogió La Posada del Chagra. El emprendimiento familiar prepara -desde hace cuatro generaciones- platos tradicionales de esta población, que es parte del cantón Mejía; su valor agregado es que todos alimentos se preparan en horno de leña, explica Rafael Centeno, gerente general del establecimiento.

    Él se unió al negocio familiar hace cuatro años, luego de dejar su profesión como ingeniero en Sistemas. Las recetas que se elaboran en La Posada del Chagra tienen una tradición familiar que se inició hace casi un siglo, en 1920, explica María Inés Altamirano, gestora del emprendimiento y madre de Rafael Centeno.

    Ella detalla que en ese año, su abuela, Carmen Aymacaña, empezó a preparar papas cocinadas para venderlas en el parque central de Machachi. La tradición la siguió su hija María Masapanta.

    Cuando María Inés Altamirano tenía 8 años, dice, también apoyó a este negocio familiar y aprendió los secretos de las recetas ­gastronómicas de su abuela y de su madre.

    En 1988, cuando Altamirano cumplió 25 años, puso su primer local de comida típica de Machachi llamada La Marujita. En ese mismo año, su esposo sufrió un accidente, por ello sus ansias de ayudarle a él y a su familia la obligaron a trabajar arduamente en el negocio. “Cocinaba hasta la una de la mañana detallando las recetas”.

    La demanda de sus platillos fue aceptable, por eso en julio de 1988 abrió un nuevo restaurante con el nombre de La Posada del Chagra. El capital inicial para el emprendimiento fue de 100 000 sucres, detalla María Altamirano.

    Este dinero sirvió para equipar el local que a la fecha se ubica en el centro de Machachi, y durante los 29 años que está en el mercado la familia ha expandido el restaurante. Incluso hace cuatro años estos emprendedores abrieron una sucursal en las afueras del cantón.
    Los otros platos fuertes del establecimiento son el caldo de gallina, el yahuarlocro, la fritada, el caldo de patas, las empanadas, entre otros.

    Para eso compra gallina de campo o la carne de cerdo y cordero a productores de Latacunga o Machachi; también utiliza productos importados, dice Centeno.

    Ángel Moreno, de la distribuidora MB, les entrega desde hace cinco años piernas, cuero y la lonja del cerdo para el chicharrón.

    David Altamirano, socio de la firma Genua Ecuador, es proveedor de carne de cordero desde hace cinco años. Cada semana entrega 70 kilos. Él explica que esto es para la preparación de platos fuertes y del yahuarlocro.

    Con este y otros insumos, el establecimiento prepara más de 200 platos por semana; y el número aumenta en el fin de semana.

    En todos estos años, el emprendimiento familiar trabaja para mejorar la calidad de sus productos. Por eso fue reconocido con algunas certificaciones desde el 2012 como el distintivo Smart Voyager, el de Patrimonio Gastronómico y de Reconocimiento Patrimonial, del Municipio de Quito y del ­Ministerio de Turismo, respec­tivamente.

    En este año, La Posada del Chagra tiene algunos proyectos, como la idea de convertir a la marca en una franquicia; así podrá abrir una sucursal en Quito. También innovará las recetas.

    La Insignia

    María del Carmen Chiguano, cocinera

    Trabajo en La Posada del Chagra desde el 2008, cuando tenía 17 años. Ya conocía a la familia de Rafael Centeno y cuando me contrataron empecé en el cargo de posillera, es decir, me encargaba de lavar la vajilla.

    Mi desempeño y ganas de aprender acerca del negocio también crecieron a través de capacitaciones. Y después de obtener buenos resultados, me ubicaron en otros cargos como mesera. Cuando me desempeñé en esa tarea aprendí algo muy importante: que el servicio al cliente es la primera carta de presentación de un negocio. Por eso me enfoqué en demostrar a todos nuestros clientes un trato cordial y les explicaba que los platos que preparamos con mucha dedicación y calidad. Mi esfuerzo me llevó a que desde hace un año me desempeñe como ayudante de cocina; ahora soy jefa de esta área en la matriz. Mi aspiración profesional es convertirme en la chef del establecimiento. Para eso estoy estudiando un curso.

    Rafael Centeno y a su madre, María Inés Altamirano, exhiben los principales platos que preparan en la Posada del Chagra. El establecimiento se inauguró hace 29 años en Machachi. Fotos: Armando Prado / LÍDERES
    Rafael Centeno y a su madre, María Inés Altamirano, exhiben los principales platos que preparan en la Posada del Chagra. El establecimiento se inauguró hace 29 años en Machachi. Fotos: Armando Prado / LÍDERES
  • Kraft y Heinz se fusionan: nace quinto gigante de la alimentación

    Agencia DPA

    Las tradicionales empresas de alimentos estadounidenses Heinz Ketchup y Kraft Foods anunciaron hoy, 25 de marzo, que se fusionarán para conformar The Kraft Heinz Company, el tercer mayor consorcio de bebidas y alimentos de Norteamérica y el número cinco a nivel mundial.

    Detrás del negocio se encuentran el inversor estrella estadounidense Warren Buffett y el fondo brasileño 3G. La nueva empresa facturará alrededor de 28 000 millones de dólares.

    «Es un negocio de mi gusto», dijo Buffett según el comunicado. Como dueños de Heinz Ketchup, el gran inversor y 3G contarán con el 51% de la nueva empresa de alimentos. Los accionistas de Kraft Foods Group, que cotiza en Bolsa, recibirán las participaciones restantes y adicionalmente un dividendo especial por 10 000 millones de dólares estadounidenses.

    Éste será puesto a disposición por la empresa de inversiones Berkshire Hathaway de Buffett y los brasileños. La cotización en bolsa de Kraft Foods Group era el martes en Nueva York de unos 36 000 millones de dólares.

    Buffett y 3G pagaron hace dos años por Heinz 23 000 millones de dólares. 3G cuenta con la cadena de comidas rápidas Burger King, a la que sometió en los últimos años a duros recortes.

    Buffett y 3G son socios desde hace tiempo. El año pasado decidieron adquirir a través de Burger King la cadena de cafés y donuts Tim Hortons. Los nuevos dueños podrían traer recortes y reformas para Kraft Foods: 3G tiene fama de saneador duro y Kraft Foods está pasando tiempos difíciles.

    En 2014, la empresa tuvo que lidiar con una facturación deficiente y una caída de beneficios. En diciembre, el jefe de la empresa, Tony Vernon, dejó el puesto y fue reemplazado por el gerente John Cahill.

    Los accionistas de Kraft y las autoridades de supervisión de competencia aún deben aprobar la fusión que, si todo sale bien, se concretará en la segunda mitad del año. Los planes tuvieron una buena recepción en la Bolsa: las acciones de Kraft subieron a la apertura más de un 32 por ciento.

    Kraft
    Foto: AFP
  • Marketing y diseño se fusionan en su marca

    Redacción Guayaquil

    Fulgore significa brillo en italiano. Por ello, la guayaquileña Bertha Serrano, eligió ese nombre para la marca de ropa y accesorios que creó en el 2011. “Buscaba algo que refleje la originalidad de mis piezas. Además, me gusta este idioma”, dice la estudiante de Marketing de la Universidad Santa María (USM).

    Su idea surgió en el 2010, pero se cristalizó cuando los padres de la emprendedora le obsequiaron USD 2 500 por su cumpleaños en el 2011. El dinero lo invirtió en comprar una máquina de coser y materiales. También adecuó un taller en su domicilio, en el sur de Guayaquil.

    Al principio, elaboraba únicamente vinchas para el cabello. Sin embargo, la pasión de esta joven por la moda la llevó a diversificar sus creaciones. Para ello, tomó cursos de corte y confección en el Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap) y aprendió diversas técnicas a través de videos en YouTube.

    También comenzó a elaborar ropa, cinturones, sombreros, bufandas, diademas, entre otros accesorios. Los productos fueron rápidamente demandados por sus compañeras de universidad.

    Una de ellas es Alexandra Larrea, quien dice que “lo mejor de Fulgore es que los diseños no se repiten”. Destaca, además, el estilo moderno y llamativo de las creaciones de Serrano. “A pesar de su excelente acabado, los precios son módicos”.

    Pero no solo sus compañeras son sus compradoras. El ‘boca a boca’ y las redes sociales impulsaron el crecimiento de la cartera de clientes de Serrano. De esta manera, sus productos llegan a través de Correos del Ecuador, a clientes en Portoviejo, Machala y Sucumbíos.

    Una clienta en Portoviejo es Lourdes Flores. Ella comenta que los pedidos los realiza a través de la página de Facebook y los recibe puntualmente en su hogar.

    Serrano primero diseña las piezas y luego las elabora. Algunos productos los hace ella y en otros casos subcontrata a dos costureras.

    También afirma que los conocimientos adquiridos en la universidad han sido fundamentales en el desarrollo del negocio. Menciona las estrategias de marketing y los métodos de distribución. Una de estas estrategias es el lanzamiento mensual de colecciones. En cada una factura entre USD 1 500 y 3 000 .

    Sobre el perfil de las clientas, dice que las edades oscilan los 15 y 32 años. Sin embargo, también creó recientemente una línea para niñas que comercializa bajo la submarca Chiquitinas by Fulgore.

    Jorge Andrade es coordinador de la carrera de Ingeniería en Marketing Gerencial de la USM. Él menciona que conoce a Serrano desde que ingresó como estudiante y destaca su capacidad creativa.