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  • La OMC y el multilateralismo enfrentan un futuro desafiante

    Redacción Quito y Agencias (I)

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    El futuro de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y del multilateralismo quedó marcado. El G20, en su reunión efectuada en Argentina, reconoció que la OMC no cumple con sus objetivos y apostó por su reforma.

    La declaración final, que lleva el título ‘Construyendo consenso para un desarrollo justo y sostenible’, señala que “el comercio internacional y la inversión son importantes motores de crecimiento, productividad, innovación, creación de empleo y desarrollo”.

    Además reconoce la contribución que ha tenido el sistema multilateral de comercio, pero determina que actualmente “no cumple con sus objetivos y hay espacio para su mejora”, por lo que los líderes del G20 apoyan la reforma necesaria de la OMC para mejorar su funcionamiento.

    El efecto de la declaración el G20 es tan grande que ya se habla de un G2, entre Estados Unidos y China. Según analistas, la principal conclusión del G20 no surgió en las negociaciones de los 20 líderes, sino una vez terminada la agenda oficial, en la cena que mantuvieron los presidentes estadounidense y chino, Donald Trump y Xi Jinping, cuando pactaron una tregua en su guerra arancelaria.

    Ambos se emplazaron a negociar en materia de comercio, una voluntad más clara de resolver de manera conjunta sus diferencias que supone “algo así como la creación de un nuevo organismo, un G2”, según el experto en relaciones internacionales Aníbal Jozami, rector de la Universidad Tres de Febrero, en Buenos Aires.

    “A diferencia de la Guerra Fría, estos dos gigantes son socios”, añade el profesor de la Universidad Católica Argentina Fabián Calle, que explica que el pacto supone encauzar al menos durante un tiempo la lucha comercial, el aspecto en el que ambas naciones son más interdependientes.

    Calle rebaja el alcance del acuerdo, porque el plano geopolítico, con cuestiones como el control de Asia o el incremento del gasto militar chino que no estuvieron en la mesa, “no da la impresión de que se pueda solucionar”, y es parte de una rivalidad que durará décadas.

    Para Juan Carlos Cassinelli, exministro de Comercio Exterior, lo que está ocurriendo con la OMC parte de una contradicción. “Por un lado la OMC propugna la facilitación del comercio y por otro lado vemos que cuando surge un problema geopolítico, principalmente de las grandes potencias como los son Estados Unidos y China, la OMC queda a un lado y la disputa se resuelve en una mesa distinta a la del organismo.

    Para Cassinelli, urge fortalecer a la OMC dotándola de un carácter que podría ser coercitivo en sus resoluciones. “De no ser así, ocurre lo que estamos viendo: disputas entre China, Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea… “Si no hay la reorganización las reglas del comercio pasarán no por los multilaterales sino por relaciones bilaterales”. Hay el riesgo de caer en una anarquía, dice Cassinelli.

    Otra opinión es la de Alejandro Martínez, catedrático de Negocios internacionales de la Universidad San Francisco de Quito. Él cree que las dinámicas del comercio han cambiado y lo seguirán haciendo, impulsadas por las nuevas tecnologías, los comportamientos de los consumidores y las decisiones de las empresas.

    “Hoy los negocios son más rápidos, el capital se mueve más rápido al igual que la información. También surgen nuevos integrantes de le economía mundial con sus ideas y conceptos. Todo el ritmo de los negocios está acelerado”. Para Martínez, este aceleramiento impacta en el trabajo de organismos como la OMC, aunque destaca que estas entidades son necesarias porque generan acuerdos básicos de comercio.

    “Toda la estructura comercial del mundo va cambiando y cuestionar a la OMC no es malo, es positivo porque las dinámicas del comercio cambian”.

    Para director de la OMC, Ricardo Azevedo, lo planteado por el G20 es una oportunidad para reformar el sistema comercial internacional.

    Las miradas están en EE.UU. y China

    Los cruces de palabras y las acusaciones de quienes defienden y critican el multilateralismo viven una escalada. Desde el FMI o la Casa Blanca se lanzan advertencias, mientras las miradas están pendientes de lo que digan y hagan las autoridades de Estados Unidos y de China.

    Los presidente de China, Xi Jinping, y Estados Unidos, Donald Trump, se reunieron fuera de la agenda del G20. Foto: AFP
    Los presidente de China, Xi Jinping, y Estados Unidos, Donald Trump, se reunieron fuera de la agenda del G20. Foto: AFP

    La directora ejecutiva del FMI, Christine Lagarde, lanzó la semana pasada un fuerte llamado a renovar la cooperación internacional, temiendo el advenimiento de una “era de ira”, donde las desigualdades pronto podrían superar a las de la “edad de oro” del capitalismo en el siglo XIX.

    En un discurso ante la prestigiosa Biblioteca del Congreso en Washington, Lagarde pidió un “nuevo multilateralismo” que garantice que “los beneficios económicos de la globalización son compartidos por todos y no solo por unos pocos”.

    En su opinión, el comercio mundial debe ser “reparado”. “Debemos continuar reduciendo” las tensiones comerciales y mejorando el sistema comercial, “eliminando los subsidios distorsionantes” y protegiendo los derechos de propiedad intelectual.

    En Bruselas, por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, instó hoy a “confrontar” a países como Rusia, Irán o China por incumplir tratados internacionales, a la vez que criticó el multilateralismo que atiende más a los burócratas que a los ­ciudadanos.

    “Tras el fin de la Guerra Fría, dejamos que el nuevo orden mundial empezara a corroerse (…) El multilateralismo se ve demasiado a menudo como un fin en sí mismo”, comentó. “Cuantos más tratados firmamos se supone que somos más seguros, cuantos más burócratas tengamos, mejor se hacen las cosas. ¿Esto fue verdad alguna vez?”, se preguntó, y afirmó que la cuestión central es si el sistema actualmente configurado funciona para todas las personas del mundo”.

    Un hombre de aranceles

    El Gobierno estadounidense rebajó las expectativas de acuerdo con Pekín al asegurar que no cuenta con “garantías” precisas de que esto vaya a ocurrir, con el consiguiente nerviosismo en los mercados financieros.

    El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó que las conversaciones con China han comenzado para ver “si de verdad es posible un acuerdo real”.

    “El presidente Xi (Jinping) y yo queremos que este acuerdo suceda, y probablemente ocurra. Pero si no, recuerden que soy un ‘hombre de aranceles”, explicó el Mandatario en su cuenta de Twitter.

    China, por su parte, expresó su confianza en llegar a un acuerdo comercial con EE.UU. “Confiamos en el cumplimiento de los consensos (a los que se llegaron durante el encuentro)”, afirmó el Ministerio de Comercio chino.

    Según esa Cartera, los equipos económicos y comerciales de ambas partes van a trabajar “activamente” durante los próximos 90 días, siguiendo el calendario y la hoja de ruta establecidas tras el encuentro de los dos presidentes.

    El director de la Organización Mundial del Comercio (OMC) advirtió la semana pasada que todos perderían en caso de una guerra comercial.

    Roberto Azevedo, quien desde 2013 dirige la OMC, reconoció que se necesitaban reformas, pero rechazó a quienes acusan al comercio internacional de ser la principal causa de los puesto de trabajo perdidos. Un argumento a menudo usado por presidente de EE.UU. Donald Trump

    “El sistema podría ser mejor”, reconoció Azevedo en un discurso en el que elogió la voluntad de los países del G20 para reformarlo en una cumbre el fin de semana pasado en Buenos Aires. “Debemos eliminar la idea de que el comercio internacional es una ecuación que hace que haya un ganador y un perdedor”, pidió, en referencia a la filosofía de la administración Trump.

    El impacto es tan grande que ya se habla de un G2, entre Estados Unidos y China, las dos potencias económicas del planeta. El tema activa el debate sobre el rol de la OMC y sobre la necesidad de adaptarse a las nuevas velocidades que tienen el comercio y
    El impacto es tan grande que ya se habla de un G2, entre Estados Unidos y China, las dos potencias económicas del planeta. El tema activa el debate sobre el rol de la OMC y sobre la necesidad de adaptarse a las nuevas velocidades que tienen el comercio y los negocios. Foto: Ingimage
  • Comienza reunión de ministros de Finanzas del G20 bajo el peso de las crisis

    Agencia EFE

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    La reunión de ministros de Finanzas del G20 en Baden-Baden (suroeste de Alemania) se inició este viernes 17 de marzo, con un simposio a puerta cerrada en el que participan expertos de todas las delegaciones, bajo el peso de diversas crisis de las que son actores directos países miembros del grupo.

    Los problemas actuales, desde las discusiones sobre la política comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hasta las tensiones que genera en las relaciones internacionales la situación en países como Turquía o Rusia, interferirán previsiblemente en la agenda de la presidencia de turno alemana.

    Los grandes temas, como el desarrollo de una nueva arquitectura financiera internacional o la cooperación en materia fiscal para cerrar vacíos legales que son aprovechados por grandes consorcios, se enfrentan en esta ocasión a las turbulencias políticas que hace difícil la búsqueda de fórmulas comunes.

    El nuevo secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, participa por primera vez en una reunión del G20 y, en el marco de la misma, tendrá encuentros bilaterales con varios de sus homólogos del grupo.

    La primera reunión la tuvo ya ayer en Berlín, con el ministro alemán Wolfgang Schuble, y ambos intentaron disipar temores en torno a una guerra comercial entre EEUU y la UE, pese a admitir sus diferencias.

    Los encuentros bilaterales marcarán la mañana de hoy, mientras que en la tarde tendrá lugar la primera sesión de trabajo sobre el ritmo de crecimiento de la economía mundial, con un nuevo informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

    La segunda sesión de trabajo estará dedicada a la situación general de la economía mundial y habrá otra centrada en el denominado «pacto con África», que la presidencia alemana ha declarado como una de sus prioridades, en respuesta a la crisis migratoria.
    Al grupo del G20 pertenecen China, India, la UE, EEUU, Indonesia, Brasil, Rusia, México, Japón, Alemania, Turquía, Francia, el Reino Unido, Italia, Sudáfrica, Corea del Sur, Argentina, Canadá, Arabia Saudí y Australia y asisten como invitados países como España, representado por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos.

    Los países del grupo representan cerca del 84 por ciento de la población mundial y aproximadamente un 80 por ciento del PIB global.

    En la reunión de Baden-Baden participan además representantes de varias instituciones internacionales, como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.

    El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Angel Gurría, participa en la conferencia sobre el G20. Foto: EFE
    El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Angel Gurría, participa en la conferencia sobre el G20. Foto: EFE
  • El G20 constata mejoría mundial, pero ve alza de la volatilidad financiera

    Agencia EFE

    El Grupo de los 20 (G20, países ricos y emergentes) subrayó este viernes (17 de abril) que el «fortalecimiento» de algunas economías esenciales ha reducido los riesgos mundiales, pero advirtió de los problemas derivados de la «volatilidad de los tipos de cambio y un prolongado periodo de baja inflación».

    En un comunicado emitido tras su tradicional asamblea ministerial, el G20 dijo que, «ante un panorama de divergentes políticas monetarias y alza de la volatilidad financiera, las políticas deben estar cuidadosamente calibradas y claramente comunicadas para minimizar contagios».

    La reunión del G20, cuya presidencia rotatoria ocupa este año Turquía, tuvo lugar, como es habitual, en el marco de la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que se celebra en Washington.

    En concreto, el viceprimer ministro turco, Ali Babacan, se refirió a la esperada subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed), que los analistas sitúan para finales de año ante la recuperación de la economía estadounidense.

    «Creo que hay un amplio consenso de que la Fed está haciendo un mucho mejor trabajo a la hora de comunicar cuáles podrían ser sus políticas futuras», explicó Babacan a los periodistas, después de la foto oficial del G20.

    Babacan recalcó que la comunicación por parte de la Fed es «importante no solo para EE.UU., sino para el resto del mundo». En los últimos meses, el dólar se ha apreciado de manera notable respecto a otras monedas, como el euro y el yen, tras el anuncio de los bancos centrales de la zona euro y Japón sobre el lanzamiento de multimillonarios programas de inyección de liquidez, y la anticipada subida de tipos en Estados Unidos.

    Curiosamente, uno de los temas candentes de la reunión, la crisis griega y la posibilidad de la salida de Grecia del euro, no estuvo entre los puntos de la agenda oficial del G20, según Babacan, quien sí reconoció que este asunto había sido tratado en los encuentros bilaterales realizados en el marco del encuentro. 

    Los ministros de Finanzas y titulares de bancos centrales de los países miembros del G-20 durante las reuniones del FMI / BM. Foto: AFP
    Los ministros de Finanzas y titulares de bancos centrales de los países miembros del G-20 durante las reuniones del FMI / BM. Foto: AFP