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  • Jorge García: ‘Queremos llegar más a las empresas’

    Carolina Enriquez

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    El director del Instituto Nacional de Estadística y Censos habla del Índice de Nivel de Actividad Registrada como una herramienta que permite conocer la evolución de las ventas de 15 sectores. La entidad espera que las compañías lo usen para tomar decisiones.

    ¿Qué es el Índice de Nivel de la Actividad Registrada?

    Esto no es algo nuevo. Es uno de los índices históricos, data del 2003. Presenta la evolución de las ventas registradas cada mes, es decir, de aquellas registradas ante el Servicio de Rentas Internas.

    Es decir, ¿la información la obtienen de esa entidad?

    Sí. Tomamos la información de los contribuyentes especiales. ¿Por qué no de todos? Porque ellos nos dan una visión del 80% de las ventas que se producen a escala nacional. Reflejan lo que está pasando con la comercialización de bienes y servicios en el país.

    ¿La información del Índice corresponde a la del mes inmediatamente anterior al que se publica?

    Por la lógica de la recolección, viene publicado con dos meses de diferencia de tiempo. El último que presentamos es el de julio.

    ¿Son datos definitivos?

    Como algunos contribuyentes demoran en sus declaraciones, los últimos dos meses que presentamos son provisionales. Conforme pasa el tiempo se va ajustando y los datos se vuelven definitivos.

    ¿Qué información contiene el Índice de Nivel de la Actividad Registrada?

    Presenta la información de 15 de 17 sectores productivos. No publicamos del trabajo doméstico ni de las compras en el exterior.

    ¿De cuáles sí presentan?

    Agricultura y ganadería; pesca, explotación de minas; construcción; comercio; hoteles y restaurantes; intermediación financiera; administración pública; suministros de electricidad, gas y agua; actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler; enseñanza, actividades sociales y de salud; otras actividades comunitarias.

    ¿La evolución de las ventas de qué período se presenta?

    Son datos anuales y también mensuales, similar a lo que se presenta en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Por ejemplo, en el último informe se muestra que las ventas declaradas bajaron 3,7% en comparación al mes anterior. También se presenta el dato entre julio de este año y del 2016.

    ¿Hay algún elemento que se debe tomar en cuenta al momento de analizar los datos?

    La información que arroja el Índice está atravesada por factores como el de la estacionalidad. Por ejemplo, en los meses previos a inicios de clase sectores como el de educación van a registrar ventas altas. Luego puede bajar. No necesariamente sería bueno o malo que suba o baje la comercialización para determinado sector, todo depende de la temporalidad.

    ¿El índice solo presenta datos de los 15 sectores de manera general?

    En cada sector se presenta información desagregada de otras actividades que se realizan dentro de cada uno. Por ejemplo, en el sector de agricultura está otro referente a actividades conexas y puede haber un nivel aún más desagregado que incluye datos de cultivo, cría de animales, entre otros.

    ¿Qué datos no se pueden mostrar a través del Índice?

    Estamos impedidos por Ley Estadística, por el sigilo, a dar datos de las ventas de un contribuyente en específico.

    ¿Cuál es el aporte del Índice para la generación de políticas públicas?

    Los dos principales usuarios de esta información son el Banco Central del Ecuador (BCE), porque es información fundamental para sus cuentas, y el mismo Servicio de Rentas Internas (SRI), que puede observar la evolución de la actividad económica. El sector privado, sin embargo, también puede hacer uso de los datos.

    ¿Cómo les contribuye?

    Puede servir para la toma de decisiones. Nos falta intervenir para que la decisión que tome el sector privado también se base en información estadística dura. Índices como este pueden servir para ver la evolución de un sector y a partir de ahí decidir cuánto producir o cómo desarrollan sus estrategias de producción y crecimiento del negocio.

    ¿Esto sirve solo a los grandes gremios empresariales?

    Para todos. Hay una cierta distorsión, una inequidad en la que se debe trabajar ahora. ¿Cómo hacemos para llegar al empresario más pequeño?, ¿al más joven?, ¿al que tiene menos recursos para explotar la información?

    ¿El sector privado no demanda estadística oficial?

    No, pero debemos generar demanda. Debería hacerlo.

    ¿Cuál es el principal objetivo de la entidad con la presentación del Índice?

    Queremos acercar a los tomadores de decisiones, públicos y privados. Con el primero tenemos una relación marcada, que tiene que ser profundizada; pero también hay que reforzar en el sector privado, donde no tenemos una relación fuerte. Eso a pesar de los esfuerzos que ha hecho el INEC en los últimos años. Queremos generar demanda sobre la información, que sea consumida, utilizada y que luego nos comiencen a pedir datos con más lógicas.

    ¿Qué acciones están llevando a cabo para ello?

    Estamos en una campaña para colocar todas las cifras que produce el INEC de manera permanente en nuestros canales de difusión. Queremos llegar a la ciudadanía en general y al mundo empresarial, con más fuerza.

    ¿Qué otros índices tienen?

    El Índice de Precios al Consumidor, el Índice de Precios al Productor, el Índice de Puestos de Trabajo, Horas Trabajadas y Remuneraciones y el Índice de producción de la Industria Manufacturera. Estos adicionales al Índice de Nivel de Actividad Registrada (INA – R).

    ¿El Índice del tema laboral qué mide?

    Este índice es un termómetro de cómo van evolucionando los puestos de trabajo de las empresas de Ecuador mes por mes. Las compañías se encuentran en el área de manufactura, comercio y servicios. Se toma en cuenta tres variables básicas: horas trabajadas, puestos de empleo y remuneraciones.

    Su cargo actual desde junio de este año es el director ejecutivo del INEC. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Su cargo actual desde junio de este año es el director ejecutivo del INEC. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Cada paso que da Juliana García le ayuda a conquistar cumbres

    Sebastián Angulo

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    Utiliza dos palabras para definir montaña: “mi casa”. Desde hace dos semanas, Juliana García lleva un prendedor metálico azul. La insignia indica que es una guía de montaña.
    Esta certificación le otorga la Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña (Uiagm), a través de la Escuela de Guías de Montaña (Esguim).

    Con este título, García -de 32 años- puede ser una guía de montaña en cualquier parte del mundo y la convierte en la primera mujer latinoamericana en alcanzar esta certificación internacional.

    Junto a García, seis andinistas del país alcanzaron este título. Todos fueron sometidos a pruebas el mes pasado con observadores de la Uiagm, de la Escuela Nacional de Esquí y Alpinismo de Francia (Ensa) y de la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM). Ellos han participado de este proceso de formación desde el 2015.

    A la ecuatoriana le llevó cerca de 10 años obtener este título y debió aprobar escalada en roca, escalada en nieve y escalada alpina. “Son disciplinas bien exigentes, sobre todo de seguridad para guiar a gente”, asegura García.

    Joshua Jarrín, colega de García quien la conoce desde hace 20 años, sostiene que la mujer es muy persistente. Él sostiene que muchos exámenes incluso debió repetirlos, pero no se cansó hasta conseguir su objetivo.

    “Para mí la mejor manera de describirle es que es intensa. Tiene intensidad. A veces eso es bueno, a veces eso es malo, pero por ser tan intensa es que ha logrado sus objetivos”, dice Jarrín.

    El medio británico BBC recogió este hecho y lo tituló “Rompiendo barreras: La mujer guía de montaña luchando contra el machismo”.

    Pese a que el andinismo es una actividad en la que predominan los hombres, García está al frente de la Asociación Ecuatoriana de Guías de Montaña (Aseguim).

    “No ha sido fácil. No es común. Voy en mi primer período, son tres años, voy dos y tal vez haya una reelección”, dice García.

    Esta quiteña se reconoce como una lideresa y asegura que debido a su actual cargo y pasión por la montaña renunció a su trabajo, en la cadena de tiendas Explorer de Marathon Sports.

    Su amistad con la montaña y los deportes al aire libre nació con un viaje en bicicleta de Quito a Manaos -cuando tenía 13 años- que duró cerca de cinco meses.

    Esa experiencia le llevó a practicar deportes al aire libre y se inclinó por el andinismo. Su primer maestro fue el montañista Fabián Zurita. Además, esta disciplina le llevó a vivir en Perú y Bolivia para aprender en diversos clubes de andinismo de esos países.

    Esteban Barrera, fotógrafo de deportes de aventura, conoce a García desde hace unos 15 años. Él la define como una mujer muy determinada y con mucha energía “que contagia”.
    Barrera y García trabajaron juntos como guías de montaña de niños, en viajes académicos y aventura. Además han trabajado en otros proyectos. “Nos unía esa pasión por enseñar y ese amor a la naturaleza y a estar afuera, a estar desconectados, pasar en la montaña”, cuenta su amigo y colega.

    En actividades muy extenuantes, dice Barrera, García muestra su energía que incluso puede hacer olvidar el cansancio a las personas que la rodean.

    La andinista siempre ha buscado vincular su actividad deportiva a todos sus ámbitos. Estudió diseño comunicacional en la Universidad San Francisco de Quito y desde su profesión también ha trabajado para el andinismo. Por ejemplo, ocupó el cargo de gerenta de Marketing de la cadena Explorer, especializada en implementos e indumentaria ‘outdoor’.

    Otra de las pasiones de García es correr. Martha Arízaga, socióloga es su amiga desde hace 14 años y ha compartido esta actividad y otras. De hecho, uno de los recuerdos más memorables es una media maratón que corrieron hace unos cinco años, en Quito.

    Arízaga cuenta que las dos entrenaron para esta competencia y llegaron a la meta casi al mismo tiempo. Al final, sus madres les entregaron un diploma por su participación en la competencia que hicieron ellas mismas.

    “Así como es en la montaña es igual en la vida social, en la amistad, en la vida de fiesta (…) Es muy trasparente”, asegura Arízaga.

    Actualmente, debido a sus actividades, García viaja constantemente por el mundo a entrenar o guiar. Por ejemplo, la semana pasada estuvo en Austria y meses atrás en Alaska.

    La montañista ecuatoriana disfruta de escuchar todo tipo de música y prefiere leer novelas. Ha ascendido casi todas las montañas del país y su primera cumbre fue el Atacazo, que lo subió a los 14 años. Ahora, su nuevo reto es aprender a esquiar.

    Juliana García Hace dos semanas, esta quiteña obtuvo la certificación de guía de montaña internacional. Es la primera mujer de América Latina en cumplir esta meta. Fotos: Cortesía
    Juliana García Hace dos semanas, esta quiteña obtuvo la certificación de guía de montaña internacional. Es la primera mujer de América Latina en cumplir esta meta. Fotos: Cortesía
  • La misión de Fernando García en el agro es predicar el cuidado ambiental

    Redacción Guayaquil (I) redaccion@revistalideres.ec

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    No es un agricultor, pero se considera un hombre de campo. El riosense Fernando García está al frente de una cruzada que parecería contradictoria. El Director Ejecutivo de InnovAgro, la organización que en Ecuador agrupa a las empresas multinacionales de investigación y desarrollo de semillas e insumos agroquímicos, tiene la tarea de concienciar a los agricultores sobre el uso adecuado de estos y promover el correcto manejo de los envases, para que no afecten al medioambiente.

    Este abogado poco amigo de las corbatas y de las formalidades puso en práctica sus conocimientos, desarrollados desde 1989 en su propio estudio jurídico, para promover programas de responsabilidad social. De sus estudios en Administración y en Auditoría de Empresas obtuvo las herramientas para representar, desde 1992 y durante 10 años, a la Asociación de Importadores y Fabricantes de Insumos Agropecuarios, como su Director Ejecutivo.

    Una de sus mayores satisfacciones, confiesa, ha sido estar al frente de los programas de capacitación dirigidos a los campesinos, asociaciones agrícolas y trabajadores del campo, involucrados en el manejo de agroquímicos.

    Precisamente, esa necesidad de estar en contacto directo con los agricultores lo ha llevado a recorrer casi todo el Ecuador. Para él, no se trata de promover un insumo o una marca en particular, sino de darle habilidades al campesino y a todos los que están en la cadena del manejo de agroquímicos, que les permitan minimizar los efectos negativos en su salud y en el medioambiente.

    Entre las tareas de García están la de educar al campesino sobre cómo reducir el impacto que causa la manipulación de los envases vacíos de los productos agroquímicos que se desechan en el campo. En Riobamba, hace tres semanas, se reunió con productores de la zona para promover el programa de responsabilidad social bautizado como CuidAgro.

    “Es muy importante que nosotros conozcamos sobre la correcta manipulación de los envases donde se almacenan los insumos del campo”, dice el dirigente agrícola Marco Pozo, de la zona de Guano, en la provincia de Chimborazo.

    Carlos Torres, miembro de una Asociación de Productores Banano de Pasaje, en la provincia de El Oro, reconoce en García a un conocedor del sector, cuyas charlas educan por su practicidad.

    Los integrantes de este gremio bananero orense aprendieron la técnica del triple lavado. El objetivo de este método es limpiar la mochila de aplicación con los sucesivos lavados y así eliminar totalmente los residuos. “El resultado es que el envase queda limpio y no existe el riesgo de que los ingiera un niño”, señala Torres.

    Con esa misma práctica, el envase vacío sirve para ser reutilizado a través del reciclaje.

    El guatemalteco José Perdomo, presidente ejecutivo de CropLife Latin America, destaca el trabajo alcanzado por García desde la dirección de InnovAgro en la capacitación de los pequeños y medianos agricultores. “Es necesario trabajar en cada país con las comunidades y asociaciones, formando capacitadores, que luego repliquen esos conocimientos”.

    En el 2013, García fue reconocido en México por sus gestiones en el cambio de clasificación en Ecuador de los envases de agroquímicos, que antes estaban etiquetados como recipientes peligrosos para la salud, y que ahora se consideran un desecho especial con opción de reciclaje. La reclasificación la otorgó el Ministerio de Ambiente.

    Los resultados de esa reclasificación han sido muy positivos, a criterio de Pablo Gómez, expresidente de CropLife Ecuador y mentalizador, junto con García, de la propuesta de reclasificación de los envases.

    En el 2014 a través del programa se reciclaron 105 toneladas de recipientes vacíos de pesticidas, desechados de uso en plantaciones de banano y flores. A lo largo de los últimos seis años, a través de este programa, han sido retiradas alrededor de 600 toneladas de envases. “Él está involucrado en todos los proyectos, y combina su trabajo con los agricultores, con la otra actividad de InnovAgro, que es el acompañamiento en el tema regulatorio con las autoridades del país”, menciona Gómez.

    Este padre de tres hijos y amante del té considera que una de las tareas más complicadas de su trabajo es cambiar ciertas prácticas arraigadas en los campesinos, como la resistencia a deshacerse de los envases que resultan de la aplicación de los insumos químicos.
    “La tarea más difícil es lograr que el agricultor devuelva los envases, porque estos tienen tan buena presentación que no los quieren entregar”.

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