Redacción Guayaquil
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En una oficina prestada en el norte de Guayaquil, con un pequeño escritorio y tres sillas. Así comenzaron su emprendimiento Adrián Bajaña, Luis Palacios y David Solís en el 2009.
En aquel entonces los jóvenes de 24, 25 y 23 años, respectivamente, recién graduados de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), se la jugaron por tener su propia empresa de tecnología.
Los profesionales en ingeniería en sistemas (de la información, multimedia y tecnología), crearon Geeks Ecuador, un negocio que comenzó ofreciendo servicios de creación de páginas web, pero actualmente ofrecen varios servicios tecnológicos, de información e ideas creativas . Manejan, además de la agencia digital, una central de medios y una productora digital.
“Tenemos ocho años conociendo el mercado desde el punto de vista digital. Por ello, podemos ofrecer a nuestros clientes las ideas que ellos necesitan para que generen rentabilidad en su negocio”, explica Adrián Bajaña, uno de los socios.
El Banco de Guayaquil fue uno de sus clientes ‘grandes’, como ellos lo llaman. Geeks les realizó dos rediseños de sitios web en dos campañas relevantes: ‘Todo está conectado’ y ‘Sólidamente a tu lado’; además, participaron en el cambio de imagen de la campaña ‘Lo mejor está por venir’.
Actualmente ya no trabajan con ese cliente. “Cerramos un ciclo importante después de siete años”, asegura Bajaña.
Geeks suma 20 clientes en su cartera, que corresponden a empresas de consumo masivo, tecnología, telecomunicaciones, turismo, emprendimiento, municipales e industriales .
Cambiaron la oficina prestada en Guayaquil por una casa donde funciona la agencia y otra donde manejan la productora digital. Hace dos años abrieron otra oficina en Quito. En total, 20 empleados forman parte de la empresa.
Para este 2017 tienen como objetivo invertir en su productora e innovar en tres áreas importantes: servicio al cliente digital, generar equipos o herramientas que permitan la proyección de realidad virtual y construir equipos (como diademas) que pongan en práctica la teoría del neuromarketing.
“La publicidad funciona si se llega a tocar las emociones. Ya no es la persona quien te dice si le parece interesante un producto, es una tecnología que te lo demuestra”, comenta Luis Palacios.
