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  • Su chocolate cruzó fronteras gracias a las certificaciones

    Redacción Líderes

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    Con una inversión de USD 10 000, Carol Marcial, guayaquileña de 27 años, puso en marcha una estrategia que desde junio le ha permitido exportar alrededor de una tonelada de semielaborados de cacao y chocolates orgánicos a Suiza, Francia, España, Canadá, Corea del Sur y Estados Unidos.

    Esta joven radicada en Quito emprendió su negocio en la capital el 2016 bajo la marca Perla Organic Chocolate. Sin embargo, sus ventas comenzaron en el 2017, cuenta la emprendedora, debido a que todo el 2016 lo dedicó a obtener certificaciones de calidad.

    “El nicho de mercado de mi producto es el extranjero, allá aprecian más el producto orgánico y el cacao ecuatoriano de fino aroma tiene muy buena reputación. Entonces me di cuenta de que las certificaciones de calidad le podían dar un valor agregado mayor a mi producto a nivel internacional”, cuenta Marcial. Con un préstamo que hizo de USD 10 000, implementó procesos y requerimientos para obtener tres certificaciones internacionales.

    Para EE.UU., el principal destino de las exportaciones del Ecuador, Marcial obtuvo la certificación orgánica USDA, otorgada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Para el mercado europeo, en cambio, obtuvo la certificación orgánica de calidad NOP-EU.

    Además, decidió obtener un certificado especial para el mercado que representa las comunidades judías en el mundo. Se trata de la certificación de la Unión Ortodoxa Kosher, que garantiza que el producto se elabora conforme con el halacha (ley judía) y supervisa los ingredientes y el proceso de producción.

    Actualmente, el 15% de la producción de Perla Organic Chocolate se vende en tiendas nacionales. La marca está en los locales de Fybeca, del delicatesen El Griego y también El Español.

    El emprendimiento de Marcial también cuenta con dos certificaciones nacionales. La Certificación de Denominación Cacao Arriba, que otorga el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual (IEPI); y la de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), que otorga la estatal Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa).

    “Cada proceso toma meses. No puedes sacar una certificación de la noche a la mañana porque tienes que cumplir bastantes estándares de calidad. Las certificaciones me dieron un plus gigante en el exterior”, cuenta.

    Marcial añade que otro factor que le ha permitido ganar mercado en el exterior es la variedad de sabores exóticos y presentaciones que ofrece a cada mercado.

    En total, la marca ofrece 10 presentaciones de productos y unos 14 sabores, creados por Marcial.

    Por ejemplo, la emprendedora destaca las barras gourmet con sabores como mango, canelazo, aceituna y sal, jengibre y quinua, entre otros. En el mercado asiático, cuenta Marcial, tiene acogida su producto en una presentación que se conoce como ‘drinking chocolate’ o chocolate a la tasa, con sabores como chocolate de café y uvilla. Otra línea con acogida es la de frutas como frutilla, mango, piña y cáscara de naranja, cubiertas de chocolate.

    Carol Marcial invirtió USD 10 000 en la obtención de las cinco certificaciones de calidad que posee su marca. Foto: Galo Paguay/LÍDERES
    Carol Marcial invirtió USD 10 000 en la obtención de las cinco certificaciones de calidad que posee su marca. Foto: Galo Paguay/LÍDERES
  • La moda es oro gracias a Internet

    Agencia AFP

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    Todo empezó con unas líneas en las redes sociales, unos consejos para vestirse a la moda y encontrar ropa adecuada. Apenas un año después, la joven china Wang Houhou tiene cientos de miles de abonados y las grandes marcas están dispuestas a pagar mucho dinero para que les dé su bendición.

    “Bastaba con que encontrara algo interesante, me lo pusiera y tomara fotos divertidas. Ponía la foto en mi blog y la gente iba a comprarlo”, se sorprende todavía Wang Houhou, que actualmente se alista para abrir su propia plataforma de comercio electrónico.

    Esta joven es lo que en China llaman una “wanghong” (literalmente “rojo en la red”) , esos puros productos de Internet convertidos en celebridades gracias a algunos videos que dieron la vuelta en las redes sociales. Desde su dormitorio, descargan su humor y sus bufidos en los teléfonos de 700 millones de chinos.

    Esta actividad se ha convertido en un sector económico valorado en 53 000 millones de yuanes (USD 7 700 millones) según la consultoría Analysys International, que predice una duplicación el 2018.

    “Un desconocido puede volverse importante de repente y cualquier hijo de vecino puede convertirse en una celebridad”, señala Yuan Guobao, autor de ‘La economía de los wanghong’.
    La más famosa de estos ‘reyes de Internet’ es sin duda alguna Papi Jiang, cuyos videos atraen a 23 millones de abonados.

    La joven, de 30 años, ha firmado jugosos contratos publicitarios con los relojes suizos Jaeger-LeCoultre y las zapatillas deportivas New Balance. Ella y sus alter egos influencian fuertemente en el comercio electrónico, un sector en pleno auge en China, observa Zhang Yi, de la consultoría iiMedia Research Group.Los anunciantes ven en ellos una alternativa poderosamente visual al gigante Baidu, que domina la publicidad en Internet. “Hoy alguien se pone una prenda de ropa, se la prueba, la lleva y convence a alguien de que la compre”, resume Zhang Yi, quien considera que las estrellas de ­Internet influencian una quinta parte de las compras en línea en China.

    “Es un comercio en pleno auge. Los wanghong tienen sus propios abonados que pueden fácilmente convertirse en consumidores de las marcas que recomiendan”, subraya.
    Algunas empresas olieron el filón y se especializan en la búsqueda y formación de estrellas de Internet. Una de ellas, Ruhan Holdings, obtuvo el año pasado una inversión de USD 40 millones de Alibaba.

    Wang Houhou toma una fotografía a una de las modelos con las que esta estrella de internet trabaja para promocionar nuevos estilos de moda. Foto: AFP
    Wang Houhou toma una fotografía a una de las modelos con las que esta estrella de internet trabaja para promocionar nuevos estilos de moda. Foto: AFP
  • Los superordenadores asequibles más cerca gracias a científicos australianos

    Agencia EFE

    Un grupo de científicos de una universidad australiana logró codificar por primera vez información cuántica sobre silicio mediante pulsaciones eléctricas simples, lo que puede derivar en un avance hacia la fabricación de superordenadores a gran escala, informan hoy (13 de abril de 2015) medios académicos.

    A diferencia de los ordenadores convencionales que almacenan datos en transistores y discos duros, los ordenadores cuánticos o superordenadores cifran sus datos en los microscópicos qubits (bit cuántico o unidad básica para un ordenador cuántico). «Demostramos que un qubit altamente coherente, como el espín de un átomo de fósforo en silicio isotópicamente enriquecido, puede ser controlado utilizando campos eléctricos, en lugar de los pulsos de campos magnéticos oscilantes», explicó Arne Laucht, jefe del estudio y profesor de la Universidad de Nueva Gales del Sur.

    En el nuevo paso para codificar la información, los científicos distorsionaron la forma de una nube de electrón unida al átomo utilizando campos eléctricos localizados, lo que permitió modificar la frecuencia de sus respuestas, según el comunicado de la Universidad australiana.

    «De este modo, podemos elegir de forma selectiva al qubit que queremos operar. Es un poco como elegir la estación de radio que queremos sintonizar girando una perilla. En este caso la ‘perilla’ es el voltaje aplicado a un pequeño electrodo situado encima del átomo», acotó Andrea Morello, otro de los científicos implicados.

    Este estudio, publicado en la revista ‘Science Advances’, puede abrir la posibilidad de controlar localmente de forma individual qubits con campos eléctricos en ordenadores cuánticos de gran escala utilizando simplemente generadores de voltaje baratos, en lugar de las fuentes costosas de micro-ondas de alta frecuencia.

    Además, el bit cuántico podría ser fabricado utilizando la misma tecnología utilizada en la producción de ordenadores caseros, reduciendo el tiempo y el coste de su desarrollo, agregó Morello, también experto de la Universidad de Nueva Gales del Sur. El éxito de este método de control eléctrico radica en la colocación de los qubits dentro de una delgada capa de silicio especialmente purificada, con silicio de 28 isótopos.

    «Este isótopo es perfectamente no magnético y, a diferencia de lo que ocurre con el silicio, no perturba al bit cuántico», agregó Morello. El equipo de la Universidad de Nueva Gales del Sur fue el primero en el mundo en demostrar el espín en un solo átomo de qubit en silicio, en un estudio que fue publicado en la revista científica Nature en 2012 y 2013.

    También mejoró el control de los qubits con una precisión de un 99% y es poseedor del récord mundial en el «tiempo de coherencia», tiempo en el que se mantiene la información cuántica antes de perderse, que ha registrado un solo qubit en estado sólido, como fue publicado en la revista Nature Nanotechnology en 2014.