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  • Bolsos, zapatos y carteras, las prendas que comercializa Simiatug Llakta

    Redacción Sierra Centro (F) 
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    Los bolsos, el calzado, las agendas y las billeteras confeccionados con tejidos de cabuya y bordados con finos hilos derrochan color y creatividad. Son los productos elaborados por las artesanas de emprendimiento Simiatug Llakta que agrupa al menos 500 mujeres de esta parroquia del cantón Guaranda, en la provincia de Bolívar.

    El negocio arrancó en el 2000 con el nombre de Simiatug Samay, sin embargo, en el 2014 cambió su nominación a Simiatug Llakta. La inversión inicial fue de USD 2 500 en la compra de la materia prima, la capacitación a las mujeres de las comunidades, la instalación de un sitio de acopio y comercialización. El año pasado, la asociación facturó USD 15 000.

    La historia de Simiatug Llakta la inició su fundadora Cornelia Camerman con el objetivo de asociar a grupos de mujeres para capacitarles e integrarles a los talleres artesanales. La idea fue mejorar las condiciones económicas de la población. “Poco a poco estamos logrando este objetivo planteado”, cuenta Narcisa Licintuña, administradora de Simiatug Llakta.

    La microempresa les compra sus tejidos y los bordados como shigras, tela de cabuya para el calzado y los bordados hechos a mano donde se dibuja las plantaciones de trigo, maíz, cebada, llamas, la minga, el casamiento con figuras andinas.

    Estas obras artísticas en los talleres artesanales se transforman en elegantes y llamativos bolsos, carteras, mochilas, billeteras y zapatos. Estos son comercializados en las tiendas artesanales de Quito, Guayaquil y Cuenca.

    Licintuña explica que llevan trabajando en el proyecto cerca de seis años. Ella se encarga de comprar los tejidos y bordados elaborados con cabuya e hilo de colores. Una vez que adquieren la materia prima es enviada a los talleres, una especie de maquila, para su transformación y darles el valor agregado para la comercialización. “El valor agregado que le damos a nuestros productos nos ayudó a ingresar en forma indirecta a Suiza y Japón”.

    Cornelia Camerman, fundadora, explica que las inversiones en la instalación de los talleres, donde se elaboran los productos, son independientes.

    Simiatug Llakta ha realizado dos envíos de 30 kilos de productos a Suiza y Japón. Licintuña explica que la idea es que el proyecto es que sea sustentable y pueda mantenerse y que las mujeres puedan contar con ingresos económicos.

    La elaboración de artesanías, es uno de los cuatro proyectos productivos que se desarrollan. También tiene el área de elaboración de utensilios con la paja de páramo. Se hacen paneras, individuales y canastas. Además, funciona una fábrica donde se producen condimentos con productos agroecológicos.

    Los colores azules, verdes, rojos, amarillos, rosados y más, llenan de colorido sus creaciones que son apreciadas por los visitantes extranjeros que llegan hasta los talleres.

    Tenga en cuenta

    Simiatug Llakta tiene a escala nacional 10 locales donde se comercializan bolsos, billeteras, carteras, calzado y otros productos que elaboran en sus talleres artesanales.

    Esta asociación de la parroquia Bolívar cuenta con tres talleres para la confección de sus productos que son comercializados en las ciudades de Cuenca, Quito y Guayaquil.

    Este emprendimiento realiza exportaciones en forma indirecta. Sus productos llegan a mercados de Suiza y Japón.

    En los talleres donde se elaboran los productos artesanales de Simiatug Llakta hay inversiones privadas. Foto: Raúl Díaz para Líderes
    En los talleres donde se elaboran los productos artesanales de Simiatug Llakta hay inversiones privadas. Foto: Raúl Díaz para Líderes
  • Las golosinas de Guaranda tienen su hueca en Quito

    Redacción Quito

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    Un rincón guarandeño se levanta a pocos metros del parque La Alameda, en el centro norte de Quito. En este sitio se comercializan las delicias típicas de esta localidad de la Sierra centro.

    Las tortillas de tiesto, las coladas de zapallo y de máchica son algunos de los productos que vende y prepara Luis Anilema, un guarandeño y propietario de Las auténticas tortillas de Guaranda.

    Su historia comienza hace siete años mientras recorría las calles capitalinas junto con su esposa María Flor. Ambos vendían tortillas con café en un coche pequeño. Las ventas eran buenas, pero no tenían estabilidad. Así es como decidieron arrendar un garaje para comercializar sus tortillas.

    Pese a las limitaciones tenían su clientela fija, lo que le permitió arrendar un local propio, que adecuó con USD 4 500. Este hecho, que se dio hace siete meses, representa su orgullo, porque los clientes llegan por decenas. Al día ingresan cerca de 400 personas para servirse una de las delicias de Guaranda (Bolívar).

    Las favoritas son, sin duda, las tortillas de tiesto con café, a las que considera un alimento sano y típico de su tierra.

    La preparación demanda tiempo y esfuerzo, pero lo hacen con agrado. La pareja de guarandeños se levanta a las 04:00 para preparar el café, las tortillas, los bolones, los muchines, las coladas y demás productos. “Es una satisfacción grande porque vemos la gran acogida de los clientes”.

    Anilema es un emprendedor que busca rescatar los sabores de su ciudad natal y de sus abuelos, ya que recuerda que su abuela preparaba estos manjares como él los llama. Es más, el emprendedor trae los productos desde Guaranda, vía terrestre.

    Cada dos meses trae unos ocho quintales de harina de maíz, e incluso trae la harina negra para la preparación de la colada morada.

    Los precios de los productos son económicos; ese es uno de los valores agregados, que tiene el negocio de esta pareja de esposos.

    El costo de las tortillas, por ejemplo, está en USD 0,50 cada una. Si tiene tiempo puede probar el combo: una tortilla y una tasa de café por USD 1. El precio más alto es el combo completo de bolón, café y huevo por USD 2. Además, puede degustar los jugos naturales o frutas.

    En la cocina y en la atención están cuatro personas más y Anilema. Su esposa María Flor ha sido su principal motor para sacar adelante su negocio. Ella no habla mucho, prefiere atender a sus clientes, que llegan desde las 07:00 hasta las 20:00.

    El trabajo en este local es a tiempo completo; no cierran durante todo el día. Precisamente es otro lado positivo, ya que los comensales pueden probar estas delicias guarandeñas desde temprano.

    Cada día, Anilema agradece por la acogida de los clientes, ya que las ventas diarias suman USD 800. El monto es importante por lo que espera ampliar la oferta y mejorar la atención a sus clientes.

    Una de las más fieles comensales es Cecilia Villalba, quien estudia en un instituto de la zona. Ella destaca el sabor de cada uno de los productos que se venden en este espacio. “Me encanta”, dice.

    Cada vez que acude al local prueba una plato diferente: el chocolate, la colada o las tortillas están entre sus favoritos.

    Esta pareja de guarandeños ahorrará dinero para adecuar y agrandar su negocio.

    Luis Anilema prepara delicias de Guaranda: tortillas de tiesto, coladas de zapallo, morada y de machica. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Luis Anilema prepara delicias de Guaranda: tortillas de tiesto, coladas de zapallo, morada y de machica. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Esta iniciativa calza con la responsabilidad social

    Cristina Márquez (I)
    redacción@revistalideres.ec

    Todo comenzó cuando Jonathan, Diego y Jimena Haro, tres hermanos oriundos de Guaranda, en Bolívar, visitaron una de las comunidades más pobres de su provincia. Esa ocasión, ellos decidieron aplicar sus conocimientos en marketing y comercio para convertir la fábrica de calzado de su padre en un proyecto de ayuda social y en una empresa rentable al mismo tiempo.

    Hoy, se dedican a fabricar zapatos de estilo ‘teen fashion’ (moda juvenil). Por cada par que venden a través de las redes sociales, obsequian otro par de la misma calidad a niños de escasos recursos.

    Luego, envían por la Web la foto del pequeño con sus zapatos sujetando un cartel con el nombre del comprador que contiene la leyenda: “Gracias”, y el código de los zapatos que compró. Así, el cliente comprueba que la entrega se hizo.

    El emprendimiento nació hace seis meses con el eslogan “Un par por una sonrisa”. Los jóvenes, que se profesionalizaron en marketing, negocios internacionales y comercio, respectivamente, invirtieron cerca de USD 10 000 en la adecuación de la fábrica.

    Su padre, Bernardo Haro, les cedió lo que antes se denominaba Calzado Pionero. Esa era una fábrica de zapatos clásicos manufacturados por manos guarandeñas. Pero ellos compraron nuevas máquinas, estudiaron el mercado y diseñaron cinco colecciones de zapatos para mujer.

    Con el dinero de la inversión inicial también adecuaron el espacio físico y compraron nuevas materias primas, como lonas jean exclusivas de la marca, también moldes para las suelas inyectadas, entre otros materiales que en un 90% son ecuatorianos.

    El concepto publicitario de la marca está relacionado con la importancia de ayudar a los demás y con el amor verdadero. De hecho, esa idea inspiró el nombre de la empresa. “Buscábamos la mejor definición de amor y la encontramos en la Biblia, en Juan 3:16. El versículo habla sobre el amor de Dios al mundo”, cuenta Jonathan Haro, de 31 años.

    Él es el mayor de los hermanos y se dedica al área comercial, mientras que su hermano Diego, de 27 años, es el responsable de controlar el proceso de producción. Al mes, la firma produce 2 200 pares, entre los que serán donados y los que van a ser comercializados.

    Para optimizar el proceso implementaron la tecnología estrobel , un tipo de costura que garantiza más durabilidad del zapato y máximo rendimiento de la mano de obra. En la fábrica laboran 20 obreros y cada uno puede fabricar hasta 60 pares de zapatos al día.

    Entre tanto, Jimena Haro, de 22 años, dirige el marketing en los perfiles de Facebook, Instagram y Twitter, allí se les puede ubicar como z3:16, @un_par_por_una_sonrisa y @yo_soy316.

    Jimena promociona los zapatos y la labor social con el hashtag #YoSoy3:16, en esa tarea le apoyan otros cinco jóvenes que integran el equipo de marketing y ventas. Ellos permanecen conectados a las redes las 24 horas.

    Su función es difundir el catálogo virtual disponible en la página web, atender los pedidos y responder las inquietudes de los cosmonautas. Los pedidos se envían a través de courier y llegan directamente al domicilio de los compradores.

    Al momento, la empresa recibe pedidos de Quito, Cuenca, Puyo, Riobamba, Ambato, pero su meta del 2015 es incrementar la producción a 10 000 y difundir sus productos en todo el país. Además, este mes presentarán la primera colección masculina.

    Geovanna Peñafiel es una de las clientas asiduas. “Me gustan los zapatos no solo porque son hermosos y combinan a la perfección con mi forma de vestir, sino porque sé que cada vez que adquiero un par estoy regalándole otro a un niño que lo necesita de verdad”.

    Los emprendedores Jonathan Haro, Jimena Haro y Diego Haro muestran la producción de esta iniciativa. Foto: Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES.
    Los emprendedores Jonathan Haro, Jimena Haro y Diego Haro muestran la producción de esta iniciativa. Foto: Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES.
  • La horchata se industrializa en Guaranda

    Modesto Moreta Redacción Sierra Centro / LÍDERES

    La horchata, una bebida tradicional, ahora se saborea a cualquier hora. La firma guarandeña Aprolan Cía. Ltda., puso en el mercado su marca h21. Es un refresco sin colorantes y está elaborado con 21 variedades de yerbas y flores medicinales, cultivadas orgánicamente.

    Esta industria usó como estrategia la recuperación de la receta ancestral de la comunidad campesina de Chuquiribamba (Loja), para industrializarla en envases de 250 y 380 mililitros. Esta bebida se comercializa en el sur de Quito (80%) y en los mercados de Loja y Guaranda.

    La iniciativa arrancó en el 2012 como un proyecto familiar. Uno de los pasos iniciales fue adaptar una parte de la maquinaria de una industria de lácteos a la elaboración de horchata, bebida que mantiene el sabor y la receta original recogida a través de una investigación a las personas de la tercera edad de Loja.

    «Luego de la fallida industria láctea que se montó en el 2005 y que nunca funcionó por fallas en la maquinaria, se decidió adaptarla para producir h21. Luego se trabajó en la obtención del Registro Sanitario, el nombre y la marca», dice Edna Gallego, gerenta de Aprolan.

    El refresco entró en el mercado en octubre del año pasado. La inversión fue de USD 100 000. Los recursos se destinaron a nueva maquinaria, estudios de mercado, marketing, imagen, materia prima, registro sanitario, envases. Se inscribió la marca en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI).

    A esto se suma el uso de la nave industrial que se edificó en el 2005, a un costo de USD 180 000. Hoy, los activos de la empresa suman unos USD 280 000.

    El mercado principal al que apunta la bebida está en los jóvenes. Otras presentaciones son para adultos, con bajas calorías, y para los niños con edulcorante, con base en las normas establecidas por el Ministerio de Salud Pública.

    Gallego explica que tres factores motivaron su negocio: recuperar la tradición de una bebida noble y buena para la salud; aprovechar la situación económica que vive el país y el apoyo a la producción nacional; y de la responsabilidad social.

    A medida que crezca el consumo, la adquisición de la materia prima subirá. Eso mejorará la economía de las familias de Chuquiribamba, dedicados a la producción de yerbas para la horchata. Eso evitará que cambien de cultivo y se mantenga esta práctica. Al momento, Aprolan adquiere 60 kg al mes. «Uno de los aspectos que han permitido impulsar el crecimiento de la empresa es la decisión estatal de restringir la importación de estos productos», manifiesta Gallego.

    En noviembre del 2013, la comercialización alcanzó los 2 000 envases y hoy supera las 8 500 unidades. Eso incluye las promociones y degustaciones. El ingreso actual es de USD 4 500 al mes. Entre las principales firmas de comercialización de h21 es la cadena Fybeca.

    Uno de los distribuidores es Equadis S.A de Quito. David Alegría, jefe de ventas, explica que el producto lo conocieron en octubre del año pasado. Llamó su atención al ser una bebida innovadora y natural. Sus ventas están en Quito.

    Marco Peñarrieta, jefe de Producción de h21, explica que parte de la maquinaria que se usa en el procesamiento de esta nueva bebida es semiautomática. Lo equipos son de industria nacional, además de China, EE.UU. y Alemania.

    La desinfección de los envases plásticos se hace con agua con ozono y la fábrica se esteriliza con el mismo proceso. El agua que se utiliza es purificada y entra a la cocción con las yerbas.

    El producto en cifras

    La comercialización.  En el primer mes (octubre), las ventas fueron de 300 envases y en la actualidad llegan a 900.

    La meta del 2014.  El objetivo de la firma es colocar hasta junio, 25 000 unidades.

    La promoción.  La firma participa en las ferias de la Economía Popular y Solidaria.