La Fundación Nobis y el Municipio de Guayaquil ejecutaron la primera edición del proyecto Guayaquileña emprendedora. El objetivo fue impulsar la igualdad de género y ofrecer herramientas para el desarrollo de emprendimiento en distintas áreas.
El programa, que comenzó en enero del 2017 y se extendió durante un año, capacitó a 400 mujeres de escasos recursos en áreas de confección, moda y peluquería.
El acto de entrega de certificados tuvo lugar el 30 de enero del 2018 en el centro comercial Mall del Sol, ubicado al norte de Guayaquil. La ceremonia contó con la presencia de autoridades de Guayaquily del consorcio Nobis.
María Eugenia Albán, gerente de Desarrollo Organizacional del consorcio Nobis, señaló que el proyecto nació del interés en apoyar a la mujer que había experimentado alguna situación de abuso o que no había tenido la oportunidad de generar ingresos para el hogar.
Explicó que el objetivo de la Fundación Nobis es intervenir en la comunidad para fomentar la educación y en particular aquella que se orienta al desarrollo del empleo y el emprendimiento.
Además de la capacitación en áreas de belleza y confección, a las mujeres se les impartió clases en Derechos Humanos y en Finanzas. “La idea es que encontremos la manera de apoyarlas para que tengan un emprendimiento en el futuro”, agregó Albán.
Las mujeres provienen de más de una veintena de sectores de Guayaquil, entre los que están Isla Trinitaria, Bastión Popular, Florida Norte, Fortín, Fertisa, Guasmo, Francisco Segura, Pancho Jácome, Guangala, Socio Vivienda y Jardines del Salado.
Para Pedro Pablo Duart, quien está al frente de la Dirección de Acción Social y Educación (Dase) del Municipio, el objetivo es generar igualdad entre todos los ciudadanos.
Por ello, lleva a cabo otros programas de capacitación y a finales del año pasado inauguró el Centro de Emprendimiento e Innovación Municipal, que ofrece cursos gratuitos.
El programa, que comenzó en enero del 2017 y se extendió durante un año, capacitó a 400 mujeres de escasos recursos en áreas de confección, moda y peluquería. Foto: Cortesía Municipio de Guayaquil
Desde la secundaria sintió que lo suyo era lo social. En el colegio Nuevo Mundo de Guayaquil, donde se graduó, ya participaba en todo tipo de actividades de voluntariado.
Mariuxi Villacrés, guayaquileña de 39 años, es la cofundadora de Coinnovar, una empresa que desarrolla ecosistemas de emprendimiento e innovación. Ella se emociona al hablar de su paso por el colegio y la universidad. Durante sus estudios ya evidenció su inclinación social. En 1993 se inscribió en la Escuela de Comunicación Mónica Herrera, de Guayaquil. La escogió porque esta ofrecía, a su criterio, una metodología diferente de cátedra, más orientada a la práctica. En la universidad se decantó por la publicidad, pero luego de un par de años de estudios sintió que no era lo suyo.
En 1997 tuvo la posibilidad de viajar a Chile, para cursar un seminario de un mes. Aprovechó su estadía para terminar su carrera universitaria, en la especialidad de Redacción Creativa. Fue una experiencia que la acercó por primera vez al mundo del emprendimiento. “Llegué a un país post Pinochet. Fue un giro grande” .
Durante su permanencia en Chile, compartió con una fundación cuya misión era democratizar la capacidad emprendedora de jóvenes de ese país e impulsar sus habilidades. Villacrés trabajó dos años con la fundación. Allí, esta amante de la playa y practicante del yoga aprendió que lo más importante, más que sumar conceptos, es materializarlos.
Villacrés retornó al país en 1999. Llegó de vacaciones, pero Ecuador la volvió a enganchar y se quedó. Aquí empezó a colaborar en la administración de la empresa de pinturas de la familia, que tenía la licencia de una firma multinacional. Lo hizo durante 11 años. Otro motivo para quedarse en el país fue su actual esposo. “Me enamoré. Fue una especie de reencuentro, porque con mi esposo nos conocíamos de toda la vida”.
La empresa de pinturas crecía, pero la familia la decidió venderla a la multinacional de la que tenía la licencia, porque esta decidió tener presencia directa en Ecuador.
El rostro de Villacrés dibuja una sonrisa cuando habla de su familia. Con su esposo y sus tres hijos, el mayor de 14 años, decidieron mudarse a San Francisco, California, donde Mariuxi obtuvo una media beca para estudiar una maestría en emprendimiento social. Vendieron su auto, hicieron un préstamo y se fueron.
A su retorno, y con todo el conocimiento adquirido, Villacrés fundó junto con su prima y compañera de estudios, Belén Pástor, la empresa Coinnovar, en Guayaquil. Esta desarrolla ecosistemas de emprendimiento e innovación. Sus cuatro colaboradores trabajan en un luminoso y tranquilo espacio adecuado en una rehabilitada casona en la ciudadela Urdesa, en el norte de la ciudad. “Hubo la confianza para sacar adelante este proyecto. Mariuxi tiene la capacidad de integrar todos los ámbitos de su vida, el familiar, el empresarial”, dice Pástor.
Coinnovar es una de las primeras tres empresas en el país certificadas bajo el Sistema B. Este es un proyecto global que empezó en el 2011, y que integra a todas las empresas que desarrollan prácticas de responsabilidad social, ambiental, inclusión y valor compartido. Su interés por este sistema convirtió a Villacrés en una de sus voceras en el país. La semana pasada dio una charla sobre su importancia a un grupo de emprendedores del país reunidos en Guayaquil en el encuentro Origen. Villacrés exhibió sus habilidades de coaching, las que desarrolló, aún más, luego de que en el 2010 tomó clases durante un año para certificarse.
Este año, Coinnovar concretó una alianza estratégica con la incubadora de emprendimientos y espacio de coworking Innovar. Su cofundador, Aldo Arellano, describe a Villacrés como una mujer que sabe sacar lo mejor de la gente. “Tiene una fuerza para liderar. Siempre está enfocada en el desarrollo en otras personas”.
Andrés Briones, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios del Ecuador, conoció a Villacrés en la universidad. Él aprecia de ella su capacidad para influir en las personas y generar en ellas cambios de actitud. “Tiene el poder de arrastrar a las personas, e empujarlas a visualizar y liderar proyectos”.
Villacrés tiene una voz potente, una de las habilidades desarrolladas como coach. Los fines de semana los dedica completamente a la familia, con la que comparte su casa en la playa. Es su escape de trabajo diario. “Hay que integrar de forma armónica todas las facetas de nuestras vidas, y darles a cada una su espacio”, resume esta mujer innovadora.
Mariuxi Villacrés es invitada frecuente a charlas de emprendimiento en el país y también las dicta desde la plataforma del proyecto Espiral, dirigido a jóvenes creativos. Fotos: Enrique Pesantes / LÍDERES y archivo particular