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  • Güitig estiliza su imagen para renovarse

    Redacción Guayaquil

    El lanzamiento de la nueva imagen de Güitig (6 de febrero) incluyó un acto teatral con coreografías de albazos, swing y danza ‘stomp’.

    Para escenificar el recorrido que esta marca de agua mineral ha mantenido en el país -y cuyos orígenes datan de 1880- se usaron imágenes de los anuncios publicitarios de Güitig de 1936 (año en que la bebida ingresó al mercado porteño) musicalizadas con el tema Apostemos que me caso, de Carlota Jaramillo.

    La siguiente coreografía del evento, que se desarrolló el pasado miércoles, en el Hotel Hilton Colón (norte de Guayaquil), utilizó jabas plásticas de Güitig para provocar sonidos sincronizados contra el piso y así recordar la tecnificación de su planta industrial en 1961.

    Actualmente, Güitig mantiene una producción, según los datos proporcionados por sus directivos, de 60 a 70 millones de litros de agua mineral anuales.

    Para Diana Landucci, gerenta de Marketing de Güitig, el refrescamiento de la imagen implica la revalorización del producto, desde los conceptos de tradición y esencia. El primero, respaldado en el conocimiento que el mercado posee sobre el producto (según Landucci, Güitig ocupa más del 90% del mercado de aguas minerales).

    El segundo aspecto se enfoca en la promoción de los beneficios de Güitig, cuyo nombre proviene del vocablo alemán ‘gütig’ (bondadoso), referentes a su origen volcánico en el Cotopaxi, Pasochoa e Ilinizas.

    En cuanto a lo estético, la campaña publicitaria para la renovación de marca, que se conceptualizó desde hace un año, incluye una estilización de la tipografía en el logotipo. Además, el color dorado se incluye en la etiqueta y en la tapa para las diferentes presentaciones de 500 mililitros (ml), 1 500 ml, etc.

    El último baile del evento de presentación fue en danza contemporánea. Una pareja revoloteando en medio de una fuente y de fondo una copa grabada con el sello Güitig. Esta agua mineral era considera el ‘champán’ de las aguas de mesa a inicios del siglo XX. Lo que busca aquella copa conmemorativa, según indica Claudia Núñez, jefa de la marca Güitig, es ser una opción primordial de consumo en restaurantes.

    La campaña publicitaria que desarrollará la firma de agua mineral a partir de este mes está presupuestada en más de USD 3 millones. Este rubro incluye la producción de los spots publicitarios, publicidad impresa, vallas y redes sociales, entre otras actividades.

  • Güitig, una historia de más de 100 años

    Ir por agua mineral es “ir por Güitig”. Como esta, pocas marcas han logrado asociarse tan directamente con el producto mismo. Pero no siempre fue así.

    Allá por la década de 1870, el agua mineral, que brotaba de las vertientes de Tesalia, ubicadas en una hacienda de Machachi, ya llamó la atención del científico Teodoro Wolf, quien había llegado a estudiar las riquezas naturales del país. Aunque resaltó el valor curativo del agua, el científico registró que esta no era valorada en aquella época.

    El envasado del agua mineral empezó a finales del siglo XIX de manera artesanal en botellas de vidrio de 20 litros, que se distribuían localmente.

    Recién a inicios del siglo XX un francés llamado Pierre Denis vendió la idea de industrializar el producto a los propietarios de la hacienda, la familia Zaldumbide, que importó maquinaria y botellas francesas para el envasado. “Eran botellas verdes, como las del famoso champán europeo Perrier, pero las nuestras tenían el oso polar en la mitad”, relata Marta Zaldumbide, bisnieta del fundador de la firma y hasta hace dos años accionista de la compañía.

    El producto se comercializaba en boticas de Quito. “La gente no estaba acostumbrada a tomar agua mineral, se la usaba como purgante”, dice.

    La demanda no producía suficientes ingresos para pagar la costosa maquinaria, por lo que la familia buscó inversionistas. El principal accionista fue Ricardo Fernández Salvador. “En Machachi se decía que don Ricardo hizo agua sus haciendas porque vendió todo para comprar Tesalia”, relata Zaldumbide.

    Con este capital, en 1921 se constituyó The Tesalia Springs Co., la primera empresa ecuatoriana de bebidas, que compró nueva maquinaria.

    Entonces, la firma emprendió una estrategia agresiva de comercialización. Para 1930, Güitig había dejado de ser una medicina para tomar el lugar del champán en el centro de la mesa.

    En 1940 la firma había alcanzado ya a la Sierra centro y arrancó la distribución de Güitig a la Costa ecuatoriana, que se hizo en tren. “Fue el ‘boom’ de la Güitig”, recuerda Zaldumbide con absoluta lucidez a sus 85 años de edad.

    Juan Amable Jácome, de 81 años y quien aún trabaja como jardinero en The Tesalia Springs Company, conoce de cerca la historia de esta empresa. Nació en 1932 y trabajó en la empresa desde que cumplió 16 años. “Al principio, todo era manual. Las botellas se tapaban con tusas de mazorcas, que salían disparadas por la fuerza del agua. La Güitig se sacaba a vender a lomo de mula o burro”. Luego se importaron corchos y maquinaria, recuerda.

    Pese a los cambios e innovaciones que se dieron en décadas posteriores, Tesalia siempre mantuvo una tradición ecuatoriana hasta el año pasado, cuando sus accionistas decidieron firmar una alianza para compartir el 50% de su operación con Corporación de Bebidas Continental y del Caribe (CBC), cuya sede está en de Guatemala.

  • Güitig se diversifica para un cliente más exigente

    redacción guayaquil

    El valle de Machachi está ubicado a 35 kilómetros al sur de Quito. En esa zona, en la que abundan las fuentes hidrominerales, se encuentran los manantiales de Güitig.

    Esta marca, que nació en la década de 1880, busca renovarse. Con un 90% de participación en el mercado de aguas minerales, Güitig ha emprendido estrategias para conquistar nuevos consumidores. La primera acción fue renovar su imagen y la puso en marcha en febrero pasado. Esto incluyó un cambio de logotipo, que dio a la marca un estilo más elegante.

    Este tipo de acciones hicieron que Güitig ingrese, en mayo de este año, al Marketing Hall of Fame Ecuador.

    Esta vez, la marca apunta a llegar a un consumidor más exigente, con su nuevo envase de vidrio. El lanzamiento se realizó la semana pasada en Guayaquil.

    Claudia Núñez, la gerenta de Marca de Güitig, explica que con este nuevo envase se busca rescatar el antiguo hábito ecuatoriano de tomar agua mineral con las comidas. Esta presentación -sostiene- es más sofisticada y apunta a ser consumida, principalmente en restaurantes, bares y cafeterías.

    Para el lanzamiento, la marca de aguas minerales trajo a Ecuador al antropólogo austríaco Michael Mascha, un sommelier de aguas. El experto mantiene la página web www.finewaters.com, en la que comenta sobre las aguas más finas a escala global. Güitig es la única ecuatoriana en su lista y se ‘codea’ con marcas como Badoit (Francia), Santa Vittoria (Italia), Iskilde (Dinamarca) y Ice Swan (Chile).

    Mascha asegura que lo que diferencia a las aguas finas de las aguas industriales es que las primeras provienen de una fuente natural y no son sometidas a procesos industriales. «Güitig, por ejemplo, es naturalmente carbonatada. Hay muchas aguas en el mundo que añaden CO ² industrialmente y eso altera su calidad y su sabor».

    Otra estrategia de Güitig es implementar un plan de capacitación en los restaurantes en todo el país. Así lo asegura Núñez. La idea es que el personal aprenda desde el maridaje del agua con las comidas, hasta la preparación de platillos especiales con agua mineral.

    Envase de vidrio
    La presentación. La botella está disponible en dos presentaciones: 330 y 700 mililitros.

    Los puntos de venta. Será comercializada, principalmente, en restaurantes.

    LA CIFRA
    70 millones (lt) produce al año Güitig.

  • Cuatro sabores se suman al agua mineral

    Redacción Quito

    Mora, piña, maracuyá y hierbaluisa son los cuatro sabores de agua mineral que lanzó Güitig. Desde el pasado 21 de julio, esta marca puso en las perchas estos nuevos productos. Las botellas estarán a disposición del público por tres meses, explica Claudia Núñez, brand mánager Güitig.

    La funcionaria explicó que lanzaron esta iniciativa, denominada Sabores de mi Tierra, como un homenaje de Güitig a Ecuador por sus 105 años de aniversario. «Un sabor por cada región (…) Mora por la Sierra, Piña por la Costa, Maracuyá por la Amazonía y Hierbaluisa por Galápagos (…) Creemos que revitalizar nuestra esencia es parte de lo que nos hace orgullosamente ecuatorianos».

    La idea de incluir sabores frutales es parte de la innovación para los consumidores que buscan esta bebida. Entre estos últimos se halla María Teresa Silva, quien tiene 80 años y es una fanática de Güitig desde que tiene uso de razón. Por eso es que no tardó en probar los nuevos sabores. «Me parecen bastante sabrosos. Recientemente estaba enferma del estómago y tomé el de hierbaluisa y me sentí mejor. Desde que soy niña me han dicho que esta es un agua mineral curativa».

    Comentarios como estos han llegado hasta la empresa fabricante. Una de las cosas que más ha destacado el público es que la firma impulse la esencia del país.

    De hecho, para desarrollar esta campaña la empresa hizo un estudio para determinar cuáles eran los sabores y frutos característicos de cada zona. Posteriormente, desarrolló un análisis para definir las fórmulas con los consumidores y obtuvo los cuatro productos, que se comercializan en tiendas y autoservicios.

    El precio de venta es USD 0,70 en presentación de 500 mililitros en botellas pet y de USD 2,20 en presentación de 700 ml de vidrio no retornable.

    Para consumidores como Mariana Paredes estos son precios razonables. «Es un producto natural y no tengo inconvenientes en pagar. Además, me agrada que tengan sabores, principalmente los de mora y maracuyá, porque me encantan los frutos cítricos que hay en el país».

    La empresa tomó en cuenta esta demanda que existe en el público nacional, por lo que viene trabajando en el proyecto desde mediados del 2013.

    La firma también ha presentado otras innovaciones entre las que está la imagen de sus botellas. Allí no se observa el clásico oso polar en el hielo, que marcó a diversas generaciones de ecuatorianos.

    Con ello la marca ha buscado llegar a un consumidor más exigente, con su envase de vidrio. La idea es que el producto sea consumido durante las comidas.

    De acuerdo con los estudios de investigación de la firma, Güitig tiene una participación en el mercado ecuatoriano de un 95%, «siendo líder en la categoría desde 1909». La meta, dicen sus ejecutivos, es convertirse en una de las top 5 de marcas de bebidas refrescantes no alcohólicas del Ecuador.

    Historia y contexto

    El envasado del agua mineral. Este empezó a finales del siglo XIX de manera artesanal, en botellas de vidrio de 20 litros. En sus inicios, el agua se usaba como un producto medicinal, que se comercializaba en diferentes boticas de Quito.

    La presentación. La marca presentó los nuevos sabores en las fuentes hidrominerales en Machachi (cantón Mejía, Pichincha); en esas instalaciones nace Güitig, desde sus orígenes en 1880.