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  • MercadoLibre, un gigante digital con el hambre intacta tras entrar al Nasdaq

    Agencia EFE

    Con un valor de mercado de USD 12 000 millones y 4 000 empleados en plantilla, el gigante de comercio electrónico de Latinoamérica MercadoLibre mantiene «intacta» el «hambre» de seguir creciendo tras entrar al índice estadounidense Nasdaq 100, fiel a su «ADN» emprendedor.

    «La base del éxito de MercadoLibre es saber tomar riesgos que un negocio tradicional no está dispuesto a asumir. No tenemos miedo», asegura Sean Summers, vicepresidente del área de comercio electrónico o Marketplace de la firma, en una entrevista con Efe en sus oficinas de la localidad bonaerense de Vicente López.

    Allí, a 13 kilómetros del centro de la capital argentina, en una imponente torre que alberga sedes de distintas corporaciones, MercadoLibre ocupa 4.000 metros cuadrados, un espacio horizontal -no existen los despachos- y sostenible -con un jardín vertical y centrado en el ahorro energético-.

    Su historia arrancó en 1999 de mano de Marcos Galperín, un joven de 28 años, y otros tres amigos, en un garaje.

    Nadie sospechaba que 18 años después se hubiese convertido en un auténtico monstruo digital en América Latina: trabaja en 19 países de la región, tiene sedes en 8 de ellos (Brasil, Argentina, Colombia, Uruguay, Chile, Venezuela, Perú y México) y en junio, ingresó al Nasdaq 100, tras la salida de Yahoo al ser comprada por Verizon.

    MercadoLibre se convirtió así en la primera firma latinoamericana en llegar al índice bursátil estadounidense, en el que cotizan las 100 empresas más importantes de la industria tecnológica.

    «Es un pequeño hito pero con mucha relevancia porque reemplazamos a un histórico de internet como Yahoo. Es un premio, una validación de 18 años evangelizando el desarrollo del comercio electrónico y de los pagos digitales en la región», señala Summers.

    La empresa cerró 2016 con USD 136,4 millones en ingresos, 8 millones de vendedores y casi 30 de compradores en la plataforma, en la que se vendieron productos por un valor de 8.000 millones de dólares.

    Pese a todos estos «millones», Summers insiste en que mantienen su «ADN» emprendedor y no se olvidan de sus orígenes. Según cuenta, los primeros años fueron «duros», ya que hasta 2005 no empezaron a ser rentables y estuvieron cerca de «volcar» en «infinidad» de ocasiones.

    En su opinión, MercadoLibre ha jugado un papel esencial para extender la vocación emprendedora en una región que no lo es tanto: «Latinoamérica es conservadora y el fracaso está mal visto. Es un estigma, no lo ven como parte del camino que te lleva al éxito».

    Para él, históricamente no ha habido incentivos ni foco en los emprendedores, quienes, destaca, no buscan «ningún favor» de las instituciones: «lo único que pedimos son normas claras» y que no «sobrerregulen de manera innecesaria».

    «Latinoamérica tiene una oportunidad de abrazar a las pymes y no lo hace. En las economías más desarrolladas del mundo, ellas son el motor, no los grandes grupos económicos. Pero aquí esa no es la percepción de la clase política o el establishment económico, y el talento se va a otros lados», apunta.

    Summers defiende que además de asumir riesgos, el emprendedor es aquel que «crea cosas nuevas, se involucra en la comunidad y genera empleo de calidad».

    Aunque admite que en países como Argentina o Chile empiezan a comprender esto y a acercarse a ellos, todavía están a medio camino: «El acceso a servicios financieros es muy bajo. El crédito a las empresas en Argentina supone un 15 % del Producto Bruto Interno, frente al 98 % de Europa y el 190 % en Estados Unidos», critica.

    Con eso en mente y en línea con su «misión» de «democratizar» el dinero y el comercio electrónico en la región, hace un año lanzaron en el país austral Mercado Crédito, una fuente alternativa de financiación para emprendedores que aprovecha los avances tecnológicos y se aleja de los obstáculos burocráticos de la banca tradicional.

    En dos «clicks», sin papeles ni documentos, el cliente obtiene un crédito «con muy buenas tasas», que suele rondar los USD 6 000 , aunque varía según el historial y el riesgo de cada uno. De hecho, han llegado a entregar algunos por 65 000.

    A través de este medio, en Argentina ya dieron 4 700 préstamos por un valor de 425 millones de pesos (unos USD 24 millones).

    La plataforma está también en Brasil, llegará pronto a México y, como todas las iniciativas de la firma, el objetivo es que gradualmente se vaya instalando, al menos, en el resto de sus ocho mercados principales.

    Sin pausa, sin prisa y, sobre todo, «sin dormirse», la firma ha logrado mantener tasas de crecimiento anual de cerca del 50 % y espera cerrar 2017 con casi 5.000 empleados.

    El secreto? «No nos enamoramos, incluso de las cosas que hacemos bien. Constantemente estamos pensando: hay una forma de hacerlo mejor?», revela Summers.

    MercadoLibre ocupa 4 000 metros cuadrados, un espacio horizontal -no existen los despachos- y sostenible -con un jardín vertical y centrado en el ahorro energético. Foto: Captura de pantalla
    MercadoLibre ocupa 4 000 metros cuadrados, un espacio horizontal -no existen los despachos- y sostenible -con un jardín vertical y centrado en el ahorro energético. Foto: Captura de pantalla
  • Hambre y libre comercio: una relación compleja sin una receta clara

    Agencia EFE

    Igual que el libre comercio ha contribuido al desarrollo de distintos países, también puede hacer peligrar la seguridad alimentaria en otros, una cuestión compleja y de difícil respuesta. Así lo afirmó, por ejemplo, el economista de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) George Rapsomanikis este jueves (28 de mayo de 2015) en declaraciones a Efe, que el libre comercio es un «asunto sensible» cuando se relaciona con la alimentación de las personas.

    Actualmente no solo imperan los planteamientos más liberales, sino que muchos países siguen apoyando su agricultura local con subsidios, ayudas directas a los productores o medidas proteccionistas, entre otras. Ese apoyo «distorsiona en parte» el mercado internacional, aseguró Rapsomanikis.

    A su juicio, los países ricos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) continúan respaldando el sector primario, pero menos que antes y al margen de la producción, mientras que en Estados emergentes como China o la India esas ayudas están aumentando.

    La principal preocupación de estos dos países, dijo, es que «tienen mucha población pobre y una gran inseguridad alimentaria, por lo que intentan aumentar su producción» para alimentar a los más vulnerables.

    El caso indio es paradigmático, ya que llegó a paralizar en 2013 de manera temporal las negociaciones para un acuerdo en la Organización Mundial del Comercio, en defensa de su política de subsidios agrícolas.

    En otros casos, los países en desarrollo optaron por restringir las exportaciones y prohibir las importaciones para garantizar su producción interna cuando hace unos años trataban de mantener su producción interna mientras los precios de las materias primas estaban al alza.

    «En África ciertos países quisieron protegerse prohibiendo las exportaciones, aislando su sector agrícola sin que los precios aumentasen, y crearon dificultades en los países vecinos y tradicionales socios de comercio», argumentó Rapsomanikis.

    En el informe divulgado esta semana por las agencias de la ONU en Roma sobre el estado de la inseguridad alimentaria en el mundo se aborda la relación entre el comercio y el hambre sin una receta clara.

    Las Naciones Unidas recomiendan de forma genérica que los países apliquen con flexibilidad las medidas «más efectivas» para evitar que la seguridad alimentaria peligre con las prácticas de libre comercio, el cual -reconocen- no es «ni una amenaza ni la panacea».

    Se trata de un llamamiento a adaptarse al mercado agrícola actual, que ha pasado de la estabilidad a la volatilidad de los precios, cada vez más condicionados por los cambios en la economía o el clima. El informe de la ONU cita por igual ventajas e inconvenientes del libre comercio en la agricultura.

    Por una parte, ese fenómeno dinamiza la producción local con más inversiones, aumenta la variedad de alimentos disponibles, los precios disminuyen en aquellos países acostumbrados a importar alimentos y se promueven sistemas de control internacionales y una dieta más equilibrada.

    Sin embargo, el estudio también alerta de que los países exportadores netos de alimentos pueden acabar destinando sus productos al mercado internacional cuando los precios están al alza y dejar sin suministro a la demanda interna, así como perder competitividad o capacidad de reacción cuando haya desequilibrios. La experiencia, además, varía de país a país.

    La ONU admite que las reformas económicas en China han reducido la pobreza y el hambre, y el comercio ha jugado un papel clave para estimular su crecimiento. En Nigeria y Chile la apertura al libre comercio ha incentivado la producción agrícola, al igual que en Perú, que combinó esa transformación con programas sociales para evitar efectos negativos en la población más desfavorecida.

    Del lado contrario, Guatemala, Kenia, Senegal y Tanzania han visto cómo su lucha contra el hambre se ralentizaba ante el impacto del libre comercio, según el informe, que ve en la falta de acceso al crédito y otros recursos uno de los impedimentos para el desarrollo agrícola en este mundo globalizado. 

    La ONU también señaló que las reformas económicas en China han reducido la pobreza y el hambre. Foto referencial: Pixabay
    La ONU también señaló que las reformas económicas en China han reducido la pobreza y el hambre. Foto referencial: Pixabay
  • La ONU cree que erradicar el hambre está muy cerca pero requiere compromiso

    Agencia EFE

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    La Organización de Naciones Unidas (ONU) consideró es miércoles (27 de mayo) en Roma que es posible erradicar el hambre, que aún padecen en el mundo casi 800 millones de personas, pero pidió compromiso político y social para lograrlo.

    Así lo dijo el director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, quien sostuvo que erradicar el hambre es un objetivo que está «muy cerca» de conseguirse y pidió compromiso político para lograrlo.

    «Estamos muy cerca, pero desgraciadamente no hemos logrado la meta para 2015», dijo Da Silva en la presentación del informe sobre el estado de la inseguridad alimentaria publicado por la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), todos con sede en la capital italiana.

    El texto revela que la meta de reducir a la mitad la proporción de personas que pasan hambre está a punto de cumplirse pero siguen desnutridas 795 millones de personas, cifra que ha disminuido en 167 millones en la última década y en 216 millones desde 1990.

    «El mensaje principal y más importante es que de 129 países en vías de desarrollo, 72 han alcanzado ya el Objetivo del Milenio. Podemos erradicar el hambre», sentenció Da Silva, quien incidió en la necesidad de desarrollar «políticas activas» para lograrlo.

    Se refirió a la voluntad política como la clave para explicar la reducción del hambre en estos países, aunque también apuntó al compromiso social porque «es la sociedad la que quiere erradicar el hambre y la que lo lleva como la gran prioridad».

    Las agencias de la ONU destacan que un factor clave para luchar contra la desnutrición es el crecimiento económico inclusivo, con nuevas oportunidades de desarrollo para los pobres. En este sentido, Da Silva destacó la necesidad de «buenos empleos, empleos decentes» y «políticas activas para erradicar el hambre», especialmente en las áreas rurales, porque «el crecimiento por sí mismo no resuelve la pobreza ni el hambre».

    Por el contrario, los conflictos, la inestabilidad política y los desastres naturales han conllevado crisis en diferentes países, aumentando su vulnerabilidad y el hambre entre su población, de acuerdo al informe.

    «Es muy importante que los países menos desarrollados llamen a la comunidad internacional a que les ayude a superar los problemas persistentes», sentenció Da Silva, quien aseguró que la ayuda internacional actualmente «se concentra en afrontar emergencias». «No podemos solo actuar para aliviar los primeros problemas tras un desastre.

    El objetivo de la ayuda internacional es crear resiliencia», apostilló. Añadió que la crisis, que ha afectado «fuertemente» a los países desarrollados, también lo hace a los que están en vías de desarrollo, en los que hay desde hace dos años «una disminución en el ritmo de reducción de pobreza extrema y desnutrición».

    La vicepresidenta del FIDA, Josefina Stubbs, insistió en la importancia del desarrollo agrícola para avanzar en los objetivos, porque «tres cuartas partes de las personas pobres y hambrientas están en áreas rurales». Estas zonas necesitan «inclusión» para que las poblaciones rurales puedan «contribuir a seguridad alimentaria, que lograrán si tienen acceso a los mercados y apoyo financiero».

    El director del área de Programas y Políticas del BMA, Stanlake Samkange, abogó por «proteger lo que se ha alcanzado» y en mantener la determinación «para avanzar en los trabajos aún no completados».

    El informe sostiene que por zonas, América Latina, el Cáucaso, las regiones del sudeste, el este y el centro de Asia y las del norte y el oeste de África consiguieron alcanzar el objetivo por su rápido progreso en reducir la desnutrición.

    Los avances han sido más lentos en el Caribe, Oceanía, el Sudeste Asiático y en el sur y el este de África, mientras que el hambre ha aumentado en el centro de África y el oeste de Asia. Actualmente el Sur de Asia concentra el mayor número de personas desnutridas, 281 millones, mientras que en África subsahariana el 23,2% de la población pasa hambre. 

    Hay 795 millones de personas desnutridas en el mundo, pese a los avances globales para reducir el hambre. Foto referencial: Pixabay
    Hay 795 millones de personas desnutridas en el mundo, pese a los avances globales para reducir el hambre. Foto referencial: Pixabay