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  • Camisetas y gorras hechas según el gusto del cliente

    María Victoria Espinosa

    Las camisetas personalizadas fueron la clave para que el negocio Salmos Store ganara clientes a escala nacional.

    Andrea Zambrano, diseñadora y propietaria de la marca, cuenta que hace tres años junto a su pareja Manuel Ramos decidieron emprender un negocio, que les permitiera mejorar sus ingresos.

    Ramos ya tenía conocimiento en el ámbito textil porque su familia poseía un taller. Así que aprovecharon este lugar para empezar.

    En hilos y telas invirtieron alrededor de USD 150, para empezar.

    Las primeras camisetas que fabricaron fueron floreadas porque esa era la tendencia. Pero no llegaron a los clientes. “Vendimos muy poco en nuestra primera colección. Pero no nos rendimos”.

    Los emprendedores decidieron empezar a crear sus propios diseños. Por eso el concepto de la segunda colección fue plasmar las emociones de sus clientes en las camisetas. Así empezaron a personalizarlas con fotografías y frases. Luego añadieron imágenes de moda. El primer año fue difícil porque apenas empezaban a conocerse en Santo Domingo y las redes sociales no despegaban aún.

    Pero decidieron armar una estrategia publicitaria. Tomaron fotografías de su trabajo, de los pedidos y del local. Con ese material contrataron un paquete de publicidad en Facebook y empezaron a ganar seguidores. En la actualidad tienen más de 30 000.

    También, empezaron a participar en ferias artesanales y comerciales en la provincia tsáchila y a ser parte de desfiles de modas de las academias de modelaje.

    Poco a poco los clientes empezaron a llegar y de 10 pedidos mensuales pasaron a 30. Así que decidieron seguir innovando e hicieron una colección de gorras con frases elaboradas con vinil térmico y parches para evitar que el bordado arrugue la tela.

    Para eso invirtieron unos USD 10 000 en máquinas para la elaboración de nuevos diseños.
    Los niños y jóvenes empezaron a interesarse por estos productos y así empezó crecer la comunidad en las redes sociales. También se les abrió un nuevo nicho de mercado que fueron los colegios.

    Desde hace dos años, aproximadamente, reciben pedidos de los estudiantes para que les confeccionen los uniformes para los juegos deportivos escolares.

    Estos uniformes ya no son réplicas de los equipos de futbol nacionales e internacionales.
    Zambrano les diseña propuestas más originales. Para las mujeres se han hechos diseños basados en unicornios, emoticones, flores, aliens. Los hombres prefieren personajes de series, frases o combinación de colores, entre otros.

    Karla Cruz ha realizado varios pedidos a Salmos Store. Ella señala que sigue comprando por la calidad de las prendas y porque las tallas son exactas. “Cuando son para regalo, les envío la foto de la persona y ellos modifican la talla para que quede perfecta”.

    Este último año también están trabajando con las empresas de Santo Domingo en la elaboración de camisetas, uniformes y tazas personalizadas para regalar a los clientes o trabajadores.

    Este mes imprimieron calendarios o frases motivadoras en las tazas con la marca de la empresa. También, ofertan jarros mágicos, que al colocarle agua caliente cambia de color y se puede apreciar un mensaje o fotografía.

    Estos productos se están promocionando a través de las historias de la red social Instagram, que ya tiene más de 4 000 seguidores.

    Todos los días, los emprendedores alimentan páginas con nuevos diseños o promociones. “Por cada historia que subimos, al menos tenemos dos pedidos asegurados a nivel nacional”, dijo Zambrano.

    Andrea Zambrano es la diseñadora y propietaria del negocio Salmos Store, que nació en Santo Domingo y elabora camisetas, gorras y almohadones con diseños originales. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    Andrea Zambrano es la diseñadora y propietaria del negocio Salmos Store, que nació en Santo Domingo y elabora camisetas, gorras y almohadones con diseños originales. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • La Amazonía se refleja en sus obras hechas en piedra de río

    Redacción Quito

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    Guido Sotomayor creció entre el arte y los libros. Este ambiente fue el propicio para desarrollar su gusto por la cultura y sus manifestaciones.

    Orfebre de profesión, estudió en la Escuela Bernardo de Legarda, con una beca del Banco Central. Ahí se especializó en la recuperación de las técnicas de la antigua Escuela Quiteña.
    Tras esta instrucción decidió hacer una investigación propia sobre los materiales alternativos con los que podía trabajar y sobre la iconografía de las culturas ancestrales de la Amazonía.

    Fue entonces cuando empezó a trabajar utilizando como inspiración los petroglifos hallados en la Amazonía ecuatoriana en su taller denominado Curi (oro) Huaira (viento). La inversión inicial para el taller fue en sucres, pero calculado en dólares, se acerca a USD 500. De eso han pasado ya 27 años.

    Una ventaja que tuvo en esa época es que la beca del Central le otorgó un fondo para invertir.
    Sotomayor optó por diseños de petroglifos, porque además de rescatar el valor estético de estos signos, considera que “permiten reflejar algo que está de una manera subjetiva en la cultura”. La iconografía que utiliza es producto de investigaciones de la Fundación Sinchisacha, con la que trabaja desde los inicios del taller.

    Después de utilizar diversos materiales para sus obras, entre ellos la tagua, la chonta, la madera, el cuero y la concha Spondylus, Sotomayor se enfocó principalmente en la piedra de río, que es un material que no se usa comúnmente, unido con la plata en incrustaciones y piedras semipreciosas como amatistas, turquesas y esmeraldas. “No hay limitación en cuanto al uso del material”, asegura el orfebre, que trabaja con dos artesanos que le ayudan con las obras según la necesidad.

    Para producir cada mes invierte entre USD 1 000 y 1 200. Los precios de sus obras van desde USD 30 hasta 500, dependiendo de la pieza.

    Las ventas mensuales alcanzan alrededor de los USD 3 000, pero varía según las temporadas. Por ejemplo, en noviembre y diciembre hay más comercialización por la cercanía de la Navidad.

    Los meses de junio y julio son otra época de buenas ventas, pues hay comercialización de joyería en los Estados Unidos, a donde sus productos llegan a manos de turistas que visitan Ecuador, además de dos clientes que se contactaron con Sotomayor a través de ProEcuador. La comercialización en el país se realiza en el Museo Mindalae, la Galería Gourmet Ecuador y en Ethniccollection.

    En las temporadas más altas se pueden elaborar hasta 200 unidades por mes. Las piezas, que pueden ser collares, colgantes, aretes, anillos, pisapapeles y adornos, son elaboradas a mano.
    Además, hay un trabajo previo de recolección de las piedras en las cascadas y ríos de la Amazonía, la preparación del material, pulido, escoger el diseño, etc.

    Su trabajo obtuvo una distinción por la Unesco en el 2014, cuando recibió el Reconocimiento a la Excelencia Artesanal.

    Guido Sotomayor utiliza la piedra de río, plata y piedras semipreciosas para sus obras con símbolos con diseños y materiales amazónicos. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
    Guido Sotomayor utiliza la piedra de río, plata y piedras semipreciosas para sus obras con símbolos con diseños y materiales amazónicos. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES