Etiqueta: hermanas

  • Dos hermanas emprenden asociadas con un artesano

    Redacción Guayaquil

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    La pasión que desde pequeñas comparten las hermanas Amy y Dayana Monroy, de 22 y 26 años por los zapatos de punta las hizo emprender y crear su propia marca: Calzado Monroy.

    La idea nació luego de que Dayana, quien es periodista, se contactara con un artesano del calzado para una entrevista. Ella le compró unos zapatos y él le ofreció trabajar juntos con sus productos.

    El proyecto estuvo rondando la cabeza de la comunicadora y se lo comentó a Amy y a su mamá Teresa Tapia. Ellas, al observar la excelente calidad de los zapatos que Dayana compró, decidieron probar suerte en este negocio.

    Con una inversión cercana a los USD 600 empezaron solicitando 15 pares de zapatos para vender bajo pedido. Poco a poco fueron incrementando la producción para cubrir la demanda que tenían.

    Los primeros modelos que elaboraron fueron los zapatos puntiagudos que tanto les gustan a las dos jóvenes y los flats. Al inicio solo le vendían a familiares y a amigos hasta que después se promocionaron en las redes sociales donde lograron desarrollarse.

    Luego Amy, estudiante de comercio exterior, logró cerrar un contrato con la Asociación de Trabajadores del Banco del Pacífico entidad donde ella había trabajado. “Nosotros somos sus proveedores y le vendemos nuestros calzado con descuentos”.

    Debido a la alta demanda de clientes decidieron realizar una inversión mayor de USD 20 000. Además, tuvieron que a abrir un local en la ciudadela Garzota, en el norte de Guayaquil, para que sus compradores pueden acudir a adquirir lo que ofrece la marca.

    Esta tienda va a ser cerrada para en los próximos días abrir un local en la calle principal de Urdesa también en el norte de la urbe. Entre sus objetivos están que sus modelos puedan ser adquiridos en diferentes boutiques del país.

    Suggey Gaviria, de 22 años, compro calzado Monroy para ella y su familia porque le gustan y son económicos. “Me gustan los modelos, son muy cómodos y utilizan una plantilla especial”.

    Gaviria también adquiere estos zapatos para regalos entre sus amigas. “Los recomiendo sobre todos los de puntas porque los modelos son increíbles”.

    Amy explica que los diseños de los zapatos son entregados por ella o por su hermana para que el artesano, Eduardo Beltrán, quien es lojano, pero tiene su taller en el Puerto Principal, los elabore.

    “Nosotras elegimos los modelos y el material que se va a utilizar y ‘Don Edu’ los confecciona”, dice Amy. El primer calzado que es el de muestra siempre se lo prueba ella. “Me encargo de probar que no haya molestias al caminar y luego damos el visto bueno para que confeccione los demás”.

    En la actualidad, Monroy tiene cuatro modelos de zapatos para mujeres aunque aspiran luego extender su marca y crear también calzado para hombres y niños. Los precios de los zapatos de punta van desde los USD 45, los flats, 35; las sandalias, 28; y las plataformas 45.

    El emprendimiento ha generado varias plazas de empleo. En su taller Beltrán da trabajo a más de 20 jóvenes quienes se encargan de elaborar principalmente los zapatos Monroy y de otras marcas.

    Amy Monroy, de 22 años, es una de las creadoras de calzado Monroy.  Trabaja con su hermana Dayana; la tienda está en el norte de Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / LÌDERES
    Amy Monroy, de 22 años, es una de las creadoras de calzado Monroy. Trabaja con su hermana Dayana; la tienda está en el norte de Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / LÌDERES
  • Dos hermanas crecieron en medio de tortas y galletas

    Redacción Guayaquil

    Los cupcakes decorados con temáticas de personajes famosos, caricaturas, rostros y mensajes son el producto más demandado de Sugarland. Se trata del negocio creado por las hermanas Claudia y Melissa Yánez en el 2010.

    Lo que llevó a estas jóvenes guayaquileñas a emprender fue su pasión por la repostería, que cuentan, fue transmitida por su madre desde que eran niñas. “Crecimos en medio de sus tortas, galletas y dulces. Pronto aprendimos sus recetas”.

    Cuando cursaban el colegio y la universidad, respectivamente, la elaboración de estos postres era su pasatiempo. Los obsequiaban a sus conocidos y familiares en cumpleaños y otras ocasiones especiales. Luego, a inicios del 2010, surgieron los pedidos y con ellos la idea de hacer del pasatiempo una fuente de ingresos.

    Sin embargo, cuenta Claudia, la decoración no era su fuerte. Por ese motivo, en febrero de ese año, se inscribieron en cursos de decoración de tortas en Cosas de Cocina, local especializado en repostería.

    El siguiente paso fue la compra de utensilios de decoración al mes siguiente. Para ello invirtieron USD 1 000, que financiaron con un préstamo de sus padres. Los materiales los compraron en Houston (EE.UU.), ciudad a la que viajan cada año a visitar a su hermana mayor.

    Así, al retornar al país de su viaje, iniciaron Sugarland. Los postres los elaboran en su domicilio ubicado en la ciudadela Miraflores (norte de Guayaquil). El sistema de ventas es bajo pedido y el cliente se encarga de ir a retirar los productos.

    Para estas hermanas la presentación es fundamental. Se preocupan por los acabados decorativos y tratan de innovar constantemente. Por este motivo, en marzo de este año tomaron otro curso de decoración en Houston.

    Además, los productos los ofrecen en cajas decoradas. “Así, los dulces están listos para entregar como obsequio”, comentan. Muchos de los empaques son elaborados por ellas mismas.

    Lorena Manrique es clienta de Sugarland. Ella conoció del emprendimiento a través de una amiga que le dio buenas referencias. Ha comprado negritos y tortas en distintas ocasiones. Resalta el buen sabor y la frescura de los postres.

    Sobre los precios, dicen que dependen del decorado. En el caso de los cupcakes, la caja de cuatro tiene un precio de USD 10. También ofrecen docenas de cupcakes sin decorar, por un valor de USD 20.

    Por las ventas facturan aproximadamente USD 600 al mes. Sin embargo, en temporadas altas, como la época de Navidad, la facturación llega a USD 1 000.

    Otra clienta es Mishelle Chávez. Dice que los cupcakes son sus productos preferidos ya que son una excelente opción para obsequiar a las amistades. “Lo que me gusta de Sugarland es la oportunidad que ofrecen de personalizar los diseños”, dice.

    Los materiales

    Los utensilios. Para elaborar la decoración utilizan implementos importados de los Estados Unidos.
    La materia prima. Los ingredientes como harina y azúcar los compran localmente. Tienen distribuidores específicos en la ciudad a quienes compran de modo regular.

  • Cuatro hermanas se inspiran en el rock para diseñar

    Redacción Quito

    Las hermanas Gabriela, Cristina, Diana y Sofía Freire tenían planes por separado, pero desde el 2010 trabajan juntas en su emprendimiento Edgy64.

    Este negocio diseña ropa inspirada en el rock, un estilo de vida que las cuatro comparten y que no se limita a la música. “El propósito también fue unir a la escena femenina de rock, y en cada concierto integrar amigas”, cuenta Gabriela.

    Ella junto a Cristina y Diana decidieron incursionar en la fabricación de ‘hoodies’ (capuchas) con rosas y pistolas, un estilo basado en la banda de rock estadounidense Guns N’ Roses. Su idea era vender el producto entre las fans del grupo, antes del concierto en Quito en abril del 2010.

    Las capuchas se confeccionaron con las telas de algodón que Gabriela había comprado para su desfile de graduación, en diseño de modas de la Universidad San Francisco. Así surgió la colección ‘Tough Love’ y el desarrollo de la marca Edgy64.

    50 capuchas quedaron listas para la venta por USD 40 cada una, pero al llegar al concierto se dieron cuenta que no era tan fácil. “Terminamos comiendo pizza”, dice Diana, a cargo de la imagen.

    Luego de esa experiencia, Cristina desarrolló el sitio edgy64.com, una página en Facebook, un blog y un catálogo.

    La venta inició con amistades. Pero el gran salto ocurrió cuando sus ‘hoodies’ fueron parte de la pasarela del Ecuador Fashion Week del 2010. Luego de esa presentación su ‘stock’ se agotó.

    Para Gabriela Chonlong, una de sus clientas, los diseños de Edgy64 son “versátiles, femeninos e intrépidos” y representan a chicas independientes, roqueras. Ella posee 10 prendas de tres colecciones.

    Otro espacio de promoción para esta microempresa fue el concurso Chica Edgy64, que buscaba mujeres con actitud para su catálogo y otras actividades. Participaron 30 jóvenes, de entre 17 y 20 años. La ganadora fue Melisa Iturralde.

    A esa actividad le siguió el Salinas Fashion Week, en febrero del 2011, con 16 prendas. Invirtieron USD 4 000 de las ganancias, ahorros y recursos familiares. El dinero lo usaron para la ropa, trasladar a 17 personas al lugar del desfile y realizar una sesión de fotos. Además, en octubre de ese año estuvieron en el desfile Contrastes con la colección RoadKiss, organizado por la Fundación Reina de Quito.

    Estas actividades se complementan con las ferias, donde exponen y venden sus diseños. La próxima será El Gran Bazar, del 5 al 7 de mayo, en Cumbayá.

    En este desarrollo Sofía aportó con una visión artística y de tendencias de moda, además de la producción de estands.

    También descubrieron otro nicho en los conciertos de rock. Mediante una alianza con la productora Alarma, en el 2010, lograron vender su ropa al interior de los ‘shows’ de bandas nacionales e internacionales o incluso fabricando prendas de artistas, explica Willy Mena, director ejecutivo de Alarma. Las hermanas consideran que Edgy64 está posicionada. Ahora buscan elevar la producción.

  • Dos hermanas llevan los negocios en al piel

    Redacción Quito

    Son jóvenes. Hermanas. Atractivas. Y no le tienen miedo al emprendimiento. Estos son los pilares para sostener su negocio dedicado a la belleza: Therapiel. Andrea y Adriana Martínez decidieron endeudarse este año para sacar adelante su proyecto.

    USD 35 000 en inversión sirvieron para levantar la idea. Y los resultados positivos han sido inmediatos, USD 7 000 mensuales en facturación.

    Therapiel es un centro de estética que ofrece tratamientos corporales, faciales, renovación de la piel, con máquinas de última tecnología, sin necesidad de llegar a técnicas invasivas, con cirugía o con inyecciones dolorosas. Ellas dicen que eso es lo que les diferencia de decenas de otros centros de estética en el país.

    Paula Chiriboga, una de sus clientes, resalta que lo que le motiva a ir a este centro es la atención personalizada y el seguimiento que hacen a cada una de las personas. «Los beneficios se observan inmediatamente, no son métodos invasivos. Eso me gusta. Y, además, te tratan como una familia».

    Para llegar a este nivel de excelencia, Andrea tuvo que luchar contra todo para hacer lo que más le gustaba. Pese a que ganó un Concurso Nacional de Economía, cuando cursaba sus estudios secundarios en el colegio Martín Cereré, y pese a que era buena estudiante universitaria de Leyes, abandonó todo por cumplir su sueño.

    Empezó a ahorrar parte de los ingresos que recibía por su trabajo a medio tiempo en American Airlines, recibiendo los vuelos en la noche. Con el dinero acumulado viajó a EE.UU. a estudiar estética, en Miami, en una escuela llamada Beauty School of America. «Ahí fue la experiencia más linda del mundo».

    Para costear los gastos en ese país, trabajaba en una tienda de ropa para hacer ejercicios, de lunes a viernes hasta las 23:00, viernes y sábado hasta las 01:00. Andrea, entonces, tenía solo 20 años.

    Al culminar sus estudios regresó al país y enseguida obtuvo trabajo de reemplazo en el concurso Reina de Quito, maquillando. Después entró al Miss Ecuador y allí empezó a hacer contactos para todo lo concerniente a maquillaje, especialmente para publicidad y novias.

    Posteriormente, viajó a Sao Paulo, Brasil, para especializarse. Estudió un año estética avanzada, con todas las nuevas tendencias que han salido al mercado para aprender a usar bien los equipos.

    ¿Por qué se considera de las mejores en el ramo? «Número uno, que me considero una persona que realmente estudió desde pequeña esto, que sé mucho, y que siempre voy a estar atendiendo yo. Aparte que hice la inversión en máquinas buenas, costosas, pero aparte de eso, es que siempre voy a estar yo y mi hermana, mi socia, que estudió lo mismo. Entonces siempre vamos a estar nosotras encargadas del cliente al 100%.».

  • Chocolates, flores y frutas traen réditos a dos hermanas

    Redacción Loja

    Facturar hasta USD 3 000 en un día con arreglos de flores, chocolates y frutas parecería imposible. Sin embargo Verónica Abad, lojana de 31 años, lo logró con su pequeña empresa de arreglos y tarjetería para fechas especiales.

    La cifra de esta facturación la alcanzó en mayo pasado. Cuando realizó trabajos de estos detalles, por el Día de la Madre, para empresas como el Banco de Loja, Cooperativa de Ahorro y Crédito Copmego, Banco Pichincha, así como por ventas a personas particulares.

    El costo mínimo de cada arreglo es de USD 20 y el máximo de USD 80, dependiendo de las exigencias del cliente. También realizan servicio a domicilio. Abad califica a su éxito como un sueño hecho realidad. Su microempresa la inició desde su casa y sin capital, hace seis años, en el 2007.

    Ella cuenta que el brazo derecho de su negocio es su hermana menor Silvana, de 23 años. La estrategia de su negocio pasa por realizar creaciones inéditas, mantener una publicidad cara a cara, es decir que el producto sea ofrecido personalmente y recomendando por los clientes que ya conocen la oferta.

    Las creaciones manuales son el punto fuerte de esta mujer emprendedora. Desde su adolescencia le llamó la atención crear, por eso decidió estudiar Diseño de Interiores en la Universidad Nacional de Loja. En la actualidad estudia Economía en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL).

    Su emprendimiento, llamado VerArte, estuvo en planes durante algunos años, pero se cristalizó en noviembre del 2012. Para implementarlo accedió a un crédito de USD 5 000 financiado por el Banco de Loja. El dinero lo invirtió en adecuar la estantería de madera y adquirir materia prima para sus trabajos.

    Hoy, la meta de Abad es abrir un almacén grande y fomentar fuentes de trabajo a más jóvenes que tienen la pasión del arte de crear cosas diferentes.

    Para Miguel Peñarreta, director de la escuela de Banca y Finanzas de la UTPL, la idea de negocio de Verónica Abad está cimentada en lo nuevo y a la vez tradicional. Además, las estrategias de mercado se han consolidado por el volumen de venta que ha alcanzado.

    Una de sus clientes es Gabriela Valdez quien compra los productos de VerArte para sus seres queridos. Además, cuenta que en ocasiones estos arreglos los ha enviado a conocidos en Estados Unidos.

    Los diseños de arreglos florales, frutas y chocolates de esta microempresa han sido distribuidos en los 16 cantones de la provincia de Loja, y en ciudades como Cuenca, Guayaquil, Quito, Ambato, entre otras.

    Sobre el negocio
    Lo más pedido.  Los diseños más vendidos son los desayunos Amorosos para cumpleaños y aniversarios.

    Las ventas.  La facturación diaria de VerArte, en días no festivos, es de USD 100, en promedio.

    LA CIFRA
    USD 5 000 obtuvo en un crédito para montar el negocio