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  • Las infusiones de hierbas, el eje de esta asociación

    José Luis Rosales

    (I)

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    En la producción y comercialización de hierbas aromáticas como manzanilla, cedrón, hierba buena, tomillo, entre otras, incursionó hace cinco años la Asociación de Desarrollo Comunitario Aromas del Cayambe.

    51 mujeres de la comunidad de Muyurku integran la organización, localizada a 15 minutos de este cantón del norte de Pichincha.

    Las olorosas plantas son cultivadas orgánicamente en los huertos de cada socia. Entre todas las integrantes mantienen en producción 14 variedades.

    En la última siembra, Olimpia Churuchumbi, una de las socias, plantó en su parcela menta, cedrón, eneldo y manzanilla. De esta última logra entre tres y cuatro cosechas al año.

    La actividad es prácticamente nueva en la localidad. La iniciativa surgió después de abrirse campo en la producción de hortalizas libre de químicos. Una asesora de la Casa Campesina de Cayambe les propuso como alternativa empezar a cultivar plántulas aromáticas y medicinales para vender a otras organizaciones campesinas, recuerda Rebeca Andrimba, líder de la asociación.

    La iniciativa se difundió hasta que llegó a oídos de la Fundación Maquita Cushunchic Comercializando como Hermanos, que les apoyó para la instalación de una planta de procesamiento de hierbas aromáticas. Andrimba explica que esa organización invirtió en la construcción de la infraestructura y en el equipamiento.

    Una de las presentaciones contiene hojas de ataco, ortiga negra, toronjil y lo recomiendan como una infusión relajante.
    Una de las presentaciones contiene hojas de ataco, ortiga negra, toronjil y lo recomiendan como una infusión relajante. Foto: Álvaro Pineda para Líderes

    El lugar está equipado con un área de recepción de la materia prima. También hay una sección de secado y presecado con bandejas y un horno. Finalmente, hay un molino y una sala para el empacado del producto.

    Este plan ha tenido altibajos. Pero con el plan Creciendo con su Negocio el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que se implementó en los cuatro últimos meses buscan dinamizar la empresa comunitaria.

    Los técnicos del área de Desarrollo Económico del PNUD les capacitaron a las campesinas para fortalecer las capacidades productivas, administrativas, operativas de la organización y a la vez vincularles al mercado.

    El objetivo es darle un enfoque empresarial, explica Carla Gómez, representante del PNUD. Es decir, que cada una de las emprendedoras conozca a detalle la cadena productiva y el papel que tienen que cumplir.

    Otro de los ejes que buscan resolver es un mercado seguro enfocados a la demanda de clientes para la producción. Con la asistencia del PNUD lograron vincular a la Asociación de Desarrollo Comunitario Aromas del Cayambe con la empresa Tippytea.

    Esta firma se dedica a elaborar mezclas para infusiones utilizando hierbas, flores, frutas, especias, hortalizas, con productos locales. Lo que se busca con la comunidad es que puedan mejorar la capacidad de producción, explica el gerente Guillermo Jarrín.

    Con esa alianza realizaron las primeras ventas. Estas mujeres kayambis no solo provén de hierbas aromáticas que cultivan en sus huertas. De ser necesario también recolectan especies que crecen en los campos como las rosas de castilla que se emplean en algunas de las fórmulas.

    También se trata de rescatar saberes y usos tradicionales de las comunidades indígenas.
    La costumbre de tomar agua aromática está arraigada en estas parcialidades. Los habitantes de Muyurku prefieren la infusión de tomillo, por ejemplo.

    Esta hierba, de hojas pequeñas y verdes y con una profunda fragancia, sirve para curar infecciones estomacales, asegura Andrimba.

    La campesina, de contextura y voz gruesa, cuenta que esta bebida con propiedades medicinales les permitió dejar de lado el café que antes compraban en tiendas.

    Un total de 51 mujeres de Muyurku integran  la Asociación de Desarrollo Comunitario Aromas del Cayambe.
    Un total de 51 mujeres de Muyurku integran la Asociación de Desarrollo Comunitario Aromas del Cayambe. Foto: Álvaro Pineda para Líderes
  • Las hierbas andinas son la materia prima para elaborar champú

    Modesto Moreta (F) 
    Contenido Intercultural

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    Aplicando los conocimientos andinos la microempresa Armana Pushku produce champú elaborado con hierbas ancestrales. Este tónico elimina la caspa y evita la caída del cabello.

    El yachak (sanador en español) Rufino Masaquiza hace 12 años trabaja en la recuperación de los saberes de los taitas y mamas de esa comunidad localizada en la vía Ambato-Baños, en Tungurahua.

    En su casa, ubicado a un costado de la carretera de doble carril, funciona un pequeño laboratorio. Allí prepara el romero, arrayán, el sauco, la ortiga y las raíces de la cabuya negra para producir el champú que lo comercializa a los turistas y a los vecinos del sector.

    Es más, el Ministerio de Salud Pública, luego de los análisis y pruebas respectivas, extendió el Registro Sanitario a Armana Pushka Shampoo alternativo elaborado por un Yachak.

    El proyecto se inició hace 2006. Masaquiza asegura que la investigación le tomó dos años y luego de varios cálculos comenzó a producir. Actualmente distribuye el champú en Salasaka y en Quito, pero la idea es abrir más mercados en otras ciudades como Otavalo. Mensualmente vende USD 400.

    Cuando obtiene un líquido color café oscuro agrega el sumo que logra tras machacar las raíces del cabuyo negro. Esta técnica aún la utilizan las mujeres de la comunidad para lavarse el cabello. “Esta fórmula ancestral le tonifica el cabello, hace más resistente e hidrata impidiendo la caída y la caspa”.

    Una de las recomendaciones es aplicarse en el cabello seco y luego de cinco minutos lavárselo. Sus clientes son los turistas que llegan de Cuenca, Ambato, Riobamba, Quito y otras ciudades.

    Hace tres años Oswaldo Moreta compra este producto. Dice que desde que lo utiliza comenzó a obtener resultados. Antes el cabello se le caía, ahora ese proceso disminuyó. También, dejó de tener caspa. “Es una buena idea aplicar los conocimientos antiguos indígenas en producir productos que ayuda a las demás personas”.

    Zoila Caizabanda también tiene esos conocimientos que los trasmitió a Masaquiza. La mujer cuenta que adquirió los conocimientos de su madre y los aplica con la familia y que mejor que ahora se desarrolle dentro de la comunidad estos saberes ancestrales para que la gente conozca .

    Recolecta las raíces de la cabuya, los limpian y guardas en una shigra. Luego se dirige a la fuente.

    Ella explica que las raíces de los pencos son machacadas con una piedra, luego se le friega y comienza a salir un líquido espumoso color blanco. Este se coloca sobre el cabello seco. “Hay que deja por unos cinco minutos y luego se lava, eso impide que se caiga o haya caspa”, asegura.

    Cuenta que en la antigüedad no había los detergentes, jabones y más productos, sino que utilizaba las yerbas y la cabuya para bañarse, sanarse de la sarna y otras enfermedades de la piel. Un frasco de shampoo 500 mililitros cuesta USD 3,50.

    La inversión inicial en su proyecto fue de USD 500. Los invirtió en la compra de los utensilios y los frascos para el envasado. Además, en los trámites para obtener el Registro Sanitario. “Eso garantiza la calidad del producto, que está probado. Por eso hay más gente que compra y con buenos resultados”, dice Masaquiza.

    Masaquiza se graduó en la Universidad Politécnica Salesiana como licenciado en Ciencias de la Educación e Intercultural Bilingüe. Ahí se relacionó que con expertos indígenas conocedores de la cultura andina.

    Este yachak es uno de los investigadores de la cultura Salasaka y de los saberes ancestrales de su pueblo. Trabaja en el rescate impartiendo sus conocimientos a los niños y jóvenes en cada uno de las fiestas que asiste, especialmente relacionadas como los raymis.

    Uno de los proyectos también es producir cremas y pomadas para sanar la sarna y otras enfermedades de la piel. Además, utilizar el tzawar mishki, bebida extraída del penco negro, para eliminar los dolores de huesos, desinflamar la próstata, en la hidratación y otras hierbas andinas para curar los problemas de dermatitis como la sarna y hongos.

    Modesto Moreta/Líderes Rufino Masaquizaproduce champú usando las hierbas y raíces del penco negro, de donde se obtiene el tzawar mishki.
    Modesto Moreta/Líderes
    Rufino Masaquizaproduce champú usando las hierbas y raíces del penco negro, de donde se obtiene el tzawar mishki.
  • Hierbas y frutas, notas claves de la cerveza artesanal en América Latina

    Agencia AFP

    Con hierbas y frutas tropicales como notas salientes, las cervezas artesanales que se producen en América Latina se miden en Santiago en la ‘Copa Cervezas de América‘, vitrina de un producto que busca definir su identidad y satisfacer a un mercado ávido de nuevos sabores.

    Más de 1 000 variedades de cervezas de 16 países tienen hasta el próximo sábado para seducir a jueces internacionales, en un evento que busca premiar la calidad, la innovación y marcar el camino a nuevos productores.

    En “América Latina podemos ver que la tendencia es explorar frutas, hierbas, cosas que tenemos acá y esto es bueno porque son frutas tropicales, hierbas diferentes que no tienen otros países”, comentó a la AFP Amanda Reitenbach, brasileña, especialista en cerveza.

    El gigante mercado cervecero brasileño fue impulsor de la producción artesanal en la región y de llevar sabores autóctonos a la bebida que tiene como ingredientes base la malta, la levadura y el lupus.

    Una tendencia que otros países de la región comienzan a explorar.

    “Se está buscando (utilizar) frutos nativos, especies típicas”, para ampliar la oferta de sabores, dijo a la AFP Daniel Rocamora, empresario e integrante de club de cerveceros artesanales de Uruguay.

    Cervezas con merkén -condimento picante tradicional de la cocina Mapuche- en Chile, frutos tropicales en Brasil y hierbas autóctonas en Argentina son algunas de las novedades disponibles en el sector.

    “Lo bueno de la cerveza artesanal en toda Sudamérica es que apunta a la calidad, cervezas con sabor, con aroma” para brindar una experiencia “más interesante que simplemente beber alcohol”, acotó por su parte Rocamora.

    “Bebe menos, bebe mejor”

    Con el eslogan “bebe menos, bebe mejor”, la cerveza artesanal se promociona en Brasil, una idea similar a la que persiguen la mayoría de los cerveceros de la región que aún buscan un sabor característico y único que los defina.

    “Todavía estamos desarrollando un sabor propio”, admitió Rocamora, en línea con otros productores.

    Para Luc de Raedemaeker, experto belga en cervezas y juez de la competencia, el nivel “en promedio es medio, pero tienen algunas cervezas que son de las mejores”.

    Para el especialista, lo más destacado de la región está en las “cervezas afrutadas, porque usan frutas que no conocemos en Europa, que vienen de la Amazona, o de otra parte en América del Sur y eso da nuevas sabores a la cerveza”.

    Novedades con potencial para cautivar a un mercado europeo con pocas sorpresas, liderado por el clásico estilo belga y las grandes marcas alemanas e inglesas.

    En ese contexto, “es agradable encontrar novedades en el mundo”, señaló con entusiasmo el jurado.

    Un panorama similar al de un millonario mercado latinoamericano de cervezas, dominado por las marcas internacionales.

    En la actualidad, las cervezas artesanales representan entre el 0,5% y 2% del consumo total de la bebida alcohólica en la región.

    Con estos números sobre la mesa, la cerveza artesanal “aún tiene mucho espacio para crecer”, auguró Daniel Trivelli, presidente de la organización que desde 2011 organiza el evento en Santiago.

    Las cervezas artesanales que se producen en América Latina se miden en Santiago en la 'Copa Cervezas de América'. Foto: EFE
    Las cervezas artesanales que se producen en América Latina se miden en Santiago en la ‘Copa Cervezas de América’. Foto: EFE
  • Las Hierbas, granos y frutas la fortalecen

    Redacción Cuenca

    En una huerta en el patio de su casa, Margarita Cardoso cultiva hierbaluisa, toronjil, lavanda y otras hierbas de forma orgánica.

    También compra mango, frutilla, mora, mandarina y durazno cultivado sin pesticidas y deshidrata las hierbas y frutas para elaborar mezclas de infusiones que comercializa con la marca Néctar de la Delicia. Asimismo, esta cuencana elabora mermelada de ají, cebolla con manzana, piña, berenjenas al escabeche, entre otros productos. Sus ventas bordean los USD 300 al mes.

    El emprendimiento se inició en el 2011, cuando Cardoso estudió un posgrado, a distancia, en Nutrición y Tecnología Alimentaria en la Universidad Oberta de Catalunya (España). De esa formación surgió la idea de desarrollar productos innovadores y sanos. Para iniciar el negocio invirtió cerca de USD 500 en un horno y bandejas en acero inoxidable.

    Al inicio, las ventas bordeaban los USD 60 y, al igual que ahora, Cardoso era la única empleada. No obstante, ella reconoce que la ayuda de sus padres es fundamental, porque la asesoran en la producción y comercialización.

    Esta cuencana promociona sus productos en clubes deportivos, restaurantes, cafeterías… de la ciudad. Uno de sus clientes es Simón Vega, quien conoció la fruta deshidratada en un muro de escalada. Este deportista disfruta los plátanos y duraznos en esta presentación, para reponer energía. Lo que más destaca es el sabor.

    Cardoso toma su emprendimiento con calma. Seguirá vendiendo a su ritmo, para no sacrificar la calidad. La diversificación de la oferta también es importante para esta Licenciada en Historia y Geografía. Por ello, investiga sobre procesos de cocción y así lanza nuevos productos como tomates secos con especias en aceite, tomates deshidratados, mermelada de kiwi, duraznos en almíbar, granola con pepa de sambo, quinua, salvado de trigo y avena, endulzada con panela. Este es uno de sus productos estrella.

    Las ferias agroecológicas que se realizan en la capital azuaya también sirven como vitrina para exponer su producto.

    Oferta
    Los precios de los productos. La mermelada cuesta USD 2,8; fruta deshidratada 1,5; infusiones 2,50; berenjenas al escabeche, 4, entre otros.

    La comercialización local. En restaurantes, cafeterías y clubes deportivos en Cuenca se encuentra este producto.

    LA CIFRA
    USD 500 fue el monto de inversión

  • La infusión de frutas y de hierbas cultiva clientes

    Redacción Cuenca

    Es simple. Si a una taza de agua caliente se agregan hojas, frutas, flores o hierbas aromáticas se obtiene una infusión aromática.

    Esta bebida gana consumidores gracias a las mezclas de hierbaluisa, hierbabuena, frutilla, durazno, flor de azahar, kiwi… que se encuentran en tiendas gourmet, restaurantes y almacenes deportivos.

    El consumo de estas infusiones crece en Ecuador, explica la nutricionista Susana Campoverde. La razón es que hay un enfoque hacia lo ancestral y sus beneficios . Estas hierbas y frutas, además de tener buen sabor, ayudan a paliar malestares como dolor de cabeza y cólicos, sin contar que son diuréticas.

    Una de las firmas que elabora estas infusiones es Ferbola. El gerente de esta iniciativa azuaya, Fernando Moscoso, explica que hace un año lanzó este producto debido a su gusto por estas bebidas calientes. Este empresario ha notado la acogida de su marca porque se elabora con materia prima orgánica, que mejora el sabor de la infusión.

    En el local Cikla, que comercializa bicicletas y accesorios deportivos, venden los productos Ferbola con éxito. Uno de los colaboradores de este local, en el sur de Cuenca, David Castro, explica que las infusiones son adquiridas por hombres y mujeres. La que más demanda tiene es la mezcla de piña y kiwi con hierbas.

    Otra marca es Néctar de la Delicia, que se comercializa en restaurantes del centro de la ciudad. Estas infusiones son elaboradas por Margarita Cardoso, quien en una huerta personal cultiva toronjil, lavanda, hierbaluisa… Desde hace más de un año empezó con las infusiones.

    En la tienda orgánica Néctar, en Cuenca, se comercializan los productos de Cardoso. Allí los clientes son tanto ecuatorianos como extranjeros.

    Una consumidora, Marta Astudillo, explica que es imposible ignorar estos paquetes de mezclas porque son coloridos y tienen frutas en rebanadas deshidratadas. «Además, su sabor es delicioso».

    Por esa popularidad, algunos microempresarios identificaron una oportunidad en el mercado y optaron por deshidratar esta materia prima y comercializarla. Aún es un mercado pequeño, pero cada día gana adeptos, asegura el consultor Daniel Méndez.

    Una observación de este consultor es que los actores en este mercado cultivan o trabajan con materia prima orgánica. Esto, no porque sea un requerimiento, sino porque el consumidor de infusiones se preocupa por su salud. Es un consumidor más exigente, que demanda productos sanos, sin pesticidas, explica Méndez.

    Con esto coincide la nutricionista, Susana Campoverde, quien ha identificado que sus pacientes son más exigentes con lo que comen y por eso solicitan más productos orgánicos.

    En el local T&Cups ofrecen infusiones de hierbas y frutas que son acompañadas con postres, cupcakes, macarons… Su propietaria, Doris Correa, explica que quienes más solicitan estas bebidas son mujeres entre 20 y 50 años, mientras los hombres piden más café.

    En T&Cups los sabores de infusiones son jengibre, menta, chocolate, mojito de moras, entre otros sabores exóticos. Correa importa estas hierbas de India, China y EE.UU. Esta azuaya ha identificado un consumidor más exigente que busca productos de calidad.

    No importa si son nacionales o importadas, las infusiones ganan adeptos.

    Cristina Mora también consume con frecuencia estas infusiones. Cuenta que antes de encontrar las infusiones en el mercado aprendió a prepararlas. En un litro de agua cocinaba una raíz de jengibre, un cuarto de manzana y hojas de hierbabuena. Así lograba una bebida desintoxicante y diurética. Sin embargo, dice Mora, ahora con la oferta es más fácil comprar los paquetes porque ya vienen con las frutas y hierbas, incluso algunos son endulzados con stevia (una planta natural). «Es positivo que la evolución de los mercados esté enfocada a productos más sanos».

    LA CIFRA:
    USD 1 en promedio cuestan 100 gramos de hierbas y frutas deshidratadas.

    LA ESPECIALISTA
    Cristina Vázquez / Nutricionista y catedrática

    ‘Apuesa de pequeñas empreas’

    La infusiones de hojas, flores y frutas no son nuevas. Estas vienen desde siglos atrás y eran consumidas para rituales de desintoxicación. Estas bebidas siguen teniendo propiedades curativas y los consumidores optan por alimentarse mejor.

    Hace unos años era común ver a las mujeres tomar bebidas azucaradas, pero hoy optan por las infusiones para acompañar sus postres. Tomando esta bebida benefician a su sistema digestivo, purifican la sangre, eliminan toxinas, balancean sus hormonas…

    Al ser una mezcla de frutas, raíces, hierbas, semillas y especias, tienen propiedades como vitaminas, minerales y otros nutrientes para mejorar la ­calidad de vida.

    Es interesante ver como cada vez hay más personas enfocadas en mejorar la salud y en consumir alimentos saludables, pero también sabrosos. Las infusiones calzan en esa descripción porque la mezcla de ingredientes es agradable al paladar.

    Por lo que he visto, son pequeñas empresas las que apuestan por elaborar este producto que se considera especializado. Es decir, en supermercados comercializan las fundas de hierbas aromáticas que tienen mayor acogida y son más conocidas. Mientras que las infusiones de frutas, hierbas y flores son para consumidores más exigentes, que buscan sabores nuevos.

    Algunos emprendimientos elaboran estas mezclas con productos orgánicos, para que tenga un mejor sabor y sea saludable. Esta tendencia direccionada a lo orgánico es positiva, porque al no usar pesticidas, su consumo no tiene ningún efecto nocivo.

    Aunque cultivar de esta forma es más costoso, porque hay que elaborar abonos orgánicos y una suerte de pesticidas naturales, vale la pena que más empresas se sumen a esta práctica.

    Las infusiones solo requieren imaginación. Se pueden mezclar frutas como moras, frambuesas, papayas, melocotón, maracuyá, uvillas… También hierbas como hierbaluisa, hierbabuena, toronjil, cedrón… A las mezclas de estos ingredientes se puede agregar anís estrellado, canela, pimienta dulce, clavo de olor, etc., que dará buen sabor y también tienen propiedades para calmar los nervios, conciliar el sueño. Incluso tienen propiedades antisépticas, expectorantes y antiinflamatorias.

    Es importante cuidar la salud y conocer las propiedades nutricionales de cada alimento. Hoy la expectativa de vida ha crecido y las personas se acoplan a un entorno que impulsa a hacer ejercicio y a alimentarse mejor.

    En esta rutina calza la inclusión de infusiones, como un hábito para vivir mejor. Además de disfrutar de sabores exóticos como el jengibre, frutas, hierbas mentoladas y las especias, es una terapia para el bienestar.

  • Cetca, Agüitas y algo más

    Por Guillermo Guerrero H. Profesor IDE Business School

    CETCA, la Compañía Ecuatoriana del Té, en búsqueda de nuevos horizontes en su mercado decidió incursionar en el 2001 en el mercado de las hierbas aromáticas, para ello trabajó junto a la comunidad Jambi Kiwa, liderada por Rosita Guamán.

    Juntos mejoraron en temas de control de calidad de las hierbas, al punto de obtener certificaciones internacionales que le permitieron exportar.

    Pese a las restricciones por cuestiones culturales de parte de Jambi Kiwa, de no permitir intervenciones técnicas ni aceptar sugerencias de parte de CETCA en temas del campo, lograron un importante crecimiento económico durante nueve años de trabajo.

    Sin embargo, en el 2010 empezaban a percibir problemas de abastecimiento y calidad, producto de una falta de sistematización en la etapa de cultivo.

    Jaime Flores tenía el reto de hacer que la alianza sea más competitiva, a la vez que se incrementaban los competidores nacionales con precios más accesibles.

    A continuación un resumen de este caso empresarial.

    La empresa

    La compañía Cetca

    Los inicios de CETCA se remontan a la década de 1950, cuando al Ecuador llega el grupo inglés Mitchell Cotts en busca de zonas adecuadas para sembrar Piretro, como fuente natural de insecticidas. En aquella época, el Piretro era cultivado especialmente en Kenia, un país con condiciones agrícolas muy similares a las del Ecuador. Sin embargo, los procesos de independencia de las colonias en África obligaron a empresas productoras y comercializadoras de materias primas radicadas en ese continente a buscar nuevas áreas de siembra.

    Por la calidad de sus suelos, el grupo Mitchell Cotts decidió llevar a cabo en el sur de la Región Amazónica las primeras plantaciones de un nuevo producto: el té. Para administrar las plantaciones del té, nació CETCA con sede en Quito. Así, los primeros lotes de producción de CETCA emergen a mediados de los 50. Se calculaba en el 2010 que, debido a la característica perenne del té, la plantación de CETCA podría permanecer productivamente unos 100 años más.

    En el 2001 suscribió un convenio con la comunidad Jambi Kiwa, para poder incursionar en el mercado de las hierbas aromáticas. Desde el 2010, la firma es propiedad de un empresario puertorriqueño de ascendencia ecuatoriana, quien la adquirió a los ingleses.

    El gerente general

    Jaime Flores

    Jaime Flores, gerente general de CETCA, llegó a la compañía en 1998. Hasta ese año, la compañía fabricaba solamente té rojo, el cual era comercializado bajo la marca Hornimans.

    Él confesaba que, a su llegada a CETCA, no tenía experiencia ni conocimientos previos sobre el negocio del té. Por ello, una de sus primeras acciones fue llevar a cabo un breve estudio del mercado ecuatoriano, para tener una idea de la situación real del té y de las demás hierbas. En medio del análisis, Jaime descubrió que las ventas de hierbas superaban en casi 20 veces a las de té. Con esos datos, les propuso a los accionistas ingleses de CETCA empezar cuanto antes la producción de hierbas aromáticas para incursionar en un mercado más rentable en comparación al té tradicional.

    La respuesta inicial de los ingleses a la propuesta de Jaime fue un rotundo NO, debido principalmente al desconocimiento del negocio y a la falta de liquidez que afrontaba la compañía a principios del 2000. Los ingleses no se confiaban de los resultados derivados del breve estudio de mercado efectuado por Jaime. Tras dos años y medio de enviar flujos de caja tratando de convencer a la junta directiva, ellos accedieron a darle el visto bueno con la condición que empiece despacio.

    La Comunidad

    Jambi Kiwa

    Jaime comenzó a tomar notas sobre cómo hacer las hierbas y decidió buscar un socio proveedor. Su idea era llevar a cabo una alianza estratégica que permita a la compañía comprar las hierbas aromáticas en estado silvestre y en una etapa posterior procesarlas en planta. El producto que CETCA pretendía comercializar dentro del mercado era: hierbas aromáticas empacadas.

    Luego de analizar las ofertas, a Jaime le llamó mucho la atención una proveniente desde una pequeña organización que recién empezaba a producir y vender hierbas en Riobamba. Su nombre: Asociación de Productores de Plantas Medicinales de Chimborazo – Jambi Kiwa.

    Jambi Kiwa fue fundada en 1999 por una asociación de mujeres, la mayoría indígenas, como una cooperativa para cultivar, procesar y/o comercializar hierbas medicinales y/o aromáticas. La organización estaba conformada por más de 800 campesinos, 600 familias y 63 comunidades de Chimborazo y otras provincias del Ecuador. En quichua, Jambi Kiwa significa planta medicinal.

    En sus inicios, y guiados por Rosita Guamán, era un grupo de mujeres que se dedicaron a la recolección de hierbas en estado silvestre, y la almacenaban en el ático de una iglesia, para en el fin de semana proceder a su comercialización.

    Liderazgo organizacional

    Rosita Guamán

    Nació en la ciudad de Licto, parroquia de Chimborazo, y vivió junto a su familia hasta los 11 años. Por asuntos familiares tuvo que dejar el hogar. Terminó la escuela y se dirigió a la Costa a buscar trabajo. Allí, trabajó ocho años como empleada doméstica. A los 19 años volvió a Licto y sintió en carne propia la discriminación que sufrían las mujeres de su pueblo. La mayoría de las mujeres eran analfabetas y muy pocas cursaban la escuela.

    Ella reunió a mujeres interesadas en luchar contra tales injusticias. En 1974, el padre Estuardo Gallegos visitó a Licto como párroco y motivó a ella y a las demás mujeres a conseguir un oficio que cambiase sus vidas. Su primera misión fue alfabetizar a las mujeres de la parroquia y ofrecerles cursos de corte, costura y punteo. Ella promulgaba la equidad de género y eso la llevó a ser electa para liderar el Consejo de la parroquia, el principal órgano de gobierno de Licto.

    En octubre del 2001, Rosita asumió la presidencia de Jambi Kiwa. A partir de allí, su misión fue «siempre asumir los momentos duros de la vida sin guardar resentimientos». Rosita vio en Jambi Kiwa la posibilidad de ir hacia delante, reducir la discriminación hacia la mujer y superar la explotación que había sufrido la raza indígena durante siglos.

    La alianza

    Los logros obtenidos

    En el 2002, CETCA y Jambi Kiwa firmaron un convenio que formalizaba su relación de socios en el negocio de las hierbas. A criterio de Jaime, Rosita Guamán, era una mujer extraordinaria, de origen campesino pero con mentalidad empresarial. «Rosita» había sido clave para acercar los intereses de ambos socios y fortalecer la relación.

    Juntos habían construido la planta empacadora de las hierbas, habían conseguido certificaciones internacionales de calidad, lo cual les permitió convertirse en exportadores de productos con valor agregado. En Jambi Kiwa superaron problemas de calidad, acogiendo sugerencias técnicas de CETCA, y pese a que no se le permitía ingresar al campo ni acogían sugerencias en la parte de los cultivos y riego, habían conseguido un importante crecimiento económico e independencia financiera.

    Para el 2010, Jaime calificaba la relación con Jambi Kiwa como supra-comercial, no solo de corte comercial sino de mucha confianza. El ingreso al campo dejó de ser un tema de discordia para pasar a ser un asunto de aceptable convivencia. Las mejoras en calidad y mayores volúmenes de producción eran los mejores resultados de este negocio.

    Los retos

    El mercado

    Jambi Kiwa no permitía que empresas privadas como CETCA ingresaran al campo, ya que era una cuestión cultural sumada a las malas experiencias que ello le había traído en la historia, pese a eso mantenían junto a CETCA una relación de nueve años.

    A pesar de mantener una relación de confianza con Jambi Kiwa y haber mejorado significativamente en el proceso productivo, lo que sucedía dentro del mercado le robaba la tranquilidad a Jaime. En Ecuador, los costos de producir hierbas eran demasiado altos y esto obligaba a las compañías a establecer precios elevados y poco competitivos. Hierbas importadas desde Colombia o Perú se podían encontrar en el mercado hasta en mitad de precio y de excelente calidad.

    Jaime era consciente que podía obtener las hierbas a un precio más barato si decidía importarlas desde los países vecinos. No obstante, su afecto por Jambi Kiwa no se lo permitía y enterraba cualquier posibilidad de cambiar de proveedor. Lo más importante para él, era el bienestar de la gente de Jambi Kiwa, antes que adquirir hierbas a mejor precio y lograr mayor rentabilidad. Mantener esa alianza había sido y era su única opción para seguir en el negocio.

    Preguntas para el lector

    Las inquietudes

    1. ¿Jaime debía poner en riesgo la competitividad de CETCA, por proteger a Jambi Kiwa?

    2. ¿Si entrar al campo no era una opción, qué acciones podría tomar CETCA para ser más competitivo junto a Jambi Kiwa?

    3. ¿Jambi Kiwa debe ceder para continuar en el mercado?