Etiqueta: higiene

  • Ellos cuidan de la higiene con insumos naturales

    Redacción Quito

    Productos para el cuidado personal y del hogar que no dañan el medioambiente forman parte de la oferta de Intiaromë. Para la compañía, el uso de insumos naturales es un eje fundamental.

    Sebastián Troya, gerente de la firma, comenta que su bagaje en la industria del cuidado personal influyó en la creación de la empresa. “Trabajo en este sector hace más de nueve años. Yo manejaba una de las marcas más importante en el mercado ecuatoriano; la desarrollé y luego la vendí. Gané el conocimiento y la experiencia para continuar con este negocio”.

    El empresario sabe que la gente está cada vez más consciente del tema ambiental y el impacto de los productos que se utilizan a diario. Él mismo estuvo en la búsqueda de artículos de cuidado personal hechos con insumos naturales.

    Comenzó a investigar y logró desarrollar el primer producto de la marca, es decir un desodorante libre de aluminio. En países como EE.UU., estos productos existen y su oferta es amplia.

    Fue así como surgió la compañía, que puso en marcha junto a su esposa Claudia Tobar. Su suegro, el ingeniero químico José Tobar, es quien se encargó de la investigación y desarrollo.
    Un total de USD 100 000 iniciales se usaron para comprar maquinaria, material para embalaje, registro de marca, entre otros. La planta de producción se encuentra en el Complejo Industrial de Itulcachi, en el oriente de Quito, cerca de la Panamericana Norte.

    La idea de esta empresa no solo es fabricar productos de buena calidad, sino que tenga un enfoque hacia el cuidado del cuerpo, mente y medioambiente. La compañía surgió en junio del 2018 y comenzó a comercializar sus productos desde este año.

    La marca comercial es Lulë, que significa flor en idioma albanés. En su línea de desodorantes, la empresa ofrece dos con aroma, que son unisex; otro para público masculino y otro sin fragancia; se pueden usar desde los 8 años, pues tienen una fórmula suave. Esta oferta se comercializa en 94 puntos de venta del país, uno de ellos Collage Cosmetics.

    “Destacamos la forma de hacer sus productos. Su presentación, además, es muy vistosa. La fórmula no tiene componentes controversiales. Responde a nuestro requerimiento, es decir tener una cosmética más consciente. Hay buenos comentarios de los consumidores”, explica Alejandro Jaramillo, gerente de marca de la boutique de cuidado personal.

    El último mes, en sus puntos de venta de Quito y Guayaquil, ha vendido unas 100 unidades.
    Intiaromë cuenta con una línea de hogar: aromatizantes para casa bidifusores y para auto.

    La presentación de estos productos es particular, pues los primeros vienen en un frasco que contiene el producto en dos densidades y, junto a este, unas pajillas para insertar y permitir que se consuma el aroma; los segundos se comercializan en una circunferencia de vidrio y madera que debe estar colgada para que el olor se disemine en el vehículo.

    En esta línea, Intiaromë cuenta con tres fragancias. “Son iniciales, queremos expandirlas a más. En el caso del aromatizante automotriz se puede controlar el olor de la fragancia y es posible usar el producto en clósets o casilleros”. Se venden en 73 puntos.

    Uno de estos últimos es Corporación Favorita. Esta explica que comenzó a vender la marca el 22 de marzo de este año; actualmente, se comercializan las dos líneas de productos. Destaca la idea de Intiaromë de aportar al cuidado del medioambiente y, al mismo tiempo, cuidar al ser humano.

    Troya explica que su oferta ha tenido una amplia acogida en el mercado debido al uso de ingredientes naturales entre los que están verbena, aceite de coco, té verde, ‘shea butter’, romero, esencias francesas, entre otros.

    Troya explica que entre sus proveedores se encuentran empresas ecuatorianas. Además, asegura que sus envases de desodorantes, cilíndricos y de polipropileno, sirven para reciclarse al 100%; un objetivo de la firma es poder dar al público la posibilidad de rellenar.

    Entre las metas que tiene la empresa a futuro está desarrollar más productos y exportar. También tiene un contrato para maquilar jabón líquido; eso sí, siempre bajo los estándares ambientales que maneja la compañía.

    Una empleada de la fábrica se encarga del proceso de etiquetado de los desodorantes de la firma. Estos productos tienen cuatro tipos de aromas. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
    Una empleada de la fábrica se encarga del proceso de etiquetado de los desodorantes de la firma. Estos productos tienen cuatro tipos de aromas. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
  • Comfy, una iniciativa enfocada en la salud y la higiene

    Redacción Quito

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    El cuidado del ambiente y la salud de las personas dieron paso a un proyecto innovador que lleva por nombre Comfy. Sus creadoras son Karla Altamirano, de 21 años, y Paula Salazar, de 25.

    Las jóvenes emprendedoras se conocieron en el 2017 dentro de un campamento de emprendimiento que organizó la Universidad Politécnica Salesiana (UPS). Allí surgió una primera idea: un spray regulador de microorganismos, el cual, a través de una aplicación móvil, medía el nivel de contaminación de un baño.

    Esta propuesta no tuvo mayor respuesta, pero eso no desanimó a Altamirano y Salazar. El siguiente proyecto fue elaborar un cobertor de inodoro antibacterial elaborado con papel reciclado. La materia prima de estos implementos de higiene proviene de un proveedor de la Amazonía llamado Chancopac.

    Paula, Ingeniera en Biotecnología egresada de la UPS, se ocupa que la creación del producto sea amigable con el ambiente. Y Altamirano, quien aún cursa el quinto semestre de la carrera de Administración de Empresas en la misma universidad, es responsable de la parte financiera del negocio y de las ventas que se generan dentro de la microempresa.

    Las enfermedades que las personas pueden contraer al ingresar a baños públicos, según explican, varían desde una gripe hasta una infección a las vías urinarias a causa de las bacterias que se propagan en los inodoros. Ellas tienen estudios que señalan que nueve de cada 10 mujeres contraen enfermedades por estos motivos.

    Gracias a la utilidad del producto, estas emprendedoras han logrado ser galardonadas en ferias y concursos a nivel nacional e internacional. Como ejemplos están Young Americas Business Trust, PepsiCo y la Organización de Estados Americanos (OEA), que organizaron el concurso . Eco Reto 9.0. Allí, entre 4 716 participantes, el proyecto ganador fue Comfy.

    Otro de los eventos en el cual participaron se realizó en las instalaciones de la UPS. Dentro de este, las jóvenes lograron el primer lugar con su proyecto innovador. El concurso otorgó como premio un monto de USD 5 000 para el asesoramiento del servicio, cifra que aportó al emprendimiento como parte de su inversión inicial.

    El cobertor se ha distribuido hasta la fecha por Quito, Guayaquil y Cuenca, dentro de universidades. En cuanto a las ventas se gestionan bajo pedido y sus costos varían entre los USD 0,40 por unidad hasta los 2,50 por una caja con cinco cobertores.

    Desde noviembre de 2017, las ventas de Comfy vienen creciendo. En principio no superaban los USD 80 al mes. En la actualidad facturan hasta USD 200.

    A pesar de que en un inicio Comfy se enfocaba en el cuidado únicamente de la mujer, las emprendedoras han empezado a desarrollar productos para todo tipo de público, enfocándose en la óptima salud de sus clientes. Sin embargo, como Salazar manifiesta, su target varía especialmente entre mujeres de 35 a 40 años.

    Roxana Hinojosa, estudiante de la universidad en donde se desarrolló la idea del cobertor antibacterial, comenta que este producto fue creado con la intención de facilitar la comodidad y seguridad de la mujer a la hora de ir a un baño público. Ella confía en el producto para evitar el contagio de enfermedades a causa de la insalubridad que se propagan en estos servicios.

    Por otro lado, Andrea Flores, próxima a graduarse de la UPS, expresa su satisfacción al utilizar el producto por los beneficios que brinda a las mujeres y sobre todo por el precio accesible con el que cada unidad de cobertor se comercializa al mercado.

    Karla Altamirano y Paula Salazar, fundadoras del emprendimiento Comfy. Las jóvenes buscan introducir su producto a grandes mercados. Foto:  Patricio Terán / LÍDERES
    Karla Altamirano y Paula Salazar, fundadoras del emprendimiento Comfy. Las jóvenes buscan introducir su producto a grandes mercados. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • USD 5 000 para emprendimiento que desarrolla producto de higiene para mujeres

    Carolina Enriquez

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    El Ministerio de Industrias y la empresa privada reconocieron a Paula Salazar y Karla Altamirano, representantes del emprendimiento Comfy, por el desarrollo de un producto de higiene para las mujeres.

    La propuesta de Comfy consiste en el desarrollo de un cobertor impermeable y antibacterial que elimina el 89% de gérmenes que pueden existir en un baño público.

    Por esta iniciativa ganaron el primer lugar en la categoría ‘Mujeres’ en el EcoReto 9.0., que se llevó a cabo en abril del 2018 en Perú.

    El Ministerio destacó que las emprendedoras desarrollan encadenamientos productivos. Una parte de las materias primas las reciben de Fundación Chankuap de Morona Santiago, que trabaja con comunidades de origen Shuar y Achuar en la Amazonía.

    En reconocimiento a la iniciativa de Comfy, la compañía Tesalia le entregó capital semilla por USD 5 000. María Isabel Parra, gerente de asuntos corporativos, dijo que buscan contribuir con el desarrollo de los emprendimientos que generan valor social.

    Paula Salazar y Karla Altamirano junto a la Ministra de Industrias. Foto: Twitter Eva García
    Paula Salazar y Karla Altamirano junto a la Ministra de Industrias. Foto: Twitter Eva García
  • Las hierbas andinas son la materia prima para elaborar champú

    Modesto Moreta (F) 
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    Aplicando los conocimientos andinos la microempresa Armana Pushku produce champú elaborado con hierbas ancestrales. Este tónico elimina la caspa y evita la caída del cabello.

    El yachak (sanador en español) Rufino Masaquiza hace 12 años trabaja en la recuperación de los saberes de los taitas y mamas de esa comunidad localizada en la vía Ambato-Baños, en Tungurahua.

    En su casa, ubicado a un costado de la carretera de doble carril, funciona un pequeño laboratorio. Allí prepara el romero, arrayán, el sauco, la ortiga y las raíces de la cabuya negra para producir el champú que lo comercializa a los turistas y a los vecinos del sector.

    Es más, el Ministerio de Salud Pública, luego de los análisis y pruebas respectivas, extendió el Registro Sanitario a Armana Pushka Shampoo alternativo elaborado por un Yachak.

    El proyecto se inició hace 2006. Masaquiza asegura que la investigación le tomó dos años y luego de varios cálculos comenzó a producir. Actualmente distribuye el champú en Salasaka y en Quito, pero la idea es abrir más mercados en otras ciudades como Otavalo. Mensualmente vende USD 400.

    Cuando obtiene un líquido color café oscuro agrega el sumo que logra tras machacar las raíces del cabuyo negro. Esta técnica aún la utilizan las mujeres de la comunidad para lavarse el cabello. “Esta fórmula ancestral le tonifica el cabello, hace más resistente e hidrata impidiendo la caída y la caspa”.

    Una de las recomendaciones es aplicarse en el cabello seco y luego de cinco minutos lavárselo. Sus clientes son los turistas que llegan de Cuenca, Ambato, Riobamba, Quito y otras ciudades.

    Hace tres años Oswaldo Moreta compra este producto. Dice que desde que lo utiliza comenzó a obtener resultados. Antes el cabello se le caía, ahora ese proceso disminuyó. También, dejó de tener caspa. “Es una buena idea aplicar los conocimientos antiguos indígenas en producir productos que ayuda a las demás personas”.

    Zoila Caizabanda también tiene esos conocimientos que los trasmitió a Masaquiza. La mujer cuenta que adquirió los conocimientos de su madre y los aplica con la familia y que mejor que ahora se desarrolle dentro de la comunidad estos saberes ancestrales para que la gente conozca .

    Recolecta las raíces de la cabuya, los limpian y guardas en una shigra. Luego se dirige a la fuente.

    Ella explica que las raíces de los pencos son machacadas con una piedra, luego se le friega y comienza a salir un líquido espumoso color blanco. Este se coloca sobre el cabello seco. “Hay que deja por unos cinco minutos y luego se lava, eso impide que se caiga o haya caspa”, asegura.

    Cuenta que en la antigüedad no había los detergentes, jabones y más productos, sino que utilizaba las yerbas y la cabuya para bañarse, sanarse de la sarna y otras enfermedades de la piel. Un frasco de shampoo 500 mililitros cuesta USD 3,50.

    La inversión inicial en su proyecto fue de USD 500. Los invirtió en la compra de los utensilios y los frascos para el envasado. Además, en los trámites para obtener el Registro Sanitario. “Eso garantiza la calidad del producto, que está probado. Por eso hay más gente que compra y con buenos resultados”, dice Masaquiza.

    Masaquiza se graduó en la Universidad Politécnica Salesiana como licenciado en Ciencias de la Educación e Intercultural Bilingüe. Ahí se relacionó que con expertos indígenas conocedores de la cultura andina.

    Este yachak es uno de los investigadores de la cultura Salasaka y de los saberes ancestrales de su pueblo. Trabaja en el rescate impartiendo sus conocimientos a los niños y jóvenes en cada uno de las fiestas que asiste, especialmente relacionadas como los raymis.

    Uno de los proyectos también es producir cremas y pomadas para sanar la sarna y otras enfermedades de la piel. Además, utilizar el tzawar mishki, bebida extraída del penco negro, para eliminar los dolores de huesos, desinflamar la próstata, en la hidratación y otras hierbas andinas para curar los problemas de dermatitis como la sarna y hongos.

    Modesto Moreta/Líderes Rufino Masaquizaproduce champú usando las hierbas y raíces del penco negro, de donde se obtiene el tzawar mishki.
    Modesto Moreta/Líderes
    Rufino Masaquizaproduce champú usando las hierbas y raíces del penco negro, de donde se obtiene el tzawar mishki.
  • Higiene y diversión se fusionan en un jabón

    Gabriela Coba

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    Un jabón que cumpla su acción de aseo corporal, pero a la vez entretenga es el objetivo de Puky.

    Este es un producto limpiador creado por un grupo de estudiantes del colegio Sek de los Valles, para la edición número 12 del Concurso Intercolegial “La Compañía”, organizado por la Fundación Junior Achievement.

    “Puky es un jabón interactivo que tiene consistencia de plastilina”, explica Sebastian Colina, integrante Yaku Thani J.A., empresa que elabora el producto. El nombre de la compañía significa en kiwcha “Agua Sana”.

    Su grupo objetivo son los niños, ya que busca brindarles una experiencia diferente y más agradable al momento realizar actividades de higiene personal. Por ejemplo, antes de comer pueden jugar un rato con este jabón plastilina y luego con el mismo lavarse las manos.

    El producto es artesanal y está elaborado con ingredientes naturales, amigables con el medio ambiente. Además, su envase es reusable.

    El jabón está disponible en seis olores: chicle, naranjilla, frutilla, maracuya, naranja, limón y lavanda, dice Emilia Worm, gerente del Departamento de Marketing de Yaku Thani J.A.

    Quienes deseen adquirirlo pueden hacerlo a través de las redes sociales de la empresa. Este producto de aseo tiene un precio de USD 2.99

    El objetivo de esta competencia estudiantil es desarrollar en los alumnos habilidades y destrezas en pensamiento estratégico, toma de decisiones, liderazgo y trabajo en equipo, para construir en ellos un espíritu emprendedor y brindar un complemento a la educación formal, señala la Fundación Junior Achievement en un comunicado.

    En esta edición, el concurso cuenta con la participación de 296 estudiantes, de 14 colegios de Quito, quienes han formado 17 empresas. Las unidades educativas participantes son: Alberto Einstein, Angel Polibio Cháves, Británico Internacional, Francés de Quito, Hontanar, ISM International Academy, Jahibé, José Engling, Los Pinos, Ludoteca, Sagrados Corazones de Rumipamba, SEK Los Valles, SEK Quito y Séneca.

    Dentro de las etapas de la competencia los estudiantes han elaborado un plan de negocios, capitalizaron sus empresas en una simulación de oferta pública en la Bolsa de Valores de Quito, realizaron una investigación de mercado para determinar su producto y trabajaron en estrategias publicitarias.

    Este es un producto limpiador creado por un grupo de estudiantes del colegio Sek de los Valles, para la edición número 12 del Concurso Intercolegial “La Compañía”, organizado por la Fundación Junior Achievement. Foto: Cortesía
    Este es un producto limpiador creado por un grupo de estudiantes del colegio Sek de los Valles, para la edición número 12 del Concurso Intercolegial “La Compañía”, organizado por la Fundación Junior Achievement. Foto: Cortesía
  • A invertir en higiene y belleza

    Washington Paspuel

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    La industria de los cosméticos en el país tuvo un año de crecimiento desigual. Hubo empresas a las que les fue mejor que a otras, según voceros del sector.

    La producción de cosméticos llegó a los USD 54 millones en el 2014, con una proyección de USD 65 millones para el 2015, según datos del Ministerio de Industrias y Productividad.

    Aunque la industria carece de cifras actualizadas sobre su desempeño en el 2016, sus actores consideran que fue un año en el que las ventas despegaron, lo que les permitió, en muchos casos, realizar inversiones o retomar las postergadas.

    El ecuatoriano es un buen consumidor de cosméticos. Según la Asociación Ecuatoriana de Empresas de Productos Cosméticos, de Higiene y Absorbentes (Procosméticos), 98 de cada 100 hogares del país tienen al menos cinco productos cosméticos. Uno de esos productos son los destinados al cuidado, protección y nutrición de la piel y el cabello.

    La industria del cuidado de la piel, un segmento del sector cosmético, ha sabido renovarse y seguir las nuevas tendencias mundiales. Es el caso de Laboratorios Luque , una empresa familiar nacida en Guayaquil hace 67 con la oferta de recetas personalizadas bajo el esquema de fórmulas magistrales. La firma mantiene esa identidad, pero con el tiempo evolucionó hacia la oferta de productos dermocosméticos. “El año pasado sacamos productos nuevos y este también prevemos hacerlo”, dice Luis Vidal, jefe de Marketing de esta empresa.

    La ventas de esta compañía crecieron un 12% en el 2016, mientras que en diciembre llegaron a un 46% más de las registradas en el mismo mes del 2015. Mariela Jaramillo, gerente de la firma, considera que la restricción a las importaciones de cosméticos y sus componentes le permitió al fabricante nacional ganar espacio. “El ecuatoriano está aprendiendo a apreciar el cosmético nacional, le está perdiendo el miedo. Debido a la restricción de las importaciones, en el caso de nuestra marca nos hemos visto beneficiados”.

    En el 2014 el sector de los cosméticos firmó un convenio con el Ministerio de la Producción para impulsar la fabricación del producto nacional, a través de una reducción progresiva de las importaciones. Ese año , la Cartera de Estado acordó con cuatro grandes empresas del sector, con plantas de fabricación en el país, el incremento de su producción desde el 2015.

    El trato alcanzado y firmado por Procosméticos implicaba el compromiso de que la industria redujera sus importaciones un 25%. El compromiso incluía el uso de un 100% de alcohol local. Este producto se utiliza en la elaboración de fragancias, por ejemplo.

    Yanbal Ecuador fue una de las empresas que firmó el acuerdo. La multinacional lanzó en agosto del año pasado una nueva fragancia para hombre, de fabricación nacional. La empresa colocó ese mismo mes 80 000 unidades de su nueva oferta en las perchas. Las fragancias representan el 45% de sus ingresos en el país, .

    La importación de cosméticos fue además gravada con salvaguardias desde marzo del 2015.
    Ese mismo año las importaciones en dos de las subpartidas que agrupan a la mayoría de productos cosméticos y sus componentes llegaron a USD 387 millones, mientras que las exportaciones fueron de USD 32,5 millones. El año pasado, entre enero y octubre, las importaciones llegaron a los USD 98,7 millones; los envíos al exterior sumaron en el mismo periodo USD 18,5 millones.

    El sector de los cosméticos se aglutina en cuatro segmentos o grupos: las preparaciones de belleza, preparaciones capilares, perfumes y aguas de tocador, y artículos de higiene personal y afeitado. Muchas empresas elaboran productos específicos para determinados segmentos o nichos de mercado, mientras que otras abarcan casi toda la gama de la oferta de cosméticos.

    La compañía farmacéutica Rocnarf, que lleva 40 años en el mercado de los medicamentos, creó en el 2009 su línea Cresens, de productos dermocosméticos. Desde entonces, la compañía guayaquileña ha ido incrementando su oferta de productos en el segmento, con la creación de diferente líneas para el cuidado y nutrición de la dermis.

    Francisco Cordero, gerente Rocnarf, considera que la dermocosmética es un área que no deja de crecer en el Ecuador. Menciona que ha mutado desde la simple oferta de maquillajes, hasta la especialización con la incorporación de nuevas tecnologías y el descubrimiento de nuevos ingredientes y activos.

    Para este empresario del sector, actualmente cada vez más los productos para la piel demandan de un mayor desarrollo, que suelen demandar muchos estudios clínicos antes de salir al mercado. En el 2014, la compañía extendió su presencia en el mercado dermocosmético nacional con la creación de una nueva línea destinada al cuidado y nutrición de la piel de la mujer. La línea, bautizada como Biofemme, se oferta como una alternativa al producto importado, pero a un menor precio.

    La compañía invirtió USD 600 000 en la nueva línea, y para este año prevé la incorporación de nuevos productos bajo la misma oferta del cuidado de la piel.

    Las ventas en Labotorios Luque, que fabrica productos para el cuidado de la piel y el cabello, crecieron un 12% en el 2016. La compañía familiar espera seguir invirtiendo este año.  Fotos: Joffre Flores y archivo /LÍDERES
    Las ventas en Labotorios Luque, que fabrica productos para el cuidado de la piel y el cabello, crecieron un 12% en el 2016. La compañía familiar espera seguir invirtiendo este año. Fotos: Joffre Flores y archivo /LÍDERES
  • Una idea pensada en la mujer

    Lucía Atapuma. IMPAQTO (I)

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    Cuando se trata de mejorar el mundo, el superar estigmas fue clave para que Pablo Freund y su socia Diana Sierra inicien su emprendimiento, Be Girl. Este equipo de innovadores sociales distribuye productos sanitarios para niñas en África y en otros lugares en donde sus habitantes no tienen acceso a productos de menstruación, lo que ha provocado un menoscabo en el bienestar de millones de mujeres.

    El entrenamiento profesional de Freund fue en finanzas. Se educó en historia del arte y en economía, después realizó una maestría en sostenibilidad en donde conoció a su socia; actualmente es co-fundador y COO de Be Girl.

    Su visión sobre lo que es desarrollo sustentable ha sido influenciada sobre la filosofía de que para cambiar la realidad no se puede tratar de presionar un cambio, sino que se necesita ofrecer una alternativa para lo que ya es obsoleto. “Hoy en día no hay ninguna barrera tecnológica que impida dar el desarrollo sustentable de la humanidad”, comenta Freund.

    Parte de la labor que este experto en sostenibilidad lleva a cabo, incluye el trabajo de activismo y educación para sacar a la luz este tema de derechos humanos que ha sido ignorado. “Te pueden decir que tenemos una crisis alimenticia, una crisis de desechos, tenemos un montón de problemas, pero nadie te dice que hay una crisis de falta de acceso a productos de menstruación y que eso representa una barrera estructural para el bienestar de miles de millones de mujeres”, recalca Freund.

    Este tema es considerado tabú y ha generado una cultura de resistencia. Freund señala que esto es problemático y que debería darse una conversación franca sobre lo que está pasando, pero por rechazo al tema ni siquiera hay interés y mucho menos se propone alguna solución. Por ello es necesario encarar esta realidad.

    Para este emprendedor social, la falta de acceso a productos de menstruación es una de las crisis más grandes y silenciosas que tiene la humanidad y aunque parezca que no es grave porque es algo tan simple como un producto, las implicaciones de no estar participando activamente en la sociedad son inmensas.

    “Siempre le decimos a la gente: nosotros queremos lanzar el Nike de los productos menstruables, algo que sea internacional y que sea desestigmatizante, empoderador. ¿Y de dónde viene esta idea de que sea empoderador? De que las niñas una vez que tienen su menstruación –pasa en Ecuador, pasa en Colombia, pasa en Latinoamérica y en Asia y en África y en todo lado– si no tienen acceso a esos productos se quedan en la casa”, menciona Pablo.

    El impacto que han generado estas toallas sanitarias reutilizables también abarca lo ambiental: “Cada mujer utiliza a lo largo de su vida unos 11 000 productos sanitarios. ¿Y a dónde van todos esos desechos?”, pregunta Freund, que gracias a Be Girl ha logrado tomar acción también sobre esta problemática ambiental.

    Esta iniciativa ya marcó a más de 9 000 niñas de 23 países, principalmente de escasos recursos, a través de organizaciones no gubernamentales.

    Foto: cortesía Impaqto Niñas de Etiopía se benefician con los productos de Be Girl, una innovación social que está en crecimiento.
    Foto: cortesía Impaqto
    Niñas de Etiopía se benefician con los productos de Be Girl, una innovación social que está en crecimiento.
  • Los ingredientes vegetales dan forma a los jabones de Anisa

    Redacción Guayaquil

    Frutas como la frambuesa y el durazno; plantas como la menta, el eucalipto y la hierbaluisa; alimentos como la avena, el chocolate, la granola… son la materia prima de Anisa. Aunque pudiera parecer un emprendimiento gastronómico, no se trata de eso, sino de jabonería artesanal.

    Detrás de esta idea está la guayaquileña Ana Isabel Moreno. Sus manos son las que crean los jabones de Anisa, desde hace tres años y medio. 20 combinaciones como chocolate fudge, naranja con canela o almendras con café, se elaboran cada mes en su taller.

    Esta firma funciona en su domicilio, en la ciudadela Puerto Azul (vía a la Costa). Allí, produce 3 000 barras mensuales, en promedio, con la ayuda de una asistente. Algunas de las fragancias más demandadas son Miel Salvaje, Otoño (frutos secos y especias), Granola, y Mentalipto (menta con eucalipto).

    La idea de hacer jabones artesanales surgió hace más de cuatro años, cuando en un canal alemán de televisión, la emprendedora conoció el proceso. Se enamoró -dice- de la forma «romántica y creativa» de elaborar los jabones y decidió hacerlo. Para ello, compró algunos libros del tema en Estados Unidos. La técnica la perfeccionó durante un año. Así, a mediados del 2009 nació Anisa.

    Los componentes principales de estos jabones son la manteca de cacao ecuatoriano, la canola, el ricino y agua destilada. La creación se complementa con aceites esenciales importados. El proceso de elaboración toma cerca de un mes.

    Cada barra se vende en USD 5. «El precio está justificado debido a su calidad y duración», dice Inés San Luces, una de sus clientas. Agrega que «siente la diferencia» entre el jabón industrial y los de Anisa. «Dejan la piel suave y se pueden usar hasta en la cara, ya que no tienen químicos ni preservantes».

    Anisa se promociona principalmente a través de su página web (www.anisajabon.com) y de las redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter y Pinterest. Además, participa en ferias como El Mercadito y Bonaterra.

    La marca realiza envíos a todo el país, con un recargo adicional de USD 2. Incluso, tiene clientes en la Amazonía, en ciudades como Napo y Zamora. El producto también se vende en algunas boutiques, hoteles y spas. Por ejemplo, se puede encontrar en el Hostal Boutique El Manso (centro de Guayaquil), en el spa Esteticare y en la boutique Gloss.

    Sol Riofrío es otra de las clientas frecuentes de Anisa. Asegura que en su hogar usa únicamente los jabones de esta marca. Riofrío afirma que usarlos en la ducha «es una experiencia sensorial», debido a su textura y aroma.

    El negocio.

    El target. Son hombres y mujeres entre los 25 y 60 años. El 80% de los compradores son mujeres.

    Otros productos. Además de jabones, produce exfoliantes bajo pedido. Próximamente creará una línea de bálsamos labiales.