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  • En Quito se abrió otra alternativa para el turista

    Giovanni Astudillo (I)

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    Las operaciones de la cadena internacional Ibis empezaron en el Ecuador con la apertura de su primer hotel ubicado en el norte de Quito. La construcción y el equipamiento representaron una inversión de USD 10 millones.

    Es una franquicia que es traída al Ecuador por capitales cuencanos y guayaquileños. El 60% de la inversión total del proyecto fue apalancado por la Corporación Financiera Nacional.

    Cuenta con 151 habitaciones ubicadas en ocho pisos, una cocina con equipamiento de punta y un salón para eventos con capacidad para 40 personas. Entre las habitaciones existen dos para personas con capacidades especiales.

    Además, el edificio tiene dos niveles de subsuelos para los parqueaderos, un piso para servicios y la planta baja.

    José Ochoa es el principal inversionista. Él señala que hace ocho años se plantearon la idea de buscar una cadena internacional para traerla al Ecuador.

    Entre otras opciones se decidieron por Ibis, que es propiedad de Accor Hoteles. En el 2014 firmaron un acuerdo de entendimiento. Ibis cuenta con 2 043 hoteles en Europa, África, Asia, y América.

    Según Ochoa, el segmento medio para ejecutivos y familias no está desarrollado en el Ecuador, por ello optaron por el Ibis color rojo, “que brinda la mejor relación precio-calidad. Al ser el primer hotel en el país de esta cadena, nos dieron la oportunidad de brindar una oferta diferenciada”.

    Entre las innovaciones está un gimnasio con máquinas que son importadas desde Europa. Además, un Coffee Shop, que se abrirá en dos meses y tendrá una oferta de heladería, pastelería y chocolatería.

    Ochoa dice que también se mejoró el sistema de bufete y las habitaciones tienen sistema de insonorización, “que superan los requerimientos del Ibis y la normativa ecuatoriana”.

    También, hay innovaciones en los sistemas de calentamiento y recirculación del agua, secadores de cabello, camas, Internet y televisión satelital, con alianza con Claro para tener señal HD en la mayoría de los canales.

    El hotel tiene 8 500 metros cuadrados de construcción. La edificación tardó dos años y medio y la intención para los próximos hoteles es reducir el tiempo a dos años, señala el empresario hotelero.

    La tarifa de introducción para el alojamiento es de USD 45 por noche en la habitación sencilla y 49 en la doble. En ambos casos más impuestos. Esos valores se mantendrán hasta febrero y a partir del 1 de marzo subirá a USD 60.

    Ochoa asegura que la ocupación alcanzada desde el pasado 16 de enero -cuando se abrieron las puertas de este hotel– superó las expectativas. Ese indicador bordea el 40%.

    Las expectativas, agrega, eran no superar el 30% en el segundo mes de funcionamiento. “Tenemos reservas de grupos para estos días y los siguientes meses, incluso para junio”. La inauguración oficial será el 13 de febrero.

    Según Ochoa, el objetivo principal es aportar al turismo porque el crecimiento de este sector es mayor que el que registra la economía ecuatoriana. Dice que el flujo turístico que ingresa crece más del 7% al año. “La hotelería es económica en el Ecuador frente a otros países y las expectativas son positivas en el futuro”.

    Este hotel genera 55 empleos directos y otros 220 indirectos por los servicios que se requieren para el funcionamiento.

    Uno de los espacios del hotel Ibis, en Quito. El edificio tiene 8 500 metros cuadrados de construcción.
    Uno de los espacios del hotel Ibis, en Quito. El edificio tiene 8 500 metros cuadrados de construcción. Foto: Vicente Costales / Líderes
  • Un hotel que sobresale por su patrimonio

    José Luis Rosales

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    Actividades de turismo cultural y vivencial son la oferta de Molino San Juan Hacienda, de Cayambe, en el norte de Pichincha.

    El establecimiento, ubicado a 6 kilómetros de la ciudad, busca brindar al viajero una experiencia de la vida en el campo.

    Por eso, a partir del 8 de septiembre del 2002 el negocio abrió las puertas de esta hacienda a los visitantes. Primero extranjeros y luego nacionales.

    El predio, cuyo origen se remonta a la época de la Colonia, pertenece a los descendientes de la familia Jarrín desde 1864.

    Uno de los atractivos de este lugar es un inmueble que fue levantado hace 128 años, en donde funcionó el antiguo molino y luego fue transformado en una confortable casa de campo.

    Molino San Juan es una hacienda turística cuya filosofía es conservar para compartir con sus invitados y tratarlos como si estuvieran en su propia casa.

    Este proyecto fue mentalizado por Magdalena Rivadeneira, su hija Daniela Corral y su yerno Jaime Pallares. Es la séptima generación que está al frente de esta centenaria propiedad.

    En la antigua factoría, que dejó de operar en 1950, se narra a los visitantes sobre cómo funcionaba esta molienda de trigo en la que se producía harina.

    Guías nativos, como Joaquín Achina, explican a los viajeros que la mayoría de piezas del molino hidráulico aún se conservan en sus sitios originales.

    Igualmente, se visita una pequeña capilla colonial y el antiguo establo, que fue transformado en un acogedor sitio de hospedaje. Hay 10 habitaciones que tienen una capacidad total para 25 personas.

    La conservación del patrimonio material e inmaterial ha sido clave, explica Jaime Pallares, gerente de Molino San Juan.

    Eso le permitió recibir el galardón de Hotel Patrimonio Líder de Ecuador, en los recientes premios World Travel Awards 2018, entregados en septiembre último.

    Posee otros reconocimientos por el servicio, la alimentación y la construcción biosostenible.

    El establecimiento se dio a conocer a través de operadoras de turismo receptivo. La idea es aprovechar su ubicación, pues están en medio de dos polos turísticos: Quito y Otavalo, dice Pallares.

    La actividad empezó con la atención a los viajeros con el servicio de ‘snacks’. Luego, se ampliaron a desayunos, almuerzos, cenas y hasta el café de la tarde. Por último, consolidaron el servicio de alojamiento.

    Por lo general, los visitantes extranjeros arriban entre semana. Los turistas nacionales, en cambio, copan los fines de semana y días feriados. El sitio recibe unos 300 visitantes cada mes, en promedio. De esa cifra, el 68% son huéspedes del hotel.

    Molino San Juan Hacienda ofrece varios paquetes. Uno de ellos es el tour del día, que tiene un costo de USD 39, por persona.

    A los visitantes les dan la bienvenida con un canelazo y un bocadillo de chulpi y chochos. También incluye el almuerzo menú, en el que sobresalen platillos típicos. Por la tarde, se ofrece café con bizcochos y manjar de leche.

    En Cayambe se está apostando al desarrollo sostenible de turismo bajo una alianza público-privada-comunitaria. Molino San Juan Hacienda pertenece a la Red de sitios culturales del cantón.

    Por eso, los visitantes de Molino San Juan Hacienda también pueden ir a sitios como la plantación de rosas ArtRoses. Ahí hay un salón de exhibición con alrededor de 3 500 tallos.

    Otra de las opciones es visitar la finca El Laurel, uno de los 600 productores agroecológicos del cantón. O conocer el establecimiento de Doña Ede, en donde elabora bizcochos.

    En Cayambe, Jaime Pallares, gerente de Molino San Juan Hacienda, está al frente de las operaciones turísticas de este establecimiento. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
    En Cayambe, Jaime Pallares, gerente de Molino San Juan Hacienda, está al frente de las operaciones turísticas de este establecimiento. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
  • Los perros en India tienen su primer hotel de lujo

    Agencia AFP

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    En el Critterati, el primer hotel de lujo para perros del sur de Asia, los canes son tratados a cuerpo de rey: camas esponjosas, spa, veterinario las 24 horas y cervezas que no tienen alcohol.

    En la ciudad de Gurgaon, unos 30 kilómetros al suroeste de Nueva Delhi, san bernardos, labradores y lhassa apsos disfrutan de las atenciones con las que los 30 millones de perros errantes de India ni siquiera pueden soñar.

    Aquí, a los dueños de animales se les llama “padres”. El cliente de cuatro patas tiene acceso a una cafetería, una piscina, una peluquería y un salón de masajes ayurvédicos. Este hotel para perros, donde las suites pueden costar hasta USD 70 por noche, es de gama alta y su comodidad es muy superior a la de otros refugios caninos.

    “Ningún propietario de perro decente quiere dejar ” a su animal en una perrera tradicional, explica Deepak Chawla, el empresario que abrió este establecimiento hace cuatro meses.
    La suite más grande tiene una cama gigante con una cabecera cubierta de terciopelo, un televisor y una trampilla que da acceso a un balcón privado. En el Critterati, no se abandona al perro a su suerte. Los empleados del hotel miman a sus clientes “perrunos”.

    En la cafetería, además de alimentos tradicionales como pollo y arroz, los canes pueden elegir entre panecillos, tortitas y helado. El sabor a tocino es uno de los favoritos de los huéspedes.
    El Critterati refleja el creciente interés de la clase media india por las mascotas. De dos millones de perros domésticos en 2002, el país pasó a 15 millones en la actualidad. Una cifra que debería alcanzar los 26 millones en el 2021.

    Chawla trabajó tres años y medio para abrir su hotel, movido más por su amor por los perros . “Un animal es más leal que los humanos. Harían cualquier cosa por nosotros, así que se lo merecen”.

    El Critterati es el primero de este tipo en el sur de Asia. La noche tiene un costo de USD 70.
    El Critterati es el primero de este tipo en el sur de Asia. La noche tiene un costo de USD 70.
  • Wyndham Garden, sello verde en hotel

    Mónica Mendoza

    Macroeditora

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    Wyndham Garden es una marca nueva en Ecuador y una marca joven entre los hoteles de la región. Tiene cuatro estrellas y un sello verde, que va de la mano de la tendencia actual de responsabilidad social con el medioambiente.

    Los anteriores Howard Johnson de Quito y Guayaquil mutaron hasta convertirse en el nuevo hotel, ahora con otra identidad.

    El 15 de noviembre fue el lanzamiento oficial de la marca en Guayaquil. Pero el nombre de Wyndham Garden se empezó a posicionar desde meses antes.

    En el caso de Guayaquil, su nombre comenzó a ser visible en lo alto de la torre circular hotelera, de la avenida Juan Tanca Marengo, en el norte de la metrópoli, a solo cinco minutos del aeropuerto José Joaquín de Olmedo.

    Las letras verdes de la marca, que reemplazaron al azul del antiguo edificio, denotaban que algo pasaba en el hotel del Consorcio Nobis, también propietario de las franquicias Wyndham y Sonesta.

    La estrategia comenzó a diseñarse aproximadamente hace un año, explicó Andrés Pachano, presidente de la Unidad de Negocios Hotelero del Consorcio Nobis.

    “Se trata de un refrescamiento. Estamos haciendo inversiones importantes para que el hotel se adapte a la marca, ya que venía de un Howard Johnson un poco más antigua y queríamos ofrecer un mejor servicio a los clientes”, dijo.

    Los dos Howard, de Quito y Guayaquil, cambiaron sus nombres, pero también se reinventaron con toques verdes. La intención es ir moviéndose hacia marcas más limpias, eficientes y amigables con el medioambiente, que es una tendencia mundial.

    Durante el acto de lanzamiento, Isabel Noboa, presidenta ejecutiva del Consorcio Nobis, destacó que la compañía siempre está pensando en función del desarrollo sostenible y que el turismo es uno de esos sectores. Le dio la bienvenida a la nueva marca, consciente con los impactos en el medioambiente y como parte de una industria turística comprometida con los visitantes, el entorno y las comunidades.

    Cuando decidieron traer el nuevo hotel al país, los Howard ya ofrecían facilidades e instalaciones acogedoras, pero era necesario refrescarlas para entregar una nueva experiencia de producto y servicio a los clientes.

    El nuevo hotel es separado de los Wyndham que se mantienen en Guayaquil (Puerto Santa Ana) y Quito (Tababela) y que tienen su propia estrategia y operación.

    Es parte del portafolio de Wyndham Hotel Group, que tiene una cadena de más de 9 000 hoteles divididos en 18 marcas. Son más de 705 700 habitaciones en 79 países.

    Es una de las marcas más jóvenes y de rápido crecimiento del portafolio de la compañía, que tiene su sede en Parsippany, Nueva Jersey (EE.UU.).

    Eduardo Cruz del Río, vicepresidente de Operaciones para América Latina y el Caribe de Wyndham Hotel Group, destaca que ahora hay dos marcas en Ecuador. “La reputación que tienen los Wyndham en el país y cómo se han posicionado en el mercado es un orgullo para el grupo”.

    Según Cruz del Río, los Wyndham están en los primeros lugares de la hotelería en el país y haber añadido ‘Garden’ a la marca y al concepto es una fortaleza. Destaca que eso se ha logrado por tener al Consorcio Nobis como uno de “los mejores socios”.

    El equipo de Nobis y el grupo internacional analizaron la lista de marcas y establecieron que la que mejor se adaptaba a los que buscaban era Wyndham Garden. Así se evaluaron cambios, inversiones y retorno financiero para los socios del hotel, explica Pachano.

    Luego de esa evaluación financiera vino la ejecución de los planes. La inversión inicial en el cambio de marca en los dos hoteles suma más de USD 500 000 y varía según la ciudad.
    En el caso de Guayaquil se remodeló la fachada, se cambió la entrada principal, el lobby, la recepción (front desk), el restaurante y el área de recreación. Hubo menos cambios en las habitaciones, ya que habían venido de una reciente renovación. En Quito los cambios se centraron en el lobby, el lobby bar y las habitaciones.

    Pachano calcula que la inversión entre los dos llegará a USD 1 millón, además que los hoteles requieren renovación permanente por el deterioro normal.

    El ‘target’ de clientes del hotel son ejecutivos y grupos corporativos. Guayaquil y Quito son dos reconocidas ciudades para turismo de convenciones.

    En el Puerto Principal la estrategia apunta a satisfacer un segmento de ejecutivos más exigente de lo que tenían antes. El nivel de ocupación está por encima del 75% .

    En la capital, la intención es recuperar un 5 o 6% del mercado, ya que el nivel de ocupación es de 65%. Entre los dos hoteles suman 198 habitaciones. En Quito hay 90 y en Guayaquil 108.

    Eduardo Cruz del Río, de Wyndham Group (i); y Andrés Pachano, del Consorcio Nobis. Fotos: Enique Pesantes / Líderes
    Eduardo Cruz del Río, de Wyndham Group (i); y Andrés Pachano, del Consorcio Nobis. Fotos: Enique Pesantes / Líderes
  • Un nuevo hotel, con inversión venezolana

    Redacción Quito

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    Un nuevo hotel abre sus puertas en los alrededores de Quito. Con una inversión venezolana de USD 30 millones, la cadena Eurobuilding inaugura su primer hotel en Ecuador el próximo 1 de noviembre.

    La construcción del establecimiento arrancó en marzo del 2015 y su primera etapa -que incluye 144 habitaciones, piscina, gimnasio, ‘spa’, restaurante, entre otros servicios- está lista para entrar a operar según explicaron ejecutivos del hotel. El hotel Eurobuilding está en la parroquia de Tababela, al oriente de Quito, cerca del aeropuerto Mariscal Sucre.

    Una segunda etapa, en la que se incluyen 72 habitaciones, arrancará en el mediano plazo. Todo depende de cómo evolucione el negocio hotelero, según detalla Richard Perdomo, gerente General de Eurobuilding Quito.

    Uno de los objetivos a los que apunta el local es convertirse en un espacio para eventos sociales y corporativos. De hecho, cuenta con un salón para 450 personas. “Cada vez es más común que los eventos sociales se realicen en las afueras de Quito, por eso nuestra estrategia es convertir al hotel en un sitio para esta clase de eventos. El gran objetivo es ser un lugar ‘top”, explica Rodrigo Pérez, representante legal del hotel.

    Para cumplir la meta de ser un centro de eventos, Eurobuilding apuesta por tecnología de punta, Internet de alta velocidad, conectividad vía Bluetooth, entre otros servicios pensando en los huéspedes, pero también en los asistentes a eventos.

    Otra de las características del establecimiento es que para contratar personal se enfocó en los habitantes del sector. La idea es contar con empleados que vivan en Tababela, Yaruquí, Tumbaco y otras localidades cercanas, según Perdomo. Al personal se lo está capacitando para cumplir con los estándares de calidad que maneja la cadena hotelera.“Esto es parte del compromiso social que tenemos”, explica el ejecutivo.

    En la construcción del hotel, que tiene 14 500 metros cuadrados de área total, se generaron cerca de 500 plazas de trabajo.

    Además se contó con proveedores locales que apoyaron con materiales, diseño, instalaciones y otros aspectos. En el diseño, por ejemplo, uno de los proveedores fue i2E, una compañía ecuatoriana especializada en ingeniería eléctrica y electrónica.

    Otro de los objetivos de los ejecutivos del hotel es convertir a la zona de Tababela y los alrededores del aeropuerto en una zona turística, para que la visiten nacionales y extranjeros. Para eso, dice Perdomo, se dialoga con los representantes de otros hoteles y hosterías ubicados en el sector. Y el siguiente paso de la cadena es llegar a Guayaquil.

    El hotel ocupa 14 500 metros cuadrados de área total y generará 80 plazas de trabajo en la atención. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
    El hotel ocupa 14 500 metros cuadrados de área total y generará 80 plazas de trabajo en la atención. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Cadena Karisma renueva su hotel Allure Chocolat de Cartagena

    Agencia EFE

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    La cadena de hoteles estadounidense Karisma inauguró la ampliación de su hotel Allure Chocolat de Cartagena de Indias que pasó de tener 34 a 72 habitaciones, informaron a Efe fuentes de la compañía.

    «Gracias a la demanda que tenemos en ocupación quisimos ampliar nuestra capacidad de habitaciones, pues la idea es poder satisfacer la ocupación que actualmente tenemos que alcanza a lo largo de todo el año el 85 %», detalló el gerente de operaciones de Allure en Colombia, Noé Landa Solano el jueves 18 de mayo del 2017. 

    El hotel está ubicado en el barrio Getsemaní, dentro del casco histórico de Cartagena de Indias, frente al Centro de Convenciones Julio Cesar Turbay Ayala de la ciudad, por lo que mayoritariamente atiende un turismo de convenciones o corporativo.

    «Cada vez que hay una cumbre o un congreso en el centro de convenciones nosotros nos llenamos automáticamente», indicó Landa Solano.

    «Nuestro concepto es lo que llamamos Gourmet Inclusive, que consiste en que damos una experiencia gourmet con altos estándares de calidad, donde ofrecemos cortes de carne de altísima calidad y una carta de vinos de primera categoría; mucha langosta y muchos mariscos», agregó.

    Landa Solano reveló que el huésped desde la llegada al hotel «encuentra una experiencia inolvidable. Lo recibimos con unas toallas refrescantes con aroma, luego le ofrecemos una degustación de café y a la hora del check-in le preguntamos si prefiere una almohada de plumas de ganso o de gel aromatizada a lavanda».

    El hotel maneja en temporada baja un rango de precios por habitación que oscila entre 450.000 pesos (unos 153,8 dólares) hasta 900.000 pesos (unos 307,6 dólares).

    En temporada alta la habitación más económica parte de 1,2 millones de pesos (unos 410,19 dólares) hasta 1,8 millones de pesos (unos 615,29 dólares).

    La inversión de la ampliación del hotel Allure Chocolat de Cartagena ascendió a 10.000 millones de pesos (unos 3,41 millones de dólares).

    El diseño del hotel que gravita en torno del minimalismo y hace énfasis en los detalles corrió por cuenta de la diseñadora barranquillera Isabel Parra.

    Karisma tiene en Colombia cuatro hoteles: dos en Cartagena de Indias, el «Allure Bonbon» y el «Allure Chocolat», y los otros dos, el Allure CaféMocawa y el Allure AromaMocawa en Armenia y La Tebaida, en el departamento del Quindío (centro).

    «La proyección es tener en Colombia para 2018 cinco hoteles más», dijo Landa Solano.
    Además de Colombia, Karisma tiene también presencia en México, Jamaica, República Dominicana, Serbia, Montenegro y Croacia con una capacidad de 4.592 habitaciones.

    Una persona camina frente al hotel Allure Chocolate de Cartagena (Colombia). La cadena de hoteles estadounidense Karisma inauguró  la ampliación de su hotel Allure Chocolat de Cartagena de Indias. Foto: EFE
    Una persona camina frente al hotel Allure Chocolate de Cartagena (Colombia). La cadena de hoteles estadounidense Karisma inauguró la ampliación de su hotel Allure Chocolat de Cartagena de Indias. Foto: EFE
  • La peluquería canina que hoy es un ‘hotel’

    Redacción Quito

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    Sus mimados tienen cuatro patas y una nariz desarrollada. Hacen travesuras y, a la vez, obedecen sus órdenes. Corren, ladran y son considerados el mejor amigo del hombre. Son los perros de Totos Hospedaje y Guardería.

    Es un emprendimiento que se asentó en la parroquia de Conocoto (al oriente de Quito) y tiene como objetivo cuidar a los perros de las personas que aman y miman a los animales.

    Su dueña es Sinthia Gudiño y levantó este negocio hace 10 años. Comenzó como una peluquería canina; pero creció por la necesidad que tienen los propietarios de los perros de dejarlos en un lugar seguro. “Es un hospedaje para perros mimados, que pasan sus días dentro de la casa; comen pollo, carne y otros alimentos”.

    La idea es que los animales se sientan como en casa. Es decir, se los cuida con amor y paciencia; además se los entrena.

    En Totos hay varios servicios. Uno de ellos es la guardería canina. Es similar a un establecimiento educativo para niños, es decir, los perros tienen un recorrido que les recoge desde las 06:00 hasta las 09:00. Posteriormente, llegan a la casa estilo campestre y tienen un tiempo para correr, jugar en la piscina (una vez a la semana) y comer un refrigerio.

    El costo del paquete es de USD 7 cada clase. No incluye el transporte que depende del lugar de residencia, ya que es de casa en casa.

    También se brinda el servicio de hospedaje, que crece en feriados como Navidad, Carnaval y otros. El local tiene capacidad para alrededor de 60 canes.

    Si los dueños del animal gustan una habitación dentro de casa el costo es de USD 13. Pero si son habitaciones en el exterior con techo y paredes, el precio baja a USD 10.

    Los amantes de los perros deben tomar en cuenta que la alimentación deben proporcionarla, porque el animal está acostumbrado a comida de casa. Además, si el perro se queda más días deben enviar una manta con el olor de la casa para que el perro no extrañe su hogar, ni su familia.

    El negocio, que comenzó con USD 40 000 de inversión creció a pasos veloces, según relata Ricardo Arellano, quien se encarga de la logística de los canes.

    El hombre renunció a su trabajo para ayudar a su esposa y, juntos, levantaron el espacio para los mimados peludos de la casa. “Le apoyo siempre y nunca pensamos que crecería tan rápido”.

    La facturación mensual de Totos es de USD 3 000. La pareja cuenta que otro valor agregado de su negocio es la peluquería que se ofrece e manera gratuita para los ‘huéspedes’ que se quedan en la guardería o en el hotel reciben el servicio, una vez al mes.

    Esta casa para perros tiene otras sorpresas. Por ejemplo, en festividades como Navidad, los canes juegan al ‘amigo secreto’ e intercambian regalos. O en Navidad hacen el pesebre canino, donde todos los animales se disfrazan según los personajes. La pasan genial, asegura Gudiño, quien dejó las leyes para dedicarse de lleno al cuidado de estos animales.

    César Torres es dueño de Francesa. Cuando sale de viaje, lo más difícil es dejar a su perra en la casa, por lo que buscaba un lugar para dejarla. “No me gusta que se quede sola”, dice el hombre, quien deja a su mascota en Totos.

    Sinthia Gudiño, Ricardo Arellano (dueños) y Mongo en las instalaciones de Totos Hospedaje, en Conocoto. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Sinthia Gudiño, Ricardo Arellano (dueños) y Mongo en las instalaciones de Totos Hospedaje, en Conocoto. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • Starwood abre primer hotel en Cuba de una cadena de EE.UU. en más de 50 años

    Agencia AFP

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    La cadena hotelera Starwood inauguró el martes, 28 de junio, el hotel Four Points by Sheraton La Habana, marcando el regreso a la isla comunista de las multinacionales estadounidenses después de más de medio siglo.

    “Este es un momento único, un momento especial”, pues “con esta inauguración Starwood se convierte en la primera empresa, con sede en Estados Unidos, en operar en Cuba después de más de 55 años”, dijo durante la ceremonia su jefe de operaciones para Latinoamérica, Jorge Giannattasio.

    Esta apertura “está haciendo historia el día de hoy”, destacó el ejecutivo de Starwood, que es propietaria de Meridien, W Hotels, Westin y Sheraton.

    La cadena estadounidense gestionará el hotel Quinta Avenida, de 186 habitaciones, propiedad del grupo cubano Gaviota, otro gigante administrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, con más de 60 hoteles y villas en la isla.

    “Este momento significa un nuevo capítulo en la historia de la hotelería cubana ”y marca“ el inicio de una larga relación de trabajo”, dijo el presidente de Gaviota, Carlos Latuff.

    En marzo pasado, en vísperas de la histórica visita a Cuba del presidente Barack Obama, Starwood anunció que había cerrado acuerdos con autoridades cubanas para gestionar dos hoteles en La Habana. El segundo sería el Inglaterra, con 83 habitaciones, inaugurado en 1875 y que sumaría a su oferta de hoteles de lujo.

    Esos acuerdos, que implican una inversión de varios millones de dólares, sellaron las primeras grandes negociaciones concluidas por compañías estadounidenses desde la decisión de Obama de normalizar las relaciones con la isla, anunciada en diciembre de 2014, tras medio siglo de ruptura y confrontación política.

    Asimismo, fueron los primeros grandes contratos suscritos por un grupo de Estados Unidos en la isla desde el triunfo de la revolución de Fidel Castro en 1959, tras la cual fueron nacionalizados los bienes estadounidenses.

    Washington y La Habana restablecieron en julio pasado sus nexos diplomáticos y ahora avanzan en el largo y difícil proceso de normalización de sus relaciones.

    Para poder utilizar sus marcas en Cuba, las empresas estadounidenses deben pedir una licencia al departamento del Tesoro, encargado de vigilar el cumplimiento del embargo económico que Washington aplica contra la isla desde 1962.

    Tras el histórico deshielo, el turismo se ha disparado en Cuba: 3,5 millones de turistas visitaron la isla en 2015, un 17% más que el año anterior.

    Debido al embargo, los viajes de turismo de ciudadanos estadounidenses a Cuba continúan prohibidos, aunque el departamento del Tesoro creó 12 categorías específicas de viajeros a los que puede extender permisos excepcionales.

    Solo las visitas desde Estados Unidos habían aumentado un 93% hasta el último abril, con respecto al mismo periodo de 2015, y alcanzado los 94 000 norteamericanos, según el ministerio del Turismo.

    Starwood se convierte en la primera empresa, con sede en Estados Unidos, en operar en Cuba. Foto: AFP
    Starwood se convierte en la primera empresa, con sede en Estados Unidos, en operar en Cuba. Foto: AFP
  • Cuatro décadas dedicadas al turismo local

    Redacción Sierra Norte 

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    El Hotel El Conquistador fue uno de los primeros establecimientos turísticos en instalarse en los alrededores de la laguna de Yahuarcocha, en Ibarra. Su fundador es el cuencano Mario Tacuri Roldán, un emprendedor que se instaló en la capital de Imbabura hace cuatro décadas.
    Él explica que el nombre del establecimiento, que incluye un restaurante, dos salones de eventos, las habitaciones y una discoteca, se debe a su forma de conquistar al cliente.

    Cuando tenía 19 años Tacuri fue contratado para trabajar como mesero en el Hotel Ajaví, que acababa de ser inaugurado.Luego de siete años dejó esa actividad y asumió el reto de administrar el muelle bar de la laguna de Cuicocha, en Cotacachi.

    Trabajó durante seis años. Entre sus logros estuvo haber convertido el negocio en uno de primera categoría. También, instaló una sala de baile y un muelle para ofrecer paseos en bote. Un dinamismo parecido le impuso al muelle de Yahuarcocha.

    Pero, Tacuri siempre tuvo como meta instalar su propio negocio. En más de una ocasión, a su esposa, Ligia Calle, le comentó que con un buen servicio a los clientes era posible abrir su empresa turística.

    El plan fue aprovechar la belleza paisajística que ofrece el sector. Por eso, frente al muelle bar de Yahuarcocha, adquirió un predio de 16 000 m2.

    Tacuri recuerda que el inmueble lo compró en 1980 en 3 000 sucres. La mayor parte la cubrió con sus ahorros y el resto con un crédito bancario. El lugar tiene una vista privilegiada del denominado ‘Lago de sangre’.

    Aunque nunca le ha gustado tomar ni fumar, Tacuri, de 66 años, confiesa que siempre le agradó la vida bohemia. Por eso, le apostó primero a edificar el recinto para la discoteca que lleva el nombre de Studio 54. El centro de diversión cumplió 33 años y aún se mantiene en auge.

    Luego, en el segundo nivel, levantó el restaurante, que tiene capacidad para 400 personas. Ahí se ofrece un variado menú de comida nacional e internacional.

    Uno de sus ganchos es el servicio de coctel, ensalada de frutas y show musical, los fines de semana.La mayoría de clientes llega entre sábado y domingo. Tacuri calcula que el fin de semana atiende a 200 clientes, en promedio.

    A Diego Bracho, habitante de Ibarra, le agrada el sitio por la preparación de la comida y por la atención personalizada.

    Por eso, el visitante asegura que siempre escoge este sitio para las celebraciones familiares.
    La oferta de El Conquistador se incrementó con dos salones para la recepción de actos sociales, como matrimonios, bautizos, grados. En uno cabe 130 personas y en el otro 150.
    Por último, se edificó el centro de hospedaje en el que se pueden alojar a 50 huéspedes. En feriados como Navidad, Fin de Año, Carnaval, Semana Santa, los clientes aumentan.

    Tacuri involucró a su familia en el negocio. Su esposa es la responsable de la contabilidad y de la supervisión del restaurante, su hija Fernanda le ayuda en la administración y su primogénito, Geovanni maneja la sala de baile.

    La infraestructura turística se levanta en 6 000 m2. Con un tono de orgullo, Tacuri afirma que le tomó 25 años en lograrlo.

    Uno de sus ganchos del hotel El Conquistador es el servicio de coctel, ensalada de frutas y show musical, los fines de semana. Foto: Archivo / LÍDERES
    Uno de sus ganchos del hotel El Conquistador es el servicio de coctel, ensalada de frutas y show musical, los fines de semana. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Un emiratí compra prestigioso hotel vienés por casi USD 89 millones

    Agencia AFP

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    Acostumbrado a este tipo de lujos, un inversor emiratí desembolsó casi USD 89 millones de para comprar el prestigioso hotel Imperial de Viena, frecuentado desde hace más de un siglo por estrellas y jefes de Estado, se informó este miércoles 17 de de febrero del 2016.

    “El hotel es como un palacio real en la más bella ciudad del mundo” , indicó este inversor, Jalaf Ahmad Al Habtor, en declaraciones tomadas por el diario Kurier.

    Este hombre de negocios, que recientemente compró el Hilton London Wembley Hotel en la ‘City’, precisó que pagó por el Imperial un monto aproximado de USD 89 millones al grupo estadounidense Starwood, que continuará gestionándolo.

    Al Habtor explicó que fue seducido por el encanto de este palacio con 138 habitaciones -de las cuales 59 son suites-, con vistas al Ringstraße, mítico bulevar de la capital austriaca, cuando lo frecuentaba como ‘simple’ cliente, como lo hicieran antes el escritor Thomas Mann, el presidente estadounidense John F. Kennedy, la reina Isabel II de Inglaterra o el rockero Mick Jagger.

    En noviembre pasado, los mármoles del Imperial acogieron las conversaciones internacionales sobre el conflicto en Siria, con la presencia en particular del jefe de la diplomacia estadounidense John Kerry, quien también es un frecuentador del establecimiento.

    El hotel Imperial es el decimocuarto palacio que integra la cartera de la sociedad de Al Habtor, uno de los principales grupos de inversión privados de los Emiratos Árabes Unidos, según un comunicado.

    Viena es un objetivo privilegiado para los inversores del Golfo. En una precedente transacción espectacular, Catar compró en noviembre pasado a Francia el palacio Clam-Gallas, en el que operaba hasta entonces el Instituto Francés de Austria.

    http://www.imperialvienna.com/
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