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  • Cinco factores incentivan la llegada de multinacionales

    Carolina Enriquez

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    Cinco factores han despertado el interés de multinacionales por compañías ecuatorianas en los últimos años.

    La estabilidad cambiaria con el dólar, las buenas prácticas administrativas, un mejor clima de negocios, las nuevas tecnologías y determinados incentivos tributarios son los elementos que han vuelto atractivas a las firmas ecuatorianas, principalmente en la región, según analistas y expertos.

    El Banco Central del Ecuador (BCE) detalla que el año pasado el país recibió por inversión extranjera directa USD 618 millones. Mientras que, según la Superintendencia de Compañías, en el 2017 se registró un monto de USD 404,8 millones en el proceso de compra venta de acciones por inversionistas extranjeros (inversión extranjera directa, subregional e inversión de extranjeros residentes; personas naturales y jurídicas) en firmas nacionales.

    Paul McEvoy, gerente general de la Bolsa de Valores de Quito, explica que el sector en el que mayor interés se ha registrado es el de consumo masivo. Pero, también se han detectado en retail, área farmacéutica y banca.

    Danilo Albán Romero, consultor de fusiones y adquisiciones en Analytica Investments, asegura que este ha sido uno de los años más movidos en el mercado de fusiones y adquisiciones.

    Entre los casos más recientes están la compra de Terrafertil por parte de la suiza Nestlé y la adquisición de grupo GPF por la mexicana Femsa.

    El jurista Xavier Andrade, socio de Andrade Veloz, indica que las multinacionales siempre quieren crecer para mantenerse competitivas. “Hay dos formas de hacerlo. Una orgánica, en la que se sigue captando más clientes, se amplía la planta, el número de trabajadores, etc. Otra es comprando empresas ya operativas: es una opción más cara, pero inmediata”.

    El especialista en derecho corporativo explica que hay dos escenarios de compra. El uno se da cuando la adquisición es global, es decir de todas las filiales de una compañía en el mundo.

    Esto se produjo tras la fusión mundial de AB InBev y SAB Miller (Cervecería Nacional) en el 2016 y este año con la adquisición, por Zúrich, de la aseguradora QBE en América Latina, incluida la filial de Ecuador. Otro ejemplo es la alianza estratégica entre Pizza Hut y la española Telepizza.

    El otro escenario de adquisición de firmas depende del sector y de la nación en la que haya interés.

    México es un país con fuertes operaciones de compra de firmas ecuatorianas. Según el BCE, en 16 años ese país realizó inversiones por casi USD 1 500 millones.

    Arca Continental compró en 2010 una parte de Ecuador Bottling Company y entre 2012 y 2014 adquirió Inalecsa y Tonicorp. Sigma lo hizo con Juris y Elaborados Cárnicos entre el 2014 y el 2015. Bimbo, por su parte, compró Supán en el 2014.

    Andrade explica los grandes grupos empresariales de México quieren expandirse por América Latina. A diferencia de países como los de Europa, ellos están acostumbrados a hacer inversiones de riesgo y se deciden por la compra de empresas atractivas.

    David López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito , indica que México es una nación que enfrenta mayores complicaciones para expandirse hacia el norte que al sur. “Es un país con alto desarrollo empresarial. A veces los mercados más pequeños son más interesantes para el crecimiento de negocios”.

    Las empresas locales que están en constante desarrollo, así como las industrias que tienen una sólida tradición, atraen a los inversores mexicanos, afirma Juan Manuel Arjona, titular de la oficina de Pro México en Ecuador y Perú,.

    La apertura a nuevas inversiones y “poner las reglas claras del juego”, de los últimos dos años, son otros incentivos. Los sectores que más les atraen son manufactura, tecnología, agroindustria, alimentos procesados, etc.

    Firmas del país invierten en la región

    Aparte de la compra de empresas ecuatorianas por parte de firmas extranjeras, compañías nacionales invierten también sus capitales en el exterior.

    La última de estas transacciones se anunció en los primeros días de este mes. Se trata de la empresa ecuatoriana Corporación Favorita que adquirirá la mayoría de las acciones del Grupo Rey, una cadena comercial líder en Panamá.

    Esta firma es propietaria de supermercados, farmacias y tiendas de conveniencia. Tiene 60 años de trayectoria y tiene una facturación aproximada de USD 700 millones anuales.

    Esta transacción será ejecutada a través de una Oferta Pública de Compra de Acciones (OPA) en la Bolsa de Valores de Panamá. El precio por acción de la transacción es de USD 8,58, sujeto a retenciones y eventuales ajustes comunes en este tipo de transacciones, informó el holding panameño. Se estima que este proceso concluya en enero 2019.

    La compra de estas acciones será financiada por créditos internacionales, sin impacto en la liquidez de la empresa ecuatoriana, ni en las inversiones locales programadas. “Es una demostración de confianza del mercado financiero internacional en el país y sus aparatos productivo y financiero”, según la empresa ecuatoriana.

    Para Corporación Favorita, la adquisición de Grupo Rey constituye uno de los hitos más importantes en su historia.

    Pero esta no es la única inversión hecha por esta firma en el exterior. Corporación Favorita también tiene presencia en Costa Rica, Colombia, Perú y Chile a través de tiendas en diferentes formatos y segmentos de comercio. Entre estos se encuentran Juguetón, Bebemundo, Cemaco, Ferrex, Tatoo, etc.

    Otra de las compras de firmas en el extranjero es la que concretó el grupo ecuatoriano Int Food Services a fines de octubre de este año. Esta empresa adquirió el grupo Degasa, que opera restaurantes de comida rápida en Chile y Argentina, en un negocio que se estima rondaría los USD 50 millones, según Diario Financiero, de Chile.

    En Chile, Degasa estaba presente desde el 2011 tras adquirir las operaciones de Kentucky Fried Chicken (KFC), para luego sumar nuevas cadenas.

    Int Food Services, en Ecuador, administra 12 franquicias de comida como Juan Valdez Café, China Wok, Cinnabon, Baskin Robbins y KFC.

    Inmedical, una empresa especializada en microseguros para el sector de la población con bajos ingresos, ha expandido también su ‘know how’ a Paraguay y Bolivia. Y ahora se está asociando con Brescia, una empresa peruana que tiene una participación del 40% en el mercado de seguros.

    Las firmas Marathon Sport, Indurama, Edesa y otras han hecho inversiones también en el exterior, refiere Paul McEvoy, gerente de la Bolsa de Valores de Quito.

    “Hay grupos grandes, cuyas oportunidades de crecimiento en Ecuador se ven limitadas. Por eso, como una estrategia organizativa buscan otros mercados para crecer”, expresa McEvoy.

    Los países donde las empresas ecuatorianas hacen este tipo de transacciones son generalmente los de la región. Perú, Colombia y naciones de Centroamérica.

    Para Roberto Aspiazu, director del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), este tipo de transacciones son también positivas para el país, porque permiten que las empresas nacionales grandes, medianas o pequeñas se internacionalicen.

    La compra o venta de una firma tiene al menos cinco etapas

    Cinco fases, al menos, tiene una operación de compra venta empresarial. Son procesos que pueden extenderse desde meses hasta años, dependiendo de la complejidad.

    Danilo Albán Romero, consultor de fusiones y adquisiciones en Analytica Investments, explica que el primer paso es que haya el interés de un comprador o vendedor. “Alguien quien tenga la liquidez y quiera salir a comprar empresas para expandirse o alguien que quiere vender su empresa”.

    El experto cree que las compañías suelen venderse cuando están en su mejor momento y han despertado el interés de inversionistas o cuando están en malas condiciones, sea porque ya no se las puede administrar o porque su situación económica es mala.

    Un segundo momento consiste en la búsqueda, por parte de los compradores, de posibles empresas que les pudieran interesar. En esa etapa las grandes compañías, usualmente, reciben asesoramiento de banca de inversión.

    Para los vendedores, por su parte, estas últimas entidades elaboran un texto de información no muy detallada de las compañías sin dar el nombre de las mismas. “Con esos datos se empieza a tocar puertas de firmas que podrían estar interesadas en adquirirlas”.

    En la tercera fase se entrega información completa a las interesadas, sin el nombre. Siempre bajo acuerdos de confidencialidad.

    Se da un plazo a los interesados para que hagan ofertas no vinculantes. Más adelante se toma en cuenta las propuestas más razonables y se da paso a la cuarta fase.

    En aquella, el comprador puede, incluso, revisar en la misma compañía libros contables, contratos, instalaciones, etc. “Se trata de la debida diligencia (…) Es un proceso en el que realmente se deben asegurar que no haya ningún contingente que pueda disminuir el valor de la compañía”.

    Si hay contingentes, es posible que se reste del precio. Así, si una empresa está valorada en USD 8 millones y no ha hecho provisión de dinero para pagar jubilaciones patronales por USD 1 millón, el comprador puede decir que la comprará pero a un millón menos.

    Si no hay contingentes o ya se resolvieron se envía la oferta vinculante. Se da paso luego a la firma de contrato de compra venta y termina la operación.

    El jurista Xavier Andrade, socio de la firma Andrade Veloz, indica que durante la redacción de contratos se debe establecer no solo el precio y la forma de pago, sino cómo se va a hacer la transacción: fusiones, ‘joint venture’, compra de acciones, entre otros. Esto último es lo más común en Ecuador.

    El dólar, las buenas prácticas administrativas, un mejor clima de negocios, las nuevas tecnologías e incentivos tributarios atraen a las firmas extranjeras. Ilustración Ingimage
    El dólar, las buenas prácticas administrativas, un mejor clima de negocios, las nuevas tecnologías e incentivos tributarios atraen a las firmas extranjeras. Ilustración Ingimage
  • Trabajo e incentivo ¿la plata manda?

    Arturo Castillo

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    Por naturaleza, las relaciones entre los seres humanos son asimétricas. La desigualdad se expresa, para empezar, en el ámbito microsocial de la familia.

    El amor paterno, pretendidamente equitativo, siempre favorece, consciente o inconsciente, a alguno de los hijos, lo que genera episodios de celos y disputas, que pueden marcar la existencia entera de aquellos que se sintieron emocionalmente desfavorecidos.

    El entorno escolar es particularmente proclive a las iniquidades, en virtud de que todo el sistema reposa en la psicología del premio-castigo, en la competitividad, con la consecuente generación de complejos, inseguridad y hostilidad hacia la autoridad.

    En el mundo laboral, el esquema se repite, o más bien constituye una extensión del proceso educativo formal. Se busca incesantemente el trabajador ideal, cuyo perfil es un dechado de virtudes, pero se hace muy poco para construir entornos gratos, empresas con un sentido humano. Lógicamente, las compañías buscan seleccionar personal con el mayor índice de inteligencia académica, con los valores más elevados, con la mejor hoja de servicio y experiencia; pero, muchas veces no saben cómo retener ese talento.

    Solo una política consistente de incentivos y un entorno laboral gratificante son capaces de generar fidelidad hacia la empresa. Claro está, mantener a los sujetos emocional y psicológicamente estimulados, de manera que su rendimiento alcance los más elevados estándares, es una tarea que exige no solo contar con los recursos materiales necesarios, sino principalmente disponer del recurso de la imaginación y de un mediano conocimiento de la conducta humana.

    El ser humano es una criatura crónicamente insatisfecha; no existe, consecuentemente, una regla, una fórmula que haga que los individuos experimenten un estado de satisfacción continuo y duradero. Está claro, además, que el dinero no logra comprar o alquilar una buena actitud, el aprecio por el trabajo y por la organización; es decir, un vehemente deseo de dar lo mejor de sí mismo.

    En todo caso, las políticas de incentivos son de gran importancia, no solo como un mecanismo de retención del talento, sino como una expresión concreta de la voluntad de generar equilibrio en la relación empresa-trabajadores.

    El espectro de beneficios debe cubrir las necesidades materiales, anímicas y también intelectuales de los individuos.

    Aunque los incentivos económicos son importantes para la generalidad de los trabajadores, aspectos inmediatos y cotidianos, como el clima laboral y la calidad de la comunicación, los estilos de liderazgo y de interacción, abonan para lograr estabilidad y un compromiso de largo alcance hacia la compañía. La experiencia demuestra que pese a todos los esfuerzos, el asunto de las brechas es insalvable. Lo concreto es que no todos los trabajadores de una organización son iguales, de modo que una política de aplicación general no hace justicia.

    La jerarquía dentro de la empresa o compañía, el grado de responsabilidad, los méritos académicos, tienen un peso concreto cuando se trata de implementar beneficios. Es obvio, la empresa quiere incentivar lo que considera superlativo, lo excepcional.

    No obstante, el trabajador promedio, aquel que tiene una escasa iniciativa, que experimenta momentos de desidia y de pereza, que no se anima a ir más allá de las tareas asignadas por la organización, será quien más exija que la empresa retribuya su esfuerzo.

    Finalmente, más allá de los factores externos, solo la automotivación es capaz de provocar en la persona un sentimiento de gozo, de despertar en su ánimo el deseo de servir a la vida. En ese caso, el regateo de los incentivos pasa a un segundo plano.

    Los problemas relacionados con el comportamiento organizacional juegan un papel fundamental a la hora de retener el talento humano en las empresas. Ilustración: Ingimage
    Los problemas relacionados con el comportamiento organizacional juegan un papel fundamental a la hora de retener el talento humano en las empresas. Ilustración: Ingimage
  • ‘Quito Invest’ busca incentivar la inversión privada en la ciudad

    Redacción Líderes

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    El Municipio de Quito organiza el Foro de Atracción de Inversiones ‘Quito Invest’ para el 25 de mayo de este año. En este encuentro se presentará el portafolio de inversiones de la ciudad y un paquete de incentivos para mejorar la competitividad de Quito, informó el Cabildo en un comunicado.

    Los proyectos municipales contemplan temas de movilidad, sostenibilidad, turismo y otras oportunidades de inversión en la ciudad, por ello es importante, “atraer capitales frescos para dinamizar la economía y mejorar el clima de negocios de la ciudad”, dijo Álvaro Maldonado, secretario de Desarrollo Productivo y Competitividad.

    ‘Quito Invest’ es una iniciativa para fortalecer la confianza, la cual se ve reflejada en las inversiones y créditos recibidos por el Municipio de Quito en los últimos meses. En Foro contará con la presencia de inversionistas nacionales y extranjeros.

    Quito se prepara para recibir a nuevos inversores. Foto: Cortesía
    Quito se prepara para recibir a nuevos inversores. Foto: Cortesía
  • 367 exportadores se han beneficiado de la devolución simplificada de impuestos

    Evelyn Tapia (I)

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    Durante los 45 días que lleva vigente el mecanismo de devolución simplificada de impuestos para los exportadores, también conocido como ‘drawback’, se han desembolsado USD 24,2 millones, informó la mañana de este 7 de agosto Xavier Cárdenas, director del Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae), durante una rueda de prensa.

    El ‘drawback’ es un incentivo de devolución de un porcentaje de entre 2% y 5% de los impuestos que pagan los exportadores de productos no tradicionales y que este año han enfrentado una caída en sus ventas.

    El presupuesto destinado para ‘drawback’ es de cerca de USD 250 millones, es decir, que ya se ha desembolsado cerca del 10% del presupuesto.

    El incentivo entró en vigencia en junio, y desde entonces, unas 16 496 declaraciones de exportaciones con destino a 114 países han obtenido el beneficio, informó Cárdenas. El monto total de exportaciones con beneficio fue de más de USD 650 millones.

    La ministra encargada de Comercio Exterior, Silvana Vallejo, puntualizó que han sido 367 exportadores los que se han acogido al beneficio, de 2 535 solicitudes. «Recordemos que es una decisión que se tomó por una situación coyuntural, así que habrá que monitorear cómo se dan las cosas, pero trabajaremos en otros incentivos para dinamizar las exportaciones y que el empleo se mantenga”.

    Vallejo añadió que hasta el 31 de diciembre se espera que se acojan alrededor de 1 000 exportadores.

    Por otra parte, Cárdenas hizo énfasis en que no todas las solicitudes han podido terminar en devolución de los porcentajes establecidos, debido a que el requisito principal es que los exportadores estén al día en todas sus obligaciones con el Servicio de Rentas Internas (SRI), Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y Senae.

    “No se está negando las solicitudes, simplemente se quedan en espera hasta que los exportadores regularicen sus obligaciones y entones se da el trámite”, puntualizó el funcionario.

    Las devoluciones se harán por las exportaciones realizadas desde febrero de este año. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.
    Las devoluciones se harán por las exportaciones realizadas desde febrero de este año. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.
  • El incentivo perfecto en la empresa

    Mariana Maldonado (I) El Universal de México (GDA)

    Para mantener a empleados motivados, una empresa no solo necesita conocer a sus colaboradores, ofrecerles un plan de carrera a largo plazo y practicar una constante retroalimentación.

    Una compañía, ya sea grande o pequeña, necesita mantener a sus empleados, en sentido figurado, corriendo detrás de la ‘zanahoria correcta’. Suena lógico, si partimos de que todos actuamos persiguiendo motivaciones y es un hecho que trabajamos mejor si tenemos aquellas que nos hacen mover.

    «Las empresas son románticas e ingenuas al pensar que sus empleados van a abrazar el emblema de la organización. Eso no va a pasar. Ellos no van a hacer algo por esta, solo porque son sus empleados. Así no funciona la gente. Hay que entender qué es lo que a esa persona le importa y dárselo; así, esa persona va a hacer lo que la empresa quiera con tal de conseguirlo», explica Alberto Álvarez Morphy, director de IncentivAction, una consultoría especializada en desarrollar programas de incentivos para empresas.

    Para llegar a plantear las motivaciones efectivas para que los colaboradores trabajen mejor, las empresas necesitan no empezar a regalar viajes al Caribe todo pagado, no regalar bonos unas veces sí y otras no, sino que las organizaciones necesitan implementar programas de incentivos y recompensas.

    Programas, es decir, incentivos sistematizados, entregados con estricto orden y no otorgados al azar. Es necesario que existan reglas claras que enseñen a los empleados la manera en la que deben actuar para ganar estas recompensas.

    «Deben haber reglas cristalinamente claras para todo el mundo, ya que así sabe qué esperar y por qué esperar, entonces cuando alguien gana todos saben por qué ganó, ya no hay el ganó porque ‘es el favorito del jefe’, porque la razón está a la vista de todos», explica Álvarez Morphy. Este tipo de programas ayudan a mejorar el desempeño de una organización y a cambiar su cultura, ya que les enseña a sus integrantes a hacer las cosas diferentes, explica el especialista.

    Pero antes de pensar en este programa como en un conjunto, hay que empezar por atender los detalles.

    ¿Qué le importa a los empleados? La primera idea que se viene a la mente es: ¡Billetes! ¡Dinero! Y en parte es verdad pero tampoco es un absoluto.

    La American Compensation Association encontró que los programas de recompensa que no ofrecen dinero en efectivo alcanzaron tres veces más un retorno de inversión que aquellos que estaban basados en recompensas en efectivo.

    Dinero, vales, cenas con el director de la empresa, agradecimientos públicos, viajes, días libres, cupones, tarjetas de regalo. Primero, hay que averiguar qué es lo que ellos quieren.

    «Encuestas, entrevistas y cajas en las que coloquen sugerencias son excelentes maneras de recopilar información acerca de lo que entusiasma a tus empleados como grupo y lo que los satisface de manera personal. Ya sea que se trate de un ‘muchas gracias’, tarjetas de regalo o días libres. Encaja las recompensas que piensas dar con los deseos reales de tus empleados», sugiere la guía ‘Ten Incentive Essentials: A survival guide for employee rewards and recognition planners’.

    En ciertos casos, un programa de incentivos necesita aplicarse de emergencia en algunas empresas, si estas quieren mantener motivados a sus empleados.

    El estudio ‘Incentives, Motivation and Workplace Performance: Research and Best Practices’ dice que estos momentos son: cuando el desempeño en una labor específica es inadecuado; cuando la causa de este mal desempeño es la motivación; cuando el tipo y el nivel de rendimiento deseado se pueden cuantificar y cuando la meta a lograr es retadora.

    Pero, ¿funcionan? La respuesta es sí e incrementan los resultados.

    El estudio elaborado por The Incentive Research Foundation, el cual buscó medir el impacto que tienen los incentivos tangibles (el dinero y las recompensas), en la forma de trabajar, demostró que estos pueden incrementar «dramáticamente» el desempeño laboral en un promedio de 22%, si son seleccionados, implementados y monitoreados bien.

    Además, si se realizan correctamente, estos programas tienen éxito.

    Según este mismo análisis, 57% de los casos estudiados o alcanzaron los objetivos deseados o los sobrepasaron.

    Un informe adicional Más opciones de incentivos.  Un estudio del World at Work Journal titulado ‘Designing Incentive Plans: New Insights from Academic Research’ señala dos elementos fundamentales que hacen a un programa de incentivos efectivo. Primero, que exista una evaluación eficiente y que realmente analice el desempeño real de los colaboradores. Segundo, que exista una relación entre esta evaluación y las recompensas para que se pueda medir.

    ¿Cómo lograrlo? La primera opción es la más importante, ya que una buena evaluación genera retroalimentación y compromiso por parte del colaborador con la empresa. Para lograrla es esencial incluir qué es lo que el empleado puede controlar y qué es lo no está en sus manos cambiar, ya que muchas veces si se hace mal, este puede salir mal evaluado por factores externos.

  • El Parque Industrial Yaguachi-PIADY arranca

    Con la presencia de la viceprefecta del Guayas, Mónica Becerra; el subsecretario de Industrias y Productividad, Jorge Acaiturri, autoridades del cantón Yaguachi, el pasado 18 de diciembre se realizó la ceremonia de colocación de la primera piedra del Parque Industrial, de Acopio y Distribución Yaguachi (Piady).

    El acto fue encabezado por el alcalde de Yaguachi, Daniel Avecilla, conjuntamente con los ejecutivos de las empresas Idílica, Etinar y Espacios Urbanos (Esurba), Luis Neme, José Macchiavello y Leonardo Manssur, respectivamente.

    Luis Neme, gerente general de Idílica, en representación de los tres grupos promotores de este proyecto, destacó el potencial desarrollo productivo y económico del país desde esta nueva plataforma industrial y logística, dentro del contexto de una visión de cambio de la matriz productiva en el Ecuador.

    Asimismo, reconoció el interés de las pequeñas, medianas y grandes empresas que creen en esta propuesta industrial.

    En el acto de colocación de la primera piedra, Daniel Avecilla recordó la importancia de la generación de empleo y resaltó la visión de la empresa privada para invertir en Yaguachi. Al mismo tiempo, el burgomaestre indicó que a manera de incentivo tributario se exonerará del 50% del impuesto predial, patente y permiso de construcción durante cinco años, para los empresarios cuyo capital será invertido en este multiproyecto.

    En un área de 200,4 hectáreas, que está próxima a los accesos del Puente Alterno Norte (PAN) y el Puente de la Unidad Nacional se levantará el Parque.

    USD 50 millones esa es la inversión prevista que demandará la primera etapa de 80 hectáreas del parque industrial.

    El obispo de San Jacinto de Yaguachi, Mons. Aníbal Nieto, bendijo el lugar.