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  • Estados Unidos lanza una aplicación para combatir el trabajo infantil mundial

    Agencia EFE

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    Estados Unidos presentó este miércoles 20 de septiembre una nueva aplicación de móvil para combatir el trabajo infantil y la esclavitud moderna, con el fin de poner «al alcance de la yema de los dedos» una herramienta que permita a los consumidores conocer y denunciar este tipo de prácticas abusivas.

    «Me alegro de poder poner toda esta información al alcance de las yemas de los dedos de todo el mundo», afirmó la subsecretaria de Asuntos Internacionales del Departamento de Trabajo de EE.UU., Martha Newton.

    Bajo el nombre ‘Comply Chain’ (Cadena de Cumplimiento), este programa desarrollado por el Gobierno pretende ofrecer tanto a las compañías como a los consumidores una guía sobre cómo cumplir con las reglas para evitar abusos en la producción de bienes y servicios.

    «El trabajo infantil y el forzado son resultado de la cadena de producción empresarial», denunció Newton, quien detalló que la aplicación permite, además, conocer las condiciones de trabajo en más de cien países, de manera que tanto empresas como ciudadanos puedan actuar de manera informada.

    Uno de los principales objetivos de este programa es «ayudar a las empresas a desarrollar un sistema de cumplimiento social en su producción global», mediante consejos e información sobre qué países son menos respetuosos con la legislación internacional relativa al trabajo.

    Asimismo, los usuarios también pueden hacer uso de la aplicación para conocer si alguna empresa ha sufrido denuncias o para interponer quejas en caso de que exista la sospecha de que se está quebrantando la ley.

    «La aplicación te lleva por todos los distintos pasos, como quejas o mediaciones», apuntó Newton, quien subrayó que con el fin de servir como una herramienta no sólo de denuncia, sino también de ayuda, el programa «aporta consejos» para aquellos negocios que quieran adoptar el camino correcto.

    «Los negocios son el mejor modelo cuando actúa correctamente», concluyó la subsecretaria.

    La aplicación, que se puede descargar gratuitamente, está disponible para las plataformas Android e iOS.

    los usuarios también pueden hacer uso de la aplicación para conocer si alguna empresa ha sufrido denuncias o para interponer quejas. Foto: Captura
    los usuarios también pueden hacer uso de la aplicación para conocer si alguna empresa ha sufrido denuncias o para interponer quejas. Foto: Captura
  • Calidad, moda y diseño son la base de la empresa

    Redacción Quito

    Han pasado 18 años y la alegría se mantiene en los ojos de Elena Izurieta, quien levantó La Esperanza. Esta empresa confecciona ropa para niños.

    Izurieta no lo hizo sola, contó con la ayuda de su familia y de “manos generosas” que apoyaron su nacimiento y crecimiento.

    La Esperanza es una empresa que se edificó en 1998 entre las calles Juncal y Los Eucaliptos, en el norte de Quito. Su historia es un ejemplo de superación y de trabajo constante de sus propietarios y de sus trabajadores, que apuestan por la confección de nuevas prendas de vestir a diario.

    Este negocio comenzó con una inversión de USD 250, que se destinó a la compra de telas y muestras para empezar con los diseños de las piezas. Hoy tiene una variada oferta de ropa.

    Los vestidos, camisetas, pantalones largos y cortos, buzos son parte de las diferentes colecciones que han elaborado durante los años de vida de esta empresa familiar, que cuenta con la colaboración y el trabajo arduo de los hijos y nietos de Izurieta.

    La mujer recuerda que sus inicios no fueron fáciles, porque no tenían el dinero suficiente para la producción y la maquinaria.

    La primera decisión fue contratar mano de obra externa a la empresa para cubrir los pedidos.

    Izurieta recuerda que cada pedido significó un reto para ella, pero lo logró de la mano de la propietaria de una cadena de supermercados que le dio apoyo. “Ella me dijo que haga un proyecto y me dio el dinero por adelantado para poder hacer la ropa”.

    Así empezó su apogeo. Los pedidos llegaban más seguido, por lo que tuvieron que contratar personal fijo. Al principio fueron cuatro empleados. Ahora suman 130 personas, que realizan las diferentes actividades dentro de la fábrica, como cortar, coser, planchar, doblar, empacar y demás.

    “Todos somos una familia, que empujamos este trencito. Luchamos para salir adelante”.
    Para Izurieta, las manos solidarias de personas y de entidades financieras fueron determinantes para su crecimiento, porque confiaron en ella y en el potencial de su empresa, lo que la llena de orgullo y satisfacción.

    La propietaria de la empresa que es dueña de las marcas Bambinos y Chiquitines señaló que la fábrica ha dado pasos gigantes como la implementación de tecnología para optimizar el trabajo.

    Además, destaca la variedad y las últimas tendencias de moda, que están a cargo del equipo de desarrollo de producto. Está conformado por 28 jóvenes creativos.
    “Somos una empresa competitiva y eficiente”, señala Izurieta.

    Una de las satisfacciones de esta emprendedora es que hay familias enteras que usan sus prendas de vestir. “Entran padre, madre y sus hijos y todos salen con una prenda, por lo que les brindamos un producto de calidad”.

    Una de ellas es Pilar López, quien es madre de dos niñas. Ella acostumbra a comprar ropa de esta empresa por su calidad, diseños y variedad de colores.

    Afirma que no sabía que la fábrica es ecuatoriana. Ahora que lo sabe espera adquirir más productos para apoyar a las familias que forman parte de esta empresa familiar de la capital.

    La familia de La Esperanza reunida a las afueras de la fábrica en la que confeccionan prendas de vestir. Foto: Valeria Heredia / LÍDERES
    La familia de La Esperanza reunida a las afueras de la fábrica en la que confeccionan prendas de vestir. Foto: Valeria Heredia / LÍDERES
  • Iberoamérica pide crear empleos decentes y erradicar el trabajo infantil

    Agencia EFE

    La IX Conferencia Iberoamericana de Ministros de Trabajo y Seguridad Social propuso hoy en su declaración final el fortalecimiento de programas que permitan a los jóvenes acceder a empleos decentes, eliminar barreras de acceso al mercado laboral y erradicar el trabajo infantil.

    A esta reunión, convocada por la Secretaría General Iberoamericana (Segib), asistieron en la ciudad colombiana de Cartagena representantes o delegados de más de 20 países.

    En la declaración suscrita al término de dos días de deliberaciones, los asistentes pidieron a los gobiernos y al sector privado fortalecer acciones para que la juventud acceda a trabajos que «ofrezcan oportunidades equitativas para la promoción profesional, con especial atención a las mujeres».

    Igualmente, recomendaron trabajar de forma coordinada con las instituciones y sectores pertinentes para desarrollar políticas de empleo juvenil rural.

    Con esto se busca que esta población permanezca en el campo y un relevo generacional «que garantice el trabajo decente, digno y permita la inclusión productiva de hombres y mujeres, con igualdad de oportunidades en el sector rural».

    La declaración final puso énfasis en la formación para el trabajo y en «la erradicación del trabajo infantil», facilitando la interacción entre las empresas, las organizaciones de trabajadores y los establecimientos de formación.

    También propuso fortalecer las acciones para que las personas con alguna discapacidad tengan las mismas oportunidades y puedan acceder a una formación integral para que puedan tener «trabajos dignos, seguros y saludables».

    La conferencia anunció la creación de un «observatorio para el empleo, el emprendimiento y la seguridad social de los jóvenes en Iberoamérica», como mecanismo para hacer seguimiento a su situación en el mercado laboral.

    De esta tarea se encargarán la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) y la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), con el apoyo de la Segib.

    También acordaron crear un «banco de buenas prácticas» que servirá para intercambiar información sobre políticas, estrategias y programas que hayan tenido éxito en la generación de empleo para los jóvenes.

    En el documento, los países iberoamericanos reiteraron su compromiso con la gestión eficiente de la migración laboral implementando políticas integradas que promuevan «el respeto a los derechos humanos y laborales» de los trabajadores migrantes y sus familias.

    Igualmente abogaron por fomentar la creación de mecanismos que reconozcan los estudios en la región para facilitar la movilidad laboral de los jóvenes y reconocer sus competencias y experiencias.

    En la declaración de 20 puntos también acordaron llevar a la XXV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se realizará en octubre en Cartagena, varias recomendaciones en materia laboral.

    Se trata de la elaboración de políticas públicas integradas y coordinadas en educación, empleo y formación para el trabajo, para permitir que los jóvenes, según sus capacidades, puedan acceder a empleos dignos y decentes, así como favorecer iniciativas de emprendimiento..

    Imagen Referencial. Erradicar el trabajo infantil es uno de los objetivos de la IX Conferencia Iberoamericana de Ministros de Trabajo y Seguridad Social. Foto: María Isabel Valarezo / LÍDERES
    Imagen Referencial. Erradicar el trabajo infantil es uno de los objetivos de la IX Conferencia Iberoamericana de Ministros de Trabajo y Seguridad Social. Foto: María Isabel Valarezo / LÍDERES
  • Los diseños artesanales se destacan en la ropa infantil

    Redacción Quito  (F)
    F-Contenido Intercultural

    Un poncho elaborado en alpaca y algodón, con colores como fucsia, lila y tomate para niños, o un overol con tejidos otavaleños es la nueva propuesta de Wuawua. Esta marca diseña y confecciona una línea de ropa infantil, con una característica esencial: destacar las diferentes culturas del Ecuador.

    Denisse Cabrera es la mente ‘maestra’ atrás de estos diseños. Esta socióloga de 31 años, incursiona en el mundo de la moda con otras marcas para hombre y mujer, en su tienda BO EM ubicada en Cumbayá, al nororiente de Quito. Aquí, muestra la línea de zapatos para hombre Toddel.

    Pero, en octubre del año pasado, decidió elaborar las prendas infantiles para edades de seis meses hasta seis años, porque lo vio como una oportunidad para ganar espacio en un mercado que es totalmente nuevo, dice.

    En los diseños de los tejidos artesanales de esta marca, también agregó distintivos de otros países como México, Honduras y Panamá. Para este proyecto, Denisse Cabrera invirtió, junto a Milagros Peralta, quien hace los nexos comerciales con tiendas en Miami (EE.UU.), la cantidad de USD 500.

    Con este dinero adquirieron la tela de algodón, alpaca, fajas otavaleñas para 25 prendas de la primera colección de Wuawua. Con todo el material listo, Daniela Cabrera se puso manos a la obra y empezó a dibujar los bosquejos de cómo debiera ser esta colección infantil. Por ejemplo, para las niñas, los vestidos deben llevar colores llamativos y fuertes, como el turquesa, amarillo, o verde. Estas prendas van acompañadas de tejidos con hilo, o las fajas otavaleñas que se colocan en la cintura de las niñas.

    Para los últimos elementos, Wuawua trabaja con cuatro comunidades de Otavalo, y para los decorados en los vestidos, con artesanos de Pichincha. En total, se crearon cuatro plazas de trabajo con este emprendimiento.

    Esther Delgado es modista y trabaja hace 10 años con Denisse Cabrera. Su taller ubicado en la av. Amazonas, en el norte de Quito, es el centro de operaciones para el corte y confección de algunas piezas de Wuawua.

    Desde noviembre del año pasado, Delgado empezó a pegar los bordados otavaleños sobre los vestidos infantiles. Esta quiteña de 56 años comenta que por semana se demoró entre dos o tres horas para armar los diseños.

    En enero pasado, Wuawua empezó la venta de esta colección infantil. Sus ingresos hasta febrero registran USD 200. De este monto, el 30% se destina para la compra de insumos, especialmente la tela de 100% de algodón, porque sus prendas deben cuidar la piel de los niños, explica Cabrera.

    Asimismo, la diseñadora comenta que los diseños se envían a domicilio vía correo.
    En este año tiene el objetivo de aumentar producción y facturación e invertirá USD 3 000. Con este dinero se elaborará una página web, para el posicionamiento de la marca. A su vez, producirán otra colección en los próximos meses para niños y niñas desde un año hasta ocho años de edad.

    Aquí se concentrarán en tener bordados y tejidos de otras comunidades del país, además de vender la marca en el exterior.

    Denisse Cabrera elabora la línea infantil Wuawua. Estos diseños exhiben tejidos artesanales de comunidades otavaleñas y de Pichincha. Foto: Pavel Calahorrano/LÍDERES
    Denisse Cabrera elabora la línea infantil Wuawua. Estos diseños exhiben tejidos artesanales de comunidades otavaleñas y de Pichincha. Foto: Pavel Calahorrano/LÍDERES
  • La tablet llega a temprana edad

    Redacción Guayaquil

    ¿Pueden los menores de edad usar tabletas?, ¿cómo supervisar el uso que ellos dan a estos dispositivos?, ¿cómo evitar que los menores dañen estos aparatos? Estas son algunas de las dudas que se plantean los adultos ante la sorpresiva petición de una tableta, por parte de menores de 13 años.

    Ahora, los menores de edad se ven atraídos con más frecuencia por la infinidad de actividades de entretenimiento que pueden realizar en estos dispositivos.

    Rosalía Gurumendi, madre de un niño de cuatros años, comenta que solía prestarle su tableta a su hijo. «Él aprendió a usarla muy bien y se divertía». Sin embargo, el miedo a que dañara el aparato o que jugara con aplicaciones que no aporten a su intelecto la llevó a decidir que no le volvería a prestar. Antes de ello indagó en Internet y encontró que existen tabletas para menores de edad. Estos dispositivos tienen programas específicos en los que el adulto puede regular su uso y funcionamiento. Entre esas opciones se puede programar que la tableta se apague después de un tiempo determinado.

    En el mercado europeo y estadounidense existen al menos unos ocho modelos conocidos de tabletas diseñadas para niños, que además de ser un ‘juguete’ se convierten en un complemento para el estudio. La firma española Imaginarium ofrece en Europa la tableta Super Paquito. Esta tiene un software exclusivo con aplicaciones e Internet controlado. Es recomendada para niños desde los seis años y las características son similares a las de una tableta común.

    En Ecuador, la firma Telcom Kids comercializa -desde junio- una tableta para niños. Jorge Escobar, gerente comercial, comenta que desde noviembre pasado se evidenció que en el país existe mercado para este producto y decidieron comercializarlo. Así, en dos meses, esta firma vendió unas 1 000 unidades y en agosto esperan introducir otras 1 000. Añade que durante un testeo del producto se evidenció que las tabletas pueden ser usadas por los menores desde los dos años. Aunque existen pequeños que desde los ocho meses ya interactúan con estos dispositivos, que aporta al desarrollo de la motricidad fina, explica Escobar.

    Otra firma guayaquileña también comercializa tabletas desde enero. Con la marca Kids-Tab, Duotek ha vendido alrededor de 2 000. Manuel Segovia, del área de mercadotecnia, afirma que una de las principales características de estos dispositivos es que son resistentes a caídas; y cuentan con un control parental.

    Los colores que tienen la parte externa de las tabletas atraen a los menores. Estos acuden a las tiendas acompañados de sus padres y luego de usarla son ellos quienes deciden la compra. «Nuestro cliente es el niño», dice Escobar. En el mercado ecuatoriano, las tabletas se comercializan desde los USD 180 a USD 250. También existen accesorios.

    Control de los padres
    Uso diario. Los padres o el adulto responsable del menor puede regular el uso de la tableta mediante un programa de control. Por ejemplo, puede programar que la tableta esté encendida por una hora especifica del día .

    Aplicaciones.  Se pueden crear restricciones a ciertas aplicaciones como juegos o navegación en Internet.

    Software.  El sistema Android 4.1 es el más utilizado en estos dispositivos.

    Otras aplicaciones. Si usa una tableta ‘normal’ puede descargar en Play Store aplicaciones de bloqueo infantil para restringir y controlar el uso. Entre ellas: Kids Place y Kaspersky Parental Control.

    LA CIFRA:
    USD 170 es el precio mínimo en el que se ofertan estas tabletas en Ecuador.

  • La creatividad infantil es la puntada inicial en este negocio

    Redacción Guayaquil (i)

    ‘Me llevó toda una vida aprender a pintar como un niño», es una de las frases más célebres que se le atribuyen al pintor Pablo Picasso; y Camille Gamarra, profesora de arte para niños en el Colegio Balandra (Guayaquil), cita al artista para destacar que «no hay arte más puro que aquel que sale de la creatividad de un niño».

    Esta joven de 24 años es madre hace un año y medio de Lucca, quien la inspiró a emprender un negocio en el que la creatividad infantil es la pieza clave.

    Se trata de Piccolo (pequeño, en italiano): un emprendimiento con el que replica los dibujos de niños con bordados en cojines, almohadas, bolsos, manteles individuales y limpiones, así como en joyas de plata.

    «Soy profesora, y al ver que los trabajos de los niños se perdían o se dañaban con el tiempo, me sentía triste. Cuando fui mamá, pensé que quería que las obras de mi hijo no se pierdan», recuerda Gamarra. Añade que ha recibido dibujos de niños desde los 2 años, «hasta dibujos que adultos guardaron de cuando eran niños y se los han regalado a sus mamás», cuenta la microempresaria.

    El negocio comenzó hace seis meses con una inversión de USD 700. La suegra de Gamarra, Macarena Barredo, la ayuda con los bordados y su principal canal de promoción es Instagram, en donde sube fotos y videos de las creaciones.

    Como se trata de productos personalizados, las piezas suelen tardar entre una y dos semanas en ser entregadas, dependiendo de la complejidad. «Usamos tela docoma, liencillo para bordar, jean, tela estampada, tela cruda y algodón», cuenta.

    Los pedidos los recibe por redes sociales o por Whatsapp, y entrega alrededor de 20 piezas a la semana; calcula que tiene unos 200 clientes fijos en Guayaquil, pero hace pocos días participó en el Gran Bazar de Cumbayá, y espera que su clientela crezca en la capital.

    Los precios van desde los USD 10 hasta los 35, en la línea de los productos bordados, y desde USD 40 en la joyería, estas piezas son las más solicitadas. Explica que comenzó ofreciendo dijes, ahora también tiene pulseras, llaveros y dentro de poco sacará una línea de aretes.

    Gabriela Morantes es una de las clientas de Piccolo. Cuando encontró a la marca en Instagram, le pidió a su hijo Nicolás, de 9 años, que hiciera un dibujo. Él se dibujó a sí mismo con su mascota. «Me encantó la idea de tener conmigo algo que hizo mi hijo. Cuando la gente lo ve, les encanta porque es único», dice.

    Nuevas estrategias Alianzas. Hace un mes, Camille Gamarra forma parte de la Asociación de Jóvenes Emprendedores (AJE), en donde ha recibido capacitaciones para su marca y además se alió hace poco con la diseñadora de joyas Maru Sáenz.

    El dato:

    800 dólares al mes factura la microem­presa de Gamarra.