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  • Infusiones y ‘snacks’, hechos en familia

    Redacción Quito

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    El es la infusión más consumida en todo el mundo. Su existencia data de hace más 5 000 años aproximadamente.

    Esta bebida tiene muchos sabores, pero pocos saben que las frutas deshidratadas pueden ser el ingrediente perfecto para hacer del té una experiencia diferente.

    Esa fue la razón por la que la familia Naranjo creó Alibú.

    Este emprendimiento elabora infusiones y ‘snacks’ a base de frutas deshidratadas; surgió en octubre del 2018, con el objetivo de tener un negocio propio.

    El nombre del negocio es la unión de dos palabras; ‘ali’ de alimento y ‘bu’ de bueno.

    Los emprendedores cuentan que desde siempre han pensado que mantener una dieta equilibrada incluye consumir variedad de frutas, y fue por ello que decidieron apostar por esta idea.

    Los productos están dirigidos a quienes “buscan algo diferente a la tradicional agua aromática o café. Les ofrecemos esta opción innovadora y a la vez saludable”, menciona Carolina Naranjo.

    Para iniciar con el emprendimiento, los propietarios invirtieron alrededor de USD 25 000. Esta cantidad se usó para la materia prima y como capital de trabajo.

    La familia Naranjo comenta que formaron vínculos con una empresa en Cotacachi, que prefieren mantener en reserva, convirtiéndola en socia estratégica para la elaboración de los productos.

    Las frutas principales de sus infusiones son piña, mango, frutilla, banano, pitahaya y mora. Estas las adquieren a pequeños agricultores en diferentes partes del país, de esta manera practican principios de comercio justo.

    El grupo de Alibú lo conforman seis integrantes. Sin embargo, Leslie Naranjo dice que se generaron 10 plazas de empleo indirecto, dado que más personas colaboran en el proceso de producción.

    Dicho proceso tiene un orden. Lo primero es seleccionar las frutas, luego se las lava y se remueve la cáscara, de ser necesario.

    Después se las coloca en hornos deshidratadores. El tiempo y la temperatura dependen del tipo de fruta; al final se empaca la fruta deshidratada para distribuirlos.

    Lo llamativo de estos productos es que los empaques tienen ilustraciones de animales representativos de Ecuador que, a su vez, son amigables con el ambiente.

    Este emprendimiento cuenta con la certificación Kosher, insignia que garantiza la preparación responsable de alimentos bajo normas dietéticas judías.

    Juan Carlos Rea, propietario de Entropía Café y Cultura, incluye estos productos en su cafetería. “La presentación es llamativa y los empaques son biodegradables. Los sabores son variados y a mis clientes les gustó esta nueva forma de tomar té”, dice Rea.

    Los propietarios de Alibú planean exportar sus infusiones y ‘snacks’ a países como EE.UU., España y Francia.

    Además, estas infusiones elaboradas en familia se encuentran desde el año pasado en cadenas como Supermaxi y Megamaxi.

    La familia Naranjo logró posicionar su marca Alibú en el mercado. El emprendimiento salió al mercado en octubre del 2018. Foto: LÍDERES
    La familia Naranjo logró posicionar su marca Alibú en el mercado. El emprendimiento salió al mercado en octubre del 2018. Foto: LÍDERES
  • Las infusiones de hierbas, el eje de esta asociación

    José Luis Rosales

    (I)

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    En la producción y comercialización de hierbas aromáticas como manzanilla, cedrón, hierba buena, tomillo, entre otras, incursionó hace cinco años la Asociación de Desarrollo Comunitario Aromas del Cayambe.

    51 mujeres de la comunidad de Muyurku integran la organización, localizada a 15 minutos de este cantón del norte de Pichincha.

    Las olorosas plantas son cultivadas orgánicamente en los huertos de cada socia. Entre todas las integrantes mantienen en producción 14 variedades.

    En la última siembra, Olimpia Churuchumbi, una de las socias, plantó en su parcela menta, cedrón, eneldo y manzanilla. De esta última logra entre tres y cuatro cosechas al año.

    La actividad es prácticamente nueva en la localidad. La iniciativa surgió después de abrirse campo en la producción de hortalizas libre de químicos. Una asesora de la Casa Campesina de Cayambe les propuso como alternativa empezar a cultivar plántulas aromáticas y medicinales para vender a otras organizaciones campesinas, recuerda Rebeca Andrimba, líder de la asociación.

    La iniciativa se difundió hasta que llegó a oídos de la Fundación Maquita Cushunchic Comercializando como Hermanos, que les apoyó para la instalación de una planta de procesamiento de hierbas aromáticas. Andrimba explica que esa organización invirtió en la construcción de la infraestructura y en el equipamiento.

    Una de las presentaciones contiene hojas de ataco, ortiga negra, toronjil y lo recomiendan como una infusión relajante.
    Una de las presentaciones contiene hojas de ataco, ortiga negra, toronjil y lo recomiendan como una infusión relajante. Foto: Álvaro Pineda para Líderes

    El lugar está equipado con un área de recepción de la materia prima. También hay una sección de secado y presecado con bandejas y un horno. Finalmente, hay un molino y una sala para el empacado del producto.

    Este plan ha tenido altibajos. Pero con el plan Creciendo con su Negocio el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que se implementó en los cuatro últimos meses buscan dinamizar la empresa comunitaria.

    Los técnicos del área de Desarrollo Económico del PNUD les capacitaron a las campesinas para fortalecer las capacidades productivas, administrativas, operativas de la organización y a la vez vincularles al mercado.

    El objetivo es darle un enfoque empresarial, explica Carla Gómez, representante del PNUD. Es decir, que cada una de las emprendedoras conozca a detalle la cadena productiva y el papel que tienen que cumplir.

    Otro de los ejes que buscan resolver es un mercado seguro enfocados a la demanda de clientes para la producción. Con la asistencia del PNUD lograron vincular a la Asociación de Desarrollo Comunitario Aromas del Cayambe con la empresa Tippytea.

    Esta firma se dedica a elaborar mezclas para infusiones utilizando hierbas, flores, frutas, especias, hortalizas, con productos locales. Lo que se busca con la comunidad es que puedan mejorar la capacidad de producción, explica el gerente Guillermo Jarrín.

    Con esa alianza realizaron las primeras ventas. Estas mujeres kayambis no solo provén de hierbas aromáticas que cultivan en sus huertas. De ser necesario también recolectan especies que crecen en los campos como las rosas de castilla que se emplean en algunas de las fórmulas.

    También se trata de rescatar saberes y usos tradicionales de las comunidades indígenas.
    La costumbre de tomar agua aromática está arraigada en estas parcialidades. Los habitantes de Muyurku prefieren la infusión de tomillo, por ejemplo.

    Esta hierba, de hojas pequeñas y verdes y con una profunda fragancia, sirve para curar infecciones estomacales, asegura Andrimba.

    La campesina, de contextura y voz gruesa, cuenta que esta bebida con propiedades medicinales les permitió dejar de lado el café que antes compraban en tiendas.

    Un total de 51 mujeres de Muyurku integran  la Asociación de Desarrollo Comunitario Aromas del Cayambe.
    Un total de 51 mujeres de Muyurku integran la Asociación de Desarrollo Comunitario Aromas del Cayambe. Foto: Álvaro Pineda para Líderes