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  • Las artesanas se inspiran en los pueblos indígenas

    María Victoria Espinosa  (F) Contenido Intercultural

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    Tres artesanas de Santo Domingo se dedican a la elaboración de bisutería y artículos para el hogar, adornados con figuras tsáchilas y montuvias.

    Ellas trabajan desde sus casas y talleres. Pero exhiben sus productos en ferias artesanales, que realizan las autoridades provinciales.

    Teresa Larrea incluso se organizó con otras artesanas y conformaron la asociación Creando Ideas, que busca enseñar a otras mujeres el valor de la cultura Tsáchila y cómo plasmarla en artesanías con materiales del medio.

    Pero también con artículos que son típicos de las comunas, como las semillas para hacer pulseras o la tintura negra, que se obtiene de una planta medicinal nativa.

    La artesana cuenta que desde los 12 años empezó a dibujar figuras tsáchilas. “Me llamaban la atención su vestimenta, el idioma… y quise plasmarlos en recuerdos coloridos para el hogar”.
    Ella, además de los productos tsáchilas, también utiliza madera, mazapán, porcelanicrón, teca, bambú, caña guadúa, tagua, telas, cintas, entre otras.

    Una de sus últimas creaciones son sandalias bordadas con los coloridos telares tsáchilas.
    Las empezó a confeccionar hace un año y tienen un precio de entre USD 15 y USD 25. Para complementar el atuendo, también elaboró pequeñas carteras con la misma tela del par de sandalias.

    Larrea señala que su desafío permanente es innovar en cada feria con productos interculturales. “Los clientes siempre quieren productos tsáchilas. Pero que sean innovadores”.
    Además -agrega- deben ser ar­tículos que se relacionen con fechas especiales. Por ejemplo, si asistimos a una feria antes del Día de la Madre, procuramos hacer productos para que los hijos los regalen a sus mamás.

    En la feria, el jueves pasado en Santo Domingo, la artesana presentó lapiceros en forma de tsáchilas, porque al terminar el período escolar los padres de familia siempre dan obsequios a los maestros o se los compran a sus hijos para motivarlos.

    El guía nativo tsáchila Manuel Calazacón asegura que las artesanas han ayudado a que los niños y adolescentes se interesen por la cultura nativa, cuando ven cuadros de tsáchilas tocando la marimba. “A nuestra comunidad llegan chicos y nos dicen que solo nos conocían por artesanías”.

    La artesana Carmen Torres explica que el gremio de artesanas está planificando continuar haciendo figuras tsáchilas, pero también añadir a nuevas culturas, como los chachis y los pueblos afrodescendientes y montuvios.

    Ella ya está elaborando esas figuras con tagua y la cáscara de coco. Esas artesanías se venden en las ferias y almacenes de recuerdos de la provincia. También a través de las redes sociales. “Tengo pedidos de varias partes del país”.

    La emprendedora Denisse Garzón también promociona sus productos en las ferias. Ella instaló un local de bisutería hace ocho meses, en Santo Domingo.

    La pasión por las manualidades la aprendió de su madre Nidia Alvear, quien también es artesana.

    Garzón, desde pequeña, vio en su casa materiales como la tagua, piedras, madera, cintas y conchas de origen montuvio.

    Con esos productos se elaboran desde cuadros hasta bisutería. “Mi mami elabora los productos en esa línea. Yo me dedico a crear accesorios para la mujer”.

    Las ferias

    En promedio, cada emprendedora vende entre USD 50 y USD 200 en cada día en una feria artesanal.

    Los productos que más se venden son los tsáchilas. Los compradores por lo general son adultos, que buscan un obsequio o decoración para la vivienda o vehículo.

    Las artesanas deben prepararse con al menos un mes de anticipación para cada feria artesanal. Ellas señalan que se deben hacer al menos 20 productos diferentes, en varios colores y tamaños.

    Teresa Larrea se inspira desde hace 20 años en la nacionalidad Tsáchila para crear coloridas artesanías. Foto: María Victoria Espinosa / LÍDERES
    Teresa Larrea se inspira desde hace 20 años en la nacionalidad Tsáchila para crear coloridas artesanías. Foto: María Victoria Espinosa / LÍDERES
  • Ellos, con sus historias, inspiran

    Redacción Quito  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    La Cámara de Industria y Producción (CIP) desarrolló la primera edición de los Premios Inspira a la Innovación Social. El objetivo de esta iniciativa es reconocer aquellos proyectos efectivos que han transformado positivamente la sociedad. La CIP, en alianza con Impacto Quito, estableció los criterios de selección en función de los parámetros contemplados por el World Economic Forum.

    Para este galardón postularon 130 iniciativas de todo el país, dedicadas a temas como educación virtual, ecoturismo, robótica, turismo cultural, artesanía, agricultura, transporte público, energía solar, tecnología, bioquímica, etc.

    Los ganadores fueron: Cuestionarix.com, Tropic, Crazy Dreams, Y-Bots, K-Mobility y Go Raymi.

    De acuerdo con la CIP, se espera que este galardón genere conciencia colectiva sobre el emprendimiento con impacto en la sociedad e incentive a otros emprendedores a esforzarse a transformar su comunidad.

    A continuación una breve descripción de los emprendimientos

    Cuestionarix.com
    Esta iniciativa ofrece una plataforma web que permite a los estudiantes prepararse para rendir cualquier examen de ingreso a la universidad. A partir de esta herramienta se quiere poner al alcance de los alumnos, contenidos académicos de calidad utilizando lo último en tecnología.

    Sus promotores, Carlos Acosta, Pablo Tunala y Guillermo Zárate, quieren consolidar su propuesta, que ya cuenta con 130 000 usuarios y promover su internacionalización en la región. Ellos sostienen que, al margen de los siete premios nacionales e internacionales que han recibido -desde que arrancó su iniciativa hace un año y medio-, el objetivo es demostrar que sí hay emprendimientos ecuatorianos que pueden lograr un reconocimiento mundial.

    Tropic
    Esta es una empresa de ecoturismo especializada en brindar una oferta de servicio ecológico y basado en experiencias auténticas con comunidades locales.

    Fundada en 1994 con el fin de ayudar al pueblo Huaorani en peligro de extinción de la región amazónica, la firma Tropic considera que el turismo sostenible con el medioambiente y culturalmente sensible puede ser un modelo de negocio viable y un salvavidas para los pueblos amenazados, entornos naturales y culturas.

    Su mentor Jascivan Carvalho asegura que el ecoturismo no solo es una alternativa de conservación sino un negocio rentable, que pueda generar recursos para la comunidad local. Esta iniciativa también ha sido reconocida por National Geographic.

    Crazy Dreams
    El modelo de negocio que es impulsado por su creadora María José Ortiz proporciona a mujeres de escasos recursos y que en algunos casos dedican su tiempo a cuidar a sus hijos con cáncer, la garantía de tener un trabajo estable sin importar su situación de vida.

    No necesita que ellas permanezcan en una oficina, ni en una fábrica las ocho horas al día. Ellas se encargan de elaborar tejidos a mano, se reúnen una vez a la semana, se plantean las metas (modelos y cantidad de prendas) y en la siguiente reunión se reciben los artículos y se vuelve a empezar con el proceso de producción.

    Además, este emprendimiento incluye a personas de la tercera edad; con cuatro de ellos, que son parte del programa municipal 60 y Piquito, se trabaja en iniciativas para que aporten con su experiencia en el desarrollo de nuevas iniciativas productivas, dice Ortiz.

    Y-Bots
    Este emprendimiento enseña Robótica, Electrónica y Programación a niños y jóvenes a través de diferentes proyectos. Mantiene un Club de Robótica en donde participan niños de 10 años que están programando en Arduino. Ha creado un producto que permite replicar esta experiencia en miles de niños con un costo accesible para los padres de familia.

    Santiago Mosquera, Fabricio Beltrán y David Lombeida juntaron sus fortalezas, mientras participaban en un encuentro de emprendedores organizado por ConQuito, para desarrollar esta propuesta educativa y entretenida, para inculcar en los menores el gusto por esta actividad.
    Beltrán señala que están en la etapa de consolidación de su emprendimiento y como toda iniciativa que recién empieza, la necesidad de contar con inversionistas les permitirá alcanzar el objetivo de desarrollar sus nuevos módulos, en los próximos meses.

    K-Mobility
    La iniciativa ofrece sistemas de monitoreo satelital, administración y despacho de taxis ejecutivos. Actualmente, trabaja con 11 compañías de taxis ejecutivos en Loja y con cuatro compañías en Quito. Ha creado una ‘app’ de taxi seguro llamada K-Taxy, mediante la cual se pueden realizar pedidos de taxi eficientemente.

    Bruno Valarezo, su fundador, señala que a partir de ahora sus proyectos de crecimiento están enfocados en los segmentos de taxis, buses, parqueos y fotomultas. Por ejemplo, para consolidar su propuesta para los buses, desarrollará la segunda etapa del sistema de recaudo electrónico en Loja que consiste en colocar los equipos de validación de tarjeta electrónica en buses. En resumen, dice, su objetivo es continuar con el desarrollo de sistemas tecnológicos, que apoyen a la movilidad de las personas en las ciudades y llegar a monetizar dichas soluciones.

    Go-Raymi
    Se trata de una plataforma digital (web, app, redes sociales), de catalogación, difusión y marketing, que permite acceder al potencial turístico del Ecuador.

    Detrás de este emprendimiento están los hermanos Carla y Sebastián López, con el apoyo de toda su familia. Ellos son de Riobamba y su emprendimiento surgió por la necesidad de concentrar en un solo sitio digital la información de todas las provincias, cantones y parroquias, relacionada con sitios, tradiciones, cultura, etc., de interés para el turista.

    Mediante este servicio, los emprendedores también ofrecen una plataforma para que los artesanos o pequeños productores muestren al mundo cómo desarrollan su trabajo y que este patrimonio se preserve en el tiempo. Su meta es internacionalizar este servicio de difusión turística del Ecuador.

    Los ganadores de la primera edición de los Premios Inspira, de la Cámara de Industrias y Producción (CIP). De izquierda a derecha: Jascivan Carvalho (Tropic); Fabricio Beltrán (Y-Bots); Sebastian López y Carla López (Go-Raymi) y Pablo Tunala y Guillermo Z
    Los ganadores de la primera edición de los Premios Inspira, de la Cámara de Industrias y Producción (CIP). De izquierda a derecha: Jascivan Carvalho (Tropic); Fabricio Beltrán (Y-Bots); Sebastian López y Carla López (Go-Raymi) y Pablo Tunala y Guillermo Zárate (Cuestionarix.com). Foto: Alfredo lagla / LÍDERES
  • Agro, ganadería y comercio inspiran sus investigaciones

    José Luis rosales  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Los proyectos en la Universidad Politécnica Estatal del Carchi buscan generar impactos positivos en los sectores productivos del norte de Ecuador y sur de Colombia. Los resultados se pondrán a disposición de empresas y autoridades.

    Las actividades comerciales y agropecuarias son los principales ejes de la economía del Carchi. Por eso, la Universidad Politécnica Estatal del Carchi (UPEC), en Tulcán, apunta sus investigaciones hacia esos sectores. Según el rector, Hugo Ruiz, se trabaja en buscar un desarrollo binacional de la zona de integración ecuatoriana-colombiana.

    Las facultades de Comercio Internacional, Integración, Administración y Economía Empresarial y de Industrias Agropecuarias y Ciencias Ambientales que posee esta entidad de educación superior, creada en el 2006, tienen varias líneas de estudio y en estas se destacan dos. En la primera apuestan a dos grandes proyectos: desarrollo local e integración fronteriza; en la segunda, impulsan investigaciones sobre la calidad de la leche y de la papa.

    Para Gustavo Terán, director de la Facultad de Comercio Internacional, los análisis están orientadas a solucionar problemas como la ‘depresión comercial’ que ahora enfrenta la capital del Carchi.

    En la línea de desarrollo local, por ejemplo, se apunta a la innovación empresarial en el Carchi. Se trata de un estudio que se desarrolló sobre la base de la Encuesta de Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación (ACTI), diseñada por la Senescyt y que fue realizada durante el 2012 y 2013.

    Estuvo dirigido a 35 empresas carchenses, con base en la información del Censo Económico del 2010 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos.
    Según los resultados obtenidos por la UPEC, 28,6% de las empresas corresponde al comercio (por mayor y menor), 20% a actividades financieras, 14,3% a manufactura, entre las más importantes. Las anteriores están consideradas como la estructura económica que sustenta a la provincia.

    Mike Coral, director del proyecto, comenta que este análisis reveló que estas firmas poseen un bajo nivel de innovación de productos.

    Del total de las unidades económicas consultadas, apenas el 34,3% considera que introdujo en el mercado un servicio nuevo. Mientras que el 31,4% aseguró que cuenta con bienes nuevos.

    Coral señala que otro factor es la mejora en la producción. El 42,9% indica haber incursionado en un proceso nuevo. El 31,4% afirma que actualizaron sus estrategias.
    Mientras que la actividad más utilizada para introducir innovaciones de productos y procesos ha sido la capacitación. En tanto, que la ingeniería y el diseño industrial es la menos utilizada en el Carchi.

    Gustavo Terán considera que esta investigación es el inicio para profundizar sobre innovación de las empresas binacionales.

    Estudios agropecuarios

    El proyecto Mejoramiento de la competitividad en el sector lácteo es una de las áreas de interés de la Facultad de Industrias Agropecuarias y Ciencias Ambientales. El estudio, que se aplica en los seis cantones de la provincia, busca mejorar la calidad de la leche.

    La tarea está a cargo de ocho docentes y seis estudiantes de varias carreras de la UPEC.
    Marcelo Ibarra, coordinador de la carrera de Desarrollo Integral Agropecuario y director del proyecto, explica que el plan tiene varios componentes: determinar la proteína grasa que se obtiene con la alimentación del ganado solo con pasto, el contenido de grasa saturada y no saturada, etc.

    El objetivo, según el académico, es determinar la razas, tipo de alimentación y las zonas en donde se concentra la mejor calidad de leche. Este estudio finalizará a mediados del siguiente año.

    A la par, también se desarrolla el proyecto de Fortalecimiento de la Papa. En este se realiza el diagnóstico del cultivo del tubérculo en la provincia del Carchi.

    La exploración incluye componentes como: la calidad de la semilla, manejo fitosanitario e industrialización, explica Ángel Pozo, docente de la UPEC.

    La idea es reducir la utilización de agroquímicos que encarecen los costos de producción.

    Un proyecto de interés es la elaboración de colorantes naturales a partir del mortiño, cerote y motilón para el sector lácteo. Fotos: José Mafla / LÍDERES
    Un proyecto de interés es la elaboración de colorantes naturales a partir del mortiño, cerote y motilón para el sector lácteo. Fotos: José Mafla / LÍDERES
  • Cuatro hermanas se inspiran en el rock para diseñar

    Redacción Quito

    Las hermanas Gabriela, Cristina, Diana y Sofía Freire tenían planes por separado, pero desde el 2010 trabajan juntas en su emprendimiento Edgy64.

    Este negocio diseña ropa inspirada en el rock, un estilo de vida que las cuatro comparten y que no se limita a la música. “El propósito también fue unir a la escena femenina de rock, y en cada concierto integrar amigas”, cuenta Gabriela.

    Ella junto a Cristina y Diana decidieron incursionar en la fabricación de ‘hoodies’ (capuchas) con rosas y pistolas, un estilo basado en la banda de rock estadounidense Guns N’ Roses. Su idea era vender el producto entre las fans del grupo, antes del concierto en Quito en abril del 2010.

    Las capuchas se confeccionaron con las telas de algodón que Gabriela había comprado para su desfile de graduación, en diseño de modas de la Universidad San Francisco. Así surgió la colección ‘Tough Love’ y el desarrollo de la marca Edgy64.

    50 capuchas quedaron listas para la venta por USD 40 cada una, pero al llegar al concierto se dieron cuenta que no era tan fácil. “Terminamos comiendo pizza”, dice Diana, a cargo de la imagen.

    Luego de esa experiencia, Cristina desarrolló el sitio edgy64.com, una página en Facebook, un blog y un catálogo.

    La venta inició con amistades. Pero el gran salto ocurrió cuando sus ‘hoodies’ fueron parte de la pasarela del Ecuador Fashion Week del 2010. Luego de esa presentación su ‘stock’ se agotó.

    Para Gabriela Chonlong, una de sus clientas, los diseños de Edgy64 son “versátiles, femeninos e intrépidos” y representan a chicas independientes, roqueras. Ella posee 10 prendas de tres colecciones.

    Otro espacio de promoción para esta microempresa fue el concurso Chica Edgy64, que buscaba mujeres con actitud para su catálogo y otras actividades. Participaron 30 jóvenes, de entre 17 y 20 años. La ganadora fue Melisa Iturralde.

    A esa actividad le siguió el Salinas Fashion Week, en febrero del 2011, con 16 prendas. Invirtieron USD 4 000 de las ganancias, ahorros y recursos familiares. El dinero lo usaron para la ropa, trasladar a 17 personas al lugar del desfile y realizar una sesión de fotos. Además, en octubre de ese año estuvieron en el desfile Contrastes con la colección RoadKiss, organizado por la Fundación Reina de Quito.

    Estas actividades se complementan con las ferias, donde exponen y venden sus diseños. La próxima será El Gran Bazar, del 5 al 7 de mayo, en Cumbayá.

    En este desarrollo Sofía aportó con una visión artística y de tendencias de moda, además de la producción de estands.

    También descubrieron otro nicho en los conciertos de rock. Mediante una alianza con la productora Alarma, en el 2010, lograron vender su ropa al interior de los ‘shows’ de bandas nacionales e internacionales o incluso fabricando prendas de artistas, explica Willy Mena, director ejecutivo de Alarma. Las hermanas consideran que Edgy64 está posicionada. Ahora buscan elevar la producción.

  • Los zombies le inspiran para crear bisutería y accesorios

    Redacción Quito

    Figuras plásticas de ojos, dedos y cerebros humanos, así como pequeños monstruos y galletas del mismo material, forman parte de los diseños de Blue Zombie, una tienda especializada en la elaboración de bisutería y accesorios para jóvenes y adolescentes.

    Esta idea nació en el 2010, cuando Camila Pinto, propietaria de la marca, decidió comercializar sus creaciones. En principio, los realizaba para uso personal, pero a sus amigos les gustó sus productos y empezaron a comprarle.

    Ahora, cuenta con un local en el centro-norte de Quito. Factura mensualmente entre USD1 000 y 1 200; además recibe pedidos de Guayas y Manabí.

    Pinto comenta que su gusto por la elaboración de bisutería se inició cuando era niña. Asistió a cursos para aprender esta actividad, sin embargo, señala que los modelos que en principio realizaba no le gustaban, porque “no iban con su estilo”.

    Por esta razón, decidió buscar diseños que le gustaran en diferentes páginas web y comenzó a elaborar los accesorios. El gusto por los zombies y la moda alternativa inspiraron a Pinto para sus creaciones.

    Su primera inversión para iniciar su emprendimiento fue de aproximadamente USD 2 000. Este monto le sirvió para comprar materia prima, como hilos, cadenas y piezas de plástico.

    Blue Zombie se comenzó a promocionar en las redes sociales Facebook y Twitter. Posteriormente implementó una página web www.bluezombiestuff.com.

    Hace dos años abrió un local en el Centro Comercial Caracol (norte de Quito). Para tener un mayor espacio para instalar su taller decidió cambiarse a un lugar más amplio, su actual almacén de 50 m2.

    Pinto comparte su emprendimiento con sus estudios. Esta quiteña de 22 años cursa la carrera de Relaciones Públicas en la Universidad San Francisco de Quito.

    Arón Zambrano, cliente, señala que lo que se encuentra en la tienda es “muy loco y original”. Comenzó a comprar los productos para regalar a sus amigos. Cada mes compra unos USD 20 en collares.

    Cristina Escobar tiene 25 años y es clienta de Blue Zombie. Ella explica que compra los collares debido a que son elaborados a mano y eso le da un valor agregado. Recuerda que gastó unos USD 60 en la primera compra que realizó.

    Diana Bravo coincide con Escobar y destaca los diseños a mano. Ella se enteró por Facebook de los productos; recuerda que invirtió USD 15 en accesorios.

  • Culturas precolombinas inspiran la iniciativa

    Redacción Quito (I)

    Los diseños de las culturas Machalilla, Valdivia, Tolita, Jama-Coaque y Panzalea, entre otras, son parte de los productos de Quillari Folk.

    Esta iniciativa, constituida en el 2013 por Pablo Tello y Andrea Ruiz, elabora artesanías y productos ecológicos, entre ellos, bisutería, papelería, textiles, magnetos, sellos, bolsos, etc., con símbolos ecuatorianos antiguos.

    Pablo Tello, cofundador de la microempresa, cuenta que la idea se inició como un método de financiamiento de su Proyecto Cachivachero, que está enfocado en motivar una conciencia ambiental.

    Para ello optaron por producir artículos que destacan la riqueza cultural del Ecuador con un toque contemporáneo. «Nos inspiramos en la flora y fauna ecuatorianas, así como en fiestas tradicionales del país, y elaboramos sellos o magnetos con esa temática», indica Tello.

    Andrea Ruiz, diseñadora de Quillari Folk, cuenta que los materiales con los que elaboran sus productos son tableros MDF (madera triturada que se mezcla con goma), metal y plástico. Para sus diseños dibujan ilustraciones o colocan fotografías realizadas por Tello.

    Para la creación trabajan con EcoBrady, empresa que se especializa en productos ecológicos, y una comunidad textilera en Ibarra. «Son familias que se dedican a la elaboración de textiles. Ellos son nuestra mano de obra y nosotros elaboramos los diseños de las prendas».

    La bisutería, los sellos y los magnetos son producidos por ambos emprendedores. Entre estos productos están llaveros, collares, aretes, magnetos en madera y metal, pulseras, entre otros productos.

    En la actualidad los artículos de Quillari Folk se ofertan en 10 locales, entre tiendas de artesanías, museos e islas en el aeropuerto Mariscal Sucre.

    María José Machado, propietaria de Cu Gallery, trabaja con ellos desde hace un año. Ella indica que los productos son atractivos entre sus clientes, que principalmente son ciclistas. «Son una empresa responsable y entregan sus pedidos a tiempo. Siempre con calidad».

    El emprendimiento factura aproximadamente USD 2 000 al mes. Su rango de precios varía entre 60 centavos y USD 35. «Uno de nuestros productos con mayor demanda son nuestras bufandas circulares», indica Ruiz.

    La microempresa Las ventas. Sus ventas por local al mes son de aproximadamente USD 200. Ofertan en sitios como La Caprichosa, Tren Ecuador, Cu Gallery, etc.

    El nombre. Significa: el camino de la Luna en quichua.

    Las culturas. La cultura Jama-Coaque inspira la mayoría de sus productos por los detalles en su simbología.

    USD 2 000 es su facturación al mes, promedio.