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  • Con barro hacen réplicas de instrumentos

    José Luis Rosales

    (F)  
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    La armonía de ocarinas, flautas, botellas-silbato de agua y más sedujeron a Jorge Farinango. Desde hace cuatro años, el artista imbabureño lidera un proyecto para la elaboración en barro de réplicas de este tipo de instrumentos sonoros antiguos.

    Con el apoyo de su esposa, María Soledad Ángulo, abrió el taller Vestigios Cerámica Ancestral, en Ibarra (Imbabura). Este emprendimiento cultural busca poner en valor estos artefactos inspirados en los pueblos originarios.

    Farinango se graduó de bachiller en Artes, en la especialidad escultura, en el Instituto Daniel Reyes, de San Antonio de Ibarra.

    Sin embargo, ahora alterna su pasión por el arte con la actividad de empleado público en la Empresa Eléctrica Regional del Norte.

    En este lapso ha ido descubriendo las particularidades que tiene cada cultura. Una ocarina de la zona interandina, por ejemplo, por su tamaño pequeño tiene los sonidos más agudos.

    En tanto que un silbato en forma de tucán, de origen azteca, se asemeja al canto de las aves.
    Uno de los artefactos que más ha sorprendido a Farinango son las botellas-silbato de agua, de la cultura Chorrera.

    En el interior hay un sistema acústico. Cuando el líquido ingresa y rota de un envase a otro, por la presión que ejerce en ese movimiento, produce un sonido.

    Todos estos detalles los ha aprendido al estudiar catálogos y documentos digitales elaborados por arqueólogos, que han realizado estudios en el país.

    También ha visitado museos como el Centro Cultural Ibarra, Casa del Alabado, en Quito; Pumapungo, en Cuenca, y galerías particulares.

    Las piezas se elaboran con barro que se recolecta en Urcuquí e Ibarra. Con estas se logra una consistencia ideal para modelar y hornear los objetos.

    Se empieza mezclando tierra y agua. Se fricciona con las manos o los pies hasta darle flexibilidad; la masa debe reposar dos meses.

    Jorge Farinango y Soledad Angulo impulsan una iniciativa que busca revalorizar instrumentos ancestrales. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
    Jorge Farinango y Soledad Angulo impulsan una iniciativa que busca revalorizar instrumentos ancestrales. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES

    Una vez que está listo el material se procede con el modelado de las piezas. No utilizan patrones y los acabados son rústicos.

    Ángulo no sabía nada sobre este tipo de alfarería. Pero con los conocimientos compartidos por su cónyuge empezó a modelar los primeros objetos.

    Una de sus piezas preferidas es la figura de una Venus de Valdivia, que representa a una mujer en estado de embarazo.

    El fabricar las imágenes es algo sencillo, lo difícil es que al usarlas tengan un sonido agradable. Cree que al modelar la pieza y convertirla en instrumento le da vida.

    Con el paso del tiempo, los esposos han ido perfeccionando su habilidad. La técnica del ahumado, que incluye el uso del aserrín, les permite lograr diferentes colores.

    En la mayoría de los casos, Angulo elabora las figuras y Farinango se encarga de darles el sonido. Aunque no es músico ha aprendido algunos conceptos básicos.

    La inversión para instalar el taller no supera los USD 1 000, que se invirtieron en la construcción de un horno artesanal y la materia prima. Por ahora, el obraje está reubicado en el barrio de Tanguarín, de San Antonio de Ibarra. En esta localidad también hay talleres de cerámica utilitaria.

    Los trabajos de Vestigios Cerámica Ancestral han salido del país de la mano de turistas extranjeros que visitan la Plaza de los Ponchos, en Otavalo.

    Jorge y su hermano Santiago, quienes elaboran instrumentos de madera, tienen un puesto en este mercado artesanal, uno de los más grandes de la región.

    Los extranjeros muestran más interés por este tipo de elementos. Algunos tienen conocimientos sobre las características de cada cultura, señala Farinango.

    “Ellos tienen una curiosidad innata. Les gusta manipular y saber a fondo cómo se hace una pieza de barro. Por eso, también hacemos talleres para que elaboren su propio instrumento”.

    Las piezas han sido adquiridas por músicos populares como el cantautor Enrique Males y el musicólogo Carlos Freire.

    Otros datos

    Los artículos los promocionan a través de Facebook: Vestigios Cerámica Ancestral.

    El costo de los silbatos es de USD 10. Hay piezas sonoras de hasta USD 180.

    En el 2019 los emprendedores asistieron a la feria del Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares.

    Sus artículos han ido a España, Alemania, Francia, etc.

    El investigador Esteban Valdividia les ha compar­tido sus conocimientos.

    Su próxima meta es implementar un museo itinerante para ir a las parroquias rurales.

    El emprendimiento ­familiar elabora ocarinas, flautas, botellas silbato... que los venden en la Plaza de los Ponchos (Otavalo). Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
    El emprendimiento ­familiar elabora ocarinas, flautas, botellas silbato… que los venden en la Plaza de los Ponchos (Otavalo). Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
  • Él le da un toque de color a los tambores

    Mayra Pacheco

    Redactora (I)

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    La pasión de Daniel Romero por la música y su creatividad impulsaron a este emprendedor a fabricar tambores personalizados.

    Luego de dejar su trabajo como ingeniero automotriz, en el 2011 se dedicó a fabricar prototipos de tambores. Tenía experiencia, porque a partir de los 16 años empezó a modificar su batería.

    En este proceso empleó acrílico y un material diferente a la madera que se utiliza tradicionalmente, para hacer el cuerpo de este instrumento musical. Inicialmente, invirtió USD 1 500.

    La versatilidad del acrílico le permitió obtener un resultado final novedoso. Así, abrió Alpha Custom Drums, en enero del 2014.

    En el ensamblaje de estos instrumentos musicales se emplean partes que son importadas. Por ejemplo, la superficie donde se golpea, la base y otras.

    Estas son elaboradas por Aquarian, una empresa en Estados Unidos, por pedido de Alpha Custom Drums. Por eso, se incluye la marca de esta última en estas piezas.

    El resto del trabajo se complementa utilizando acrílico y aluminio en el taller que tiene Romero, CEO de Alpha Custom Drums, en El Labrador, en el norte de Quito. Allí trabaja con cinco personas.

    En este sitio, con una alta precisión e imaginación, se crean los diseños. Para el cuerpo del tambor se puede optar por colores vivos o neutros. En total, tiene 24 alternativas. Si el cliente prefiere se hacen motivos personalizados o se colocan luces led.

    Rafael Rengifo, asistente de diseño, menciona que desde hace tres años realiza los grabados que solicitan los clientes en los tambores. Dependiendo de la complejidad se toman hasta tres horas para plasmarlos usando un láser especial en. “Cuando se obtiene el resultado final es chévere”:

    La altura de estos equipos se puede también elegir. Todo depende del matiz musical que busquen los artistas. La superficie tiene un diámetro de 14 pulgadas. Más adelante, desarrollará nuevos modelos para otros tamaños.

    “El material de los tambores es resistente. Además, el sonido que se obtiene es especial”, expresa Romero, de 35 años.

    En promedio, solo en acrílico se invierten USD 600 al mes.

    Los principales clientes de Alpha Custom Drums son bateristas, porque este instrumento es parte del set de una batería.

    El ensamblaje de este instrumento se hace bajo pedido. Este proceso dura una semana, porque se requiere del uso de máquinas especiales. La capacidad de producción es de ocho unidades al mes. Estas tienen garantía sobre defectos de fábrica. Y también se brinda mantenimiento.

    Las ventas se hacen en tiendas de Quito y Machala. Para otras ciudades se hacen envíos.
    El precio base de un tambor es de USD 399. Pero varía según la altura y el nivel de personalización. Esto le permite facturar alrededor de USD 3 000 al mes.

    Actualmente, la marca auspicia a nueve bateristas profesionales de Ecuador y de Estados Unidos. Pero también estos tambores han sido solicitados por artistas de México, Colombia y Perú.

    Félix Cueva, baterista de Madbrain, comenta que desde hace tres años usa estos tambores. “Ha sido una experiencia excelente. Me gusta la calidad, el diseño”.

    Aparte de los tambores, Alpha Custom Drums comercializa desde el 2017 ropa estuches para las baquetas y accesorios.

    Más adelante espera ensamblar baterías completas personalizadas. Actualmente, se están haciendo los prototipos. Y en el corto plazo, la meta es expandirse en los países vecinos.

    Daniel Romero , en el taller de Alpha Custom Drums en El Labrador.
    Daniel Romero , en el taller de Alpha Custom Drums en El Labrador. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
  • Ellos ponen a punto los instrumentos de medición

    Adriana Bucheli

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    Prácticamente no hay un sector de la sociedad que no necesite de la metrología para sus labores.Si vamos a comprar a una tienda, si vamos a producir, si vamos a exportar, si vamos al médico…

    Estas y muchas otras actividades como las relacionadas con alimentos, las empresas logísticas, la industria del petróleo, las farmacéuticas, la minería, el transporte, entre otras, necesitan contar con equipos que deben estar calibrados de manera adecuada.

    Ahí es donde entran los servicios de Innovatec Industrial Solutions. Esta empresa ecuatoriana se dedica a la metrología, que es la ciencia de las mediciones, con la que se puede garantizar que las propiedades o características de lo que se mida sean comparables en todo el mundo.

    Su gerente, Diego Almeida, explica que su emprendimiento nació cuando pudo constatar las diferencias en el desarrollo metrológico ecuatoriano frente a otros países. Él trabajó aproximadamente una década en una entidad pública, donde conoció a fondo la metrología y pudo viajar a varios países donde identificó que en el Ecuador se podía hacer algo más en esta área.

    “No hay industria que no mida”, dice el gerente de Innovatec al asegurar que la base industrial de un país es a través de la metrología y cuán buenas mediciones tenga.
    Por eso, en 2013, Almeida y su esposa instalaron un laboratorio de calibración de torque y presión para empezar a trabajar.

    Luego se sumaron las áreas de temperatura, humedad, variables eléctricas, longitud y masa, y ahora están próximos a acreditarse con la magnitud de volumen.

    Dentro de estas magnitudes, se debe calibrar equipos como termómetros, balanzas, multímetros, medidores, fuentes de voltaje, tensiómetros, manómetros, flexómetros, entre otros.

    Para iniciar el negocio fue necesaria una inversión inicial de entre USD 25 000 y 30 000.
    La empresa se mantiene con inversiones constantes que suman un 200% más que el monto inicial.

    Parte de la inversión fue destinada a obtener una acreditación bajo la norma ISO/IEC 17025:2005 ante el A2LA, que marca los requisitos técnicos y de gestión para laboratorios de calibración.

    Esa es parte de su carta de presentación para ofrecer la calibración de los equipos. Precisamente, ese fue el factor que llevó a Quifatex a contratar sus servicios, ya que uno de sus requisitos es que las empresas con las que trabajan deben tener certificaciones y rastreabilidad en las normas INEN, o aprobaciones internacionales.

    Marco Calvache, jefe de Mantenimiento de Quifatex, señala que la empresa, de acuerdo con su programa de calibración, requiere atención a los equipos en las magnitudes de temperatura, humedad y peso, que se utilizan para el almacenamiento de productos farmacéuticos y de consumo, para cámaras frías, transporte.

    Por ello se auditaron los documentos y equipos de Innovatec antes de definirla como su proveedora. “El servicio que hemos mantenido es muy bueno, ha cumplido con las exigencias que hemos puesto”, asegura Calvache al confirmar que llevan dos años trabajando con Innovatec.

    La empresa de mediciones hace al menos unas 3 000 calibraciones al año, llegando a percibir ingresos en el mismo período por alrededor de USD 15 000.

    Un servicio que Innovatec tiene es que hace las calibraciones y entrega los equipos en el lapso de tres días, con lo que se busca dar un buen tiempo de respuesta y servicio de posventa. También, da el servicios de mantenimiento y asesoría. Así sigue creciendo en el mercado nacional.

    Diego Almeida fundó Innovatec en 2013. Él comenta que la metrología se aplica prácticamente en todas las industrias, pues todo es susceptible de medición y requiere de calibración. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Diego Almeida fundó Innovatec en 2013. Él comenta que la metrología se aplica prácticamente en todas las industrias, pues todo es susceptible de medición y requiere de calibración. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES