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  • Samuel Pienknaugura: ‘Hay interés por revivir la integración’

    Pedro Maldonado

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    Samuel Pienknaugura, economista del Banco Mundial, habla sobre los desafíos que tienen las economías pequeñas para integrarse al mundo. Cree que el nuevo Gobierno de Ecuador está enviando señales favorables hacia la integración comercial.

    El Banco Mundial publicó el libro ‘Mejores Vecinos. Hacia una renovación de la integración económica en América Latina’. La publicación sugiere acciones como reducción de aranceles externos o armonizar normas y procedimientos, entre otras. ¿Qué tan sencillo es concretar esas recomendaciones?

    El libro propone una agenda muy ambiciosa. Vemos que distintos países de la región están en distintas etapas. Los miembros de la Alianza del Pacífico, por ejemplo, ya han dado algunos pasos en una dirección. Hay otros países, como Ecuador, donde queda mucho trabajo por hacer. El trabajo no es sencillo dado que la región viene de cuatro años de desaceleración, por eso creemos que es momento de dar pasos decididos para buscar motores de crecimiento de largo plazo en la región y creemos que la integración es un tema central. Si bien es cierto que la integración global puede traer réditos, es fundamental integrarse primero a escala regional para ganar competitividad.

    En todo proceso de integración hay que ceder. ¿Qué deben ceder los países de América Latina?

    Al analizar la integración se argumenta que los países ganan en términos de eficiencia. De hecho si un país se integra con otro de mayores ingresos se puede ganar en términos de crecimiento. También es cierto que los procesos de integración generan reasignaciones de recursos en la economía. Entonces habrá sectores beneficiados y otros perjudicados. Por eso es clave que la integración venga acompañada de políticas de protección social que permitan que aquellas personas menos beneficiadas se muevan a sectores donde hay beneficios.

    ¿Y esas políticas están en manos de cada país?

    Cada país tiene sus desafíos en ese sentido. Son políticas como reentrenamiento de personas que trabajan en sectores que se vuelven menos competitivos. Se trata de facilitar que las personas entren a sectores donde se registran beneficios de la integración.
    Un punto mencionado en la publicación es la reducción adicional de los aranceles externos.

    ¿Hasta dónde llega esa sugerencia?

    En América Latina aún hay países con aranceles que se aplican a importaciones de cualquier parte del mundo, que son aranceles altos comparados con otros países de la región y países en desarrollo. Vemos que mientras más países bajen esos aranceles habrá más posibilidades de que tengan más integración con el mundo y que se beneficien de este proceso.

    ¿El tamaño de las economías de los países que deben integrarse incide en el tema?

    Hay economías donde claramente, por escala, es más difícil pensar en liberalizar aranceles. Los países pequeños usan aranceles como impuestos al valor agregado y son fuente de recaudación. Esos países tienen sus propios objetivos y consideraciones al diseñar su política comercial. Otros países tienen sustitutos. Entonces sin duda el tamaño de la economía afecta al diseño de políticas comerciales.

    ¿En Ecuador la economía dolarizada es otro desafío en su política comercial?

    Para Ecuador, el tema de ganar en competitividad es un desafío en momentos en el que el dólar está apreciado, como es el actual. Habrá ciclos económicos donde el dólar, cuyo manejo está fuera del alcance de Ecuador, va a estar más o menos apreciado. Por eso hay que hacer más hincapié en políticas que lleven a la competitividad no asociada al tipo de cambio. Es fundamental tener políticas que apunten a generar más competencia entre el sector privado, que complementen la competitividad del sector privado y así estas empresas entren al sector exportador. Otro tema a tener en cuenta es que Ecuador es una economía pequeña por lo que es doblemente importante integrarse con otros mercados porque hay sectores con economía de escala, donde los costos bajan a medida que el mercado sea más grande. La integración permite que los productores produzcan de manera más eficiente.

    ¿Usted cree que Ecuador está rezagado en temas de integración?

    Desde 1995 hasta el 2004, Ecuador tuvo un proceso de liberalización comparable con el resto de la región. Los aranceles se redujeron en ese período cuatro puntos porcentuales en promedio. Desde el 2004 el proceso de integración de Ecuador se estancó un poco, ya sea por la caída de los precios de materias primas que exportaba el país o por orientación de políticas económicas y se pensaba que no era tan necesario adoptar este proceso de integración. Hoy en día hay un renovado interés por revivir la integración.

    ¿Se perfila entonces en el mediano plazo una política de integración?

    Por ahora, las señales del nuevo Gobierno van a hacia revivir el proceso de integración. El acuerdo con la Unión Europea, por ejemplo, es un paso en esa dirección, también hay interés de acuerdos con Corea del Sur y otras economías. Esta clase de acuerdos son parte de la agenda que proponemos en el estudio. Son señales de interés del Gobierno.

    ¿Qué es lo más difícil en los proceso de integración?

    Tiene que haber voluntad política. La idea de que la integración sea beneficiosa tiene que estar en la cabeza de los que hacen política económica. Hoy en día existe una visión favorable a estos procesos por parte de la población y por parte de los políticos. Creemos que es un momento idóneo para la integración para crecer a tasas más aceleradas.

    Pero los problemas siguen. Un ejemplo es cuando los exportadores, al pasar fronteras por tierra, tienen que cambiar de camiones.

    Hay un sinnúmero de obstáculos para los exportadores en las fronteras. El desafío es no ceder ante presiones de grupos de interés que hacen que las regulaciones vuelven ineficiente al intercambio comercial. No solo pasa en la región, también es común en Norteamérica con monopolios de transporte que entorpecen el comercio entre vecinos. Se necesitan esfuerzos de toda la región.

    Hoja de vida
    Es economista  sénior en la Oficina del Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

    Ha sido coautor de los libros ‘El emprendimiento en América Latina: Muchas empresas y poca innovación’, publicado en el 2014, y ‘Mejores vecinos: Hacia una renovación de la integración económica en América Latina’, publicado este año.

    Tiene un título  en economía de la London School of Economics y es doctor en economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

    Ha estudiado  temas como el crecimiento económico hasta el estudio de los vínculos entre comercio internacional y la estabilidad económica.

    Es economista sénior en la Oficina del Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. Foto: Diego Pallero
    Es economista sénior en la Oficina del Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. Foto: Diego Pallero
  • El BID ve más integración y robotización en Latinoamérica en 2030

    Agencia EFE

    El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó este jueves 1 de diciembre un informe en el que analizan diversos escenarios para la región latinoamericana con el horizonte de 2030 y subraya los beneficios de mayor integración regional y digitalización.

    El informe «América Latina y el Caribe en 2030: Escenarios Futuros» fue realizado por el Atlantic Council y el BID, y en él se examinan las oportunidades de crecimiento, inclusión, medioambiente e innovación de los países de la región.

    «Creemos en tener una visión hacia el futuro. Los países que no miran al futuro no van poder conseguir los consensos necesarios para llevar al país en la dirección necesaria», explicó en un panel el presidente de BID, Luis Alberto Moreno.

    En una presentación previa, el BID destacó que Latinoamérica debe prepararse para un futuro con administración pública digital, dinero electrónico, transporte autónomo y compartido, mayor calentamiento global y menos violencia, pero más crimen cibernético.

    Moreno recordó que mirar hacia el futuro en el largo plazo e identificar tendencias de modo temprano es algo típico en países asiáticos, pero que se debe establecer como práctica común en Latinoamérica.

    El futuro de Latinoamérica deberá pasar por mayor integración regional, especialmente viendo eventos como la elección de Donald Trump como próximo presidente estadounidense con un discurso proteccionista, contrario al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o el Acuerdo de Cooperación Transpacífico (TPP).

    Esa integración a nivel energético, comercial, financiera o de capital humano dispararía la productividad y el crecimiento de economías del subcontinente que ahora sufren de creación de riqueza moderada y exposición los mercados internacionales.

    Una de las conclusiones del informe es que el desarrollo tecnológico en los próximos 14 años puede tener vertientes negativas y positivas y es responsabilidad de gobierno, sociedad civil y sector privad apuntar por el camino positivo.

    El informe asegura que tecnologías como la robotización y la «sharing economy» (economía de compartir) acabarán con los atascos en la cada vez más urbanizada Latinoamérica, al tiempo que la digitalización de pagos aumentará la recaudación fiscal.

    Del mismo modo, habrá más herramientas para luchar contra la corrupción, fomentar la transparencia, acabar con el empleo informal o promover tecnologías menos contaminantes, como los vehículos eléctricos o energía solar o eólica.

    Una de las conclusiones del informe es que el desarrollo tecnológico en los próximos 14 años puede tener vertientes negativas y positivas. Foto: Referencial
    Una de las conclusiones del informe es que el desarrollo tecnológico en los próximos 14 años puede tener vertientes negativas y positivas. Foto: Referencial
  • América Latina está ‘lejos’ de la integración económica

    Agencia AFP

    Los países de América Latina están “lejos” de una integración económica cabal, un motor malgastado para acelerar el crecimiento, estimó el economista jefe del Fondo Monetario Internacional para la región, Alejandro Werner, en entrevista a la AFP.

    La región de exportadores de materias primas vive un cambio de paradigmas: Argentina y Brasil, dos grandes economías sudamericanas en dificultades bailan en sintonía política y económica, enfatizando el libre mercado y el pragmatismo.

    La Alianza del Pacífico, considerada como la sexta economía del mundo, se erige en el referente de integración tras lograr liberalizar en cinco años el 92% del comercio entre sus cuatro países miembros Perú, México, Chile y Colombia.

    Pero América Latina, considerada la región más desigual del planeta es también de las menos integradas comercialmente, atascada aún por la burocracia en los cruces fronterizos y la relativa facilidad de enviar las exportaciones a Estados Unidos y no a los países vecinos.

    ¿A qué distancia está entonces de una integración económica robusta?

    “Está lejos”, apunta Werner, recordando que la región es un retazo de bloques disímiles – Mercosur, Alianza del Pacífico, Alianza Bolivariana-, con economías muy abiertas y otras muy cerradas con aranceles altos y marcos regulatorios complejos.

    “La región ha seguido diferentes trayectorias” y “comercia entre ella mucho menos de lo que comercian entre ellas otras regiones del mundo”, estima Werner.

    Incluso en la Alianza del Pacífico el comercio interno hoy apenas llega al 4%.

    Con un crecimiento desacelerado (el FMI prevé una contracción de 0,6% este año) por la caída de los precios de materias primas, y tras gozar una década del auge de la demanda mundial, la región puede aprovechar una mayor integración para impulsar su actividad económica.

    “Un movimiento importante para incrementar el comercio intrarregional es uno de los motores que la región puede explotar en los próximos años para acelerar el crecimiento económico”, apunta el directivo del Fondo, que esta semana realiza su reunión anual de otoño boreal en Washington.

    Según Werner, con la “palanca” de integración comercial y de integración financiera, si se trabaja “de manera importante en esto” en los próximos cinco años la región puede “lograr un impulso considerable del crecimiento económico”.

    Convergencia 

    Pero una integración toma tiempo, especialmente si se se considera el bajo desarrollo del transporte y las conexiones en América Latina: “Como toda reforma estructural los efectos son graduales”, señala el experto.

    “Uno será el efecto directo de ampliar mercados, de generar más escala para las empresas locales, y luego vamos a ver efectos indirectos de generar competencia, más innovación, generar marcos regulatorios más eficientes por la competencia entre países”, dice Werner.

    El directivo del Fondo va más allá y plantea un escenario de integración diplomática que le daría a Latinoamérica “más peso” en el diálogo internacional.

    Esas direcciones son desafiadas en la actualidad por las corrientes contrarias a la globalización y el libre mercado, en boga por la candidatura presidencial de Donald Trump en Estados Unidos y el Brexit, pero también cultivadas por el proteccionismo de los gobiernos suramericanos de izquierda de la última década.

    Sin embargo, en el nuevo paradigma económico latinoamericano, Werner visualiza que existe convergencia entre liberalización comercial y las demandas sociales.

    “Creo se está dando una convergencia en la visión de marcos de políticas hacia marcos de políticas que respetan los equilibrios macroeconómicos, que tratan de liberalizar las economías, pero por otro lado ponen un peso muy importante en el diseño de sus políticas en el crecimiento incluyente, las políticas sociales, la distribución del ingreso y el combate a la pobreza”.

    “Ese marco cada vez lo vemos más aplicado en la región”, zanja.

    La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde participó en un debate sobre economía global en la sede del Banco Mundial, en Washington. Foto: EFE
    La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde participó en un debate sobre economía global en la sede del Banco Mundial, en Washington. Foto: EFE
  • El consejo de Gamesa aprueba su integración con Siemens

    Agencia EFE

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    El consejo de administración de la española Gamesa autorizó la integración de la compañía con el negocio eólico de la alemana Siemens, una operación que todavía queda pendiente del acuerdo definitivo y que daría lugar al mayor fabricante mundial de turbinas eólicas.

    Según informó el viernes 17 de junio del 2016 a la Comisión Nacional española del Mercado de Valores (CNMV), Gamesa dio el visto bueno corporativo a la integración, cuyos términos finales están todavía pendientes de ser acordados por las partes.

    Tras anunciarse esta operación, la CNMV suspendió cautelarmente la cotización de las acciones de Gamesa por concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones sobre el valor.

    Según la prensa económica, las dos compañías alcanzaron un preacuerdo de fusión mediante el cual el gigante alemán pasará a controlar en torno al sesenta por ciento del nuevo grupo.

    El acuerdo entre Siemens y Gamesa, que llevan negociando desde hace más de seis meses, crea un gigante mundial en el sector renovable, por delante de la danesa Vestas, con una cuota de mercado del 14 % en turbinas instaladas, según los últimos datos estadísticos.

    Según el diario «Expansión», la filial renovable del grupo alemán aportará activos y 900 millones de euros en efectivo a través de una ampliación de capital.

    Siemens y Gamesa ya sellaron en febrero un principio de acuerdo para combinar sus negocios eólicos, pero la fusión se vio paralizada porque Gamesa debía renegociar una serie de aspectos de la sociedad conjunta Adwen que controla con Areva.

    Las operaciones eólicas de Siemens y Gamesa son complementarias, según los expertos.
    Siemens es uno de los mayores fabricantes de turbinas para eólica marina del mundo, mientras que Gamesa es el cuarto mayor fabricante de aerogeneradores del mundo, con una sólida presencia en mercados emergentes como India y Latinoamérica.

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    Esta foto muestra los paneles solares y una turbina eólica en la planta de La Plana , donde prototipo Offgrid de la primera Gamesa , una tecnología que pueda generar y suministrar electricidad en áreas de acceso remotos y difíciles , se presenta , cerca de Zaragoza . Siemens anunció el 17 de junio el año 2016 El fusión de su actividad de aerogeneradores Gamesa con el español . Siemens poseerá el 59 % de la empresa conjunta . Foto: /AFP
  • Relaciones comerciales en el Mercosur se han multiplicado por diez en 25 años

    Agencia EFE

    El Mercosur cumple hoy, 26 de marzo, 25 años, un cuarto de siglo en el que los países que lo integran han multiplicado por diez sus relaciones comerciales y que ahora tienen retos como el de cerrar el acuerdo comercial con la Unión Europea (UE), dijo a Efe el alto representante del bloque suramericano, Florisvaldo Fier.

    El 26 de marzo de 1991 se firmó el Tratado de Asunción, que supuso el punto de partida del proceso de integración regional entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y que cristalizó en la creación del Mercado Común del Sur (Mercosur), bloque al que Venezuela se adhirió como miembro pleno en 2012, algo a lo que Bolivia es candidato. Además, Ecuador, Colombia, Perú y Chile son países asociados al grupo.

    «En apenas 25 años de Mercosur conseguimos avanzar mucho en la integración, en todos los sentidos: económico, comercial y ciudadano», aseguró Fier, brasileño al que también se conoce como doctor Rosinha.

    En su opinión, en este cuarto de siglo «se puede decir que las relaciones comerciales son diez veces más de las que eran hace 25 años».

    El alto representante del Mercosur también habló de la situación actual, y destacó que la crisis «económica mundial» está teniendo impacto en la región, donde existe el agravante de que algunos países atraviesan coyunturas políticas difíciles, como Brasil y Venezuela, ejemplificó. «Creo que es importante superar esta crisis y lograr una mayor integración económica. Para superarla es necesaria una mayor integración productiva, buscar otros sectores que se puedan integrar y buscar una complementación comercial», subrayó.

    En ese sentido, otro de los desafíos que afronta el bloque es la concreción de una serie de acuerdos comerciales, entre los que destacó -debido a las características de su mercado- el que se negocia desde hace años con la UE.

    En su repaso por los 25 años de historia del Mercosur, Fier también reseñó los logros obtenidos por el bloque en el campo de la democracia, la ciudadanía y las relaciones entre los países que lo integran.

    «Antes del Mercosur los países del bloque tenían un diálogo limitado, nos dábamos la espalda unos a otros. Ahora los temas políticos y comerciales están en franco debate, no hay más temas prohibidos», señaló el brasileño a Efe.

    Uno de los momentos más delicados para el Mercosur se produjo en 2012, cuando se aplicó la cláusula democrática del bloque contra Paraguay.

    En ese caso, los países integrantes consideraron «ilegítimo» el proceso que derivó en la destitución en un juicio político del entonces presidente paraguayo, Fernando Lugo, lo que acarreó una suspensión diplomática para el país en el seno del Mercosur.

    Fue en ese momento cuando Venezuela se convirtió en miembro pleno del bloque, dado que Paraguay era el único país que todavía no había ratificado su adhesión, algo que finalmente hizo en diciembre de 2013, apenas 4 meses después de ser readmitido.

    Acerca de la ciudadanía, Fier indicó que entre los Estados del bloque ahora es posible viajar «sin visa y sin pasaporte», las personas tienen derechos de residencia «garantizados por acuerdos» y se reconocen aportes de jubilación, entre otros aspectos.

    En esta área, el objetivo es concretar la «ciudadanía plena en el Mercosur» de aquí a 2021.
    Otro de los retos que se le plantea al bloque se encuentra en el apartado institucional, como por ejemplo en el Parlamento del Mercosur (Parlasur), donde, en opinión de Fier, existe un «déficit democrático» debido a que solo los representantes de Argentina y Paraguay son elegidos por voto directo.

    Preguntado acerca de si el Parlasur llegará a tener competencia legislativa -por ahora su carácter se limita a emitir recomendaciones a los Estados miembro-, Fier aseguró que eso dependerá de la evolución del Mercosur.

    «Cuando yo comparo nuestro avance en estos 25 años con el mismo periodo de tiempo en la Unión Europea creo que estamos muy bien», concluyó el alto representante del Mercosur.

    Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay forman parte del bloque regional. Foto: Archivo EFE
    Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay forman parte del bloque regional. Foto: Archivo EFE
  • Argentina y Brasil acuerdan una mayor integración productiva y comercial

    Agencia EFE

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    El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil, Armando Monteiro, se reunió el jueves 18 de febrero del 2016 con su par de Argentina, Francisco Cabrera, y acordaron relanzar la relación bilateral en busca de una «mayor integración productiva y comercial».

    De acuerdo con un comunicado enviado por la cartera argentina, la reunión se centró en «profundizar la relación bilateral y buscar una mayor integración productiva y comercial».
    Los funcionarios subrayaron «la importancia de la integración productiva y comercial en el marco de la asociación estratégica entre la Argentina y Brasil», continúa el texto.

    Asimismo, «sobre el acuerdo automotriz entre ambos países», los altos funcionaros decidieron «el lanzamiento de un cronograma de negociaciones bilaterales» y estuvieron de acuerdo en alcanzar «progresivamente y en condiciones equilibradas» el libre comercio bilateral del sector.
    «Creemos en la necesidad de dinamizar el funcionamiento interno del Mercosur, en coordinación con nuestros socios. Pusimos especial énfasis en los temas de inversiones, compras gubernamentales y convergencia regulatoria», señaló el ministro de Producción argentino.

    En tanto, Monteiro afirmó con respecto a Mercosur que «hay que darle prioridad al intercambio de ofertas con la Unión Europea y a la ampliación de acuerdos comerciales extraregionales».
    «Los ministros concluyeron que todas las acciones conjuntas tendrán como eje la atracción de inversiones y la generación de empleo, con el objetivo de lograr la reducción de la pobreza», añade el comunicado.

    Por último, en la reunión se resolvió relanzar la Comisión Bilateral de Comercio, que tendrá su primer encuentro en la segunda quincena de marzo.

    El gobierno del presidente argentino Mauricio Macri llegó a acuerdos comerciales con Brasil. Foto: AFP
    El gobierno del presidente argentino Mauricio Macri llegó a acuerdos comerciales con Brasil. Foto: AFP
  • Unasur y Cepal promueven la integración regional

    Redacción Quito

    La Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) suscribieron un convenio de cooperación sobre estudios económicos. El acuerdo lo firmaron en Quito, la secretaria general de Unasur, María Emma Mejía, y la secretaria ejecutiva de la Cepal, la mexicana Alicia Bárcena.

    En el acto, realizado el pasado 7 de marzo, también se presentó el documento ‘Unasur, Infraestructura para la Integración Regional’. Allí se definen retos que tiene la región para alcanzar el desarrollo.

    El documento indica, por ejemplo, que las inversiones necesarias para responder a la demanda de infraestructura económica esperable entre el 2006 y 2020 o para alcanzar los niveles per cápita del 2005, de un conjunto de países del sudeste asiático (en igual horizonte temporal), suman entre USD 128 000 millones y 180 000 millones.

    Por ello, Bárcena, en el contexto de la presentación de su ponencia, ‘Unasur: hacia un nuevo proceso de integración’, señaló la necesidad de “repensar la agenda de desarrollo en la región”.

    Si bien la región goza de una situación favorable por el nivel de reservas internacionales (USD 750 000 millones), la funcionaria detectó algunas debilidades, como la alta dependencia en términos de intercambio comercial, sobre todo de materias primas como minerales y petróleo.

    En cuanto a las proyecciones de crecimiento para el 2012 y como consecuencia de la situación económica mundial (derivada principalmente de la crisis en Europa), la Cepal proyectó un 3,7%, por debajo del 4,3% que tuvo la región en el 2001. En el caso del Ecuador, señaló que su crecimiento pudiera llegar al 5%, por debajo del 8% registrado el año pasado.

    Crear una “economía para el desarrollo”, mejorar la integración, superar la brecha de productividad, impulsar la infraestructura regional, “el empleo con derechos”, la innovación, ciencia y tecnología, combatir la pobreza, la discriminación racial y de género son, entre otras, la sugerencias de la Cepal a la Unasur.

    Uno de los aspectos que pueden contribuir a fortalecer a la región tiene que ver con la integración financiera, comentó María Emma Mejía. Por ello, se tiene previsto analizar los avances de la última reunión de ministros de Finanzas (reunidos en Buenos Aires el año pasado). Esta cita tiene previsto efectuarse el próximo 17 de marzo en Montevideo, Uruguay.

    “El objetivo es robustecer la cooperación financiera regional, para mitigar los efectos de la crisis y para ello el Banco del Sur puede ser un protagonista importante en esa estrategia”, indicó Bárcena.

  • Memo de las semana: una integración pragmática

    Desde la semana anterior, la Alianza del Pacífico se constituyó oficialmente como un bloque comercial. Los presidentes de México, Colombia, Perú y Chile formalizaron su constitución y asistieron, como observadores, representantes de Costa Rica y Panamá, dos países que quieren ingresar al grupo.

    La iniciativa, con una visión más pragmática que ideológica, contempla además la libre circulación de bienes, servicios y capitales. Congrega a unos 215 millones de consumidores, y un PIB conjunto de USD 2 billones.

    Este paso, sin duda, se convierte en uno de los mayores procesos de integración y apertura comercial entre economías abiertas. Pero esa visión no solo se queda allí: Perú y Chile, que junto con México son miembros del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), negocian junto a otros siete países un Acuerdo de Libre Comercio Transpacífico, que sería el de mayor extensión en términos de volumen, población e intercambios en el mundo.

    La Alianza del Pacífico tiene casi el doble de las exportaciones que el Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, y que atraviesa un período de fuertes tensiones internas por medidas proteccionistas en su seno.

    La Alianza también es un contrapeso a otra, en la región: la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), impulsada por Venezuela e integrada por Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Antigua y Barbuda, con un alto peso ideológico y un modesto intercambio comercial.

    La integración pragmática en la región se vislumbra como una opción comercial que permitirá enfrentar con más certezas la crítica situación económica mundial.