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  • Francisco Solsona: ‘Hay que internacionalizarse pronto’

    Pedro Maldonado O. 
    Editor del Semanario LÍDERES (I)

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    Las aceleradoras son un protagonista clave del ecosistema emprendedor en América Latina y Ecuador es parte de esta tendencia que se expande por la región. LÍDERES conversó con Francisco Solsona, un experto en la materia, que despejó algunas dudas, pero también planteó desafíos para los emprendedores ecuatorianos.

    En el ecosistema emprendedor se oye con fuerza la aparición de aceleradoras. ¿Qué concepto está detrás de este nombre?

    Es un concepto muy simple. La idea de las aceleradoras es darle al emprendedor todo lo que necesita para llegar al siguiente nivel.

    ¿Ese ‘todo lo que necesita’ qué implica?

    Típicamente a veces es capital, pero también conocimiento a través de talleres, mentoría uno a uno, conectarles con expertos que le ayuden a entender los retos que tienen, las herramientas que pueden usar y encaminarlos. Hay programas por semanas o meses con contenidos muy precisos: negocios, estrategias de producto, experiencia de usuario, marketing digital… Estos son los temas que normalmente abordan las aceleradoras.

    En su experiencia ¿Qué necesidades o dudas tienen los emprendedores que llegan a una aceleradora?

    Suena chistoso, pero usualmente el principal problema es que no saben todo lo que no saben. Por ejemplo, creen que están resolviendo un problema porque ellos lo sufren. Ese es lo típico. Dicen que en el trayecto de su casa a su oficina hay un problema y piensan en una solución de transporte ecológico, de impacto, etc. O dicen que los medios de pago son ineficientes y piensan en crear una ‘fintech’. Eso no está mal, pero el problema es que en la práctica las cosas son distintas. Los emprendedores deben tener claro que ellos no son los usuarios. Tal vez sí hay un problema, pero el primer trabajo importante en un programa de aceleración es hacerles entender quién es el cliente, conocerlo. Eso les ayuda mucho porque de lo contrario terminan trabajando seis meses hasta tener un piloto de producto o servicio y cuando lo sacan al mercado se dan cuenta de que eso no es lo que la gente quiere. La clave es entender bien quién es el cliente para hacer un negocio sustentable, que tenga impacto, que resuelva un problema. Hay un recorrido desde la necesidad de resolver un problema hasta que la gente prueba el producto.

    La aceleradora acompaña todo este proceso…

    Así es. Hay distintos programas, que pueden durar seis meses, aunque no existe un estándar. Hay acompañamientos de tres meses o de un año. El tiempo varía, según los contenidos, los mentores, los formatos y la perspectiva. Para empresas muy jóvenes, de dos personas con una idea, es decir nivel semilla, los programas de aceleramiento no van más allá de seis meses. Pero para otras empresas, con uno o dos años y tracción, los programas son más largos.

    ¿Cuál es la diferencia entre incubadora y aceleradora?

    La aceleradora, literalmente, acelera una idea a un siguiente nivel. Las incubadoras están más en centros como universidades y trabajan con estudiantes que buscan resolver problemas. La incubadora forma el equipo, explica procesos y construye un producto. La aceleradora es un paso posterior a una incubadora.

    ¿Las aceleradores son socios de un emprendimiento?

    La mayoría lo hacen y toman un porcentaje. La cifra ha ido mejorando, aunque no existe un estándar. El promedio en la actualidad es entre el 5% y el 10% del emprendimiento.

    Antes era mayor el porcentaje…

    Así es. Antes pedían hasta 50% del emprendimiento al que acompañaban y asesoraban.

    ¿Quiénes están detrás de las aceleradoras?

    Hay de todo. Desde organizaciones que quieren apoyar al ecosistema. También hay fondos de inversión asociados a aceleradoras, así como todas las combinaciones que nos podamos imaginar. Los inversionistas ángeles, por lo general, son independientes y casi nunca se involucran con la operación de una aceleradora, pero pueden ser parte de los mentores. Un valor muy importante es acercar la inversión y conectar a emprendedores con empresarios, inversionistas. La aceleración es un trabajo injusto y casi ingrato. La mayoría de cosas que aprenden los emprendedores las aprenden una vez y no las necesitan más. Entonces ya no volverán a una aceleradora porque ya saben en qué enfocarse, cómo trabajar, las metodologías y las técnicas. Por eso las aceleradoras siempre deben buscar jóvenes, talento nuevo. Y entre más sofisticados sean los emprendedores, menos irán a la aceleradora. Por eso éstas deben reinventarse, estar a la vanguardia, muy bien conectadas.

    ¿Quienes integran una aceleradora?

    Gente muy comprometida con el ecosistema emprendedor en una ciudad o país.

    ¿Qué está ocurriendo en la región? ¿Qué países llevan la delantera en este tema?

    Es muy parejo, pero su tiempo de vida es volátil. Algunas crecen y luego desaparecen por lo dicho antes. Otras aceleradoras de carácter internacional se enfocan en toda una región y su fuerte es la inversión y participación en emprendimientos. Brasil es el mercado con mayor fuerza, es muy atractivo para inversionistas y fondos, es un mercado enorme y las empresas pueden crecer solo enfocadas en Brasil. México es el segundo mercado más atractivo, allá han crecido mucho las ‘fintech’ con 120 millones de habitantes y solo 30% de la población bancarizada.

    ¿Qué se sabe de Ecuador?

    Ecuador es un país estable, pero es un mercado relativamente pequeño con una población de 17 millones. El reto para los emprendedores ecuatorianos es entender que tienen que ser internacionales lo más pronto posible. Tener una idea en Ecuador y una siguiente versión para salir a la región.

    ¿Algo más que deben plantearse los emprendedores ecuatorianos?

    Lo demás son cosas técnicas fáciles de hacer, pero lleva tiempo. Invertir mucho en tecnología, invertir en entender al cliente, así como la responsabilidad social y la riqueza cultural de la región.

    ¿Qué deben hacer los emprendedores ante la llegada de posibles socios o inversionistas?

    Hay un cliché que dice: las ideas no valen mucho. Ya pasamos la época en donde la gran idea era poderosa. Hoy si no se tiene la capacidad técnica de ejecutarla y convertirla en un producto o servicio no sirve de nada porque alguien más va a hacerlo. Usualmente las ‘start ups’ tienen otras barreras como, por ejemplo ,la velocidad de ejecución de una idea, que puede tenerla otro emprendedor. Dejarse ayudar por fondos o aceleradoras.

    Hoja de vida

    Cargo. Google Developers Regional & Accelerator Lead. Es parte del equipo Google Developers Ecosytem. Trabaja de cerca con la comunidad emprendedoras en América Latina.
    Experiencia. Trabajó en la Universidad Nacional Autónoma de México como catedrático, investigador y coordinador del servicios de cómputo. Ha dirigido proyectos.
    Formación. Tiene estudios en Ciencias de la Computación en la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Universidad de Texas en Austin.
    En Quito.  Participó en un taller organizado por Impaqto.

    Francisco Solsona,miembro del equipo de Google Developers Ecosystem, explica los beneficios que traen las aceleradoras de negocios. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Francisco Solsona,miembro del equipo de Google Developers Ecosystem, explica los beneficios que traen las aceleradoras de negocios. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Wholesome Foods cuenta su receta para internacionalizarse

    Redacción Líderes

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    La empresa Wholesome Foods y su marca Highland Farm Foods son ejemplos de cómo una pequeña empresa puede ser internacional desde el principio. La gerenta de esta empresa, Camille Paz y Miño, explica que una de las claves es tener un producto dirigido a un público específico.

    Bajo esa premisa, Wholesome Foods elabora ‘snacks’ de quinua para ‘millennials’, en EE.UU. A ese mercado llegan desde el 2016.

    Las primeras exportaciones fueron de quinua en grano. Pero, el emprendimiento cambió rápidamente su giro de negocio y desde mediados del año pasado se dedicó exclusivamente a la elaboración y exportación de snacks.

    Paz y Miño cuenta en una entrevista las estrategias aplicadas y los planes que tiene la empresa para el mediano plazo.

    Camille Paz y Mino, encargada de Wholesome Foods, de Nutrivital que produce productos a base de quinua. Foto: Patricio Terán / ÚN
    Camille Paz y Mino, encargada de Wholesome Foods, de Nutrivital que produce productos a base de quinua. Foto: Patricio Terán / ÚN
  • Las pymes del país superan retos para internacionalizarse

    Pedro Maldonado

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    El camino para que una pyme se internacionalice está lleno de desafíos. Eso lo saben los pequeños y medianos empresarios que batallan día a día para colocar sus productos en el extranjero.

    Desde este año la gran vitrina que tienen las pymes ecuatorianas es la Unión Europea (UE) por el acuerdo comercial que entró en vigencia en enero. Esa oportunidad ya la aprovechan ciertas pequeñas y medianas empresas como Pacific Bouquet, una participante del sector floricultor
    Su fundador, Pablo Viteri, asegura que el acuerdo con el bloque europeo fue una gran ayuda sobre todo “porque recuperamos los precios”. Este empresario cuenta que un factor vital para llegar al mercado europeo es la calidad.“Si nuestra rosa no fuera de calidad no llegaríamos como lo hacemos a Alemania, España o Francia”.

    En la finca ubicada en Oyambarillo (al oriente de Quito) se cultivan rosas espray, áster, craspedias, girasoles, gérberas, hypericum, etc. El valor agregado está en el producto que envía fuera del país: el 60% de las exportaciones corresponde a bouqués y el restoa sólidos (bonches de diferentes flores). Viteri dice que si bien no tuvieron una asesoría detallada, la empresa está al corriente de las tendencias en el mundo floricultor.

    Para Christian Cisneros, director ejecutivo de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria, las pymes del país que desean ser internacionales tienen retos como asegurar un volumen de producción, conocer los requisitos y las normativas de los países a los que apuntan, ofrecer bienes y servicios de calidad y, el más difícil, competir en precios con otros países. “Este último punto es uno de los más complicados por los costos de mano de obra y por la apreciación del dólar”.

    Para Cisneros también es necesario un mayor trabajo conjunto entre el sector público y las pymes. “El esfuerzo por exportar es casi solo de las empresas”.

    ProEcuador, como promotor de exportaciones, aporta con contactos. Cuenta con 31 oficinas comerciales en 26 países. Su rol es promocionar la oferta exportable del país. Este año la entidad tiene planificadas 47 ferias en 25 países, nueve más que el año pasado. Así espera favorecer a 200 empresas, de las cuales unas 150 son micro, pequeñas y medianas.

    Otro factor que juega es la cooperación internacional. Así lo cree Wilson Araque, titular del Observatorio de la Pyme, de la Universidad Andina Simón Bolívar. Él recuerda que entre 1985 y el 2000 fue una época en la que hubo muchos recursos extranjeros.

    “Era una situación muy bondadosa, pero pienso que nos acostumbramos a esa ayuda”. Para Araque está bien que exista apoyo, pero lo ideal es un proceso de asignación de recursos compartidos: del empresario, de los gobiernos (nacional y locales) y de la cooperación internacional.

    Un ejemplo reciente es el programa Apoyo al Sector de Comercio en Ecuador para Mipymes. Está iniciativa cuenta con un fondo de 10 millones de euros y es cofinanciado por la Unión Europea.

    El programa fue presentado en abril y será ejecutado por la Federación de Exportadores y Corpei, con el apoyo del Ministerio de Comercio Exterior y Pro Ecuador. Se calcula que unas 200 empresas participarán durante los tres años del proyecto, que está abierto para firmas que venden hasta USD 5 millones al año.

    Lo que ocurre en Ecuador es, en parte, un reflejo de lo que pasa en la región. Según el estudio La Internacionalización de las Pymes Latinoamericanas y su Proyección en Europa, las pymes latinoamericanas están en una fase temprana de internacionalización: dominan las modalidades básicas como exportación e importación, las alianzas estratégicas son pocas y la inversión extranjera directa es prácticamente nula. La formación de los empresarios (ver gráfico) y la interacción con mercados son algunos temas pendientes.

    La tarea para exportar es permanente

    Los costos de producción, la obligación de contar con certificaciones, volúmenes de producción, la falta de financiamiento para incrementar la capacidad de producción, entre otros. Estos son algunos de los desafíos que viven las pequeñas y medianas empresas ecuatorianas que intentan internacionalizarse.

    La empresa Comercializadora Rogetore y Franco elabora compotas de frutas con quinua y envía, en montos pequeños, productos a Colombia y a Perú; en la mente de sus directivos está llegar a España.

    Ronal Toala, representante legal, de la compañía explica que desde hace tres años colocan sus productos en cadenas dentro de Ecuador. “Tenemos envíos a Colombia y Perú. El tema es que somos muy caros al estar dolarizados. Por los costos de mano de obra el producto llega casi un 40% más costoso que un producto colombiano. La diferencia la hacemos con el valor nutricional”.

    Ahora Rogetore y Franco planea abrirse a inversionistas. Con esos recursos la pyme podrá contar con recursos para obtener certificaciones , asegura Toala. “Europa exige una serie de certificaciones para entrar al mercado. Y para eso necesitamos inyección de capital de inversionistas”.

    Otro caso es el de Cereales Andinos, una mediana empresa que tiene su base de operaciones en el norte de Quito. Esteban Tapia, gerente de Desarrollo, cuenta que están negociando para exportar a Canadá, Sudáfrica y España. “En cada país se presentan distintos desafíos y estamos trabajando para enfrentarlos”.

    Al hablar de las posibilidades de llegar a la Unión Europea, Tapia asegura que es viable. “Allá la clave son las certificaciones y cumplir la legislación que cambia en cada territorio. Tenemos que aprender y adaptar los productos a cada mercado”.

    Para Wilson Araque, director del Observatorio de la Pyme de la Universidad Andina Simón Bolívar, el tema de la internacionalización es retador. Para cumplir el objetivo Araque habla de las tres C. La primera es la cantidad, que se logra con asociatividad entre empresas. “Es difícil, pero hay que hacerlo”. La segunda C es la calidad e implica ajustarse a los requisitos del mercado. Europa tiene unos 500 millones de potenciales clientes y todos son muy exigentes”.

    La última C es la continuidad, en el sentido de que el exportador se asegure de proveer una cantidad determinada de productos durante el tiempo que exija el cliente en el extranjero. Si se cumplen estas condiciones el porcentaje de pymes que exportan crecerá.

    En la actualidad solo el 7% de pymes exporta, según el titular del Observatorio de la Pyme. Un ejemplo es Chocolates Pacari; su fundador, Santiago Peralta, asegura que una de las claves fue asistir a ferias para darse a conocer. Una vez en las ferias, el factor decisivo fue ofrecer un producto de calidad. “El consumidor europeo es muy exigente”.

    En la región

    El estudio La Internacionalización de las Pymes Latinoamericanas y su Proyección en Europa, elaborado por el Centre d’Etudes et de Recherche Amérique latine Europ-ESCP Europe Business School, con el apoyo de la Fundación EU-LAC y del Institut des Amériques, analiza el proceso de internacionalización en empresas de la región.

    El documento señala que los sectores vinculados con actividades sustentables y aquellos sectores que son objeto de un renovado interés, como el turismo, tienen empresas más jóvenes con una internacionalización más rápida. “En el otro extremo, las pymes de los sectores tradicionales (como la industria) son más antiguas y tardan más en salir a la conquista de los mercados extranjeros”.

    La investigación se centró en: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú y Uruguay. En esos países se habló con pymes en agroindustrias, automotriz y aeronáutico, energías renovables y tecnologías medioambientales, turismo e industrias creativas.

    Los voceros consultados señalan que los empresarios latinoamericanos se muestran comprometidos con los procesos de certificación. Estas herramientas apuntan a ampliar la cuota de mercado y a asegurar su lugar en la cadena de valor global. “La certificación permite una revisión de los procesos internos y favorece una reestructuración de la pyme”.

    La capacitación también se aprecia. Los empresarios entrevistados asignan un alto grado de importancia a la capacitación de sus colaboradores y de sus empleados. La mayoría de consultados coincide en: confiar, ser audaz, perseverar y aprender de las equivocaciones.

    Factores de éxito 
    • Contar con un equipo asesor y facilitador.
    • Disponer del personal adecuado.
    • Disponer de capacidad financiera suficiente.
    • Ofrecer un producto/servicio innovador, de alta calidad y a precios competitivos.
    • Prestar una atención permanente al proceso de internacionalización.
    • Apuntar constantemente a la excelencia .
    • Conocer ventajas y límites de los tratados. comerciales con el país de destino
    • Conocer muy bien el mercado objetivo: funcionamiento, red de distribución, entre otros.
    • Conocer las regulaciones y las normas vigentes en el sector.
    • Conocer el marco legal y fiscal.
    • Tomar en cuenta los aspectos sociales, ambientales y éticos.
    • Contar con interlocutores comerciales adecuados.
    • Tejer vínculos de confianza.
    • Darse a conocer y mostrar buena imagen.
    • Disponer de una buena estrategia de comunicación sobre el producto/servicio.
    • Cumplir con lo pactado: contratos, plazos, estándares.
    • Escuchar la opinión del cliente e identificar las demandas del mercado.
    • Mantener una comunicación fluida y constante con el cliente.
    • Adaptarse a los cambios en los acuerdos y relaciones comerciales.

    Factores de fracaso
    • Carecer de la tecnología necesaria.
    •  Falta de preparación y planeación.
    • Faltade flexibilidad y de capacidad de adaptación
    • No disponer de una estrategia sólida y bien .
    estructurada.
    • No contar con una oferta realista y confiable.
    • No tener las habilitaciones y certificaciones
    necesarias.
    • Subestimar los costos impuestos por la lejanía.
    • Ignorar las tendencias y los comportamientos de consumo del mercado objetivo.
    • No asesorarse en la parte legal, tributaria
    y de transporte.
    • Desconocer la cultura empresarial del país de destino.
    • Tratar de vender lo mismo que se vende a EE.UU.
    • No contar con un representante que vele sobre los propios intereses.
    • No asesorarse en la parte legal, tributaria y
    de transporte.
    • No detenerse en los detalles del contrato ni en las penalidades.
    • Mal manejo de la estrategia de despliegue a largo plazo en Europa.
    • Enfocarse en muchos países europeos al mismo tiempo.
    • No cumplir las expectativas del cliente en volumen, precio, calidad y entrega.
    • No contarcon una cadena de distribución y una
    logística confiables.
    • No ofrecer un servicio de posventa constante
    y de calidad.

    La plantación de Pacific Bouqet se encuentra en Oyambarillo, al oriente de Quito. Esta empresa floricultora es una de las pymes que coloca parta de su oferta en el mercado europeo. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    La plantación de Pacific Bouqet se encuentra en Oyambarillo, al oriente de Quito. Esta empresa floricultora es una de las pymes que coloca parta de su oferta en el mercado europeo. Foto: Vicente Costales / LÍDERES