El Gobierno prevé la inserción laboral de 60 000 jóvenes, de entre 18 y 26 años, hasta el 2021. Así lo anunció el Ministerio de Trabajo la tarde de este 2 de enero del 2018.
El anuncio lo hizo a través de un comunicado, un día antes de que se realice el anuncio oficial sobre la nueva política nacional de empleo en el país.
Según la entidad, el Estado entregará a más de 250 000 empleadores un incentivo tributario para la contratación de pasantes a mitad de costo en el mercado laboral. Asimismo, se prevé mecanismos para impulsar el empleo juvenil.
Los contratos para este grupo etario se priorizan en los sectores de agricultura (24%), comercio (20%), manufactura (13%) y construcción (9%), los cuales aportarán con el 66% de empleo juvenil.
La selección se realizará de acuerdo a la nominación de grupos de atención prioritaria, sector rural, ingresos familiares y nivel de instrucción. “Quienes cuenten con formación secundaria incompleta deberán certificarse por medio de las instituciones adscritas al Ministerio del Trabajo. Estas medidas disminuirán en 3,45% el desempleo juvenil lo que permitirá llegar, al 2021, a una tasa del 6,98%”, indicó el Gobierno.
Otra de las medidas que se tomarán es el fortalecimiento del proyecto Mi Primer Empleo, que ya existía. A través de este se incorporará a jóvenes egresados o estudiantes del último año de instituciones de educación superior a su primera experiencia de empleo. El objetivo es vincular al mercado laboral a 23 507 jóvenes al año (22 087 en el sector privado y 1 420 el sector público).
El Estado entregará a más de 250 000 empleadores un incentivo tributario para la contratación de pasantes a mitad de costo en el mercado laboral. Foto: Archivo / LÍDERES
Germán y Paúl Mera son dos hermanos gemelos esmeraldeños que han destacado en robótica, con sus participaciones en concursos nacionales en los que han recibido premios por los triunfos alcanzados.
Ambos trabajan en los proyectos para sustentar sus tesis como ingenieros en Mecatrónica, estudios que terminaron hace dos meses en la Escuela Superior del Ejército (Espe) en Latacunga. La idea de crear cosas empezó desde que eran niños . En la escuela tenían iniciativas para reparar equipos electrónicos, pero no fue hasta que comenzaron a estudiar en la universidad cuando pusieron en práctica sus ideas junto a un grupo de compañeros de aulas.
Los estudiantes, durante los cinco años de carrera, representaron a su centro de estudios en ferias de innovación tecnológica, robótica y drones. Allí demostraron el potencial de usar estas iniciativas en la vida en general.
Cuando cursaban el tercer año de Mecatrónica, estos innovadores crearon un software para detectar trampas de valor (una empresa que aparenta cotizar por debajo de su valor pero que, por alguna razón, no está infravalorada, sino sobrevalorada) como parte de un proyecto para Petroecuador. Su propuesta ganó a otras que se presentaron.
“Esta fue una muestra de que podíamos hacer cosas mayores con más dedicación, pues en ese proyecto trabajamos hasta en las noches”, señala Paúl Mera.
También han puesto todos sus esfuerzos en la construcción de robots de batalla, con pesos que van desde 1 hasta 120 libras. Estos poseen armas de hasta 9 000 revoluciones por minuto, que permite destruir a su oponente.
Desde que empezaron a competir con sus robots, durante la época universitaria, han acumulado 170 medallas, 10 trofeos y 30 placas de reconocimiento por el trabajo.
Germán Mera, quien tiene 25 años, asegura que el trabajo lo han realizado con otros estudiantes de la Espe, que se sumaron a la iniciativa para crear aparatos robóticos que también aporten a la salud y personas con discapacidad.
Entre los miembros del equipo están Álvaro Velasco, María Erazo, Diego Camacho y Paúl Mera. Crearon el robot de batalla de 120 libras, con el que obtuvieron el primer lugar en más de una competición a escala nacional.
Ahora los dos estudiantes Mera trabajan como parte del proyecto de tesis, en una prótesis transfemural con fluidos magnetobiológicos. Con este mecanismo se trata de crear una especie de amortiguación para la pierna de personas que han perdido parte de sus extremidades inferiores.
La otra propuesta es la construcción del control de una mano biónica por medio de redes encefalográficas. Funciona con un casco con el que se mide las ondas cerebrales y permite manipular las manos con el pensamiento.
Este invento servirá para las personas que tienen parálisis y permanecen en sillas de ruedas. El padre de los gemelos Mera señala que sus hijos desde niños mostraron su inclinación por armar y desamar equipos electrónicos. En la casa se encargaban de la reparación de las compacteras, DVD, entre otros. “Me siento orgulloso de las propuestas innovadoras que tienen mis hijos”.
Recuerda que cuando mostraron su inclinación por temas electrónicos, decidieron estudiar ingeniería mecánica. Sin embargo, cuando se enteraron de que había la carrera de Mecatrónica en Esmeraldas lo aprovecharon.
Ambos estudiantes señalan que con lo aprendido podrán desarrollar diferentes iniciativas entre las que está la automatización de procesos industriales. La idea es hacer mejor los productos, trabajando las 24 horas del día.
El exdecano de la Facultad de Ingenierías y Tecnologías de la Universidad de Esmeraldas, Luis Vargas Torres, Guillermo Mosquera, cree que este es un gran paso. “Estudiantes esmeraldeños han logrado sobresalir en otras universidades del país”, indicó.
Los gemelos buscan impulsar el conocimiento de la Mecatrónica, como una de las carreras universitarias que darán impulso a la innovación. La idea es que los jóvenes puedan estudiar en otras universidades esmeraldeñas como la Católica y Luis Vargas Torres.
Aunque, en ambos centros de estudios superiores, las unidades de emprendimiento cuentan con propuestas como el diseño de programas sistematizados, así como el diseño de robots.
Una imagen de los jóvenes innovadores, entre ellos Paúl Mera (quinto desde la izq.) y Germán Mera (octavo desde la izq.), junto a sus robots. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
Por los pasillos de la Universidad de las Artes de Guayaquil se apretujaban miles de jóvenes, entre el calor y la ansiedad. Llevaban en sus manos sus hojas de vida con la esperanza de encontrar una plaza laboral que les permita generar ingresos para su hogar y acumular experiencia.
Es el ambiente que se vive en la Feria de Empleo y Autoempleo para Jóvenes que se realiza hoy viernes, 27 de octubre del 2017.
El evento fue organizado por el Ministerio del Trabajo en este centro de educación superior, ubicado frente al Malecón 2000 en el centro de Guayaquil.
La actividad comenzó a las 10:00 y en poco más de una hora ya habían ingresado 739 aspirantes. Puertas afuera la situación era parecida: una enorme fila bordeaba la universidad y seguía, cuadra abajo, hasta subdividirse en otras cinco filas más.
En el evento, que finaliza a las 16:00 horas, participan unas 28 empresas del sector privado y público. Se tiene previsto el ofrecimiento de 1 000 plazas: 600 de empleo y 400 de autoempleo. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos, los jóvenes entre 15 y 24 años conforman el grupo etario con mayor índice de desempleo: 4 de cada 10 desempleados corresponden a este segmento.
Shirley Peña, de 24 años de edad, llegó a las 6:00 a las puertas de la universidad.
Lleva un año buscando un trabajo estable. Dice que las empresas a las cuales ha enviado la hoja de vida no le contestan. Quiere estudiar Química, pero mientras tanto busca trabajo en ‘call center’ y el área de ventas de empresas. Por ahora trabaja como niñera los fines de semana.
Marco Romero, coordinador de Empleo y Salarios del Ministerio de Trabajo, aseguró que la intención es que gracias al vínculo con la empresa privada, estos aspirantes una plaza de trabajo.
La feria estará abierta hasta las 16:00 de hoy.
Romero agregó que esta iniciativa en Guayaquil la quieren replicar en otras ciudades del país y que organizarán otras dirigidas a mujeres y a emigrantes que retornaron al Ecuador.
En Guayaquil se realiza la Feria de empleo y autoempleo para jóvenes Organiza Ministerio del Trabajo. Foto: Mario Faustos / ÚN
El cofundador del Retail Institute, con sede en España, analiza los desafíos que tienen los ejecutivos de las grandes cadenas. Asegura que estos gerentes tienen que desarrollar la capacidad de atender el omnicanal y enfocarse en los nuevos consumidores.
El ‘retail’ enfrenta cada día nuevos desafíos desde tecnológicos hasta logísticos. ¿Cuál es el papel de un directivo de una empresa de ‘retail’ en la actualidad? No tiene que ser un tendero. Tiene que ser capaz de gestionar o administrar multicanales. Tiene que saber de on line, saber cómo distribuir sus productos en más de un canal. Esto ahora es un conglomerado, no basta tener una cadena de tiendas y nada más. Hoy en día eso se está acabando. Un ejecutivo del sector del ‘retail’ tiene que ser polivalente para mirar, al mismo tiempo, al omnicanal y al espacio físico tradicional. En conferencias de cazatalentos o ‘headhunters’ en las que hemos participado se habla mucho de los retos del ‘retail’ y los expertos dicen: “no queremos un tendero sino un gestor de multicanal”. ¿Tiene que asumir nuevas funciones? Tiene que aprender sobre el mundo on line, que ahora es pequeño pero crecerá en el futuro. ¿Cuánto crecerá? No lo sé, pero lo hará. ¿Destruirá el negocio físico? No, la venta física va a permanecer, pero de otra forma. A lo mejor las tiendas de moda se pueden convertir en un gran probador, en donde el consumidor mire y sienta la ropa para luego comprar on line desde la casa. Las tiendas físicas se convertirán en un ‘show room’ para vivir la experiencia, pero la compra será en línea. Además, habrá la garantía de que ese producto no lo ha tocado nadie más. En realidad esto que digo ya está pasando.
¿Dónde ya ocurre esto? Por ejemplo, en los locales de Zara, en España. Allí la gente va a la tienda, se prueba una prenda, la toca y la deja tirada. Pero luego lo compra, en línea o en la misma tienda, y se lo lleva a casa. ¿Todos estos cambios surgen por necesidad de las cadenas de ‘retail’? No. Todo surge de lo que quiere el consumidor. Las cadenas de ‘retail’ no son nadie sin el consumidor. Y el gerente de una de estas cadenas debe comprender y darse cuenta de lo que hace y lo que quiere el comprador. Si no entiende eso hay que cerrar la puerta del negocio. En este proceso gana importancia la formación de los ejecutivos de ‘retail’. ¿Cómo se forma este ejecutivo?
Tal como se forma un vendedor. Durante el trabajo, las empresas van formando a sus cuadros; también juegan las escuelas de negocios. Estudiar y observar es la manera de conseguir un ejecutivo que entienda al consumidor y que administre las tiendas de estas grandes cadenas. La tecnología juega cada vez más en el ‘retail’, es otro capítulo en el aprendizaje de este negocio.
Así es. Las tiendas se están digitalizando con rapidez y las que no lo están tienen que hacerlo para seguir compitiendo. Esto no ocurre solo en el mundo del ‘retail’. En España, por ejemplo, uno de los principales bancos planea cerrar unas 400 sucursales en el mediano plazo para digitalizarlas. Esto confirma que el cliente del banco ahora acude a las máquinas y ya no tanto a los cajeros. Los bancos intentan que la gente no vaya a la oficina o a la sucursal sino que hagan su transacción on line. Me imagino que es para reducir costos operativos.
¿Es una manera de optimizar gastos y de educar al cliente? El liderazgo lo lleva la entidad, el banco. Pero si el cliente se resiste a usar la tecnología habrá que cambiar de estrategia. Si el mayor porcentaje de los clientes tiene más de 55 o 60 años será difícil digitalizar un servicio. Pero en Ecuador, donde la mayoría de la población es menor a 30 años lo tiene fácil. Estamos ante gente que ya está habituada, acostumbrada a manejarse con ‘smartphones’ o ‘tablets’.
¿Qué pasa en el caso de negocios que no sean bancos? La digitalización es para todos los negocios, sin importar el sector en que se desenvuelvan. Hay cosas bonitas y novedosas. Por ejemplo, ver como un vestidor de ropa utiliza un ‘video wall’ para que el cliente vea cómo le queda un determinado vestido. Es más rápido, pero es también una manera de entretener al comprador en el punto de venta y está bien hacerlo. Otro punto interesante es el manejo de tabletas en las tiendas. Los dependientes tendrán que ir siempre con una tableta para atender a un cliente.
¿La tableta reemplazará al dependiente? No creo. Porque el consumidor demanda, por otro lado, atención personalizada. Es curioso porque surge una dicotomía: el consumidor quiere que todo sea digital, pero que también le atienda una persona. Lo que quieren es que la persona que les atienda sepa más que el comprador. La gente dice: “como consumidor me he informado antes de comprar y quiero que quien me atienda sepa más y me pueda recomendar un producto, con datos”.
¿Ese vendedor muy bien informado será el valor agregado de las tiendas? Claro. Es el valor extra. El empleado es el embajador de una marca y ha de estar bien pagado y muy comprometido para vender un producto a un consumidor que es mucho más exigente. Es fundamental tener buenos empleados.
¿Cómo será el ‘retail’ en 5 o 10 años? Soy consultor y solo sé que va a ser completamente diferente. Va a evolucionar mucho hacia la tecnología. Se implantará más rápido en unos países antes que en otros. Es un crecimiento exponencial. Las ventas en línea en Ecuador tienen un freno por el modelo de pagos, pero cuando se supere esa barrera todo irá para arriba. Veo establecimientos más pequeños y más cercanos. Las grandes marcas empiezan a abrir pequeñas tiendas dentro de la ciudad, en el centro de las ciudades. Estas tiendas son de líneas específicas. Las marcas están acercándose al consumidor porque este deja de ir a la tienda, se cansó del auto para viajar a un ‘retail’, no quiere perder el tiempo comprando, prefiere usar su tiempo en experiencias de compra, que es muy diferente a comprar.
¿Las tiendas de ‘retail’ perderán valor en el mercado, tal como dicen ciertos estudios? Amazon es el enemigo disruptor del negocio que no se mueve. Walmart, por su parte, pregunta: ¿qué es más difícil: comprar 5 000 tiendas o hacer una página web? ¿Se viene un tiempo de aceleración en el ‘retail’? El cambio es en todas las industrias. La tecnología está forzando esos cambios. A esto se suman los cambios demográficos con familias con menos hijos, por ejemplo. Todo eso impacta en los negocios.
Y allí aparece el olfato del ejecutivo… Yo haría productos para jóvenes. Está claro, con la estadística, que los jóvenes son un segmento con potencial. Tienen poco poder adquisitivo, pero es un segmento solidario. Hay que pensar productos para ellos. Por allí es el camino. Ecuador es un país con una población muy joven y hay que apuntar hacia ellos.
Es cofundador del Retail Institute, que tiene operaciones en España y América. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
Cooprogreso apoya la educación de los jóvenes inculcándoles, principalmente, cultura de ahorro. Para ello utiliza la educación financiera y el conocimiento del cooperativismo.
Una forma para incentivar estos procesos es la apertura de cuentas de ahorro. La cooperativa, por ello, premió con este productos bancario a los tres primeros lugares de un concurso de oratoria para jóvenes estudiantes del Distrito.
Este año invitaron a participar a varios colegios de la zona de influencia de la empresa, en el norte de Quito, al XIV Concurso Intercolegial de Oratoria.
Se inscribieron 13 colegios públicos y privados del sector y la empresa desarrolló un evento en el que participaron alrededor de 384 personas entre jóvenes, maestros e invitados. “Estos espacios nos permiten fomentar en los jóvenes a ser ciudadanos mucho más responsables que en un futuro no muy lejano puedan actuar adecuadamente a la hora de lograr sus metas financieras”, se indicó de la firma.
La empresa busca impulsar el cooperativismo y por ello considera que estos procesos promueven el desarrollo de habilidades y destrezas. Cooprogreso está motivado en realizar eventos educativos sostenibles que promueven la investigación y el respeto a la libertad de expresión.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la educación financiera puede definirse como el proceso por el cual los consumidores e inversores mejoran su entendimiento de los productos, conceptos y riesgos financieros mediante información, instrucción, asesoramiento, etc., para desarrollar habilidades y ser conscientes en el manejo de su economía.
Una imagen de la premiación del concurso de oratoria que organizó la cooperativa Cooprogreso. Premió con cuentas de ahorro. Foto: Cortesía Ceres
Los jóvenes de América Latina y el Caribe enfrentan en la actualidad un mercado laboral adverso con aumento del desempleo y alta informalidad; pero eso no impide que tengan confianza en el futuro del trabajo, optimismo por lo que podrían lograr en sus empleos, y expectativas por el impacto de nuevas tecnologías, destacó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un informe técnico difundido la semana pasada.
El informe titulado “El futuro del trabajo que queremos: la voz de los jóvenes y diferentes miradas desde América Latina y el Caribe” advierte que la generación actual de jóvenes, la que nació en la última década de fines del siglo pasado, está enfrentando cambios a una velocidad que probablemente no hayan observado otras generaciones.
Factores relevantes de cambio como la demografía, el desarrollo tecnológico, los cambios en la producción, el clima o la globalización, son determinantes para el futuro del trabajo. El director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar-Xirinachs, advirtió que el presente del empleo juvenil es preocupante.
Explicó que el momento económico que vive América Latina y el Caribe, caracterizado por un crecimiento débil o mediocre con una insuficiente generación de empleo, golpea con mayor intensidad a los jóvenes.
El desempleo juvenil aumentó significativamente en el último año, al pasar de 15,1 a 18,3%. “Además de un desempleo que triplica al de los adultos, los jóvenes deben enfrentar una tasa de informalidad más alta, estimada en 56% en promedio para la región”, agregó Salazar.
En la región hay 114 millones de jóvenes en edad de trabajar, de los cuales 54 millones participan de la fuerza laboral, según los datos demográficos más recientes.
Esto significa un “bono demográfico” de gran importancia, cuyo aprovechamiento se ve afectado por las malas condiciones laborales.
El informe de la OIT es el resultado de una encuesta en línea realizada a jóvenes entre 15 y 29 años de edad de 26 países latinoamericanos y caribeños. Las 1 544 respuestas obtenidas evidenciaron que “hay confianza en el futuro”.
No obstante, el documento advierte que no se trata de una muestra representativa de la población latinoamericana.
Otro dato resaltante del estudio es que el 69% espera poder trabajar en empresa propia. Por otro lado, la mayoría de los jóvenes encuestados considera que las nuevas tecnologías, la robotización y la automatización de los procesos tendrán efecto positivo.
El desempleo juvenil aumentó considerablemente en el último año, pasando de 15,1 a 18,3%, según la Organización Internacional de Trabajo. Foto: Ingimage
Dennis Ortiz trabaja como auxiliar de restaurante en un local de Mc-Donald’s, en Samborondón. Fue nombrado el empleado del mes, por su responsabilidad y buena disposición.
“Al inicio estaba en el ‘lobby’, hacía la limpieza y también armaba la cajita feliz. Ahora hago labores en la cocina, corto el queso, ayudo a hacer las papas fritas. Me gusta mucho este cambio”, expresa emocionado el joven de 26 años.
Ortiz forma parte del programa Empleo con Apoyo (ECA), que lleva a cabo la empresa McDonald’s para la inserción laboral de jóvenes con capacidades especiales.
Mediante este programa, se han integrado más de 50 jóvenes con discapacidades auditivas, visuales, intelectuales y físicas, a quienes se les da la oportunidad de cumplir funciones en el área operativa, en la recepción o en la cocina.
El personal del programa ECA trabaja en diferentes locales de la cadena, ubicados en Guayaquil, Samborondón, Quito, Cuenca y Machala.
Rolando Castro también trabaja como auxiliar de restaurante en Quito. Tiene 32 años, 13 de ellos los ha dedicado a la empresa. La considera su segunda casa, por el ambiente familiar que mantiene con sus compañeros y jefes.
Castro, quien ha participado en los Juegos Paralímpicos desde el 2013, siendo medallista, es el colaborador más antiguo del programa ECA. “Gracias a mi trabajo he aprendido a ser más responsable, constante y cortés con los clientes”, menciona este hombre.
Según el gerente de Recursos Humanos de McDonald’s, Fredy Cambal, la cadena de comida es una de las principales empleadoras de jóvenes con capacidades especiales que ingresan por primera vez al mercado laboral.
Según sus datos, en Ecuador aproximadamente 600 jóvenes al año tienen su primera experiencia de trabajo en McDonald’s. “Nosotros no excluimos a nadie, creemos que la integración de diferentes perfiles de trabajadores es lo que permite que la empresa sea verdaderamente incluyente”, asegura Cambal.
Para lograr esta inclusión, la compañía realiza varias actividades, entre ellas está el McCampeonato y All Star. El primero consiste en un torneo de fútbol que se realiza cada año. La segunda es una competencia multidisciplinaria entre todos los locales de McDonald’s, en la cual se elige al colaborador estrella. Se realiza cada año y a escala nacional.
La compañía también ha trabajado con diferentes instituciones públicas y privadas, que manejan base de datos
de personas con discapacidad como el Centro de Protección para Personas con Discapacidad (Ceprodis) y la fundación Fasinarm.
Como parte de su responsabilidad social, este año colaboraron con la Fundación El Triángulo y el Centro Terapéutico Aprendiendo a Vivir de la Fundación Reina de Quito. Con estas organizaciones realizaron varias actividades orientadas a niños como: talleres de lectura y la donación de una minibiblioteca.
Dennis Ortiz (izquierda) trabaja hace cinco años en McDonald’s. Actualmente cumple funciones como auxiliar de restaurante en la cadena de comida. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
El 17 % de los jóvenes uruguayos entre 14 y 29 años no asisten al sistema educativo formal ni trabajan de forma remunerada, según un estudio del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) del país suramericano presentado hoy en Montevideo.
Uno de los encargados de presentar estos datos fue el director del Instituto Nacional de la Juventud (Inju), Santiago Soto, quien destacó que le parecía importante mirar «el concepto de la cantidad» de los componentes de este porcentaje y «no solo el número».
En este sentido, explicó que «un tercio de esos jóvenes se dedica a las tareas del hogar, en general mujeres. Otro tercio está buscando empleo y no lo encuentra. Y hay otro tercio que aparece también en situaciones vinculadas a la discapacidad».
«Cuando las personas se imaginan a los jóvenes que no estudian o trabajan, en general, ven a un varón en la esquina que le está por robar a la señora que cruza y nosotros desmitificamos esta cuestión. Lo que plantea este informe es que uno de cada tres ninis son mujeres que están al cuidado de las personas dependientes», recalcó.
Además, detalló que el 33 % de los generalmente conocidos como nini (Ni estudian/Ni trabajan) realizan trabajos domésticos no remunerados y cuidados a «hermanos, adultos mayores o de personas que están en sustituciones que requieren un cuidado especial».
«Por tanto, probablemente la política más importante para adolescentes y jóvenes que no estudian ni trabajan es el Sistema Nacional Integrado de Cuidado, en lo que tiene que ver con los cuidados, por ejemplo, de los menores de tres años», concluyó Soto.
Este estudio, realizado con los datos de las encuestas del Instituto Nacional de Estadística del 2015, también muestra que la proporción de mujeres jóvenes que no estudian ni trabajan forman el 21 % y que el de los varones alcanza el 13 %.
También se observa un comportamiento distinto por el sexo, ya que el 48 % de los adolescentes en esta situación se encuentran buscando empleo, pero el 49 % de las jóvenes están realizando trabajos domésticos.
El director del Inju hizo hincapié en la vulnerabilidad y pobreza de este sector, pues «los jóvenes están más sobrerrepresentados en sectores de menores ingresos» y en el desempleo.
La subsecretaria de Desarrollo Social, Ana Olivera, que también participó en este evento dijo ante los participantes de equipos de trabajo del programa Jóvenes en Red que este estudio no representa solo números, «pues tienen rostro, nombres y apellidos» y añadió que el análisis presentado «invita a pensar» sobre los programas que se están llevando a cavo en Uruguay.
El director del Instituto Nacional de la Juventud (INJU), Santiago Soto (i), y la subsecretaria de Desarrollo Social, Ana Olivera (d), en su conferencia sobre la situación actual de los jóvenes uruguayos. Foto: EFE
Una oportunidad para que los jóvenes ecuatorianos se capaciten de manera teórica y práctica y puedan, más adelante, encontrar un trabajo es que lo que se busca a través de la Alianza para la Formación Profesional.
Se trata de un proyecto financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, cuyo objetivo es apoyar la implementación de carreras técnicas y tecnológicas con formación dual en Ecuador.
En este programa están involucradas la Cámara de Industrias y Producción (CIP), la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca, la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), la Asociación de Confeccionistas Textiles (Acontex), la Asociación Ecuatoriana de Plásticos (Aseplas), la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros, la Asociación de Industriales de la Madera, Cámara de Industrias de Guayaquil, entre otras entidades.
Consiste en abrir oportunidades a los jóvenes en las empresas para que “aprendan haciendo”. No se trata de una contratación, sino de la generación de un espacio para que se ponga en práctica lo que se conoce en las aulas.
Diferentes institutos técnicos permiten que los jóvenes aprendan en áreas vinculadas a desarrollo de software, tecnología en plásticos, tecnología en mecánica y operación de máquinas o tecnología en confección textil, indica la CIP. Los centros de capacitación están en Quito, Manta, Guayaquil, Cuenca, Cotacachi…
LisaPesendorfer, experta a largo plazo en la Alianza para la Formación Profesional Ecuador, explica que cada vez que el estudiante accede a la empresa cumple sus objetivos de aprendizaje. La compañía no solo lo acoge sino que se convierte en formadora.
El aprendizaje se vuelve clave para enfrentar problemas sociales y falta de trabajo. Según un informe de la Comisión Económica de América Latina y el Caribe, los jóvenes de bajo nivel de educación son los que más inconvenientes enfrentan para hallar empleo.
El aumento de la desocupación juvenil regional del 2015 aumentó en 2016 al pasar de 15,1 a 18,3% en los tres primeros trimestres. “El incremento de la tasa en ese período fue muy superior al aumento del indicador entre los adultos”, indica la Organización Mundial del Trabajo (OIT).
Se estima que unos 20 millones de jóvenes en la región no estudian ni trabajan, debido en gran parte a la frustración y el desaliento por la falta de oportunidades en el mercado laboral, dice el texto.
Para el Ministerio Coordinador de Conocimiento y Talento Humano la educación dual permite la profesionalización y se convierte en una alternativa para acceder a ingresos. En Ecuador se contaron durante el primer trimestre del año 355 414 desempleados. De ellos 127 502 eran jóvenes de entre 15 y 24 años, quienes representan el grupo de edad con más falta de trabajo.
El proyecto de formación dual inició en diciembre de 2013 con una inversión de un millón de euros y tendría una fase de duración de tres años. Pero, en junio de 2016 el proyecto fue auditado por una comisión europea y se decidió, tras analizar los resultados, ampliarlo hasta 2019.
Los recursos de la cooperación se han destinado a pagar consultorías, crear mallas curriculares de ciertas carreras, capacitación, entre otros temas.
Los jóvenes pueden conocer del programa en sus mismos institutos o hallar información a través de las cámaras de producción. Desde que se creó el programa hay cada vez más estudiantes optando por los estudios duales.
Según la CIP, al 2016 había un total de 34 008 inscritos. Entre la empresa y el estudiante se puede pactar una compensación económica, pero es algo voluntario.
Javier Díaz, presidente de AITE, indica que en su sector se impulsó la carrera de confección y la primera promoción se graduará este año. “En total hay tres promociones estudiando y algo más de 100 estudiantes. En el caso de producción textil recién estamos en el primer trimestre de la primera promoción. Hay ocho alumnos”.
Dentro de las empresas, explica el directivo, hay tutores que se convierten en una especie de docentes. AITE tiene la posibilidad de formar tutores, darles conocimientos pedagógicos y generar la experticia para que enseñen.
Para el futuro las cámaras, aunque no tengan el apoyo económico del Gobierno alemán, esperan desarrollar su trabajo de manera autónoma. y Aspiran trabajar con las instituciones estatales de educación superior e industrias.
Los jóvenes participan en procesos de producción de las empresas. Foto: cortesía AITE
Un grupo de voluntarios hizo una donación más valiosa que el dinero y los objetos: compartieron su tiempo y sus conocimientos con jóvenes en situación de vulnerabilidad. Ubicado en una de las zonas de mayor movimiento económico de la capital, el Hotel JW Marriott Quito abandera desde el año pasado el proyecto denominado Espíritu de Servicio, que unió a 289 voluntarios del hotel.
El proyecto consiste en apadrinar a dos jóvenes de grupos vulnerables durante tres meses para que aprendan conocimientos hoteleros. La ingeniería, el ‘housekeeping’, la lavandería y la floristería son parte de las áreas que abordan los jóvenes considerados como pasantes.
El hotel trabaja con una adolescente de 17 años que pertenece al Centro Adole-Isis de Acogida Temporal para madres adolescentes y adolescentes embarazadas, y refugiados de HIAS, una organización global de protección e integración de refugiados. La meta es preparar a los beneficiarios para la reinserción laboral.
Este proyecto ya cuenta con beneficiados: cuatro madres adolescentes culminaron el curso y recibieron su certificación de culminación de esta capacitación.
La formación incluye servicio al cliente, procedimientos y políticas de la empresa con respecto a seguridad, responsabilidad ambiental y otros temas.
Priscila Almeida, trabajadora social en JW Marriott, explica que el proyecto engloba a niños, jóvenes, adultos y adultos mayores; pero la gran apuesta es el proyecto de aprendizaje y capacitación. “Los refugiados y las madres adolescentes aprenden conocimientos básicos de hotelería. Lo que les lleva a tener más oportunidades de trabajo”.
El proyecto tiene tres fases, en el caso de las madres adolescentes. Primero aprenden arreglo de habitaciones; luego van a la lavandería, donde se capacitan en lavado de ropa y manejo de maquinaria industrial; y el último mes pasan a floristería, con el objetivo de desarrollar su creatividad.
Los adornos florales decoran distintos espacio del hotel.
Mientras que los jóvenes aprenden mantenimiento e ingeniería dentro del hotel; es decir, instalaciones eléctricas, tuberías, etc.
Para Almeida, el objetivo central es aumentar la autoestima y fortalecer sus relaciones sociales y laborales dentro del hotel.
Almeida sostiene que el ambiente laboral permite que los jóvenes se desenvuelvan de mejor manera. “Cuando termina el curso no queremos que se vayan”.
Lo importante de este proyecto es que deja las puertas abiertas para que cuando terminen sus estudios puedan ingresar al hotel como empleados.
Otro de los beneficios de Espíritu de Servicio es que los pasantes pueden acceder a servicios del hotel como la comida, explica la trabajadora social del hotel.
Además, cuentan con un bono de USD 50 al mes para que se transporten sin complicaciones desde sus casas hasta el trabajo y viceversa; también tienen atención médica. “Las fundaciones a las que pertenecen cubren sus gastos y buscan reinsertarlos en los diferentes puestos de trabajo”.
El hotel, además, hace un seguimiento de las personas que se capacitaron dentro del hotel, para saber si se ponen en práctica los conocimiento aprendidos.
Según Almeida, hay otros proyectos de responsabilidad social. Este año, por ejemplo, entregarán una vivienda y adecentan un albergue de la ciudad.
“Una vez al mes realizamos un proyecto de responsabilidad social; hacemos reforestación, visitas de niños a las instalaciones del hotel, limpieza de los alrededores, apoyo a otras instituciones…”.
Para Almeida, el espíritu de servicio es un valor innato del hotel, que lo fortalecen a diario.
Una de los jóvenes que se capacita en el Hotel JW Marriott, como parte del programa Espíritu de Servicio. Foto: Patricio Terán / LÍDERES