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  • La economía tsáchila se activa con el Kasama

    María Victoria Espinosa

    (F – Contenido Intercultural)

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    La fiesta tsáchila Kasama es un imán para atraer a turistas nacionales y extranjeros. Para esta celebración, que coincide con Semana Santa, los tsáchilas organizan más de 30 actividades entre concursos, rituales, presentaciones artísticas y festivales gastronómicos y artesanales.

    La fiesta oficial se realiza cada año en una de las siete comunas, de acuerdo a un cronograma que estableció el Consejo de Ancianos de la Nacionalidad Tsáchila.

    Sin embargo, en los 18 centros culturales y turísticos también se realizan actividades festivas y chamánicas, como el ritual de la ayahuasca y el de purificación. Los tsáchilas invierten entre USD 300 y USD 3 000 en adecuar el lugar para recibir a los viajeros.

    La Gobernación Tsáchila espera que a Santo Domingo lleguen 20 000 personas para la fiesta oficial del Kasama, que en tsa’fiki significa Nuevo Amanecer. Se tiene previsto que cada turista deje entre USD 40 y 60 diarios.

    Diana Aguavil, gobernadora tsáchila, afirma que este año la celebración oficial será en la comuna Cóngoma Grande, a 30 minutos de la ciudad.

    Ella está gestionando – con las autoridades – el auspicio para que los turistas puedan viajar en bus gratuitamente hasta el Cóngoma, donde será la celebración entre el 18 y el 21 de abril.

    En la fiesta oficial, cada año la Prefectura y el Municipio invierten USD 40 000 en publicidad y en armar un escenario y stands para que los tsáchilas realicen los festivales gastronómicos, artesanales y chamánicos.

    El guía nativo Manuel Calazacón afirma que la fiesta Kasama reactiva la economía de las siete comunas, especialmente porque coincide con el feriado de Semana Santa y también con las vacaciones escolares de la Costa.

    Él señala que no solo se reactiva el turismo sino también la agricultura y los restaurantes de la zona.

    En el caso de Fernando Aguavil, de la comuna El Poste, en cada Kasama vende hasta 40 racimos de plátano en dos días. Mientras que en una semana normal solo vende 10 racimos.

    Esto se debe a que una de las comidas típicas de los tsáchilas es la bala de verde, que es una masa de plátano con maní. Además, en los festivales tsáchilas también se ofertan empanadas, chifles, plátano asado y otros.

    Los tsáchilas que se dedican a la avicultura señalan que esta es la mejor temporada de ventas.

    Rosa Calazacón, de la comuna Los Naranjos, afirma que en los festivales gastronómicos de la fiesta Kasama vende hasta 100 platos de seco de gallina. “Debemos aprovechar cuando la gente viene a las comunas porque el resto del año debemos ir a los mercados a vender las gallinas”.

    Los centros culturales y turísticos también obtienen buenos réditos. Según el centro cultural Mushily, a diario unas 300 personas visitan el lugar para conocer costumbres y tradiciones nativas.

    Además, quienes participan de los rituales, pueden hospedarse en este lugar. Los huéspedes tienen dos opciones. Una son las cabañas ecológicas y otra el servicio de camping.

    Según la Gobernación, en los centros culturales hay hospedaje habilitado para unas 100 personas. Pero los turistas tienen la opción de alojarse en hosterías y hoteles que están ubicados a 20 minutos de las comunas tsáchilas.

    Los centros culturales ya se preparan para recibir a los turistas en la fiesta tradicional Kasama. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    Los centros culturales ya se preparan para recibir a los turistas en la fiesta tradicional Kasama. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • La fiesta Kasama atrae al turista nacional

    María Victoria Espinosa

    (F) Contenido intercultural

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    Los preparativos para la tradicional fiesta Kasama se iniciaron en las siete comunas tsáchilas.

    Para los nativos esta celebración, que coincide con el feriado de Semana Santa, es una oportunidad para reactivar la economía de sus aldeas.

    Según la Gobernación Tsáchila, se tiene previsto que al menos 4 000 turistas sean parte de las actividades turísticas del Kasama.

    El gobernador Javier Aguavil explica que la fiesta oficial se realizará del 29 al 31 de marzo, en la comuna Los Naranjos, ubicada a 27 km de Santo Domingo.

    Sin embargo, en las comunas turísticas como Chigüilpe, Otongo Mapalí y Colorados del Búa también se realizarán los rituales y ­actividades recreativas para recibir a los turistas.

    Abraham Calazacón, líder del centro cultural Mushily, señala que el Kasama es una de las festividades que más réditos deja a la nacionalidad. Eso debido a que los visitantes no solo realizan recorridos por los museos sino que también participan de los rituales típicos de la fiesta y eso representa más ingresos.

    En los otros feriados -agrega- los turistas gastan alrededor de USD 10 en la visita al museo, la alimentación y las artesanías. Pero en la fiesta Kasama también se realizan baños, limpias y rituales del florecimiento y la toma de la ayahuasca (bebida alucinógena). Estas actividades tienen un costo que oscila entre USD 15 y 30.

    Manuel Calazacón, guía del Museo Etnográfico Tsáchila, afirma que la organización de la fiesta Kasama se inicia luego del Carnaval. La primera actividad que se hace es una reunión para evaluar las fortalezas y debilidades del centro cultural. “Luego del Kasama, el Carnaval es uno de los feriados en los que más recibimos visitas. Ahí nos damos cuenta de las cosas que no le gustaron a los turistas y las mejoramos”.

    Una de las conclusiones de esa reunión era que se debía mejorar el aspecto de las cabañas, elaboradas con pambil y caña guadúa. Así que desde hace dos semanas se hicieron reparaciones y se construyó un nuevo templo ceremonial para los rituales.

    En las nuevas adecuaciones gastaron unos USD 1 000. Pero esperan triplicar esa cantidad los tres días de la celebración.

    En la comuna Los Naranjos, los nativos también se alistan para recibir a los turistas.

    Ahí la Prefectura de Santo Domingo invertirá USD 20 000 para la construcción de estands en caña guadúa, ampliación del escenario principal, movilización, promoción y difusión y también la adecuación del parqueadero y vías de acceso. En esa comuna se encuentra el centro cultural Masara Mudu, que será uno de los anfitriones del evento.

    Alejandro Aguavil, líder del Masara Mudu, indica que es la primera vez que se realizará la fiesta oficial en la comuna. Eso debido a que las vías de acceso a la comuna están dañadas. “Por el Kasama nos arreglaron la carretera”.

    Ahora -agrega- esperamos que esta sea una ventana para que los turistas conozcan la comuna.

    En Los Naranjos, los visitantes podrán hacer recorridos por el bosque Masara Mudu, que en tsa’fiki significa Laguna Sagrada del Tiburón. Los tsáchilas basaron el nombre en una leyenda que contaban sus ancestros sobre un pez que asesinaba a los tsáchilas que irrespetaban las leyes.

    Aguavil cuenta que durante la fiesta Kasama se harán recorridos nocturnos, en los que el turista podrá escuchar las leyendas y mitos de la nacionalidad.

    Además habrá una ceremonia nocturna dirigida por los curanderos más representativos de la etnia. Esta empezará con un ritual y la toma de brebajes chamánicos.

    Luego se hará una caminata por el bosque hasta llegar a la laguna, en la que los chamanes darán un baño a los pacientes para quitarles las malas energías.

    Los turistas podrán pernoctar en la comuna y degustar platos típicos, que tendrán un costo de entre USD 3 y USD 5.

    Según la Gobernación, habrá buses y rancheras que trasladarán a los turistas hacia la comuna.

    La fiesta

    Esta celebración se realiza desde hace 500 años con rituales, danzas y comida típica.
    Kasama en el idioma tsa´fiki significa nuevo amanecer. Con esta festividad los tsáchilas terminan un año, según su calendario nativo.

    La fiesta se popularizó hace 15 años, cuando los tsáchilas empezaron a permitir que los mestizos participaran de los rituales chamánicos.

    La celebración dura tres días. El primer día es de preparación e inauguración con un baile típico. El segundo para los rituales de la ayahuasca y el último día se utiliza para agradecer con danzas y rituales.

    Los tsáchilas se alistan para recibir a los turistas con danzas, música, artesanías y rituales chamánicos. Foto: LÍDERES
    Los tsáchilas se alistan para recibir a los turistas con danzas, música, artesanías y rituales chamánicos. Foto: LÍDERES