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  • Tres empresas son laboratorios para una investigación

    Giovany Astudillo

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    La primera fase del modelo de gestión para la optimización de procesos y costos en la industria de ensamblaje arrancó en septiembre pasado, en tres empresas del Grupo Ortiz. Esta es una iniciativa multidisciplinaria que impulsa la Universidad de Cuenca.

    El proyecto ganó, en el 2017, un concurso interno de este centro de estudios superiores para recibir financiamiento y ejecutarlo. En mayo del 2017, la propuesta fue planteada a los directivos del Grupo Ortiz, que dieron la aceptación para iniciar con el diagnóstico (primera fase) en tres empresas, que se dedican al ensamblaje de bicicletas, motocicletas, televisores y tarjetas electrónicas.

    “Los empresarios están abiertos a la aplicación, porque quieren acceder a la capacidad cognitiva de la universidad”, señala el director del proyecto, Villie Morocho, quien tiene un doctorado en Ingeniería de Software. Este trabajo también está liderado por Lorena Sigüenza, quien tiene un doctorado en Optimización de Procesos, y el profesor de ciencias económicas, Rodrigo Arcentales.

    Según Morocho, pese a que estas fábricas tienen experiencia y conocimientos en sus especialidades, “no necesariamente pueden estar haciendo las cosas de la manera más óptima”.

    Al Grupo Ortiz -agrega Sigüenza- le interesa contar con un diagnóstico que le permitirá conocer en qué puede mejorar. La intención es que posteriormente se puede cumplir una segunda fase para impulsar ese mejoramiento. El equipo de la universidad tiene previsto estar en estas empresas hasta agosto próximo.

    En la propuesta inicial solo estuvieron involucrados cinco profesores, por lo que hubo la necesidad de incorporar a más personas a través de la participación de estudiantes y otros profesionales. Arcentales realiza su tesis de doctorado con este modelo de gestión. Además, se efectúan dos tesis de maestría en Ingeniería de Sistemas y Administración de Empresas y ocho de pregrado en Administración de Empresas y Ciencias Químicas.

    Con ello, dice Sigüenza, no solo hay una interrelación con investigadores de diferentes disciplinas sino también la posibilidad de generar temas de tesis que forman parte y aportan a este proyecto. Con ello, lograron tener un equipo multidisciplinario de más de 20 profesionales y estudiantes de Sistemas, Ciencias Económicas y Ciencias Químicas.

    En la actualidad, los estudiantes de pregrado toman los tiempos de los procesos productivos de las tres plantas ensambladoras y en sus líneas de producción.

    Morocho asegura que con esta toma de información se puede determinar cómo optimizar los costos dependiendo de la mano de obra, materiales, tiempo, entre otros factores. Además, se elaborará el mapa de procesos de una industria de ensamblaje.

    Morocho dice que este proyecto forma parte de una relación que mantienen con la empresa privada, que se inició en el 2004 a través de investigaciones que financiaban con fondos externos o con las donaciones del Impuesto a la Renta por parte de las compañías.

    Entre otros se destaca un trabajo con la Unión Cementera Nacional, en la planta de Guapán (Azogues). Según Morocho, esa industria cofinanció directamente la investigación en el 2015.
    En este caso, se generó un modelado matemático del funcionamiento del horno. Es decir, se pudo simular cómo se producen los efectos químicos y mejorar la calidad y optimización del producto, sin necesidad de desperdiciar material. “Se hizo un simulador para jugar con las variables y predecir los resultados”.

    Morocho cuenta que, posteriormente, se buscó una relación con la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca. Hubo una presentación e interés por parte de los empresarios, “pero la situación económica del 2016 frenó cualquier ejecución”.

    En el caso del modelo de gestión para la optimización de procesos y costos en la industria de ensamblaje se requerían recursos para financiar un diagnóstico, pero el industrial, dice Morocho, no invierte en investigación si no sabe cómo le sirve o cómo podrá optimizar los costos. Para hacer esas predicciones, hay que hacer un estudio previo que requiere de financiamiento, que se obtuvo con el concurso de la Universidad de Cuenca, agrega el investigador.

    Otros detalles
    El financiamiento.  
    El concurso interno de la Universidad de Cuenca otorgó un premio de cerca de USD 45 000 para la ejecución del modelo de gestión para la optimización de procesos y costos en la industria de ensamblaje.

    Otro aporte. 
    A más del financiamiento, este centro de estudios superiores aporta con las horas de clases de docentes e investigadores. Ese rubro se estimó en unos USD 53 000.

    Los estudiantes que participan en el proyecto recopilan información de los procesos en las fábricas del Grupo Ortiz. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Los estudiantes que participan en el proyecto recopilan información de los procesos en las fábricas del Grupo Ortiz. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • El plan es nutrir mejor a los deportistas

    Stives Reyes

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    Los laboratorios farmacéuticos Pharmax le apuestan a los suplementos alimenticios deportivos. La firma de capital ecuatoriano creó los productos Whey Protein Isolate para hombres y Beauty Protein para mujeres.

    Estos dos nuevos productos forman parte de su actual marca Intelligent Nutrition (Nutrición Inteligente), la cual fue lanzada al mercado local en junio del año pasado. La compañía se dedica a la fabricación de farmacéuticos, nutracéuticos y cosmecéuticos.

    Henry Huertas, gerente general de Pharmax, cuenta que apostaron a la creación de esta nueva marca porque se dieron cuenta que existía un nicho de mercado que no había sido explotado en el país y por el crecimiento de la conciencia deportiva.

    Según Huertas, en Ecuador existen estos productos pero son importados y tienen un alto costo para el consumidor. “Ahora nosotros apuntamos a productos con un alto valor agregado con tecnología de punta y con mucho respaldo clínico científico”.

    El ser un laboratorio farmacéutico ha beneficiado a Pharmax por los altos estándares que tienen en la fabricación de su manufactura. Además, en el proceso de elaboración y manipulación. “Así le garantizamos al consumidor que nos medimos con una de las barras más altas en el mercado nacional e internacional”.

    La compañía, que inició en el mercado en el 2011, obtuvo la certificación de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) el año pasado cuando terminó de construir su planta de más de 3 000 m2 en la zona industrial del cantón Durán.

    Esta certificación fue el punto de partida para producir; en febrero de 2016 solicitaron un registro en la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria, el cual fue concedido.

    El primer lote con los dos nuevos productos estuvo listo el 16 de abril del año pasado, el día en que un terremoto de magnitud 7,8 azotó la Costa ecuatoriana, por lo que se tuvo que esperar alrededor de dos meses para salir al mercado.

    En junio lograron ingresar a la cadena de farmacias Pharmacys a escala nacional, luego a los locales de suplementos deportivos y medicina herbaria Only Natural y en octubre a farmacias Fybeca.

    Al mes siguiente la marca ganó el primer lugar al emprendimiento del año de la Alianza del Emprendimiento e Innovación (AEI). Esto les ayudó para ingresar a la cadena Supermaxi.

    Huertas cuenta que uno de los jueces en el concurso de la AEI era un ejecutivo de Supermaxi y le preguntó ¿por qué ellos debían de tener estos productos? Respondió que la tendencia actual de consumo en el mundo tiene que ver con nutrición y salud y que existe un mayor crecimiento proyectado.

    Whey Protein Isolate es una proteína de suero de leche aislada, la cual contiene 25 gramos (g) de proteína, 4 g de glutamina y 5,5 g de aminoácidos ramificados.
    Es recomendada para todo tipo de atletas y deportistas para el crecimiento de la masa muscular magra, para el sistema inmunológico, el aumento de la fuerza física y la recuperación luego del ejercicio.

    Mientras que Beauty Protein también contiene el suero de leche, glutamina y aminoácidos, pero adicional a esto posee 10 gramos de colágeno, el cual beneficia el tejido conjuntivo y óseo, mejora la hidratación en la piel y disminuye las arrugas en las mujeres.

    Carlos García, de 28 años, consume Whey Protein Isolate después de cada jornada de ejercicios en el gimnasio. Dijo que lo prefiere por su bajo costo y porque lo ayuda a la recuperación muscular después de cada sesión.

    “Antes yo comía máchica antes de ir al gimnasio. Solo compraba suplementos cuando podía porque son muy caros, pero este es más barato y tiene el mismo valor nutricional”, indica García.

    Existen dos presentaciones, una para hombre y otra para mujeres, cada una contiene 1 libra del producto. Ahora se han fabricado una caja con cinco ‘sachets’ individuales de menor costo.

    El objetivo de la marca es entrar a mercados internacionales para aumentar su producción. El mes pasado, Pharmax recibió la visita del ministro de Comercio Exterior, Juan Carlos Cassinelli, quien recorrió la planta en Durán.

    Cassinelli entregó a Huerta, la licencia Marca País Ecuador Ama la Vida, para ubicarla en sus productos al exportar. Se van a iniciar comisiones internacionales junto al instituto Pro Ecuador para llevar estos productos a mercados regionales como Colombia, Chile, Bolivia, Costa Rica y Perú.

    Un empleado de Pharmax revisa el proceso de empacado de la línea de suplementos alimenticios para deportistas. Fotos: cortesía Pharmax
    Un empleado de Pharmax revisa el proceso de empacado de la línea de suplementos alimenticios para deportistas. Fotos: cortesía Pharmax
  • Laboratorios Julguer: la medicina natural le dio la fuerza para crecer

    Redacción Guayaquil

    Una tienda de productos naturales que se convirtió en un laboratorio que ahora es reconocido por las autoridades de EE.UU. Esa es la manera corta de contar la historia de Laboratorios Julguer en la que se producen hoy en día más de 120 tipos de productos naturales que se distribuyen en unas 1 500 tiendas naturistas en el país.

    Pero la historia completa está llena de detalles. Rubén Guerrero, gerente administrativo, recuerda el contexto en el que su padre, Julio Guerrero Núñez (+), fundó este negocio en 1971. «En esa época la idiosincrasia de la gente era pensar que los que trabajaban en medicina natural eran brujos, porque no creían en las plantas medicinales».

    El negocio comenzó como una pequeña tienda de productos naturales llamada Paraíso de la Vida, en el barrio Miraflores, en el norte de Guayaquil. En el local se vendían bolsas de té de hierbas medicinales, granola, carne y leche de soya, todo preparado artesanalmente por Guerrero y su esposa, Pilar Negrete, que hoy es la gerenta general de esta empresa que anualmente factura entre USD 600 000 y 80 000.

    El interés en la medicina natural surgió en Julio Guerrero luego de laborar 18 años como visitador médico para firmas como Laboratorios H.G. (Guayaquil); American Cynamid Lederle (EEUU.) y Shering A. Berlin (Alemania).

    Durante los primeros años, la familia Guerrero Negrete se dedicó al segmento de alimentos. Pero poco a poco fueron incursionando en la medicina natural; y en 1974 adoptaron el nombre de Laboratorios Julguer, que es la unión de las primeras sílabas del nombre y apellido del fundador del negocio.

    En la planta, ubicada en la zona industrial de Mapasingue oeste, laboran unos 15 trabajadores, con un 80% de insumos nacionales. A más de distribuir a nivel nacional, hace ocho años, Cristóbal Guerrero, otro de los hijos del fundador de la empresa, abrió una tienda en Miami. «Los productos están inscritos en la FDA (Food and Drug Administration), pasan las exigencias de EE.UU.».

    Todos los productos de este laboratorio tienen registro sanitario. Actualmente la empresa maneja ocho líneas: cardiorrespiratorio, estimulantes y vitaminas, sistema digestivo, sistema renal, sistema inmunológico, sistema óseo muscular, belleza y adelgazamiento.

    En cuatro décadas de trabajo, Julguer ha obtenido reconocimientos por el desarrollo de productos de calidad, como el reconocimiento The Bizz Awards, que recibió en el 2006 por parte de la corporación estadounidense World Confederation of Business (Worldcob).

    Además, en 2008, 2010, 2011 y 2012, obtuvieron el premio a la mejor empresa en América Latina, otorgado por la Asociación Brasileña de Incentivos a la Calidad.

    Jorge Vittori, médico naturista que trabaja con los productos de Julguer, explica que estos productos son regenerativos y de prevención. «En 30 días se ven los resultados en la salud».

    José Luis Zambrano es propietario de tiendas naturistas El Polen, en Manabí y trabaja con los productos de Julguer hace más de 13 años. «Supe de sus productos cuando trabajaba en una tienda naturista. Ahora tengo mi negocio propio en cuatro ciudades de Manabí y ellos son mi principal proveedor. Se venden muy bien porque tienen buena calidad y la gente ve buenos resultados».

    Más información

    En línea. La empresa incursionó en las ventas por internet, desde el sitio web www.laboratoriosjulguer.com

    Sello de calidad. La compañía cuenta con el sello Mucho Mejor, de la Corporación Mucho Mejor Ecuador, una suerte de marca país de consumo.

    La insignia

    «Soy testigo del crecimiento de esta empresa»

    Paola Márquez. Asistente Contable y del área de Gerencia


    Me gusta ser parte de esta empresa familiar porque hay un buen ambiente de trabajo, eso es importante. Yo entré a trabajar aquí hace unos nueve años más o menos, y he visto como ha ido cambiando la planta, he sido testigo del crecimiento de esta empresa ecuatoriana.

    También soy cliente de la empresa, he probado los productos de la línea para bajar de peso y sé que son buenos.

    Trabajo en el área contable y también soy asistente de gerencia. Hasta ahora me ha ido muy bien, porque mi jefa, la señora Pilar, es una buena persona, es del tipo de jefa que se convierte en tu amiga, conversa con sus empleados siempre con respeto y apertura.

  • En Ecuador, 177 laboratorios tienen acreditación oficial

    El Organismo de Acreditación Ecuatoriano (OAE) -que avala el profesionalismo de los organismos de evaluación de conformidad- ha acreditado a 177 laboratorios clínicos, de ensayo y de calibración, según su página web.

    Estos laboratorios forman parte de los organismos de evaluación de conformidad que verifican mediante pruebas y ensayos la calidad de los productos, servicios, materiales, procesos y sistemas que se ofertan en el Ecuador y si cumplen con normas y reglamentos técnicos.

    En estos centros se realizan ensayos y pruebas sobre la calidad de alimentos, productos cosméticos, agroquímicos, cables y fluidos. Además, verifican el impacto ambiental de emisiones gaseosas y acústicas, en aguas y suelos de diversos procesos industriales, entre otros.

    Del total de laboratorios acreditados ante la OAE, el 81% se encuentra en Quito y Guayaquil. Estos también sirven para la emisión de certificados de conformidad, que desde finales del año pasado pide el Gobierno para la importación de productos al mercados nacional.

    Estos certificados verifican que los productos importados cumplan con los estándares de calidad del Inen.

    En esta tarea está el Laboratorio de Televisores Digitales con el estándar Isdb-T de la Escuela Politécnica del Ejército (Espe), a cargo del especialista en Televisión Digital, Gonzalo Olmedo.

    Este laboratorio es el único calificado en el país para verificar que los televisores High Definition (HD) tipo LED y LCD cumplan con los estándares de calidad determinados en el reglamento 83 del Inen, para que puedan recibir un certificado de conformidad que permita su producción o importación.

    Hasta el momento, el laboratorio ha realizado pruebas en 94 modelos HD nacionales e importados. En el proceso, se verifica el cumplimiento de al menos 10 variables del electrodoméstico.

    En principio, se analizan los accesorios, el tipo de pantalla, su hardware y software, ya que estos nuevos televisores son computadoras compuestas de tarjetas electrónicas y memorias.

    Además, se realizan pruebas para identificar si el modelo puede lidiar con las interferencias de los canales y si la calidad de recepción, tanto de la imagen como del audio, es óptima.

    La Facultad de Ingeniería Electrónica de la Espe se preparó durante dos años para levantar este laboratorio.

    Fabián Sáenz, especialista de la Espe en certificación, indica que en pocas semanas el laboratorio también podrá verificar si los televisores cumplen con los estándares de eficiencia energética.

    Añade que hasta finales de año tendrán la capacidad de verificar estos estándares en otros electrodomésticos.

  • La calibración de los equipos es importante

    El Laboratorio de Ensayos Metrológicos y de Materiales (Lemat) de la Escuela Superior Politécnica del Litoral ha realizado pruebas de ensayo y calibración a más de 1 500 productos.

    Este centro de análisis fue creado en el 2003 y desde el 2011 cuenta con la acreditación del Organismo de Acreditación Ecuatoriano (OAE).

    El Lemat tiene unos 500 clientes al año (en promedio) y realiza pruebas de materiales de plástico, como fundas y tuberías; de acero; de caucho; cerámica y una serie de productos. Incluso, también tiene clientes internacionales de Perú, Brasil y Colombia.

    Rodrigo Perugachi, director ejecutivo de este laboratorio, destaca la importancia de las pruebas de calidad y ensayos. «Un equipo mal calibrado puede representar millones de dólares en pérdidas en una empresa o la falta de resistencia del material que cubre un producto puede dañar su imagen en el mercado», dice.

    Hasta ahora, el Lemat ha invertido USD 3 millones en maquinaria especializada para realizar las pruebas.

    Por ejemplo, tiene una máquina hidroelástica que mide la presión y resistencia de una tubería en el agua. Existe otro aparato en el que se mide la resistencia del acero y del caucho.

    Como este laboratorio, en Guayaquil existen otros 56 acreditados por la OAE que corresponden al sector público, privado y universitario. Estos, son centros calificados para realizar pruebas de ensayos o calibración en productos alimentarios, aguas y suelo; petróleos y derivados; caucho vulcanizado, entre otros…

    En La Libertad (provincia de Santa Elena) existen dos laboratorios, ambos de le empresa pública Petroecuador.

    El Instituto Nacional de Pesca (INP) cuenta con cinco laboratorios que miden la calidad de un producto. Entre ellos uno de Análisis Químico y Microbiológico de Alimentos y el otro para ensayos de Productos de Uso Acuícola.

    Estos son parte del proceso de Aseguramiento de la Calidad Pesquera, Acuícola y Ambiental (Acpaa) del INP. Allí se realizan análisis a los productos pesqueros y de acuacultura de consumo humano directo, como pescados, crustáceos y moluscos. Principalmente a los productos destinados a la exportación.

    Al menos unas 40 empresas del sector pesquero y acuacultor son los principales clientes de estos laboratorios. También se realizan análisis a insumos y materias primas utilizadas en la acuacultura, como harinas de pescado, camarón, alimentos balanceados, mezclas y premezclas.

    En Guayaquil, solo dos universidades están aprobadas por la OEA. Además de la Espol, que tiene dos laboratorios certificados, está también la Universidad de Guayaquil que cuenta con tres laboratorios. Dos de ellos están acreditados en el campo ambiental, aguas y suelo y el tercero en petróleos y derivados.