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  • Priscila Kon: ‘Las madres valoran a las empresas que piensa en ellas a diario’

    Carolina Enriquez

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Lograr que la mujer que trabaja se sienta empoderada, tranquila y con facilidades para cuidar a su familia es lo que Priscila Kon logra día a día con su trabajo.

    Es ingeniera comercial, con mención en marketing, y los recursos humanos le apasionan. Su pregrado lo obtuvo en la Universidad Católica (PUCE).

    Posteriormente, estudió una especialización en Dirección de personas y talento humano en la Universidad Andina Simón Bolívar. Ha hecho cursos en áreas como el marketing digital.

    Laboró en empresas públicas y privadas en administración y recursos humanos. También aportó en la consultora Contractus y ahora se halla en Lactarum.

    “Es un proyecto que me encantó y me enganchó muchísimo. Me conectó mucho como madre. Colaboro con sus fundadores: Margarita Orellana y José Luis Toral como aliada comercial, en Quito”.

    La empresa fabrica lactarios armables y portátiles, que los venden a empresas. Vienen equipados con sillas, conexión eléctrica para colocar los extractores de leche, dispensador de gel antibacterial, refrigerador, toallas, etc.

    Trabajo y lactancia

    “Una empresa se beneficia de una madre que trabaja enrolada, vinculada y empoderada con su sitio de trabajo. Al ofrecerles un espacio adecuado para la lactancia se genera un compromiso entre la firma y la mujer. Se vuelven empleadas más productivas.

    Estás tranquila porque sabes que tus hijos están bien y continúan con su lactancia. Sabes que la empresa está pensando en ti, te está dando calidad para que se siga con ese proceso materno.

    Como empresa es importante, también, dar capacitaciones con relación a este tema porque muchas mujeres que vuelven a su trabajo necesitan conocer detalles sobre los beneficios de la lactancia, cómo extraer la leche, sensibilización, entre otros.

    Nosotros como empresa no solo vendemos lactarios, sino damos charlas dentro de las organizaciones con relación a esta temática. Somos una firma social.

    Mi trabajo actual ha sido una sanación en mi vida porque como madre trabajadora sentí el dolor de tener que volver a trabajar y dejar a mis hijos al cuidado de otras personas. A veces las madres no estamos bien informadas y preparadas para esta etapa.

    Se necesita preparación, ayuda adecuada, familia y pareja que sostenga, etc. A veces en el trabajo no se encuentran ese apoyo y es por eso que muchas mujeres lo dejan o interrumpen la lactancia. Es una bendición apoyar a trabajadoras y empresas.”.

    La dirección

    “Hay pocos campos en los que la mujer ocupa puestos directivos. Estamos, ahora, rompiendo las barreras laborales existentes.

    Hay áreas en las que sí hay trabajadoras liderando como en la de talento humano. No sé si es porque somos más sensibles, por un rol protector, etc. Cuando inicié, hace mucho tiempo, no me costó vincularme laboralmente. Pero, creo que es fundamental el conocimiento, la actitud y la predisposición para lograrlo. Hay que estar en formación permanente.

    Hay muchas personas que en las empresas quieren abusar de nuestro rol como mujer. Quieren imponerse. Sin embargo, somos inteligentes y hábiles para salir adelante en el ámbito laboral. Creo en los equipos mixtos de trabajo. Tanto mujeres como hombres tenemos capacidades y habilidades diversas, no siempre las mismas oportunidades”.

    Empresa y familia

    “El equilibrio entre trabajo y familia depende de cómo uno se organice. En una época, por ejemplo, yo me enfoqué mucho en el trabajo. Luego comprendí que es necesaria una red de apoyo y de un cambio de las leyes.

    Hoy se está impulsando el teletrabajo y creo que es una tendencia que va a crecer. Las empresas deben organizarse de otra forma.

    No es más productivo el trabajador que se queda hasta más tarde, sino el que cumple sus tareas. Esto beneficia a las familias, que son el núcleo de la sociedad.

    Apoyar la lactancia es otra forma de apoyo. También lo son las jornadas de trabajo parciales y las capacitaciones permanentes para las trabajadoras de una empresa.

    Hay veces que las madres nos quedamos en la casa y dejamos de prepararnos. Las compañías pueden apoyar en la formación de las mamás; ahora hay alternativas como la educación en línea.

    He escuchado la iniciativa de algunas empresas que están dando formación a bajo costo en áreas como marketing digital, manicura, etc. Estos oficios no solo sirven para que sea un trabajo, sino como una vía de desestrés”.

    Datos

    Familia. Tiene tres hijos de nueve, siete y cuatro años. Le gusta pasar con ellos. Tienen un espacio de lectura para impulsar el conocimiento.

    Fe. Está vinculada al grupo católico Emaús. Tiene una fuerte unión con su comunidad. Le apasiona mucho servir a personas que lo necesitan.

    Ideas. Las madres tienen una carga de trabajo muy alta, tanto en las empresas como en el hogar. Son importantes las actividades lúdicas porque las ayudan a salir de la tensión.

    Priscila Kon, administradora de empresas, experta en recursos humanos, colabora en una firma que impulsa la lactancia materna laboral. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Priscila Kon, administradora de empresas, experta en recursos humanos, colabora en una firma que impulsa la lactancia materna laboral. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • La lactancia es una oportunidad para sus diseños

    Redacción Quito

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    Con un capital de USD 100 y motivada por las necesidades que tienen las madres de niños lactantes Lisbeth Jaramillo desarrolló su emprendimiento Ser Mamá.

    Desde hace ocho meses ella comercializa prendas de vestir casuales, de trabajo y de coctel para mujeres que estén en período de lactancia. Jaramillo desarrolló esta idea de negocio tras un recorte de personal en el sector público al poco tiempo de regresar de su permiso de maternidad.

    Encontró una persona dedicada a la costura quien le ayudó a desarrollar vestidos, enterizos, blusas, etc., que sean funcionales para las mujeres que deben alimentar a sus niños, pero que a la vez les hicieran lucir lindas y elegantes.

    Apenas lanzó el producto tuvo aceptación. En 15 días se vendieron las 12 blusas que tenía.
    Los diseños, además de ser elegantes y femeninos, ofrecen facilidades a las madres. Tienen cierres en la zona lateral de cada uno de los senos y otros cuentan con aberturas que permiten tener más flexibilidad para la alimentación de los niños lactantes.

    Una de las barreras que enfrentan las madres es no poder ver a los hijos mientras les dan de lactar. Con ello es posible, sin mostrar mucho, tener un mayor contacto.

    La emprendedora, sin embargo, también ofrece otras facilidades a las madres. Ofrece su producto a través de redes sociales como Facebook, pero cuando le contactan viaja con sus prendas a la oficina o vivienda de la clienta. “La idea es que estén cómodas y puedan, al mismo tiempo, estar con sus hijos. No queremos que enfrenten las dificultades con las que se encuentran al ir a una tienda o un centro comercial”.

    El negocio ha ido creciendo y ahora la emprendedora ha llegado a invertir USD 9 000 en la producción de la ropa. Son diseños de moda y que casi no se repiten.

    Jéssica Proaño, quien tiene un bebé de año y medio, cuenta que la ropa de Ser Mamá le ha facilitado la vida. “Son cómodas y lindas. Es difícil encontrar ropa moderna de maternidad y lactancia en la ciudad. Uno, además, puede dar de lactar sin incomodarse”.

    Las prendas de Ser Mamá no solo se venden en Quito, sino que ya se conocen en otras zonas. Jaramillo ha viajado con su producto a Santo Domingo e Imbabura.

    En otras zonas del territorio las mujeres que deseen la ropa pueden comprar on line y se envía el producto. La emprendedora asesora a las madres con las tallas y los productos que les pueden lucir mejor.

    Otro de los aportes que brinda este negocio para las mujeres es el apoyo emocional y el hecho de compartir experiencias. Entre mujeres se ofrecen consejos para el cuidado de los niños, la tarea de ser madre y el trabajo.

    Ser Mamá es un negocio que están a favor de la lactancia materna. Jaramillo explicó que muchas madres que regresan a su trabajo disminuyen su cantidad de leche y, finalmente, dejan de alimentar a los hijos debido a las complicaciones de la extracción.

    Durante los primeros seis meses de venta este emprendimiento facturó alrededor de USD 6 000, según Jaramillo.

    Lisbeth Jaramillo es la propietaria de Ser Mamá. Sus prendas para madres que dan de lactar se encuentra hace ocho  meses en el mercado. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Lisbeth Jaramillo es la propietaria de Ser Mamá. Sus prendas para madres que dan de lactar se encuentra hace ocho meses en el mercado. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • ‘La lactancia y el temor a ser despedida’

    Arturo Castillo. Motivador y Profesor de técnicas psicorrelajantes

    En algunas empresas, embarazarse puede resultar, laboralmente hablando, embarazoso; tanto que puede resultar en despido. Y cuando el despido no ocurre de manera frontal, la mujer puede estar sujeta a circunstancias hostiles, a un clima laboral tenso, amenazante. El nerviosismo aumenta cuando tiene que guardar silencio acerca de su estado.

    Las dificultades se prolongan cuando la madre retorna a sus labores, cuando tiene que hacer uso de su horario espacial de lactancia. En muchos casos, la mujer vive un dilema cotidiano, con la sensación de que está haciendo algo indebido. A veces debe soportar la mirada crítica del patrono incomprensivo.

    En este contexto, la nueva Ley que aprueba 12 meses de horario especial por lactancia constituye una justa reivindicación para las mujeres. La incidencia social de esta garantía es importantísima. Justamente, uno de los temas que aqueja al mundo contemporáneo es la ausencia prolongada de la madre en el hogar, debido a las exigencias económicas, a las presiones del consumismo.

    No es mera especulación afirmar que la sociedad está dislocada justamente por la carencia de comunicación, afecto, cuidado y contacto físico entre madres e hijos, en una fase de la vida tan decisiva como es la infancia.

    El temprano destete, el ‘biberón de encargo’, consistente en dejar en un envase la leche materna para que alguien se encargue de dársela al ‘interesado’. El hecho de dejar al infante dormido y retornar a casa y encontrarlo dormido, al cuidado de personas no siempre confiables, constituyen son conductas crueles que son aceptadas.

    Respecto de la responsabilidad social que atañe a las empresas, muchas se quedan cortas, porque carecen de una filosofía del trabajo, porque no han explorado el sentido humanista del servicio; simplemente se han mentalizado, se han encerrado en su burbuja del debe y el haber.

    Ocasionalmente, cuando la parturienta se reincorpora a su trabajo, se encuentra con la desagradable sorpresa de que ‘ya no es necesaria’, que su puesto fue cubierto o que se le asignaron otras tareas. Obviamente, en esos casos, los departamentos de RR.HH. no cumplen con sus funciones a conciencia, no actúan como exige la ley, de modo que comprometen a la empresa, aunque crean que de esa manera agradan a sus jefes.

    Sabido es que las leyes no son, lamentablemente, una garantía; que quienes no están dispuestos a acatarlas encuentran modos imaginativos de burlarlas.El mejor antídoto es que, en este caso, toda mujer conozca sus derechos y beneficios, y los ejerza de manera resuelta, valiente.

  • Un negocio que se concibió en plena crisis económica familiar

    Redacción Quito

    Marlet García acababa de dar a luz a su tercer hijo cuando la estabilidad económica familiar se vino al suelo. Hace dos años, su esposo, Mauricio Vásconez, se había quedado sin trabajo, al quebrar la empresa donde laboraba. Angustiados, ambos buscaron alguna idea para sostener su hogar, que tenía, además, otros dos hijos.

    Marlet navegaba por horas en Internet tratando de encontrar algo. Hasta que leyó sobre una novedosa idea de ropa para madres que están en lactancia. Allí vio una gran oportunidad, porque en su recorrido por ginecólogos, pediatras y médicos nunca encontró ese producto. Y en el mercado tampoco había oferta.

    Ambos se pusieron manos a la obra. Sin haber aprendido en su vida ni siquiera a pegar un botón, García se lanzó al vacío. Fue donde su costurera y le explicó cómo quería las prendas. Durante seis meses realizaron pruebas, hasta que las prendas quedaron tal como ella quería. Y las bautizó como Mamisetas.

    Pero había que superar un obstáculo adicional: ¿cómo iniciar cuando no se tiene dinero para empezar? Fe. Enfocada en el éxito del emprendimiento, convenció a su esposo. Su suegro les ofreció que si vendían su auto les daría una comisión. Así obtuvieron los USD 600 para arrancar con la idea.

    Abrieron una cuenta en Facebook para promocionar los productos. Repartían volantes y las dejaban en los consultorios de ginecólogos y pediatras. Poco a poco, los clientes empezaron a llegar. Camisetas, vestidos, pijamas, multiusos (pijama y calentador), etc. se vendían uno por uno. Los pedidos se entregan a domicilio para que las madres en lactancia no se incomoden.

    «Nuestras prendas están elaboradas con tela ecuatoriana de alta calidad, con nuestros dos sistemas de fácil abertura, una debajo del pecho para poder levantar y la abertura cruzada también para un acceso rápido», asegura esta mamá emprendedora.

    Hace unos meses, Vásconez consiguió un empleo. Sin embargo, los números de Mamisetas van tan bien, que la opción de dedicarse totalmente al emprendimiento es una realidad cada vez más cercana.

    Entre los clientes hay satisfacción. Por ejemplo, Marcelo Herrera señala que las Mamisetas «están superchéveres». Hizo su pedido para llevarse las prendas a Galápagos, donde vivirá con su pareja próximamente. Más datos

    El negocio. Entre 300 y 400 mamisetas mensuales se comercializan. Las prendas cuestan desde los USD 22.

    El mercado. Están en Quito. Abrirán en Guayaquil, Riobamba y Ambato.

    USD 6 600 mensuales puede facturar como mínimo esta microempresa quiteña.