Etiqueta: Latinoamérica

  • Un encuentro que unirá Silicon Valley con América Latina

    Carolina Enriquez

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    Identificar oportunidades, analizar la forma de elaborar estrategias innovadoras para mantenerse en la vanguardia de la tecnología y reinventar un negocio en la nueva normalidad, todo de la mano de líderes de Silicon Valley y América Latina, es lo que encontrarán quienes participen en puntoSUR LAT-AM.

    El encuentro, que tendrá como eje central el tema de tecnología, negocios e innovación en la nueva normalidad, se llevará a cabo en vivo, a través de Internet, el 27 y 28 de mayo del 2020.

    puntoSUR es un centro de reuniones en línea y presencial en América Latina, en el que representantes tecnológicos y empresariales se reúnen todos los años a compartir ideas. Su objetivo es cerrar la brecha entre la región y Silicon Valley al invitar líderes e innovadores a compartir planteamientos con los integrantes del ecosistema ecuatoriano y regional.

    “En puntoSUR promovemos activamente una cultura de networking, intercambio de ideas, curiosidad y debates inspiradores entre start-ups, corporaciones, academia, inversores y otros agentes relevantes, todo con la finalidad de adoptar y aprovechar al máximo los cambios fundamentales que están ocurriendo en el sistema de negocios latinoamericano”, indica este centro.

    Entre las ponencias que estarán disponibles se hallan las de H. James Wilson y Eduardo Plastino de Accenture, quienes contarán de sus experiencias investigando sobre Inteligencia Artificial, y de las estrategias innovadores que Accenture pone en práctica para mantenerse a la vanguardia de la tecnología.

    También se espera que Pascal Finette, de Singularity University, brinde su punto de vista sobre cómo navegar el presente para construir un futuro mejor. Acerca de los avances en tecnología, expondrán Domingo Guerra, Luis Arbulu, Luis Carchi, y Santiago Siri

    Además Bernardo Polo, Héctor Galarza, Luis Duval y Roberto Estrada compartirán sus puntos de vista sobre cómo las empresas podrían sobrevivir, crecer y competir en el mercado global una vez que la lucha contra covid-19 termine.

    Las ponencias se realizarán de 08:45 a 13:10.

    El encuentro, que tendrá como eje central el tema de tecnología, negocios e innovación en la nueva normalidad, se llevará a cabo en vivo, a través de Internet, el 27 y 28 de mayo del 2020.
    El encuentro, que tendrá como eje central el tema de tecnología, negocios e innovación en la nueva normalidad, se llevará a cabo en vivo, a través de Internet, el 27 y 28 de mayo del 2020. Foto: http://www.puntosurlatam.com/
  • El emprendedor de América Latina acusa el impacto del covid-19

    Redacción Quito

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    El impacto del covid-19 ha sido intenso y más de la mitad de las empresas jóvenes ha dejado de vender; 25% de ellas cuentan con créditos bancarios para financiarse ante la crisis; solo 10% cuentan con apoyo de cualquier índole de las organizaciones del ecosistema emprendedor.

    Esas son las tres principales conclusiones que trae el estudio ‘Los ecosistemas de emprendimiento de América Latina y el Caribe frente al covid-19: Impactos, necesidades y recomendaciones’, elaborado y presentado por el BID en alianza con la Global Entrepreneurship Network.

    El documento se hizo público la semana pasada. Para obtener los resultados mencionados y otros se encuestó a 2 232 emprendimientos en 19 países, y a 429 instituciones de apoyo a los ecosistemas de emprendimiento en 18 países.

    En el capítulo correspondiente a impactos del covid-19, el reporte indica que las medidas de distanciamiento social para contener la pandemia “están afectando a las empresas, ya sea por la reducción verificada en la demanda de bienes y servicios, como por la menor disponibilidad de insumos y mano de obra”.

    El impacto en los emprendimientos y las empresas jóvenes es notable, según el documento. La mitad de los emprendedores encuestados que aún no habían puesto en marcha su emprendimiento interrumpieron el proceso. Y un 53% de los que ya vendían, dejaron de hacerlo. Si a ello se suman los que han sufrido caídas importantes de sus ventas, es posible constatar que ocho de cada 10 están siendo fuertemente afectados por la crisis.
    Asimismo, un 84% ha visto muy deteriorado su flujo de fondos y un 75% redujo su actividad productiva (la mitad ha tenido que detenerla).

    Los impactos causados por la pandemia trascienden los indicadores de gestión. Por ejemplo, dos de cada tres emprendimientos han visto decaer significativamente el ánimo del equipo emprendedor. Esta situación también alcanza a sus empleados, inclusive de forma más pronunciada (71%).

    ¿A quiénes está afectando más intensamente la situación? Entre las empresas que están en el mercado, las más afectadas son las de menor trayectoria. “Dejaron de vender casi dos tercios de las que tienen hasta 12 meses de vida, frente a algo menos de la mitad de las que tienen al menos tres años”, señala el reporte.

    El impacto de la crisis sobre el flujo de fondos también es un tanto más acentuado entre las mismas: un 66% en las que tienen hasta 1 año de vida; un 61% en aquellas con una antigüedad de entre uno y 10 años, y un 45% en las firmas de más de 10 años.
    De forma similar, la crisis afecta la reducción de la actividad productiva (51%, 44% y 36%, respectivamente).

    Por su parte, los emprendimientos del sector tecnológico y las empresas jóvenes más dinámicas estarían recibiendo el impacto en términos menos pronunciados, hasta ahora. El 29% de las tecnológicas o ‘start ups’ dejó de facturar, un porcentaje muy inferior al de sus pares del turismo y el entretenimiento (88%), así como al del promedio general (53%). Otro tanto ocurre con las empresas jóvenes dinámicas, esto es: aquellas que habían alcanzado cierto tamaño en su trayectoria previa a la crisis. Solo un tercio de las mismas había dejado de vender.

    Las demandas de los emprendedores pueden agruparse en tres ejes: Recursos financieros para amortiguar la caída de ingresos. Esto incluye los aportes no reembolsables de capital semilla y créditos en condiciones muy ventajosas para reforzar la caja de los emprendimientos.

    También se aplica la disminución de erogaciones para mejorar el flujo de fondos en el corto plazo. Esto incluye el cofinanciamiento de salarios, la postergación del pago de impuestos y la reducción de tarifas de servicios, así como también la facilitación en materia de normativa laboral. Y el tercer eje es la tonificación de la demanda. Esto incluye compras del Estado, así como también otras acciones para captar las soluciones propuestas por los emprendedores ante los desafíos sociales.

    La mitad de los emprendedores encuestados que aún no habían puesto en marcha su emprendimiento interrumpieron el proceso. Y un 53% de los que ya vendían, dejaron de hacerlo.
    Imagen referencial. La mitad de los emprendedores encuestados que aún no habían puesto en marcha su emprendimiento interrumpieron el proceso. Y un 53% de los que ya vendían, dejaron de hacerlo. Foto: Pixabay
  • El covid-19 afecta más a Latinoamérica

    Giovany Astudillo

    La pandemia del covid-19 golpeará de forma importante a la economía de Latinoamérica, de acuerdo con un análisis del IE Business School, la escuela de negocios con sede en Madrid.

    La investigación destaca el pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI), que establece una contracción del 5,2% del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe en 2020. Es una caída desconocida en los últimos 70 años, dijo el profesor de Economía del IE, Juan Carlos Martínez. “Para hacerse una idea, la mayor contracción desde 1951, tuvo lugar en 1983, cuando la actividad económica disminuyó un 2,8%, mientras que, en 2009, el año de la Gran Recesión, solo retrocedió un 2%”.

    Él dijo que, hasta ahora, el covid-19 no afectó a los países de la región con la misma intensidad como en la mayor parte de Europa o EE.UU. Eso puede significar que lo peor aún no ha llegado o, que las medidas de confinamiento que se tomaron en la mayoría de los países con prontitud, están sirviendo para frenar el virus.

    Pero consideró que el impacto económico en Latinoamérica será mayor que en otras regiones. En primer lugar porque fue el territorio con un menor crecimiento en 2019, con 0,1%. La reducción del precio de las materias primas, la guerra comercial entre China y EE.UU., la crisis argentina y el estallido social que afectó a varios países, “pasaron factura a unas economías que, en su mayor parte, venían perdiendo fuelle desde que acabó el superciclo de precios de materias primas, allá por 2014”. Para ilustrar, el PIB per cápita regional pasó de crecer 2% anual entre el 2000 y 2014 a caer 0,6% promedio del 2015 al 2019.

    Martínez
    explicó que, si las materias primas ya estaban en 2019 lejos de los precios que tuvieron hasta 2014, la llegada del covid-19 agudizó su desplome. El precio del cobre cayó más del 15% desde principios de año y el petróleo tuvo su mayor caída este mes.

    También bajaron las exportaciones de manufacturas. Otro problema será la disminución de las remesas, que llevaban 10 años aumentando, según el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos. En 2019, casi alcanzaron los USD 100 000 millones, de los cuales el 80% salió de EE.UU. Los países que recibieron mayores cantidades en 2019 fueron México con USD 36 000 millones y Guatemala con 10 508 millones.

    El año pasado, el Ecuador recibió USD 3 234 millones. Esa cantidad fue la segunda mayor de los últimos 20 años, solo superada por la que enviaron los emigrantes en el 2007, que alcanzó los USD 3 335 millones. Para el 2020, el Gobierno estima una reducción de cerca de 570 millones.

    Para los emigrantes, afirmó Martínez, será más difícil seguir enviando dinero a sus familias, lo que reducirá los niveles de consumo en sus países de origen. Y eso sin contar con los cientos de miles de inmigrantes ilegales que se están quedando sin ingresos.

    Por último, dijo Martínez, Latinoamérica se enfrenta a una importante salida de capitales. Más de USD 90 000 millones abandonaron los mercados emergentes de bonos y acciones por la mayor aversión al riesgo y a la desconfianza sobre los efectos del virus.

    “La fuga de capitales, las menores entradas de divisas por exportaciones, turismo y remesas, dibujan un panorama preocupante, que se podría traducir en tensiones”, señaló Martínez.

    IE Bussines School, que tiene su sede en  Madrid,  cuenta con sistemas como el WOW Room para dictar clases virtuales durante la pandemia.
    IE Bussines School, que tiene su sede en Madrid, cuenta con sistemas como el WOW Room para dictar clases virtuales durante la pandemia. Foto: Giovanni Astudillo / LÍDERES
  • Una terminal de contenedores con alta productividad

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    La terminal de contenedores de Moín, ubicada en Limón, en el Caribe de Costa Rica, cumplió un año de funcionamiento en el que ha atendido más de 1 100 barcos y, según la empresa a cargo, se encuentra entre las más productivas de Latinoamérica.

    La operadora APM Terminals indicó que el puerto se encuentra entre las terminales con mejor productividad y que su desempeño es comparable o incluso mejor que algunas de Europa y EE.UU.

    Los datos de la compañía indican que en este primer año de operación ha movilizado cerca de 1,2 millones de TEUs, unidades equivalentes de 20 pies.

    “Durante este tiempo hemos alcanzado hitos relevantes como la apertura de nuevas rutas, el mejoramiento constante de servicios directos hasta China, el aumento de eficiencia portuaria, el incremento en competitividad y la atracción de buques con mayor capacidad, lo que ha sido posible gracias al talento limonense, el plan de implementación y el esfuerzo de colaboradores”, dijo el director general de APM Terminals, Hartmut Goeritz.

    Las autoridades destacaron que el tiempo de atención a los barcos se redujo a un tercio, es decir, un buque que antes demoraba 30 horas en operación ahora lo hace en diez horas, sin tiempo de espera en bahía, ya que se trabaja con ventanas de atraque predefinidas.

    Además, la terminal de contenedores indicó que realiza, en promedio, 26 movimientos por hora por grúa, “superando incluso terminales en Latinoamérica con similar infraestructura y más tiempo de experiencia”.

    La puesta en marcha de las actividades ha permitido generación de 1 000 empleos nuevos, entre empleados directos y cooperativas, mientras que más del 95% de estos colaboradores son de la provincia de Limón.

    “A corto plazo nuestro enfoque está en aumentar aún más los niveles de productividad, que este año superaron lo establecido en el contrato y trabajar de la mano con nuestros clientes y autoridades para continuar simplificando, a través de la digitalización, los procesos de comercio exterior, área en la que vemos una oportunidad importante”, agregó Goeritz.

    Aunado al incremento en la productividad, la compañía explicó que trabaja con un programa de seguridad enfocado en atacar las cinco principales causas de incidentes en la industria portuaria: transporte, trabajo en alturas, cargas suspendidas, control de contratistas y energía acumulada.

    APM Terminals manifestó que como parte de su expansión, el compromiso contractual es comenzar con la siguiente fase de ampliación del puerto cuando se alcance un volumen anual de 1,5 millones de TEUs, lo cual se proyecta que será una necesidad en un plazo de cuatro a seis años.

    La terminal de contenedores de Moín ocupa unas 80 hectáreas con un muelle de 650 metros y una profundidad de 14,5 metros, indicó la empresa a cargo.

    En un primer año de operación la terminal de contenedores ha movilizado cerca de 1,2 millones de TEU’s, unidades equivalentos a 20 pies. Foto: Cortesía Twitter APM Terminal Moín
    En un primer año de operación la terminal de contenedores ha movilizado cerca de 1,2 millones de TEU’s, unidades equivalentos a 20 pies. Foto: Cortesía Twitter APM Terminal Moín
  • Una oportunidad histórica para concretar reformas fiscales

    Luis Alberto Moreno, presidente del BID

    Si bien las protestas que han sacudido a varios países latinoamericanos y caribeños estallaron ostensiblemente contra decisiones de gobiernos como las alzas de precios del transporte público, su motivo fundamental es la frustración popular por la persistencia de la desigualdad.

    Aunque en todas las sociedades hay disparidades entre ricos y pobres, éstas son mucho más pronunciadas en nuestra región, que cuenta con ocho de los 20 países más desiguales del mundo.

    En las naciones industrializadas, los impuestos y el gasto social han demostrado ser herramientas eficaces para reducir la inequidad. En los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), por ejemplo, estas políticas reducen la disparidad de ingreso disponible en un promedio de casi 40%.

    En contraste; en América Latina los impuestos y el gasto social reducen la desigualdad en apenas 5%, en promedio.

    En parte, esto se debe a que los gobiernos latinoamericanos recaudan proporcionalmente menos por impuestos y gastan menos en servicios sociales que los países de la OCDE. Pero también es porque las políticas fiscales son menos progresivas en nuestra región y porque la calidad de nuestro gasto público aún es muy mala.

    Del lado de los ingresos, América Latina y el Caribe recaudan 23,3% del PIB mediante impuestos, comparado con 34,4% en países de la OCDE (Argentina y Brasil son notables excepciones porque recaudan algo más que el promedio de la OCDE). Dado que casi la mitad de los trabajadores en América Latina están en la economía informal, la recaudación por impuestos a los ingresos es baja. Pero incluso en el decil de ingresos más altos, la gente paga apenas 4,8% de sus ingresos en impuestos sobre la renta, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. En la Unión Europea, dicha cifra es casi cuatro veces mayor, y el contribuyente del decil más alto paga un promedio de 21,3% de sus ingresos.

    Durante décadas, los gobiernos latinoamericanos han optado por gravar el consumo, por ejemplo, con el impuesto al valor agregado, como su principal fuente de ingresos. Estos impuestos, aunque son fáciles de recaudar, tienden a ser regresivos, dado que los hogares más pobres dedican una mayor proporción de sus ingresos al consumo. En nuestra región, los impuestos como el IVA representan en promedio el 48,5% de la recaudación total, comparado con 32,4% en la OCDE.

    Esta distorsión se magnifica por el hecho de que, en nuestra región, el gasto social además tiende a favorecer a los ricos. En promedio, el 75% del gasto social se concentra en pensiones que benefician a familias de ingresos medianos y altos además de en subsidios y productos
    que los hogares de bajos ingresos consumen menos, como la educación universitaria y la gasolina.

    Hasta los programas sociales específicamente diseñados para favorecer a los más pobres, como las transferencias monetarias condicionadas a la escolarización de los niños, padecen de “fugas” que permiten que algunas familias de mayores ingresos reciban beneficios indebidamente. En promedio, 40% de tales recursos terminan en los bolsillos de personas que no están en la pobreza.

    Los servicios sociales no basados en transferencias monetarias, como la educación y la salud, han mejorado muchísimo el bienestar humano en la región. Pero los resultados y la calidad de esos servicios siguen siendo tremendamente desiguales.

    En evaluaciones internacionales como las pruebas PISA, los resultados educativos de América Latina figuran entre los peores en las tablas internacionales. Sólo quienes pueden costear colegios privados se desempeñan mejor. Y la tasa de mortalidad infantil entre los pobres duplica la de los ricos.

    No podemos postergar más el tipo de reformas que hagan más progresivas nuestras políticas fiscales, ya sea evitando “fugas” en programas existentes o eliminando ventajas impositivas que principalmente benefician a grandes firmas o a familias pudientes.

    Muchos de nuestros gobiernos hoy cuentan con sistemas de información fiscal y social que harían mucho más factibles tales reformas que en el pasado. Aunque siempre habrá intereses creados que se opondrán a tales cambios, la crisis actual nos da una oportunidad para generar el tipo de consenso necesario para encarar reformas audaces.

    Hace pocos años, México aprovechó un momento similar para poner en marcha una reforma impositiva progresiva como parte de un amplio acuerdo multipartidario. Los ingresos fiscales aumentaron en un notable 3,4% del PIB sin que fuese necesario aumentar significativamente el IVA. En cambio, recortaron los subsidios que beneficiaban a los ricos u aumentaron los impuestos a los ingresos y a los dividendos de acciones. Como resultado, el 70% de lo recaudado por esta reforma vino del 20% más rico de la población.

    No hay razón para pensar que un esfuerzo igualmente ambicioso no funcionaría en otros países de la región, incluso cuando las circunstancias particulares varíen de país en país. De México a Chile, la gente clama por el cambio. El BID ha apoyado muchas reformas fiscales y de egresos que ayudaron a aumentar la calidad del gasto público. Estamos listos para ayudar a los gobiernos a emprender ese camino.

    Manifestantes y Carabineros se enfrentan el viernes 14 de febrero del 2020 en las inmediaciones a la Plaza Italia, en Santiago (Chile). América Latina cuenta con ocho de los 20 países más desiguales del mundo. Foto: EFE
    Manifestantes y Carabineros se enfrentan el viernes 14 de febrero del 2020 en las inmediaciones a la Plaza Italia, en Santiago (Chile). América Latina cuenta con ocho de los 20 países más desiguales del mundo. Foto: EFE
  • Diez retos de Latinoamérica en 2020: En busca de un crecimiento fuerte

    Agencia EFE

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    Tras un 2019 que en términos de crecimiento ha ido de más a menos y va a terminar con la economía estancada -el FMI calcula un alza del PIB 0,2% y la Cepal del 0,1%-, América Latina afronta el nuevo año con la esperanza de la recuperación de su PIB, aunque los pronósticos vaticinan que será insuficiente para reducir la brecha con los países desarrollados.

    Estos son los principales retos para la región en 2020:

    1. Capear la desaceleración

    Con Argentina todavía en recesión, la marcha del PIB regional en 2020, que según el FMI crecerá el 1,8%, dependerá de México y Brasil. El primero viene de un frenazo ligado a la escasa inversión y las incertidumbres tras el triunfo de Manuel López Obrador y el T-MEC, que pese al acuerdo de 2018 no se firmó hasta de diciembre del año siguiente y aún debe ratificarse por los parlamentos de EE.UU. y Canadá.

    Brasil salió de la recesión en 2017 y no logra retomar su potencial de crecimiento, aunque medidas como la reforma de pensiones, las privatizaciones y liberalización de mercados mejorarán su deuda e impulsarán su economía el próximo año.

    2. Guerra comercial

    El FMI cifró en octubre pasado los efectos de la guerra comercial: EE.UU. y China crecerán en 2020 ocho décimas menos que en 2018 y arrastrarán consigo al resto del mundo, incluida Latinoamérica, que depende de los flujos internacionales y es muy sensible a la caída de actividad de la economía mundial y del gigante asiático, con el que cada vez tiene más lazos comerciales.

    Pese a que el acuerdo parcial de diciembre de 2019 ha dejado un buen sabor de boca en el final del año, la batalla arancelaria es impredecible y puede causar sobresaltos si se reactivan o anuncian nuevas medidas proteccionistas, como ha ocurrido con la intención de Donald Trump de reimplantar las tasas al acero y al aluminio procedente de Argentina y Brasil.

    3. Contestación social

    Las protestas sociales que viven varios países del continente ponen de manifiesto que la política económica no ha sabido o podido extender los beneficios de la estabilidad macroeconómica de los últimos años y crear sociedades más inclusivas y menos desiguales.

    La contestación puede llevar a los gobiernos a replantearse reformas impopulares y existe riesgo de caer en la parálisis ahora que la región sale del habitual parón económico y legislativo de los procesos electorales.

    En 2019 Argentina y Bolivia han celebrado elecciones con cambio en el poder en ambos; y han estrenado gobierno Brasil, México (Manuel López Obrador tomó posesión en diciembre de 2018) y, prácticamente, Colombia (Iván Duque accedió al cargo en agosto de 2018).

    4. Divisas

    La mayor percepción de riesgo debido a la incertidumbre y las protestas sociales han lastrado la cotización de las monedas locales, que han acelerado su depreciación y, en casos como el de Chile, ha sido necesaria la intervención en el mercado del Banco Central para combatir su caída.

    Sin embargo, excepto en el caso de Argentina, la inflación está bajo control, lo que deja margen para usar la política monetaria en favor del crecimiento económico, y las tres rebajas de tipos de interés de la Reserva Federal estadounidense (Fed) durante 2019, sumadas a la continuidad en la zona euro (las tasas del BCE están en el 0 % desde 2016) pueden ayudar a hacer más atractivas para los inversores las divisas latinoamericanas.

    5. Exportaciones

    Las economías de América Latina presentan un alto grado de apertura al exterior. El menor crecimiento mundial de 2019 ha afectado a la demanda y ha hecho mella en las exportaciones de Latinoamérica, que según las últimas previsiones de la Cepal caerán el 2%, lo que contrasta con el alza del 8,3% registrada en 2018.

    La esperada mejora económica de 2020 no garantiza un alivio automático de la situación, ya que el mal comportamiento de las exportaciones hasta ahora se explica por la caída de su valor y no por el volumen exportado.

    6. Materias primas

    Precisamente una de las principales vías de ingresos de América Latina procedentes del exterior son las materias primas que vende en a terceros, como el cobre, los hidrocarburos o los productos agrícolas.

    Tras un 2019 peor de lo esperado (el índice de precios de las materias primas del FMI cayó entre febrero y agosto de 2019 un 5,5%), las previsiones de los organismos económicos apuntan a que en 2020 los bajos precios continuarán debido a la menor demanda esperada por el bajo crecimiento global.

    7. Cuentas públicas

    Los déficit públicos de prácticamente todos los países de América Latina dejan sin margen a los gobiernos para actuar y la política fiscal durante el próximo año se centrará más en mantener las cuentas públicas bajo control que en apoyar el crecimiento.

    Las deudas públicas de la región no suponen un riesgo elevado salvo en Argentina, que tras el desplome del peso y la dificultad para captar fondos en los mercados por parte del país tuvo que reprogramar el calendario de pagos de su deuda.

    8. Inversión

    Ante la dificultad presupuestaria para acometer grandes planes de inversión públicos, los países tendrán que ser capaces de generar confianza para atraer al sector privado, tanto nacional como internacional, para que realice inversiones.

    La colaboración público-privada se va a imponer en 2020 y es posible que a lo largo del año se reproduzcan en otros países planes como el anunciado en noviembre pasado en México, que pretende movilizar unos USD 40 000 millones en 147 proyectos de infraestructuras.

    9. Productividad

    Los países latinoamericanos tienen un problema histórico de productividad y la región no avanza en este aspecto. Según un estudio del Banco de Desarrollo regional CAF, en 2017 los ingresos per cápita del grupo de países más avanzados de la región representaban entre el 20% y el 40% del de EE.UU., cifras que apenas han variado en décadas.

    Mejorar la productividad es garantía de un mayor crecimiento. Los gobiernos tienen que mejorar las regulaciones sectoriales de forma que garanticen la competencia, fomentar una asignación eficiente de los recursos y luchar contra la economía informal, que afecta a todos los sectores productivos.

    10. Mirando al medio plazo

    Es habitual que en la lista de recomendaciones para la región de los organismos económicos Latinoamérica figuren desde hace años una serie de cuestiones en las que trabajar a medio y largo plazo para explotar todo el potencial que tienen los países.

    Las inversiones en los sistemas educativos e infraestructuras, la incorporación de las nuevas tecnologías y la innovación a la escuela y la empresa o la configuración de instituciones públicas fuertes y respetadas son esenciales para lograr un crecimiento saludable, aunque su rentabilidad no será visible de forma inmediata. 

    Imagen del 27 de octubre de 2019, en Santiago de Chile. Las protestas sociales que viven varios países de Latinoamérica ponen de manifiesto que la política económica no ha sabido extender los beneficios de la estabilidad macroeconómica de los últimos años
    Imagen del 27 de octubre de 2019, en Santiago de Chile. Las protestas sociales que viven varios países de Latinoamérica ponen de manifiesto que la política económica no ha sabido extender los beneficios de la estabilidad macroeconómica de los últimos años y crear sociedades más inclusivas y menos desiguales. Foto: archivo / EFE
  • Felaban: se necesitan políticas de largo plazo

    Agencia EFE

    (I)

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    El secretario general de la Federación Latinoamericana de Banca (Felaban), Giorgio Trettenero, dijo la semana pasada que América Latina necesita con urgencia “políticas de largo plazo” que trasciendan los mandatos de cada Gobierno para asegurarse un crecimiento sostenido y atender las demandas sociales.

    Da igual que sean de derecha o de izquierda los Gobiernos, hay que llegar a acuerdos con una visión de largo plazo, dijo Trettenero antes de la clausura de la 53 Asamblea de Felaban que ha reunido en Hollywood (Florida) a 1 800 banqueros de todo el continente americano y de otras áreas.

    Trettenero indicó que el hecho de que los países latinoamericanos sean ahora los que menos crezcan del mundo tiene fundamentalmente que ver con que siguen “dependiendo de los commodities (materias primas)”, aunque también cuentan los “déficit en inversión y tecnología” y la situación internacional de incertidumbre por la guerra comercial EE.UU.-China y el “brexit”.

    Según el Fondo Monetario Internacional, América Latina crecerá solo un 0,2% este año, aún menos que en 2018, cuando creció 1%.

    La organización multilateral señala que los bajos precios de las materias primas, los capitales volátiles y la desaceleración de la economía mundial impactan negativamente los mercados de la región, que siente además los estragos de la crisis de Venezuela.

    Trettenero dice que América Latina está otra vez como en la conquista solo que ahora “la plata y el oro” no se cambian por espejitos y cuentas de colores sino por celulares o servicios.

    A su juicio, después de años de abandono y de firma de convenios comerciales bilaterales con países de otras áreas, hay que volver la vista al comercio intrarregional en busca de sinergias y de valor agregado.

    En Sudamérica ese comercio entre los países de la región significa el 17% del total, mientras en la Unión Europea es el 50%, el mismo porcentaje que en Centroamérica, que en este terreno es una “excepción” en América Latina.

    De acuerdo con Cepal, este año las exportaciones de la región van a caer un 2%, un dato que contrasta con el crecimiento del 8,3% registrado en 2018 y que se vincula en parte con la tensión comercial y económica entre China y Estados Unidos.

    Las consecuencias sociales del parón del crecimiento económico deben ser motivo de preocupación para los gobiernos, advierte Trettenero, quien, lejos de apuntar a teorías conspirativas, indica que las protestas populares tienen que ver con la “subida de las expectativas”.

    Su receta es “educación, educación y educación” y políticas a largo plazo para tener un crecimiento económico sostenido.

    Otros temas

    En la reunión anual de Felaban también se abordaron temas como la transformación Digital y el cambio exigido en la selección del talento humano, en temas como la Inteligencia Artificial y Robótica.

    Otro tema fue ¿Qué está por venir en material de regulación y supervisión en los tiempos de la pos-crisis financiera?

    El cambio climático también se analizó en el panel ¡Ser o no ser verde, esa es la cuestión! ‘El cambio climático una gran disrupción para el sector bancario’.

    El secretario general de la Federación Latinoamericana de Banca (Felaban), Giorgio Trettenero. Foto: EFE
    El secretario general de la Federación Latinoamericana de Banca (Felaban), Giorgio Trettenero. Foto: EFE
  • Entre desafíos, la región apunta al litio y al niobio

    Agencia EFE

    (I)

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    Latinoamérica apunta a la explotación de minerales codiciados por industrias como la tecnológica o la aeroespacial, como el litio y el niobio, aunque aún debe hacer frente a desafíos históricos como la minería ilegal, la gestión sostenible de los recursos o el reparto equitativo de la riqueza.

    La historia de Latinoamérica y el Caribe está intrínsecamente ligada a la industria minera y particularmente a la exportación de materias primas, uno de los pilares de la economía colonial y moderna. Hoy la región se mantiene como una de las principales reservas mineras del mundo, con una participación destacada en minerales metálicos como el litio (61%), el cobre (39%), el níquel (32%) o la plata (32%).

    Solo Brasil posee cerca del 90% de las reservas mundiales de niobio, mineral que se utiliza para hacer el acero más fuerte y ligero, mientras que Chile y Argentina son dos de los principales depósitos globales de litio.

    Chile es un país minero; allí se extrae una de cada cuatro toneladas de cobre que se producen en el mundo, lo que lo convierte en líder mundial (casi 5,8 millones de toneladas en 2018) por encima de Perú (casi 2,4 millones).

    El Salar de Atacama, al norte de Chile, posee las mayores reservas mundiales de litio, básico en la fabricación de baterías para teléfonos inteligentes, tabletas o vehículos eléctricos, aunque el país no es el principal productor, ya que Australia le superó en 2018.

    El director ejecutivo de la consultora Plusmining, Juan Carlos Guajardo, atribuye ese “sorpasso” a la regulación chilena, que declaró el litio mineral estratégico y limitó los derechos de explotación a dos empresas.

    Esto ha hecho que la industria chilena del litio pierda competitividad frente a países como Australia o Argentina, el tercer productor mundial y donde hay cerca de 40 salares en diversas fases, desde la exploración inicial hasta en etapa de construcción.

    “Los presupuestos exploratorios para el litio aumentaron más del 900% en los últimos tres años”, dice la secretaria de Política Minera de Argentina, Carolina Sánchez. Se prevé que el país alcance en 2024 exportaciones de litio por USD 1 200 millones.

    El litio también es uno de los proyectos estratégicos de Bolivia, donde “la inversión global” asociada a su explotación se aproxima a los USD 5 000 millones.

    El viceministro de Altas Tecnologías Energéticas, Luis Alberto Echazú, explica que unas 14 plantas para tratar sales de litio, materiales catódicos y producir baterías empezarán a operar en el país y cuando estén funcionando plenamente en un plazo de cinco años se prevé que generen esa misma cantidad de divisas anuales, aunque el proyecto total eleva su número hasta 40 fábricas.

    En cuanto al niobio, un mineral altamente valorado en la industria automotriz o aeroespacial, su producción se concentró en 2017 en los estados brasileños de Minas Gerais y Goiás.

    El Banco Mundial (BM) estima que para 2050 la demanda mundial de minerales estratégicos crecerá de manera significativa, con “aumentos extraordinarios” particularmente con el litio (965%), el grafito (383%) y el níquel (108%).

    “Si bien la creciente demanda de minerales y metales constituye una oportunidad para los países en desarrollo ricos en minerales, también representa un desafío: sin prácticas mineras climáticamente inteligentes aumentará el impacto negativo de las actividades mineras, lo que afectará a las comunidades vulnerables y al medioambiente”, alertó el Banco Mundial en mayo pasado.

    El impulso a los nuevos minerales convive con fenómenos históricos como la fiebre del oro, ligado en muchas ocasiones a la minería ilegal, que supone una amenaza para la Amazonía de Brasil.

    También en Bolivia está extendida la explotación de oro por cooperativas o asociaciones informales. El investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Alfredo Zaconeta, cifra en 400 las cooperativas auríferas que operan en los márgenes de los ríos del norte de Bolivia, en parte en zona amazónica.

    El salar de los Pastos Grandes, en Salta (al noroccidente de Argentina), en una fotografía reciente. Este país es el tercer productor mundial de litio, detrás de Chile y Australia.
    El salar de los Pastos Grandes, en Salta (al noroccidente de Argentina), en una fotografía reciente. Este país es el tercer productor mundial de litio, detrás de Chile y Australia. Foto: EFE
  • Carlo Enrico, presidente de Mastercard para América Latina: ‘Hay que enfocarse en los mileniales’

    Redacción Quito

    (I)

    El Presidente para América Latina y El Caribe de Mastercard conversó con LÍDERES sobre las nuevas formas de pagos electrónicos, el comportamiento de los consumidores y cómo Ecuador se suma a la tendencia de servicios financieros digitales.

    ¿Cuál es el futuro de los sistemas de pago, teniendo en cuenta que cada vez hay mayores innovaciones financieras a escala global?

    El futuro no está solo en los pagos. Estamos en un viaje y hemos construido una red mundial con varios socios en donde el componente digital es clave porque nos permite crear un ambiente diferente. Además, estamos exportando nuestra experiencia, capacidades, habilidades y tecnología en diferentes espacios. Por ejemplo, estamos trabajando en lo que llamamos una cámara de compensación, con pagos de banco a banco, un espacio nuevo que cada vez es más grande que el negocio de las tarjetas de crédito. Estamos añadiendo mucho valor a la sociedad, al sector de la banca, al retail, al contribuir con nuevas tecnologías. Otra área a la que apuntamos tiene que ver más con la tecnología, donde investigamos en temas como ‘blockchain’, inteligencia artificial, ‘big data’, donde Mastercard puede convertirse en un jugador global, así que pienso que hay una visión de la empresa de pasar del negocio de las tarjetas a los pagos y eventualmente a una de tecnología.

    Usted habla de nuevas tecnologías como ‘blockchain’. ¿Les interesa el segmento de las criptomonedas?

    Es un tema fascinante. Pero pienso que la experiencia hasta el momento no ha sido buena con algunas de estas criptodivisas, dado que hemos visto algunas que no perdurarán por su modelo, por la manera en que son encriptadas, por la manera en la que son diseñadas, por cómo son ofertadas al consumidor, por la volatilidad que han mostrado, por la cantidad de energía que se requiere para su funcionamiento… son muchas razones por las que no funcionarán. Pero aún así es un tema fascinante y llegarán nuevas monedas digitales y siempre estaremos abiertos a cooperar y participaremos en proyectos. No puedo anticiparme a su futuro, pero lo que sí puedo decir es que la tecnología ‘blockchain’ se quedará de manera permanente.

    la industria debe ser capaz de habilitar la tecnología para los bancos y ofrecer nuevas opciones de pago”
    «La industria debe ser capaz de habilitar la tecnología para los bancos y ofrecer nuevas opciones de pago». Foto: Julio Estrella / LÍDERES

    Con todas las nuevas tecnologías y facilidades, ¿cómo miran la evolución del usuario de servicios financieros?

    Existe una megatendencia que está cambiando esta industria. Los consumidores, los usuarios, son cada vez más sofisticados, demandan más servicios digitales y desean tener el control, quieren opciones. Esto se nota muchísimo en América Latina, la región que más rápido adopta servicios digitales y Ecuador está entre los principales países de la región que están en esta tendencia de servicios digitales. Ecuador registra un alto crecimiento en este tema, según el estudio ‘Digital Evolution Index de Master Card’. Así tenemos consumidores jóvenes que están en plataformas como de transporte, música, ‘streaming’, ‘retail’ y otros sectores. La demanda de servicios digitales crece mucho más rápido en América Latina.

    Allí se encuentran los mileniales. ¿Cómo cambió la manera de consumir con esta generación?

    Ellos quieren compartir su identidad, desean probar nuevas maneras de pagos sin recelo, son muy sensibles ante los precios y son muy digitales, por eso usan muchos dispositivos electrónicos, además quieren tener el control. Ante esto la industria debe ser capaz de habilitar la tecnología para los bancos y ofrecer opciones de pago a los consumidores como el ‘contactless’.

    ¿Qué posibilidades ofrecen estas nuevas tecnologías como ‘contactless’ , reconocimiento facial y otras?

    Puede haber 50 diferentes ideas y 50 sistemas de pago, pero hay que ver una tecnología que pienso que es la más cercana y la que más impactará a la industria desde el lado del banco y del consumidor: el ‘contactless’. Esta permite un pago sin contacto, sin pin, sin clave, sin una firma, rápida, sin papel, evita a los retail guardar una factura por años. Tan práctico que será un elemento clave para elevar la inclusión financiera. Además, los negocios estarán felices de incorporar esta tecnología en su relación con los compradores. La he usado para pagar el diario, comprar un café, etc. Será una nueva experiencia para el consumidor.

    ¿Cómo miran en MasterCard al Ecuador? ¿Qué tan dinámico es el consumo con tarjetas de crédito en el país?

    No tengo los detalles, pero Ecuador es uno de los países con los índices más bajos de penetración de pagos electrónicos. Solo 19% del total de consumos se hace con tarjetas de crédito. En América Latina la cifra está en 24% y en Europa llega al 48%. En los países nórdicos la cifra está en 95%, donde todos usan tarjeta. Hay muchas oportunidades en Ecuador y hoy en día hay mucho por hacer en masificar el uso en espacial en lo que es tarjetas de débito o para pagar por servicios como el transporte. Las tarjetas corporativas y comerciales tienen una gran oportunidad de desarrollarse en el país. También hay tarjetas prepago que son ideales para mejorar la inclusión financiera y para los mileniales. Es un producto sencillo de entender y de usar, en especial en temas como el ‘e-commerce’. El mercado cambiará entonces hacia más tarjetas de débito y prepago.

    Usted habla de la tecnología como factor de inclusión financiera. ¿Qué hace falta para que en un país como Ecuador la inclusión financiera sea mayor?

    La solución está en una combinación de elementos. Hay que tener más puntos donde se acepten tarjetas de crédito, en especial ahora que los costos de acceso son más bajos y con más seguridad. En segundo lugar pienso que con la evolución de las tarjetas se podrá ofrecer propuestas de valor muy grandes para las personas, para mileniales, para familias, para pequeños negocios. También hay que sofisticar la oferta para llegar a la mente y a los hábitos de consumo de las personas, y conocer mejor el comportamiento de los usuarios. Un tercer punto es cooperar con los gobiernos como socios estratégicos para generar una agenda a favor de la inclusión financiera. Se tratan de acciones concertadas. Y al final, pero con la misma importancia, está el enfoque en los mileniales, este segmento que no tiene miedo a usar una tarjeta porque la necesitan para comprar y para relacionarse. Ellos al ser digitales abrazarán los nuevos sistemas de pago que llegan más rápido que otros grupos de la población.

    Ecuador está entre los principales países de la región que están en la tendencia  de servicios digitales”
    «Ecuador está entre los principales países de la región que están en la tendencia de servicios digitales». Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Latinoamérica, atrapada en incapacidad para ser una región competitiva

    Agencia EFE

    Latinoamérica mantiene un rendimiento muy pobre en cuanto a competitividad, según el ránking que elabora anualmente el Centro Mundial de la Competitividad de la escuela suiza de negocios IMD, que este año revela una fuerte caída en el caso de Chile y problemas de fondo en Argentina, Brasil y México. Ecuador no aparece en el listado.

    «El problema de Latinoamérica en general es que se es muy reformista en el papel, pero luego es muy difícil llevar a cabo las reformas», dijo el economista Arturo Bris, al analizar el ránking global que elabora el centro que dirige.

    Chile, el país que este y en los últimos años ha sido de lejos el primero de la región en materia de competitividad, ha perdido siete posiciones y se sitúa en el lugar 42, un resultado que en parte se debe a las excesivas expectativas que se habían generado hacia él.

    «En la perspectiva de competitividad existe el factor gobierno nuevo que siempre beneficia a los países, y Chile y Argentina experimentaron una mejora por el efecto Piñeira o Macri, y en el caso de Chile particularmente ese efecto ya no está allí y es como si hubiese decepción», comentó Bris.

    El caso de Argentina es «menos visible» porque ya se encontraba en la parte baja del ránking, aunque este año esto se ha acentuado con una caída de cinco posiciones, lo que ha colocado a este país en el puesto 61, de un total de 63 analizados.

    «Ahora que llegan las elecciones se ve que el presidente (Mauricio) Macri no ha hecho mucho o no tanto como se esperaba», señaló el economista.

    Para Bris, «Brasil (puesto 59) es un caso perdido» y la profundidad de la crisis le hace pensar que «ha perdido una o dos generaciones, cuando en el momento en que pudo hacer las reformas adecuadas no las hizo».

    «Ahora Brasil simplemente trata de mantenerse a flote. Necesita una reforma masiva de educación, de infraestructuras, así como mejoras del sector público que reduzcan la corrupción y para todo esto un Gobierno nuevo no es suficiente, se necesita mucho más», continuó Bris.

    De México (lugar 50, uno por encima de 2018), el analista dijo que «existe la convicción de que reformar la economía será imposible», por lo que las políticas de corto plazo se perpetúan.

    Colombia ha sido el único país latinoamericano que progresó considerablemente en el ránking, al subir seis puestos hasta colocarse en el 52, lo que se debe a la mejora de la situación macroeconómica y al aumento de las inversiones, combinadas con buenas decisiones en cuanto a regulaciones.

    «Las mejoras son visibles en muchos indicadores, como evasión fiscal, transparencia del gobierno, estabilidad del tipo de cambio, adaptabilidad del gobierno a las condiciones económicas, legislación contra el desempleo» son todos indicadores subjetivos en los que Colombia ha mejorado.

    El nuevo ránking del IMD es liderado por Singapur, que ha desbancado a Estados Unidos de su habitual primer lugar.

    El éxito del primer país se atribuye a su avanzada infraestructura tecnológica, la preparación de su fuerza laboral, sus leyes favorables a la inmigración y las formas prácticas en que se promueven los nuevos negocios.

    Estados Unidos ha perdido el primer lugar de 2018 y de años anteriores (ahora está en tercer puesto, después de Hong Kong) porque el efecto inicial de entusiasmo generado por las políticas fiscales adoptadas por la Administración del presidente Donald Trump ha decaído, según el análisis del IMD.

    Aunque Estados Unidos siga dictando el ritmo en cuanto a comportamiento económico y de infraestructuras, su economía fue golpeada por los altos precios de los combustibles, una disminución en las exportaciones de tecnologías y fluctuaciones del dólar.

    Para Bris, los mercados se encuentran ante incertidumbres de talla por los rápidos cambios en la política internacional y en las relaciones comerciales, frente a las cuales sólo instituciones fuertes pueden garantizar la estabilidad que se necesita.

    Una finca en el municipio de Santuario, departamento de Risaralda, Colombia, el 9 de mayo de 2019. Colombia es el tercer productor de café, después de Brasil y Vietnam, y el primero del famoso café suave, de mayor calidad.  Foto: AFP
    Una finca en el municipio de Santuario, departamento de Risaralda, Colombia, el 9 de mayo de 2019. Colombia es el tercer productor de café, después de Brasil y Vietnam, y el primero del famoso café suave, de mayor calidad. Foto: AFP