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  • Tu queja no le importa a nadie

    Fernando Del Vecchio, Ph.D

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    Si quieres que la vida te ponga en el lugar adecuado, asegúrate de estar caminando.
    Es fácil quejarte porque la vida y/o el mundo no te hace feliz. Es mucho más fácil quejarte desde una posición de comodidad, donde esperas que las cosas sucedan independientemente de tu esfuerzo por lograr ser feliz.

    Quizás haya que hacer algo en una dirección para ayudar a que las cosas sucedan. Quizás la mejor forma de llegar a algún lugar es empezar a caminar hacia aquel lugar. Quizás sea importante dejar de lamentarse porque la vida no te hace feliz, y comenzar a ser feliz sin esperar el aporte de otros.

    Si quieres motivación, comienza a hacer lo que tienes que hacer. Si quieres inspiración, comienza a hacer lo que tienes que hacer. Buscar motivación e inspiración antes de comenzar a hacer lo que tienes que hacer puede ser algo que hagas uno o dos días. Cuando necesitas eso todo el tiempo, o todos los días, resignas libertad porque dependes de un factor externo para lograr ponerte en marcha. Empieza, comienza, camina. Te motivarás al comenzar; te inspirarás al iniciar.

    opinion columnistas editorial
    Ilustración: LÍDERES
  • El queso artesanal le abre puertas

    Pedro Maldonado

    Editor del Semanario LÍDERES

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    Una pequeña planta de producción, en Checa, al nororiente de Quito, es la base de operaciones de Friulatte, una pequeña empresa que elabora quesos artesanales.

    Allí la jornada empieza a las 05:00, antes de que el sol salga. El trabajo arranca con la recepción de leche que la entregan tres proveedores, uno de El Quinche y dos de un poblado llamado Otoncito, que se encuentra en la vía a Cayambe. Cada día esta empresa procesa 1 800 litros de leche.

    Con esta materia prima se elabora queso burrata, mozzarella, stracciatella y otras variedades de origen italiano que ganan mercado en Quito y, poco a poco, en Guayaquil.

    Hace dos semanas el proceso tuvo un contratiempo porque uno de los proveedores entregó leche ácida, que fue rechazada por el equipo de David Chiriboga, fundador de Friulatte. “No la recibimos porque para ofrecer un producto de calidad nos aseguramos de contar con materia prima de calidad”, dice este emprendedor al interior de la planta, donde no se sienten los 17 grados que marcaba el termómetro a las 11:00 del 1 de mayo.

    Ese inconveniente no desanima a Chiriboga, quien en el camino para levantar y consolidar esta empresa ha enfrentado retos y desafíos, pequeños, medianos y grandes.

    David Chiriboga es el fundador y gerente de esta empresa ecuatoriana  dedicada a la elaboración de quesos artesanales. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    David Chiriboga es el fundador y gerente de esta empresa ecuatoriana dedicada a la elaboración de quesos artesanales. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

    Formado en Italia, en la Scuola Casearia di Pandino, y con experiencia en firmas grandes y pequeñas de Italia y Francia, Chiriboga permaneció en Europa entre el 2007 y 2012. Allá aprendió los secretos de los quesos artesanales, conoció las diferencias entre la leche de vaca y de cabra, pero también desarrolló habilidades para dirigir equipos de trabajo. Se empapó de los procesos y los cuidados que requieren los quesos con la idea de montar su empresa en Ecuador.

    Al regresar al país empezó a trabajar en una firma de lácteos, pero renunció pronto por no compartir ciertas prácticas. Luego trabajó con un amigo ingeniero en un tema de vialidad, alejado momentáneamente de los quesos. Sus ingresos se convirtieron en el capital para, en el 2014, arrancar con lo que hoy es Friulatte.

    Con un crédito de USD 7 000 adquirió una tina y una mesa de acero en la que empezó a elaborar, en la cocina de su casa; sus primeros quesos, que los hacía probar a su familia. Luego alquiló un pequeño local en Alóag, al sur de Quito, donde procesaba 100 litros de leche los viernes y sábados. Chiriboga empezaba conocer los retos y la realidad de los emprendedores.

    Comenzó a recibir pedidos de restaurantes y contó con la llegada de un amigo italiano, experto en quesos artesanales, a quien conoció en Europa. “Procesábamos hasta 1 500 litros a la semana”. Además, el queso burrata se puso de moda en otros países y la tendencia llegó al país.

    Pero también aparecieron las dificultades. Una sociedad que no funcionó, cambios de locales para producir, falta de materia prima, pérdida de clientes o el regreso de su amigo italiano a su país natal fueron algunos retos.

    Chiriboga no desmayó y mantuvo a flote la empresa. Para eso en el 2017 se mudó a la planta en Checa. Otro préstamo con la banca pública, por USD 15 000, le permitió invertir en equipos como tinas de acero, tanques de enfriamiento, un cuarto frío y más. La empresa mantuvo la calidad en sus productos y superó los desafíos.

    El año pasado Friulatte alcanzó metas que le permitieron proyectarse. En junio del 2018 el queso burrata entró a Corporación Favorita (Supermaxi). A esta cadena le entrega cada mes 1 680 tarrinas de 300 gramos.

    Corporación Favorita dice que desde el momento en el que el queso burrata ingresó, han aumentado el número de locales donde se comercializa este queso. “En todos tiene un aceptación importante considerando que es un producto nuevo. Al ser artesanal logra una diferenciación importante en sabor y calidad”.

    Friulatte también tiene vitrinas en delicatessen de Quito y Guayaquil. Uno de estos es Datu Deli, en Cumbayá. Isabella Chiriboga, chef de este negocio, utiliza los quesos de Friulatte porque es un producto de excelencia y único en el mercado. “Es un queso con excelentes texturas y sabores”.

    En la planta de producción de Friulatte todos los detalles cuentan, desde la temperatura al interior, hasta la manera en la que los trabajadores usan los guantes y la cofia en sus cabezas. Chiriboga tiene nuevos planes como llegar a nuevos puntos de venta en el país, así como abrirse espacio en los mercados extranjeros.

    Cifras 

    120 metros cuadrados tiene la planta de producción que funciona en Checa, al oriente de Quito.

    8 trabajadores tiene la empresa hoy en día. A ese equipo se suma una contadora, dos repartidores, una diseñadora, una encargada de redes sociales que trabajan de manera externa.

    1 800 litros de leche puede procesar cada día esta empresa en sus instalaciones.

    15 000 dólares de un crédito bancario permitieron equipar la nueva planta de un crédito bancari., permitió equipar  la nueva planta.

    El Gerente 

    David Chiriboga 
    El éxito de nuestros quesos es que son completamente artesanales y naturales. Esas características nos permiten ofrecer un producto único, que es muy bien valorado por los consumidores. Hoy en día los restaurantes de comida italiana en Quito son el principal mercado, pero seguimos trabajando para posicionar nuestros quesos en otras ciudades del país como Guayaquil. En el proceso una de las claves fue que aprendí a delegar el trabajo. Ahora tenemos nuevas metas por cumplir.

    La planta de producción de Friulatte se encuentra cerca de Checa, población ubicada al oriente de Quito. Allí trabajan ocho personas. Foto:Vicente Costales / LÍDERES
    La planta de producción de Friulatte se encuentra cerca de Checa, población ubicada al oriente de Quito. Allí trabajan ocho personas. Foto:Vicente Costales / LÍDERES
  • La pasión por vender le llevó al comercio en línea

    Carolina Enriquez

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    Ella comenzó vendiendo pulseras y tortas, cuando era niña. Ahora lidera en Ecuador la sucursal de una empresa de comercio electrónico regional. Para alcanzar este sitial, la quiteña Ximena Cevallos aplicó un dicho: la constancia vence lo que la dicha no alcanza.

    Esta ejecutiva se describe como una vendedora nata. Cuenta que inventaba emprendimientos para obtener ingresos. Sus ojos se humedecen cuando recuerda que creció solo con su mamá y que ante las necesidades económicas estudió contabilidad en el Colegio 24 de Mayo para trabajar y obtener ingresos lo más pronto.

    Cuando estaba en quinto curso consiguió una práctica preprofesional en la Rectificadora Botar. Al sitio acudió todas las tardes hasta que se graduó; no solo obtuvo experiencia sino que comenzó a ganar y a administrar su dinero.

    Era una vida sacrificada, pero emocionante, relata. Entre salir del colegio e ingresar a la empresa tomaba clases de inglés en la Escuela Politécnica del Ejército; allí aprendió ese idioma.

    Al graduarse del colegio, en 1991, consiguió un trabajo de cajera en el extinto Filanbanco. Un año después ingresó al American Junior College para estudiar una tecnología en Administración de Empresas. “Quería manejar una empresa y ser gerente. Lo que más me gustaba era mercadeo, saber cómo vender, posicionar productos, cambiar ideas, etc.”.

    Era agotador, pero ella creía firmemente que toda mujer debe tener una carrera profesional. Las noches estudiaba y las mañanas atendía en agencias del banco dentro de empresas como Coca Cola y Laboratorios Life.

    En esta última empresa su vida se transformó. La firma abrió en 1993 una vacante para visitadora médica y ella, sin conocimientos de medicina, aplicó para mejorar sus ingresos y crecer.

    Para lograr este puesto tuvo que seguir un curso y dar un examen que incluía conocimientos de anatomía. Fue duro porque la empresa contrataba profesionales ya con conocimientos médicos.

    Estudió mucho y gracias a ese esfuerzo la contrataron. En Laboratorios Life trabajó seis años; era tan hábil para vender que, ciertas veces, superaba hasta tres veces el cupo mensual asignado.

    Fue una de las primeras visitadoras mujeres en el país. El desarrollo profesional que alcanzó no fue suficiente pues quería ocupar un cargo de liderazgo. Al final, más hombres llegaron a esas posiciones y ella renunció para crecer.

    Tras ello, en el 2000, viajó a EE.UU. porque quería perfeccionar su inglés. Fue un desafío; estaba casada pero viajó sola y se llevó a su hija de dos años.

    Contrató una niñera que le ayudara y entre las 10:00 y las 16:00 aprendía lo más que podía en Utah Valley State University. Una de las cosas que más disfrutó fue obtener una A en una prueba en la que ni los japoneses, que eran los estudiantes más dedicados, lo lograron; sonríe al recordar.

    A finales de ese año volvió a Ecuador y se dedicó a terminar su carrera como administradora de empresas en la Universidad del Pacífico. En 2006, sin embargo, la vida le preparó un nuevo reto.

    Ximena Cevallos en una feria de flores de exportación. Foto: Cortesía
    Ximena Cevallos en una feria de flores de exportación. Foto: Cortesía

    Su esposo se dedicó a la exportación y ella quiso ayudarlo. Para ello estudió un diplomado en comercio exterior dictado entre la Federación Ecuatoriana de Exportadores y la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE).

    Los conocimientos que adquirió fueron la llave para que postulara por la vacante para gerenciar en Ecuador la empresa de comercio electrónico colombiana Ultrabox. Su esposo, Luis Serrano, supo del cargo que se ofertaba y no dudó en convencerla para que intentara conseguir dicho puesto.

    Lo hizo y ahora, 12 años más tarde, recuerda cómo con tremendas dificultades, por la desconfianza de ese entonces a las compras en línea con tarjeta de crédito, levantó la empresa en el país.

    Ernesto Leyva, gerente general y accionista de Ultrabox, destaca la responsabilidad, consagración e interés que Ximena tiene por la empresa. “Eso tiene un valor enorme. Se ha interesado en el plan estratégico de alianzas con compañías que permitan un efecto multiplicador de clientes”.

    En la firma, la ejecutiva también ha colaborado en la expansión en América Latina. Actualmente, esta ofrece servicios en Colombia, Costa Rica, Perú y Ecuador.

    Además, ha apoyado a las empresas de courier y correos rápidos en las gestiones frente a las restricciones a la importación que estableció el Gobierno desde el 2013. Lupe Ortega, presidenta de la Asociación de Correos Privados (Acopri), resalta su participación. “Es una ejecutiva, soluciona problemas. En ocasiones, como ella maneja los temas de bodegas en el exterior, hemos visto su sentido de colaboración”.

    Una firma que tiene enfoque global

    Redacción Quito (I)

    En 1999 se conformó en Colombia Ultrabox con el fin de facilitar el desarrollo del comercio electrónico en Latinoamérica y ofrecer servicios en el área de la logística.

    La firma brinda un acompañamiento a los compradores virtuales y ofrece alternativas de importación de bienes de consumo y capital, así como materias primas. En sus inicios la compañía funcionó ofreciendo el servicio de casilleros para el envío de productos desde EE.UU., pero ahora es una firma de comercio electrónico.

    “La empresa hizo enlaces con Amazon, E Bay, entre otras en nuestra propia página. Los clientes ya no tienen que ingresar a otras plataformas, comprar y poner su casilla. Nuestro portal ofrece la herramienta de comercio electrónico directamente”, comenta la CEO en Ecuador, Ximena Cevallos.

    Actualmente, la compañía tiene bodegas en Miami, Madrid y Guangzhou. Cuenta con sucursales en cuatro países de América Latina; a Ecuador llegó en 2006.

    Durante los primeros años de la firma en el país, cuenta la gerente, desde la matriz se logró una alianza con Diners y Banco de Guayaquil para difundir el servicio entre algunos de sus clientes. El aval de las entidades financieras permitió darles la seguridad para que hicieran transacciones vía Internet con sus tarjetas de crédito.

    Entre las propuestas de valor de Ultrabox está acceder a miles de productos y servicios en cualquier lugar del mundo, eliminación de intermediarios, transacciones seguras en cualquier lugar el planeta sin la necesidad de usar efectivo, entre otras.

    Datos

    Familia. Está casada y tiene una hija de 21 años y un hijo de 17. Gusta realizar con ellos actividades al aire libre.

    Intereses. Le gusta hacer ejercicios y bailar. Una de sus pasiones es la repostería. Hace tortas para los compromisos de su familia. Incluso, llegó a tener un negocio.

    Madre. Considera que ha sido un pilar fundamental en su vida. Siempre la ha apoyado.

    Ximena Cevallos junto a su esposo e hijos. Foto: Cortesía
    Ximena Cevallos junto a su esposo e hijos. Foto: Cortesía
  • Esta planta le da valor agregado a la alfalfa

    José Luis Cañizares

    redaccion@revistalideres.ec

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    Durante 33 años, Miguel Iturralde vivió en Chile, pero hace cuatro retornó al país para ponerse al frente de Master Cubox S.A., una firma especializada en alimento para animales.

    En la capital de Imbabura está aplicando los conocimientos que adquirió trabajando en empresas agroindustriales chilenas como Iansa, una de las mayores productoras de azúcar, e Invertec, que se especializa en productos de deshidratación de alimentos.

    Cuando tenía 18 años, este ibarreño viajó a la nación sudamericana por estudios. En la Pontificia Universidad Católica de Chile se graduó de ingeniero agrónomo, con mención en zootecnia.

    Sin embargo, el ‘boom’ de desarrollo agrícola que registraba el país araucano le cautivó para quedarse. Tras la larga estancia volvió al Ecuador para emprender en este proyecto innovador. Ocupa la gerencia general.

    Desde enero de este año empezó a funcionar esta planta industrial que transforma las matas de alfalfa en harina o en cubos, dirigida a la dieta de caballos estabulados, explica Iturralde.

    La factoría, que abarca un área de 4,5 hectáreas, está ubicada en la parroquia de Salinas, en el norte de la capital de Imbabura.

    Éste es un sitio ideal para este cultivo. Los técnicos explican que aquí los cortes se pueden hacer cada 28 días, durante los cinco años que dura la vida útil de las plantas. Mientras en otras zonas del país se cosecha cada 35 días.

    El área industrial mide 1 800 metros cuadrados. Ahí se instaló el complejo que tiene equipos automatizados, distribuidos en tres líneas de producción. La primera es de secado y posee un horno de 38 metros de largo por 4 de ancho. La segunda es de producción de harina y la otra de cubos.

    Éste último es el producto principal. Hoy procesa 250 sacos de 25 kilos de cubos y 120 de harina. Pero, la capacidad instalada es de 1 080 000 kilos, por turno.

    Los cubos, que miden 3 x 3 centímetros, se obtiene con un método de extrusión. Mientras que el largo puede variar hasta por 10 cm de acuerdo a la necesidad del cliente, indica Andrés Montalvo, jefe de la planta. En cubos o en harina, el producto tiene una similar la composición nutritiva.

    El software Escada que se implementó en Master Cubox permite manejar todos los equipos desde un computador. Así se puede prender o apagar cada una de las líneas, regular los tiempos, la velocidad del aire, la temperatura, tener reportes de procesamiento diario, explica Montalvo. Por eso, actualmente en la empresa trabaja una decena de personas.

    Antes de ingresar a la planta, la materia prima pasa por una estación de control de calidad. Ahí se mide varios parámetros como color, contenidos de materia seca y malezas. Luego, pasa a una torre de descarga con el que se cierra el ciclo de recepción del material.

    Ahí recién empieza el proceso industrial. El primer paso es un presecado al aire libre.
    Enseguida las fibras de esta planta herbácea continúan en el proceso de deshidratado que se realizan en un horno. Por la humedad que tiene el producto es sometida hasta un temperatura de 95 °C, en un tiempo muy corto para conservar sus propiedades.

    La cosecha ingresa a la fábrica, a través de un sistema que consta de un pozo de descarga, una mesa vibrante y una cinta transportadora, que alimenta de manera homogénea el honor de la factoría. Este sistema fue desarrollado por los técnicos de Master Cubox.

    Todo inicia en el campo con la siembra, seguimiento y cosecha de la alfalfa. La firma cuenta con una logística exterior, que incluye máquinas recolectoras y camiones para el traslado de la materia prima, que se corta y se pica.

    En esta primera fase cuentan con 160 ha de sembríos. La meta es extenderse a 1 800 ha en los próximos cinco años. La mayoría son cultivos propios, pero también se abastecen de productores asociados. Han ensayo con algunas variedades de esta planta. Pero, entre las de mejor resultado está la alfalfa nacional.

    Con la Corporación Financiera Nacional obtuvieron dos líneas de crédito. La primera, que bordea USD 1 millón, sirvió para la compra de maquinaria y edificaciones. La otra, de USD 450 000, se destinó a capital de trabajo. La inversión total es de USD 3 millones.

    El próximo objetivo es la fabricación de balanceados para otro animales de granja. Unas de las alternativas es la hidrolización del bagazo de la caña de azúcar. También potenciar los cubos de alfalfa con minerales y vitaminas.

    Otros datos

    El diseño   del software de la planta estuvo a cargo de técnicos locales. Eso posibilita un manejo automatizado.

    El horno tiene una capacidad para procesar cuatro toneladas de productos terminados por hora. Tiene seis etapas.

    Los quemadores, que permiten regular la temperatura en décimas de grado, fueron diseñados por la firma Luccini.

    La firma Master Cubox tiene 16 accionistas, que integran esta sociedad anónima.
    Los planes  de exportación busca aprovechar las ventajas comparativas con cultivo permanente de alfalfa.

    Miguel Iturralde, ingeniero agronómo, se especializó en la nutrición de animales. El diseño y construcción de la planta se hizo en cuatro años. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    Miguel Iturralde, ingeniero agronómo, se especializó en la nutrición de animales. El diseño y construcción de la planta se hizo en cuatro años. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
  • Un grupo de kichwas le apuesta al cacao

    Mayra Pacheco

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    Los habitantes de la comunidad kichwa Samona Yuturi, en Aguarico, provincia de Orellana, decidieron innovar. En este caserío asentado a orillas del río Napo, junto a la selva amazónica, se instaló una pequeña planta industrial para procesar cacao.

    A pesar de que la mayoría de pobladores se dedica a sembrar verde, yuca, frutas y a criar aves de corral o peces, un grupo de 18 personas que pertenece a la Corporación Choco Samona Yuturi desarrolló nuevas habilidades. Ellos aprendieron a operar una maquinaria especial para transformar a la pepa de cacao en barras de chocolate.

    En la planta de 60 metros cuadrados, ubicada cerca del acceso principal de este caserío, se cumple con todos los procesos para elaborar una tableta de chocolate con cacao puro.
    La materia prima proviene de pequeños cultivos que están cerca de la zona aledaña al Parque Nacional Yasuní, uno de los sitios con mayor biodiversidad del país.

    Estos granos son seleccionados manualmente en bandejas amplias. Ahí se retiran las impurezas antes de que pase a la máquina tostadora. Una vez que el cacao está en su punto, va a la trituradora para convertirlo en una pasta de contextura fina y espesa.

    Después este producto se coloca en unos moldes rectangulares y se espera a que el chocolate se vuelva compacto. Esta tarea que puede resultar complicada, porque la temperatura en esta zona supera, a veces, los 30 grados centígrados, se realiza sin contratiempos, desde hace siete años.

    Cada semana se procesan alrededor de cinco quintales de cacao orgánico. En cada uno de estos se invierte USD 120. Los proveedores son de la comunidad Sinchi Chicta, que está cerca de Samona Yuturi. Igual a orillas del río Napo.

    En la preparación de Choco Samona no se incluye ningún otro ingrediente adicional. Por sus características, este producto se emplea para preparar el tradicional chocolate en leche. Cada barra de 200 gramos rinde para cuatro litros, menciona Abel Macanilla, integrante de la Corporación Choco Samona Yuturi.

    Pero, además, funciona para repostería. Con Choco Samona se pueden hacer pasteles, bombones, chocobananas, helados y otras preparaciones.

    Las barras de este chocolate se entregan bajo pedido. También se ofrece el producto en ferias que se han realizado en Orellana y Tena. Actualmente, Petroamazonas -que opera dos campos petroleros cerca de esta zona- define otras estrategias. Junto con esta comunidad indígena se planifica una exposición en Quito. La fecha y lugar están por definirse.

    En promedio, cada semana salen entre 100 y 150 barras de chocolate con dirección a Pichincha y Chimborazo. El producto se envía vía courier a los clientes.

    En Guano, Chimborazo, estas barras de cacao son recibidas por Anette Hitz. Ella es integrante de la Finca El Molino. En este lugar, cada fin de semana, se venden productos 100% orgánicos.

    Por esto, Hitz incluyó Choco Samona. Ella considera que la materia prima que se emplea para elaborar estas barras de cacao es de calidad. “Los clientes que consumen este producto están totalmente satisfechos”.

    La venta directa, en cambio, es menos frecuente, debido a la ubicación geográfica de la comunidad Samona Yuturi.

    Para llegar a esta localidad, las personas deben abordar embarcaciones en el Coca, Orellana. Este desplazamiento toma unas ocho horas, pero el costo del transporte es alto. Para el viaje de ida y vuelta se destina USD 24.

    Por esto, la Corporación Choco Samona Yuturi analiza mecanismos para vender en mayor volumen. Rommel Sánchez, técnico agropecuario que trabaja para Petroamazonas y brinda asesoría a esta comunidad, comenta que la meta es tramitar en el 2018 las certificaciones que avalen que el cacao es 100% orgánico para exportar este producto.

    A Macanilla esta idea le ilusiona. Él nunca se imaginó trabajar en una empresa, porque apenas terminó la escuela. Pero esto no ha sido un límite.

    Para aprender a operar las máquinas siguió al pie de la letra las indicaciones de los técnicos que instalaron estos equipos. Lo mismo hace con los procesos de producción implementados.
    “Yo nunca pensé que iba a producir barra de chocolate. Me siento satisfecho y quiero seguir mejorando”, precisa Macanilla.

    En la implementación de la Corporación Choco Samona Yuturi, aparte de la comunidad indígena participaron Petroamazonas y la Agencia Alemana de Cooperación GIZ. Para este proyecto se han invertido alrededor de USD 300 000 en las instalaciones. Pero la meta en el 2018 es ampliar la planta para estar en condiciones de aumentar la producción.

    La petrolera estatal apoya a las comunidades que están cerca de la zona donde opera campos de crudo, a manera de compensación social. El objetivo es impulsar el desarrollo de emprendimientos, para que estos pobladores no se vuelvan dependientes de la actividad petrolera. Actualmente, se trabaja con alrededor de 300 familias, informa Crystiam Cevallos, gerente de responsabilidad integral de Petroamazonas.

    Abel Macanilla (centro) es parte de esta empresa conformada por una comunidad de indígenas kichwas. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Abel Macanilla (centro) es parte de esta empresa conformada por una comunidad de indígenas kichwas. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Grandes cadenas hoteleras le apuestan al mercado en Colombia

    Diario El Tiempo de Colombia

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    Al auge que ha habido en el país en los últimos años en materia de inversión hotelera, visible en recursos por aproximadamente USD 329 300 en el 2013, sigue su marcha y, en este sentido, los grandes jugadores mundiales siguen mostrando su interés por aprovechar el potencial de crecimiento de visitantes en Colombia.

    A la espera de que se conozcan las cifras de inversión del 2014, que están en el Registro Nacional de Turismo, el Grupo Gilinski y la firma Four Seasons Hotels & Resorts, cadena canadiense de hoteles de lujo, anunciaron los planes de operación para los hoteles bogotanos Casa Medina y Charleston, en remodelación desde finales del año pasado.

    Los dos grupos asumirán la operación de estos dos complejos, en un acuerdo que marca la incursión de Four Seasons en el mercado colombiano, toda vez que actualmente en América Latina solamente hace presencia en Argentina, Uruguay y Costa Rica.

    El líder del proyecto, Gabriel Gilinski, destaca que la sociedad con la canadiense de hoteles de lujo demuestra el progreso de Colombia en este frente.

    “Hace diez años este proyecto habría sido inimaginable. La llegada de Four Seasons Hotels & Resorts a Bogotá es una apuesta a largo plazo, que contribuye al progreso económico del país”, señaló.

    Una vez se terminen las obras de adecuación y modernización de estos dos hoteles, el hotel Casa Medina reabrirá sus puertas como Four Seasons Hotel Casa Medina Bogotá y el hotel Charleston Bogotá se transformará en el Four Seasons Hotel Bogotá.

    Allen Smith, presidente ejecutivo de Four Seasons Hotels & Resorts, dijo que el aumento de viajeros de lujo a Sudamérica estimuló a la compañía a buscar el momento y el aliado perfectos para ingresar a Colombia, país con el que se fortalece la cobertura de la cadena en la región.

    NH Hoteles va por más

    Por su parte, tras confirmar un acuerdo por aproximadamente  USD 66 millones para comprar el 80,77 por ciento de la compañía Hoteles Royal, participación que podría llegar al 100 por ciento si se consolida la adquisición del 19,23 por ciento restante a través de una oferta a los demás socios, la española NH Hotel Group aumentará su presencia, pues pasará de tener 2 hoteles a 21 en Colombia, Chile y Ecuador.

    Solamente en el país incorporará 15 hoteles, de los cuales 10 se encuentran en Bogotá, 2 en Cartagena y uno en Barranquilla, Cali y Medellín.

    La gran meta es llegar a 100 hoteles en Latinoamérica en los próximos años frente a 37 con los que cuenta en la actualidad, según su consejero delegado, Federico González Tejera, quien indicó que América Latina pasará a representar cerca del 11 por ciento de los ingresos totales de la compañía, porcentaje que actualmente está en el seis por ciento.

    Avalan compra de El Corral por Nutresa

    La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) aprobó a Nutresa la compra del Grupo El Corral, por USD 830.000 millones.

    Si bien la primera tenía el 60 % del mercado en su sector, se focaliza en la producción y de alimentos empacados, mientras que la segunda los vende preparados en puntos de venta, y no compiten entre sí. Son rivales en helados, pero sus porcentajes de participación son bajos y no afectan la competencia.

    EPM gana puja en Guatemala

    Las firmas del sector eléctrico siguen creciendo en los mercados externos, particularmente en Centroamérica, luego de que Empresas Públicas de Medellín (EPM), a través de la Transportista Eléctrica Centroamericana S.A. (Trelec) ganara la licitación abierta internacional para diseñar y construir 160 kilómetros de líneas de 69.000 voltios y 12 subestaciones a 230, 138 y 69 kilovoltios, para suministrar energía eléctrica en el suroriente de Guatemala.

    Tras seis meses de proceso, el Ministerio de Energía y Minas de Guatemala le adjudicó a Trelec las obras del Lote D, una de las cinco áreas que conforman el plan de expansión de transmisión de ese país.

    Trelec, que opera en tres departamentos, subirá su presencia a cinco regiones de Guatemala.

    Tequendema es una de las más tradicionales de Bogotá, allí confluyen la arquitectura de mediados del siglo XX, edificios modernos y zonas más modestas. Foto: El Tiempo / GDA
    Tequendema es una de las más tradicionales de Bogotá, allí confluyen la arquitectura de mediados del siglo XX, edificios modernos y zonas más modestas. Foto: El Tiempo / GDA