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  • Lucy Duncan: ‘Suero de leche puede servir para etanol’

    Carolina Enriquez

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Lucy Duncan, flamante Embajadora concurrente de Nueva Zelanda para Ecuador habla sobre el trabajo que planea desarrollar con el país. Asegura que hay oportunidades para el desarrollo del intercambio comercial bilateral, así como trabajo en el sector agropecuario.

    Usted se posesionó como Embajadora de Nueva Zelanda para Ecuador hace un par de semanas. ¿Cuáles son sus proyectos para el país?

    Nueva Zelanda y Ecuador estamos al inicio de una nueva etapa de relaciones bilaterales. Estamos enfocados en aprovechar el desarrollo de los países que tienen costa en el Pacífico. Entre estos se encuentran los integrantes de la Alianza del Pacífico y también ustedes. Nosotros estamos cada vez más enfocados en las relaciones Asia–Pacífico. Su país es interesante y puede integrarse en la arquitectura de esta zona.

    Ecuador es altamente agrícola, al igual que su país. ¿Podrían apoyar con tecnología, maquinaria, asistencia técnica, entre otros?

    He trabajado en muchos países de América Latina. Creemos en la transferencia de soluciones que hemos desarrollado en Nueva Zelanda. Nuestro lema es colaborar, no competir. La idea es buscar, dentro del sector agropecuario, objetivos en común. Hemos desarrollado dentro de los últimos 10 años en Ecuador dos proyectos que tienen que ver con la cultura sostenible. Uno se refiere a un adecuado manejo del agro para mejorar la productividad y el otro sobre el uso de biocontroladores en vez de pesticidas químicos.

    ¿Con qué grupos humanos han trabajado en Ecuador?

    Por ejemplo, con las comunidades indígenas, particularmente con mujeres de Ambato. Nos enfocamos en temas como la producción de mora andina.

    ¿Cuánto han invertido en los proyectos?

    No son montos muy grandes. Más bien nos hemos enfocado en la transferencia de las lecciones aprendidas por nosotros. Científicos neozelandeses han visitado Ecuador para acompañar a ciudadanos de este país en el desarrollo de sus proyectos productivos. El valor es de alrededor de entre USD 4 millones y 5 millones.

    Nueva Zelanda tiene un importante desarrollo en el sector ganadero y lechero. ¿Cómo podrían aportar al país para potenciar esta industria?

    Hemos empezado con visitas de algunos expertos, respondiendo a la solicitud del Gobierno ecuatoriano, a través de su ministerio de Agricultura. En junio pasado, dos expertos neozelandeses llevaron a cabo talleres y consultas con el sector público y privado con relación a dos temas. Uno es el uso del suero de leche y su posibilidad de convertirse en etanol y el otro sobre cooperativismo, para que los pequeños productores se vuelvan más exitosos.

    En el país existe una polémica en cuanto al uso del suero de leche. ¿Qué puede decir en relación con la posibilidad de convertirlo en etanol?

    No soy experta en ese asunto. A mi entender, la solicitud del Gobierno de Ecuador tiene que ver con la calidad de la leche. La razón por la cual en Nueva Zelanda tiene tanto éxito en el mercado lechero es por la confiabilidad y la calidad del producto.

    Su país participó en la Feria Holstein de este año. ¿Cuál fue su aporte en este encuentro ganadero?

    Es la primera vez que partici­pamos. Esta feria tiene en Ecuador una tradición de larga data. Estuvimos con seis empresas neozelandesas que ofrecieron ­soluciones para el sector gana­dero y lechero en cuanto a manejo de animales, salud, pasto, semillas, genética, etc.

    ¿En este marco de afianzamiento de las relaciones entre los dos países en diferentes ámbitos qué iniciativas se han planteado?

    Estamos ante el inicio de esta nueva etapa. Es muy importante escuchar, mirar y preguntar al sector público y privado de Ecuador sobre sus prioridades. Mi idea es buscar proyectos pragmáticos en cuatro áreas. Una es el fortalecimiento de la relación política, porque es la base de cualquier proceso. Hemos tenido dos reuniones con el canciller Eduardo Valencia; la última fue durante la Cumbre de la Alianza del Pacífico, en Lima. Tenemos que acercarnos más con los ministros de Agricultura y Producción.

    ¿Qué destacan de este acercamiento con la Alianza del Pacífico?

    Ecuador tiene la firma intención de integrarse al bloque. Nueva Zelanda está negociando para ser miembro asociado. Habrá muchos beneficios en el intercambio comercial, pero también hay que pensar en aspectos estratégicos.

    ¿En qué otras áreas existen proyectos?

    En segundo lugar hay que pensar en cómo se aprovechará el acercamiento de Ecuador a la zona de Asia–Pacífico. Un primer paso es su proceso de negociación con la Alianza del Pacífico. También queremos apoyar el comercio bilateral. Por ahora, banano y piñas son los productos que lideran las exportaciones a Nueva Zelanda. Nosotros enviamos a Ecuador, por ejemplo, semillas de pasto. Finalmente, creo que es importante impulsar al sector agropecuario en temas de política pública, intercambio comercial, pequeños proyectos de colaboración, desarrollo sostenible, etc.

    ¿Qué productos de Ecuador tienen potencial para consumirse en Nueva Zelanda?

    Las posibilidades existen para flores frescas. Por ahora, Colombia tiene una presencia fuerte en nuestro mercado. La industria florícola de Ecuador es cada vez más importante y resultan interesantes sus productos. Ecuador, además, está desarrollando frutas que nos podrían interesar como uvilla y pitahaya. Son espectaculares y tienen alta demanda.

    ¿Cómo va a colaborar la Agencia de Comercio y Empresas de Nueva Zelanda en Ecuador?

    Esta es la agencia del Gobierno neozelandés responsable del comercio internacional e inversiones. También se encarga de la capacitación de las empresas de Nueva Zelanda en el país, con el objetivo que pueden crecer. En Ecuador, un primer paso, fue la participación de un representante de la misma que vino desde São Paulo, donde funciona la sede para América Latina. Mostró oportunidades de colaboración entre empresas de ambos países.

    HOJA DE VIDA

    Trayectoria. Es diplomática de carrera con 34 años de experiencia. Inauguró la Embajada en Colombia en marzo del 2018 y en septiembre del 2019 fue nombrada Embajadora concurrente para Ecuador. Ha sido Embajadora en Argentina, Uruguay, Paraguay y México.

    Cargos. Fue Viceministra del Grupo Multilateral y Legal del Equipo de Liderazgo Sénior del Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio en el período en que Nueva Zelanda fue miembro del Consejo de Seguridad de la ONU.

    Formación. Tiene un título en Historia de la Universidad de Otago y es graduada del programa de Fellows ejecutivos de la Escuela de Gobierno de Australia-Nueva Zelanda.

    Lucy Duncan, embajadora concurrente de Nueva Zelanda para Ecuador. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Lucy Duncan, embajadora concurrente de Nueva Zelanda para Ecuador. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Los quesos y el yogurt salen desde Sigchos

    Redacción Sierra Centro (F)
    Contenido intercultural

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    Los 5 700 litros de leche que produce diariamente la Asociación Artesanal de Comercializadores de Leche del Cantón Sigchos (Asocolesig) son de buena calidad. Se utilizan para la elaboración de quesos mozarella y frescos. Además, yogurt de frutas y natural con la marca Sigcholag.

    350 comuneros integran esta agrupación. Ellos pertenecen a las parroquias de Insiliví, Chugchilán, Las Pampas y Cerro Azul. Los productores procesan 2 000 litros diarios para la fabricación de derivados. Mora, durazno y fresa son los sabores de los yogures que comercializan.

    Jesús Doicela, administrador, cuenta que 3 700 litros de leche se venden a las industrias El Ordeño, Alpina, Mi Ranchito y San José. Los principales mercados son Sigchos, Latacunga y Quito, pero buscan expandirse con la comercialización a Ambato, Guayaquil y otras urbes. “Estamos trabajando y buscamos lograr nuestra meta”.

    En 2018 esta firma lechera facturó alrededor de USD 1 millón. Recuerda que al inicio compraba 200 litros de leche diarios, pero la demanda creció.

    La agrupación cuenta con cinco empleados. “Estamos creciendo con el apoyo del Consejo Provincial de Tungurahua y del Ministerio de Industrias y otras entidades. Los técnicos nos ayudan en la producción y capacitación constante de la mano de obra, para ofrecer productos de calidad”.

    La empresa comenzó a invertir en el 2010; el capital inicial fue de USD 370 000. Los recursos llegaron del canje de deuda que mantenía Ecuador con Italia y este la condonó y financió proyectos y programas de orden social.

    Con el apoyo del Municipio de Sigchos, que aportó con USD 97 000, se ejecutó el proyecto. “Iniciamos produciendo tanto el queso, como el yogurt”.

    Doicela explica que tiene quesos en presentaciones de 500 y 750 gramos, de uno y tres kilos. La leche compra en las fincas a USD 0,37 el litro y lo vende en 0,41. Los USD 0,04 centavos ayudan a financiar el funcionamiento de la planta. “Nuestros productos cuentan con registros sanitarios y son de calidad, por eso cambiamos de categoría de la pequeña a mediana empresa. La facturación llegó a un millón”.

    Ahora trabajan en un nuevo proyecto para el envasado de leche con el apoyo del Consejo Provincial de Cotopaxi, que dará USD 140 000 para el montaje de la nueva planta. La Asociación entrega como contraparte el terreno.

    Con la Prefectura de Cotopaxi trabajaron en el fortalecimiento del consorcio de lácteos. El Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) capacitó en el procesamiento de leche en quesos frescos, mozarella y yogurt de frutas. “La propuesta es dar un valor agregado a la producción”.

    La formación técnica asegura que los productores obtengan leche de calidad. Los productores conocen sobre manejo de pastos, ganado y buenas prácticas de ordeño. “Estamos trabajando constantemente en la capacitación de nuestro personal y eso garantiza nuestro producto”.

    Uno de los distribuidores en Latacunga es Gonzalo Calderón. Trabaja con la firma hace dos años. “Los productos que manufactura Asocolesig son de excelente calidad y cuentan con todos los registros sanitarios. Los clientes buscan el queso que tiene buen precio en el mercado”.

    Explica que las ventas han crecido en un 10%, aunque en la actualidad se mantienen estables. “Es una forma de respaldar la industria local y que mejor a las comunidades indígenas”.

    Washington Salgado y Oswaldo Doicela cuentan que iniciaron a trabajar hace 12 años en la recolección de leche en las comunidades. Eso ayuda en la economía de las familias de sigchos.

    La idea de esta asociación es poder comercializar el producto de manera directa.

    En el Ecuador se producen 5,5 millones de litros de leche al día. 2,5 millones van a las industrias formales y el resto se queda en la informalidad, según datos de la Asociación de Ganaderos de la Sierra y Oriente.

    Washington Salgado  y Oswaldo Doicela son parte de la Asociación de Comercializadores de Leche de Sigchos
    Washington Salgado y Oswaldo Doicela son parte de la Asociación de Comercializadores de Leche de Sigchos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • El queso camembert, en medio de una disputa

    Agencia AFP

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    Una pasta cremosa, una corteza enmohecida y leche cruda de vaca. Joya culinaria francesa, el camembert de Normandía se encuentra actualmente en el centro de un feroz debate entre puristas y partidarios de nuevas reglas para su fabricación.

    Vacas marrones y blancas pastando en verdes campos normandos bajo un sol primaveral. Es en este marco idílico donde trabaja Patrick Mercier, presidente de la Apelación de Origen Protegida Camembert y uno de los dos únicos productores de la región que fabrica queso con leche de su propia explotación.

    Pese a que él trabaja con leche cruda, Mercier no está en contra de aquellos que piden flexibilizar las normas de fabricación del queso preferido de los franceses. “Otros quesos se hacen con leche pasteurizada, así que ¿Por qué no el Camembert?”, pregunta, sin miedo a romper tabúes.

    El camembert de Normandía, cuya fabricación se remonta a finales del siglo XVIII, es elaborado con leche cruda o no pasteurizada. No obstante, a partir de 2021, la denominación de origen protegida (AOP en francés) podría flexibilizarse, lo que permitiría incluir bajo este sello controlado a los Camembert pasteurizados, una aberración para los puristas.

    El producto de Normandía corre el riesgo de convertirse en “un queso blando vulgar e insípido”, advertía ya hace un año Véronique Richez-Lerouge, fundadora de la Asociación Fromages de terroirs (Quesos de terruño).

    Una imagen de los quesos Camembert en un centro de producción en la región de Normandía,  en Francia.
    Una imagen de los quesos Camembert en un centro de producción en la región de Normandía, en Francia. Foto: AFP

    Pero para Mercier, el desafío es detener el declive de las granjas lecheras en Normandía y la sustitución de las vacas normandas por razas más productivas.

    La nueva apelación establecería porcentajes obligatorios (mínimo 30%) de leche de vacas de Normandía. Además, estas deberán pastar en los prados de Normandía al menos seis meses y no consumir productos transgénicos.

    Mercier ha invertido decenas de miles de euros en equipos de alta tecnología para conservar la leche cruda necesaria para hacer sus 750 Camembert diarios, pero admite que no todos los productores pueden invertir estas sumas.

    Según él, la nueva apelación de origen protegida “restablecerá los valores del Camembert en términos de cantidad y calidad, de una manera que permitirá que todos los agricultores, grandes productores y artesanos puedan existir” .

    Pero estos argumentos están lejos de convencer a los detractores de la nueva apelación de origen, que creen que beneficiará a los gigantes lácteos como Lactalis.

    “En el fondo, es una batalla contra la estandarización, ya que la nueva denominación solo beneficiará a los productores industriales”, estima Richez-Lerouge.

    “No es solo el Camembert. También está amenazado el champán o el idiazabal español. Los productos protegidos se preguntarán: ¿Por qué no nosotros?”.

    El Camembert fue creado en 1791 por Marie Harel, una campesina del pueblo normando Camembert, que adaptó una receta de queso brie que aprendió de un sacerdote que se refugió en su casa durante la Revolución francesa.

    Su presencia en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial lo convirtió en el queso francés por excelencia para estadounidenses, británicos y otros aliados que lucharon en Francia, explica Richez-Lerouge.

    Desde el siglo XIX se lo envasó en pequeñas cajas de madera, lo que facilitó su transporte a largas distancias y el Gobierno codificó su producción a partir de 1982.

    Hoy existen 10 productores con sello AOP o denominación de origen controlada, que fabrican 5 500 toneladas de Camembert por año, frente a 60 000 toneladas para productos genéricos que cuestan dos veces menos.

    “No todos pueden comprar un Camembert que cuesta 3,50 euros o más”, estima Nathalie Goulet, senadora de la región de Orne en Normandía, quien cree que una suavización de las normas beneficiará a toda la industria láctea.

    ¿Cómo se puede esperar que un pequeño productor, que fabrica a mano, y apuesta por la calidad, se gane la vida? ¡Ese queso tiene un precio!”, responde Bronwen Percival, que compra quesos para la famosa tienda londinense Neal’s Yard. Dice que un pasteurizado no puede llamarse Camembert.

    En Francia hay polémica porque se quiere incorporar leche pasteurizada para la fabricación del queso. Su elaboración se remonta a finales del siglo XVIII.
    En Francia hay polémica porque se quiere incorporar leche pasteurizada para la fabricación del queso. Su elaboración se remonta a finales del siglo XVIII. Foto: AFP
  • La tecnología innova el ordeñado de esta finca

    Agencia EFE

    En San Pedro de los Milagros, uno de los municipios más lecheros de Colombia, Delio de Jesús Arboleda ha desarrollado un vínculo especial con las vacas de su finca La Campiña, donde consiguió hacer del ordeño un arte e innovar con la tecnología.

    En la madrugada tiene el primer contacto con el rebaño, al que solo le basta su presencia para iniciar un desfile organizado hacia la zona en la que empezará la recolección de los primeros litros de su afamada leche.

    “No todos, aunque tengan el conocimiento, sacan leche de buena calidad porque no tienen ese espíritu ni cariño por los animales”, cuenta Arboleda, que compró con 12 años su primera vaca y ahora, tras más de cinco décadas, representa a una generación importante de la aldea conocida como ‘Pantanillo’.

    “Desde esa edad, las ganas de progresar y gusto por la ganadería se fue metiendo”, añade el campesino mientras recorre la finca.

    La tranquilidad que le transmite a su ganado le ha permitido no solo mantenerlo “aliviado”, sino lograr elevar las características de los litros que le compra una importante compañía del sector lechero y cárnico. “Es que las vaquitas son especiales; se tensionan si no las manejan bien y se poner ariscas”.

    Su día empieza siempre a las cuatro de la madrugada, incluidos los domingos, con el ordeño de 16 vacas (holstein y jersey) que le proveen de más de 220 litros diarios tras cumplir un protocolo estricto que permitió que La Campiña se convirtiera en una de las primeras fincas pequeñas de Colombia certificadas en buenas prácticas ganaderas.

    Pero a ese “amor por sacar leche”, reflejado en un trabajo metódico, correcta higiene, ganado sano y el acompañamiento permanente de un médico veterinario, le sumó la aplicación de la tecnología, una decisión que lo llevó a dar un salto de calidad, una vez conoció lo beneficios a través de capacitaciones con la Corporación Interactuar.

    La llegada de expertos al Municipio, que no solo le enseñaron de valor agregado y tecnificación, le mostró que “después de viejo se puede progresar”, pues se convirtió en el primer ganadero de su caserío en adquirir un tanque de enfriamiento para garantizar la conservación de las bondades de su leche.

    “Si uno tiene leche de buena calidad, siempre le pagan mejor”, reflexionó el ganadero, al que un diagnóstico médico le dio un empujón final para elevar la operación: “no podía seguir ordeñando, la mano se me estaba entiesando”, dice Arboleda.

    Ahí, apostó por una máquina de ordeño que lo volvió más productivo, bajó los tiempos de recogida y le significó menos enfermedades para su ganado, además de mejorar su salud.

    “Esa tecnología me cambió la vida”, recuerda mientras se alista para el ordeño de la tarde, que lo abrió con su vaca Lavanda y lo terminó con Tortolita, en un proceso que tardó una hora entre las verdes montañas de San Pedro de los Milagros, al que trajo su revolución tecnológica.
    A partir de ese momento, según relató el pionero en esa evolución, sus vecinos empezaron a cambiar y ahora “solo el 20% ordeña de forma manual”.

    “En este momento hay ocho manos ordeñando”, destacó mientras su máquina operaba y el sonido de la succión se replicaba en las fincas aledañas, donde también cumple la cita con el ganado a las tres de la tarde.

    Hernando David Camargo, zootecnista y consultor del programa Método Base de Aceleración agroempresarial en Interactuar, destaca el trabajo que se cumple en La Campiña explica que el seguir una “secuencia” permite que el producto final sea “inocuo”.

    “No maltratar a los animales y seguir una rutina es importante”, precisó el experto, quien añade que no pueden ser descuidados aspectos como “la desinfección, el ordeño higiénico y sellado de los pezones para evitar entrada de bacterias”.

    Según Camargo, en San Pedro de los Milagros, un municipio ubicado en el departamento de Antioquia, consiguió consolidarse como un municipio de “lechería especializada” al manejar razas de “muy alta genética adaptadas a la zona”, contar un terreno con ciertas pendientes y, además, manejar pastos de alta producción y fertilizados.

    “Acá se hacen dos ordeños en el día, un control de todas las enfermedades y un manejo óptimo en el que los animales están tranquilos y pueden expresar toda su productividad”, concluye este zootecnista especialista en alimentos.

    Un trabajador instala un sistema de ordeño mecánico en la finca La Campiña, ubicada en San Pedro de los Milagros, uno de los municipios más lecheros de Colombia. Fotos: luis Eduardo Noriega / EFE
    Un trabajador instala un sistema de ordeño mecánico en la finca La Campiña, ubicada en San Pedro de los Milagros, uno de los municipios más lecheros de Colombia. Fotos: luis Eduardo Noriega / EFE
  • Juan Pablo Grijalva: ‘Exportar leche, una buena solución’

    Pedro Maldonado

    Editor del Semanario Líderes (I)

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    Juan Pablo Grijalva es el gerente general de la Asociación de Ganaderos de la Sierra y Oriente (Agso) detalla las dificultades por las que atraviesa el sector ganadero. También habla sobre el consumo de lácteos en el país y la prohibición impuesta al suero de leche.

    La semana pasada se prohibió la comercialización de suero de leche en el país. Este tema destapó, de alguna manera, una serie de problemas en el sector ganadero. ¿Qué está pasando?

    Lo del suero de leche es la razón por la que se están tomando medidas en el Gobierno. El sector ganadero es extremadamente importante para la economía, tenemos cerca de 280 000 unidades productivas lecheras en el país, de todos los tamaños, en todas las provincias. La leche se concentra más en la Sierra, pero hay producción en la Amazonía y en la Costa. La leche es como un ‘vaso comunicante’ entre el campo y la ciudad, no hay otro producto que conecte tanto al país.

    ¿Tan importante es el sector lechero?

    Es sumamente importante. A veces no es tan visible por la gente, en especial en la ciudad. Pero en el campo es vital. Hablamos de que la leche para el campo es como el sueldo. En muchas zonas no hay otras fuentes de ingresos.

    ¿Por ejemplo?

    En Tungurahua o Cotopaxi. Allí no existen otras opciones, son zonas muy altas para hacer agricultura, con condiciones climáticas adversas.

    ¿Se puede decir que el sistema del sector ganadero es frágil?

    Yo diría que es un sistema robusto en términos de que la gente está allí recibiendo sus ingresos. El problema es que puede recibir ingresos altos y bajos. Y cuando funciona vía intermediarios, muchas veces el ganadero recibe ingresos extremadamente bajos.

    ¿Qué tan fuerte es la presencia de los intermediarios?

    Hay muchos, y ellos compran o pueden dejar de comprar durante uno o dos días. Se ha establecido una práctica nada positiva en la que algunas industrias compran unos días y otros no. Eso es tremendo porque las vacas producen todos los días y si no se las ordeña se enferman.

    ¿Existen demasiados intermediarios?

    No. Pero son 5,5 millones de litros de leche que se producen al día. 2,5 millones de litros van a las industrias formales y el resto se queda en la informalidad y allí están los intermediarios. Ellos venden a empresas o queserías pequeñas y precarias, sin control.

    ¿Entonces existe una sobreproducción de leche?

    Con este escenario y con la vocación para producir leche en el país tenemos algunas hipótesis. Los agricultores, de papa por poner un ejemplo, se dedican a la ganadería para tener un ingreso permanente. Eso ha hecho que la producción suba. El problema es la sobreoferta de leche para el mercado local. Además, el consumo ha bajado por la situación económica, hasta un 10% según algunos estudios. También influyó el semáforo a los alimentos. Por otro lado está la sustitución de leche por bebida láctea. Esa última es un producto de la industria que mezcla un 60% de leche y un 40% de suero de leche. Esa bebida, se dice, ha sustituido el consumo de leche. El suero de leche es un subproducto que sale de la elaboración del queso y puede confundir a la gente que piensa que es leche. Esto al final afecta al ganadero.

    ¿Cómo se dio la aparición de esta bebida láctea?

    Hay zonas muy alejadas y producir esta bebida láctea es más barato que producir leche. Esta bebida láctea puede llegar a sitios alejados porque tiene más margen para transporte, distribución, etc. Eso dicen las industrias que elaboran y ofertan este producto.

    ¿Qué efectos sintió el productor con la aparición de esta bebida?

    El problema es que el ganadero no puede vender toda su leche y el precio está bajando, a pesar de que existen acuerdos ministeriales que se deben acatar. Pero el informal no acata.
    El ganadero pierde…

    El ganadero está complicado. Pero se están buscando soluciones como elevar el consumo local con campañas o exportar. El reto es que por tener el dólar se compite con países que devalúan sus monedas.

    Ese problema aqueja a varios sectores.

    No podemos competir directamente con otros países. Por eso hemos planteado un fondo lechero pagado por los productores y apoyo del Gobierno, para sostener la leche, base de la economía rural. Un grupo dice que se elimine el suero de leche y por eso la medida anunciada la semana pasada. Pero como estas son tesis, deben ser probadas y comprobadas. La medida no es una prohibición, sino que exista autoconsumo de suero.

    ¿Qué significa eso?

    Que una empresa que produce quesos y tiene suero de muy buena calidad, con certificaciones BPM, puede elaborar bebida láctea solo con el suero que procesa. No puede salir a comprar suero en el mercado. La medida prohíbe la movilización de este suero de leche. En este momento no debería haber suero circulando por el país.

    ¿Qué pasa si estas iniciativas y medidas no funcionan?

    No es una sola medida, son varias. Hay que seguir con campañas de consumo de lácteos o productos hechos con lácteos.

    ¿Y si no sube el consumo?

    Allí viene la figura de exportación. O se apoya los envíos al extranjero o baja la producción, lo cual sería tremendo. Cuando la producción baja es muy difícil recuperarla.

    ¿Qué piensa que pasará hasta fines de año?

    Ya hay una primera medida tomada por las autoridades. La exportación es a la que yo le doy más fuerza, porque tenemos vecinos que necesitan leche. Perú, por ejemplo, importa de Nueva Zelanda, Uruguay, Chile.

    ¿Ecuador está listo para exportar leche?

    Ya hemos exportado. Este momento es difícil por los precios pero ya podemos exportar. Para esto podemos apoyarnos los ganaderos. Exportar es una de las mejores soluciones. La calidad es de primer nivel, es leche de campo y se pueden solventar temas sanitarios.

    En la actualidad es el Gerente general de la Asociación de Ganaderos de la Sierra y Oriente (Agso), gremio al que se conectó cuando él tenía 27 años de edad. También está al frente de  la Sociedad Industrial Ganadera El Ordeño, una organización del sector
    En la actualidad, Juan Pablo Grijalva es el Gerente general de la Asociación de Ganaderos de la Sierra y Oriente (Agso), gremio al que se conectó cuando él tenía 27 años de edad. También está al frente de la Sociedad Industrial Ganadera El Ordeño, una organización del sector de lácteos. Foto: Julio Estrella / Líderes
  • Gobierno y lecheros firmaron acuerdos

    Carolina Enriquez

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    Mecanismos para resolver los problemas del sector lechero es uno de los puntos en los que trabajará el Consejo Público Privado Permanente para esta área productiva.

    El organismo se creó este 29 de agosto del 2018 luego de una reunión que mantuvieron representantes del gremio y el ministro de Agricultura, Xavier Lazo.

    El Consejo está conformado por el titular de la cartera de Estado, el Consejo Nacional de Leche, el Centro de la Industria Láctea, pequeños productores, etc.

    El principal problema para el sector es la sobreproducción de leche. A diario, según la Asociación de Ganaderos de la Sierra y Oriente (AGSO), se producen alrededor de 5,5 millones de litros; sin embargo, hay un excedente de 200 000 que es necesario que se coloque en algún lugar.

    “Hay una alta producción y una baja de consumo por la situación económica. Eso provoca que haya más leche de la que puede consumir el ecuatoriano (…) Lo que se va a ver son mecanismos de exportación, de salida, de mayor consumo local del producto”, señaló Juan Pablo Grijalva, titular de AGSO.

    En la rueda de prensa participó el ministro de Agricultura y Ganadería, Xavier Lazo (c), quien anunció la creación del Consejo Nacional Público Privado del Sector Lechero. Foto: Cortesía Ministerio de Agricultura
    En la rueda de prensa participó el ministro de Agricultura y Ganadería, Xavier Lazo (c), quien anunció la creación del Consejo Nacional Público Privado del Sector Lechero. Foto: Cortesía Ministerio de Agricultura

    Entre los países a los que se busca exportar están Colombia, Perú y Venezuela.

    Quienes acudieron a la reunión para revisar este y otros temas representan a más de
    300 000 ganaderos lácteos que existen a escala nacional.

    Otras acciones que se llevarán a cabo son el control de leche cruda desde su origen por parte de Agrocalidad; mayor revisión por parte de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA) de productos terminados; incremento de valor agregado del suelo; apoyo a campañas de consumo de leche; medidas ante el contrabando en zonas fronterizas y más.

    Alexandra Peralta, viceministra de Agricultura y Ganadería, explicó que también se realizarán controles sobre el uso del suero de leche. “Vamos a darle valor al suero”.

    La funcionaria también indicó que se ratifica el precio mínimo de sustentación de la leche, que es de USD 0,42 por litro para el productor.

    En el país, 200 000 litros de leche diarios no se logran comercializar y se convierten en un excedente que se puede exportar.  Foto: Archivo / LÍDERES
    En el país, 200 000 litros de leche diarios no se logran comercializar y se convierten en un excedente que se puede exportar. Foto: Archivo / LÍDERES
  • 1 135 familias trabajan para elevar la producción de leche

    Pedro Maldonado

    Campesinos de la provincia de Cotopaxi que se dedican a la producción de lácteos buscan mejorar sus procesos para comercializar un producto de mejor calidad.

    Para conseguir este objetivo, la fundación Eli Lilly and Company, a través de su división de animales denominada Elanco, donó USD 100 000 para que productores de esta provincia puedan mejorar su línea de producción.

    Con ello, se busca beneficiar directamente a 1 135 familias que forman parte de La Campesina, red de 11 centros de acopio y transformación de lácteos en Cotopaxi.

    La donación se suscribió el pasado miércoles 17 de mayo, en Quito, en un evento que estuvieron presentes representantes de La Campesina, Silvia Bravo viceprefecta de Cotopaxi; Michael McCarty, director Asuntos Corporativos para América Latina de Elanco; Rosa Rodríguez, directora de Heifer Ecuador, entre otros representantes del sector.

    El que ejecuta todo este proyecto es Heifer, una ONG cuyo enfoque combina una propuesta de desarrollo para poblaciones en pobreza, a través de la gestión de ecosistemas y recursos naturales.

    McCarty explica que los desembolsos se realizarán en dos años. Añade que dialogaron con Heifer durante cinco años y coincidieron en las visiones del proyecto, que busca mejorar la producción de proteína animal.

    Además la fundación brindará ayuda técnica con especialistas como veterinarios
    Rodríguez señala que específicamente el dinero se destinará a la mejoramiento genético, mejora del tratamiento animal. Todo esto para que las familias campesinas mejoren los niveles de producción y la calidad de los animales a través de una buena crianza.

    Además, el proyecto busca articular a las diferentes asociaciones campesinas productoras de leche de Cotopaxi con el fin de que puedan garantizar un mayor volumen de producción y así comercializar en mejores condiciones. “Es más fácil comercializar en conjunto, un mayor volumen, que garantizar una venta de una sola comunidad”, señala Rodríguez.

    Esto va acompañado de asesoría en procesos de capacitación en negociación para que puedan comercializar de mejor manera sus productos.

    Toda esta iniciativa va acompañada de una capacitación constante a las diferentes asociaciones. Otra de las aristas del trabajo comunitario es diversificar la producción láctea, con la fabricación de quesos, helados o yogur.

    Silvia Bravo, viceprefecta de Cotopaxi, señala que la verdadera matriz productiva consiste en aportar a los pequeños productores para poder mejorar su situación económica y condiciones de vida. “Deben existir proyectos sustentables, sostenibles para mejorar la calidad de vida”, añade la viceprefecta.

    El 68% de la producción de leche, según las fundaciones, está en manos de campesinos. El 75% de los productores de lácteos actualmente se concentra en la Sierra centro del país.
    Según Bravo, en la provincia de Cotopaxi se producen 400 000 litros diarios de leche y este es un negocio que sustenta a muchas familias de la región.

    Silvia Bravo (de pie), viceprefecta de Cotopaxi, durante la entrega de la donación junto a dirigentes de las comunidades y fundaciones. Foto:: Diego Pallero / LÍDERES
    Silvia Bravo (de pie), viceprefecta de Cotopaxi, durante la entrega de la donación junto a dirigentes de las comunidades y fundaciones. Foto:: Diego Pallero / LÍDERES
  • Alpina, tras la cuajada de leche perfecta

    José Luis Rosales

    Comercializar leche en cuajada refrigerada, a buen precio, es un modelo de negocio que busca ser introducido en el país. Así explica Luis Aldean, de la Fundación Alpina.

    La cuajada, la materia prima para elaborar quesos, es la masa que se obtiene coagulando la leche. Pero, para que tenga buenas características microbiológicas se le adiciona ácido cítrico.

    Este proceso es común en países productores de leche, como Nueva Zelanda, y es una opción para la temporada de alta producción o ventas bajas, explica Aldean.

    En Ecuador la propuesta de Alpina se dirige a pequeños y medianos ganaderos, para que no solo comercialicen el lácteo en líquido, que es muy perecible.

    En la región Sierra, por ejemplo, el kilo de queso demanda 7,5 litros. Pero, se requiere 6,4 litros por kilo si proviene de los pequeños y medianos ganaderos. Una de las razones es que este segmento genera leche con alto contenido en Sólidos Totales (ST), que es el principal insumo de las queserías.

    Desde mayo de 2016, la Fundación Alpina, adscrita a la multinacional productora de alimentos y bebidas refrescantes, conjuntamente con la Universidad Técnica del Norte (UTN), de Ibarra, desarrolló la propuesta.

    El análisis incluyó la funcionalidad de estas cuajadas en cuatro variedades de queso: mozarela, doble crema, tajable (tipo americano) y untable.

    Para ello, se hicieron pruebas con ácido cítrico y bacterias acidolácticas. Ahí, se determinó que el primer proceso de fermentación es el más óptimo.

    Además, se hizo un seguimiento al tiempo de conservación, actitud microbiológica y sensorial, que desarrolló el lácteo durante el almacenamiento de las cuajadas.

    La investigación, que fue desarrollada por cinco estudiantes de Ingeniería Agroindustrial de la UTN, se centró en Carchi e Imbabura. En esta región se producen 407 000 litros diarios de leche.

    El estudio incluyó ensayos en la industria y en organizaciones de pequeños productores lácteos.

    Una de estas últimas es la Asociación Progresista Mirador, en Huaca, Carchi, que tiene 32 socios y se dedica a la fabricación del queso amasado. Actualmente procesa 1 500 litros diarios.

    Se hicieron cinco prácticas con volúmenes de entre 200 y 480 litros. En Huaca se elaboraba y empacaba la cuajada. Luego, las muestras eran trasladadas a la Unidad de Lácteos de la universidad para los análisis. Se determinó que la parte microbiológica de la cuajada, que es lo más importante al momento de comercializarlo, se logra con un bueno manejo técnico, comenta Luis Hernández, de la Universidad Técnica del Norte.

    Por ejemplo, para añadir el ácido cítrico, la leche debe estar entre 14 a 18 grados centígrados. Mientras que para cuajar debe calentarse entre 33 y 38 °C.

    Así se estableció este protocolo. La idea es replicar luego entre pequeños y medianos productores del país. Eso garantiza cuajadas ácidas con un alto potencial de comercialización destinada a las grandes empresas productoras.

    En la industria se hizo pruebas de duración de la cuajada a diferentes temperaturas. Eso determinó los porcentajes ideales para la elaboración de los quesos.

    La propuesta de Alpina, es que ganaderos de Costa y Amazonía comercialicenleche -en cuajadas refrigeradas- a plantas procesadoras de quesos en la región Sierra.

    Este modelo no solo garantiza una mayor productividad en las empresas y a mejorar los ingresos de los lecheros. Aldean asegura que también combatirán el problema ambiental porque ya recibirían la materia prima sin suero.

    Luis Aldean (azul), de Alpina, junto al equipo de investigación de Ingeniería Agroindustrial, de la UTN, de Ibarra. Francisco Espinoza para LÍDERES
    Luis Aldean (azul), de Alpina, junto al equipo de investigación de Ingeniería Agroindustrial, de la UTN, de Ibarra. Francisco Espinoza para LÍDERES
  • El precio de la leche atrae a más agricultores

    Cristina Márquez

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    A pesar de que la agricultura aún es la actividad más recurrente en Chimborazo, cada año centenares de campesinos deciden dejarla de lado para dedicarse a la ganadería. El precio estable, el amplio mercado y los pocos riesgos que representa producir leche motivan a los agricultores a cambiar sus sembríos por pastos para ganado y vacas.

    En Pungalá, una parroquia a 40 minutos de Riobamba, el cambio de actividad es más evidente. Hasta hace 10 años, ese lugar era reconocido por la producción de cebolla que abastecía los mercados de la zona centro del país, pero hoy el 85% de la población se dedica a la producción de leche.

    Para Luis Quillay, por ejemplo, la rutina empieza antes de que salga el sol; a las 04:00 él ya se encuentra en sus terrenos, ordeñando a las 22 vacas de su propiedad. Cada día obtiene cerca de 250 litros de leche, que vende a USD 0,40 a los carros recolectores que a esa hora ya recorren los caminos vecinales que conectan a Pungalá.

    “La producción de leche es prácticamente un sueldo seguro. Basta con cuidar bien a las ‘vaquitas’ y ellas nos dan de comer, mientras que para obtener ganancias de los cultivos todo depende de la suerte”, afirma Quillay.

    Él conoce bien esta realidad, pues vio cómo las heladas, las plagas y las enfermedades, acabaron con enormes extensiones de cultivos en su comunidad. Además, sabe bien que la leche que se produce en Chimborazo es cotizada por las grandes empresas de lácteos.

    Actualmente en Pungalá se producen 25 000 litros de leche diarios que se envían a empresas de Cañar y Azuay. En esa parroquia prácticamente se duplicó la producción con relación a la que se obtenía hace 10 años y para el 2015 espera alcanzar los 50 000 litros.

    “La producción lechera le trajo progreso a nuestra parroquia. Por eso decidimos iniciar un proyecto para entregar ejemplares de raza mejorada a los productores, para que así puedan incrementar su producción, nos apoyamos con instituciones como el Magap”, afirma Efraín Allayca, vicepresidente del Gobierno Parroquial.

    Las empresas lecheras con más influencia en el área ganadera de Chimborazo son Nutrileche y Toni; compran el 73% de los 361 133 litros que se producen a diario en la provincia. “Ellos exigen mayor calidad en la leche que les entregamos, tenemos que cumplir parámetros estrictos, pero de igual forma nos pagan más y eso nos beneficia a todos, porque nos han obligado a competir y a mejorar los procesos”, dice Inés Fualongo.

    Ella habita en la comunidad Tinajeras, en Chunchi, un cantón situado al sur de la provincia. Ese sector también sustituyó los cultivos por pastos y forrajes para alimentar al ganado. “Es el pan de cada día. Las vaquitas nos dan de comer”, cuenta mientras coloca con cuidado la leche en dos recipientes metálicos. Hace 10 años, en esta comunidad, los cultivos de arveja, papa y maíz cubrían casi todo el terreno, pero con frecuencia se perdían por las heladas.

    Además, de que la crianza de vacunos implica menores riesgos de pérdida, los productores también se motivaron con los programas de ayuda estatal que se impulsaron para favorecer a los ganaderos de Chimborazo, por eso optaron por un cambio de actividad.

    En el sur de la provincia la rutina es similar. Cada mañana centenares de carros recolectores equipados con tanques metálicos de cada firma recorren la Panamericana Sur. Desde las 08:00, los ganaderos se ubican a lo largo de la vía para entregar su producción.

    Para Pedro Santillán, propietario de la empresa Prasol, la presencia de las grandes empresas de lácteos incrementó la competitividad en el mercado. “Ellos son los que le ponen el precio, por eso hay mucha competencia entre empresas lácteas. Nosotros pagamos entre USD 0,40 y 0,45, dependiendo de las ofertas que hagan las otras empresas a los productores”.

    En su empresa se procesan cada día entre 18 000 y 20 000 litros, que en su mayoría provienen de Urbina, Chambo, Ilapo y Pungalá. Allí se procesa leche pasteurizada y derivados como yogur y quesos. La mayor cantidad parte de su producción se envía a Milagro, Quevedo y Guayaquil, pero sus entregas se hacen en todo el país.

    En la comunidad de San Luis, en los alrededores de Riobamba, se encuentra la planta de lácteos Prasol. Allí se procesa leche pasteurizada y derivados como yogur y quesos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES.
    En la comunidad de San Luis, en los alrededores de Riobamba, se encuentra la planta de lácteos Prasol. Allí se procesa leche pasteurizada y derivados como yogur y quesos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES.
  • Después de 30 años, la Unión Europea liberaliza la producción de leche

    Agencia AFP

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    El próximo 1 de abril, por primera vez en 30 años, los productores europeos podrán producir tanta leche como quieran, una decisión ventajosa para los países nórdicos que otras naciones ven con recelo.

    Después de la Segunda Guerra Mundial, los países europeos estimularon la producción de leche en forma constante, pero en los años 70, cuando los tanques comenzaron a desbordar, comenzaron a regular el mercado. En 1984, la Unión Europea, cansada de comprar los excedentes, para mantener los precios en el mercado, decidió regular la producción estableciendo un sistema de cuotas.

    Treinta años después, la Unión Europea adopta una posición totalmente opuesta y liberaliza completamente el mercado con el objetivo de responder a la creciente demanda mundial de leche. La desregulación de la producción comenzó paulatinamente a partir del año 2009, con un aumento de 1% anual de las cuotas.

    La principal razón del cambio es el aumento de la demanda en los países emergentes. En China, especialmente debido a que los consumidores prefieren la leche para bebés producida en el extranjero tras una serie de escándalos con los productos locales. En ese contexto favorable, los países de Europa del norte apuntan a aumentar la producción, como por ejemplo Irlanda que aspira a un incremento de 50% de 2015 al 2020.

    Irlanda, pequeño productor con una cuota de 5 400 millones de litros por año, en comparación con Alemania o Francia, exporta 80% de su producción.

    En Holanda, la Asociación Lechera Holandesa (NZO) considera el fin de las cuotas como una «increíble oportunidad». «Las cuotas habían sido instauradas porque había demasiada leche en el mercado con relación a la demanda, pero la situación cambió mucho desde entonces», dijo René van Buitenen, portavoz de la NZO.

    «El sistema aventajó a Estados Unidos y a Nueva Zelanda«, primer exportador mundial. Los productores holandeses están decididos a recuperar el tiempo perdido y esperan aumentar la producción en un 20% hacia el 2020. En Alemania, primera potencia lechera de Europa, la industria lechera apunta a un aumento de la producción anual de hasta un 3%.

    Los productores alemanes no ocultan su alegría pues en los últimos 30 años superaron en 21 ocasiones las cuotas permitidas, por lo cual tuvieron que pagar multas por un monto de 2 000 millones de euros, recuerda un portavoz de la Unión Regional Lechera de Baja Sajonia.

    Las expectativas en Francia, segundo productor europeo, son diferentes. Los productores franceses no olvidan la crisis de 2009 provocada por la fuerte baja de la demanda consecutiva a la crisis económica, lo que provocó una caída de 30% del precio de la leche. Granjeros y cooperativas lecheras afirman que aumentarán la producción solo si se registra un claro aumento de la demanda.

    Francia pide que se cree un mecanismo europeo para enfrentar una eventual sobreproducción, pero parece bastante aislada en Bruselas ya que su propuesta cuenta solo con el apoyo de Polonia e Italia. Tanto más cuanto que desde febrero pasado, el precio de la leche aumentó casi 500 euros, estableciéndose en 2 350 euros la tonelada.

    El aumento se debe a tres factores: la baja de la producción en Europa, para evitar las multas antes del fin de las cuotas, la sequía en Nueva Zelanda y la devaluación del euro, que favorece las exportaciones, señala Gérard Calbrix, economista de la ATLA, Asociación Francesa de la Transformación Lechera.

    Por el momento «no hay problema de precios», dijo Phil Hogan, comisario europeo de la Agricultura, una declaración que fastidió a los productores franceses.

    Desde febrero pasado, el precio de la leche aumentó casi 500 euros, estableciéndose en 2 350 euros la tonelada. Foto: María Isabel Valarezo/ El Comercio
    Desde febrero pasado, el precio de la leche aumentó casi 500 euros, estableciéndose en 2 350 euros la tonelada. Foto: María Isabel Valarezo/ El Comercio