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  • El empresario que lee al mago Harry Potter

    Gabriel Flores

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    La biblioteca de Carlos Ribadeneira es un espejo de sus gustos y pasiones. Ahí está ‘Génesis’, un libro de gran formato, que reúne el trabajo del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado; otro que recopila la obra del pintor austríaco Gustav Klimt; más allá, cerca de un Quijote pintado por Stornaiolo, libros de jazz; y la obra completa de uno de sus referentes literarios, el peruano Mario Vargas Llosa.

    Para Ribadeneira, miembro del Tribunal de Honor y Disciplina de la Cámara de la Pequeña Industria de Pichincha, el arte y la literatura siempre han sido una constante. Desde sus años colegiales en los que leyó ‘Las venas abiertas de América Latina’, de Eduardo Galeano, hasta ahora, que intercala las lecturas de novelas históricas con los libros de Harry Potter.
    La lectura del famoso mago creado por J. K. Rowling -cuenta- es parte de la complicidad que ha entablado con sus nietos. “Tengo que estar actualizado en sus gustos literarios. Esa es una forma para involucrarme en sus mundos”.

    Ribadeneira no es de los lectores que se encariña con una temática o un autor específico. Si un libro llega a sus manos y le gusta, lo lee a veces de un solo tirón y otras con ciertas pausas. Su última lectura fue ‘El hombre que amaba los perros’, del cubano Leonardo Padura. Un libro que cuenta la historia de Ramón Mercader, el hombre que asesinó a León Trotski.

    Durante la lectura de esta obra, Ribadeneira cuenta que hizo varias pausas para ‘googlear’ datos que le llamaron la atención. Sobre todo, los que tienen que ver con la Guerra Civil Española. “Ahora, cuando leo algo que me interesa, lo investigo. Una de las cosas que me llamaron la atención es cómo España fue utilizada como terreno de experimentación para la Segunda Guerra Mundial”.

    Uno de los libros al que siempre vuelve también tiene un filón histórico. ‘Memorias de Adriano’, de Marguerite Yourcenar, la obra que narra las memorias de este emperador del siglo II, ha influenciado en su vida familiar y empresarial. Ribadeneira resalta que la valía de esta lectura está en que invita a que el lector piense y reflexione. “Es un libro -dice- al que hay que leerlo de forma pausada”.

    Volviendo a Vargas Llosa, cuenta que ha leído toda su obra desde ‘La ciudad y los perros’ pasando por ‘La Fiesta del Chivo’, hasta una des su últimas novelas, ‘El héroe discreto’. Junto a los libros del Premio Nobel del 2010 hay obras de autores locales como Carlos Arcos Cabrera, Javier Vásconez e Iván Égüez

    Ribadeneira comparte el gusto de la lectura con Ximena Montalvo, su esposa. “La conocí con un libro bajo el brazo”. Eso fue una de las cosas que le llamaron la atención de su personalidad. Juntos, hace unos años, armaron una pequeña biblioteca para que sea utilizada por sus empleados.

    Este empresario se define como un lector de la vieja guardia, de esos que no cambian el libro físico por nada y que encuentra placer en visitar librerías locales. Cuando comenzó a armar su biblioteca compraba libros al peso. Ahora no escatima pagar sobreprecio cada vez que trae un libro, de gran formato, del extranjero.

    Carlos Ribadeneira, en la biblioteca de su casa ubicada en El Condado. Foto: Diego Pallero  / LÍDERES
    Carlos Ribadeneira, en la biblioteca de su casa ubicada en El Condado. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Lee Ullmann: ‘La educación es fundamental ante una crisis’

    Redacción Quito

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    Inversión en innovación. Es una receta sencilla, pero que no todas las universidades la desarrollan a conciencia y con objetivos de largo aliento, aliándose, incluso, con otros centros de educación superior.

    Esta fórmula es parte de la esencia del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Así lo aseguró la semana pasada Lee Ullmann, director de la oficina para América Latina del MIT Sloan, la Escuela de Administración y Dirección de Empresas del centro estadounidense. El representante del MIT estuvo un par de días en Quito para hablar sobre innovación, tanto con empresarios, como con autoridades del sector público.
    En un diálogo con medios de comunicación, Ullmann detalló, por ejemplo, que cerca de 700 empresas trabajan con profesores y estudiantes de MIT en la actualidad. “El trabajo se cumple en programas de industrialización, energía, sostenibilidad…”.

    En el 2015, la inversión de las empresas representó USD 134 millones en el 2015, eso fue el 19% de todos los fondos del MIT para investigaciones. “Esto ocurre -dijo Ullmann- porque la investigación, la innovación y la educación son fundamentales ante la crisis. Con la educación viene la innovación y el desarrollo”.

    El representante del MIT señaló que el centro de estudios valora mucho la colaboración con empresas, porque bajo ese modelo las ideas se convierten en innovaciones que llegan al mercado.

    Según Ullmann, esas 700 empresas son de todo el mundo. Allí, dice, se encuentran grandes firmas de sectores como energía o empresas pequeñas sin tantos fondos pero que invierten para ser parte del desarrollo que se genera en el MIT. “Ese trabajo conjunto deriva en logros científicos e investigaciones que terminan en premios Nobel”.

    Ullmann es directo y dice que el actual modelo de investigación de las universidades debe cambiar. Es necesario que se alíen, pero que también compitan entre ellas, para lograr las metas. “En América Latina hay académicos que tienen miedo de trabajar en conjunto con las empresas y estos, a su vez, temen al gobierno. Eso es un error. Para lograr inversión en investigaciones hay que trabajar entre todos. Es trabajo en equipo”.
    El vocero del MIT Sloan en América Latina detalló la manera en la que la institución educativa trabaja con los profesores. “El MIT paga a sus profesores por cinco días a la semana, pero ellos trabajan cuatro y uno lo dedican a la investigación. Y si desarrollan una patente, esta le pertenece al profesor”.

    En cuanto al modelo que se maneja entre el MIT y las empresas, Ullmann indicó que son varios. Algunas pagan un monto para ser socio con acceso a investigaciones que desarrollan los catedráticos. Otras trabajan directamente con profesores y sus investigaciones, con una aclaración previa de que no todo va a salir perfecto.

    Otro esquema de investigación conjunta es investigar y experimentar en distintos segmentos de negocios. “Aquí la relación de la universidad y la empresa se mueve en función de tiempo, los costos y otras variables de la investigación”.

    En el encuentro con periodistas también se habló de los nuevos roles de los profesores. En el futuro, pronosticó Ullmann, los profesores verán que el mundo no es tan simple como ahora. El cambio vendrá desde la manera de relacionarse con estudiantes y la empresa privada, hasta en la manera de evaluar a los estudiantes.

    La transferencia de tecnología es otro tema que se debe considerar. Según Ullmann, la universidad que piensa que va a ganar dinero, gracias a la innovación está equivocada. “El MIT no gana dinero por las patentes que resultan de las investigaciones. Lo que las patentes logran es generar mejores profesores y mejores estudiantes”.

    Otra de las claves de las universidades, es relacionarse tanto con los empresarios como con las instituciones públicas.

    Lee Ullmann es el  director de la Oficina para América Latina del MIT Sloan. Estuvo en Quito la semana pasada. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Lee Ullmann es el director de la Oficina para América Latina del MIT Sloan. Estuvo en Quito la semana pasada. Foto: Galo Paguay / LÍDERES