En un documento de 33 páginas consta el Decreto Ejecutivo 1113, a través del cual el Ejecutivo oficializó el reglamento a la Ley Orgánica de Emprendimiento.
El documento se suscribió este 27 de julio del 2020; mientras que la Ley se aprobó el 17 de febrero pasado.
El documento tiene 64 artículos, 16 disposiciones reformatorias, una derogatoria, cinco transitorias y una final.
Entre los elementos que incluye está el mecanismo de elección de los integrantes del Consejo Nacional para el emprendimiento y la Innovación. Durante su primera sesión deberá nombrar presidente y secretario.
La secretaría técnica del Consejo será la encargada de llamar a la primera sesión en un plazo de no más de 15 días luego de la expedición del reglamento en el Registro Oficial. Mientras que la primera sesión del Consejo deberá celebrarse en un plazo máximo de 20 días luego de la publicación.
Un capítulo clave, tomando en cuenta los impactos de la pandemia en la economía, es aquel sobre la reestructuración de los emprendimientos. Entre el articulado consta el hecho de que para reestructurar, el emprendedor deberá presentar una solicitud ante la Superintendencia que se designe, que incluya el estado en que se encuentre el negocio, un listado de sus acreedores, etc.
Asimismo, determina que es posible un acuerdo de reestructuración. El texto, además, regula los temas de liquidación del emprendimiento.
El documento tiene 64 artículos, 16 disposiciones reformatorias, una derogatoria, cinco transitorias y una final. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
Inty Gronneberg, emprendedor e innovador ecuatoriano, reconocido en el 2018 como uno de los Inventores del Año por la revista MIT Technology Review, habla sobre los retos de los ecosistemas de innovación y sobre el trabajo del Estado y la empresa privada.
¿Qué opina sobre las 73 objeciones que hizo el Ejecutivo a la Ley de Emprendimiento? Hay una falta total de conocimiento sobre que es un ecosistema de innovación. En ese “desbalance” sobre entendimiento de un ecosistema de innovación y emprendimiento el sector publico tiene una mayor ignorancia sobre el tema. Haciendo un análisis desde un punto de vista técnico, mi parecer es que las observaciones sobre el proyecto de Ley no fueron basadas en argumentos técnicos sobre ecosistemas de innovación, sino más bien “empujadas” en base a opiniones y criterios desde otras áreas. Las objeciones no van en busca de mejorar la ley, sino más bien en sentido de opinar.
¿Más allá de la Ley, cómo mira al ecosistema emprendedor ecuatoriano?
La Ley es un paso inicial para lograr un ecosistema sólido. La innovación ha evolucionado de ser individual, luego pasó a ser cerrada con el dominio de empresas y hoy se la conoce como innovación distribuida. Ahora, los costos de producción de un prototipo han bajado, igual los costos logísticos. Todo esto es parte de un plan de generar oportunidades para entregar productos y servicios. Un antecedente está en EE.UU., donde hace 60 años ya vieron la necesidad de diversificar el modelo de crecimiento a través del sector público y con el liderazgo de grandes empresas. Por eso EE.UU ya tiene una cultura de inversión de riesgo de 40 o 50 años.
¿Ecuador está tratando de igualarse a EE.UU. y otros países más avanzados en temas de innovación?
Todos los países tienen una estrategia para intentar igualarse. Por eso surge la idea de los ecosistemas de innovación, en donde el Estado trata de regular para permitir un ambiente propicio para reducir la tasa de fallo de emprendimientos y para generar su crecimiento. Emprender es complejo, existe mucho riesgo, incertidumbre comercial, dudas de que la propuesta de valor sea sostenible. A esto se suma la parte tecnológica. Para resolver esto tienen que intervenir los actores.
¿Estado, empresa privada y academia?
Sí, cada uno cumple un rol. El Estado genera las condiciones para facilitar el financiamiento, que deber ser no reembolsable en etapas tempranas. Hay una escala de grado de desarrollo tecnológico y en las etapas tempranas es cuando se puede experimentar, pero sin recursos no se puede, a menos que solo puedan hacerlo ciertos grupos que tienen recursos.
Foto: Armando Prado / LÍDERES
Si eso pasa, la brecha se mantendrá entre los que tienen recursos y los que no.
Y el emprendimiento se vuelve algo elitista. Por eso el Estado debe regular y generar condiciones de financiamiento y para la inversión semilla, que a veces nace a través de exención tributaria.
La Ley de Emprendimiento ya habla de inversión semilla, pero no de exención tributaria…
Se pone el término, pero no se lo encadena. Y quienes estamos interesados debemos ver cómo encadenar las exenciones tributarias. En Reino Unido ya hay grupos de inversionistas ángeles establecidos que invierten, asumen el riesgo y generan valor a cambio de ciertos beneficios tributarios. A esto hay que medir, tener indicadores, corregir y mejorar.
¿Es la exención tributaria lo más importante que se puede esperar?
A veces nos olvidamos que el país no vive en una burbuja. Hay casos de estudio en varios países y allí se ven ejemplos de ecosistemas han crecido. Una forma es el impuesto redimible. Es una falacia pensar que un emprendimiento va a generar resultados positivos desde el principio; para llegar al punto de equilibrio se requiere una inversión, que no es un préstamo. En Japón hay otro ejemplo: fondos de inversión públicos. La clave es compartir el riesgo, con un debate técnico. Estamos en un momento en el que todos los que sabemos que el emprendimiento genera empleo debemos estar expectantes y no podemos dejar que la Ley se caiga.
¿Qué pasa con la empresa y la academia?
La empresa privada es la que, bajo las condiciones del Estado, comparte riesgo e invierte. Tiene que apostar a su propia supervivencia y debe reinvertir en emprendedores y acompañarlos, porque la inversión incluye recursos y compartir la ‘expertise’. La academia entra al tema tecnológico porque tiene recursos físicos para la generación tecnológica y así surgen las aceleradoras.
En este punto siempre se debate la conexión entre la empresa y la academia. Hay casos exitosos, como la formación dual, pero parece que hace falta un mayor trabajo entre las dos partes. Ese trabajo es necesario. Eso refleja el nivel de colaboración entre sectores. Falta esa colaboración y eso es clave, porque como dijimos estamos en la innovación distribuida, con sinergias.
La palabra emprendimiento está de moda y vemos muchos actores de la sociedad que se ‘suben’ a esa palabra, sin saber los retos que tienen los emprendedores. ¿Se ha malentendido ese concepto? La palabra atrae, pero no se le da la profundidad requerida.
¿Qué riesgo se tiene? Se invita a la gente a fallar. Si la gente emprende en un ecosistema en donde no hay financiamiento, no hay facilidades en los trámites, sin inversión en recursos como el capital humano, cómo van los innovadores a escalar sus ideas. Así se pierden ideas. Hay que tomar al tema con mayor profundidad. Hay fondos de inversión que afirman que las ‘start ups’ de Ecuador tienen alto potencial y que el país puede llegar a niveles como los de Chile. ¿Qué piensa al respecto?
Sin duda. Con una política sostenida Ecuador puede lograr eso en 5 o 6 años. Las estadísticas dicen que Ecuador tiene la tasa de emprendimiento más alta de la región, pero hay dos aristas: una es que los ecuatorianos emprenden por necesidad y la otra es que en otros países no todos emprenden cuando están en problemas y bajan los brazos. El ecuatoriano genera ideas ante la adversidad. Hay otros países que soñarían con nuestra tasa de emprendimiento.
¿Es un tema cultural? Se mezcla la cultura, el sistema y su impacto en la gente. El ecuatoriano tiene algo intrínseco y ese es un valor que debe ser explotado. Ya no hay que pensar solo desde el lado privado o del lado público, hay que apostar al capital humano. ¿Qué pasaría si la clase media ecuatoriana tuviera oportunidades como en otros países? Usted dice que el ecosistema puede evolucionar con políticas claras e inclusivas. ¿Pero qué pasa cuando se cambian las autoridades y entran en juego los intereses?
Allí se ve qué tanta profundidad hay en los esfuerzos y en el discurso. La tarea del ciudadano es educarse y crear sus oportunidades.
Hoja de vida
En Londres fundó Ichthion, una ‘start up’ que desarrolla tecnología capaz de combatir la polución por plásticos de los océanos a escala global. Inventó una turbina que recolecta basura plástica de ríos y océanos.
Estudió Ingeniería Mecánica en la Universidad de las Fuerzas Armadas – Espe. Tiene una maestría en Ciencias Mecánicas de la Universidad de Greenwich. Cursa un PhD en Innovación Tecnológica en Emprendimientos, en el Imperial College London.
Cree que el sector público juega un rol fundamental en generar espacios de aceleración, sobre todo enfocados a etapas de desarrollo tecnológico temprano.
Una vieja aspiración del ecosistema emprendedor está cerca de cumplirse. La semana pasada se aprobó en la Asamblea la Ley de Emprendimiento e Innovación, por unanimidad. Ahora el documento está en manos del Ejecutivo, que tiene 30 días para allanarse o vetar la ley; luego, la Asamblea podrá allanarse al veto o rectificar el texto sugerido y finalmente deberán expedirse los reglamentos.
En el sector existe satisfacción, pero también una sensación de que pudo ser una mejor Ley. Ahora los emprendedores e innovadores del Ecuador están pendientes de la elaboración de los reglamentos. El proceso estará en manos del Ministerio de la Producción y se espera que no tarden demasiado. La meta es que la nueva Ley entre en vigencia a mediados de este año.
La idea de que el ecosistema emprendedor tenga una ley surgió hace cerca de seis años. Ahora, el anhelo de mucho tiempo está cerca de concretarse y el país espera que las autoridades a cargo del tema tomen decisiones pensando en el futuro del país, con elementos claves como el empleo, la inversión y la innovación como ejes fundamentales.
Camilo Pinzón, presidente del Directorio de laAlianza para el Emprendimiento y la Innovación, detalla los avances y los retos que ha enfrentado el proyecto de Ley de Emprendimiento e Innovación que está en la Asamblea. Cree en el valor de tener una visión de país.
¿En qué momento se encuentra la ley de Emprendimiento que está en la Asamblea Nacional?
Pasó el primer debate. En general la propuesta de la Ley ha sido tomada positivamente en la Asamblea, ahora está listo el informe para segundo debate y no ha entrado al pleno por las últimas leyes económicas tramitadas. Pero se espera que el debate sea este año…
Estaba lista para entrar en la agenda del debate legislativo, pero con todas las complicaciones de las últimas semanas se ha ido postergando. Lo que nos han dicho en la Comisión es que el proyecto ingresaría una vez que se termine la discusión de la nueva ley que se entregó a la Asamblea el jueves pasado. Mientras tanto seguimos en ‘stand by’.
La situación económica del país es complicada y las leyes que se han enviado han frenado otros temas.
Obviamente estamos conscientes de que el país vive un problema de déficit fiscal urgente. Para enfrentar el tema hay dos formas: reducción de costos o promoción de ingresos. Nosotros siempre planteamos a la Ley como un marco para fortalecer el crecimiento económico y creo que hay que tratarla con la misma urgencia con la que se están tratando temas fiscales. Pero no se la puede postergar porque esto es parte del proceso de crecimiento del país. En el proyecto de ley están temas como la facilidad de crear empresas y de atraer inversiones, la facilidad de cerrar compañías y volverlas a crear. El documento hace que el país sea atractivo para la inversión. Hay una urgencia fiscal, pero no se puede caer en el ‘fiscalismo’ y pensar que solo se puede salir de la crisis reduciendo costos. Hay que buscar incentivos desde el lado positivo, esto es promoviendo empresas, inversiones, facilitando la vida a quien emprende y desea invertir. La discusión de la ley de emprendimiento es urgente y no debe postergarse.
Cuando se planteó la Ley se dijo que promovería el empleo. ¿Este fin se mantiene?
Muchas veces se confunde emprendimiento con algo pequeño. Pero al ver el contexto global encontramos empresas de hace pocos años, pero que cada vez son más valoradas. Al frenar la creación de empresas con alto potencial de crecimiento por no tener marcos jurídicos adecuados estamos frenando el crecimiento económico y la generación de empleo y nuevas oportunidades. Hay que cambiar la visión y dejar de pensar que la ley de emprendimiento es para proteger a empresas pequeñas. Eso no es así, es una ley para empresas de rápido crecimiento. Tampoco podemos olvidar la innovación, porque ayuda al sector empresarial a transformarse para llegara otros sectores. Este marco regulatorio también incide en la mediana y la gran empresa.
Foto: Armando Prado / ÚN
El desarrollo de la Ley lleva cerca de dos años. ¿Qué trabas se han dado?
Hemos tenido varias etapas. Desde la AEI hicimos un proceso participativo bastante amplio, donde se analizaron reformas legales, incentivos, etc. Esto ha tenido varias discusiones con el Ejecutivo y la Asamblea. La Asamblea ha sido la que más rápido ha reaccionado, con la Comisión de Asuntos Económicos. En el Ejecutivo se ha revisado la propuesta con varios ministros y algunos temas se han quedado algo rezagados, entiendo que por las urgencias fiscales. Se han acogido sugerencias, pero no terminamos de ver por donde va la propuesta del Ejecutivo.
¿Hay una desconexión?
No, siempre ha habido un diálogo abierto y fluido. Pero las urgencias fiscales que todos conocemos frenan discusiones que no pueden seguir postergándose y eso afecta al crecimiento del país. El llamado es que entendemos la situación económica, pero pedimos que se trate la ley con el mismo nivel de urgencia e importancia porque es parte de una misma ecuación en beneficio del país.
La AEI aglutina a la empresa privada, a la academia y a entidades públicas. ¿Falta algún elemento para que estas tres hélices tomen impulso y se consolide su trabajo?
En este momento se requiere decisión política. La colaboración entre los tres sectores ha sido positiva, se ha visto que existe capacidad de elaborar propuestas, se ha demostrado que en el país se pueden elaborar agendas conjuntas más allá de las diferencias. No estamos pidiendo privilegios para ningún sector porque la AEI no representa a un gremio o sector, sino que tenemos una visión de país. Por eso diría que hay que comprender y sacar adelante este tema con decisión política. El primer debate en la Asamblea fue muy positivo, vimos como distintas bancadas entienden la necesidad de potenciar a la gente con talento. A veces nos olvidamos y creemos que el emprendimiento y la innovación son un tema menor, pero cada día encontramos el potencial de la gente que permite impulsar el crecimiento del país. Nos hace falta creer en nosotros, tener convicción. No es un discurso, es algo que está allí y que con un marco jurídico claro se puede potenciar de manera increíble. ¿Cómo está el ecosistema emprendedor ecuatoriano?
Ha progresado enormemente. La calidad de proyectos es cada vez más sofisticada, la capacidad de acceder a financiamiento es mejor, se ha unido a empresa y otros actores para abrir espacios comerciales. Hay condiciones para que el ecosistema pueda dar un salto importante, pero no es suficiente. Se necesita el marco normativo, aunque no lo es todo y no va a solucionar todos los problemas, pero si facilitará ciertos temas. Hay que darle más prioridad desde el sector público con recursos, políticas de fomento, institucionalidad y trabajar a mayor velocidad. Ecuador no está mal, pero hay otros países que avanzan más rápido. Los emprendedores solo necesitan reglas caras, apoyo y facilidades para generar empleo.
En el mundo del emprendimiento siempre hay un plan B o C. ¿Qué opción tendrían en caso de que el proyecto de Ley continúe aplazado en la Asamblea?
Vamos a seguir facilitando acceso a mercados, ya no solo en el país, sino que vamos a priorizar mercados internacionales. Seguiremos trabajando para mejorar el acceso a financiamiento, conectarnos con más fondos internacionales y Ecuador allí tiene la posibilidad de ser un ‘hub’ para atraer fondos al ser un país dolarizado. Hay que seguir fortaleciendo la red que ya tiene cerca de 140 aliados. Tenemos un crecimiento orgánico y espontáneo, sin buscar el lucro. No hay que olvidar la innovación que beneficia y fortalece a las empresas que mantienen procesos de transformación.
La AEI acaba de entregar, por quinta ocasión, los premios EI ¿Qué significa este reconocimiento? Los aliados de la AEI se unen para beneficiar a otros fuera de la red. Así se ha logrado que empresas con posibilidad de financiar servicios generen una base para otros. El premio es para la sociedad y cada año vemos cómo mejora la calidad de las iniciativas.
HOJA DE VIDA
Cargos. Es el Presidente del Directorio de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI). También es director general de Edes Business School, al Escuela de Negocios de la UTPL.
Formación. Tiene un título de economista con una especialización en Desarrollo Sostenible. Además tiene un MBA.
Trayectoria. Es cofundador de Startup &Ventures, una red de inversionistas ángeles. Allí acumula más de seis años de experiencia en inversiones de capital en negocios en etapas tempranas. Ha estado vinculado con temas de educación, administración pública, emprendimiento e innovación.
Camilo Pinzón, presidente del Directorio de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación. Foto: Armando Prado / ÚN