Etiqueta: literatura

  • Rocío Vásquez Alcázar: ‘El libro es el mejor amigo de una persona’

    Giovanni Astudillo
    Editor (I)

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    Rocío Vázquez Alcázar tenía 12 años cuando incursionó en una experiencia trascendental en su vida. Su madre Agustina, quien era una gran lectora, le abrió su biblioteca. No le dio ni le sugirió ningún libro, solo le dijo “aquí tienes todo”.

    Desde entonces empezó una suerte de exploración y fue encontrando espléndidas publicaciones, recuerda la empresaria cuencana. También, tenía otras motivaciones para leer. Su tía Pilar Alcázar había sido una de las primeras españolas que se había graduado de periodista en ese país y a los 27 años escribió un libro, que no fue publicado.

    A Vázquez le cautivó la lectura porque podía transportarse a realidades diferentes o acceder a lugares ficticios o reales mediante un libro. En esa época, era introvertida y los textos eran su gran compañía. Ella aprendió de su madre que el mejor amigo que tiene una persona es un libro.

    Las publicaciones de Erich Fromm se convirtieron en sus favoritos, al igual que los textos de Hermann Hesse, como ‘El lobo estepario’ y, fundamentalmente, la novela ‘Siddhartha’, que fue escrita en 1922. Sobre este último hizo su proyecto de libro leído cuando estuvo en el colegio.

    Vázquez siguió incursionando en la literatura y nunca ha dejado de leer, sobre todo, literatura universal. No puede dormir sin leer y siempre tiene dos libros en su velador. Le gusta el papel y subrayar.

    Las biografías son otro de sus géneros favoritos porque se interesa por los personajes que han marcado la historia de la humanidad. Destaca las publicaciones de autores como Stefan Zweig.

    Su padre, Guillermo Vázquez Astudillo, le incentivó para que se interesara por las biografías y que así conozca facetas poco difundidas de los personajes.

    Entre su interés literario está la historia para aprender sobre las civilizaciones precolombinas. Ha revisado publicaciones de escritores peruanos y ecuatorianos. Ha leído textos sobre administración de empresas porque ha tenido que trabajar en ese campo y “una de las formas de aprender es leyendo”.

    Vázquez tuvo un punto de inflexión el 4 de abril del 2009, cuando tuvo un problema de salud que marcó un antes y un después. Fue una gran oportunidad que la vida le dio para saber dónde estaban sus prioridades. No fue algo negativo sino lo contrario, destaca.

    Ella empezó a preguntarse qué hace en este mundo y por qué no se fue y es una sobreviviente. “La sociedad se encarga de marearnos, hay mucho circo, diversión y entretenimiento y la energía la ponemos en trabajar, consumir…, pero nos olvidamos de que el ser humano tiene un alma, que tiene un propósito de vida”.

    La lectura le ayuda en esa búsqueda para comprender muchas cosas. Ella práctica yoga, que le permitió autoconocerse mejor.

    Destaca libros como la ‘Autografía de un Yogui’, de Paramahansa Yogananda, que la leyó en su juventud. Ahora, su lectura se centra el Kriya Yoga, que es una guía para quien quiere conocerse. Ha leído el ‘Yoga de Jesús’, ‘El Bhagavad Guita’, entre otros.

    Rocío Vázquez prefiere las publicaciones en papel y no las digitales.
    Rocío Vázquez prefiere las publicaciones en papel y no las digitales. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
  • Las novelas y la poesía marcaron su trayectoria

    Giovanni Astudillo 
    Editor (I)

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    En su adolescencia, una familia inglesa vivía en su casa en la capital azuaya. Con ellos aprendió a dominar el idioma inglés y desde entonces se interesó por leer publicaciones en ese idioma.

    En esa época, la lectura ya era una afición para Francisco Salgado, rector de la Universidad del Azuay (UDA). Fue inculcada por su padre Daniel y ambos solían conversar sobre sus textos favoritos como ‘Platero y yo’, que les gustaba por estar vinculado con la poesía e imaginación.

    Pero, al aprender inglés, Salgado disfrutó de las publicaciones de una forma diferente y accedió a autores como el estadounidense Mark Twain y sus libros como ‘Las aventuras de Huckleberry Finn’ y ‘Las aventuras de Tom Sawyer’.

    “Allí, comprendí que la traducción es muy distinta. Por ejemplo, en Huckleberry Finn hay muchos modismos del dialecto afroamericano, que son muy difíciles de traducir y la comprensión de lo que significa es muy diferente”.

    Otras de sus publicaciones favoritas en inglés son ‘Hojas de Hierba’, del poeta estadounidense Walt Whitman o ‘Ulises’, del irlandés James Joyce.

    También, le marcaron los autores latinoamericanos como Julio Cortázar por su imaginación para escribir ‘Rayuela’. “Tiene mucha relación con muchas áreas que he vivido luego. Los ejercicios de leer un libro de diferente manera pueden servir cuando uno imagina cómo escribir un programa de computación”.

    Eso ocurrió cuando este ingeniero civil estudió una maestría en Ciencias de la Computación, en Estados Unidos. “Muchas de las cosas que Cortázar hizo en la literatura sirven para que uno pueda concebir la estructura de un programa. La posibilidad de ir de un punto a otro sirve para los algoritmos que, ahora, se usan para la inteligencia artificial”.

    Otros escritores latinoamericanos que marcaron su vida son Ernesto Sábato, Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.

    Según Salgado, la vida del ser humano se marca por los libros que ha leído y que permiten literalmente transportarse al escenario de esa creación literaria ya sea poesía o novela, que son sus géneros predilectos. “Tenía un profesor brasileño que recomendaba que cuando estén preparando la tesis doctoral, en lugar de leer libros relativos al tema técnico, era preferible leer poesía”.

    Salgado explica que ese ejercicio le transporta a un mundo distinto y tiene la posibilidad de imaginar y allí surgen las inspiraciones para resolver los problemas. “Son importantes los momentos formales porque cumple la estructura fundamental de lo que tiene que hacer en la vida, pero las cosas que marcan un quiebre ocurren en otros momentos”.

    El rector de la UDA, quien también tiene una maestría en Antropología y un doctorado en Administración, prefiere los libros en papel porque la lectura se debe disfrutar y se debe encontrar un espacio. Para él, ese lugar es una sala confortable escuchando música suave y un domingo por la mañana. Suele leer varios textos a la vez y solo cuando uno capta su atención lo hace corrido.

    Francisco Salgado El Rector de la Universidad del Azuay es aficionado a leer las publicaciones en inglés.
    Francisco Salgado es el Rector de la Universidad del Azuay. Es aficionado a leer las publicaciones en inglés. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Una amante de historias sobre mujeres exitosas

    Gabriel Flores

    Redactor (I)

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    Elena Favilli y Francesca Cavallo reunieron 100 historias de mujeres de distintas épocas, edades y contextos sociales en un libro ilustrado al que llamaron ‘Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes’. La obra, que se publicó en el 2017 y que ahora es un ‘best- seller’, llegó el año pasado a las manos de María Cecilia Holguín, quien lo convirtió en uno de sus referentes literarios.

    La vida de mujeres como Frida Kalo, Coco Chanel, Nina Simone, las hermanas Bronte o Marie Curie, sirvieron de inspiración para que la directora de Lila Working Moms -una bolsa de trabajo flexible para mamás en Ecuador- apuntale su discurso sobre todo lo que pueden lograr las mujeres en el ámbito laboral, independientemente de su maternidad.

    “Este libro -dice- debería ser leído por todo mundo pero, sobre todo, por niños y hombres para que sepan que a lo largo de la historia han existido mujeres que en medio de situaciones complejas y adversas han salido adelante y han logrado sus sueños”.

    Este libro, publicado por Editorial Planeta, forma parte de un puñado de lecturas que Holguín ha convertido en sus libros de cabecera en los últimos tres años. Entre esas publicaciones, a las que ha vuelto más de una vez, está ‘Inquebrantable. Los seis hábitos de las mujeres exitosas en las economías emergentes’, de Rania Habiby Anderson, un mujer nacida en Jordania que vive en EE.UU.

    Para publicar este libro, la autora realizó una investigación de cuatro años, que incluyó 250 entrevistas a profesionales destacados de todo el mundo. El resultado de ese trabajo es un libro que alienta a las mujeres, a través de claves y consejos, a superar los obstáculos profesionales y sociales.

    Entre esos libros que siempre tiene a mano también está ‘El arte de cuidar el momento presente. La receta danesa de la felicidad’, de Christina Stub, una publicación que explica porque la sociedad danesa es una de las más felices del mundo. Una de esas claves está en el ‘hygge’, una palabra que encierra toda una filosofía de vida, que promueve el amor a la vida, la búsqueda de la paz y la importancia del presente.

    El libro que terminó de leer la semana pasada lleva por título ‘La madre que puedo ser’. En esta obra la autora ecuatoriana Paulina Simon rompe con algunas ideas clásicas sobre la maternidad, a través de su experiencia en la crianza de sus dos hijos. A criterio de Holguín, este libro muestra cómo la maternidad está llena de mitos sobre el comportamiento ‘adecuado’ de una mamá y lo que está obligada a sentir durante la crianza de sus niños.

    Entre sus gustos literarios también están las novelas, sobre todo, las de la chilena Isabel Allende; las biografías, por estos días está leyendo el libro de Phil Knight donde cuenta como creó Nike; y algunos de los libros de su hijo, cuentos donde también ha encontrado varias historias sobre la importancia de la equidad de género en el mundo actual.

    Holguín asegura las lecturas de sus últimos años han sido claves para colocar a Lila como una alternativa real para el desarrollo profesional de muchas madres.

    María Cecilia Holguín junto a los libros que ha leído en los últimos años.
    María Cecilia Holguín junto a los libros que ha leído en los últimos años. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • La lectura fue el pilar para su crecimiento

    Redacción Cuenca

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    El gusto por la lectura es una herencia familiar que fue inculcada por su abuelo, su progenitor y su madre. Ellos incentivaron esa afición en la arquitecta, María Augusta Hermida, y en su hermana Tania, la cineasta.

    La literatura nacional fue la temática preferida durante la infancia y adolescencia de la actual Directora del Grupo de Investigación Ciudades Sustentables Llacta Lab. Luego optó por la latinoamericana y la ciencia ficción.

    Uno de los primeros libros que la cautivaron fue ‘Un mundo feliz’, del británico Aldous Huxley. “Se planteaba qué estaba pasando con la humanidad en ese entonces”. Fue publicada por primera ocasión en 1932.

    Su gusto por la lectura influyó en la toma de sus decisiones para su formación profesional. Ella empezó sus estudios universitarios en la Politécnica Nacional siguiendo Ingeniería de Sistemas. Luego incursionó en Sociología y Filosofía. Finalmente llegó a la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Cuenca.

    “De alguna forma en esta profesión confluyen las ciencias técnicas, las sociales y la creatividad y el arte. Esta posibilidad de acceder a un conocimiento interdisciplinario se abrió por la lectura”, señala María Augusta Hermida, quien también es catedrática de la Universidad de Cuenca.

    Entre los libros más importantes que ha leído para su formación está la ‘Teoría del proyecto’ del arquitecto catalán Helio Piñón. Es un texto transcendental que ella recomienda a quienes están estudiando esta carrera porque aporta con las bases de lo que se debe considerar como una buena arquitectura. “Como debe ser rigurosa y consistente… Fue mi libro de cabecera durante mi tesis doctoral, que realice en la Universidad Politécnica de Cataluña”.

    La publicación ‘Momentos estelares de la humanidad’ de Stefan Zweig también está entre sus predilectos porque tiene un mensaje esperanzador: la genialidad de una persona o un momento determinado o casual generaron cambios radicales en la historia.

    La actualidad, dice Hermida, plantea muchos desafíos por el cambio climático, necesidad de nuevas energías… y “este libro da esperanzas de decir que somos capaces”.

    La lectura también le ha sido fundamental en la dirección del Grupo de Investigación Ciudades Sustentables. Un texto fundamental, señala, es ‘Ciudades para la gente’, de Jan Gehl, que orienta para que las urbes sean pensadas desde el punto de vista de las personas y tener alta calidad de vida.

    A ella le gusta leer en papel porque las imágenes impresas dicen mucho y permiten aprender. También le gusta acceder a varias publicaciones a la vez. En ocasiones, solo le interesan capítulos o artículos, muy puntuales, para la producción científica en la que está inmersa.

    Su horario preferido es por la noche porque suele dormir muy tarde. Según Hermida, la lectura le permite tener un momento de ocio y la posibilidad de aprender desde otras miradas. Y es una herencia que también ha inculcado en sus dos hijos.

    María Augusta Hermida y sus libros en su departamento en Cuenca.
    María Augusta Hermida y sus libros en su departamento en Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para Líderes
  • Las lecturas afianzaron su autoaprendizaje

    Alexander García

    (I)

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    La biblioteca de Joseph Garzozi Buchdid, una pequeña habitación de su casa, está abarrotada de libros de los más diversos temas y géneros: novelas, libros de historia, títulos sobre turismo y mercadeo, de neuromarketing y educación, libros motivaciones y de crecimiento personal.

    El ejecutivo de la rama turística, ahora en el retiro -en sus inicios fue director de exportaciones de una firma de comercio exterior española y vendió maquinaria para Oriente Medio– le atribuye el amplio rango de sus intereses como lector a su autoformación. “Prácticamente soy un autodidacta en todo, la lectura me ha dejado una riqueza increíble para entender las complejidades del ser humano y para volverme cada vez más humilde, porque mientras más leo, sé que menos sé”, dice.

    Garzozi ha ejercido en todas las ramas del turismo -fue gerente fundador del hotel Unipark de Guayaquil, gerente de aerolínea, propietario de agencias de viajes, director fundador de la carrera de Turismo de la Universidad Católica de Guayaquil-. El turismo y el marketing son sus principales pasiones, lo que se refleja en su biblioteca, y dice que el posicionamiento de marca ciudad fue uno de sus aportes como director de Turismo Municipal de Guayaquil , cargo que ejerció por 12 años.

    Las novelas de ciencia ficción y ensayos sobre el futuro que le espera a la humanidad están entre las lecturas que más disfruta. En el primer caso destaca una serie de novelas como ‘Caballo de Troya’, del escritor español J. J. Benítez, que narra la vida de Jesús de Nazaret, según el relato de un viajero del tiempo procedente del siglo XX. Y entre los libros prospectivos elogia títulos como ‘Homo Deus, Breve historia del mañana’, del historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari, que indaga en el futuro que puede esperar a la humanidad.

    “El hombre está entrando en un estado de soberbia tal que ya se considera creador, al punto de replicar a seres humanos o de crear robots inteligentes que ha llegado a un desarrollo intelectual similar al del hombre”, observa Garzozi. “En Estados Unidos tiraron abajo hace poco un programa porque dos computadoras comenzaron a comunicarse entre ellas, crearon un lenguaje que no entendían los humanos, lo que es por lo menos inquietante”.

    En ese mismo sentido, exalta un libro como ‘De la estupidez a la locura’, del escritor y filósofo italiano Umberto Eco -subtitulado como ‘Crónicas para el futuro que nos espera’ y también ‘Cómo vivir en un mundo sin rumbo’-. Se trata de una recopilación de artículos y crónicas breves en las que reflexiona de manera crítica acerca de temas actuales como el poder y sus instrumentos o el consumismo “que nos deja llenos de objetos y vacíos de ideas”.

    “Eco cuenta anécdotas jugosas, hace gala de genio y de sentido del humor y hace una crítica de la sociedad italiana”, refiere Garzozi. “Uno de los problemas de la sociedad actual es que la gente no piensa, actúa orientada por la moda, hay una pérdida de valores tremenda, al no leer nos privamos también de ideas y pensamiento”.

    Joseph Garzozi fue gerente fundador del hotel Unipark, en Guayaquil.
    Joseph Garzozi fue gerente fundador del hotel Unipark, en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / Líderes
  • Otras temáticas también aportan para el diseño

    Giovanni Astudillo
    Editor (I)

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    El diseño es su pasión. Y lo es porque le permite imaginar, soñar en algo que puede materializarse ya sea en un objeto concreto o en una serie de interacciones que ese elemento construye con el mundo que le rodea.

    Leer le brinda la misma sensación a Genoveva Malo, decana de la Facultad de Diseño, Arquitectura y Arte de la Universidad del Azuay (UDA). “El diseño ha transcendido de lo material hacia articular relaciones con el entorno” y a través de la lectura y aprendizaje de otras temáticas se puede entender ese comportamiento.

    Le gusta la filosofía y la sociología, al igual que la literatura latinoamericana. En este último caso para entender nuestras raíces y vincularlas con el diseño. Malo es admiradora de las artesanías porque son una forma de expresión y, a la vez, de diseño.

    Además, lee textos sobre el pensamiento contemporáneo para comprender cómo los cambios en la forma de pensar y la cultura inciden en el diseño. Entre los libros de filosofía, ella destaca las publicaciones de José Ortega y Gasset porque le ayudan a aprender de sus conocimientos.

    Para Malo, su profesión permite tener una relación diferente con el mundo, una visión atravesada por la estética y la forma, no solo material, sino también de las relaciones con los seres humanos, su entorno natural y la cultura.

    Para su formación profesional, las publicaciones como ‘Diseño en la periferia’, de Gui Bonsiepe; ‘Diseñar para el mundo real’, de Víctor Papanek, ‘Las formas del siglo 20’, de Josep María Montaner o los libros de Tomás Maldonado han sido importantes.

    Malo también busca aprender sobre la morfología y el génesis de las formas por lo que ha leído a teóricos relevantes como Papanek y Maldonado para “pensar el diseño más allá de hacerlo”.

    Otras obras relevantes, dice esta académica, son las Néstor García Canclini para aprender sobre antropología y las de Denise Najmanovich para entender el mundo contemporáneo de las redes sociales.

    Su gusto por la lectura empezó en el colegio, pero se fomentó en la universidad, “que es el espacio donde uno toma más gusto por el conocimiento”.

    Ella agrega que la vinculación con la docencia exige una formación continua que se logra mediante la lectura y ese gusto lo transmite a su familia, estudiantes y amistades. Su idea es que accedan al conocimiento y desarrollen sensibilidades. Malo prefiere leer un texto a la vez.

    Es una apasionada por las publicaciones en papel porque le gusta sentir las hojas en sus manos y subrayar las ideas principales y cuando le prestan un libro le alegra que su dueño también haya resaltado un párrafo u oración o mejor si ha realizado apuntes. “Me sirven para conocer su mirada e interpretación de ese libro, ya sean criterios compartidos o, incluso, discrepar”.

    La Decana de Diseño tiene varias publicaciones favoritas de autores mundialmente reconocidos como Gabriel García Márquez, Isabel Allende, Octavio Paz, Pablo Neruda, entre otros.

    Genoveva Malo es Decana de Diseño, Arquitectura y Arte de la UDA.
    Genoveva Malo es Decana de Diseño, Arquitectura y Arte de la UDA. Foto: Xavier Caivinagua / Líderes
  • Cine y literatura: sus dos mundos inseparables

    Gabriel Flores

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    Escena 1: Quito, década de 1970. Mariana Andrade, una adolescente de cuerpo menudo que estudia en un colegio de monjas espera con ansiedad que comience la clase de Sor Violeta, la mujer que le inculcó su amor por la literatura. La lectura de ese día está dedicada a ‘La Tigra’, uno de los cuentos más famosos del escritor José de la Cuadra.

    Cuando Andrade, dueña del cine OchoyMedio ubicado en el barrio La Floresta, era adolescente sus lecturas estuvieron vinculadas a las amistades que la rodeaban, jóvenes de clase media con ideas de izquierda. A más de los escritores ecuatorianos que fueron parte del realismo social leía al nicaragüense Ernesto Cardenal, al peruano César Vallejo y al poeta español Miguel Hernández. Cuando ‘La montaña es algo más que una inmensa estepa verde’, el libro de Omar Cabezas, llegó a sus manos creía en el comunismo.

    Escena 2: Quito, finales de los 80. Mariana Andrade trabaja en la producción de La Tigra, película dirigida por Camilo Luzuriaga. Por esos años comienza a vincular a la literatura con el cine, dos mundos, que tiempo después, se convertirán en el epicentro de su trabajo. Ella y su mundo literario deciden ‘saltar’ el Muro de Berlín.

    Una de las cosas que más seducen a Andrade es descubrir que muchas de las películas que ve en el cine son adaptaciones de libros o hacen referencia a autores que a ella le llaman la atención. Lee mucho a Stanley Kubrikc. El director del Resplandor, 2001: una odisea del espacio y La naranja mecánica la atrapa por su capacidad de trasgresión con todo lo establecido en el mundo del cine y por su renovada propuesta audiovisual.

    Escena 3: Quito, mayo del 2018. Mariana Andrade está sentada en una pequeña oficina que está ubicada arriba del cine que ella dirige. Confiesa que una de las películas que ama es ‘Partículas elementales’ y que después de descubrir que es una adaptación de una obra literaria corrió a leer el libro escrito por Michel Houellebecq.

    A Andrade ese libro la perturba por su dura descripción de la descomposición de las relaciones humanas en el mundo actual. “Me gusta por polémico e irreverente. También por el manejo del humor sarcástico, la visualidad de sus textos y porque sus libros no compiten con las adaptaciones”.

    Después de leer ‘Partículas elementales’ siguió con ‘Plataforma’ y ‘Sumisión’. Lo de ahora es Haruki Murakami de quien ha leído ‘Después del terremoto’ y ‘Baila, baila, baila’. Lo siguiente será IQ84, una de las últimas novelas del escritor japonés.

    Escena 4: Después de un ‘fade out’ aparece una imagen de la pequeña biblioteca que Mariana Andrade tiene en su oficina, hay una más grande en su casa, en ella aparece su colección de cine de la editorial Taschen

    Estos tesoros literarios se han convertido en una fuente de consulta constante para sus trabajos de investigación. Uno de sus sueños es que algún director ecuatoriano se arriesgue a realizar una adaptación de ‘Poso Wells’, una de las novelas más populares de Gabriela Alemán. En lo personal su tarea pendiente es enfrascarse en la lectura de la escritora guayaquileña Mónica Ojeda.

    Mi libro de cabecera

    ‘Partículas elementales’  Para Mariana Andrade el libro del escritor francés Michel Houellebecq es un cuestionamiento frontal a la generación que vivió el Mayo del 68 y que luego se convirtió en la dueña del poder económico. También la seduce por su juego constante con el humor negro.

    Mariana Andrade, empresaria y gestora cultural, es amante de la literatura de la escritora Gabriela Alemán.Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Mariana Andrade, empresaria y gestora cultural, es amante de la literatura de la escritora Gabriela Alemán.Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Pozo se enganchó con la literatura de no ficción

    Gabriel Flores

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    Antes de dedicarse a la economía, Mauricio Pozo estuvo muy interesado en el psicoanálisis. Tenía curiosidad por leer textos que expliquen el comportamiento humano, saber por qué una persona hacía esto o aquello o dejaba de hacer lo otro. Por esos años vivía en Venezuela y estudiaba en el Colegio Alemán.

    Cuando el Presidente Ejecutivo de Multienlace finalmente se decantó por el mundo de la economía, sus lecturas de textos sobre psicoanálisis terminaron. Lo que nunca se acabó fue ese gusto que tiene, hasta la actualidad, por libros que de alguna forma hurguen en la psiquis de las personas.

    Una de sus lecturas preferidas es ‘Operación Jaque’, un texto que narra el secuestro de tres estadou­nidenses por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Una de las cosas que más lo sedujo de esta historia es cómo se devela el comportamiento de las personas que pasan durante muchos años en cautiverio. “Hay un libro posterior -cuenta- que sacó el Ejército colombiano sobre los procesos de recuperación de los secuestrados, incluyendo la historia de los estadounidenses”.

    A tono con sus invariables intereses literarios por estos días ‘está leyendo ‘El Legado de Mandela’, de Richard Stengel, un periodista que durante tres años se convirtió en la sombra de Mandela. A través de este libro, Pozo ha descubierto los años de infancia y juventud de uno de los hombres más influyentes que tuvo el siglo XX.

    El ‘Sari rojo’, del escritor Javier Moro, es una de las excepciones que confirman la regla en la vida lectora de Pozo. Esta novela -un libro que mezcla ficción y hechos reales- cuenta la historia de la dinastía Nehru Gandhi, en la India. “Lo que más me atrajo de esta lectura es que muestra el comportamiento de la gente de la India y la evolución de esta familia en el poder y cómo una persona se puede adaptar a los cambios sociales”.

    Cuando no está leyendo historias que reconstruyen hechos reales, Pozo se dedica a la lectura de textos vinculados a la economía. Uno de los primeros que lo enganchó fue ‘Introducción a la Economía’, de Paul Samuelson. “Me gustó porque mezcla la historia y la política con la economía”.

    Luego vinieron libros de macroeconomía, como el de Jeffrey Sachs y Felipe Larraín, que fue ministro de Economía en el gobierno de Sebastián Piñera. Estas lecturas se mezclaron con clásicos como ‘El Capital’, de Karl Marx y ‘Libertad para elegir’ de Milton Friedman, que conoció durante su clase de sociología en la Universidad Católica, donde se graduó.

    Entre los hábitos lectores de Pozo está la lectura de los periódicos locales. Todas las mañanas tiene la necesidad de ensuciarse las manos con la tinta de los diarios y desmenuzar su información. Algo similar le sucede con los libros. Confiesa que prefiere tener el ejemplar físico al digital, para moldearlo a sus necesidades.

    Para este economista y analista, la lectura siempre será una actividad vinculada a la necesidad de aprender de otras realidades y de otras personas, para tener la capacidad de hacer lecturas objetivas de lo que sucede en el mundo.

    Mauricio Pozo tiene dos bibliotecas. La más pequeña está en su oficina. Foto: Armando Prado / LÍDERES
    Mauricio Pozo tiene dos bibliotecas. La más pequeña está en su oficina. Foto: Armando Prado / LÍDERES
  • Entre la filosofía, la historia y la literatura

    Alexander García  (I)
    agarciav@elcomercio.com

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    Cuando se trata de hablar de libros ni la disfonía lo detiene, es uno de los temas que lo apasiona. Sus intereses abarcan literatura, historia, filosofía y poesía. Con lecturas en inglés, italiano o francés y la capacidad para desentrañar de memoria la esencia de los más diversos libros, de autores de todos los tiempos, Joaquín Hernández Alvarado evoca la figura de un erudito.

    El Rector de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) recuerda haber leído y disfrutado en la primaria una serie de biografías de figuras históricas como Napoleón, María Antonieta o Joseph Fouché. En la adolescencia lo deslumbró la literatura de autores franceses como André Malraux (‘La condición humana’ y ‘Los conquistadores’) o Albert Camus (‘La peste’).

    Luego se interesó por la literatura española, desde la generación del 98 y a la generación del 27, de Azorín, Pío Baroja y el pensamiento de Ortega y Gasset, hasta Unamuno, “el primer existencialista en lengua española”, y la poesía de García Lorca.

    En paralelo le apasionaba todo lo que era pensamiento e historia de la filosofía. En la decisión de estudiar filosofía fue capital José Ortega y Gasset. “Él se planteaba por qué razón España había entrado en decadencia, y era por haber perdido el espíritu originario, que estaba según él en ‘El Quijote’, y había que regresar a ‘El Quijote’, para encontrar el espíritu español, aunque no podía ser más una cultura cerrada sino una cultura que asumiera lo europeo”, comenta.

    El Rector de la UEES desde 2014 -antes desempeñó en el cargo de Vicerrector de Posgrado– tiene al menos un libro de cabecera por cada área de interés. “Hay libros que nunca dejó de leer y releer. Cada vez son distintos, encuentro aspectos diferentes, matices, cosas que no había advertido, uno es ‘Guerra y paz’ de León Tolstói”.

    En filosofía considera fundamentales a Hegel, libros como ‘La fenomenología del espíritu’ y ‘Los fundamentos de la filosofía del derecho’; Nietzsche, con ‘Más allá del bien y del mal’; o Kant, con ‘La crítica de la razón pura’ y ‘La crítica de la razón práctica’, que son “imprescindibles para entender la modernidad”.

    Lee también a un filósofo italiano contemporáneo como Giorgio Agamben, el autor de ‘La muchacha indecible’. “Es genial pensando sobre la experiencia del ser humano en el siglo XXI. Hace una síntesis de toda la cultura occidental, maneja pintura, lingüística, semiología, filosofía, literatura e historia y todo ello converge en su posición sobre el destino de la vida humana”, dice.

    Cuando se indaga sobre el ‘boom’ latinoamericano’, Hernández habla de su inicial entusiasmo y desilusión con autores como el mexicano Carlos Fuentes. Y dice que hay que leer a Roberto Bolaño, chileno del posboom y antes a Jorge Luis Borges. “Hay un cuento clave, ‘El sur’, donde se plantea el problema de las raíces y la ironía de la cultura argentina, que proviene de extranjeros emigrantes y criollos. Borges plantea el dilema y el cuento sugiere que si uno insiste en hacer esa pregunta, esa búsqueda, termina muriendo”.

    Mi libro de cabecera  

    La educación sentimental’.   La novela del francés Gustave Flaubert muestra el desarrollo y la crisis de un joven en el final de la era Napoleónica. “Es una historia de lo que es el poder, el fracaso de una generación, de la ilusión y el amor. Una novela de formación”, dice Hernández.

    Joaquín Hernández Alvarado es máster y candidato a doctor en Filosofía. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Joaquín Hernández Alvarado es máster y candidato a doctor en Filosofía. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • Este centro comercial ‘ofrece’ cerca de 6 000 libros a la gente

    redaccion@revistalideres.ec

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    Un bus Ford antiguo que ocupa una parte del parqueadero de Ciudad Comercial El Recreo, en el sur, alberga una amplia colección de libros. En los estantes, adecuados en la carrocería, se exponen alrededor de 6 000 obras.

    Este bus es parte del programa denominado BiblioRecreo que funciona desde abril del 2014. La iniciativa surgió como parte de la responsabilidad social de este centro comercial con la comunidad de este sector.

    La meta es acercar a las personas a la lectura y formar hábitos, sin que esto represente gastos extras para los interesados, recuerda Marianela Berrezueta, administradora de Ciudad Comercial El Recreo.

    En BiblioRecreo, las personas pueden revisar los libros o llevárselos a su casa, máximo por dos semanas. Para la segunda opción se requiere de una suscripción. Los costos de estas membresías son módicos. Los menores de 12 años cancelan USD 3 al año y los que superan esta edad pagan 5.

    Para el registro se requiere presentar la cédula de identidad, una planilla de servicios básicos, llenar un formulario y posar para una fotografía. Tras validar esta información los usuarios recibirán una credencial.

    Actualmente, este programa tiene 3 000 personas suscritas y cada mes se prestan unos 900 libros. BiblioRecreo calcula que las obras han rotado al menos unas 30 000 veces.

    Desde que se suscribió a este programa hace un año y medio, Andrés Sacoto lee uno o dos libros mensuales. Esto le permite ahorrar en la compra de estos ejemplares y, además, le sirve como inspiración para componer sus temas. Él es músico.

    En BiblioRecreo los lectores tienen a su disposición obras lúdicas, infantiles, de ciencia ficción, drama, poesías, novelas, cuentos. Además, se dispone de ejemplares en otros idiomas y hasta en lenguaje braille.

    La dotación de los ejemplares de este sitio se realiza en base a donaciones e inversiones del centro comercial. Inicialmente, en este proyecto aportaron Marathon Sports, KFC, Produbanco y Corporación Favorita. Estas marcas entregaron 2 000 libros.

    La aerolínea Avianca da cada año aquellos libros que los viajeros olvidaron en los aviones. También se recibe el apoyo de comerciantes y escritores.

    Raúl Arias, escritor y suscriptor, comenta que obsequia obras suyas o libros que ya leyó para alimentar la biblioteca. Para él este tipo proyectos comunitarios estimula a que la gente se interese por la lectura.

    En su caso, Arias aprovecha su tiempo libre para viajar en bus desde Conocoto hasta la BiblioRecreo. En este sitio accede a novelas, poesías, cuentos, historias.

    La búsqueda de libros está a cargo de los lectores, según sus aficiones. Y cuando los ejemplares presentan desgaste o la temática no coincide con la oferta de esta biblioteca, se los arregla y dona a otras instituciones. Berrezueta considera que esto es una cadena.
    Para mantener, en parte, este programa Ciudad Comercial El Recreo destina USD 5 000 al año para reponer obras deterioradas o comprar nuevas.

    Además, BiblioRecreo ha recibido reconocimientos. Paulina Fuentes, directora de Promoción de Ciudad Comercial El Recreo, menciona que en 2015, obtuvieron el premio oro de parte de International Council of Shopping Centers. Y el año anterior participaron en la Conferencia Hábitat III por tener un proyecto sustentable para la ciudad.

    Niños y grandes aprovechan las instalaciones de la BiblioRecreo para sumar conocimientos. El área de lectura tiene 60 m2.
    Niños y grandes aprovechan las instalaciones de la BiblioRecreo para sumar conocimientos. El área de lectura tiene 60 m2.