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  • Los alimentos orgánicos congelados llevan su sello

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    La amistad que las une desde los tres años de edad es el pilar en el que se apoyan Adriana Sáenz y Rosana Cornejo. Ellas levantaron hace dos años Manqa Food, un emprendimiento enfocado en alimentos orgánicos congelados.

    La iniciativa salió a la luz en el garaje de la casa de los papás de Sáenz, en Tumbaco. Esta emprendedora decidió incursionar en el negocio de la comida orgánica por un tema de salud. “Siempre he comido de todo y lo sigo haciendo, pero luego de un quebranto en mi salud decidí apuntar a un nuevo modo de alimentarme”, cuenta en la pequeña planta procesadora que desde hace cuatros meses funciona en el centro de Cumbayá, al nororiente de Quito.

    Sáenz se inclinó por alimentos orgánicos; además dejó de lado las harinas blancas. Con la ayuda de su familia y la guía de Cornejo -quien sumó experiencia en firmas de alimentos- empezaron a surgir las primeras recetas de alimentos orgánicos congelados.

    Camarones encocados y pulpo fueron dos de los primeras fórmulas que probó este emprendimiento que apunta a convertirse en el mediano plazo en una B-Corp, es decir una empresa certificada como socialmente responsable.

    Sáenz y Cornejo apuntaron a los alimentos orgánicos congelados por varias razones: los nutrientes se mantienen, la facilidad en la preparación, las posibilidades de jugar con los tamaños y las presentaciones, entre otras.

    En el proceso, una de las personas claves fue Julio Avendaño, ex esposo de Sáenz y chef de profesión. Él ayudó en la elaboración de cerca de 50 recetas que hasta la fecha permiten tener una canasta de diez productos que se ofrecen en línea, en canales como una página web y un perfil de Facebook.

    Tentáculos de pulpo, canelones de quinua, masas para elaborar pizza, gratín de zanahoria y hasta pasteles de chocolate son parte de la oferta con la que este negocio suma clientes.
    Para arrancar, las emprendedoras invirtieron alrededor de USD 30 000 que sirvieron para las primeras pruebas, ingredientes, equipos, etc. Un ultracongelador es la máquina más preciada de este emprendimiento.

    Este equipo, que se asemeja a un horno industrial, permite congelar los alimentos a una velocidad sorprendente y es el ‘corazón’ de Manqa Food. “Lo que un congelador normal se demora unas 12 horas, el ultracongleador se toma unos 40 minutos”, explica Sáenz, mientras se asegura de que esté limpio y radiante en su exterior.

    Con el tiempo los pedidos fueron creciendo y las responsabilidades también. Para cubrir todos los frentes y mantener la calidad de los productos, las dos socias manejan una estructura de negocios muy organizada en la que cuentan todos los detalles: desde la recepción de la materia prima, el tipo de materiales para empacar, el trato con los clientes y el cumplimento de los pedidos. “Solo así nos aseguramos crecer de manera ordenada”, dice Sáenz.

    Una de las clientas de este negocio es Macarena Bustamante. Ella llega cada semana hasta la planta de procesamiento para comprar distintos productos. “Estos alimentos son fáciles de preparar, son de alta calidad y son muy nutritivos. En mi refrigeradora hay un espacio solo para Manqa Food”, dice esta madre de familia.

    Entre los retos que enfrenta esta microempresa está el cumplir con los pedidos. La iniciativa entrega sus productos en minimercados de Cumbayá y Tumbaco, en especial, pero también llega con pedidos a domicilio. La entrega la hace la propia Sáenz con ayuda de los padres de Cornejo, quien vive en España, pero se mantiene al tanto de la evolución del negocio.

    Adriana Sáenz es la cofundadora de Manqa Food. El negocio nació en Tumbaco y ahora opera en Cumbayá, donde tiene una pequeña planta para elaborar alimentos congelados. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Adriana Sáenz es la cofundadora de Manqa Food. El negocio nació en Tumbaco y ahora opera en Cumbayá, donde tiene una pequeña planta para elaborar alimentos congelados. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Los perros también llevan sus accesorios

    Redacción Líderes

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    El amor por los animales, sobre todo por su mascota Hady, y la creatividad de la diseñadora Sylvia Cañizares dieron pie a Goldy, una marca dedicada a la fabricación de bandanas para perros.

    Cañizares cuenta que ella y su esposo utilizan habitualmente ‘buffs’ para el cuello y un día le probaron uno a Hady -su perrita mestiza de dos años y medio-; al ver que le quedaba bien surgió la idea de elaborar un accesorio específico para mascotas.

    Esta emprendedora se dedica por temporadas a realizar diferentes trabajos textiles, por ejemplo trajes para los festejos del Carnaval de Guaranda, así como ropa deportiva en tallas grandes y accesorios como collares hechos a mano, por ello, las telas y la creatividad son parte de su día a día.

    Tener la bandana ideal tomó algún tiempo hasta encontrar el tipo de tela adecuado sea para clima templado o frío, además de que se buscó hacer diferentes tallas que se acoplen para cada raza, e incluso para perritos mestizos.

    Ahora se ofrecen tallas XS, S, M, L, XL, y junto a cada una se ubica una foto de la raza de perro a la que le puede quedar bien y el tamaño del cuello del animal.

    Su primera incursión en la venta de bandanas fue en una feria canina hace un año, en Quito, donde hicieron la prueba, logrando buenos resultados. “Vimos la aceptación de la gente y eso nos motivó”, comenta Cañizares.

    La inversión inicial fue de unos USD 60, tomando en cuenta que el producto no iba aún con etiquetado y que se lo vendió en un precio al por mayor. Para este evento se llevaron 100 bandanas y se vendieron 80. Además se dieron contactos que luego hicieron pedidos.

    Con la aceptación del producto llegó la necesidad de buscar la presentación ideal para tratar de ubicar las bandanas a la venta en locales comerciales.

    El nombre de Goldy se escogió en honor a la perrita que tiene un hermano de la emprendedora, mientras que sobre la base de un bosquejo de Cañizares y con el aporte de una diseñadora se fusionó la etiqueta y el empaque, haciendo la forma de la cabeza de un perro en cuyo cuello va ubicado el producto.

    Diego Torres, esposo de Cañizares
    , cuenta que una ventaja de ese empaque permite al cliente identificar en dónde va ubicado el accesorio. Con ello, las bandanas estuvieron listas para el mercado y llegaron a las perchas de la cadena Supermaxi que se ha vuelto su principal vía de ventas, además de los pedidos en Facebook.

    Para la primera entrega en la cadena que implicó 720 unidades, se hizo una inversión de aproximadamente USD 750 para conseguir etiquetas, códigos de barras y la materia prima.
    Desde septiembre de 2016 el producto está en la cadena Supermaxi y ya se han entregado unos seis pedidos, completando otras 720 unidades más. Este volumen se logra en 10 días de labores y se alcanzan ganancias de hasta el 40% de lo invertido.

    Para este año se espera que la producción y las ventas se mantengan, y se prevé avanzar con nuevos puntos de venta como veterinarias y almacenes especializados en mascotas.

    Paulina Mantilla es una clienta satisfecha que conoció la marca Goldy por Facebook y asegura que le pareció muy interesante, ya que no había visto antes ese producto en el mercado. Explica además que algo que le gusta es que haya variedad de tallas, ya que su perro es grande y por lo general los accesorios se fabrican para perros pequeños .“Mi perro Pongo lo usa en casa y está siempre cómodo y cuando salimos lo usa sobre el collar”, comenta Mantilla.

    Precisamente, Torres explica que el uso en exteriores es una característica de las bandanas ya que permite identificar a las mascotas cuando, por ejemplo, salen al parque, sin llegar a ser ropa para los perros, sino un accesorio.

    La diseñadora Sylvia Cañizares realiza varios trabajos en su taller, entre ellos las bandanas de la marca Goldy, para perros de todos los tamaños. Foto: Adriana Bucheli / LÍDERES
    La diseñadora Sylvia Cañizares realiza varios trabajos en su taller, entre ellos las bandanas de la marca Goldy, para perros de todos los tamaños. Foto: Adriana Bucheli / LÍDERES
  • Estos textiles llevan impresos diseños ancestrales del país

    Redacción Quito (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Tierra y Agua (TI•UA) es el nombre del emprendimiento de cuatro jóvenes, que le imprimieron estilo a sus vidas y a los textiles que comercializan, desde mediados de este año. Su originalidad radica en que los diseños son inspirados en culturas indígenas que se asentaron en el país.

    Las mentalizadoras de este emprendimiento son Micaela Samaniego, Vanesa Muñoz, María Laura Vera y Bernarda Sáenz. Las cuatro amigas plasmaron estos diseños en telas, que pueden ser utilizadas en cualquier espacio o actividad como un picnic, adornar cojines, tapetes para las mesas, incluso se pueden utilizar como un pareo para en la playa.

    Su primera colección de textiles se denominó Huella y se inspiró en diseños de la cultura Jama Coaque. “Todos nuestros diseños son exclusivos y de nuestra propia creación. Parten de la descomposición de símbolos ancestrales cargados de poder”, explica Vera, quien es diseñadora gráfica y también se dedica a la fotografía.

    El producto estrella de este cuarteto de amigas es el ‘roundie’, que es un textil circular multiuso que se puede utilizar en toda ocasión. “Igualmente hacemos otros productos como pañuelos multiusos y cojines circulares”, dice la joven de 26 años.

    Los emprendimientos con tintes ancestrales o interculturales son importantes para Vera, porque se aprende de las culturas del pasado. “Se fortalece la huella que han dejado y se fusiona con la cultura y los procesos modernos”.

    Pero, ¿qué les unió a estas jóvenes? Sáenz indica que hace un par de años trabajaron juntas para un proyecto con el Museo Mindalae, donde buscaban rescatar la simbología de culturas ahora extintas con el objetivo de rescatar la identidad del país y, por supuesto, su belleza gráfica.

    Es así como se encargaron del redibujo y digitalización de alrededor de 2 000 símbolos de culturas ecuatorianas.

    El negocio se levantó con el esfuerzo de estas jóvenes, que destinaron una inversión de USD 1 600 como capital semilla. Y luego de varios meses de estructurar este, hoy su facturación oscila entre los USD 2 000 y 2 500 al mes.

    Las jóvenes han vivido momentos agradables en el transcurso de este tiempo juntas. Micaela Samaniego, de 26 años y diseñadora gráfica e industrial, asegura que “es hermoso mirar atrás y ver que al fin una de tantas ideas se hicieron realidad”. También, menciona que hace un par de años pasaban noches enteras imaginando todo lo que se puede hacer con este tipo de símbolos de las culturas ancestrales del país.

    El trabajo en equipo de estas emprendedoras lo demuestran con cada una de las actividades que realizan. Samaniego y Vera se encargan de la producción; Muñoz, de la parte de comunicación y Sáenz del marketing y ventas.

    En el caso del diseño todas aportan con ideas para que sus textiles sean de calidad.
    Estas estrategias les ha servido para que al momento cuenten con alrededor de 250 clientes, que se quedaron “enamorados” de sus diseños. Pero, sus sueños van más allá.

    Las jóvenes buscarán un espacio fuera de las fronteras ecuatorianas para que este tipo de diseños no solo se aprenda dentro de Ecuador sino fuera.

    Si requiere más información puede ingresar al Facebook, donde están como TIUAdesign o para realizar pedidos comuníquese al 099 833 1320.

    Las emprendedoras levantaron su negocio con una inversión de USD 1 600. Su colección se llama Huella. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Las emprendedoras levantaron su negocio con una inversión de USD 1 600. Su colección se llama Huella. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • 20 empresas llevan puestas sus etiquetas en la ropa

    Redacción Cuenca

    La etiqueta de la ropa, en donde están los datos de los porcentajes de materiales (algodón, poliéster, seda…) y las instrucciones de lavado son una suerte de contrato de la prenda. Allí se estipula cómo lavarla, para que ese artículo tenga una vida útil más larga.

    IMJ Etiquetas es una firma cuencana que fabrica estas marquillas. Actualmente tiene una cartera de 20 clientes corporativos y su facturación es de USD 4 000 al mes y mantiene una producción de unas 100 000 etiquetas en igual periodo.

    La iniciativa surgió en el 2011, cuando los esposos Iván Égüez y Marcia Flores, junto a sus hijos Iván, Javier y Juan Miguel identificaron que las firmas de ropa cuencanas ordenaban las etiquetas a Quito. Viendo esa necesidad en el mercado, la familia Égüez Flores solicitó un crédito por USD 18 000 a la Cooperativa Juventud Ecuatoriana Progresista (JEP) y tomó USD 12 000 de sus ahorros.

    Con los USD 30 000 importó desde Pekín (China) una máquina impresora de textiles, un horno de secado, una máquina reveladora y una cortadora. También arrendó un local de 25 m², en el suroriente de Cuenca, y contrató a tres empleados para la producción y ventas.

    Javier Égüez cuenta que la facturación inicial bordeaba los USD 1 500 al mes por la producción de unas 30 000 etiquetas. Uno de sus primeros clientes fue, y es, la firma Rodeport que fabrica ropa deportiva, uniformes para centros educativos, entre otros productos textiles.

    El gerente de Rodeport, Arturo Ramón, destaca la calidad de las etiquetas y dice que las entregas se realizan en los plazos previstos y reconoce la capacidad de adaptarse a las exigencias de los clientes.

    “IMJ Etiquetas se ha posicionado en el mercado textil cuencano”. Esa es la opinión de Edwin Vázquez, gerente de Mercadeo e Imagen de la firma Vatex (Cuenca), quien dice que estas etiquetas tienen procesos establecidos y el personal es ágil con la atención y el servicio.

    Además de estas marquillas para la ropa, IMJ incursiona, desde abril pasado, en la elaboración de pulseras bordadas para promocionar marcas y empresas.

    Iván Égüez comenta que esta línea de negocio dará resultado, porque para las firmas es positivo que, mediante un accesorio, las personas se acerquen a las marcas o el nombre de la empresa.

    Otro de sus clientes es la firma Areldi Jeans (centro de Cuenca). Una de las colaboradoras de área de producción, Lourdes Pachar, explica que están satisfechos con la calidad y el servicio de la firma.

    Por ahora, la familia Égüez Flores trabaja en publicitar su marca a través de una página en Facebook, en la que expone sus productos y atiende la solicitud de clientes por esta vía. Su prioridad es atender al mercado cuencano con los seis empleados que tiene en la actualidad.

    Para Iván Égüez, la capital azuaya es una urbe emprendedora, donde hay más de 40 empresas fabricantes de ropa, por lo que aún existe una oportunidad de duplicar su cartera de clientes.

  • El fútbol lo llevan en las venas y en la web

    Redacción Guayaquil

    Una página de comentarios personales sobre fútbol se convirtió en el portal Studio Fútbol, que recibe unas 31 000 visitas al día y, según un reporte de Google Analytics, ha sido vista en más de 80 países. Asimismo, la aplicación se ha descargado 10 000 veces para celulares iPhone, 4 000 para Android y 7 000 para iPad. Estas, se realizaron en países como Ecuador, España, Italia, México, Argentina, EE.UU., entre otros.

    La iniciativa fue desarrollada en un inicio por los hermanos Francisco y Carlos Limongi, directores de Tecnología y Editorial, respectivamente, del portal.

    El Director de Tecnología dice que había desarrollado un proyecto médico a nivel de sistemas, que no se consolidó y su hermano tenía la idea de hacer un periódico impreso. “Nos basamos en la estructura de ese sistema y trabajamos en una página web hasta lanzarla, en el 2010”.

    Limongi comenta que hicieron de Studio Fútbol un negocio. Se aliaron con un socio, Jimmy Aguas, que maneja contenidos. “Invertimos USD 750 para la compra de un computador para Aguas. Hoy, la inversión total podría llegar a los USD 30 000”, afirma Limongi.

    Studio Fútbol toma como base el campeonato local y también el inglés, argentino o el español”. En el portal colaboran los comentaristas Carlos Víctor Morales, Vito Muñoz, Rómulo Barcos, Jaime Macías, Ricardo Péndola y otros.

    Alfonso Mora es director de Desarrollo de Aplicaciones de Studio Fútbol. Conoció a Limongi al asistir a clases de Desarrollo de Dispositivos Móviles, en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES). Fue así que Mora fue llamado a participar del emprendimiento. Posteriormente desarrollaron el proyecto de crear aplicaciones para dispositivos móviles de Apple. Esto lo hicieron con base en sus conocimientos en Objective C, la plataforma de desarrollo de Apple.

    Para Mora, la aplicación de Studio Fútbol para iPhone tiene concentrado todas las opciones en un mismo lugar. “No hay que salir de la aplicación para escuchar audios o ver videos”. Además, desarrollaron durante ocho meses el asistente de lectura llamado Gloria, que lee los contenidos. “El objetivo es llegar a los no videntes y a las personas con discapacidades”.

    Antonio Cevallos es decano de la Facultad de Sistemas, Telecomunicaciones y Electrónica de la UEES. Destaca la iniciativa de los estudiantes y comparte la opinión que la universidad tiene un papel importante en fomentar el emprendimiento de los alumnos. “La metodología en la UEES es aprender haciendo”.

  • En sus bolsos llevan diseño y solidaridad

    Redacción Quito

    El Colegio Isaac Newton se planteó un reto: seleccionar un grupo de estudiantes y motivarlos a que inicien su propio negocio.

    Poniendo a prueba su creatividad, 21 estudiantes del bachillerato dieron vida a la marca AlterNativo Bags, cuyos productos son unas bolsas deportivas con capucha incluida, y otras similares fabricadas con cáñamo de yute, pero con su toque personal: un forro interior de tela y tirantes.

    Desde marzo de este año, hasta mediados de mayo, los estudiantes vendieron 300 bolsos con capucha a un precio de USD 6,50 por cada uno, y 60 bolsos fabricados con cáñamo de yute, a USD 4,50 por unidad.

    Por la venta de esos productos se recaudó un total de USD 2 220. De esta cantidad, una parte (150) será entregada esta semana como donación al Hospital de Solca, explica Rosario Llerena, coordinadora del área de Inglés del colegio y encargada del grupo de estudiantes emprendedores.

    “El valor de la donación ya estaba incluida en el precio de los bolsos. Tal vez no sea un monto muy alto, pero es producto del trabajo de los estudiantes, la idea es que tengan una lección de responsabilidad social”, asegura.

    La idea de este emprendimiento comenzó con una invitación de la organización internacional Junior Achievement, para participar en el Concurso Intercolegial La Compañía, que cada año busca orientar a los jóvenes en la creación y dirección de sus propios emprendimientos.

    Para financiar su proyecto, los estudiantes invirtieron USD 500 que obtuvieron previamente en una simulación de oferta pública en la Bolsa de Valores de Quito, organizada como parte del concurso. Con estos fondos fabricaron los primeros bolsos: 46 con capucha y 20 de cáñamo de yute.

    El lanzamiento oficial del producto se realizó el pasado 10 de marzo, en la feria de ciencias del colegio.

    Ese mismo mes los alumnos vendieron sus bolsos en la Feria de Compañías, que se desarrolló en la Plaza de las Américas, y a inicios de mayo tuvieron su propio estand en la Feria 60 y Piquito, realizada en el Centro de Exposiciones Quito, por invitación de la Fundación Reina de Quito.

    “También vendimos bolsos en algunos parques como La Carolina, fuimos a los estadios, al ciclopaseo…”, explica Belén Ortiz, estudiante de quinto curso, quien además, figura como gerenta de AlterNativo Bags.

    Cristian Cevallos, compañero de Ortiz y gerente financiero de AlterNativo, cuenta que al principio les costó un poco abordar a la gente para vender su producto. “Pero con el tiempo le perdimos el miedo. Los compañeros con más facilidad para las ventas apoyaban a los que no”.

    Para Marcelo Romero, un cliente de AlterNativo, estos bolsos son muy útiles pues, dice, que a diario sale a correr al parque La Carolina y “como no pesan mucho son muy prácticos para llevar un saco y una botella de agua. Lo que más me llamó la atención fue que los bolsos tienen capucha”.

  • Las plantas naturales llevan alivio al extranjero

    Redación Quito

    En Ecuador, la tradición asegura que una infusión preparada con té de manzanilla es ideal para aliviar el dolor de estómago. Las mismas propiedades le atribuyen al orégano. Mientras que el laurel es considerado como relajante, al igual que la valeriana y el cedrón.

    Actualmente, los conocimientos de la medicina tradicional han recobrado vigencia. Se han convertido en una tendencia a escala mundial, para el alivio de dolencias y tratamientos de belleza.

    Esto conlleva a que hierbas y plantas cultivadas de manera natural sean demandadas en el mercado internacional. Por esta razón, desde hace cinco años, pequeños productores locales de estos recursos han visto una oportunidad en la oferta y demanda de insumos elaborados con plantas endémicas cultivadas en el país.

    Martha Ortega, presidenta de Nativa, asociación de microempresarios que elabora productos con hierbas naturales, comenta que este consorcio lo conforman 10 empresas oriundas de las provincias de Loja, Azuay, Morona Santiago, Chimborazo, Bolívar, Pichincha y Tungurahua. Entre todos los socios, ella calcula que tienen una producción de unas 15 toneladas anuales, de manzanilla, cedrón, toronjil, orégano y más.

    Además, Ortega es gerenta de la empresa Sisacuma, productora de aceites esenciales de palo santo, para la industria farmacéutica. Ella explica que las empresas fabrican, con 10 diferentes tipos de plantas, cremas, aguas aromáticas, productos para el cuidado personal, aceites esenciales…; también, galletas de quinua.

    Actualmente, este consorcio exporta a Italia, Inglaterra, Rusia y está en conversaciones con comercios en EE.UU. Sus proyecciones de ventas para el primer año son de USD 1 millón. En el sector, se calcula que están involucrados unos 2 000 productores de siete provincias.

    Otra empresa que se dedica a este negocio es Kuen S.A., ubicada en Sucumbíos. Esta compañía elabora productos cosméticos realizados con cacao, para usar en sesiones de aromaterapia.

    Tatiana Cisneros, gerenta de esta firma, explica que su producto estrella es Chocofango, una mascarilla facial y crema corporal. Para su elaboración compra a pequeños sembradores de cacao orgánico. Sus principales clientes en el país son los spa y también exporta a EE.UU.

    Efrén Silva, gerente de Aromas de Tungurahua, asegura que en la firma procesan tres toneladas diarias de plantas, como manzanilla, toronjil, entre otras. El 40% de su producción va a EE.UU., mientras que el 10% a Rusia y el resto para el mercado interno. Esta firma factura cada mes aproximadamente USD 80 000.

  • Los conciertos ‘top’ llevan sus animaciones

    Xavier Montero

    Animaciones digitales que han acompañado a cantantes como las estadounidenses Madonna, Britney Spears o el puertorriqueño Ricky Martin… en sus shows se elaboran en una oficina del noroeste de Guayaquil.

    Son obras de Jorge Baldeón y Carlos Ibáñez, creadores del estudio de animación y diseño BOT. Estas animaciones también han acompañado las escenografías de shows de las Spice Girls; de Rihanna y del tributo de Cirque du Soleil a Michael Jackson.

    BOT ha colaborado en una quincena de proyectos de este tipo para la productora estadounidense Veneno Inc.

    Ibáñez acumuló experiencia en el diseño animado al trabajar para la revista Daily Bread y junto al cineasta Beau Cottintong en San Diego, California (EE.UU), en el 2000. Así empató con el ingenio en animación 3D de Baldeón.

    Para el 2004 empezaron con diseños para la telefónica Porta (actual Claro) y su producto AmigoKit. Aquello bajo la firma CIG77. En el 2009, los socios acordaron el relanzamiento de su estudio bajo el nombre de BOT.

    «Sus trabajos son de exportación», indica Ivette Hanze, directora de Producción de la agencia Garwich BBDO, con la que BOT ha colaborado desde hace unos cinco años.

    En el 2010 realizaron 18 trabajos y alcanzaron los USD 117 000 en ingresos. En ese mismo año, su spot ‘El coleccionista’, para la firma OI, fue premiado en el Festival Ojo de Iberoamérica y el Festival del Caribe.

    Al año siguiente, BOT puso su sello en 26 proyectos que le significaron USD 141 000 en ingresos. Y el año anterior su facturación alcanzó los USD 186 000 por 28 proyectos de diseño y animación digital.

    Pablo González, director de Producción de la agencia Norlop JWT, destaca la capacidad de propuesta de BOT. «Cuando les planteamos un proyecto han superado nuestras expectativas», indica González y añade que el último trabajo que realizaron junto a BOT fue para la división Juguetes de la firma de plásticos Pica, hace unos tres meses.

    Entre sus clientes locales constan las firmas La Italiana, Pronaca, Royal, ToniCorp y Delisoda. También han elaborado spots para los centros comerciales Riocentro, CityMall y Mall del Sur.

    «BOT es un estudio que se caracteriza por involucrarse en los proyectos para mejorarlos y enriquecerlos (desde la narrativa o desde la estética)». Así lo considera Orlando Brigante, principal de la Agencia Coleto, uno de sus clientes.

  • Los ingresos favorables llevan a los videojuegos a un nuevo nivel

    EFE / TOKYO

    Las ventas de la industria de los videojuegos en Japón crecieron un 10,7% interanual, entre abril y septiembre, durante el primer semestre del año fiscal nipón. Este movimiento representa la primera subida en este período en los últimos cinco años.

    Las ventas de software aumentaron en esos seis meses un 15,8% y se situaron en 114 300 millones de yenes (unos USD 1 451 millones), gracias a títulos populares como los de las series Pocket Monster o Super Mario Bros, según datos de la editora especializada Enterbrain publicados por la agencia Kyodo.

    Por su parte, las ventas de videoconsolas se incrementaron entre abril y septiembre un 2,2% interanual, hasta 61 100 millones de yenes (USD 777 millones), impulsadas por la buena acogida a la consola portátil Nintendo 3DS LL.

    Este dispositivo, que salió al mercado japonés en julio, es la versión mejorada de la consola portátil de Nintendo con tecnología para reproducir imágenes en tres dimensiones y, junto con la Wii U (que sustituirá a la exitosa Wii), supone la gran apuesta del gigante de los videojuegos.

    La compañía espera que ambas sean un éxito y que sus ventas para este ejercicio fiscal 2012 le aporten un beneficio neto de más de USD 259 millones.

    Los datos publicados corresponden al período que va entre el 26 de marzo y el 30 de septiembre, que engloba el primer semestre fiscal, que en Japón va del 1 de abril al 30 de septiembre

    Pero no solo en Japón se experimenta la creciente demanda por los juegos de video. Por ejemplo, FIFA 13 salió a la venta el pasado 25 de septiembre en Estados Unidos y dos días más tarde en Europa. Hasta el momento se han registrado 66 millones de partidos en línea, lo que supone 600 millones de minutos de juego.

    Electronic Arts ha indicado que las ventas fueron especialmente destacadas en el Reino Unido, donde se comercializaron 1,2 millones de copias en 48 horas.

    La nueva versión de FIFA 13 está disponible para todas las consolas, para PC y también para el sistema operativo del iPhone iOS, de Apple.

    Actualmente este videojuego registró 4,5 millones de copias vendidas en sus cinco primeros días en el mercado.

    Mientras que su principal rival, Pro Evolution Soccer 2013, de la firma japonesa Konami lleva vendidos 4 millones de copias, desde hace dos semanas.

    Entre las novedades que trae FIFA 2013 se incluye un catálogo donde podrán encontrar los uniformes retro de los equipos y se podrán desbloquear opciones de juego a través de los puntos ganados. También incluye más equipos del campeonato argentino de fútbol.

  • Parqueaderos, edificios, malls… llevan un toque verde

    Redacción Quito

    ¿Por qué los parqueaderos de los centros comerciales tienen que ser grises y sin plantas? ¿Se puede dar un toque verde a los pasillos y lobbys de edificios para volverlos más amigables? Esas y otras preguntas responden los fundadores de Grupo Sam, una iniciativa dedicada a proyectos ambientales y, en los últimos cuatro años, a lo que es jardinería vertical.

    Este emprendimiento dio sus primeros pasos hace 14 años, cuentan Pamela Jaramillo y Hernán Tapia, dos de los cuatro socios. En sus inicios, Grupo Sam trabajó en proyectos de agroforestería, una combinación de agricultura y forestación, según explican Jaramillo y Tapia.

    Pero con el paso del tiempo, fueron encontrando oportunidades en nuevos espacios, específicamente en centros comerciales y en casas particulares. Es así que en el 2007, Grupo Sam se encargó de rediseñar los jardines del Condado Shopping, en el norte de Quito.

    Al mismo tiempo, cuentan sus representantes, trabajaron con organismos no gubernamentales y establecieron un vivero, en el sector de Calderón. El sitio les permite hoy en día contar con la materia prima para ofertar jardines verticales.

    Para involucrase en esta nueva tendencia, ambos hicieron un curso en Nueva York, en el 2010, y establecieron un convenio con una firma europea a la que adquieren los jardines. En Quito, el trabajo consiste en sembrar plantas de distintas variedades, la instalación y el mantenimiento de los jardines.

    En este tiempo de trabajo, Grupo Sam ha invertido algo más de USD 100 000.

    Uno de los proyectos más grandes en los que incursionó esta iniciativa fue la decoración de jardines y parqueaderos del centro comercial Paseo San Francisco, en Cumbayá. Allí, cerca de 600 metros cuadrados de paredes lucen jardines verticales.

    Verónica Espinosa, directora de mercadeo del centro comercial, considera que se trata de un producto muy versátil. «Permite armar jardines en paredes al gusto de uno. Puedo mover los módulos, formar logotipos con los colores de las plantas… tiene un amplio margen de creatividad».

    La vocera del lugar agrega que esta clase de jardines da frescura y genera un ambiente diferente y original.