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  • Estos jeans brillan en los ‘malls’

    Modesto Moreta

    (I) redacción@revistalideres.ec

    La relación de Oswaldo Llerena con la ropa de jean comenzó antes de graduarse como ingeniero comercial en la Universidad Técnica de Ambato (UTA). En 1998 ya representaba en las ventas bajo comisión a dos fábricas importantes en la confección de esa línea en Cuenca.

    En la actualidad es el Gerente de la empresa Jean Up, especializada en la fabricación de ropa de jean, que se produce en sus dos plantas ubicadas en el Parque Industrial Ambato y en el cantón Cevallos, en Tungurahua. El año pasado, la firma ambateña facturó USD 6 192 789 y hoy suma 105 colaboradores.

    Llerena colaboró en las firmas cuencanas durante seis años. En ese periodo se relacionó con clientes y proveedores de materia prima en todo el país. También conoció de cerca este negocio y amplió su visión.

    Con esos conocimientos, en el 2005 decidió armar un proyecto de negocios para producir su marca de ropa. El plan de negocios lo expuso a los proveedores de telas, hilos y maquinaria, quienes financiaron la materia prima y las máquinas para cancelarlo en 120 días plazo.

    La colocación de la marca es uno de los puntos importantes en la confección de los pantalones jeans que se venden en todo el país. Foto:   Willian Tibán para LÍDERES
    La colocación de la marca es uno de los puntos importantes en la confección de los pantalones jeans que se venden en todo el país. Foto: Willian Tibán para LÍDERES

    Ese fue el espaldarazo que necesitó Llerena para comenzar con la confección en la línea jean dirigida a un público popular. Contrató a vendedores para que atiendan donde aún no entraban, eso permitió que las ventas subieran y se incrementara la producción entre 2 500 y 2 600 prendas mensuales. Los principales mercados eran Quito, Guayaquil, Santo Domingo y otras 10 ciudades, pero las ventas no dejaban una buena rentabilidad.

    En el 2008 realizó una planificación sobre cómo estructuraría una nueva empresa para llegar a otro segmento de mercado con una prenda con altos estándares de calidad, es decir, una línea exclusiva de ropa para público exigente con diseños, modelos y de acuerdo con las nuevas tendencias de la moda en el país y el mundo.

    En el 2009, con una nueva inversión de USD 80 000 sacó al mercado una nueva ropa de alta calidad fabricada en Colombia, pero sin descuidar el mercado popular. La producción no era grande, pero eso les permitió aprender.

    Una vez que tenía todo el conocimiento en la confección, decidió regresar con todo el equipo de producción a Ecuador. En el 2010 comenzó a funcionar la planta de producción con la marca Jean Up. “Posicionar la marca en el mercado fue una tarea difícil. Desde el arranque trabajé en ese objetivo, pese a que no tenía desarrollado un ‘know how’ completo en la producción”, cuenta el empresario.

    La firma ambateña Jean Up gana clientes en centros comerciales. Foto:   Willian Tibán para LÍDERES
    La firma ambateña Jean Up gana clientes en centros comerciales. Foto: Willian Tibán para LÍDERES

    En la actualidad, sus prendas de vestir están en las pechas de grandes centros comerciales y tiendas del país. Tiene 14 tiendas en centros comerciales y 160 franquicias córner, que consisten en espacios dentro de un almacén grande de ropa. Adicionalmente, la empresa tiene submarcas que comercializa a escala nacional.

    Llerena explica que el año anterior su empresa fue de las líderes en ventas en jeans en el país y en la actualidad tiene una producción de 25 000 prendas mensuales. En el 2018 incrementó tres nuevas tiendas con una inversión de USD 200 000 y en la compra de nuevas maquinaria con tecnología de punta.

    En marzo de este año, las empresas Jean Up y la Multinacional Vicunha realizaron una alianza para utilizar la materia prima, recibir el asesoramiento tecnológico y el diseño similar al que ellos producen. Sacaron una colección de una parte de la moda de Brasil para comercializarla en Ecuador y fue un éxito.

    La empresa Distribuidora Dajobsa, ubicada en Quevedo, trabaja hace seis años con la marca ambateña Jean Up. Paúl Hernández, gerente de la firma quevedeña, cuenta que las ventas de los productos están en constante crecimiento. La innovación, los nuevos diseños y las tendencias hicieron que las ventas despuntaran.

    Explica que en la comercialización de cada colección hay un incremento del 10%. “Pese a la situación económica del país las ventas se mantienen en relación con otras empresas”.

    Hernández trabaja en la distribución del producto en Santo Domingo, Manabí, Esmeraldas, El Oro, Guayaquil y también se extendió a la Amazonía. Las prendas de Jean Up se comercializan en boutiques, almacenes grandes de ropa, supermercados… “La calidad, la manufactura, los diseños, el corte y los materiales permiten estar vigentes en el mercado nacional”, cuenta Hernández.

    Cifras 

    15 colaboradores tuvo la nómina inicial de la firma Jean Up. En el 2010 subió a 40 y en la actualidad son 105 empleados.

    33,33% de la producción
    se comercializa en sus propias tiendas, un porcentaje similar en las grandes cadenas de tiendas y lo restante a clientes de boutiques en todo el país.

    2 plantas de producción cuenta en la actualidad la empresa ambateña. La inversión de USD
    800 000 se hizo con créditos a instituciones financieras.

    Oswaldo Llerena
    El gerente

    El control de los estándares de calidad de nuestros productos se realiza desde que se inicia el proceso de producción de cada prenda. Estamos vigentes en el mercado porque trabajamos con tendencias. Constantemente investigamos en el mundo de la moda, eso nos permite sacar cuatro colecciones en el año. El departamento de diseño aporta para las colecciones. Se suma la capacitación y los materiales de alta calidad.

    El control de calidad es uno de los puntos importantes en la fabricación de la ropa de Jean Up en Ambato. 105 personas trabajan en esta firma. Foto:   Willian Tibán para LÍDERES
    El control de calidad es uno de los puntos importantes en la fabricación de la ropa de Jean Up en Ambato. 105 personas trabajan en esta firma. Foto: Willian Tibán para LÍDERES
  • Parqueaderos, edificios, malls… llevan un toque verde

    Redacción Quito

    ¿Por qué los parqueaderos de los centros comerciales tienen que ser grises y sin plantas? ¿Se puede dar un toque verde a los pasillos y lobbys de edificios para volverlos más amigables? Esas y otras preguntas responden los fundadores de Grupo Sam, una iniciativa dedicada a proyectos ambientales y, en los últimos cuatro años, a lo que es jardinería vertical.

    Este emprendimiento dio sus primeros pasos hace 14 años, cuentan Pamela Jaramillo y Hernán Tapia, dos de los cuatro socios. En sus inicios, Grupo Sam trabajó en proyectos de agroforestería, una combinación de agricultura y forestación, según explican Jaramillo y Tapia.

    Pero con el paso del tiempo, fueron encontrando oportunidades en nuevos espacios, específicamente en centros comerciales y en casas particulares. Es así que en el 2007, Grupo Sam se encargó de rediseñar los jardines del Condado Shopping, en el norte de Quito.

    Al mismo tiempo, cuentan sus representantes, trabajaron con organismos no gubernamentales y establecieron un vivero, en el sector de Calderón. El sitio les permite hoy en día contar con la materia prima para ofertar jardines verticales.

    Para involucrase en esta nueva tendencia, ambos hicieron un curso en Nueva York, en el 2010, y establecieron un convenio con una firma europea a la que adquieren los jardines. En Quito, el trabajo consiste en sembrar plantas de distintas variedades, la instalación y el mantenimiento de los jardines.

    En este tiempo de trabajo, Grupo Sam ha invertido algo más de USD 100 000.

    Uno de los proyectos más grandes en los que incursionó esta iniciativa fue la decoración de jardines y parqueaderos del centro comercial Paseo San Francisco, en Cumbayá. Allí, cerca de 600 metros cuadrados de paredes lucen jardines verticales.

    Verónica Espinosa, directora de mercadeo del centro comercial, considera que se trata de un producto muy versátil. «Permite armar jardines en paredes al gusto de uno. Puedo mover los módulos, formar logotipos con los colores de las plantas… tiene un amplio margen de creatividad».

    La vocera del lugar agrega que esta clase de jardines da frescura y genera un ambiente diferente y original.