Etiqueta: manufactura

  • Las ventas decrecieron en junio de 2019

    Redacción Quito

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    El sector comercial está en alerta ante la caída de las ventas. En junio pasado, según datos del Servicio Nacional de Rentas presentados por la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG), la actividad comercial tuvo un crecimiento negativo de -0,5%, una caída importante frente a junio del 2018 cuando las ventas aumentaron 11,3%.

    El gremio guayaquileño considera que con estas cifras “el comercio está en territorio negativo”. La CCG aporta con más datos y asegura que 13 sectores productivos vieron caer sus venas en el segundo trimestre del año. “La facturación se ha desacelerado desde finales del año pasado. En el primer trimestre de este año, 5 de 24 sectores ya evidenciaban una contracción. En el segundo trimestre fueron 13 los sectores afectados”, dice el comunicado de la CCG.

    Los sectores de la construcción y manufactura son los que evidencian contracciones más acentuadas, con caídas de -6,1% y -8,8%, en su orden.

    Para Pablo Arosemena, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, ante estas cifras el camino es liberar el comercio. Esto implica, según el dirigente gremial, la eliminación del anticipo del impuesto a la renta, la eliminación del impuesto a la salida de divisas, la eliminación de los obstáculos técnicos al comercio, específicamente, los reglamentos técnicos ineficientes.

    El dirigente también cree necesario facilitar los procesos de contratación de personal. Al respecto, Arosemena dice que la CCG presentó hace tres meses, al Presidente de la Asamblea Nacional, César Litardo, 40 propuestas técnicas de reforma laboral para reactivar la actividad comercial. Sin embargo “el tiempo pasa y nada ha cambiado”.

    Los sectores de la construcción y manufactura son los que evidencian contracciones más acentuadas, con caídas de -6,1% y -8,8%, en su orden.
    Los sectores de la construcción y manufactura son los que evidencian contracciones más acentuadas, con caídas de -6,1% y -8,8%, en su orden. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Una notificación reemplaza al Registro Sanitario de alimentos procesados

    Pedro Maldonado

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    El trámite para solicitar y recibir un registro sanitario para alimentos industrializados cambió. Tras la aprobación de la Ley de Alianzas Público Privadas, se establece que los registros sanitarios para estos productos sean reemplazados por notificaciones sanitarias que entrega Arcsa. Este cambio está vigente desde el 18 de diciembre pasado, fecha en la que la Ley se publicó en el Registro Oficial.

    Desde ese día, la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) ha emitido entre 200 y 300 notificaciones a la semana. El director ejecutivo de Arcsa, Giovanni Gando, explicó que la notificación es por producto y tiene una validez de cinco años, por lo que es necesario renovarla. De esta manera, los alimentos procesados en lugar de mostrar el código del Registro Sanitario ahora enseñarán el código de la notificación o de buena práctica de manufactura (BPM).

    Entre los principales efectos de esta modificación a la normativa están la documentación y el tiempo. Obtener un Registro Sanitario tomaba meses o años, pero ahora el tiempo para obtener la notificación será de días.

    La obtención de la notificación sanitaria se realizará con base en el perfil de riesgo del alimento procesado. Para alimentos de riesgo alto, como leche pasteurizada, quesos, gaseosas, cárnicos, entre otros, se realizará la revisión documental y técnica de la información suministrada por el solicitante; en el caso de observaciones en la revisión, el usuario dispondrá de 15 días laborables para corregir las observaciones.

    Para alimentos de medio y bajo riesgo (leche en polvo, bebidas hidratantes, frutas deshidratadas, entre otros), únicamente se realizará una recepción de los requisitos establecidos por la Arcsa, quedando el tiempo para la obtención en máximo cinco días (correspondiente al palzo para el pago de la tasa correspondiente).

    Los valores de las notificaciones varían según el tamaño del negocio. Una empresa artesanal debe pagar USD 104,53; una pequeña industria deba cancelar 340,43 y una industria paga USD 714,72, según información publicada en la página web de Arcsa.
    Además, ahora Arcsa cumplirá controles en las plantas de producción de alimentos, así como en supermercados, tiendas y otros puntos de venta.

    El director ejecutivo de Arcsa, Giovanni Gando, y el representate de los fabricantes de alimentos y bebidas, Cristian Wahli. Foto: Cortesía
    El director ejecutivo de Arcsa, Giovanni Gando, y el representate de los fabricantes de alimentos y bebidas, Cristian Wahli. Foto: Cortesía
  • Escasez de minerales raros podría afectar mercados globales

    Agencia AFP

    Los minerales raros son cruciales para la manufactura de celulares, aparatos electrónicos y equipo médico, por ello una escasez podría afectar el mercado global y convertir en la chispa de una inestabilidad financiera, según un estudio publicado ayer, 13 de noviembre.

    El análisis de las redes de comercio internacional y de cómo éstas podrían verse afectadas por la escasez de minerales fue publicado en el diario especializado Science Advances.

    “La escasez regional de minerales necesarios para la manufactura de tecnología moderna podría propagarse en el sistema comercial, dando lugar a un fuerte incremento en la volatilidad del precio de esos minerales en el mercado global”, dijo el autor Peter Klimek, un investigador de la Medical University de Viena, Austria.

    Klimek dirigió el estudio, que examinó los flujos de 71 materias primas minerales en 107 países, en colaboración con el instituto internacional para Sistemas de Análisis Aplicados (IIASA, en inglés).

    La Unión Europea (UE) encara el mayor riesgo de inestabilidad, particularmente cuando se trata del berilio, utilizado para la manufactura de conectores e interruptores para instrumentos de precisión ligeros en las industrias aeroespaciales y de defensa.

    “85% de la oferta mundial de berilio se extrae de Estados Unidos, la mayor parte del restante proviene de China”, agregó.

    También es importante en UE el indio, esencial para la fabricación de pantallas de cristal líquido. Este mineral es producido a partir de las minas de zinc, por ello su disponibilidad depende de la economía en el mercado del zinc, explicó el estudio.

    El talio es un componente clave para los escáneres médicos en Estados Unidos. “El suministro global de talio está relativamente limitado por Estados Unidos, especialmente porque China eliminó varios beneficios fiscales en la exportación de talio en 2006”.

    Los minerales obtenidos como subproductos de otros procesos, como la minería, son “los más susceptibles de una volatilidad de precios que conduzcan a inestabilidades sistémicas”, señaló el documento.

    Los mercados de materias primas y los financieros “son altamente internacionales e interconectados”, dijo el IIASA.

    “Entender estas redes nos da un modo de explicar y posiblemente predecir una larga porción de las inestabilidades en términos de la volatilidad de precios en los mercados”, observó.

    berilio
    El berilio es utilizado para la manufactura de conectores e interruptores para instrumentos de precisión ligeros en las industrias aeroespaciales y de defensa. Imagen tomada de http://www.periodictable.com/
  • Ponte Selva, 3 generaciones hilaron la ruta de esta compañía

    Sebastián Angulo Redacción Quito / LÍDERES

    En los pasillos de su fábrica aún se siente la nostalgia de la década de 1960. De hecho, una máquina de esa época aún funciona y es operada por uno de sus 222 trabajadores.

    Así es Ponte Selva, una firma dedicada a la industria piolera y textil, que nació hace 50 años, en una pequeña planta ubicada en el norte de Quito. Ahora, sus ítems se distribuyen en ferreterías de todo el país y su producción asciende a 150 toneladas mensuales, entre piola; telas planas y de punto; y gasa hidrófila de algodón no estéril.

    El origen de esta firma se remonta a Italia, específicamente a Ponte Selva (comuna ubicada en Lombardía, noroccidente de ese país), donde Giovanni Guerini Signorini nació y aprendió el oficio de la hilatura y transformación de la fibra de algodón, en 1918.

    El artesano afianzó sus conocimientos en Rumania, cuando laboró en la fábrica textil Fusul. Era 1936 y el trabajo en ese lugar fue clave para poder subsistir -junto a su familia- durante la Segunda Guerra Mundial.

    Trece años después -y luego de un viaje en barco que duró cerca de un mes- llegó a Uruguay para incorporarse a la empresa textil La Mundial.

    En 1953, Guerini Signorini llegó a Ecuador tras la propuesta de Abraham Handal para incorporarse en Textiles Nacionales. Luego de 10 años de establecerse en el país y conocer el mercado decidió instalar una máquina en su hogar, en el norte de Quito, para fabricar piola. Así nació Ponte Selva, en 1963, con una inversión de unos USD 4 500.

    Entre los primeros clientes de sus productos estuvieron Comercial Kywi y ferreterías del centro de la ciudad. Giuseppe Guerini Casari, hijo de Guerini Signori, quien gerencia la empresa desde su inició, recuerda que su padre iba en bus a dejar la piola a sus compradores.

    Las ganancias obtenidas fueron reinvertidas para la adquisición de más maquinaria y, poco a poco, su casa se convirtió en su fábrica textil. A la par del crecimiento, las ventas también subieron. Por ello la empresa diversificó su producción a hilo de chillo (para uso en zapaterías, ferreterías, máquinas de coser industriales, embutidos y más ) e hilo para coser costales.

    En 1988, Giovanni Guerini Signorini falleció pero su legado no quedó ahí. Ponte Selva se consolidó en la industria piolera nacional, pero luego de ello se trazó un nuevo objetivo: incursionar en la producción de textiles. Así, en 1994 la firma implementó una tejeduría e hiladura y dos años después una tintorería de telas, en Yaruquí (nororiente de Quito).

    Actualmente, la firma cuenta con tres plantas con inversiones cercanas a los USD 3 millones. La compañía obtuvo los recursos mediante ahorros y préstamos a la Corporación Financiera Nacional (CFN. Hoy en día, la tercera generación ya trabaja en esta firma; los hijos de Guerini Casari: Mariella, Franco, Juan y José Guerini Puciarelli también están al frente de la empresa.

    Ahora, la piola llega a todo el país. Ingenios, envasadoras, ferreterías, entre otras, usan y distribuyen sus productos Víctor Abarca, jefe de compras de la cadena Kywi, asegura que Ponte Selva es uno de sus proveedores tradicionales. Cada mes, esta cadena de ferreterías le compra unos USD 2 000 en cabos y piola de plástico y algodón.

    Abarca explica que estos ítems son demandados por floricultoras y artesanos. «La calidad del producto es comprobada, por eso los clientes se han mantenido durante décadas», añade.

    Juan Ramiro Paredes es propietario de la fábrica textil Jerpp. Él comenta que desde hace 20 años le compra materia prima a Ponte Selva. Al mes, esta empresa adquiere unos USD 120 000 en tela, pañal y gasa. «Tenemos una relación de confianza gracias a su calidad».

    En ello coincide Ricardo Bastidas, jefe de Compras de Pronaca, cliente desde hace 15 años de Ponte Selva.

    EL INSIGNIA

    ‘La capacitación es un punto clave’

    Trabajo en Ponte Selva desde hace 17 años. Llegué por medio de un compañero de mi padre, quien me avisó que había una vacante en la compañía. En los años en que he estado la empresa ha crecido mucho. Mi aporte para que la empresa haya salido adelante es el trabajo incondicional; Ponte Selva siempre nos ha remunerado a tiempo y de acuerdo a la ley. Gracias a ello, he podido sacar adelante a mi familia, conseguir mi vivienda. Mi trabajo consiste transformar el plástico, la materia prima, en la piola. Tenemos turnos rotativos, cada uno de ocho horas: 06:00 a 14:00; de 14:00 a 21:00 y de 14:00 a 06:00. El ambiente laboral es agradable, son buenos compañeros. Siempre nos ayudamos y apoyamos al personal nuevo. La compañía también nos brinda capacitación tres veces al año, por ejemplo, sobre manejo de residuos y reciclaje; también de seguridad industrial.

  • 1 000 citas de negocios en encuentro empresarial

    Redacción Guayaquil

    Guayaquil

    Durante dos días, los representantes de 12 cámaras de Comercio se reunieron en Guayaquil, en el marco de la XLII reunión del Consejo Directivo de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio (AICO). Este encuentro lo organizó la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG).

    El evento se desarrolló entre el 6 y 7 de mayo, en el Centro de Convenciones de Guayaquil. El tema central del programa fue analizar el ‘Fomento a la inversión entre países iberoamericanos’.

    Entre los exponentes estuvieron: Walter Spurrier, analista económico; Santiago León, exministro de Producción; Mario Hansen, gerente general de la firma Hansen Holm Partners; y Eduardo Carmigniani, representante de Carmigniani Pérez Abogados.

    Junto a las conferencias, también se desarrolló una macrorrueda de negocios donde participaron 128 empresa nacionales y 22 internacionales, entre ellas, de Brasil, Uruguay, EE.UU., Costa Rica, Guatemala y Bolivia.

    De las firmas internacionales, 16 provenían del sector de alimentos y bebidas, dos farmacéuticas, dos textiles y confecciones. También participó una de software y una de manufactura.

    El sector de mayor demanda fue el de alimentos y bebidas, seguida de la farmacéutica, indicó Verónica Chávez, directora de Desarrollo de Comercio y Negocios de la CCG. Para los empresarios, la producción que pudieron observar les satisfizo. A Víctor Ruiz, gerente de la compañía costarricense Farmed, le gustaron los productos, ya que tienen certificados y normas internacionales. De las 20 empresas a las que entrevistó, el 80% tiene potencial para hacer negocios, indicó el empresario. En la macrorrueda hubo cerca de 1 000 citas de negocios y acuerdos de negocios por USD 15 millones.

  • La estrategia fue no envidiar lo extranjero

    Redacción Quito

    La moda pesó más que la ciencia. Hace 24 años, Marjorie García emprendió su negocio textil, que lleva su nombre, y dejó a un lado su profesión.

    A esta quiteña, que se graduó de bióloga en la Universidad Católica de Quito, siempre le llamó la atención el mundo de las telas, moldes, cintas métricas y las ideas para elaborar prendas.

    Por ello, junto a su esposo, Christian Isa, abrió una pequeña planta de producción en su casa, ubicada en el norte de Quito. Para ello, invirtieron unos USD 20 000, que lo destinaron a la compra de máquinas de coser y materias primas.

    En principio, Isa y García, se enfocaron en la manufactura de camisas para niños. Pero la falta de rentabilidad en este segmento hizo que dieran un giro de timón al negocio y se dediquen a confeccionar prendas para adulto.

    Al igual que ahora, las materias primas las importaban desde Colombia, Perú, Brasil, entre otras naciones.

    Al inicio, la compañía no tenía una marca definida, pero en el 2000 decidieron probar con una propia.

    La idea, aunque sonaba algo descabellada, era competir con marcas internacionales. Para lograrlo, sus productos debían tener la calidad suficiente que les permita competir con marcas foráneas.

    Y así lo hicieron. Buscaron telas de calidad, diseños vanguardistas, colores de moda. Luego de todo este proceso, hace unos 14 años, nació la marca Blue Dot (punto azul, en español).

    García explica que escogieron ese nombre en inglés, para que «la marca suene a extranjera», debido a que el producto nacional, en esa época, se lo asociaba con falta de calidad. Incluso, las instrucciones en etiquetas también están bordadas en ese idioma.

    A Blue Dot, con su propuesta de camisas para caballero, no le fue tan mal. Tanto, que este matrimonio decidió presentar al mercado, en el 2004, la marca Whoose (expresión verbal que muestra superioridad de una persona sobre otra de menor conocimiento).

    Esta se especializaría en blue jeans y utilizaron la misma premisa de Blue Dot: «prendas de calidad que no tengan nada que envidiarle a una extranjera».

    Durante estos años, su estrategia ha sido distribuir sus productos en boutiques especializadas de ropa y no venderlos de forma masiva.

    El negocio creció y ahora su planta cuenta con unas 20 personas que participan en todo el proceso de producción. Ellas confeccionan al mes un promedio de 3 000 camisas. Actualmente, las prendas de Blue Dot y Whoose se distribuyen a escala nacional.

    Distribuidora Fabián Samaniego, que tiene su centro de operaciones en Ambato (provincia de Tungurahua), comercializa las dos marcas desde hace 13 años.

    Este negocio entrega los productos a Tungurahua, Chimborazo, Bolívar, Macas, Imbabura, Santo Domingo de los Tsáchilas, Guayas y Los Ríos.

    Fabián Samaniego, propietario del negocio, comenta que las marcas gozan de buena aceptación en el mercado. Él describe a sus clientes como hombres y mujeres de un nivel socioeconómico medio y medio-alto. Samaniego dice que al mes, esta distribuidora vende entre unas 1 500 a 2 000 prendas.

    Ahora, entre Blue Dot y Whoose facturan un promedio que oscila entre los USD 80 000 y 70 000 mensuales. El año pasado la firma cerró con ventas de 800 000.

    Fabián Ocampo también distribuye las marcas. Él señala que envía el producto a unas 15 provincias a escala nacional. Él destaca la calidad de la ropa, gracias a ello, «compite a la par con marcas peruanas y colombianas».

    Flavio Izquierdo, es propietario de un local de ropa en Ambato. Él asegura que la marca es aceptada y reconocida entre los compradores nacionales, gracias a «su diseño y calidad».3 000 camisas mensuales fabrica esta empresa en su planta.

  • La inversión y las adecuaciones son parte del camino a seguir

    LAS MEDIANAS EMPRESAS

    Las medianas empresas que procesen alimentos también están en la obligación de cumplir la norma sobre buenas prácticas de manufactura. Cereales Andinos, por ejemplo, se anticipó a la norma y ya obtuvo el certificado BPM.

    Las empresas de cereales tienen hasta el 2015 y 2016 para obtener el sello de calidad, pero Cereales Andinos no esperó. Guillermo Tapia, gerente de esta empresa mediana ubicada en Pichincha, explica que logró la certificación de BPM el 10 de enero pasado. Para ello, invirtió unos USD 450 000 en la compra del terreno y en la construcción.

    Tapia relata que lograr las BPM requirió una serie de adecuaciones difíciles de realizar en el galpón arrendado donde antes funcionaba su planta. «Es preferible construir un galpón nuevo aplicando las normas BPM antes que tratar de acondicionar un galpón que no fue diseñado para procesar alimentos». Para el diseño de la fábrica contrató a una empresa especializada en el manejo de plantas industriales para alimentos.

    Macafri, una empresa del sector de cárnicos, también está certificada desde hace 10 meses. Édison Romo, gerente general de la firma, relata que el proceso tardó 2 años debido a las adecuaciones que tuvo que realizar. El Gobierno financió el 80% de los costos de capacitación y la firma invirtió el 20% restante. La inversión en infraestructura hecha por Macafri sumó USD 127 000.

    Los casos mencionados son un ejemplo para otras firmas que aspiran a este sello de calidad. Frozen Tropic, empresa procesadora de frutas, cuenta con la ISO 22 000 y está en proceso de obtener el certificado BPM. Su gerente, Diego Paredes, explica que la facilidad para lograr el sello depende de cada empresa. «Primero hay que cumplir normas, registros y procedimientos, así como mejorar la infraestructura. Si la empresa ha avanzado en esos temas es más fácil».

    Chocolates Bios está en el mismo camino. Su vocero, Juan E. Olgieser, señala que «para las pymes la inversión en infraestructura es un desafío, pero todo es por mejorar la percepción del producto».

  • Dana se une al sector de las autopartes

    Redacción Quito

    La firma Dana Transejes Ecuador inauguró la semana pasada su planta de fabricación de ejes y cardanes, en el norte de Quito. De esta manera, la compañía confirma su presencia en la industria de autopartes del país.

    La compañía invirtió cerca de USD 7 millones para poner en marcha la planta de producción, en la que se generan cerca de 60 empleos. Para el presidente de la Región Andina de Dana Holding Corporation, Manuel Ortiz, la firma adquiere un compromiso con la industria automotriz del Ecuador. «Esto se traduce en la producción de 30 000 ejes diferenciales y cardanes anuales para la industria ecuatoriana».

    Dana aspira a sustituir el 100% de las importaciones de ejes diferenciales y cardanes de todos los vehículos livianos y el 85% de los vehículos pesados que se fabriquen en el Ecuador, según un comunicado de la empresa.

    La compañía ya exporta cardanes hacia Colombia; en este primer año de actividades calcula alcanzar USD 1,5 millones en exportaciones. Y para el 2016 la meta es exportar USD 5 millones.

    La firma es parte de Dana Holding Corporation, líder mundial de ingeniería, distribución de productos y sistemas para la industria automotriz. Dana Holding Corporation es una de las compañías más grandes en EE.UU. en el sector de autopartes, con 104 años de actividad y con operaciones en 27 países.

    En el 2006, llegó al mercado ecuatoriano con productos fabricados en Dana Venezuela y Colombia. En el 2008 se asoció con Indima, otra firma autopartista y en el 2012 arrancó con el ensamble de ejes diferenciales para la ensambladora GM-OBB. En marzo pasado arrancó la manufactura de ejes y cardanes.