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  • Lo policíaco y el ‘boom’ marcan sus preferencias

    Alexander García

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    Fue en su juventud un apasionado ‘martiano’ como la gran mayoría de los cubanos con cierto nivel de cultura, pero también lector la literatura no autorizada en la isla.

    El cubano Fidel Márquez, doctor en ciencias económicas y rector de la Universidad Ecotec, tuvo que leer los 28 tomos de las obras completas de José Martí. En esa misma época consumía literatura poco divulgada en la isla, libros que pasaban de mano en mano casi de forma clandestina. Entre ellos estaban la ‘Rebelión en la granja’, novela satírica del británico George Orwell o toda la obra del ahora Premio Nobel de Literatura peruano, Mario Vargas Llosa.

    La niñez se le había ido leyendo en la biblioteca novelas de aventuras de Emilio Salgari, Robert Louis Stevenson o Julio Verne, jugando ajedrez y voleibol, por las tardes. La literatura latinoamericana -sobre todo los autores del ‘boom’- marcaron una etapa de su vida. Recita a autores como José Lezama Lima, Alejo Carpentier, Mario Benedetti, Guillermo Cabrera Infante, Eduardo Galeano, Gabriel García Márquez o el propio Vargas Llosa, “sin importar la tendencia ideológica, son monstruos de las letras”, dice.

    “Creo que todos los latinoamericanos debemos leer la obra de Gabo, es una obligación”, dice Márquez, economista especializado en temas como población y desarrollo, teoría económica, economía política y relaciones económicas internacionales.

    La novela policiaca está entre sus predilecciones, historias de detectives tan dispares como Hércules Poirot; de la británica Agatha Christie; Sherlock Holmes, del escocés sir Arthur Conan Doyle; o el propio Mario Conde, de su compatriota, el cubano Leonardo Padura. “En Cuba también leía a Luis Rogelio Nogueras, un escritor de novela policiaca poco conocido afuera, pero muy recomendable. También, me interesa la novela policíaca contemporánea”, explica el catedrático, que llegó al Ecotec hace una década y desde hace ocho años funge como rector. (Llegó al Ecuador en 1997, se casó con una ecuatoriana y se naturalizó tres años después. Tiene tres hijos ecuatorianos).

    “Los economistas deberíamos leer un poco más de filosofía para lograr entender porqué el mundos se comporta de la forma como lo hace. La historia de la filosofía, que es la madre de todas las ciencias, debería ser obligatoria en todas las carreras”, indica.

    En economía siempre vuelve a los clásicos: Adam Smith, David Ricardo, William A. Petri, John Maynard Keynes, Milton Friedman, Friedrich Hayek o Joseph Schumpeter. “Si no hubiera tenido amor a la lectura, no hubiera podido ser académico, quien no tenga el hábito de leer, puede tener muchos cartones pero no va a ser un profesional”, sentencia.

    La profesionalidad tiene que ver para él con la capacidad de adaptación al cambio, y los libros -la literatura- abren el camino al conocimiento de la historia y de entornos interculturales, dice. “Si usted estudia una profesión y después no sabe cómo adaptarse a las nuevas situaciones no es un profesional y no va a poder desempeñarse como tal”.

    Mi libro de cabecera

    ‘Hacia una dinámica del desarrollo latinoamericano’. El argentino Raúl Prébisch creó el estructuralismo latinoamericano, una teoría económica propia de la región. “El libro refleja los orígenes del subdesarrollo latinoamericano, que no ha variado desde los 60”.

    Fidel Márquez, rector de la Ecotec, ha sido también profesor de la UEES. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Fidel Márquez, rector de la Ecotec, ha sido también profesor de la UEES. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • La belleza y la ayuda social marcan su camino

    Valeria Heredia

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    La belleza es el eje de los negocios y de la vida de Luisa Ramos. Con ella, esta migrante ecuatoriana educó a sus hijos, dio empleo a sus compatriotas y triunfó en un país ajeno y lejano a Ecuador.

    En 1988, esta oriunda de Azogues viajó a Estados Unidos para comenzar una nueva vida. Su objetivo, al igual que el de muchos ecuatorianos, fue el de conquistar el país norteamericano.
    El camino no fue fácil y estuvo lleno de obstáculos. El primero fue el viaje a EE.UU., por los riesgos de la emigración irregular. Cruzar la frontera a pie cargada a su primer hijo, Juan Carlos Ramos, que tenía dos años, o pagar a un extraño para que le ayude a pasar la frontera fue parte de las situaciones que vivió Ramos.

    El segundo gran desafío fue sostener a su familia y para ello buscó trabajo en lo que le gusta: la estética y la cosmetología.

    Su primer trabajo fue en Manhattan, en un gabinete de belleza, donde aprendió más sobre la industria de la cosmética.

    En ese espacio, además, se llenó de fuerzas para abrir su primer negocio: una sala de belleza, donde realizaba cortes y tintes de cabello, maquillaje, cuidado de la piel y otras tareas de belleza.

    En 1999 abrió su primer local. Fue un espacio sencillo, pero la comunidad de hispanos empezó a crecer y con ello su negocio.

    La acogida fue tal que abrió cuatro centros estéticos más en diferentes puntos de Long Island, una isla del estado de Nueva York.

    Como buena emprendedora, Ramos no se quedó solo con sus locales; al contrario apostó por una idea más atrevida: la elaboración de una línea de productos con su marca J. Ramos NY y Luisa’s Magic. Estos ayudan al cuidado del cabello, que es la especialidad de esta emprendedora y madre de tres hijos que siguen sus pasos y cuidan su negocio.

    Sus hijos Juan Carlos, Richard y Kimberly no solo ayudan a su madre en los gabinetes de belleza, sino que estudiaron profesiones similares a las de su mamá para juntos apoyar al crecimiento de este negocio familiar. Por ejemplo, su tercera hija estudió estética y belleza corporal, relata con entusiasmo Ramos, quien se considera una madre cariñosa.

    Emprender en tierra ajena requirió de una dedicación total de Ramos y de una visión de negocios única. Su tarea abrió las puertas a sus compatriotas y a latinoamericanos, que buscan una oportunidad en EE.UU.

    Ciudadanos de Ecuador, Guatemala, México, Puerto Rico, Colombia, Perú, Honduras, República Dominicana y estadounidenses han pasado por sus gabinetes. Ellos no solo trabajaron sino que aprendieron más sobre la industria de la belleza.

    “Es una alegría poder acoger a compatriotas en los locales y ayudarles a que se levanten”.
    El hermano de Ana María Caraballo, locutora y directora de una radio de EE.UU., trabajó junto a Ramos y fue una experiencia enriquecedora, explica la presentadora oriunda de Puerto Rico.

    Ella conoció a ‘doña Luisa’ -como le dice de cariño- en 1998 en un evento organizado por la radio. Desde ese momento, la considera como parte de su familia, porque es un ícono para la comunidad ecuatoriana y latinoamericana.

    “Es una tremenda persona y madre ejemplar. Todos aprendemos de su esfuerzo y ánimo”.
    Caraballo destaca la atención en cada uno de los locales de Ramos, donde se explica cada uno de los procedimientos estéticos que se realiza a los clientes.

    La locutora, además, recuerda con alegría que Ramos apoya en las colectas para los latinoamericanos que necesitan una mano en Estados Unidos.

    Luisa Ramos también es un ícono en su país y suma reconocimientos de quienes la conocen. Manuel Caizabanda, alcalde de Pelileo (Tungurahua), destaca el profesionalismo en el trabajo de esta máster en barbería, título que sacó en Nueva York.

    Para él, la mujer representa un ícono para los compatriotas que buscan una nueva tierra para emprender. “Luisa es un ejemplo para nosotros porque es una gran empresaria y ser humano”.

    Los planes de Ramos aún no acaban. Tiene más proyectos en mente y uno de ellos es exportar sus productos. Además, abrirá más peluquerías en EE.UU., en Ecuador y el resto de Latinoamérica. Ella ya armó su cronograma y se puso estas metas.

    Así que en 15 años cuando tenga 67 años espera cumplir estos sueños. No será difícil para una mujer como Ramos, quien saltó fronteras y estampó su marca en la hermosa Long Island.

    Para ella, quien es una amante del cebiche ecuatoriano, la clave del éxito es la unión y lo ha comprobado durante sus 30 años de lucha por su sueño americano.

    El trabajo social es parte de la vida de Ramos. Foto: Cortesía
    El trabajo social es parte de la vida de Ramos. Foto: Cortesía
  • Los clásicos y la relectura marcan a este académico

    Alexander García

    Su interés por la literatura clásica es de vieja data. Cuenta que le recomendaron leer clásicos como una fórmula para hablar bien y escribir mejor, un tema crucial en su carrera porque además de dictar clases de finanzas escribe artículos para revistas y es autor de dos libros.

    Gabriel Rovayo, director general del ESAI Business School de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo, le tomó el gusto a los clásicos. Menciona a ‘Los miserables’ de Víctor Hugo, ‘Crimen y Castigo’ de Fedor Dostoievsky, u ‘Otelo’, de Shakesperare.

    Ese interés devino luego en el placer de la relectura. Le gusta releer a autores como el estadounidense Ernest Hemingway (1899-1961). “Me gusta la manera de hacer descripciones tan exactas de los entornos y la personas. Su forma de narrar hace que uno se sienta parte de la historia”, dice.

    Entre los autores más contemporáneos que sigue, está Haruki Murakami. “Me interesó el fenómeno detrás de un japonés que es capaz de escribir para un público universal”, apunta.

    Rovayo comenzó leyendo de niño las colecciones de clásicos que marcaron a toda una generación, las series de Julio Verne, Emilio Salgari, Jonathan Swift, historias de aventuras “que hacían despertar la imaginación y soñar con otros mundos”. La literatura del ‘boom’ latinoamericano y temas científicos, desde Carl Sagan hasta Isaac Asimov, marcaron también sus intereses.

    Lee mucho temas de sobre emprendimiento, innovación, empresas y negocios, tanto por su trabajo como consultor empresarial como por las cátedras que imparte en la Escuela de Negocios. Recomienda los libros de colegas profesores como el español Pedro Nueno, el argentino Lorenzo Preve o el estadounidense Nitin Nohria, el décimo y actual decano de Harvard Business School.

    “Con Nohria tengo una linda anécdota, cuando le obsequié mi libro ‘Las 10 claves de un directivo exitoso’ me dijo: ‘Gabriel, enseña a los directivos a ser humildes’, es una de las grandes lecciones de la crisis financiera mundial”, dice el catedrático, también autor de ‘Finanzas para directivos’.

    Le interesa toda una corriente de publicaciones que destacan el nuevo rol del CEO (Director o Presidente Ejecutivo) o del Director Financiero. Es un perfil que está en permanente cambio, ya no es el tipo que está encerrado en un cuarto, sino que sale a la calle, acompaña al gerente, toma decisiones, tiene más contacto con la gente y es más humano.

    “El financiero generalmente se puede hacer una persona muy dura, porque solo ve costos y no personas”, reflexiona quien fue director del IDE Business School en Guayaquil, durante 14 años. Y está muy de moda que para ahorrar coste, hay que separar a empleados. “Suele ser un error, formar a una persona toma muchísimos años, y mucho más si la has capacitado, si entiende la filosofía de la empresa y la reemplazas por una persona que vale un cuarto o la mitad. Es la decisión más fácil y tonta. A veces por querer deshacerte de la ‘grasa’, terminas deshaciéndote del ‘riñón’”.

    Gabriel Rovayo y parte de los libros que guarda en su oficina de la UEES. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Gabriel Rovayo y parte de los libros que guarda en su oficina de la UEES. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • La filosofía y la poesía marcan sus lecturas

    Giovanni Astudillo

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    La lectura es uno de sus modos de vida a través de la cual recupera la capacidad de asombro y el reencantamiento de la existencia. Esta afición de Pablo Estrella, director del Centro de Mediación y Arbitraje de las cámaras de la Producción del Azuay, empezó en su infancia por un gusto innato y que contó con el apoyo familiar.

    La lectura se tornó en su forma de vida porque durante 40 años laboró en la Universidad de Cuenca, como profesor de Sociología del Derecho y Filosofía del Derecho en la Facultad de Jurisprudencia, de la que también fue decano.

    Para preparar las clases debía leer constantemente. “Tenía que enseñarle a pensar al estudiante sobre la relación del derecho con la sociedad… y el deber ser del derecho”. Su lectura se tornó muy amplia en torno a la sociología y, sobre todo, la filosofía que es el arte del vivir bien.

    Entre otros están los textos de los clásicos griegos como Sócrates, Platón y Aristóteles, pero también los textos de lo que denomina una filosofía vitalista. Es decir, la que permite que podamos vivir mejor. Estrella destaca a autores como José Ortega y Gasset y Fernando Savater.

    En la actualidad, prefiere los textos del francés André Comte-Sponville y, en especial, ‘La Felicidad Desesperadamente’. “Hace pensar qué mismo es la felicidad… Da conferencias, le graban y se plasman en textos y él los revisa”.

    Estrella tiene otra afición que es la poesía. Hay textos que le gustan y otros no y jamás revisa un libro de este género de forma completa. En ocasiones empieza desde la mitad del libro, se salta páginas, regresa… “La poesía no tiene una secuencia lógica para mí. Es el reinvento de la palabra”.

    Según él, uno de los libros fundamentales de poesía es ‘Hojas de Hierba’ del estadounidense Walt Whitman, quien inauguró el verso libre. Es el único texto de este autor y que tiene nueve ediciones. También, les gustan los textos del mexicano Octavio Paz. Le parece interesante como el autor vincula los mitos aztecas con la filosofía oriental y aplicados al mundo contemporáneo desde la poesía.

    En autores nacionales, él destaca a César Dávila Andrade, Jorge Enrique Adoum, Efraín Jara Idrovo y Cristóbal Zapata.

    Estrella también tiene sus creaciones. Cuando tenía 20 años participó en el concurso español Caravela con su libro de poesía ‘El retorno de la hora cero’. Ganó una mención de honor.

    Otro texto se titula ‘120 reflexiones sobre la vida’. Es una selección de sus artículos de opinión publicados en el diario El Tiempo de la capital azuaya y tienen una temática relacionada con la vida.

    Estrella admite que es un tanto caótico en la lectura. Es decir, hay textos que no puede dejarlos como ocurre con ‘La carne’ de Rosa Montero. Otros, en cambio, no le interesa seguir leyendo y los deja. Pero, por lo general, revisa varias publicaciones a la vez.
    Estrella cree que esa costumbre empezó cuando trabajó como ayudante en la biblioteca Juan Bautista Vásquez de la Universidad de Cuenca, en la época que era alumno de Derecho. “Me deslumbré con las joyas que existían”.

    Pablo Estrella prefiere las publicaciones en papel y no las digitales. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Pablo Estrella prefiere las publicaciones en papel y no las digitales. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Drones y aplicaciones en salud marcan el paso de la robótica en América Latina

    Agencia AFP

    Lejos de la ciencia ficción y enfocados en el desarrollo de drones y aplicaciones en salud, industria y educación, expertos en robótica de Latinoamérica reunidos en Santiago apuntaron a la innovación y el intercambio de conocimiento como claves para el avance de la industria en la región.

    Vistosos robots detrás de una diminuta pelota junto a drones que amenazan con remontar vuelo dieron vida desde el viernes hasta este domingo al «Robotics Day», un evento que reunió a expertos de la industria de varios países, entre ellos Bélgica, Estados Unidos, Brasil, Argentina y Chile, y que convocó a más de 5.500 personas.

    «La industria robótica todavía es nueva, cualquier país que logre tecnología innovadora puede pasar a la vanguardia mundial en esta materia», dijo a la AFP Rodrigo Quevedo, emprendedor y presidente de la Asociación Chilena de Robótica (Achiro).

    Quevedo reconoció que Sudamérica está rezagada en el desarrollo de la industria robótica, liderada por Estados Unidos, Alemania y algunos países de Asia, pero que es posible avanzar si cada país identifica sus particularidades y desarrolla avances específicos para las áreas que necesitan respuestas.

    Con respecto a Chile, el experto señaló que los problemas generados por las constantes catástrofes que afectan el territorio, como terremotos e inundaciones, deben ser tomadas para «desarrollar tecnología a prueba de todo», generando así una marca registrada propia del país. Durante los tres días que duró el evento, los emprendedores mostraron aplicaciones de la industria robótica en diversas industrias, como la minería y la agricultura.

    Quevedo presentó un software que busca mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad con un sistema que capta señales cerebrales y las transforma en movimiento. Otro de los participantes del encuentro, el argentino Julián Cerruti -fundador de Creativa 77, una empresa dedicada a la creación de software para aviones no tripulados- remarcó que la región tiene «el material necesario para poder crecer». «Hay muchísimo entusiasmo y hay gente que está dispuesta a liderar de corazón, a generar más gente, educar a otros», por eso es fundamental trabajar en equipos multinacionales, agregó.

    Varios emprendedores y algunas empresas desarrollan programas para llevar la robótica a escuelas secundarias, en su mayoría de bajos recursos, alrededor de la región con el fin de difundir la actividad. 

    Sudamérica está rezagada en el desarrollo de la industria robótica, liderada por Estados Unidos, Alemania y algunos países de Asia. Foto: AFP
    Sudamérica está rezagada en el desarrollo de la industria robótica, liderada por Estados Unidos, Alemania y algunos países de Asia. Foto: AFP