Etiqueta: mariscos

  • Los mariscos empacados al vacío son la oferta de este negocio

    Marcel Bonilla

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    Treinta productos derivados del mar son la carta de presentación de la empresa Jefe Mar, dedicada al empacado y producción de productos congelados desde hace ocho años en Esmeraldas.

    La empresa nació con el propósito de vender pescado y mariscos, dándole valor agregado, para que las personas no tengan dificultad al preparar camarón, langostinos, filetes de pescado, carne de cangrejo, jaibas y conchas. El negocio empezó entregando de puerta en puerta a los amigos y clientes.

    El capital inicial fue USD 800 para emprender. Con el tiempo se destinaron unos USD 15 000 para la compra de más producto, congeladores, cortadora, empacadora y vitrinas frigoríficas.

    Actualmente, la venta de mariscos alcanza un promedio de 10 000 libras al mes, y se entrega empacado al vacío a los hoteles y restaurantes de Esmeraldas, Atacames, Ibarra y Quito. “Esta es una buena iniciativa porque ofrecen un producto bien tratado”, asegura Nelson Araujo, comerciante de marisco.

    Ariosto Franco y Gabriela Zambrano, propietarios de la pescadería, provienen de familias de pescadores. La empresa cuenta con el empaquetado, marca registrada y código de barra. Además el cuidado de la cadena de frío.

    Este emprendimiento tuvo el asesoramiento del Ministerio de Industrias, que por medio de ruedas de negocios le ha permitido promocionar los productos y posesionarse en el mercado local.

    Ariosto Franco, técnico en pesca y propietario de la empresa Jefe Mar, explica que ahora incursionan en el camarón congelado individual. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Ariosto Franco, técnico en pesca y propietario de la empresa Jefe Mar, explica que ahora incursionan en el camarón congelado individual. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • La gastronomía es un gancho turístico

    Marcel Bonilla

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    La tradición y la cultura gastronómica de Rioverde, cantón de Esmeraldas, se la puede representar o resumir en 20 platos. Y sobre esta base los mariscos son los ingredientes principales de esta oferta vinculada con las comunidades negras que habitan esta parte del territorio ecuatoriano.

    Adicionalmente, se trata de una tradición y una costumbre relacionada con una actividad económica importante para las comunidades costeras esmeraldeñas: la pesca artesanal. Una parte de esta producción importante se comercializa y otra la destinan para preparar los platos más ricos, con el uso del coco. La pesca artesanal se desarrolla en Rioverde, Rocafuerte, Bocana de Lagarto y Bocana de Ostiones .

    Los turistas que viajan de Ibarra a Esmeraldas, si deciden hacer una parada en Vuelta Larga de Rioverde, a más de probar su oferta gastronómica y pasear por esta jurisdicción para conocer los mitos y verdades del pueblo afro.

    Otra opción es el recinto San Vicente. Ahí puede saborear el delicioso camarón de río, la gallina criolla y el apetitoso encoca’o de jaiba, y cangrejo azul; estos dos platos están entre los más solicitados por los turistas. Los tradicionales platos que preparan las mujeres de Rioverde van desde los cebiches, apanados de mariscos hasta la sopa de mejillones, langostinos y caracoles de mar. Esta es una especialidad de la Paufí, una población de afros.

    Quienes promocionan este circuito turístico gastronómico son mujeres afroesmeraldeñas de poblaciones como Paufí, Lagarto, Montalvo, Palestina, San Vicente y Vuelta Larga. Ellas se han organizado para ofrecer lo mejor de la cocina ancestral esmeraldeña.

    Esta es una idea que se inició hace cinco años. Desde el 2012, la creación de una ruta turística – gastronómica, fue tomando fuerza hasta promover ferias. Estas ideas contaron con la participación del Ministerio de Turismo y también con el apoyo de la Municipalidad de Rioverde. En la actualidad cuentan con una ruta para los turistas que viajan desde Ibarra o de ciudades del centro o sur de Colombia. Ellos pueden utilizar la carretera Ibarra-San Lorenzo-Rioverde-Esmeraldas.

    Una suerte de primera parada gastronómica es la población de Lagarto, luego Montalvo, Vuelta Larga y finalmente San Vicente. Son sitios fácilmente ubicables por la información de las señales colocadas en esta vía.

    Las mujeres emprendedoras son esposas de pescadores. Ellas decidieron aprovechar la producción de camarón, pescado, langostinos, langosta, pateburro (caracol de mar), cangrejos, jaibas y camarón de río, para emprender en esta actividad. Una de las pioneras en el negocio gastronómico es Jenny Bautista. Ella señala que uno de los principales objetivos es el desarrollo de la actividad turística en el sector de Vuelta Larga de Rioverde. Cuenta que la respuesta de los visitantes es buena, sobre todo los fines de semana.

    Como mujeres emprendedoras encontraron en la utilización de aliños tradicionales como la chiyangua y el orégano, una manera de darle mejor sabor a sus platos, que preparaban cotidianamente en sus comunidades.

    Alfonsina Caicedo, una de las emprendedoras que tiene 56 años, de edad, mantiene, conserva y fomenta la tradición de sembrar sus plantas con las que sazona sus platos, y el excedente de la producción (chiyangua) manda a su venta al mercado de la ciudad.

    Una forma de llamar la atención de los turistas que acuden a degustar los platos de la cocina rioverdeña, es mostrando cómo se cultiva el “montecito verde” con el que adorna los platos y dan sabor sus recetas.

    Holanda Realpe, propietaria del local El Enganche, cuenta que durante estos años han sido sometidas a capacitaciones en temas de presentación de su producto, manejo financiero, atención al cliente y el asesoramiento con un profesional de la cocina de Quito.
    En esta parte del proceso y capacitación ha participado entidades como la Prefectura de Esmeraldas y la Universidad Católica.

    En Vuelta Larga hay varias opciones gastronómicas para los turistas nacionales y también extranjeros. Foto: Marcel Bonilla / LÌDERES
    En Vuelta Larga hay varias opciones gastronómicas para los turistas nacionales y también extranjeros. Foto: Marcel Bonilla / LÌDERES
  • Las recetas nacen del manglar costeño

    Redacción Quito

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    Las recetas ancestrales y tradicionales de Esmeraldas, Manabí, Santa Elena, Guayas y El Oro se elaboran en el restaurante Martín Pescador, ubicado en el norte de Quito.

    Esta iniciativa surgió en el 2009 como un centro de comercialización y revalorización de la cultura del ecosistema manglar dentro de la Coordinación Nacional de Defensa del Manglar (C-Condem), señala Marianeli Torres, coordinadora general de esta organización.

    Sin embargo, hace seis meses, Martín Pescador ahora es un emprendimiento independiente, aunque sigue los mismos valores de la organización que la creó: trabajar con una economía propia en la que se posicionan los productos frescos del manglar ecuatoriano. Además, enseña al consumidor todo el trabajo que las 80 organizaciones y comunas de las provincias mencionadas realizan para obtener, de manera directa y sin intermediarios, los mariscos, las conchas y el pescado desde zonas de los manglares en donde se puede llevar a cabo la pesca artesanal.

    María Augusta Luna, actual propietaria del restaurante Martín Pescador, indica que traer productos de pescadores y recolectores artesanales de la Costa para la preparación de más de 10 recetas ancestrales es el principalm valor agregado del ahora negocio familiar. Los platos que más se posicionan entre los clientes quiteños son el ensumaca’o de concha -que se prepara con coco-, camarones apanados, tapa’o de pescado entre otros. Además, el toque especial en el sabor de estos platos lo dan plantas originarias del manglar, como la chiyangua, el cimarrón o el chirarán, afirma Luna. Actualmente en Martín Pescador trabajan siete personas, y el local tiene un aforo de 80 personas.

    José Corozo, oriundo de Muisne (Esmeraldas), fue uno de los fundadores del concepto de restaurante, cuando Martín Pescador era de la C-Condem. Este esmeraldeño cuenta que aprendió los secretos de la comida típica de esta provincia desde muy niño, gracias a sus abuelos.

    “La recuperación de las recetas está en las especies”, señala el chef. Además, todo lo preparado en la cocina no usa químicos ni preservativos, e ingredientes como tomate riños y otros acompañados lo adquieren de fincas agroecológicas de organizaciones campesinas de Santo Domingo.

    Marianeli Torres, de la C-Condem, explica que pese a que Martín Pescador ahora es una iniciativa independiente de la coordinadora, el hecho de mantener la recuperación del sistema de economía propia de las organizaciones del manglar, ayuda a potenciar el manejo comunitario de estas actividades y del ecosistema.

    En la actualidad, a través de la C-Condem todavía se comercializa el producto fresco como camarones de estuario, conchas, pulpa de cangrejo de manglar a más de 100 clientes en Quito.

    Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES José Corozo y María Augusta Luna revalorizan las recetas tradicionales del manglar ecuatoriano, en el restaurante Martín Pescador ubicado al norte de Quito.
    Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES
    José Corozo y María Augusta Luna revalorizan las recetas tradicionales del manglar ecuatoriano, en el restaurante Martín Pescador ubicado al norte de Quito.
  • Un comisariato de mariscos

    Sofía Ramirez

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    Cuando Lenin Posligua tenía 10 años vio como la fuerza del fenómeno de El Niño en 1980, se llevó todo a su paso. Incluida la casa en la que vivía ubicada en la ciudadela Eloy Alfaro. Ahora el barrio es conocido como “Cuba”, en el centro de Manta.

    Tras ese episodio Posligua se fijó una meta: ser empresario. Hoy con 46 años es propietario y gerente de la distribuidora Mariscos Flipper y, la cadena de restaurantes Mega Flipper.
    Al culminar sus estudios secundarios, Posligua cumplió el servicio militar obligatorio; luego se postuló como pescador en un barco japonés, en Manta. Así aprendió una nueva forma de tratar a los mariscos y al pescado.

    En 1990, este manabita se dedicó a vender pescado en los mercados de Manta y Portoviejo. Su idea era diferenciarse del resto: “tenía un congelador en mi quiosco para mantener fresco al producto”. Para esto invirtió 600 000 sucres.

    Las primeras ventas eran de unas 50 libras de pescado a la semana entre Manta y Portoviejo. Luego empezó a comercializar su producto congelado en bandejas plásticas. Ahora los mariscos de Flipper son empacados al vacío.

    Posligua fue innovando sobre la marcha: “como broma a uno de mis clientes le vendí el pescado en trocitos para el cebiche; el concepto le gustó y desde entonces oferto esa presentación”.

    En 1995 se constituyó el emprendimiento Flipper. El nombre, que significa delfín en inglés, recoge las iniciales de los nombres de sus hermanos y mamá. En su primer año Flipper distribuyó unas 25 000 libras de pescado por semana. Cuatro años después, el proyecto pasó a ser la distribuidora de mariscos Flipper.

    La planta de producción está en las afueras de Manta. En el lugar se procesan 250 toneladas de pescado y mariscos al mes. Para adecuar el lugar y la cadena de restaurantes, ha invertido hasta la fecha cerca de USD 200 000.

    Sus proveedores son atuneras manabitas como la Real de Posorja, Marbelize, entre otras.
    La empresa también ha pasado por momentos difíciles: “hemos quebrado tres veces, pero la perseverancia nos llevó a aprender de los errores”, señala Posligua. Luego de estos altibajos, en el 2008, la distribuidora de Mariscos Flipper cambió el formato y pasó a ser un comisariato donde se comercializa mix mariscos, camarón, picudo, albacora, atún, filete de corvina; ‘pack’ de cebiches y parrilladas marineras listas para servir, todas empacadas al vacío.

    La empresa colombiana Alitecno fabrica las bolsas que utiliza Mariscos Flipper. En su planta en Medellín elabora los empaques con laminación, barreras de oxígeno y humedad, y polímeros que le dan resistencia y durabilidad. Helmut Jancke, presidente de esta firma, detalla que hace 14 años se contactaron con Posligua. Se estima que Alitecno elabora medio millón de empaques al mes para la distribuidora manabita.

    Con un mercado consolidado, Mariscos Flipper empezó en el 2010 a trabajar en un proyecto sobre la cadena de restaurantes, que se consolidó en el 2012 como Mega Flipper, con presencia en Manta, Quito, Guayaquil y otras ciudades del país. El concepto de esta cadena es tener un restaurante y el comisariato en el mismo sitio.

    Como clientes, Mariscos Flipper tiene a cadenas hoteleras, de catering hasta pequeños restaurantes. Cebichería Pepe 3 elabora platos del mar desde hace 21 años. Su propietario, Luis Gutiérrez, explica que la relación surgió hace ocho años y desde entonces cada semana adquiere 13 quintales de mariscos por semana.

    Ahora la firma manabita planea abrir más locales y estructurar los manuales para vender franquicias de Mega Flipper.

    El gerente
    Lenin Posligua 

    El emprendimiento ha sido el motor de Mariscos Flipper. Empezamos en un mercado, pero la idea de crecer nos ha llevado a constituirnos como una de las empresas más fuertes en Manabí. En el terremoto del 16 de abril, 16 colaboradores de nuestra firma perdieron a sus familiares. No solo les estamos dando apoyo emocional, sino también que estamos trabajando para reactivar la economía de la provincia. Queremos formar a trabajadores que puedan agregar nuevas ideas al negocio.

    En la planta de producción de Distribuidora Flipper se procesan alrededor de 250 toneladas de pescado y mariscos al mes. Está ubicada en las afueras de Manta. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    En la planta de producción de Distribuidora Flipper se procesan alrededor de 250 toneladas de pescado y mariscos al mes. Está ubicada en las afueras de Manta. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • El producto premium tiene su local específico

    Redacción Quito

    Matilde Erazo recuerda que en su infancia sus almuerzos no eran muy comunes. Su madre, Matilde Solines, preparaba platos como sopa de cebolla o crepés con salmón y desde entonces se apasionó por lo gourmet.

    El buen comer siempre ha sido parte de su vida, hasta el punto de convertirse en su fuente de ingresos. Hace 10 años, Erazo incursionó en la venta de carne y mariscos. Su valor agregado era que todos sus productos tenían un toque premium. Esta quiteña entregaba a domicilio mariscos y pescados con calidad IQF; es decir, tan pronto son pescados pasan a un proceso de congelación, por lo que mantienen su frescura.

    Asimismo, Erazo buscaba los mejores cortes de carne; se fijaba en que sus proveedores entregaran sus productos a los restaurantes más renombrados de Quito.

    Pero a principios de este año, el negocio evolucionó y se convirtió en un minimarket especializado en varias líneas de productos gourmet, como lácteos, pastas y especias. Así, en enero de este año nació Chez Matilde.

    Erazo, junto a su esposo Alberto Gómez de la Torre, invirtieron unos USD 1 500 para adecuar un local en el sector de Monteserrín (nororiente de Quito).

    En Chez Matilde se venden productos de marcas nacionales como Karú, que se especializa en yogur griego, o la Qabra Tira al Monte, que elabora pulpas, quesos encurtidos y otros comestibles.

    La idea del negocio cobró fuerza luego de que este matrimonio regresó de EE.UU., país en el que la pareja vivió por siete años, debido al trabajo de Gómez de la Torre. En esa nación formaron parte de un club gourmet y las preparaciones de Erazo eran reconocidas por los miembros de esta agrupación.

    En el 2012, de vuelta al Ecuador, decidieron retomar el negocio de entrega a domicilio de cárnicos y mariscos. Poco a poco, a su portafolio de productos se fueron sumando lácteos como el yogur y queso; el automóvil en el que repartía se convirtió en una tienda rodante.

    De ahí nació la necesidad de montar un local para la comercialización de su creciente oferta. Ahora, Chez Matilde cuenta con unos 80 ítems que se distribuyen en su local, cuya superficie es de 27 m². La facturación mensual promedio llega a los USD 12 000.

    José Barreiro, ingeniero civil y amante de la gastronomía, es cliente del negocio. Él comenta que acude una vez por semana para adquirir productos para sus preparaciones, como comida mexicana, peruana y nacional. «Tiene buen queso mozarela, sales marinas de diferentes sabores, salmón», comenta Barreiro.

    Mientras que María Augusta Maldonado, ama de casa y consultora de política, acude a Chez Matilde para comprar pescados, mariscos y bocaditos para las visitas que llegan a su casa. «Hay una buena variedad de productos que no se encuentran con facilidad en otros sitios».

    Los productos

    Los más requeridos. Entre los más demandados están sales Terramare marina, salsas para pastas, patés, jalapeños con queso chedar, entre otros productos.

    El target. Este minimarket apunta a un target medio alto; el público joven es su asiduo comprador.

    Otros servicios. Chez Matilde también ofrece servicio de catering y cuenta con un menú diario de comida tex-mex, francesa y ecuatoriana.