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  • A las mujeres profesionales aun les preocupa que la maternidad impacte su carrera

    Carolina Enriquez

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    En el mundo, las profesionales continúan sintiendo que iniciar una familia puede tener un impacto en su carrera y están preocupadas por ello.

    Esta es una de las conclusiones del informe Hora de hablar: lo que tiene que cambiar para las mujeres en el trabajo, que elaboró la consultora PwC.

    El estudio, que se desarrolló para conmemorar el Día de la Mujer, se hizo a 3 600 mujeres profesionales de entre 28 y 40 años para conocer sus experiencias y aspiraciones de desarrollo profesional. La encuesta incluyó como encuestados a empleadores de 27 sectores industriales y de más de 60 países del mundo.

    El 42% de las mujeres “se sienten nerviosas por el impacto que una familia podría tener en su carrera y el 48% de las nuevas madres se sintieron ignoradas por las promociones y proyectos especiales cuando regresaron al trabajo”, dice el estudio. Mientras tanto, el 38% de las mujeres encuestadas considera que aprovechar los programas de equilibrio y flexibilidad en la vida laboral tiene consecuencias negativas en su lugar de trabajo.

    “Existe una clara preocupación por lo que las mujeres ven como una pena de maternidad y flexibilidad”, señala la información.

    Otro aspecto que se concluye del estudio es que las mujeres, en su mayoría, tienen que negociar sus ascensos. Ellas, indica el texto, “no son auto promotoras”, aunque cuando hablan, obtienen resultados. La encuesta muestra que cada vez más mujeres reconocen la necesidad y el poder de abogar por sí mismas y más de la mitad persigue y negocia activamente promociones, aumentos de sueldo y experiencias que mejoran su carrera profesional y que son fundamentales para el avance.

    Del 41% de las mujeres que habían sido promovidas en los últimos dos años, el 63% negoció un ascenso. El 45% de las mujeres cree que el estado de diversidad de un empleado (género, etnia, edad, preferencia sexual) puede ser una barrera para el progreso profesional en su organización y solo el 51% está de acuerdo en que los empleadores están haciendo lo suficiente para avanzar en la diversidad de género.

    Celso Malimpensa, socio líder de PwC Ecuador, dice que “es alentador ver como las mujeres hacen oír su voz. Las organizaciones pueden hacer mucho para contribuir con el progreso de ellas, por ejemplo, fomentar conversaciones vocacionales abiertas, mitigar el impacto de cualquier sesgo inconsciente en las decisiones relacionadas con la progresión profesional y establecer criterios uniformes y transparentes para la evaluación de los empleados”.

    Como parte del estudio se establecieron tres aspectos que deben cambiar para mejorar la situación de las mujeres profesionales. El primero es transparencia y confianza de y hacia los empleadores con relación a la situación de las trabajadoras; el otro está vinculado con el apoyo estratégico por parte de líderes y pares masculinos, con el fin de lograr su progreso y el tercero es que las organizaciones reconsideren su enfoque para equilibrar la vida del trabajo y el cuidado familiar.

    El estudio, que se desarrolló para conmemorar el Día de la Mujer, se hizo a 3 600 mujeres profesionales de entre 28 y 40 años para conocer sus experiencias y aspiraciones de desarrollo profesional. Foto: Pixabay
    El estudio, que se desarrolló para conmemorar el Día de la Mujer, se hizo a 3 600 mujeres profesionales de entre 28 y 40 años para conocer sus experiencias y aspiraciones de desarrollo profesional. Foto: Pixabay
  • La maternidad y la innovación laboral se conjugan en México

    Alejandra Marín, IMPAQTO Para LÍDERES (I)

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    Bolsa Roja. Así se llama en México el programa que impulsa el desarrollo profesional del talento femenino y la innovación laboral.

    Esta empresa trabaja para aumentar la empleabilidad de madres en el mercado laboral. Su plataforma on line permite a las mamás encontrar un trabajo que se adapte a sus necesidades; obteniendo oportunidades laborales con esquemas flexibles.

    Ana Lucía Cepeda, fundadora y directora de la Bolsa Rosa, nos cuenta que esta idea surge de la realidad social, en donde es un conflicto trabajar y ser madre: “Yo crecí con un ejemplo en casa, mi mamá pudo negociar su esquema de trabajo a medio tiempo y hasta la fecha sigue trabajando de manera flexible en esa misma empresa hace 30 años”.

    Esto hizo que Ana Lucía luche por trabajos ‘mom-friendly’ y promueva esta práctica en México y Latinoamérica.

    La plataforma está dirigida al talento femenino, especialmente a madres profesionales. El servicio se desarrolla totalmente en línea, las candidatas tienen acceso a registrar su información; al completar el proceso las dirige al menú con la opción de buscar trabajo. De igual forma, las empresas siguen un proceso de registro similar en donde pueden postular sus vacantes, adquirir membresías o pagar por currículums de interés.

    Bolsa Rosa también ofrece servicios como el reclutamiento en línea, acompañando y dirigiendo el proceso de selección hasta el envío de tres ‘finalistas’ para que el cliente solo realice la entrevista y la selección final.

    “El ser mamá es un plus”, dice Ana Lucía y asegura que ser madre te permite desarrollar habilidades, competencias y una sensibilidad distinta; factores determinantes y un valor agregado en el campo profesional.

    Ana Lucía Cepeda (centro) es la fundadora y directora de la Bolsa Rosa, el programa que se proyecta desde México hacia toda la región. Foto: cortesía Impaqto
    Ana Lucía Cepeda (centro) es la fundadora y directora de la Bolsa Rosa, el programa que se proyecta desde México hacia toda la región. Foto: cortesía Impaqto
  • El turismo de maternidad: el rentable negocio de tener un hijo en EE.UU.

    Agencia EFE

    Seattle

    Estados Unidos es de los países que concede la nacionalidad a cualquier persona nacida dentro de sus fronteras, una provisión constitucional que en los últimos tiempos ha propiciado la creación y expansión de una nueva «industria»: el turismo de maternidad.

    Con una red de agencias y hoteles perfectamente organizada, el turismo de maternidad busca madres embarazadas, mayoritariamente de origen chino, que quieran tener a su hijo en territorio estadounidense para que éste obtenga la nacionalidad del país norteamericano.

    «Son muchos los beneficios de ser ciudadano estadounidense. Tienes acceso gratuito a la educación primaria y secundaria y puedes solicitar becas y préstamos para acceder a la universidad reservados solo a ciudadanos de EEUU», resalta en su página web la empresa Star Baby Care, una compañía de Shangai (China) especializada en turismo de maternidad en el sur de California.

    Además, la compañía destaca otras ventajas como poder viajar sin visado a todos los países con los que EE.UU. mantiene acuerdos bilaterales, disponer de los beneficios médicos reservados a los jubilados y el hecho de que, cuando el hijo sea adulto, podrá pedir la residencia permanente para sus padres en el país norteamericano al amparo de la reagrupación familiar.

    Decenas de agencias como Star Baby Care, tanto en EE.UU. como en China y otros países, ofrecen «paquetes» cerrados a las madres, que incluyen asesoramiento para obtener el visado, desplazamiento a EE.UU., alojamiento en lujosas casas-hotel, y cuidados para el recién nacido y la madre.

    El Centro de Estudios sobre Inmigración, una organización sin ánimo de lucro especializada en cuestiones migratorias, estima en 40 000 las personas que viajan anualmente a EE.UU. con el único propósito de dar a luz, mayoritariamente provenientes de China, Corea del Sur, Taiwán, Nigeria y Turquía.

    Aunque censurado por parte de la opinión pública estadounidense, los medios e incluso algunos políticos, el turismo de maternidad no es ilegal y las operaciones policiales que se han llevado a cabo contra él no se centran en el hecho de viajar a EE.UU. a dar a luz, sino en los posibles fraudes fiscales y migratorios cometidos por las agencias y los usuarios.

    Este mes, por ejemplo, la Policía llevó a cabo una veintena de redadas contra estas agencias en inmuebles de Los Ángeles, Orange y San Bernardino, en el sur de California, en las que confiscó material y trató de recabar pruebas, aunque no realizó ninguna detención.

    California y Nueva York son los principales receptores de turismo de maternidad, aunque son varias las agencias que recomiendan a sus clientas no volar directamente desde sus países de origen a grandes aeropuertos como Los Ángeles, ya que las autoridades de inmigración allí están más precavidas contra esta práctica, y les aconsejan hacerlo a aeropuertos secundarios como Hawai o Las Vegas.

    Las agencias, que cobran entre 15 000 y 80 000 dólares a las madres por el «paquete» completo, también asesoran sobre cómo disimular el vientre a las embarazadas en los controles de los aeropuertos, y les ayudan a gestionar los papeles una vez el niño ha nacido para obtener el certificado de nacimiento, el pasaporte y el número de seguridad social antes de regresar a su país.

    Se trata de un lucrativo negocio y las autoridades migratorias estiman que You Win USA, una de las agencias inspeccionadas durante las últimas redadas y con sede en Irvine (California), facturó hasta dos millones de dólares en 2013 al ayudar a 400 madres de origen chino a dar a luz en EE.UU.

    Parte de la sociedad estadounidense lamenta lo que ve como «mercadeo» de la nacionalidad y son ya habituales las manifestaciones (aunque, por lo general, poco concurridas) contra el turismo de maternidad en algunas zonas del sur de California.

    En Washington, políticos como el senador republicano por Luisiana David Vitter o el ex congresista por Georgia Phil Gingrey abanderan la lucha contra esta práctica que, a su juicio, «se aprovecha de las reglas del juego».

    Esos políticos proponen modificar la decimocuarta enmienda a la Constitución, que establece la nacionalidad automática a todo aquél nacido en suelo estadounidense.

    Embarazo
    Foto: Archivo Líderes
  • Un negocio que se concibió en plena crisis económica familiar

    Redacción Quito

    Marlet García acababa de dar a luz a su tercer hijo cuando la estabilidad económica familiar se vino al suelo. Hace dos años, su esposo, Mauricio Vásconez, se había quedado sin trabajo, al quebrar la empresa donde laboraba. Angustiados, ambos buscaron alguna idea para sostener su hogar, que tenía, además, otros dos hijos.

    Marlet navegaba por horas en Internet tratando de encontrar algo. Hasta que leyó sobre una novedosa idea de ropa para madres que están en lactancia. Allí vio una gran oportunidad, porque en su recorrido por ginecólogos, pediatras y médicos nunca encontró ese producto. Y en el mercado tampoco había oferta.

    Ambos se pusieron manos a la obra. Sin haber aprendido en su vida ni siquiera a pegar un botón, García se lanzó al vacío. Fue donde su costurera y le explicó cómo quería las prendas. Durante seis meses realizaron pruebas, hasta que las prendas quedaron tal como ella quería. Y las bautizó como Mamisetas.

    Pero había que superar un obstáculo adicional: ¿cómo iniciar cuando no se tiene dinero para empezar? Fe. Enfocada en el éxito del emprendimiento, convenció a su esposo. Su suegro les ofreció que si vendían su auto les daría una comisión. Así obtuvieron los USD 600 para arrancar con la idea.

    Abrieron una cuenta en Facebook para promocionar los productos. Repartían volantes y las dejaban en los consultorios de ginecólogos y pediatras. Poco a poco, los clientes empezaron a llegar. Camisetas, vestidos, pijamas, multiusos (pijama y calentador), etc. se vendían uno por uno. Los pedidos se entregan a domicilio para que las madres en lactancia no se incomoden.

    «Nuestras prendas están elaboradas con tela ecuatoriana de alta calidad, con nuestros dos sistemas de fácil abertura, una debajo del pecho para poder levantar y la abertura cruzada también para un acceso rápido», asegura esta mamá emprendedora.

    Hace unos meses, Vásconez consiguió un empleo. Sin embargo, los números de Mamisetas van tan bien, que la opción de dedicarse totalmente al emprendimiento es una realidad cada vez más cercana.

    Entre los clientes hay satisfacción. Por ejemplo, Marcelo Herrera señala que las Mamisetas «están superchéveres». Hizo su pedido para llevarse las prendas a Galápagos, donde vivirá con su pareja próximamente. Más datos

    El negocio. Entre 300 y 400 mamisetas mensuales se comercializan. Las prendas cuestan desde los USD 22.

    El mercado. Están en Quito. Abrirán en Guayaquil, Riobamba y Ambato.

    USD 6 600 mensuales puede facturar como mínimo esta microempresa quiteña.