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  • La morosidad se acentúa en el consumo y en el microcrédito

    Redacciones Quito y Cuenca

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    Los indicadores de morosidad vienen creciendo y esto genera análisis en el sector financiero. Según cifras de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), el promedio de la cartera impaga creció de 3,4% en marzo del 2015 a 4,6% en el mismo mes de este año.
    El aumento es de 1,2 puntos en 12 meses año. Para Julio José Prado, director ejecutivo de la ABPE, el dato aún no es preocupante y es entendible dentro del entorno económico actual que vive el país.

    Al revisar las cifras con mayor detalle se encuentra que existen segmentos con una morosidad más alta que otros. En créditos de consumo, por ejemplo, el índice en marzo del 2015 estuvo en 6,5% y para marzo de este año subió a 9%. Otro segmento en el que la morosidad se eleva es el microcrédito que pasó de 6,2 a 6,9% en el mismo período.

    Los datos de la ABPE también dejan ver segmentos que mantienen una cartera impaga baja. El crédito comercial registraba hasta el tercer mes de este año una morosidad de 1,4% y el de vivienda de 2,9%. “Esos dos créditos específicos están con baja morosidad. En el comercial la gente se cuida para no perder su capacidad de crédito en el futuro y en lo que es vivienda la gente cuida mucho sus pagos porque se trata de su casa. Es lo primero en lo que las personas tratan de estar al día”, asegura Prado.

    El director del gremio banquero agrega que en todas las líneas de morosidad se registró una reducción entre febrero y marzo. “Esto significa que las personas se han puesto al día con algunas líneas de crédito y también implica que la cantidad de créditos aumentó ligeramente entre esos meses”.

    Las entidades financieras reconocen el incremento de la morosidad en sus carteras de crédito. Banco Pichincha asegura que la contracción económica que se evidencia desde el año pasado en la mayoría de sectores económicos y productivos del país ha provocado que la tasa de morosidad experimente un crecimiento.

    En esta entidad, el índice de morosidad se situó en el 4,05% al cierre del año 2015. Según este banco, en vista de que la situación económica se mantiene, los indicadores de morosidad experimentaron un incremento en el primer trimestre del año. En marzo, estos se ubicaron en 6%.

    En Banco Pichincha, los créditos que han evidenciado un mayor deterioro son aquellos destinados para consumo y microempresa. “Estos son segmentos que históricamente han registrado una tasa mayor de morosidad y la tendencia se mantiene en la situación actual”, asegura la entidad.

    El presidente de Banco Pichincha, Antonio Acosta, dio a conocer semanas atrás, en una entrevista en Radio Quito, que la actual situación económica afecta a la gente que no puede pagar sus cuotas. “Hay personas que han perdido empleo y no pueden pagar. Ahora le corresponde a todos los bancos entrar en programas de reestructuración y reforzar los provisiones para cargar a esas provisiones la cartera que no se pueda cobrar”.

    Otro actor del sistema financiero que mira con detalle la situación es Banco Solidario. Esta entidad señala que sus índices de cartera impaga han crecido, tal como ocurre en el sistema financiero en general y en medio de la difícil situación económica. En su caso la línea de crédito que mayor morosidad registra es la de consumo.

    Ante esta situación las entidades aplican estrategias para ayudar a sus clientes. Banco Solidario explica que siempre se preocupa de que la cuota esté asociada a la capacidad de pago del cliente.

    La entidad complementa esa precaución con asesoría y educación financiera sobre todo en planificación. La idea, sostiene el banco, es evitar el sobreendeudamiento y manejo del flujo de caja en el caso de los microempresarios. “Además, motivamos a aquel cliente que puede estar frente a un problema, para que se acerque al banco y analicemos formas para mantener su crédito al día”.

    El tema de la morosidad es particular en las provincias más afectadas por el terremoto del 16 de abril. Según la ABPE, en Manabí el índice de morosidad estaba en marzo en 6,6% y en Esmeraldas llegaba al 11,7%.

    En esas provincias se espera que los índices se eleven. Según la Superintendencia de Bancos esto dependerá del segmento y la ubicación. “No todos los sectores fueron afectados de la misma forma” asegura el organismo.

    La morosidad subió, pero hay más control

    La morosidad aumentó en las cooperativas de ahorro y crédito del Ecuador. En las 24 entidades, que se ubican en el primer segmento (con más de USD 80 millones en activos) este indicador se incrementó de 5,58 a 7,05%, en el período octubre de 2015 – marzo de 2016, de acuerdo con estadísticas de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS).

    Según el director de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur (Ucacsur), Juan Pablo Guerra, este sector no puede estar divorciado de la situación económica complicada por la que atraviesa el Ecuador.

    Por este factor, agrega, los socios de las cooperativas pueden verse afectados en sus ingresos y priorizarán sus gastos. “En esa medida uno de los temas que más puede afectarse es el cumplimiento de las obligaciones de crédito y pueden existir retrasos de días en los pagos”.
    En las 33 instituciones del segmento 2 (entre USD 20 millones y 80 millones en activos), el índice se incrementó de 11,57 a 13,76%, en el mismo período. Guerra explica que el mayor nivel de morosidad en las entidades del segundo segmento con relación al primero se puede atribuir a la diferencia en el tamaño de estas entidades financieras.

    Las del primer segmento tienen una mayor cantidad de oficinas en varias zonas, más volumen de cartera y eso produce un menor riesgo en la morosidad.

    Es decir, una entidad que tenga oficinas en varias ciudades será menos afectada en una crisis o desastre como el terremoto que se registró en Manabí y Esmeraldas, que una cooperativa que solo tenga locales en dos urbes y uno de esos esté en la zona afectada.

    Las cooperativas no han dejado de otorgar crédito, pese a las condiciones del país, a diferencia de otros sectores financieros, dice Guerra. De acuerdo con datos de la SEPS, las entidades de los segmentos uno y dos concedieron préstamos por USD 5 128 millones en marzo de 2015 y por USD 5 288 millones en marzo pasado.

    La cartera está concentrada, principalmente, en el microcrédito y consumo. “El riesgo puede ser inminente en todos los tipos de préstamos…”. En un préstamo de consumo, al no ser productivo, el pago depende de la capacidad de la familia y si alguien pierde su empleo hay problemas, dice Guerra. En el caso del microcrédito, en cambio, su cumplimiento está sujeto a la dinámica del negocio.

    Guerra señala que si bien la concesión de préstamos aporta al desarrollo o recuperación del país, puede afectar al índice de morosidad si hay retrasos.

    Por esta razón, asegura el representante gremial, las cooperativas de ahorro y crédito buscaron reforzar los esquemas, los análisis crediticios y los criterios de calificación del socio solicitante, antes de conceder los préstamos. “Fue un esfuerzo grande en tecnificarse, dar un seguimiento adecuado y crear mecanismos que permitan la recuperación efectiva y rápida de la cartera”.

    En la actualidad, señala Guerra, es necesario trabajar en una modificación del esquema de la constitución de las provisiones, criterios de calificación de la cartera, esquemas para refinanciamiento y reestructuración de la cartera, entre otros aspectos.
    Según él, las expectativas del sector están centradas en generar una diversificación de la cartera y aportar a la recuperación económica del país.

    La planificación es crucial

    El consumo prudente. Analistas financiero y especialistas señalan que para combatir la morosidad la clave está en la prudencia.

    Por ello, el editor de Análisis Semanal, Alberto Acosta Burneo, explica que las personas deben mantener el nivel de endeudamiento por debajo del 30% de sus ingresos. “La tercera parte del sueldo debe destinarse al pago de deudas. No hay que gastar en artículos innecesarios”.

    El analista económico cree que para salir de mora es importante planificar mensualmente el presupuesto, analizar qué gastos se pueden suprimir y realizar una lista diaria en la que se especifique el consumo diario.

    Acosta Burneo añade que hay que evitar las compras de impulso. Es decir, controlar el presupuesto y regirse a ello.

    Para Sandra Muñoz, coordinadora académica de la carrera de Finanzas de la Universidad de las Américas (UDLA), la falta de recursos económicos y el aumento del desempleo influyen a que las personas no tengan el sustento económico y caigan en mora en la banca.

    Una opción para solucionar este inconveniente, según Muñoz, es flexibilizar las condiciones de los créditos. Además, sugiere buscar alternativas de refinanciamiento que permitan opciones de cobro para el usuario.

    La docente universitaria cree que el ciudadano debe tener conciencia financiera personal. Es decir, tener un control de los gastos recurrentes a futuro y la certeza de los ingresos reales. “Hay que tener en cuenta todos los rubros a pagar, no solo los evidentes. Esto bajo una planificación mensual y a futuro”, puntualiza Muñoz.

    La catedrática recomienda además que para salir de una situación de morosidad se debe tener herramientas efectivas para solventar el endeudamiento. “No se debe endeudar en un lado por pagar otro”, enfatiza. La clave está en la planificación anticipada, refuerza la experta en finanzas.

    Con esto coincide Mauricio Pozo. El analista económico considera que los ciudadanos deben trazar un flujo de caja con sus ingresos y gastos, con las fechas de cuándo se recibe y salen estos rubros de los ahorros familiares. “Si hay inconvenientes, lo mejor es acercarse a las instituciones bancarias o entidades que tienen obligaciones para buscar un plan de refinanciamiento de pagos”.

    Pozo cree que los consumidores deben ser más cautos no solo con los valores a cancelar en una compra, sino también con respecto a los canales y opciones de pago. “Lo ideal es planificar los gastos hasta nivelar las deudas”, concluye el experto.

    En Banco Solidario se desarrolla un programa de educación financiera entre sus clientes. En esta entidad los créditos de consumo son los que mayor morosidad  registran. Foto:  Alfredo Lagla / LÍDERES
    En Banco Solidario se desarrolla un programa de educación financiera entre sus clientes. En esta entidad los créditos de consumo son los que mayor morosidad registran. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Año de prudencia para el microcrédito

    César Augusto Sosa. Editor (I)

    Fidel Durán Pitarque, gerente General del Banco Solidario, hace un diagnóstico del microcrédito en el país y encuentra que el principal impedimento para crecer son los límites a las tasas de interés. USD 200 millones en préstamos extranjeros están por llegar.

    ¿Qué resultados ha dejado la fusión Solidario-Unibanco?

    El Banco Solidario, que absorbió a Unibanco en el 2013, tuvo una mejora en el desempeño el 2014, que fue un año de consolidación. De ser bancos pequeños con una cartera de USD 300 millones cada uno pasamos a ser el octavo en volumen de activos, pero tercero en número de clientes.

    ¿Cómo está la rentabilidad?

    El año pasado fue del 8,5%, ligeramente por debajo del sistema financiero, debido a que los costos operativos son mayores. Atendemos a un mayor número de clientes con montos de créditos bajos respecto al promedio del sistema.

    ¿Los mayores costos no se compensan con las tasas más altas en microcrédito?

    No, porque existe un sistema de regulación de tasas que no permite cubrir los costos. Cuando se limitaron las tasas de interés, el sistema financiero empezó a prestar más a los mismos clientes, generando un riesgo de sobreendeudamiento.

    ¿Cuándo puede convertirse en un problema real ese riesgo?

    El año pasado el sistema financiero, en general, fue más prudente, pero vemos a cooperativas que actúan con poco criterio técnico. Es importante un papel más activo de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, una institución nueva que atiende a más de 800 instituciones, lo cual es complicado.

    Con una rentabilidad del 8,5%, ¿qué tan atractivo es el negocio bancario?

    El banco y los accionistas del Solidario, desde su origen, establecieron dos objetivos de rentabilidad. El primero es financiero, para seguir creciendo y otorgando crédito. Aunque los accionistas quisieran un poco más de rentabilidad creen que el nivel actual es razonable. El segundo objetivo es lo que llamamos rentabilidad social. De ahí que fuimos los primeros en hacer microcrédito en el país, en bancarizar a los microempresarios, en dar crédito a los asalariados que no eran clientes del sistema financiero.

    ¿Cuál es el diagnóstico actual del sector del microcrédito?

    El sector ha crecido. La cartera de los bancos especializados en microcrédito era de USD 1 500 millones hasta el año pasado, que es un 8% de la cartera total. Y hay unos USD 2 000 millones más en el sector cooperativo. Hace 10 años, esa cartera llegaba a USD
    1 000 millones. En los últimos dos años se ha notado una reducción del ritmo de crecimiento.

    ¿Por qué esa desaceleración?

    Se estaba prestando más a los mismos clientes y llega un punto de saturación. Hubo un tiempo en que la cartera de las cooperativas crecía al 30%, pero los riesgos crecían al 50%. En los últimos dos años, el sistema cooperativo entendió que no podía crecer a ese ritmo y bajaron sus tasas de crecimiento, aunque siguen siendo peligrosas. Los bancos especializados hemos mantenido el volumen de cartera y también el riesgo, siendo más conservadores.

    ¿El sector de microcrédito ha llegado a un estancamiento?

    Creo que sí, y en eso tiene que ver el tema de tasas de interés. Hay un segmento importante de la población al cual no estamos llegando, ni los bancos especializados en microfinanzas ni las cooperativas, porque las tasas no permiten cubrir los costos.

    ¿A qué porcentaje de la población se ha cubierto?

    El sector empresarial se grafica con una pirámide. En la base está la microempresa de subsistencia y conforme se va subiendo en la pirámide aparecen las empresas más grandes. En la base de la pirámide está la mayoría de clientes. Si existen 1,5 millones de microempresas, unas 700 000 están en la base y a ellas no estamos llegando.

    ¿Han realizado propuestas al Gobierno sobre las tasas?

    Los cuatro bancos especializados en microfinanzas hemos mantenido reuniones con la Superintendencia de Bancos y la Junta de Regulación. Una primera propuesta ha sido recogida con la reciente amnistía tributaria, para que los préstamos del exterior para microcrédito estén exentos del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD). Los cuatro bancos tenemos actualmente USD 200 millones en préstamos del extranjero y el 5% del ISD era un limitante. Nos hemos comprometido a traer al menos USD 100 millones más de inversión extranjera para dar microcrédito si se concreta esto.

    ¿De dónde vendrían esos nuevos recursos?

    De organismos internacionales, prestamistas del exterior, bancos éticos y muchos otros.

    ¿Para qué traer más recursos si el sector está estancado?

    Porque es importante tener recursos de largo plazo y a tasas más bajas. Podemos reemplazar la captación local, que es volátil. En los últimos cuatro meses, el sistema financiero ha tenido retiros de unos USD 700 millones. Las captaciones se han reducido y se necesitan más dólares.

    ¿Qué escenario se vislumbra para el presente año?

    Es un año en el cual tenemos que ser cautelosos, administrar la cartera de riesgo. Prevemos un aumento de riesgo en la cartera de microcrédito y de consumo. Se empieza a ver despidos en varias empresas y salida de personas que tenían contratos con el Gobierno.

    ¿Es un año de estancamiento?

    Es un año de prudencia. No hay que ser agresivos en aumentar la cartera ni los montos de préstamos. No sería responsable.

    ¿Cómo ve la iniciativa de dinero electrónico para incorporar más clientes a los servicios financieros?

    Puede ser una buena iniciativa para abrir cuentas de ahorro, pero no para dar crédito. Para eso hay que ir y evaluar los negocios, su capacidad de pago, etc. Un cliente pequeño, que a lo mejor puede ser muy buen cliente para un crédito de USD 800 puede ser un pésimo cliente si le presto USD 2 000. Al hacerlo, estamos generando un mal historial para un buen cliente, y esa es responsabilidad de la banca y de las cooperativas.

    ¿Cómo ve la incursión de Banecuador, que también atenderá a zonas rurales y urbano marginales como lo hacen las instituciones de microcrédito?

    Es válido mientras logre una transformación de procesos y no solo de nombre. Quien debe llegar a los sectores más vulnerables es el Gobierno. La banca o las cooperativas lo pueden hacer, pero no con las tasas de interés actuales. Ahora, el BNF (próximamente Banecuador) no ha llegado a esos segmentos. Cuando lanzó los créditos 5-5-5 llegó a los mismos clientes que eran atendidos por el sistema financiero, distorsionando su cultura de pago.

    SU HOJA DE VIDA

    La formación
    . Es quiteño y estudió en la Escuela Politécnica Nacional, donde obtuvo el título de Ingeniero Mecánico. Tiene una maestría en Administración de Empresas en el Incae.

    Su cargo actual. Desde junio del 2014 ocupa el cargo de Gerente General del Banco Solidario, el cual se fusionó con Unibanco en el 2013. Producto de la fusión nació un banco mediano, ocupando el octavo lugar según el volumen de activos, pero el tercero en número de clientes.

    Otros estudios. Máster en Dirección y Gestión de Marketing Estratégico en el EOI Escuela de Negocios. Tiene otra maestría en la Universidad Francisco de Vitoria, con orientación a la gestión de personas en la Universidad. Experto en Matrimonio y Familia.

    Fidel Durán
    Fidel Durán Pitarque, gerente General del Banco Solidario. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Los retos del microcrédito se analizaron en una cita

    Redacción Guayaquil

    La nueva dimensión de las microfinanzas se trató en la VII Cumbre Internacional de Asesores de Microfinanzas que se dio el 4 y 5 de julio en Guayaquil. El objetivo fue transmitir el nuevo ‘deber ser’ de los gestores de microcrédito, que está a cargo de los ejecutivos de crédito. Claudio González, profesor de la Universidad de Ohio (EE.UU.), cree que existe un distanciamiento de la banca y el usuario.

    Acota que los programas informáticos que califican o no el crédito a un solicitante han provocado esto. «Una persona del campo no lleva registros de sus actividades en estados financieros, pero eso no quiere decir que no sepa lo que está haciendo». Insiste en que un ejecutivo debe evaluar si otorga o no el crédito dándole valor no solo a los activos. «Existen valores intangibles, como la creatividad, disposición, talento y ganas en los emprendedores», expresa el catedrático.

    González aclara, además, que los microcréditos pueden reducir o aumentar la pobreza de quienes lo reciben. Pues si una persona que no cuenta con una capacidad de pago y recibe un crédito se sobreendeuda y perderá los pocos recursos que tenía.

    Hasta diciembre del 2012, las cooperativas de ahorro y crédito presentaron una cartera por microcrédito de USD 1 643 693; las Organizaciones no Gubernamentales, USD 296 229 y la banca USD 926 839, según un reporte de la Red Financiera Rural (RFR).

    En Bolivia, 8 de cada 10 personas que tienen un crédito son empleados de una institución de microfinanzas. «Si en Ecuador se logra llegar a esas cifras el impacto en la economía sería importante», indica González. Él cree que deben existir políticas por parte del Estado para incentivar al sector. Entre ellas, mejorar las oportunidades de acceso a la información del mercado. Pues, a criterio suyo, el principal problema es que no existe la voluntad por parte de la banca en brindar financiamiento a pequeños productores.

    El comercio y la agricultura son los principales sectores a los que apunta el microcrédito. Esta tendencia de préstamo ha generado un empoderamiento de la mujer, quien es la que más accede al crédito. González recomienda a las instituciones microfinancieras mantener un contacto directo con el usuario. Proyectarse como si fuesen un banco, pero no competir con ellos. «La ventaja de estas instituciones es que conocen las necesidades de su cliente», declara.

    El establecimiento de pagos y tiempo para un crédito debe ir acorde a la capacidad de pago del solicitante. «Se corre el riesgo de prestar, por ejemplo, USD 150 a alguien que puede pagar USD 600. De cierto modo se lo está perjudicando».

    En el caso de las cooperativas de ahorro y crédito se debe enfocar en crear un Gobierno Corporativo que garantice sostenibilidad de la entidad. Y, también, priorizar el ahorro y captación de depósitos voluntarios no solo como cuota para otorgar un crédito. Además, desarrollar sistemas de riesgos.

    Inclusión financiera
    El largo plazo.  Los microcréditos puede llegar a ser un sector importante de servicios financieros, siempre y cuando genere el crecimiento de los ingresos, la acumulación de activos, la estabilidad del consumo, y fomente el manejo del riesgo, principalmente entre los de menores recursos y acceso a microcréditos.

    En el corto plazo. Un microcrédito es el ‘ingrediente’ para la creación de nuevas empresas y es parte de la reactivación de la producción.

    Cautela con el microcrédito.  Juega un papel importante en el sobreendeudamiento. Pues acceder a un crédito sin tener capacidad de pago es un riesgo que puede llevar a la crisis financiera.

  • ‘Si el microcrédito sigue a la baja se afectará el empleo’

    PEDRO MALDONADO O.

    En los siete primeros meses del 2013, las cifras del sistema bancario privado, en términos generales, muestran una desaceleración en su desempeño. En algunos segmentos de crédito, esta evolución no solo ha desacelerado su crecimiento, sino que la cartera de crédito en montos absolutos ha disminuido. Así, la cartera comercial es la que mayor evolución presenta en el 2013, al reportar un incremento anual del 16,13%; el segmento de consumo, pese a su marcada ralentización (desaceleración en su crecimiento), creció en el 7,67%. El segmento de la vivienda presentó una evolución modesta (1,16%) y el microcrédito tuvo una evolución negativa -1,36%. Andrés Vergara explica la relevancia de la caída del microcrédito y advierte las consecuencias para la economía.

    ¿Por qué cae el microcrédito?

    Para dar cualquier tipo de préstamo un banco necesita dos elementos claves: depósitos, que se obtienen del dinero que los clientes confían en el banco, y patrimonio. Este último es esencial porque el banco tiene que estar respaldado y el patrimonio sirve como garantía en caso de una morosidad. Entonces, cualquier banco necesita esos elementos para dar crédito y para que los niveles de crédito crezcan. En depósitos hay dos clases: de corto plazo (cuentas de ahorro y cuentas corrientes) y de largo plazo (certificados, pólizas, etc.). En el país ambos tipos de depósito han venido bajando. Los depósitos de corto plazo tenían, hasta el 2012, un crecimiento anual de entre 15 y 20%. Pero este año el crecimiento bajó y oscila entre 10 y 15%, lo que es una caída considerable. Y los depósitos de largo plazo crecían entre 25 y 30% anual; ahora crecen un 10 o 15%. Entonces si los bancos tienen menos crecimiento van a prestar menos dinero.

    Entonces, ¿por qué bajan los depósitos?

    En el país siempre hay una relación entre el precio del petróleo y los depósitos en la banca. Si el precio del crudo sube, los depósitos se incrementan. Hay que anotar que en el 2012 el precio del petróleo se estancó y este año recién empieza a subir y esperamos que seguramente los depósitos suban en lo que queda del 2013. Entonces, los depósitos no suben por ese estancamiento del precio del barril de petróleo, que tuvo una leve baja el año anterior.

    ¿Existen otros factores que expliquen la caída de los depósitos y, en consecuencia, de los créditos bancarios?

    Sí. También incide el patrimonio. En cualquier empresa el patrimonio proviene de los accionistas y de la rentabilidad de la empresa. Un patrimonio no sube si no hay ganancias, a menos que el accionista quiera poner más dinero. Pero eso no pasa en el mercado ecuatoriano. Entonces, el patrimonio, que tenía un crecimiento de 15% anual, ahora crece un 6%. Además, las utilidades también han bajado y por eso el patrimonio desciende. Eso pasa, no porque la banca sea menos rentable sino por las políticas del Gobierno y por el uso de las utilidades de la banca privada en financiar el bono de desarrollo humano. Siguiendo con el tema del patrimonio, el mercado, en el caso de la banca, puede saber cuánto vale un banco según sus acciones. Y dos grandes bancos ecuatorianos han bajado el valor de su acción un 50% este año. Hay otra razón: el Estado le viene pidiendo a la banca que invierta en papeles estatales que pagan poco. Entonces, cuando le quitan recursos a la banca se afecta el patrimonio.

    ¿El Estado cercó a la banca?

    Yo creo que le está drenando a la banca (privada), le está sacando recursos. La excusa es que estas políticas servirán para que los bancos sean más solventes, para tener más seguridad, etc., pero no es para un encaje bancario del Banco Central. Estas políticas quitan «la harina para hacer el pan».

    ¿Qué consecuencias se pueden esperar por esta desaceleración del crédito? ¿Qué pasará en la economía?

    El crédito es esencial para cualquier país, el crédito productivo permite crecer, generar más empleo, expandirse. En el país, el microcrédito es el que más empleo genera. Si cae el microcrédito nos vamos a estancar en las cifras del empleo. Se dice que el desempleo cae, pero el subempleo no varía y se mantiene en alrededor del 50%. Entonces la caída del microcrédito tendrá consecuencias en los niveles de empleo.

    Si esta caída del microcrédito continúa, ¿en cuánto tiempo se sentirán las consecuencias?

    Todo depende del petróleo. Si continúa al alza, se podrá entregar algo más de crédito. Lo que considero es que los índices de desempleo y subempleo van a estar estables con una leve tendencia a la baja.

    Con todas estas cifras sobre la mesa, ¿qué se comenta en el sector bancario?

    El comentario general es que ya no es buen negocio ser banco. Los accionistas quieren deshacerse de sus acciones y en estos últimos días las ofertas crecen, pero no mucha gente compra, es difícil vender las acciones.

    ¿La banca ecuatoriana, en este momento, atrae al inversionista extranjero?

    En este momento la tasa de rendimiento es muy baja y hay muchos contingentes políticos y mucha incertidumbre. No solo el extranjero piensa así, también el ecuatoriano, por eso el valor de las acciones han bajado un 50% en lo que va del año. Eso sí, los índices de solvencia están muy bien. Los depósitos están más que asegurados.

    ¿Cómo mira la idea de reducir el tamaño de la banca?

    Es una idea con la que no estoy de acuerdo. Mientras más competencia exista siempre será mejor, la competencia obliga a mejorar los servicios y ser más eficientes.

    Esta situación de la banca privada, ¿cómo impacta en el ciudadano promedio del país?

    Ya le está afectando en el sentido de que le es más difícil conseguir crédito. Hace poco el Ministerio del Interior lanzó una campaña contra la usura o ‘chulco’ que viene creciendo en el país y mientras más chulco, más violencia.

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    ENTRE LA ECONOMÍA Y LAS INVERSIONES

    Formación. Estudió economía en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).

    Especialidad. Tiene una maestría en análisis de inversiones de la universidad de Tilburg, Holanda.

    Su trabajo. Realiza análisis del mercado de valores.