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  • Firmas petroleras y mineras valoran su talento

    Pedro Maldonado

    (I)
    Editor del Semanario LÍDERES

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    A Iliana Rodríguez las ofertas laborales le llegaron muy joven y las ha aprovechado todas. A los 18 años ya era asistente de Recursos Humanos en el desaparecido Filanbanco. Antes, como colegial, ya había hecho prácticas en una multinacional y en el sector público. Su dominio del inglés y alemán, más sus estudios de Secretariado Bilingüe, eran sus cartas de presentación.

    Del banco pasó a BASF, una empresa alemana del sector químico con operaciones en Ecuador. Allí se desempeñó como asistente de gerencia. La compañía no tenía una política clara sobre el manejo del talento humano (se contaban cerca de 100 empleados) por lo que Rodríguez fue enviada a Bogotá para capacitación. “Tenía 20 años y estaba feliz aprendiendo”.

    A su regreso a Ecuador se encargó del departamento de recursos humanos de la compañía alemana, cuenta esta mujer que antes de vincularse al mundo del manejo de personal había estudiado Turismo. Incluso trabajó como guía pero no se sintió a gusto.

    Nacida en Uruguay, Rodríguez vino a Ecuador cuando tenía 13 años. Su papá, Ariel Rodríguez, vino a trabajar como preparador físico de la Universidad Católica a mediados de los años 80 y la familia se radicó en Quito.

    De su niñez recuerda que en el verano nadaba en los ríos de Canelones, una pequeña ciudad uruguaya. También practicaba patinaje. “Hoy cuando tengo tiempo y quiero desestresarme patino en un parque del norte de Quito”.

    Estas y otras anécdotas personales las cuenta -acompañada de una sonrisa- en el norte de Quito, en las oficinas de Lundin, la minera canadiense para la que trabaja desde el 2015. Rodríguez es la vicepresidenta de Recurso Humanos de la compañía en Ecuador.

    Los viajes por el mundo, en especial por América, Medio Oriente y África, han marcado la vida de esta ejecutiva que es madre de dos hijas, una adolescente de 18 años y una pequeña de 6. Esos desplazamientos los ha hecho por trabajo, en su gran mayoría.

    El primero fue a Detroit, EE.UU., a donde fue como empleada de BASF. El plan era que allá aprendiera nuevas habilidades profesionales. La nieve, el frío y la soledad marcaron sus jornadas, pero no se desanimó. Aprovechó para estudiar, aprender y crecer.

    En 1997 volvió al Ecuador para “una tarea complicada”. Tuvo que reducir la nómina, de 150 a 90 trabajadores. “Fue muy duro y luego de cumplir mi trabajo renuncié”.

    Al año siguiente ingresó a la petrolera Oxy, firma en la que ocupó distintos cargos en Ecuador, Libia y Omán. Recuerda con detalle la expulsión de la Oxy en el 2006. “Había que hacer las liquidaciones de las personas. Eran cerca de 300 y lloré los tres días que tomó el proceso. Tuve que reubicar a la gente en oficinas en otros países. Al final reubicamos a unas 60 familias”. Entonces tenía 25 años y sumaba experiencia.

    La misma compañía la llevó hasta Libia, donde se encargó del plan de sucesión para reemplazar expatriados por nacionales. Rodríguez pasaba 30 días en Libia y volvía a Ecuador o iba a EE.UU. “Fue mi primera experiencia en un país árabe y me fascinó”.

    Una nueva oferta laboral, ahora de una farmacéutica, la trajo de regreso para América Latina, pero nuevamente la Oxy la llamó, ahora para un cargo en Omán. “Me enamoré de ese país y con la familia tenía planes de largo plazo. Me embaracé, pero fue un embarazo de alto riesgo y perdí al bebé días después del parto. Fue la experiencia más dura de mi vida”.

    Zaina Al Maashari trabajó con Rodríguez en las oficinas de Oxy en Omán. En un correo electrónico la describe como una amiga de verdad y como una líder en temas de trabajo. “Es una experta en recursos humanos, muy dedicada y enfocada en los resultados. Es una mujer muy determinada y llegará tan lejos como se lo proponga”.

    Para intentar aliviar el golpe emocional, Rodríguez dejó de trabajar y se mudó con su esposo a Egipto, en el 2009. Allí, meses después, la Oxy le pidió que capacitara a ejecutivos de la petrolera en Libia. Era una tarea que no le demandaba tanto tiempo por la distancia. “Pero mi salud no iba bien y extrañaba a mis padres”, dice esta mujer que se declara muy creyente. Dejó Egipto poco antes de que se iniciara la primavera árabe en el 2010.

    La experiencia acumulada le trajo una nueva oportunidad laboral. La minera Kinross, con la que trabajó hasta 2013, la reclutó y trabajó en Ecuador, así como en Mauritania (África). Ella pasaba entre los dos países y Canadá.

    Al mirar hacia el pasado, Rodríguez cuenta que se ha sensibilizado con los años. “Hay que tener prioridades en la vida, no dejar de lado lo importante. Valoro mucho a la gente con la que trabajo”.

    El CV

    Formación. Tiene un MBA en la Universidad San Francisco de Quito, con mención en RR.HH. También estudió marketing y finanzas en la Universidad del Pacífico, así como Turismo en el Instituto Latinoamericano.

    Carrera. Ocupó gerencias y direcciones de Recursos Humanos en Kinross y Oxy , en donde desde los primeros escalones, forjó una amplia carrera.

    Es parte clave del equipo directivo

    Iliana Rodríguez es parte de Lundin desde el 2015. Llegó a esta compañía luego de la salida del país de Kinross. Hoy ocupa la vicepresidencia de Recursos Humanos de Lundin. Es miembro clave del equipo directivo que gestionó el arranque de las operaciones en Ecuador.

    Una de sus tareas en la minera ha sido desarrollar una cultura organizacional basada en el concepto ‘self perform’. “Fue un reto gigante con el que hubo que crear todo. En ese proceso hubo momentos retadores y dudas en el equipo, pero les pedí que confíen en mí y lo hemos logrado”.

    Uno de los objetivos alcanzados ha sido trabajar con instituciones como el Ministerio de Educación capacitando a gente de Zamora Chinchipe, en especial a jóvenes. “Han sido años muy demandantes, pero hemos cumplido las metas”.

    Rosa Inés Arteta es coordinadora Ejecutiva y de Administración en Lundin. Dice que Rodríguez tiene una excelente habilidad para formar y dirigir equipos de trabajo. “Es una líder nata, empodera a la gente, le da confianza, delega responsabilidades y logra el desarrollo profesional y personal de quienes trabajan con ella”.

    Arteta añade que Rodríguez tiene una visión integral de todo lo que involucra el área de Recursos Humanos.

    Hoy en día esta madre y esposa lidera la creación de estrategias y programas de gestión del talento humano necesarios para el manejo del crecimiento de Lundin durante el desarrollo del Proyecto Fruta del Norte.

    Allí se espera que la producción de oro empiece en el último trimestre de este año. Según las autoridades mineras, en su primer año de producción, Fruta del Norte generará USD 375 millones en exportaciones y USD 6 300 millones en sus 15 años de vida útil.

    Iliana Rodríguez es la vicepresidenta de RR.HH. de Lundin. Ha trabajado en compañías de sectores estratégicos en Libia, Omán, Mauritania... Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Iliana Rodríguez es la vicepresidenta de RR.HH. de Lundin. Ha trabajado en compañías de sectores estratégicos en Libia, Omán, Mauritania… Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Ecuador está ya en el radar de las grandes empresas mineras

    Mayra Pacheco

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    La minería se ha convertido en el producto estrella del Ecuador. Por el potencial que tiene el país grandes firmas internacionales que cuentan con una amplia experiencia en esta actividad han puesto sus ojos en este territorio.

    Según la Cámara de Minería del Ecuador (CME), nueve grandes compañías mineras operan en el país. Estas se desempeñan como accionistas u operadoras de las concesiones otorgadas por el Gobierno ecuatoriano.

    Entre ellas están BHP Billiton que ocupa el primer lugar en el ‘top’ 40 de las principales empresas mineras del mundo, según el informe ‘Mine 2019 Resourcing the Future’, elaborado por PwC.

    Además de la australiana, en este ranking constan Anglo American, Newcrest Mining, Fortescue y First Quantum.

    Santiago Yépez
    , presidente de la CME, expresa que estas compañías tienen una larga trayectoria en esta industria, cuentan con tecnología, fondos para invertir, conocimientos y poseen operaciones en varios países. Fortescue, por ejemplo, es la principal productora de hierro en el mundo.

    Pero ¿qué hacen estas grandes firmas en Ecuador? Yépez menciona que su presencia responde al potencial minero que tiene el país, por su ubicación geográfica, ya que esta actividad, a gran escala, es relativamente nueva.

    En algunos casos, estas importantes firmas se han vinculado a proyectos mineros a través de asociaciones con otras empresas, que tienen a cargo una concesión.

    El fin es aportar con capital para desarrollar actividades exploratorias o de producción, para luego obtener un retorno económico.

    Por citar un caso, Anglo American tiene un acuerdo con Luminex Resources para realizar exploración inicial en Pegasus. Eso significará una inversión de USD 50 millones.

    La vinculación de las empresas a proyectos que están en desarrollo se hace a través de la compra de acciones en la bolsa, explica Henry Troya, exviceministro de Minas. Esta es una práctica común, puesto que las denominadas empresas ‘junior’ o pequeñas se encargan principalmente de la fase de exploración de minerales, que implica investigar hasta descubrir un yacimiento y cuantificar los posibles ingresos económicos.

    Este potencial es cotizado en el mercado de valores, donde las empresas ‘majors’ o consolidadas compran acciones para seguir impulsando el desarrollo de estos proyectos. Es decir, invierten para avanzar con las etapas de construcción de la mina y explotación.

    En esta industria se sabe que generalmente las firmas ‘junior’ no explotan minerales, y que una ‘major’ no explora.

    La actividad de descubrir proyectos es de alto riego y está destinada a las empresas pequeñas, que tienen experiencia en este ámbito. Estas asumen esta tarea conociendo que, según la media mundial, de cada 1 300 proyectos exploratorios, apenas tres terminan siendo exitosos, porque la probabilidad de no encontrar minerales es grande. Y, en el caso de hallar potencial, se debe determinar su rentabilidad.

    En cambio, las grandes tienen su ‘expertise’ y el capital para enfocarse en la construcción, que demanda de grandes recursos económicos; y en la explotación.

    Pese a este esquema tradicional, en Ecuador está ocurriendo algo inusual en esta industria. La CME advierte que las firmas consolidadas están participando también en la fase de exploración.

    Según Anglo American, esto ocurre porque Ecuador es un destino atractivo debido a su potencial geológico y a las condiciones sociopolíticas de largo plazo.

    Además, en el país hay una alta posibilidad de descubrir nuevos yacimientos de tamaño mundial. Actualmente, con el 7,5% de territorio explorado se han identificado proyectos como Cascabel, Fruta del Norte, Mirador, Llurimagua.

    Para el desarrollo de la minería, entre 2018 y 2021, se ha comprometido una inversión de alrededor de USD 3 805 millones. Fernando Benalcázar, viceministro de Minas, estima que más del 90% provendrá de grandes firmas.

    Aparte de la inversión, la presencia de estas grandes firmas permite desarrollar esta actividad de manera estructurada en el ámbito tecnológico, social, ambiental, asegura Benalcázar.

    Sin embargo, la consulta popular que se hizo en 2018 para prohibir la minería en el cantón Girón, en Azuay, las nuevas iniciativas de referéndum, el cierre del catastro y la falta de claridad sobre las consultas previas generan aún preocupación en los inversionistas.

    La minería alcanzará el 4% del PIB en dos años

    Las exportaciones vinculadas con la minería en el Ecuador sumaron USD 274 millones en el 2018; el Gobierno prevé que se duplique este año con el inicio de la extracción en los proyectos Fruta del Norte y Mirador, ubicados en la provincia de Zamora Chinchipe.

    De acuerdo con el Viceministerio de Minas, en el 2020 con una producción formal de las dos minas y Río Blanco (Azuay) se ubicarían en USD 1 300 millones. En el 2021 con el ingreso de Loma Larga (Azuay) las exportaciones serían por USD 1 800 millones.

    La intención del Régimen es que la minería sea el segundo rubro de exportación no petrolera en el 2021 y que tenga un aporte del 4% del Producto Interno Bruto (PIB). En la actualidad, es del 1,6%.

    Esas cifras fueron difundidas en la presentación de la actualización de la política pública minera, que se realizó el mes pasado en la parroquia Timbara, en Zamora Chinchipe. Allí, el ministro de Energía y Recursos Naturales No Renovables, Carlos Pérez, destacó que el Gobierno busca atraer nuevas inversiones mediante incentivos como la devolución de impuestos, contratos con garantías y estabilidad tributaria.

    Para el abogado minero Andrés Ycaza, la reapertura del catastro minero atraerá capitales. Cree que en las 275 concesiones entregadas entre 2016 y 2017, los compromisos de inversión en cuatro años superan los 500 millones.

    El Régimen también busca que la minería sea una de las principales fuentes de financiamiento de la inversión pública en el 2021.

    Por el pago de las regalías, patentes, utilidades e impuestos a la Renta y Valor Agregado, este sector aportó con USD 836,7 millones, entre el 2018 y 2021.

    Solo por concepto de regalías anticipadas, Lundin Gold -concesionario de Fruta del Norte– y EcuaCorriente -de Mirador– han entregado USD 150 millones.

    Esta última minera entregará los últimos USD 15 millones de regalías anticipadas, en agosto próximo. Una vez que inicien la extracción darán las regalías que establece la Ley en función de la producción o del precio del mineral, dependiendo del contrato.

    Según el Gobierno, otro beneficio de la minería es la generación de cerca de 32 230 fuentes de empleo directo e indirecto en los proyectos estratégicos, proyectos de segunda generación, pequeña minería y minería artesanal.

    En el caso de la pequeña minería, el 86% de la producción nacional de oro proviene de Azuay y El Oro y equivale a 2,9 millones de gramos. El total nacional del 2018 fue de 3,4 millones. Ambas provincias se registran 237 concesiones de pequeña minería metálica.

    “La pequeña minería es fundamental en la economía del país. Las exportaciones mineras del Ecuador hasta 2018 corresponden a este segmento y en el último año representaron USD 274 millones”, dijo el viceministro de Minas, Fernando Benalcázar.

    Entre los principales proyectos de pequeña minera de Azuay está la Sociedad Minera Liga de Oro (Somilor), ubicada en el cantón azuayo de Ponce Enríquez. Esta mina procesa alrededor de 240 toneladas diarias de material mineralizado y obtiene 30 kilos al mes de oro que es exportado, principalmente, a Estados Unidos.

    En El Oro, en cambio, están los Bursal, Bira, Deysi 1 y funcionan tres plantas de beneficio Sodirec, Emicor y Golden Valley. El proyecto Bira, en el cantón Zaruma, emplea directamente a 150 personas y cuenta con 12 contratos de operación para la extracción de cerca de 100 toneladas diarias de material mineralizado. Produce cerca de 20 kilos por mes.

    El proyecto Fruta del Norte, ubicado en Zamora, está en la etapa de construcción de la mina. Está planificado que la primera producción de oro se realice en el cuarto trimestre de este año. Foto: Cortesía Lundin Gold
    El proyecto Fruta del Norte, ubicado en Zamora, está en la etapa de construcción de la mina. Está planificado que la primera producción de oro se realice en el cuarto trimestre de este año. Foto: Cortesía Lundin Gold
  • Despojos óseos, insumo de las mineras

    Xavier Basantes

    Nobol es una pequeña ciudad ubicada en la costera provincia de Guayas. Esta localidad es reconocida por su fe católica, que la representa Narcisa de Jesús, beatificada por el papa Juan Pablo II, en 1992. Sus habitantes se dedican sobre todo a tareas agrícolas y al servicio turístico, que se derivan por la llegada de miles de personas que visitan el santuario de esta religiosa del siglo XIX.

    En esta ciudad, ahora hay expectativas de una nueva fuente de ingresos: allí se construye la planta de producción de la empresa Insubor. Este es un emprendimiento que nació en el 2013, con el nombre de Rendering del Ecuador y se encarga de transformar los despojos
    óseos que provienen del ganado vacuno, en un innovador insumo para la industria minera y un componente vital para la cerámica.

    Hoy, en su portafolio de clientes constan dos firmas mineras de Chile; y ha hecho contactos con una empresa de EE.UU. y acercamientos para exportar a India.

    Érika Lizcano y Luis Argüello son los promotores de esta empresa, que dio sus primeros pasos con un horno artesanal en un sector popular de Guayaquil. Ellos se conocieron en Colombia y con la formación en Ingeniería Química de Érika (graduada en la Universidad Industrial de Santander y con experiencia en el sector de alimentación animal), apostaron por dar valor agregado e innovador a una materia prima que, en el caso del Ecuador, se ha utilizado más en la elaboración de productos balanceados para mascotas.

    Esos despojos óseos se someten a un proceso de incineración y esa ceniza se utiliza como materia prima para fabricar un desmoldante metalúrgico para cobre y bronce. “Además de la industria minera también se puede usar para producir vajillas. Son vajillas que se utilizan en hoteles lujosos, de tipo cristalino y esta materia prima es muy buena para su elaboración”, dice Érika llena de optimismo.

    En el 2013, mientras tomaba forma el emprendimiento (‘prueba-error, prueba-error’), vinieron los primeros contactos con clientes en el exterior, en Chile particularmente, ya que en Ecuador aún no despega la industria minera y se encuentra en fase de exploración.

    “Todo fue de un momento a otro. Este empresario chileno nos contactó un día viernes y a la semana siguiente vino a Guayaquil. Le interesó nuestro producto, esperó a que nos fortaleciéramos como emprendimiento y acordamos el envío del desmoldante”, recuerda Érika. Pero cuando parecía que se concretaba una nueva fuente de ingreso de divisas para Ecuador, vinieron barreras administrativas que frenaban esta oportunidad de exportación: no había una partida arancelaria para enviar el cargamento a Chile y que, en una primera etapa, se había comprometido enviar Insubor: de tres a cinco toneladas al mes.

    “Nuestro primer tropezón fue en el ingreso a la Aduana. Cuando fuimos a averiguar, no conocían qué era el producto y mucho menos la partida arancelaria. Eso demoró casi cuatro meses. En noviembre (2013) nos aprobaron y en febrero del 2014 salió la resolución con la partida arancelaria y empezamos las exportaciones”.

    Con el primer cliente en su portafolio, vino el reto de encontrar los despojos para abastecer la demanda, que para la época se ubicó en 24 toneladas mensuales. Con funda en mano y a bordo de un pequeño camión, Érika, Luis y otros tres colaboradores comenzaron la tarea de buscar esos desperdicios, que causan mal olor, afectan al ambiente o que son un foco de infección para la salud. Hoy, sus proveedores son mercados de carnes, embutidoras y camales en urbes como Guayaquil, Cuenca, Santo Domingo y La Concordia.

    Esteban Moscoso, supervisor del área de manejo de desechos de la Empresa Municipal de Servicios de Rastro de Cuenca, asegura que esta dependencia les entrega un promedio de 2 000 a 2 500, cabezas de ganado al mes. “Antes de ser sus proveedores, estos subproductos iban a tanques de desechos. Hoy ahorramos 2 000 dólares en el gasto que demanda el tratamiento de esas cabezas y contribuimos con el ambiente”.

    Transcurrido el 2014 se sumó un nuevo cliente en Chile y vinieron otros contactos. “A mediados del año, y estandarizados con la producción, logramos un contacto en EE.UU. con una empresa de cerámica. Enviamos tres muestras y les gustó. Aún estamos en la etapa de homologación en la certificación para ingresar en ese mercado”, afirma Érika con optimismo.

    En plena etapa de crecimiento, la necesidad de obtener financiamiento despuntó. Insubor se contactó con el Fideicomiso para el Emprendimiento e Innovación y accedió a capital de riesgo. “A finales del 2014 y buscando mejoras para Rendering del Ecuador, nos presentamos a la convocatoria que abrió el Fideicomiso para el Emprendimiento, fuimos seleccionados entre más de 300 proyectos a escala nacional, siendo uno de los tres proyectos ganadores”, asegura la emprendedora.

    El fideicomiso está a cargo de Carana Ecuador. Esta es una consultora especializada en servicios para el desarrollo productivo y es parte de Carana Corp., firma que tiene 30 años en el mercado mundial, con presencia en más de 100 países, con proyectos de desarrollo.

    Diego Vergara, gerente de Carana Ecuador, destaca que el uso tecnificado de estos desechos ha generado una opción de alto valor agregado y que se exporta como producto premium ecuatoriano.

    Insubor -sostiene Vergara-, tiene certificación de gestor de desechos de camales, “algo que ha sido recibido con agrado por parte de Agrocalidad (entidad reguladora de desechos animales), que ahora cuenta con un actor formal y certificado para el reciclaje de estos subproductos”, catalogados como peligrosos por su impacto al medioambiente. Otro aspecto relevante es que Insubor ha sido instalada en Nobol y consta como una de las primeras empresas formalizadas en este cantón, “lo cual involucra otra fase innovadora”.

    Ahora, Érika y Luis quieren aportar al desarrollo de esta ciudad, que nació hace 300 años de la mano de dominicos y tiene en Narcisa de Jesús a su protectora.

    Érika Lizcano, en las instalaciones en donde se levanta la nueva planta industrial de la empresa Insubor, en el sector de Nobol. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Érika Lizcano, en las instalaciones en donde se levanta la nueva planta industrial de la empresa Insubor, en el sector de Nobol. Foto: Mario Faustos / LÍDERES