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  • Xavier Lazo: ‘El agro necesita crédito especializado’

    Pedro Maldonado

    (I) Editor del Semanario LÍDERES

    Xavier Lazo, ministro de Agricultura, habla sobre las dificultades que enfrenta el sector agropecuario y anuncia que se alista un registro nacional agropecuario. También analiza el reto del uso de la tecnología, así como el relevo generacional en el campo ecuatoriano.

    Hace tres semanas se prohibió la comercialización de suero de leche. ¿Qué se logrará con esa medida?

    La moratoria al suero de leche nos va a permitir ponernos de acuerdo y trazar un norte para el sector lácteo. Es un decisión difícil y la mayoría de ganaderos necesitaba esta decisión. No hay una sola solución para este tema La exportación es importante, así como los costos de energía y la comercialización.

    Esa situación dejó ver problemas en la producción y venta de la leche. ¿ Qué está pasando en ese y otros sectores agropecuarios?

    Muchos de los productos del sector agropecuario tienen problemas estructurales, problemas de competitividad que deben ser resueltos. No es justo que un país con vocación agropecuaria y con microclimas, diversidad y capital humano no sea capaz de ponerse de acuerdo y enrumbar al sector agropecuario. Hay muchos productos que no están siendo aprovechados. Productos sensibles como lácteos, arroz, azúcar palma, tienen que ser exportados no solo para sostener la dolarización sino porque es mandatorio mirar hacia otros mercados.

    ¿Qué tan complicado es lograr esto?

    Es complicado porque competimos en menores condiciones que los países vecinos, que pueden devaluar sus monedas. Podemos, a pesar de todo, hacerlo. Pero para esto se debe apoyar al productor con crédito especializado que no ha habido por más de 50 años. Algunas cosas han evolucionado en la parte forestal o cacao. Pero en general es muy difícil el acceso al crédito.

    ¿El acceso a crédito sería la primera dificultad?

    El primer problema es la comercialización. Luego están los altos costos de producción. Esto complica la tarea de competir no solo en lo local sino en el ámbito internacional. Competir con leche en polvo que viene de Nueva Zelanda o Argentina es muy complicado. El tema es la estructura de apoyo, es decir la plataforma en la que el agricultor tiene que pasar un viacrucis para desarrollarse.

    ¿Y cómo se está enfrentando esta situación? ¿Qué acciones se están ejecutando?

    Creo que no se ha priorizado al sector agropecuario y ahora estamos tratando de cambiar esa visión. Para desarrollar y planificar tenemos que conocernos y autodiagnosticarnos. Desde el 2000 no se ha hecho un censo agropecuario. Desde los años 50, con el primer censo agropecuario, ya debíamos haber tenido siete censos. Pero solo se han dado cuatro.

    ¿Va haber un nuevo censo agropecuario?

    Estamos activando el registro nacional agropecuario desde hace dos meses. Hemos identificado los fondos y la etapa preregistral dura unos cinco meses y este año arrancará el registro. Sistematizar la información nos tomará seis meses adicionales. Con ese diagnóstico completo sabremos si hemos crecido o disminuido. En el 2000 había 840 000 unidades de producción agropecuarias (UPA) y hoy necesitamos saber cómo está el uso del suelo. Los problemas de inundaciones siguen y se requiere una política pública para protección de cuencas hidrográficas. De lo contrario el productor pierde, se encarecen los productos y se pierde competitividad. Allí falta visión de largo plazo en la agricultura y la tecnología nos puede ayudar. Luego del registro agropecuario vendrá la cédula del agricultor. Hay que conocer los detalles de los productores, cuánta área tiene, sus necesidades de crédito, proyección, la situación de su familia…

    ¿Qué acciones concretas se han desarrollado para fortalecer a los pequeños y medianos agricultores?

    Estamos trabajando de la mano con la banca pública en crédito especializado. Tenemos que entender mejor lo importante que es el sector agropecuario, para el mercado local y para la exportación. Como no hay una buena cultura crediticia hay que dar herramientas para no afectar la liquidez del productor y que el repago de un préstamo sea de acuerdo al ciclo de producción. Esto también ayudará a combatir la informalidad.

    ¿Cuánto pesa la informalidad en la actividad agropecuaria?

    Pesa mucho y afecta la competitividad. Al no haber exportación hay presión sobre el precio. Además, un producto que no tiene a quién venderse va al mercado informal.

    ¿Qué otros sectores están afectados?

    El arrocero nos genera mucha preocupación, hay cifras importantes de contrabando y estamos por fijar un precio técnico, en base a una estructura de costos. Hay que exportar no menos de 85 000 toneladas métricas anuales. Hoy no pasamos de 40 000 o 50 000 toneladas métricas al año. Si subimos la productividad podemos exportar 150 000. Además, hay que trabajar para llegar no solo a Colombia, sino a otros mercados.

    ¿Cómo pesa la tecnología en el desarrollo agropecuario?

    El gran reto es que el agricultor use la tecnología, pero aterrizado a sus necesidades. Puede usarse la tecnología para control de enfermedades, por ejemplo. Pero primero hay que solucionar un gran problema estructural: no está asegurado el relevo generacional en el agro. Allí la tecnología debe enfocarse en el joven rural. El registro nacional agropecuario también involucrará a los jóvenes que están en colegios agropecuarios. Queremos que estos jóvenes emprendedores tengan la experiencia de asumir la responsabilidad de un crédito pequeño y sepan usar el financiamiento, que el tema de crédito sea parte de la malla curricular. Es un tema de política pública para asegurar el relevo generacional.

    A esto se suma la migración del campo a la ciudad…

    En la estructura productiva vemos con preocupación de que en 15 años se va a ver limitado el recambio generacional en el agro.

    ¿Los jóvenes mantienen el interés en el campo?

    Hay muchos emprendimientos, con gobiernos locales, cooperación internacional, entidades públicas. El reto es trabajar de la mano entre colegios agropecuarios y universidades en temas como el crédito para jóvenes, en su inclusión. Hace poco discutíamos de la posibilidad de que los jóvenes compren la tierra a su padre, con financiamiento.

    Allí juega el fenómeno social y cultural en el que muchos jóvenes tienen otras aspiraciones, distintas a las de sus padres. ¿Eso impacta en la agricultura?

    Así es. Estamos trabajando con el Ministerio de Industrias para apoyar los nuevos emprendimientos. Queremos ayudarles, mejorar su capacidades (…) Para eso se necesita trabajar en temas de inteligencia de mercado, como ocurre en Brasil.

    ¿Entonces hay mucho por hacer en Ecuador?

    Es extremadamente grande la tarea para ordenar el sector agropecuario del país.

    Hoja de vida

    Formación. Ingeniero agrónomo con licenciatura en ciencias agrícolas y manejo de recursos naturales de la Universidad Earth, de Costa Rica.

    Experiencia.   Experto en producción orgánica, comercio justo y manejo de recursos naturales; especialista en la producción de sistemas integrados de agricultura y forestales, basados en principios de sostenibilidad. Desarrollador del producto orgánico de la variedad ‘Uuru’, nominado al premio ‘Innovation Award’, Fruit Logistica, Berlín 2014.

    Cargo.  En la actualidad se desempeña como Ministro de Agricultura y Ganadería.

    Xavier Lazo, ministro de Agricultura. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
    Xavier Lazo, ministro de Agricultura. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
  • El cacao necesita una agenda conjunta

    Redacción Quito

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    Iván Ontaneda, el expresidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao y actual presidente de Eco-Kakao analiza la caída de los precios del cacao. Este empresario asegura que es necesario un trabajo de largo plazo entre entidades privadas y públicas.

    En los últimos meses el precio internacional del cacao por tonelada era de USD
    3 300, pero ahora bajó a cerca de 2 000. ¿Cómo impacta esta situación a los cacaoteros ecuatorianos?

    La industria cacaotera, la cadena agroproductiva, está en una crisis tremenda que va más allá de los números fríos. Esta crisis viene por un exceso de producción mundial de cacao. Los dos principales países productores, Costa de Marfil y Ghana, están con un excedente de 300 000 toneladas de cacao puestas en el mercado entre 2016 y 2017. A ese exceso de oferta se suma el descenso del consumo de chocolate, en los últimos cuatro años, en Europa, Estados Unidos y Asia. Todos los productores pusimos muchas esperanzas en China, con inversiones importantes. Pero la situación económica mundial ocasionó una caída en la demanda de chocolate. Por el exceso se está pudriendo el cacao en las bodegas de los productores. No hay a quién vender.

    ¿Por qué bajó el consumo de chocolate?

    Es por la situación económica global. Y el chocolate no es un producto de primera necesidad. Si antes una persona compraba tres tabletas a la semana, ahora compra una; y el que compraba una ya no lo hace.

    Esto pasa a escala global…

    Esto que digo es el arranque de la crisis. A esto se suma el drama que pasan los pequeños productores en el país. Hace pocos días recorrí Napo, Sucumbíos, Manabí y allí hay problemas serios. Uno se encuentra con productores que tienen fincas de cuatro hectáreas y que producen cinco quintales por hectárea. Un productor promedio, de esas características, recibe hoy en día 50 dólares por un quintal. Siete meses antes recibía hasta 130 dólares por ese mismo quintal; estamos hablando de una caída altísima en los ingresos del productor. Lo más triste es que ese ingreso no les sirve para cubrir sus necesidades.

    ¿Se puede controlar los precios?

    Un país como Ecuador y su sector cacaotero no puede estar tan expuesto a esas externalidades. Hay que dejar claro que el precio del cacao no lo maneja ni el gobierno, ni el productor. Es una variable externa que se maneja en base a la oferta y la demanda en la Bolsa de Nueva York, porque el cacao es un ‘comodittie’ como el oro, el petróleo, el café, etc. Cuando hay una variable que no la maneja el productor este tiene que identificar una variable que sí la maneje y así encontrar una oportunidad. Esta crisis de precios hay que tomarla como una alerta a la que se debe tener en cuenta. Hay que protegerse de alguna manera y esta caída de precios nos ha tomado descubiertos y el más afectado es el productor.

    ¿La situación de otros países productores es similar a escala nacional?

    De las 500 000 hectáreas sembradas en el Ecuador, el 90% está en manos de pequeños productores. Eso significa que la mayoría está en esa situación que le menciono. Hay productores quebrados que no pueden subsistir. A esto se suma el invierno que afecta a las plantaciones de dos formas: el exceso de lluvias y humedad genera una atmósfera para que surjan enfermedades que afectan la productividad de las plantas de cacao. Si un árbol cargaba 80 mazorcas, ahora con la lluvia se pierde la mayoría. Y las mazorcas que resisten se tiene que vender en un menor precio; así no tienen ingresos para cuidar sus plantaciones. Algo tenemos que hacer para salir de esta situación y mejorar los indicadores.

    ¿Y cuáles son los planes o estrategias para cambiar esta situación?

    El Ecuador tiene una baja productividad de cacao. Son entre cinco y seis quintales por hectárea. Entonces, lo que sí puede hacer el productor es aumentar la productividad de los pequeños agricultores y eso es responsabilidad de los sectores privado y público. Para esto se necesitan estrategias público-privadas. Hay que armar una agenda conjunta de largo plazo, una ruta en la que la meta sea superar los niveles de producción. Con alianzas entre empresas privadas, sector público organizaciones no gubernamentales, la banca con crédito se da acompañamiento para elevar los indicadores de producción. Si se duplica o triplica la producción, la variable de precio no va a ser tan importante. La competitividad también es un problema, los costos son elevados. La competitividad nace con los productores que ofrezcan cacao de más calidad.

    ¿Hay algún programa que ya trabaje en esto?

    En Eco-Kakao trabajamos, desde hace cinco años, con Blommer Chocolate Company, de EE.UU., en un programa de sostenibilidad que acompaña al pequeño productor para mejorar su finca y su rendimiento. Tenemos un plan piloto en el que trabajamos con unos 4 000 productores en la Amazonía ecuatoriana. Primero hacemos capacitación mediante escuelas de campo, en donde se enseñan tareas agrícolas directas para mejorar su producción. Un segundo objetivo es mejorar la calidad con mejores procesos en la poscosecha porque así lo exige el mercado global. Además, garantizamos, bajo un paraguas comercial, un buen precio y en vez de que el productor reciba cincuenta dólares por un quintal, ellos reciben noventa dólares. Los programas funcionan siempre que hay oferta y demanda asegurada. Dentro de esta alianza buscamos que otros se sumen, por eso hemos pasado el sombrero para que aporten y mejoren la calidad de vida de los productores. Los pequeños productores con los que trabajamos se sienten atendidos; la clave es que la industria se acerque al productor y lo acompañe.

    ¿Qué están haciendo otros países que también son productores de cacao?

    Costa de Marfil enfrenta otros problemas. La situación política y económica allá es muy complicada y el productor recibe apenas 30 dólares por quintal. No se está haciendo nada. Es diferente la situación para nosotros, porque nos jactamos de tener un gran posicionamiento en el mercado de cacao, pero en esta crisis hay que ayudar al sector, no con soluciones parches sino con trabajo sostenido y convertir al productor. Todo con un fin: mejorar la calidad de vida del productor.

    Expresidente de la Junta Consultiva de la Organización Mundial del Cacao ICCO (2015-2016). Expresidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao (2012-2015) y actualmente Director Principal. Empresario. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Expresidente de la Junta Consultiva de la Organización Mundial del Cacao ICCO (2015-2016). Expresidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao (2012-2015) y actualmente Director Principal.
    Empresario. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Latinoamérica necesita un nuevo pacto para preservar avances de década pasada

    Agencia EFE

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    Latinoamérica mantendrá los logros de la pasada década de expansión económica si profundiza las medidas de redistribución de la riqueza con nuevos pactos que permitan mejores ingresos fiscales, transferencias económicas a los más necesitados y refuercen la formación de capital humano, afirmaron hoy expertos.

    Convocados por el Parlamento Latinoamericano (Parlatino) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cerca de un centenar de legisladores de la región debatieron en Panamá en el foro «Balance y Perspectivas de la actual situación económica y social de América Latina y el Caribe».

    La presidenta del Parlatino y de la Asamblea Nacional de Ecuador, Gabriela Rivadeneira, sostuvo que la región tenía que «recuperar» el impulso de los diversos procesos de integración que quedaron «en pausa» en «la década del boom» iniciada el 2000 y «profundizar los cambios del sistema económico con pragmatismo y una ética de lo público o seguimos igual y volveremos a ser economías primarias».

    «Debe acelerarse la creación de la nueva arquitectura de la economía para consolidar los cambios estructurales y evitar los enfrentamientos entre países fomentados muchas veces por las trasnacionales», advirtió.

    Sobretodo, respecto a la propiedad de los recursos naturales ante «la codicia» del poder económico que mira que el 40 % del agua dulce del mundo está en Latinoamérica.

    El economista ruso Yury Moseykin, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Pueblos (Rusia), advirtió que «necesitamos sistematizar los procesos para sacar partido de los espacios disponibles» en una realidad en la que la relación Norte-Norte fue trastocada «con la irrupción de China», cuya propia ralentización afecta a Latinoamérica en la actualidad.

    «El mundo multipolar del que se habla, no se refleja aún en la realidad, Latinoamérica no es influyente en la nueva configuración política y económica», expresó.

    Este mundo en transición, donde los BRICS (países con economías emergentes) eran una señal de la multipolaridad, ve ahora su pérdida de dinamismo y que «el orden mundial pasa por los acuerdos entre China y Estados Unidos».

    «China desacelerándose crea más incertidumbre en Latinoamérica, que se ve como regenerándose como una región periférica con una integración no sólida ni versátil, por lo que existe la amenaza del retroceso» que puede devolver a la pobreza a 30 millones de latinoamericanos, de acuerdo con el PNUD.

    El «nuevo modelo» requiere que la consolidación del progreso se haga desde el sector público y privado porque «la globalización ha demostrado que no es garantía de estabilidad, se necesita un auténtico sistema de gobernanza mundial y una presencia más dinámica de Latinoamérica en los diversos organismos de la comunidad internacional», explicó.
    Para Moseykin se trata «de romper el círculo vicioso, con más educación hay más libertad económica».

    Por su lado el economista jefe del PNUD para Latinoamérica y el Caribe, el boliviano George Gray, clamó por la búsqueda de «nuevos consensos» con una agenda común que contemple tanto el consumo como el suministro de servicios a la población en una «era posextractivista» tras el «boom» de la década pasada.

    «Dos tercios del crecimiento de la década pasada fue por el consumo» que llevó a la clase media a un grueso de la población y provocó una transformación social y laboral que resulta precaria «ante la caída de la inversión y de los precios de las exportaciones».

    Entre 2000 y 2012 el 54 % que salió de la pobreza fue por su ingreso laboral, el 21 % por las transferencias sociales, el 9 % por las pensiones y el resto básicamente por las remesas, apuntó Gray.

    «Dos de cada tres empleos se crearon en el sector servicios, que es muy sensible a la desaceleración, que ya lleva cinco años, más dos años de contracción económica en Latinoamérica», sostuvo.

    Una «coalición keynesiana no es suficiente», acotó, ante el nuevo escenario en el que se puede perder el 30 % de los 94 millones de latinoamericanos que salieron de la pobreza, por lo que necesita «un nuevo consenso que contemple los empleos, la protección social, la paridad de genero, la calificación laboral, porque más de lo mismo ha probado que no rinde lo mismo».

    Diputados del Parlamento Latinoamericano participan en la presentación del Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016, en la sede del Parlatino en Ciudad de Panamá (Panamá). Foto: EFE
    Diputados del Parlamento Latinoamericano participan en la presentación del Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016, en la sede del Parlatino en Ciudad de Panamá (Panamá). Foto: EFE
  • Irina Maslennikova: ‘En esta coyuntura se necesita colaboración entre empresas’

    Pedro Maldonado (I)

    Irina Maslennikova, gerenta y Vicepresidenta Regional para Xerox Latinoamérica (Ecuador, Perú, Argentina y Chile), realizó su primera visita oficial a Ecuador. Ella habla sobre los desafíos ante la desaceleración económica que se siente en la región.

    La situación económica del Ecuador es complicada. Estamos en una desaceleración y con inquietud para lo que queda del 2015 y para el 2016. ¿Existen oportunidades en el mercado ecuatoriano en la actual coyuntura económica?

    No se puede negar que los tiempos actuales no son los mejores para le economía ecuatoriana. Sin embargo, hay que saber aprovechar épocas como esta y verla como una oportunidad, en vez de una amenaza. Para superar las adversidades se necesita creatividad y gente comprometida en crear y desarrollar soluciones. Durante mis años de trabajo, he podido observar que si juntamos trabajo en equipo, con una buena estrategia y con creatividad para desarrollarla, el resultado va a ser el éxito. Este trabajo en equipo no se refiere únicamente a hacerlo dentro de las empresas, también comprende la necesidad de colaboración entre empresas del mismo o de distintos sectores, que puedan contribuir al trabajo de las otras. Lo importante, finalmente, es comprender que la salida de los problemas económicos depende de todos y nos favorece a todos. Una de acciones prometedoras en Ecuador específicamente es el proyecto de Ley de Alianzas Público-Privadas. Nosotros en Xerox tenemos ganas de contribuir al acercamiento y la interacción productiva entre los sectores público y privado por beneficio del país.

    Como está la situación ahora en el país, Xerox tiene frente a sus ojos una gran oportunidad de explotar el mercado de servicios. Si una empresa, sin importar su tamaño, ya tiene maquinaria Xerox, es evidente que no va a comprar una nueva. Ahí intervenimos y ofrecemos consultoría y aplicaciones para repotenciar esos equipos. Nuestra propuesta no es la de reducción de precios, sino la concientización de la optimización de recursos.

    ¿Para usted cuáles son las fortalezas y debilidades del mercado ecuatoriano, analizando desde el segmento en el que participa Xerox?

    El mercado ecuatoriano está lleno de fortalezas, ya que es un país en el que aún no se han realizado o incorporado muchas innovaciones, por lo que existe la oportunidad de introducir cosas nuevas al mercado. En Ecuador queda aún mucho por innovar, por crear, por introducir al mercado y esto es una fortaleza para el segmento en el que participa Xerox. Nuestra idea, como corporación, es seguir incorporando en esta región los avances que ya hemos tenido en otras partes del mundo. Por ejemplo, para nosotros, en este momento, la principal fortaleza que debemos aprovechar es que las empresas están buscando formas de optimizar sus recursos y de reducir los gastos, y es justamente ahí, donde nosotros podemos intervenir con nuestras aplicaciones.

    Los analistas y los organismo multilaterales indican que el crecimiento de América Latina se frenó, luego de cerca de una década de indicadores favorables. ¿Cómo califica usted a la región?

    Para nosotros, Latinoamérica es muy importante por el potencial que representa. A pesar de que la situación que enfrentan varios países de la región no es la mejor, es un mercado que ofrece muchas oportunidades de desarrollo y además, siempre hay que recordar que por más problemas que existan, no desaparece nunca por completo el mercado. América Latina ha tenido históricamente varios factores adversos para el desarrollo del mercado, ya sea por temas políticos, económicos, territoriales, etc., pero siempre ha sido una de las regiones con mayor posibilidad de crecimiento para las corporaciones. La región está un poco detrás de Estados Unidos, pero justamente por eso hay muchas oportunidades, porque se puede replicar casos de éxito de manera más focalizada en los países.

    ¿Para usted cuáles son los mercados de la región con mayor potencial?

    Cada país de la región tiene potencial de crecimiento en diferentes segmentos. No podemos dejar de señalar el excelente momento de la economía chilena, ya que de momento es la más estable del cono sur. Sin embargo, existen otros países como Perú, cuya economía se está desarrollando a muy buen paso. Actualmente, por las condiciones económicas y políticas, creo que hay dos mercados en Latinoamérica que presentan características semejantes: Ecuador y Argentina. Hemos asumido a estos dos países como un reto y una oportunidad de nuevas creaciones e incursiones en áreas que no se habían desarrollado antes localmente. Esperamos en un mediano plazo, haber podido aprovechar este momento de la región para consolidarnos y estabilizar nuestro segmento de mercado en cada uno de los países.

    ¿Desde la visión de Xerox, qué desafíos encara América Latina?

    El principal desafío que deben enfrentar ahora los países de Latinoamérica es repotenciar su economía y sus mercados. Esta región tiene mucho por crecer y la forma de hacerlo, en tiempos como los actuales, es motivando a los recursos, el capital y el personal interno. Es decir, esta es la oportunidad que América Latina necesitaba para crear soluciones y aplicaciones propias. Esta innovación y necesidad de creatividad van a convertirse en el inicio del resurgimiento de la economía y, con ello, la reintegración como mercado fuerte de esta región en el panorama mundial. Los países latinoamericanos tienen mercados muy similares en muchos aspectos. Es por esto que se debería aprovechar esta condición para proyectarse en conjunto. Además, esto representa una ventaja, ya que pueden apoyarse unos a otros e ir aprendiendo de las experiencias de los países vecinos.

    Irina Maslennikova, gerenta y Vicepresidenta Regional para Xerox Latinoamérica realizó su primera visita oficial a Ecuador. Foto: Cortesía.
    Irina Maslennikova, gerenta y Vicepresidenta Regional para Xerox Latinoamérica realizó su primera visita oficial a Ecuador. Foto: Cortesía.
  • Antonio Huertas: ‘Ecuador necesita innovar en seguros’

    Redacción Quito

    Antonio Huertas, el presidente mundial de Grupo Mapfre analiza el mercado de los seguros en la región. La firma cuenta con 19 filiales en Latinoamérica.

    El anfitrión recorrió los pasillos. Del subsuelo, al tercer piso, y a la terraza. La inversión de USD 1,4 millones que hizo Mapfre-Atlas, para edificar su nueva matriz regional, en Quito, se presentó al público. Antonio Huertas, el novel presidente de Grupo Mapfre, una firma con presencia en 46 países, conversó con LÍDERES. Las cifras que el ejecutivo muestra sobre la firma plantean un escenario alentador.

    ¿Cuál es la perspectiva de la industria de los seguros en la región?

    El informe realizado por Fundación Mapfre, sobre el mercado asegurador en Latinoamérica, determinó que en el 2010 se registró un crecimiento del 7,5%. Esto, frente a un 7,2% alcanzado en el 2009. El resultado se genera por acciones adoptadas, como la implementación de seguros obligatorios, en varios segmentos de la actividad económica. Mapfre, de naturaleza española, volcó su mirada al otro lado del Atlántico, a mediados de los ochenta. Argentina, Brasil, Colombia… fueron los destinos. Actualmente, contamos con sedes en 19 países de la región. Mapfre se situó en el 2010 como el segundo grupo asegurador global de Latinoamérica, por volumen de primas.

    ¿Cuál es la perspectiva del mercado ecuatoriano para el Grupo Mapfre?

    Ecuador es un mercado emergente para la industria de los seguros. La industria local necesita innovar en cuanto a productos y servicios para la gente común. Las pólizas de vida individual, para la familia, seguros de salud más completos, seguros particulares para vehículos, entre otros, son nichos de crecimiento. Las alianzas estratégicas para consolidar Mapfre-Atlas (en Ecuador), complementan la proyección hacia el servicio corporativo con los servicios a la gente. En el informe mencionado se indica que Ecuador alcanzó los 834 millones de euros (USD 1 000 millones), en cuanto al volumen de primas. De la cifra, las primas de seguros de vida muestran un crecimiento del 22,1%; respecto al ejercicio del 2009. El año anterior, la filial ecuatoriana alcanzó una facturación promedio de USD 45 millones.

    Una resolución de la Junta Bancaria determina que los bancos privados ecuatorianos, no deben poseer participación en otro tipo de actividades financieras. ¿Aquello les motiva a incrementar sus inversiones en el país?

    Respetamos las decisiones de sus autoridades y estamos convencidos de que apuntan al desarrollo de su sistema financiero. El ímpetu por ampliar nuestra participación en el mercado viene de la mano del interés por mejorar la competitividad de la industria local. Con casi 80 años de trabajo en seguros y cerca de 35 000 funcionarios a escala mundial, creemos contar con la experiencia necesaria para encaminar el cambio. Este apunta a generar empresas más enfocadas a las necesidades actuales de las personas, sin descuidar a los clientes empresariales.

    ¿Enfocarse en la región es una salida a la crisis europea?

    La crisis española no nos afecta. No estamos inmersos en esas afectaciones, pues no somos una entidad bancaria.

  • ‘No hay una valoración real de lo que el Ecuador necesita’, dice Pablo Dávila

    Santiago Ayala Sarmiento / Redacción Quito

    Las diferencias entre el Gobierno y los sectores empresariales, al parecer, se mantienen, aunque tampoco ha llegado la confrontación registrada en el 2008, cuando los delegados del sector privado dejaron entidades estratégicas en el Consejo de Comercio Exterior e Inversiones (Comexi) y en la Corporación Aduanera Ecuatoriana (CAE). Además, en ese año se aprobaron leyes trascendentales como la que eliminó la tercerización laboral. Desde allí hasta acá, los cambios en las normativas se han mantenido. Y aunque en varias ocasiones el sector empresarial ha tratado de compartir su malestar con las autoridades, los resultados han sido bastante limitados.

    Ahora, la Cámara de Industrias y Producción hace un nuevo esfuerzo por hacerse sentir. La semana pasada presentó la publicación ‘Yo te propongo Ecuador. Políticas públicas para un desarrollo sostenible’, que recoge un diagnóstico, análisis y propuestas sobre las políticas públicas. El titular del gremio, Pablo Dávila, reflexiona sobre el alcance real que puedan tener estas hipótesis y tesis.

    ¿Se han repetido las diferencias con el Gobierno como las registradas en el 2008?

    Últimamente no.

    ¿Qué le hace pensar que esta publicación va a tener cabida dentro del actual Régimen?

    La valoración interna que hacemos en la Cámara no está dada en función de que el Gobierno o las futuras autoridades lo vayan a tomar en cuenta. Está más bien fundamentada en la responsabilidad que tenemos como actores sociales de dejar un testimonio y un aporte al proceso de discusión de políticas públicas. Indudablemente, los años que han pasado nos han dejado algunos sinsabores en la relación con las autoridades públicas, y, en otros casos, hemos logrado concretar algunos temas. Claro, las concresiones han sido menores que los problemas que hemos tenido en aportar a la definición de políticas públicas. Sin embargo, la otra alternativa que quedaría es no hacer nada o no presentar nada, y en ese contexto, estimo que hay que dejar sentada una posición, por responsabilidad con el país. El día de mañana podrá pasar cualquier cosa, pero nuestra institución habrá dejado nuevamente un testimonio claro de cuál es su punto de vista y habrá planteado cosas constructivas.

    En las pocas ocasiones que ha tratado de posicionar los temas empresariales, el Régimen ha sido indiferente. ¿Hoy es diferente?

    Ha sido frustrante el hecho de que al principio no teníamos una relación de confianza mutua, porque no se permitía construir políticas públicas con el aporte del sector privado. Pienso que sí han ido cambiando los temas paulatinamente, aunque no como nosotros quisiéramos. Hay algunos sectores de la administración pública que han reconocido la necesidad de contar con un aporte y una opinión del sector privado, mientras que hay otros a los que no les interesa. Debo reconocer que en el último año incluso hemos tenido la capacidad de llegar al Presidente de la República, algo que hubiera sido muy difícil de conseguir hace dos años; sin embargo, esta interlocución necesariamente tiene que materializarse en instrumentos regulatorios y de gestión pública que evidencien esa realidad que conoce y practica el sector privado.

    Ese acercamiento al cual usted se refiere es percibida desde varios sectores como una débil oposición gremial. En regímenes anteriores al actual, la participación y protesta empresarial era mucho más activa.

    Es una percepción equivocada. Las cámaras de la producción no pueden ser valoradas como actores de proselitismo político. Si es que hay actores de la sociedad que esperan en las cámaras y en nosotros, sus representantes, que nos convirtamos en una voz de oposición en la contienda política, eso, desde mi punto de vista, deslegitima la esencia de un gremio.

    Nosotros somos actores políticos, que es diferente, y como tales nos corresponde dar una opinión y generar criterio a través de bases técnicas, respecto de las políticas públicas que inciden en la producción. Puede ser que a ciertos funcionarios o autoridades públicas les guste o no les guste, eso no nos importa, a nosotros lo que nos corresponde es dar una opinión y un punto de vista de todos aquellos principios que rigen la actividad y el manejo de la cosa pública en el país.

    ¿Usted habla de una madurez empresarial, al mantenerse alejados de la política?

    Sí, es un proceso de maduración importante, porque los gremios somos entidades de representación empresarial y a eso tenemos que dedicar todo nuestro tiempo y esfuerzo.

    ¿Por qué ‘Yo te propongo’?

    Es una propuesta para la discusión. En la actual coyuntura política, desafortunadamente la discusión de las políticas públicas está plagada de ofertas que pueden caer en el campo del populismo, donde no hay realmente una valoración objetiva y estricta de lo que el país necesita para desarrollarse. Entonces, hemos dicho, en lugar de cuestionar y criticar, vamos a hacer una propuesta directa y decirles a los candidatos “a ver, este es el planteamiento institucional, qué es lo que usted opina de estos temas?”, de tal manera que no se diga que no hay propuestas de por medio.

    En estas propuestas, ustedes plantean una reducción de la jornada laboral. ¿Cuál sería el objetivo de aplicar una medida así?

    No proponemos estrictamente la reducción de la jornada laboral, lo que se queremos es que se la dé dinamismo y modernización. Es decir, mantengamos la jornada total de 40 horas semanales, pero demos la posibilidad de que se distribuyan de forma diferente, de tal manera que podamos un día trabajar cinco o seis horas, y otro día se pueda compensar trabajando algunas horas adicionales.

    El hecho es que van apareciendo nuevas modalidades contractuales, nuevas formas de relacionarse entre empleadores y trabajadores; entonces, en este sentido, nosotros creemos que el Código de Trabajo tiene que evolucionar y tiene que reconocer esta situación.

    También creen que los mercados deben abrirse para que entren nuevos actores, incluso desde otros países. ¿Eso no es contradictorio con el hecho de maximizar las ganancias?

    No se trata de tener 1 000 empresas en el Ecuador, porque el tamaño de nuestra economía, las capacidades de nuestras empresas y el hábito de consumo de los ecuatorianos no permite generar esa dinámica. Lo que necesitamos son empresas fuertes que compitan con empresas fuertes para que esto redunde en un beneficio al consumidor. Evidentemente, todo el mundo quiere vender, crecer y hacer negocios, pero un mercado de 14 millones de ecuatorianos está bien para cierto nivel de empresas. Si queremos atraer importante inversión extranjera necesitamos abrir los mercados y nuestro país tiene que convertirse en una puerta de entrada a la región.

    Pero esta propuesta siempre ha quedado ahí. ¿No será que hay empresas o grupos empresariales que no quieren que entre competencia porque están ganando muy bien?

    Los grandes grupos empresariales ecuatorianos son un ejemplo de crecimiento y creo que están en posibilidades de competir. Además, siempre apoyamos la Ley del Control del Poder del Mercado.

    ABOGADO CON EXPERIENCIA ACADÉMICA

    • La formación. Abogado graduado en la PUCE, máster en Gestión Ambiental (España), especialista en Derecho Administrativo (Universidad Andina Simón Bolívar).
    • En el sector privado.   Ex Director Jurídico de la Cámara de Industrias.
    • Negociación internacional. Comisiones de negociación para renovar las preferencias arancelarias (Atpdea, por sus siglas en inglés) con EE.UU.

  • La región necesita nuevas tecnologías en hidrocarburos

    Montevideo / EFE

    América Latina y el Caribe son una región «llena de oportunidades» en el tema del petróleo y el gas, pero «necesita nuevas tecnologías» para explotar mejor esos recursos, afirmó el presidente del Consejo directivo de Arpel, el colombiano Óscar Villadiego.

    El experto estimó que también es importante «mejorar» el tipo de petróleo que se produce.

    La Asociación Regional de Empresas del Sector Petróleo, Gas y Biocombustibles en Latinoamérica y el Caribe (Arpel) desarrolló la semana pasada en la ciudad de Punta del Este su conferencia bianual para analizar la realidad regional.

    La mayoría de los países de América Latina y el Caribe está «impulsando» rondas de negocios, contratos y participaciones, para «fomentar» la actividad del petróleo y el gas. Esa realidad «debe ir asociada» a una mejora de la tecnología y «aliada con mejores prácticas operativas y de responsabilidad social», agregó.

    Arpel agrupa a unas 30 empresas tanto estatales como privadas, que reúnen el 90% del negocio regional; algunas de ellas, propiedad de firmas petroleras de EE.UU. y Europa. El objetivo general de la Asociación es «buscar el crecimiento de la red de conocimientos, compartir experiencias y respaldar avances comunes de beneficio para las partes».

    El directivo destacó que Arpel «es una asociación que actúa en negocios, asociaciones e intercambio de conocimientos. No en temas políticos». Por ello, no hizo evaluaciones sobre las recientes nacionalizaciones de algunas empresas petroleras por parte de gobiernos de la región o la influencia de los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela, uno de los principales productores de petróleo en Latinoamérica.

    Arpel fue creada hace 48 años y «siempre ha estado por encima» de las políticas o ideologías de los gobiernos, de discusiones o confrontaciones bilaterales porque «lo que se trata en su interior son temas de la industria en general», afirmó Villadiego.

    El encuentro de Punta del Este se desarrolló bajo el lema: ‘Transformación sostenible con liderazgo responsable’. Expertos de varios países analizaron temas de exploración y producción.

    30 empresas forman parte de la Asociación Regional