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  • En Tierra Negra difunde la cultura afro

    Marcel Bonilla

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    Cinco negocios de artesanías afroesmeraldeñas, ubicados el en centro comercial de artesanías Tierra Negra, contribuyen a la difusión de la cultura con sus trabajos elaborados en guadúa, coco y una variedad de semillas propias de la provincia.

    Entre las artesanías que se ofrecen en este espacio cultural y turístico, se encuentran réplicas de instrumentos tradicionales de la música ancestral esmeraldeña como el bombo, marimbas, cununos, guasá, maracas y cuadros pintados con detalles afros.

    El centro comercial de artesanías Tierra Negra está ubicado junto a la plaza cívica Nelson Estupiñán Bass. En estos negocios se exhiben pequeñas marimbas, tambores, bombos, cununos y maracas.

    En las paredes del lugar, los visitantes pueden apreciar los trabajos realizados en damagua, una fibra que se cosecha en el norte de Esmeraldas, sobre la que pintan figuras afros danzando o en una de sus faenas de campo.

    El centro de artesanías afro se construyó hace tres años, con la intención de exponer el arte y la cultura de los afroesmeraldeños, que dedican tiempo a la elaboración de estas artesanías.
    Con esta iniciativa además se hace énfasis en las características y rasgos africanos de los instrumentos tradicionales afroesmeraldeños, que fortalecen la música ancestral como la marimba y el andarele.

    La producción de los artesanos se comercializa en el centro Tierra Negra y también en Atacames. “Tengo un promedio de ventas de hasta USD 600 al mes, pero eso puede mejorar con la visita de los turistas que aman nuestro trabajo”, dice Adison Güisamano, propietario de uno de los negocios.

    Güisamano, que es antropólogo de profesión, explica que el trabajo que realizan en el centro, no debería ser visto solo desde el punto de vista comercial, sino que debe valorarse como un aporte a la cultura ecuatoriana.

    Quienes venden instrumentos musicales (artesanías), conocen de percusión ancestral y muestran cómo tocar una de las piezas tradicionales como la Caderona, en las pequeñas marimbas.

    En sus trabajos se precisan técnicas de construcción y interpretación de los instrumentos como el bombo, que los convierte en íconos.

    Los turistas que adquieren las artesanías reciben una explicación del uso del bombo, cununo y guasá, que son utilizados en las fiestas religiosas de la población afroesmeraldeña. “Damos a conocer nuestro proceso histórico, que aportan a la realidad multicultural del país”, explica el antropólogo Güisamano.

    Xavier Valencia, antropólogo, artesano y presidente de la agrupación Mandagua, cree que a través de la venta de artesanías también se ha promovido el diálogo intercultural y la promoción al respeto a la diversidad.

    En su caso, promueve el conocimiento de los asentamientos del pueblo afro en Esmeraldas, y por medio de sus cuadros pintados al óleo, explica el significado de la escritura de los pueblos africanos.

    Para los artesanos del centro comercial Tierra Negra, el trabajo artesanal también es una forma de fortalecer los procesos etno-educativos multiculturales de los afrodescendientes, mediante la enseñanza.

    “Los instrumentos musicales tradicionales son los voceros de una cultura, por eso, por medio de las artesanías, damos a conocer a los turistas la importancia de nuestra cultura”, señala Erick Ortiz, administrado de uno de los locales de artesanías.

    La venta de sus productos en este espacio ha sido una fuente de ingresos para los artesanos de Atacames, que se han organizados en cinco asociaciones, desde donde se promueve el conocimiento de una parte de la cultura de los esmeraldeños.

    Aunque la rentabilidad de los negocios de artesanía no es alta, con las ventas de sus trabajos, los artesanos pueden volver a comprar materia prima como damagua, semillas, clavos, piolas, barniz y laca para sus artesanías.

    El centro artesanal

    Los negocios  La venta de artesanías se ha fortalecido en los balnearios de Atacames y Esmeraldas con la presencia de turistas, que gustan de cuadros afros pintados en damagua.

    Objetivos  Los dueños de los negocios en este centro persiguen la conservación del patrimonio cultural a través de sus trabajos artesanales.

    La difusión  Con los municipios de la provincia se coordina la promoción de muestras artesanales en ferias cantonales de artesanos para difundir los trabajos.

    Karina Aguirre es una de las artesanas que vende réplicas de instrumentos musicales. Fotos: Marcel Bonilla /Líderes
    Karina Aguirre es una de las artesanas que vende réplicas de instrumentos musicales. Fotos: Marcel Bonilla /Líderes
  • Una apasionada del misterio y de la novela negra

    Alexander García  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Si alguien quiere leer algo verdaderamente “truculento y angustiante”, Virginia Lasio recomienda un libro como ‘Vestido de novia’ del escritor francés Pierre Lemaitre, ganador del prestigioso premio Goncourt 2013 y premio de Novela Negra Europea.

    La novela policíaca cuenta la historia de Sophie Duguet, quien comienza a perder objetos, olvida situaciones, es detenida en un supermercado por pequeños robos que no recuerda haber cometido, hasta que los cadáveres comienzan a acumularse a su alrededor.

    “Terminas con una psicosis con ese libro”, cuenta con una sonrisa Lasio, directora desde 2002 de la Escuela de Posgrado en Administración de Empresas (Espae), de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol). “Y te preguntas ‘¿por qué estás leyendo esto?’ Pero no puedes dejar de leer”.

    Es la clase de lectura que apasiona a la ingeniera mecánica, con una maestría y un doctorado en administración de empresas. El misterio y el ‘thriller’ de suspenso están entre los géneros predilectos de quien además es profesora de comportamiento organizacional, y desde hace seis años una voraz lectora de novela negra o policíaca.

    Empezó leyendo la serie sobre el inspector Kurt Wallander, del escritor sueco Henning Mankell. Siguió con una serie de novelas sobre detectives que llegaban desde los países nórdicos, como la trilogía de Stieg Larsson, hasta autores franceses como el propio Lemaitre y Fred Vargas, creadora del comisario Adamsberg, un policía sin verdadero método de investigación. También, destaca a la española Rosa Ribas.

    “En la novela negra encuentro una forma de desconexión, de inmersión en un mundo totalmente diferente a lo que uno vive todos los días”, explica Lasio, que pondera el género como una fuente de placer, entretenimiento y descanso. “Y es una concentración que no requiere de grandes esfuerzos, a pesar de que estás siempre buscando cuál es el desenlace y quién es realmente el criminal”.

    Los detectives literarios han saltado al cine y a la televisión (el inspector Wallander tiene su propia serie en el canal Film&arts, por ejemplo), y Lasio gusta de comparar los libros que ella imaginó con la nueva materialidad que les otorga el audiovisual.

    El misterio atraviesa otros intereses de la académica, que se declara seguidora del francés Patrick Modiano, premio Goncourt y premio Nobel de Literatura, en el que según dice el suspenso subyace de las búsquedas “internas y angustiantes” que emprenden sus personajes, en pos de su pasado. En el argentino Adolfo Bioy Casares, otro de los autores que la apasionan, lo misterioso se manifiesta en lo fantástico, dice.

    La oficina de la decana luce llena de libros que ya no entran en una estantería atiborrada, otros títulos están sobre su escritorio y en una mesa entre carpetas. En su casa tiene otro tanto. También, títulos sobre administración y educación. Pero ha renunciado a engrandecer su colección, y una vez que las termina suele dejar muchas de las novelas en su trabajo para que alguien más las lea.

    Virginia Lasio es una adepta a la novela policiaca desde hace seis años. Foto: Enrique Pesantes / Líderes
    Virginia Lasio es una adepta a la novela policiaca desde hace seis años. Foto: Enrique Pesantes / Líderes
  • La pimienta negra llega al mercado alemán

    Redacción Quito

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    En el 2008, Sebastián Flores retomó el negocio familiar: la empresa TrueFlavor. Esta firma se dedica a la producción y a la comercialización de pimienta negra. El 2001, su familia invirtió USD 250 000 en la compra de 10 hectáreas en Santo Domingo de los Tsáchilas, rubro que también incluyó la adquisición de las plantas de pimienta, tratamiento de tierra, maquinaria, entre otros aspectos.

    En esa época, la compañía -debido a la sobreoferta de la pimienta negra en grano en el mercado nacional- perdió entre USD 20 000 y 30 000 anuales, dice Sebastián Flores, gerente de TrueFlavor.

    Cuando retomó las riendas del negocio, el ejecutivo recuerda que presentó y comercializó la especia a empresas locales, especialmente en Santo Domingo de los Tsáchilas, su principal mercado. Desde entonces, la firma produce en promedio 180 toneladas al año.

    En el 2014, exportó el producto hacia Alemania, y en lo que va del 2015, realiza acercamientos y negociaciones con firmas en Perú. Hasta la fecha, la pimienta negra de TrueFlavor envía al país europeo (de julio a enero), un promedio de 15 toneladas por mes.

    El precio por kg es de USD 8,50 y por tonelada es USD 8 500, menciona el empresario. Con este aval de aceptación de la especia ecuatoriana, la firma tuvo como objetivo implementar estrategias de posicionamiento tanto en el interior como al exterior del Ecuador.

    Para el mercado local, ofreció la pimienta negra en grano a centros de acopios y distribuidoras, mientras que para consolidarse en Alemania, trabajó en el proceso de producción con estándares de calidad, desde el cultivo hasta la limpieza y secado.

    En los mercados externos, como el alemán, la pimienta negra debe cumplir con una densidad inferior de 500 gramos.

    Guillermo Montúfar adquiere desde hace ocho años la materia prima para procesar condimentos en el Ecuador. Manifiesta que asesoró a TrueFlavor en parámetros técnicos, para mejorar la eficacia del producto. A su vez, resalta que también fue un vínculo para que este negocio familiar concretara negociaciones con una firma alemana. Con este incentivo, TrueFlavor mejora constantemente el proceso de la pimienta negra, que consiste en desgranar la semilla, secarla a gas -para obtener el color negro- y la limpieza. El proceso productivo dura dos días por cada lote, en especial entre julio a enero, meses idóneos para el cultivo de este producto.

    En cuanto a la mano de obra, entre 25 y 40 personas se dedican a esta labor diariamente.
    Para el 2015, la firma quiere posicionarse como una plantación orgánica, por lo que invirtió USD 20 000 en tecnología, incluido un sistema de riego que hidrata al cultivo de manera periódica.

    De enero a abril de este año, TrueFlavor facturó USD 120 000.

    Flores menciona que este año otra de las metas es exportar hacia nuevos mercados, por esta razón las constantes mejoras en la empresa en maquinaria y mano de obra ayudarán al cultivo de la pimienta negra en grano.

    La Exportación

    La planta. Un estudio publicado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación) señala que la pimienta negra es una especia de la familia de las piperáceas, y es originaria de la India.

    Productores. Los principales países son India, Malasia, Indonesia, Singapur y Brasil.
    El proceso. La pimienta negra se seca al sol o en secadores de aire caliente estático, llegando a una humedad final del 12%.

    Víctor Andrade cosecha pimienta negra en la empresa TrueFlavor, ubicada en Santo Domingo de los Tsáchilas. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES.
    Víctor Andrade cosecha pimienta negra en la empresa TrueFlavor, ubicada en Santo Domingo de los Tsáchilas. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES.