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  • Catalina Gómez empuja al artista en Ecuador y Nueva York

    Ivanna Zauzich

    La parte más difícil de emigrar es abandonar las costumbres, amigos y cotidianidad del país de origen. Sin embargo, esa experiencia puede brindar otras oportunidades de crecimiento.

    Así lo asumió Catalina Gómez (agosto de 1975) quien partió con sus padres y cinco hermanos a Nueva York (EE.UU.) cuando tenía 18 años. En esa ciudad estudió Contabilidad y Finanzas con una Licenciatura en Ciencias de la Computación en The City University of New York (Cuny).

    Después de trabajar en empresas privadas, el año pasado emprendió un proyecto para dar un espacio a los pintores, cineastas, diseñadores y escritores ecuatorianos para que presenten sus creaciones y den a conocer sus tendencias. Esto lo hace a través del magazine L’escalier (www.lescaliermag.com), cuya edición impresa se reparte sin costo en boutiques, librerías, galerías de arte y centros artesanales en Ecuador.

    En esta publicación, los artistas promocionan sin costo su trabajo. También busca que estos profesionales se agremien, desarrollen estrategias, expongan y muestren su creatividad al mundo.

    En la oficina de Nueva York, esta cuencana coordina la publicación, que también trata temas de concienciación ambiental, reflexiones políticas, entre otros aspectos. Esta cuencana evidencia en sus actos ser una perfeccionista, asume el control cuando va a ser fotografiada y no deja al azar ningún detalle durante una entrevista.

    Ese carácter fuerte es una de las cosas que recuerda su amiga de la juventud, Diana Carchipulla. Además resalta que Gómez es perseverante, confiable, y aunque parece seria, tiene sentido del humor. «Con todas estas cualidades fue una guía y ejemplo para sus cinco hermanos menores».

    Desde que era niña, esta profesional demostró ser dinámica y con visión sobre el futuro, recuerda otra amiga, Inés Luzuriaga. Desde esos años era optimista y se proyectaba como una persona de mente abierta, con ganas de cambiar el mundo. En el colegio, recuerda Luzuriaga, era participativa, colaboradora y querida entre sus compañeros.

    Esta percepción no dista mucho de lo que se ve en el muro de Facebook de esta cuencana. Allí comparte mensajes para el cuidado del medioambiente, críticas al maltrato animal, apoyo a la liberación femenina y la conquista de los derechos, así como fotos escalando montañas y recorriendo paisajes naturales como playas, selvas, nevados… Una de las cosas que más valora Gómez es la riqueza natural que existe en Ecuador, donde se encuentran diferentes climas a menos de 100 kilómetros distancia.

    Sin embargo, esta emprendedora no se queja de su cotidianidad en Nueva York. Desde su oficina, en un segundo piso, se conecta a Skype para comunicarse con las 12 personas que trabajan en L’escalier, en Cuenca.

    Esa dinámica entre trabajo y oficina no es nueva, ya que por más de 15 años trabajó en el sector financiero estadounidense. Angel Solís, gerente general de Austro Financial Services en Nueva York, conoce la trayectoria de esta azuaya y destaca su capacidad, colaboración y espíritu de superación. Agrega que en lo personal es amable, honesta y con ganas de aportar a la sociedad.

    Léscalier es el legado de esta mujer pujante que, aunque se desarrolló en el mundo financiero en firmas como WJB Capital Group, en su interior lleva una artista. Ahora quiere colaborar mediante este espacio para que poetas, pintores, cineastas y más artistas den a conocer su trabajo y se proyecten en el mercado, explica el diseñador de modas Daniel Crespo.

    La inversión para L’escalier bordeó los USD 40 000, y fue una apuesta de Gómez. Ella dejó su trabajo en el mundo financiero porque identificó que después de la crisis que experimentó EE.UU. en el 2008, ese sector decreció. Esa coyuntura le dio la fuerza que necesitaba para iniciar este proyecto que busca impulsar una cultura artística en Ecuador.

    Con 1,60 de estatura, sus perspectivas son altas. Espera que esta iniciativa estimule a los artistas de todas las áreas a superarse y seguir trabajando en lo suyo. Cuando ella especifica quiénes están en este ámbito, no duda en mencionar a magos, escapistas, chefs, modelos, payasos y cualquiera que demuestre una habilidad.

    Para la diseñadora gráfica Carolina Jaramillo, L’escalier es un espacio positivo para Ecuador. En otros países como Argentina, Brasil y Uruguay hay proyectos similares para construir una cultura que impulse la creatividad. «Es lo que faltaba en el país».

    Diana Carchipulla recuerda que esta emprendedora era selectiva con sus amistades. Hoy mantiene esa política, ya que en Facebook tiene 72 contactos, con algunos ha mantenido el contacto por 20 años. Sus gustos por la gastronomía cuencana también están intactos, al igual que sus amistades. Disfruta con el mismo gusto el cuy, el mote sucio, el choclo con queso, las cascaritas (cuero de cerdo horneado) y otros platos típicos del sur del Ecuador. «Soy 100% cuencana y me siento orgullosa de mis raíces».

    La fotografía es otra de sus aficiones. Cada vez que mira una imagen que impacta, la captura y la sube a su muro para compartirla. Las fotos más recurrentes son paisajes y estructuras arquitectónicas como edificios, túneles y puentes.

    Ella no ha recibido cursos, pero se describe como inquieta, y cuando algo le interesa, aprende al respecto. También busca el lado positivo de cada cosa que sucede en su vida. Por ejemplo, de emigrar rescata las oportunidades educativas y los buenos amigos que ha hecho en EE.UU.

    Empuja al artista en Ecuador y Estados Unidos

    La primaria. Estudió en la Escuela 3 de Noviembre.

    La secundaria.  Cursó en el Colegió Asunción, donde se graduó con especialidad en física matemática, en 1994.

    Autodidacta.  Es inquieta y aprende sobre lo que le interesa, como fotografía, arte y literatura.

    www.lescaliermag.com

  • Un avión de largo recorrido se suma a la flota de Tame

    Redacción Quito

    El titular de Tame, Rafael Farías, recibió la nueva adquisición de la aerolínea. Un Airbus A330 llegó a Guayaquil, procedende de Francia, el martes pasado. Hizo un vuelo de más de 11 horas, demostrando la capacidad para rutas de largo aliento que tiene.

    La empresa de bandera ecuatoriana, con esta nave, suma una flota de 17 aviones (tres ATR, para las rutas nacionales, los 10 Airbus y los cuatro Embraer, para la conectividad latinoamericana).

    El avión se adquirió mediante leasing (arrendamiento) directo a la fábrica. Farías no revela el monto de la negociación, pero dice que el contrato es para cinco años. Lo que sí cuenta es la inversión de USD 6 millones por el entrenamiento que da Airbus, la certificación en EE.UU y la apertura de la ruta a Nueva York.

    Ahora esperan que la flota de Airbus sea certificada por la autoridad aeronaútica de Estados Unidos y esto puede tardar hasta septiembre. Los únicos anuncios de momento es que volarán seis veces por semana hasta Nueva York y que en temporada alta, siete veces. El precio promocional de la clase económica estará en USD 699, ida y vuelta, y queda por definir el precio de la cabina de business.

    Farías también habla del aporte a la exportación del país. El avión puede llevar de 12 00 a 15 000 kilos por vuelo y al llegar al aeropuerto J.F. Kennedy hay conexión con todo el mundo.