La inteligencia artificial, la automatización y la robótica darán lugar a una pérdida de empleos, en la medida que las competencias se volverán obsoletas. Sin embargo, estos mismos avances tecnológicos, junto a la ecologización de las economías, también crearán millones de empleos, si se aprovechan las nuevas oportunidades.
Esa es la principal conclusión de los diálogos dentro de la Comisión Mundial del Futuro del Trabajo. El grumo emitió un informe realizado a lo largo de 15 meses por sus 27 miembros; está constituido por personalidades del mundo empresarial, laboral, académico, gobierno, entre otros.
“El mundo del trabajo experimenta grandes cambios que crean numerosas oportunidades para más y mejores empleos. Pero los gobiernos, los sindicatos y los empleadores necesitan estar juntos a fin de hacer que las economías y los mercados laborales sean más inclusivos. Este tipo de diálogo social puede contribuir a que la globalización nos beneficie a todos”, declaró el rimer Ministro Sueco y copresidente de la Comisión Mundial, Stefan Löfven.
“Las cuestiones destacadas en este informe son relevantes para las personas en todas partes y para el planeta”, comentó el Director General de la OIT, Guy Ryder.
La OIT reúne a gobiernos, empleadores y trabajadores de todas las regiones del mundo.
El trabajo a través de aplicaciones móviles llegó impulsado por la tecnología. Foto: Crédito: Archivo / LÍDERES
Alberto Echavarría es directivo empresarial. Habla de cómo el sector privado debe enfrentar las transformaciones laborales de hoy. Además, asegura que debe haber mínimos de protección social para los trabajadores en nuevas modalidades contractuales.
¿Qué busca el sector empleador en América Latina, en la actualidad? Nosotros lo que buscamos, esencialmente, es que desde entidades mundiales, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), también tomen en cuenta la situación de las empresas como generadoras de empleo. Si no hay compañías que se sostengan en el tiempo no podrán generar los trabajos decentes que pregona OIT.
¿Qué se necesita que apliquen los Gobiernos para que existan empresas que generen empleos decentes? Es necesario el establecimiento de políticas de desarrollo productivo en los diferentes países.
¿Son necesarios cambios en cuanto a legislación laboral? En materia legislativa la tendencia general ha sido concentrarse en los puestos de trabajo muy estables. Hoy, la realidad mundial, ni siquiera de la región, muestra que hay formas atípicas de contratación. Además, los jóvenes están buscando una permanente modificación de sus expectativas de vida. Se necesitan facilidades que permitan nuevas prácticas laborales (‘freelance’, personal que colabora con aplicaciones de comida o transporte, entre otros).
¿Qué pasa con los derechos? Debe haber pisos de protección social que permitan que cualquier nueva modalidad garantice un mínimo de estabilidad.
¿Cuál es la realidad del trabajo en la región? Se está viviendo una transformación. La tecnología ha avanzado a tal nivel que está atravesando todo a través de la robótica, inteligencia artificial, Internet de las cosas, ‘blockchain’, etc. Eso ha generado formas disruptivas en el mundo del trabajo.
En este escenario, ¿qué competencias demanda el sector privado regional? Cada vez más, se necesitan personas polivalentes o multifuncionales, con capacidad de aprender y desaprender cosas que ya no se utilizan. A más de conocimiento sólido debe haber habilidades blandas vinculadas con comunicación, integración en la sociedad, desarrollo de procesos de forma simple. Todo eso debe estar a cargo de los institutos de capacitación de los países.
A propósito de ello, ¿cómo ve el empresariado de la región el esquema de formación dual, en el que institutos y compañías colaboran en la formación de mano de obra técnica para los países? Es un modelo traído de la experiencia alemana, suiza y austriaca. Permite no solamente aprender mientras se está en la etapa lectiva, sino que se instrumentaliza ese conocimiento en la parte práctica. Hay la posibilidad de permanecer en puestos de trabajo, es decir, es una alternativa para generar empleo. Es un nivel de formación adecuado, que debe ir de la mano de las habilidades blandas.
En un mundo en permanente transformación, ¿qué retos se debe enfrentar al aplicar este modelo en la región? Contar con capacidad para aprender, por parte de los estudiantes y tener también capacidad de enseñar, por los profesores. Hay que tomar en cuenta que la velocidad con la que se vienen generando los procesos de transformación tecnológica y laboral es demasiado rápida.
Durante la reunión regional de OIT en América Latina, en octubre, se expuso públicamente la necesidad de que los trabajadores bajo nuevos esquemas, como las plataformas tecnológicas de comida y transporte o ‘freelancers’, cuenten con una legislación que los proteja. Las organizaciones sindicales, particularmente, plantearon la necesidad de salarios más estableces y acceso a la seguridad social. Estas dicen que ahora, bajo las nuevas modalidades, se intenta romper la relación laboral formal.
Los aplicativos están ofreciendo nuevas alternativas de trabajo. Estos permiten que mucha gente que solo hallaba empleos en los que debía estar todo el día pueda alternar, educarse o hacer actividades de la vida diaria. Nosotros vemos eso como una gran oportunidad. Desde la perspectiva de la protección social debe haber mínimos establecidos, pero también tiene que haber una manera fácil de cumplir las disposiciones.
¿Por qué? Muchas veces las estructuras que tenemos en las legislaciones de los países de la región hacen que se tienda a un solo modelo de trabajo. Hay que facilitar el cumplimiento a través de la simplicidad y así dar protección.
¿Cual es el papel de los gobiernos en este escenario? Deben ser un impulsor de las transformaciones a través de la facilitación de procesos, para que la gente cumpla. En las economías de la región, cerca del 50% de las personas está en la informalidad. Ese es un fenómeno que excluye
¿Es necesario que los organismos como la OIT establezcan reglas más claras para el cumplimiento de derechos para los trabajos actuales y los que están apareciendo? Creo que la OIT debe jugar un papel importante en la orientación de las autoridades de los países de AméricaLatina. La idea es que puedan impulsar, asertivamente, a personas que ahora están por fuera del mundo formal. La mejor manera es simplificar los procesos y la tramitología.
Otra de las transformaciones que se ha generado es la aparición del teletrabajo. En la región, las empresas aún son reticentes a su aplicación. ¿Cómo ponerla en marcha y romper con esas barreras? Todo depende del trabajo. Hay algunos que deben hacerse en el sitio de la empresa, pero otros no. Además, en aquellos que se hacen en otro lugar puede haber control de las actividades. Sin embargo, el tema de la prevención de accidentes y enfermedades laborales es complejo cuando hablamos del teletrabajo. Otra alternativa a esa modalidad es que los empleados asistan a sitios físicos cerca de donde viven para que, sin desplazarse mucho tiempo, puedan desarrollar sus labores con las debidas protecciones.
¿Existen datos de cuántas personas trabajan bajo nuevas modalidades contractuales en América Latina? No todavía. Vemos que las empresas, cada vez más, están aprendiendo a utilizar distintas formas de contratación. ¿La razón? Encuentran en ello alternativas que le permiten ser eficientes y competitivos. Existen compañías, a escala global, que utilizan este tipo de estructuras. Las empresas latinoamericanas deben darse cuenta que de no comenzar a tomar en cuenta las nuevas metodologías y los cambios en el mundo del trabajo podrían enfrentar inconvenientes de perduración en el tiempo.
Alberto Echavarría ha desempeñado su profesión vinculado a empresas del sector financiero y productivo en Colombia. Fue miembro de la Sala de Revisión del Tribunal Disciplinario del Mercado de Valores de Colombia (AMV). Foto: Cortesía OIT
La Organización Internacional del trabajo (OIT) desarrollará un programa especial de acompañamiento para los países de América Latina, incluyendo Ecuador, impactados por la migraciónvenezolana.
Así lo indicó este 2 de octubre del 2018 el director de la entidad, Guy Ryder, previo a la inauguración de la XIX reunión regional americana de este organismo mundial.
Aunque el eje central del encuentro es el futuro del trabajo, el tema de la migración venezolana se tratará tanto en la plenaria como en las citas de gobiernos, empleadores y trabajadores.
La Reunión Regional se desarrollará desde este 2 de octubre hasta el 5 de octubre del 2018. Se espera la participación de 400 representantes, de 35 países, en el Centro de Convenciones de Atlapa de Ciudad de Panamá.
Mario Molina, delegado de Ecuador por parte de los trabajadores, indicó el pasado domingo 30 de septiembre que plantearán a la OIT que se genere alguna resolución que permita paliar el impacto, principalmente en materia salarial, de la llegada de trabajadores venezolanos.
El sindicalista aseguró que el ingreso de estas personas en el mercado laboral podría estar presionando a la baja los sueldos en ciertos sectores.
Ante estas preocupaciones Ryder indicó que todavía no se sabe si habrá alguna resolución, pero que “la OIT misma, independientemente de la reunión, está preparando un programa de acompañamiento para los países que están recibiendo trabajadores migrantes venezolanos para evitar, precisamente, problemas como los que se menciona”.
La idea es impedir que se mine las condiciones laborales tanto para estas personas como para los trabajadores de los países receptores.
Con relación a temas generales de América Latina, Ryder señaló que el empleo ha sido afectado por la desaceleración de la región. La tasa de desempleo en 2017 alcanzó 8,1%, mientras que cuatro años antes 6,1%.
A inicios de este año fue de 8,8% y la tendencia ha ido al alza. “La situación es preocupante. Además, enfrentamos el desafío de la informalidad, que es una condición compleja y heterogénea. Necesitamos políticas decisivas”.
Con relación al futuro del trabajo, el directivo explicó que, actualmente, el mundo del trabajo enfrenta cambios rápidos y profundos por la innovación tecnológica, los cambios demográficos, las modificaciones climáticas, la globalización, etc. OIT, en este marco, debe analizar cómo trabajar en estas condiciones; lo propio gobiernos, empleadores y trabajadores.
Para América Latina, además, un reto es reducir la desigualdad y la falta de acceso a la seguridad social. Más de la mitad de los trabajadores de la región no cotizan en ninguna entidad y tampoco están protegidos por los derechos laborales.
Guy Ryder revio a la inauguración de la XIX reunión regional americana de la Organización Internacional del trabajo (OIT). Foto: @OIT_AmerCentral
La Organización de Turismo del Caribe (CTO, por su sigla en inglés) reveló el jueves, 15 de febrero del 2018, que los huracanes que impactaron a varios países del área ralentizaron el turismo pero no lo llegaron a detener y en 2017 hubo 30 millones de llegadas a la zona.
El director de investigación de la CTO, con sede en Barbados, Ryan Skeete, indicó que dicho número de turistas representa un «récord«.
A su vez, los gastos de los turistas también registraron un hito al contribuir con USD 37 000 millones a las economías de los distintos países caribeños, lo que supone un aumento del 2,6% en relación a 2016.
La mayoría de los turistas a la zona llegaron procedentes de Estados Unidos con 14,9 millones de visitas a la zona, lo que supuso una subida del 0,5 % en relación al 2016, algo que achacó al crecimiento de la economía estadounidense y el bajo desempleo.
Los turistas de Canadá en la zona también registraron un incremento del 4,3%, tras bajar en 2016 un 3,1%.
Pero el mayor crecimiento vino de los turistas europeos que aumentaron un 6,2% hasta situarse en 8 millones.
Por último, el sector de los cruceros también registró un récord con 27 millones de pasajeros, lo que se tradujo en un aumento del 2,4% en relación a 2016.
Este apartado creció en la primera mitad del año, pero registró un descenso, debido a los huracanes, en la segunda mitad de 2017, especialmente en septiembre, cuando hubo una caída del 20 %.
En octubre, sin embargo, subió un 2 %, dijo Skeete.
Por último, el directivo de la CTO auguró que habrá un mayor crecimiento del turismo en el Caribe en 2018.
Fotografía de archivo del 31 de enero de 2017, que muestra a turistas paseando a bordo de una embarcación en Cancún, Quintana Roo (México). Foto: EFE
La OIT instó la semana pasada a los países a reformular sus políticas migratorias para erradicar el paradigma actual, que centrado en la seguridad nacional olvida los beneficios de la migración y los retos laborales que esta enfrenta, como la discriminación o la informalidad.
“Gran parte de los flujos migratorios tienen como motivación principal el tema laboral, la búsqueda de empleo. Por ello, el paradigma no puede ser la seguridad en frontera o nacional”, dijo en una entrevista el director regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar.
En la presentación en la Ciudad de México del informe “La migración laboral en América Latina y el Caribe”, Salazar recordó que los Gobiernos han de dar “un manejo apropiado” a los grupos de personas que se mueven “buscando una oportunidad de trabajo”. Según este estudio, en el mundo hay actualmente 232 millones de migrantes y el 65 % de ellos -150 millones- son personas que se desplazan para trabajar.
El informe toma como base el análisis de once corredores migrantes. Nueve intrarregionales y dos extrarregionales, hacia Estados Unidos y España. El documento revela que en Latinoamérica el flujo no se ha detenido, y de hecho la cifra de trabajadores migrantes dentro de la región aumentó de los 3,2 a los 4,3 millones de personas entre 2010 y 2015, y de 25 a 37 millones en América del Norte (EE.UU. y Canadá), para un total de 41,3 millones.
En Estados Unidos se contabilizaron 21 millones de migrantes latinoamericanos, y en España hay casi 1,3 millones de extranjeros provenientes de América del Sur, informó la OIT con base en cifras oficiales de cada país. Si el sector laboral “está bien regulado, la OIT tiene una creencia muy fuerte de la que (la migración) puede ser muy beneficiosa”, apuntó Salazar, pues señaló que esta ayuda a incrementar el producto interno bruto (PIB)del país receptor y las remesas del país de origen.
El titular regional de la OIT -agencia perteneciente a la ONU que cuenta con la participación de 187 Estados miembros- recordó que la Agenda 2030 de las Naciones Unidas establece un serie de objetivos relacionadas con flujo migratorios para lograr un “crecimiento inclusivo, sostenido y sostenible”.
El estudio también identifica que existe una alta proporción de trabajadores migrantes en la economía informal, y que a menudo enfrentan explotación, discriminación y bajo acceso a la protección social.
Foto: Sáshenka Gutiérrez / EFE
El director regional de la Organización Internacional del Trabajo para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar,habló del tema.
La tasa de desempleo en los países de la región será en 2015 del 6,2%, frente al 6% del año pasado, según estimaciones dadas a conocer este miércoles (13 de mayo) en Santiago por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
«El poco alentador escenario económico para este presente año provocaría un leve aumento en la tasa de desempleo regional hasta 6,2% en 2015, luego de haber anotado 6,0% en 2014», señala el informe.
Cepal y la OIT indican en su publicación conjunta Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe que «la expansión de la actividad económica esperada para la región de 1% promedio impediría revertir el proceso de desaceleración iniciado en 2011».
«El estancamiento del producto interno bruto (PIB) per cápita debilitaría la demanda laboral y, por lo tanto, la generación de empleo asalariado», agrega el estudio. Ambos organismos pronostican en la región una caída por tercer año consecutivo en la tasa de ocupación urbana, que se refiere a la relación entre la población ocupada y el número de personas que integran la población en edad de trabajar.
El informe también apunta a una caída en 2015 de la participación laboral (la proporción de la población en edad de trabajar que está dentro de la fuerza de trabajo, ya sea ocupada o desempleada). Esta circunstancia, unida a la disminución de la tasa de ocupación, provocará un aumento en el desempleo abierto, que se ubicará en los mismos niveles de 2013, considera el estudio.
«El escenario del mercado laboral que se avizora en el año 2015 no es muy alentador para la búsqueda de progresos sustanciales que ayuden a alcanzar mejoras en términos de pobreza y desigualdad», señalaron la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, y la directora de la Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco.
A este respecto, el informe indica que durante gran parte de la década pasada y a inicios de la década actual, América Latina y el Caribe lograron importantes avances en la reducción de la pobreza y la distribución de ingresos, en un contexto global que se caracterizó por crecientes niveles de desigualdad.
«Estas mejoras se debieron a las tendencias positivas que mostró el mercado laboral, como la fuerte generación de empleo asalariado y la reducción de las brechas de ingresos laborales». Y también «a políticas públicas tanto laborales (salario mínimo, formalización, inspección) como no laborales (expansión de los sistemas de protección social y de la educación)».
El documento de la Cepal y la OIT analiza el desempeño laboral de la región en 2014 y atribuye la caída de la tasa de desempleo observada durante el año pasado al comportamiento atípico de los mercados del trabajo en Argentina, Brasil y México, específicamente la gran magnitud de la caída de sus tasas de participación.
Asimismo, examina la ampliación de la protección social en un contexto de elevada informalidad en la región. En este ámbito, el documento señala que «desde una perspectiva de derechos, la universalización de la protección social es indispensable para avanzar en la construcción de sociedades que tienen a la igualdad como horizonte de estrategia de desarrollo».
Los dos organismos de las Naciones Unidas indican que «para garantizar el acceso universal se requiere integrar componentes contributivos y no contributivos en los sistemas de protección social, lo que conlleva importantes retos, sobre todo en términos de diseño institucional y de financiamiento».
Tasa de desempleo en EE.UU. llegó a su nivel más bajo en 7 años, 5,4%. Foto referencial: Pixabay
Al menos 27 millones de jóvenes de entre 15 a 24 años trabajan de manera informal en América Latina y el Caribe, lo que supone un 55% del total de jóvenes ocupados en la región, según el informe «Formalizando la informalidad juvenil», que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó este miércoles 22 de abril en Lima.
En declaraciones a Efe, la directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco, alertó que 6 de cada 10 puestos de trabajo para jóvenes se encuentran en la informalidad, y eso constituye «una preocupación mayor al desempleo juvenil porque afecta directamente a la calidad y a las condiciones del trabajo».
Tinoco presentó en un encuentro con periodistas las principales conclusiones del estudio junto a la directora de la oficina de la OIT para los países andinos, Carmen Moreno, y el especialista regional de la OIT en empleo juvenil, Guillermo Dema.
Entre los países con las mayores tasas de empleo juvenil informal se encuentran Perú, Paraguay, Guatemala, El Salvador y Honduras, cuyas cifras están entre el 70% y 80% de los jóvenes que trabajan en esos países.
Las tasas más bajas están en Costa Rica y Uruguay, donde la informalidad del empleo juvenil se sitúa en el 30% y el 33%, respectivamente. El informe también destaca que el 91,8% de los trabajadores domésticos de entre 15 y 24 años se encuentran en condiciones de informalidad, mientras que el 86,4 % de los jóvenes que trabajan de manera independiente también ejerce su profesión de manera irregular.
El estudio señala además que el sector de las microempresas de entre uno y diez trabajadores presenta una tasa de informalidad juvenil del 72,1%, pero esta cifra cae al 22,6% cuando la empresa supera la decena de empleados. El estudio de la OIT considera trabajo informal si el empleado no cuenta con un contrato de trabajo de acuerdo con la legislación, ni tampoco está registrado a seguridad social ni en un sistema de pensiones, entre otros beneficios sociales, según explicaron los representantes del organismo internacional.
La directora regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco, señaló que seis de cada 10 trabajos para jóvenes se encuentran en la informalidad. Foto: EFE
El desempleo de larga duración se está convirtiendo en un problema alarmante, sobre todo en Europa, según los últimos datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)sobre la situación del empleo en el mundo, que sigue marcada por la crisis financiera y económica que cumple cinco años.
‘El desempleo de largo plazo está aumentando y las personas que buscan empleo están cada vez más desanimadas’, advierte el Informe Mundial sobre el Trabajo 2013, de la OIT.
En el último trimestre del 2012 -periodo al que se refieren los datos completos más recientes- había 11,7 millones de desempleados de largo plazo (más de un año) en la Unión Europea, cerca del doble que en 2008 (5,7 millones).
En la mayoría de países comunitarios más del 40% de los desempleados ha estado sin trabajo más de 12 meses, lo que ha llevado a muchos a dejar de buscar empleo. A escala mundial, sólo en el 30% de los países analizados el nivel de empleo es algo superior al que se registraba cinco años atrás y aunque en más de un tercio de países (37%) los niveles de empleo van mejorando en los últimos años, todavía no es suficiente para hablar de una recuperación total. La mejoría es patente en países en desarrollo y emergentes, pero limitada en los países de economías consideradas avanzadas.