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  • Las mascarillas orgánicas, el gancho de este negocio

    Redacción Quito

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    Un problema de infección cutánea y el interés por crear productos naturales para la piel en el Ecuador impulsó a Claudia Rivera a crear su marca de belleza.

    Uwi se desarrolló en julio de 2016 tras un problema de acné que sufrió Rivera, cuando tenía 23 años. Tras esa experiencia, Rivera decidió certificarse como instructora de Yoga, lo que permitió cambiar su estilo de vida.

    En ese año, la emprendedora elaboró sus primeras muestras de cosmética ancestral con productos orgánicos provenientes de la naturaleza ecuatoriana.

    Uwi mantiene una línea de productos libre de conservantes y químicos perjudiciales para la salud de la piel.

    El producto estrella del emprendimiento son las mascarillas orgánicas faciales, corporales y capilares. Sin embargo cuentan también con jabones, shampoo y aceite tónico facial.

    Esta variedad de cosméticos viene en diversas presentaciones. Los precios oscilan desde USD 9,99 a USD 14,99 de acuerdo al cosmético.

    Uwi elabora sus productos de manera personalizada. Los consumidores tienen la oportunidad de elegir los ingredientes de sus cosméticos de acuerdo a las necesidades de su piel.
    La marca también ofrece limpiezas faciales dentro de su local ubicado en el norte de Quito. Estos servicios cuentan con Limpieza Facial Profunda y Limpieza Facial Express. Los precios van desde USD 14,99 hasta USD 39,99.

    La emprendedora trabaja con su madre y una cosmetóloga. Las dos colaboran con la atención en los servicios de limpieza facial. Rivera se encarga de la gestión y administración del establecimiento.

    Las ventas de la microempresa se gestionan a través de las redes sociales como UWI Cosméticos Ancestrales y de su local ubicado en el norte de Quito que abrió sus puertas en mayo del presente año.

    La marca cuenta con una página web www.uwi.ec en la que se oferta la variedad de productos y los tratamientos dermatológicos.

    The Lab Quicentro es un punto de venta en el que se ofrecen los cosméticos del emprendimiento.

    Esta gestión de ventas on line permite a la microempresa expandir sus productos a escala nacional. Dentro de los próximos meses Rivera piensa estandarizar su marca a escala internacional.

    La materia prima de Uwi proviene del especialista en cosmética natural Pablo Coba y de la empresa Jaitel, quienes se encargan de maquilar los insumos. Asimismo, ciertos ingredientes de las mascarillas se distribuyen de diversos sitios del país.

    Entre remodelación, adecuación y elaboración de productos, la microempresa requirió de, aproximadamente, USD 50 000 como inversión inicial.

    En cuanto a ingresos mensuales, la marca factura un promedio de USD 4 000 desde mayo de 2018. Esta cifra incrementa en días festivos y épocas del año.

    Raquel Vasco se realizó la limpieza facial profunda. La joven asegura que este servicio ayuda a regenerar la piel del cutis. Andrea Rojas, en cambio, adquirió el jabón y el shampoo orgánico. “Los productos no producen irritaciones por sus componentes”.

    Claudia Rivera presenta su línea de cosméticos dentro de su local en el norte de Quito. Dentro del establecimiento ofrece limpiezas faciales. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Claudia Rivera presenta su línea de cosméticos dentro de su local en el norte de Quito. Dentro del establecimiento ofrece limpiezas faciales. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Las bebidas a base de plantas orgánicas son su negocio

    Redacción Quito

    Las hierbas medicinales no solo curaron las enfermedades de un grupo de amigos y familiares sino que sirvieron de insumo para un negocio.

    Así nació la Asociación de Cultivos Orgánicos Tumbaco (Asoprohuertum), conformada por 10 personas oriundas de esta parroquia rural de la capital.

    Estos emprendedores se reunieron hace seis meses para elaborar un producto con valor agregado. Pero en realidad, su trabajo en la tierra comienza 20 años atrás.

    En esa época ellos cultivaban la tierra, cosechaban y vendían sus productos en mercados y a personas que revendían sus productos a las grandes cadenas de supermercados, por lo que dijeron: ¿por qué no apostar por una marca propia?

    Esta asociación investigó la forma de obtener un producto de las plantas y cómo venderlas al público de forma directa. Para ello, crearon la marca Allpa, que en quichua significa tierra.

    Ellos, además, elaboraron bebidas como horchata, macerado, alcohol con las hierbas medicinales para ofrecer un producto rico y saludable, explica Marina Guamán, representante del grupo.

    Las bebidas son preparadas con estas hierbas, que son cultivadas de forma orgánica y natural, por lo que esta asociación garantiza la entrega de un producto sano y libre de químicos.

    Estos amigos y familiares de Asoprohuertum no recuerdan su primera inversión porque cuando levantaron sus cultivos aún estaba vigente el sucre, pese a esto, están contentos por los ingresos que han generado. Cada semana tienen una ganancia de USD 400, por la comercialización de sus plantas en el mercado de San Roque, en el Centro Histórico de Quito, y en diferentes sectores de esta parroquia del oriente de Quito.

    Estos emprendedores, además, realizan recorridos con personas para que conozcan los beneficios de las plantas medicinales. “Es otra puerta que hemos abierto para que las personas sepan los beneficios de las hierbas”, señala Fabián Simbaña, otro integrante.
    Para estos oriundos de Tumbaco, la capacitación es básica para el desarrollo de sus productos. Por ejemplo, ellos han tomado cursos con la Prefectura de Pichincha, en los que les enseñaron a elaborar abonos naturales. Además, se inscribieron en ConQuito para aprender innovación, calidad del producto.

    Elsa Soto compra plantas medicinales en caso de enfermedades de su familia. Lo hace porque son productos más saludables y no tienen químicos. Ella, además, aprovecha para “dar una mano” a los productores locales de Tumbaco, sector en el que trabaja hace más de 20 años.

    Los planes de esta agrupación no paran en este año. Por ejemplo, ellos planean adquirir maquinaria para deshidratar las hierbas y aumentar su vida. La idea es convertir sus plantas en infusiones.

    “Tenemos varios proyectos pendiente, que se los realizará en los próximos meses”, asegura Guamán, quien cuenta que, además, cultivas hortalizas, vegetales y entregan a sus clientes.

    Fabián Simbaña y Marina Guamán son parte de una asociación en Tumbaco, que vende hierbas medicinales orgánicas, horchata y más. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Fabián Simbaña y Marina Guamán son parte de una asociación en Tumbaco, que vende hierbas medicinales orgánicas, horchata y más. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Las esencias naturalesy orgánicas son su oferta

    Sofía Ramirez

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    Los aceites corporales de lavanda, manzanilla, romero y limón, más las esencias de albahaca elaboradas de manera artesanal y sin químicos constituyen la propuesta de la marca Isabru.

    Este emprendimiento, creado en el 2008, se enfoca en el cuidado de la salud a través de aceites extraídos de manera natural.

    Rafaela Rodríguez, directora comercial de la microempresa Isabrubotanik, detalla que este proyecto es familiar.

    En él están involucrados su hermano Román Rodríguez, su mamá Lucía Peñaherrera, su primo Inti Castro y otros cinco socios. No obstante, el gestor del emprendimiento fue Román Rodríguez, quien es gerente general del mismo. Rafaela detalla que en el 2004 ella y su ­hermano estudiaban -en Alemania- Química Analítica y Biología.

    Durante su estadía en el país europeo estos hermanos ambateños aprendieron las bondades de la extracción de los aceites esenciales. Al regresar al Ecuador, en el 2006, Román Rodríguez empezó a estudiar la posibilidad de generar un negocio con sus conocimientos sobre aceites esenciales.

    En el 2008, los hermanos Rodríguez invirtieron un capital de USD 24 000 para obtener los registros sanitarios, comprar máquinas como destiladores, envases y otros materiales para arrancar el negocio.

    En una propiedad que la familia tiene en Ambato, se levantó la planta de producción de 300 metros que incluye sembríos de 15 especies para extraer de ellas
    la materia prima.

    La marca Isabru ofrece hoy en día: aceites comestibles naturales con sabor a ajonjolí tostado; aceite corporal para aromaterapia con lavanda y caléndula; también tiene una línea de champú, otra de sales de baño, ambientadores y gel bacterial para las manos.

    Los beneficios de los productos son múltiples, señala la emprendedora. Tienen Omega 3, vitamina E y ayudan a la relajación del cuerpo y mente. Durante el proceso de producción, la clave es destilar los aceites para luego combinarlos, menciona Rafaela.

    Cada semana la planta de Isabru procesa entre 250 y 300 litros de aceites comestibles.
    En noviembre del 2011 el emprendimiento empezó a comercializar sus productos en algunas cadenas de supermercados y spas de la Quito, Ibarra, Guayaquil y otras ciudades. En total, la marca tiene de 50 a 100 clientes.

    María Belén Velástegui, propietaria de Uwi Cafetería y Tienda Orgánica -ubicada en Cumbayá– indica que desde enero de este año promociona en su percha los productos de Isabru.

    Ella detalla que los aceites esenciales de lavanda y los comestibles son los de mayor rotación.
    Otra vitrina de los aceites esenciales es la tienda Prana Energía Vital, de Xavier Solórzano. Este establecimiento está ubicado en Cotacachi, Imbabura, y los productos de aromaterapia son los que más llaman la atención de sus clientes.

    Para fortalecer su canal de ventas, el emprendimiento de los hermanos Rodríguez abrió una tienda en julio de este año, en el sector de La Floresta, en el norte de Quito. En el lugar se comercializa ­todo su portafolio; además, los propietarios indican cómo se deben usar los aceites comestibles a sus clientes y también promocionan otras marcas ecuatorianas, detalla la mujer.

    Para el próximo año, la marca Isabru tiene el objetivo de invertir USD 50 000 para ampliar la planta de producción. Además, pese a que la coyuntura del país afectó a las ventas en este año, mantienen las 16 plazas de trabajo directo.

    Rafaela Rodríguez es la directora comercial de este emprendimiento de aceites esenciales.Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Rafaela Rodríguez es la directora comercial de este emprendimiento de aceites esenciales.Foto: Vicente Costales / LÍDERES