Etiqueta: Organización Internacional del Trabajo

  • El trabajador 4.0 rompe los esquemas laborales

    Carolina Enríquez (I)

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    Por cada empleo que se pierda durante la cuarta revolución industrial otros tres se crearán. Aquellos que sean parte de la fuerza laboral, sin embargo, deberán enfrentar y ajustarse a condiciones laborales diferentes.

    Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la industria 4.0 trae consigo la automatización, pero al mismo tiempo la flexibilización laboral. Para Giuseppe Marzano, decano de la Facultad de Posgrados de la Universidad de las Américas, el impacto se siente en dimensiones: en el trabajo, en la fuerza laboral y el sitio de trabajo.

    El catedrático, en base a estudios de la firma M15, explica que durante la próxima década un 5% de los trabajos que ahora hacen humanos lo harán las máquinas.

    A pesar de la pérdida de empleos que esto representa no todo es tan desalentador. Según Marzano, un 30% de tareas cotidianas que se realiza en un trabajo se van a llevar a cabo de manera más rápida y efectiva con la tecnología.

    Estas innovaciones se usarán, incluso, en los trabajos tradicionales: administrativos, de medicina, ingeniería, contabilidad, diseño, finanzas, entre otros.

    Capacitarse se vuelve, entonces, un imperativo. Aquellos que no se acoplen a los nuevos requerimientos laborales tienen mayores probabilidades de ser despedidos y reemplazados con los que tienen las competencias requeridas.

    Asimismo, es necesario que las universidades desarrollen nuevos programas de estudio para que las personas obtengan conocimientos que vayan de la mano con las nuevas profesiones que aparecen.

    El Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (Cinterfor), de la OIT, informó el año pasado que entre las profesiones del futuro se encuentran optimizadores en el tráfico de drones, minimizador del impacto del medio ambiente, gastrónomo molecular, sicólogos y terapeutas de plantas, arquitectos de realidades virtuales y terapeuta de aumento de la memoria a largo plazo.

    Aquellas empresas que no cuentan con profesionales en estas áreas tienen la posibilidad de hallar, vía plataformas, los servicios de terceros. Esto es parte de los cambios en la fuerza laboral que trae la Industria 4.0.

    “Puede ser una o varias personas que brindan servicios remotamente. Estas plataformas ya existen. En el portal de servicios independientes Fiverr, por ejemplo, hay una serie de oferta de tareas que antes estaban dentro de las organizaciones. Son personas de diferentes países que brindan una ayuda de manera fácil, rápida y barata”, comenta Marzano.

    En estos ‘market place’ se ofrecen servicios como traducciones, análisis de datos, desarrollo de publicidad, manejo de negocio, diseño, marketing, asesoría, etc.

    La flexibilización en la forma de trabajar también se evidencia en los tipos de contratación. Si bien los trabajos bajo relación de dependencia se mantienen en el mundo de manera extendida, aparece a la par más gente que quiere laborar como independientes o prestadores de servicios diversos.

    Cinterfor explica que el trabajador de la Industria 4.0 tiene necesidades diferentes como el escoger dónde, cuándo y cómo trabajar; empleos que lo reten y lo hagan sentir motivados, etc. También valora más el ambiente de trabajo que la remuneración.

    Esto último tiene relación con el tercer campo de flexibilización laboral: los espacios laborales.

    Comienza a romperse el esquema de empleo en una oficina, durante ocho horas y con registro de asistencia. Se impone el trabajo por resultados y las actividades que se desarrollan a distancia.

    ¿Por qué se produce esto? Si se piensa que es para mejorar la calidad de vida del trabajador, no es así; esto es el resultado de los cambios demográficos y problemas dentro de las ciudades, dicen los expertos laborales.

    Cada vez se vuelve más complicado desplazarse y qué mejor que la tecnología para remediarlo. Para Eddy Troya, gerente de la consultora Human Plus, el teletrabajo es la gran alternativa a aplicar, que beneficiará a los seres humanos.

    Esta modalidad de trabajo permitirá que las personas puedan equilibrar más las relaciones entre profesión y familia. Asimismo, las madres tendrán más posibilidades de mantenerse laboralmente activas y participar a la par de la crianza de los niños.

    Las personas con discapacidad también tendrán posibilidades para ofrecer sus servicios profesionales sin la necesidad de trasladarse largas distancias. Será una oportunidad para que se valoren sus capacidades y su oferta.

    El nuevo empleado tiene necesidades diferentes como el escoger dónde, cuándo y cómo trabajar; empleos que lo reten, sentirse motivado, etc. Foto: Ingimage
    El nuevo empleado tiene necesidades diferentes como el escoger dónde, cuándo y cómo trabajar; empleos que lo reten, sentirse motivado, etc. Foto: Ingimage
  • Escasa legislación para nuevas formas de trabajo

    Redacción Quito

    (I)

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    América Latina avanza lentamente en materia de legislación para regular las nuevas formas de trabajo. Este es el balance que hicieron representantes de empleadores y trabajadores de la región que asistieron a las XIX reunión regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

    El trabajo independiente y a través de plataformas virtuales comienza a ganar terreno a escala mundial. Por ahora, la OIT no cuenta con estadísticas sobre el número de personas que se encuentran en esta condición.

    Sin embargo, la gente que desarrolla estas actividades enfrenta condiciones diversas como más horas de trabajo con menos paga, ingresos no estables, falta de acceso a la jubilación y seguridad social, condiciones poco seguras, etc. La falta de leyes abona a ello.

    En Colombia, por ejemplo, el debate laboral sigue atado a temas que poco tienen que ver con las nuevas realidades, como la libertad sindical. La ley laboral de ese país se remonta a la década de 1940; con el paso de los años se han hecho reformas por partes, similar lo que ha sucedido en Ecuador .

    Según Luis Alberto Pedraza, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Colombia, ahora no hay normas para proteger a las personas que, por ejemplo, se encargan de trabajos bajo pedido. “Se vive condiciones de informalidad. Están en lo que se denomina ‘paga diario’. Comienzan sus actividades a las 08:00, dan el servicio y cuando acaban, que puede ser luego de todo un día, cobran poco. No tienen prestaciones sociales”.

    De los 22 millones de trabajadores que hay en Colombia, indica Pedraza, el 65% está en condiciones de informalidad o incapacidad de acceder a derechos o protección social por motivos como la falta de legislación.

    Ante estas realidades, los sindicatos colombianos están trabajando en un proyecto de reforma laboral que establezca normas y derechos acordes a la época, que incluya a trabajadores independientes y aquellos que laboran bajo nuevas formas contractuales.

    Los empleadores colombianos también esperan nuevas reglas. Alberto Echavarría, representante de los empleadores de América Latina ante la OIT y vicepresidente de asuntos jurídicos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, cree que en medio de las transformaciones es necesario que, al menos, las personas tengan acceso a beneficios sociales como la salud y para eso son clave los gobiernos.

    Esta colaboración se ha dado en países como Ecuador y Paraguay en los que se ha logrado la regulación del teletrabajo o del empleo a tiempo parcial. Esta última permite al trabajador desarrollar actividades en un mismo o varios sitios por tiempo menor a la jornada completa.

    Cristina Rulo, representante de la Federación de Industria y Comercio de Paraguay, asegura que estas normativas ayudan a reducir la informalidad y, aunque la paga es menor, generan más oportunidades a la gente para obtener ingresos. “Trabajos que se desarrollan entre 16 y 32 horas a la semana. Dan beneficios laborales y sociales. Esto ayuda a quienes quieren ganar más trabajando en dos o más sitios, o a los jóvenes quienes tienen poco tiempo para laborar porque deben estudiar”.

    Para los sindicatos, sin embargo, esto es un retroceso en derechos. Con los avances en políticas sociales y las nuevas tecnologías se esperaba que la gente tuviera que trabajar menos tiempo, pero cada vez se labora más horas, en más sitios y con peores condiciones.

    En Brasil una ley laboral que entró en vigencia en octubre del año pasado, explicaron los sindicalistas, permite a las personas trabajar hasta 60 horas a la semana y creó contratos intermitentes (la empresa solo llama al empleado cuando lo necesita, por el tiempo que requiera, sin poder hacer contratos con nadie más y sin acceso a la seguridad social). No reguló las nuevas formas de trabajo.

    “Se han precarizado las relaciones laborales”, dijo Antonio Lisboa, secretario de relaciones internacionales de la CUT de Brasil.

    En donde sí ha habido avances es en Uruguay. Allí se conformó un sindicato de choferes de aplicaciones, que en otros países laboran sin prestaciones ni derechos, a través del cual se protegen. “Acceden lo que cualquier empleado independiente, formalización frente al instituto de previsión social. Debemos ver cómo se apoya a nuevas actividades que surgen con la modernidad y la tecnología”, dice Fernado Gambera, secretario de relaciones internacionales de la Central Sindical de Uruguay.

    Con las nuevas tecnologías han aparecido nuevas formas de contratación. Solo Uruguay tiene una legislación acorde a los nuevos tiempos.
    Con las nuevas tecnologías han aparecido nuevas formas de contratación. Solo Uruguay tiene una legislación acorde a los nuevos tiempos. Foto: Ingimage
  • Carmen Moreno: ‘La informalidad laboral persiste en el área andina’

    Carolina Enriquez. Enviada a Lima, Perú / LÍDERES

    Combatir la desigualdad en América Latina fue el compromiso que concretaron alrededor de 490 delegados de gobiernos, trabajadores y empleadores de la región, en el marco de la decimoctava reunión regional de la Organización Internacional del Trabajo, que se realizó del 13 al 16 de octubre, en Lima.

    Carmen Moreno, directora andina de la entidad, participó como anfitriona de este encuentro. Tras cuatro intensas jornadas de análisis y revisión de cifras se concluyó que en Latinoamérica, el área andina ha tenido importantes avances en materia laboral.

    ¿En qué condiciones se encuentra actualmente el empleo en la región andina?

    Teniendo en consideración el crecimiento económico de la región andina de la última década, lo que se observa es un aumento del empleo, una disminución del desempleo y el mejoramiento de los salarios mínimos. En general, los indicadores del mercado de trabajo se han movido en consonancia con el crecimiento económico. Se han generado oportunidades de trabajo.

    ¿Se trata de empleo formal el que se ha creado? Es decir, ¿son personas que se benefician de los derechos laborales, tienen cobertura en seguridad social, etc ?

    Hablemos de trabajo decente, definido como aquel que respeta derechos fundamentales, ofrece igualdad de oportunidades, genera protección y permite el diálogo social. Desde este enfoque, aún se aprecia, por ejemplo, inequidad remunerativa entre hombres y mujeres. También, persiste el trabajo infantil y hay avances relativos en materia de diálogo social. Las tasas de afiliación sindical y negociación colectiva, además, si bien vienen mejorando, aún son bajas. Además, está el tema de la informalidad en los países.

    ¿Es una subregión de informales?

    La informalidad laboral persiste y es alta, pese a la disminución que se ha generado en todos los países del área andina. Esto se ha dado en unos con mayor intensidad que en otros, pero es clara la tendencia a la reducción.

    ¿En qué condiciones se encuentra Ecuador, en cuanto a este indicador?

    En este caso, según datos del programa de Formalización Laboral de América Latina y Caribe (Forlac), de la OIT, el empleo informal no agrícola se ha reducido en 10 puntos entre el 2009 y el 2012 en el país. Ha descendido del 60,9 al 50,1%.

    ¿A qué atribuye esta reducción?

    La reducción de la informalidad ha tenido un buen aliado en el crecimiento económico. Pero, hay que destacar que se han implementado -no solo en Ecuador- diferentes políticas para facilitar la formalización. Entre estas se encuentran la reducción de trámites administrativos, disminución de tributos, acuerdos de formalización laboral entre empresas, Estado y trabajadores, mecanismos para ampliar la cobertura a la seguridad social (de empleadores y trabajadores), incremento de la productividad de unidades económicas de menor tamaño; entre otros aspectos.

    ¿Quién ha implementado todo esto?

    Son acciones de los gobiernos, en general. También hay aporte de las empresas. El sector empleador es consciente de que la informalidad tienen consecuencias negativas en el desempeño del mercado de trabajo, en la sostenibilidad del sistema de seguridad social, en la productividad y la competitividad.

    ¿Cómo ha participado la OIT en la reducción de la informalidad en los países del área andina?

    Ha trabajado en toda América Latina con los gobiernos, empleadores y trabajadores, a través de su programa Forlac, que está vigente desde hace un año. Esto, por la preocupación que había en todos los países.

    En materia de empleo, a escala general, ¿qué políticas se han implementado?

    Ha sido un trabajo en el que han participado gobiernos, empresarios y trabajadores de cada país. Se han implementado políticas de mejoras salariales, apoyo al emprendimiento, reducción de los porcentajes de impuestos -para que los patronos reduzcan gastos y mantengan nóminas-, inserción ocupacional para jóvenes, incorporación laboral de grupos vulnerables -como mujeres, personas con discapacidad-, lucha contra el trabajo infantil…

    ¿Los empresarios del área andina han evolucionado en cuanto a políticas laborales que ya se aplican en otras regiones?

    Dado que los países mantienen, en mayor o menor grado, esquemas de relacionamiento con la economía mundial, han logrado acoplarse en cuanto a contratación y seguridad social. Lo propio ha sucedido con las entidades vinculadas con el aseguramiento.

    En Ecuador, ¿qué logros encuentra en materia laboral en los últimos años?

    Además del tema de reducción de la informalidad están las mejoras en el salario mínimo. El Panorama Laboral 2013 de la OIT refleja un incremento real del 40% de este sueldo en el último decenio. También se debe destacar la disminución del desempleo urbano, que pasó del 9,7% en el 2004, al 4,7% en el 2013. A esto hay que añadir un incremento de la población ocupada urbana que, además, tiene cobertura de salud y/o pensiones. En el 2000 el porcentaje de personas en estas condiciones era del 28,5%, mientras que en el 2012 pasó al 50,9%, según datos de la OIT.

    ¿Qué considera que falta por hacer?

    Está pendiente el diálogo social en materia laboral y mejoras en cuanto al sector de las trabajadoras domésticas.

    ¿Pero a estas trabajadoras, en Ecuador, se les equipararon los salarios y se impulsó la afiliación a la seguridad social?

    La tasa de informalidad en este segmento sigue siendo alta, pese a una reducción.

    En materia normativa, ¿impacta que trabajadores públicos y privados tengan derechos y deberes distintos? Esto debido a que en Ecuador hay dos regulaciones diferentes para estos trabajadores.

    En todos los países funciona algo similar. Pero, no debería haber diferencias en cuanto a los derechos fundamentales del trabajo.

    En cuanto a temas normativos, en Ecuador está en debate la construcción sobre un proyecto de Código de Trabajo. ¿Qué participación ha tenido la OIT?

    La oficina ha venido apoyando la demanda del Ministerio de Relaciones Laborales para la asistencia técnica en la elaboración del Código, de hecho, desde el 2007. Ha habido unos capítulos que se nos envió y que la OIT emitió una opinión técnica de acuerdo con las normas internacionales del trabajo y los convenios ratificados. Hace poco se lanzó un -proyecto- de nuevo Código y se dio la posibilidad de que la OIT pudiese apoyar. Unos técnicos, especialistas en materia laboral, estuvieron conversando con el Ministerio y ellos nos han confirmado el interés de recibir asistencia técnica, a medida que vayan avanzando en el proceso de valoración del mismo.

    ¿Irá otra misión al Ecuador?

    El Parlamento Laboral Ecuatoriano y el Comité Empresarial pidieron que vaya una misión técnica. Producto de ese pedido fue una misión hace poco (…) A finales de enero se llevará a cabo una nueva misión para hablar con Gobierno, empleadores y trabajadores.

    Hoja de vida de Carmen Moreno

    Los cargos. Es doctora en medicina y cirugía con especialización en Medicina Familiar y Comunitaria. Está vinculada a la OIT desde 1996. Trabajó en la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo. Ha trabajado en programas de erradicación del trabajo infantil. Distinguida en España con el Lazo de Dama de la orden del Mérito Civil.

    Área andina. En febrero del 2011 fue nombrada directora de la OIT para los Países Andinos (Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela), en Lima.

    La frase. «El crecimiento económico de la región andina de la última década ha permitido un alza del empleo, una disminución del desempleo y el mejoramiento de los salarios».