Etiqueta: papelería

  • La papelería de bodas exclusiva es su oferta

    Redacción Cuenca (I)
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    Su propuesta es innovadora. Los esposos Andrés Abad y Bernarda Martínez abrieron en marzo pasado su local Hola Color en Cuenca, que ofrece papelería de bodas con un nuevo concepto.

    Mientras organizaban su matrimonio hace 10 años encontraron servicios especializados para comida, vestidos, decoración…, menos para las invitaciones. El año pasado, al buscar opciones para invertir en un negocio encontraron que esa necesidad aún no estaba cubierta.

    Según Abad, los locales que ofrecen las tarjetas de invitación no se adaptan a los gustos y preferencias de los novios sino que estos deben escoger entre alternativas ya establecidas.

    La propuesta de Hola Color es personalizar las invitaciones y crear una suerte de marca de cada boda. Para cumplir ese objetivo, Martínez y Abad conversan con las parejas para obtener información de los gustos en diseños y colores, el sitio donde será la fiesta y su estilo (local pequeño, grande o una hacienda familiar), edades, hora, entre otros detalles.

    Con ello, se encuentra lo relevante para los futuros esposos y se elabora una propuesta personalizada, señala Martínez, comunicadora social con experiencia en el ámbito corporativo, que se encarga de la parte creativa. Abad, por su parte, es diseñador especialista en medios impresos y se encarga del área productiva en Hola Color.

    La pareja tiene un catálogo que es una base para mostrar los estilos en los que se podría trabajar, pero no es una camisa de fuerza porque la papelería debe ser exclusiva. En ese mostrario, que están en su sitio web y en el local, se puede apreciar los formatos, tipos de papel y más detalles.

    Esa oferta le interesó a Cristian Rincón para su matrimonio. Según él, el servicio es puntual y de calidad. “Son perfeccionistas en los detalles… Tenía una idea, pero ellos implementaron el resto”.

    La papelería de bodas, que se puede extender a otras celebraciones, incluye las tarjetas de invitación y agradecimiento, menú que sirve para decorar la mesa, “que es una tendencia en los eventos importantes”, dice Martínez.

    También, se acostumbra papelería para que los invitados tengan sus puestos asignados en la recepción y para los accesorios como cajas de tortas y dulces o papeles y recuerdos. Otras opciones son los sellos de caucho y lacre, que es una cera que se pone en el sobre y que era una tradición de la realeza. Tienen un signo o las iniciales de los novios.

    El parte más económico que incluye la invitación, sobre y tarjeta de agradecimiento cuesta USD 2,80 y el más completo hasta 5. Los valores varían según el número de invitaciones, señala Abad.

    Tienen tres eventos por mes, entre bodas, confirmaciones y primeras comunicaciones. Además, más de 100 cotizaciones para eventos hasta diciembre próximo, la mayoría de clientes de Guayaquil, Quito, Cuenca y Machala.

    La inversión inicial en el negocio alcanzó los USD 35 000 en equipos, desarrollo de prototipos, búsqueda de formatos para optimizar el papel, investigación de mercado y otros rubros.

    Un producto web
    La innovación. 

    Este mes lanzarán un nuevo servicio, que consiste en una web para cada una de las bodas, es decir personalizada con su propio dominio y el mismo estilo de la papelería escogida. Será una oferta adicional y opcional.

    Los servicios. En cada web personalizada, los novios podrán enviar invitaciones digitales a familiares y amigos en el extranjero. Además, se podrá subir las fotos de la boda e información complementaria como croquis del local…

    Bernarda Martínez y Andrés Abad abrieron en marzo pasado el local de Hola Color, en la capital azuaya. Foto: Giovanni Astudillo / LÍDERES
    Bernarda Martínez y Andrés Abad abrieron en marzo pasado el local de Hola Color, en la capital azuaya. Foto: Giovanni Astudillo / LÍDERES
  • La papelería Dilipa llegó al mercado bursátil

    Redacción Quito

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    La historia de la papelería y librería Dilipa está llena de anécdotas. La apertura de su primer local, la compra del sitio donde se levantó el segundo local, los viajes por el país que hicieron sus fundadores, la expansión por Quito y otras ciudades son historias que su fundador y actual gerente general, Ángel Segura, las recuerda con claridad y las cuenta con una mezcla de emoción y nostalgia.

    Segura es oriundo de San Miguel de Bolívar, en el centro del país; él dejó su pueblo natal por idea de su madre y se formó en Quito, en el Colegio Mejía. Estudiaba en la noche y trabajaba por el día. Cursó Economía en la Universidad Central y trabajó en una agencia de viajes, así como en una empresa que importaba libros desde España. Así forjó su espíritu para los negocios.

    También estuvo desempleado y esa circunstancia lo llevó a tomar una decisión que fue la semilla de Dilipa. Eran los finales de la década de 1970 y un pariente lo convenció para trabajar juntos. Se involucró con el mundo de los textos escolares y para 1982 Segura ya tenía su primer local en Quito.

    A esta aventura se sumó su hermano Otto, actual presidente de la firma. El primer local de esta empresa -que hoy suma cerca de 360 empleados en Quito, Ibarra, Santo Domingo, Portoviejo y Ambato- lo arrendaron frente a la Universidad Católica de Quito. Y años después, los hermanos compraron una vivienda, a pocos metros del primer local.

    “La compra fue sin pensarlo. Vi un letrero de venta, hice una oferta y el comprador la aceptó. El negocio se cerró en 16 millones de sucres”, recuerda Segura.

    Para 1987, Dilipa se inscribió en el Registro Mercantil de Quito. El negocio se dinamizaba con el inicio de clases (en octubre en la Sierra y en mayo en la Costa). El trabajo era arduo: ambos hermanos viajaban desde Tulcán hasta Riobamba, pasando por ciudades del Litoral, ofreciendo los textos para escuelas y colegios.

    “Los clientes comenzaron a pedir útiles y así empezamos con la línea de papelería”, cuenta Segura desde su oficina ubicada en la matriz y centro de distribución.

    Para 1992, la empresa de los hermanos Segura hizo su primera importación de material escolar, desde Colombia. Hoy, Dilipa comercializa productos de España, Brasil, México, China, etc. El 40% de sus ventas corresponde a productos importados y el 60% es producción nacional. Firmas como Papelesa y Norma son proveedoras de esta compañía.

    Con el negocio consolidado, los hermanos Segura tomaron una decisión que les permitió obtener recursos. A finales del 2009 acogieron la sugerencia de entrar en el mercado bursátil.

    René Racines, gerente de Sucaval, les propuso a los representantes de Dilipa buscar financiamiento en la Bolsa de Valores de Quito. Racines recuerda que en principio hubo temor de parte de los hermanos Segura. “Con la asesoría que les ofrecimos entendieron el proceso de participar en la Bolsa y en el 2010 se hizo la primera emisión de papeles por cerca de USD 1,5 millones”.

    Hasta la fecha, Dilipa ha obtenido cerca de USD 10 millones en el mercado bursátil. Estos recursos sirvieron como capital de trabajo. Racines describe el proceso como una experiencia gratificante. “Les asesoramos permanentemente y la idea es generar confianza y tener una relación de largo plazo”.

    Ahora Dilipa continúa con su tarea bajo el mando de la segunda generación de la familia Segura. El objetivo es abrir más locales a escala nacional. “Queremos una fuerza de ventas más grande, nuevas sucursales e incrementar las líneas de negocios con productos digitales”, señala con seguridad Renato Segura, hijo de Ángel.

    Los hermanos Otto y Ángel Segura son los fundadores de Dilipa. Esta empresa tiene hoy en día locales en Quito, Ibarra, Santo Domingo, Portoviejo y Ambato. Foto: Alfredo Lagla / Líderes
    Los hermanos Otto y Ángel Segura son los fundadores de Dilipa. Esta empresa tiene hoy en día locales en Quito, Ibarra, Santo Domingo, Portoviejo y Ambato. Foto: Alfredo Lagla / Líderes
  • Los mensajes positivos inspiran las creaciones de amoretto

    Redacción Guayaquil

    Colores llamativos, diseños alegres y frases positivas caracterizan las creaciones de Amoretto. Se trata de una microempresa que elabora productos de papelería como blocks de notas, libretas, tarjeteros, fundas de regalo… En ellos, Pilar Emanuel plasma su personalidad e ideología de vida. «Rinden homenaje al amor, la paz y la esperanza».

    Ella es diseñadora gráfica de profesión y apasionada por la pintura. Desde hace más de una década elabora cuadros de formas originales y colores vivos. La idea de convertir su hobby en un negocio surgió en el 2006, durante su embarazo. No requirió una inversión ya que tenía los materiales. Así, participó en una feria donde dio a conocer sus piezas de arte.

    Pero la demanda del mercado y las ideas de Emanuel aumentaron y, en el 2010 creó blocks de notas, bajo el mismo concepto de sus pinturas. Emprender en el área fue fácil ya que tenía los contactos de su trabajo profesional como diseñadora, en el que elabora diseños empresariales.

    De esta manera consiguió financiar a crédito la impresión de sus productos, en una imprenta local. La primera vez se imprimieron 750 blocks, que se vendieron rápidamente. El negocio fue creciendo por lo que, en el 2011 realizó una inversión de USD 8 000, junto a una socia, para producir mayor cantidad y variedad.

    Hoy, bajo el sello de Amoretto se han impreso más de 6 000 blocks en más de 18 modelos, unas 1 000 libretas de seis diseños, 2 000 tarjeteros, 1 000 agendas, fundas de regalo, individuales, bolsos, agendas, tarjetas, sobres, plumas… Estos productos de uso diario son también piezas de arte. Así opina Cecilia Freire, una de las clientas de Amoretto. Ella asegura que lo más atractivo de esta línea de papelería son los diseños originales que rompen barreras generacionales. «Son atractivos tanto para personas adultas, como para niños y jóvenes. Se usan tanto en empresas como en colegios».

    Freire agrega que, además, tienen el valor agregado de ser producidos nacionalmente y son de excelente calidad. Ese acabado es de gran importancia, dice Emanuel. Las creaciones son impresas con tapa dura y plastificado mate.

    Por las ventas de estos productos, Amoretto vende USD 300 en un mes de ventas bajas. En temporada navideña, la venta mensual alcanza los USD 7 000.

    Otra de las clientas de Amoretto es Pilar Jarrín. Ella afirma que gusta de los productos de la línea ya que son de uso diario pero tienen un diferenciador. «Son alegres, con colores vivos». Lo que más le agrada -dice- es que los diseños incluyen mensajes positivos. «Es bueno leer esas frases en el ajetreo diario».

    El negocio

    Puntos de venta. Amoretto recepta los pedidos a través de Facebook (Pe-Amoretto). Sus productos se venden también en los locales de Librimundi.

    La promoción.  Las redes sociales son clave. Además, participa en ferias.

    USD 7 000 puede llegar a facturar en la temporada navideña.