Drink Me nació hace cuatro años, cuando la familia Guadalupe Flores decidió cambiar sus hábitos alimenticios.
Karina Flores recuerda que cuando se embarazó de su primer hijo sintió la necesidad de nutrirse adecuadamente, pero no toleraba las verduras. Así que tomaba jugos con alimentos como la sábila, naranja o alfalfa, que vendían en la calle. Pero se intoxicó.
Por eso, su esposo Danilo Guadalupe empezó a prepararle jugos con frutas y verduras. Luego, buscaron la ayuda de una nutricionista para que les recomendara verduras que tuvieran ácido fólico, que es una vitamina fundamental para el desarrollo de los bebés.
Flores continuó con los jugos, luego del embarazo y notó cambios en su digestión y también el sistema inmune se fortaleció.
En el 2016 decidieron ofrecer las bebidas a sus amigos y familiares. También las introdujeron en una cafetería que abrieron llamada Drink Me, como los jugos. “Era importante tener un negocio para compartir tiempo en familia”.
La pareja empezó a investigar sobre las propiedades de los alimentos y sobre cómo mejorar el sabor y la duración de los productos naturales sin utilizar conservantes ni preservantes.
Los emprendedores descubrieron que en EE.UU. vendían una máquina llamada cold press (presión en frío), que permite obtener el zumo del producto sin que pierda sus nutrientes y de esa forma también se conserva el sabor y el olor de la fruta o verdura.
Flores señaló que se valieron de sus familiares, que viajaban a EE.UU., para adquirir las máquinas y utensilios en los que han invertido alrededor de USD 5 000.
La cafetería dejó de operar. Ahora, los jugos se preparan en la vivienda de la pareja y se entregan a domicilio cada mañana en casas, gimnasios e instituciones.
La jornada de trabajo se inicia antes de las 06:00 porque los jugos se preparan y envasan al instante, según las necesidades del cliente.
Ellos hacen entregas diarias ya sea de un jugo o también paquetes para su clientela. Uno de sus productos es el de desintoxicación para un día, que incluye seis jugos de distintos sabores, dos bebidas pequeñas (shot) con el sabor concentrado del jengibre, limón y manzana, que sirven para alcalinizar y energizar el cuerpo, y un sobre de té. Los paquetes se pueden consumir por tres y cinco días más.
Guadalupe señaló que a diario se preparan 85 bebidas con nutrientes que ayudan al cuerpo a recuperar energía, desintoxicarse, alimentarse e hidratarse. “Nuestros clientes, por lo general, son personas jóvenes, que buscan mejorar el sistema digestivo, adelgazar o impulsar su salud”.
Flores señaló que para darle una orientación al cliente sobre cómo llevar un estilo de vida sano, está cursando una especialización en alimentación saludable.
Sin embargo, ella afirmó que recomienda a los consumidores consultar antes al médico sobre el tipo de jugo que deben tomar. “Les decimos que no somos médicos y que si tienen enfermedades como la hipertensión o la diabetes es importante que lo hablen primero con el doctor”.
Luego de la desintoxicación, la pareja crea un plan de alimentación saludable para el cliente. La presentadora de televisión Evelyn Celi los consume a diario. Ella señala que conoció el producto a través de las redes sociales y que le han ayudado como un complemento nutricional.
Flores explica que también se comercializan productos como la leche de almendras normal o saborizada con chocolate orgánico, que pueden consumir los niños y adultos con ciertas intolerancias.
Danilo Guadalupe y Karina Flores son los encargados de hacer más de siete tipos jugos, que combinan frutas con verduras y que ayudan desintoxicar y fortalecer el sistema inmune. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
Drink Me nació hace cuatro años, cuando la familia GuadalupeFlores decidió cambiar sus hábitos alimenticios.
Karina Flores recuerda que cuando se embarazó de su primer hijo sintió la necesidad de nutrirse adecuadamente, pero no toleraba las verduras. Así que tomaba jugos con alimentos como la sábila, naranja o alfalfa, que vendían en la calle. Pero se intoxicó.
Por eso, su esposo Danilo Guadalupe empezó a prepararle jugos con frutas y verduras. Luego, buscaron la ayuda de una nutricionista para que les recomendara verduras que tuvieran ácido fólico, que es una vitamina fundamental para el desarrollo de los bebés.
Flores continuó con los jugos, luego del embarazo y notó cambios en su digestión y también el sistema inmune se fortaleció.
En el 2016 decidieron ofrecer las bebidas a sus amigos y familiares. También las introdujeron en una cafetería que abrieron llamada DrinkMe, como los jugos. “Era importante tener un negocio para compartir tiempo en familia”.
La pareja empezó a investigar sobre las propiedades de los alimentos y sobre cómo mejorar el sabor y la duración de los productos naturales sin utilizar conservantes ni preservantes.
Los emprendedores descubrieron que en EE.UU. vendían una máquina llamada cold press (presión en frío), que permite obtener el zumo del producto sin que pierda sus nutrientes y de esa forma también se conserva el sabor y el olor de la fruta o verdura.
Flores señaló que se valieron de sus familiares, que viajaban a EE.UU., para adquirir las máquinas y utensilios en los que han invertido alrededor de USD 5 000.
La cafetería dejó de operar. Ahora, los jugos se preparan en la vivienda de la pareja y se entregan a domicilio cada mañana en casas, gimnasios e instituciones.
La jornada de trabajo se inicia antes de las 06:00 porque los jugos se preparan y envasan al instante, según las necesidades del cliente.
Ellos hacen entregas diarias ya sea de un jugo o también paquetes para su clientela. Uno de sus productos es el de desintoxicación para un día, que incluye seis jugos de distintos sabores, dos bebidas pequeñas (shot) con el sabor concentrado del jengibre, limón y manzana, que sirven para alcalinizar y energizar el cuerpo, y un sobre de té. Los paquetes se pueden consumir por tres y cinco días más.
Guadalupe señaló que a diario se preparan 85 bebidas con nutrientes que ayudan al cuerpo a recuperar energía, desintoxicarse, alimentarse e hidratarse. “Nuestros clientes, por lo general, son personas jóvenes, que buscan mejorar el sistema digestivo, adelgazar o impulsar su salud”.
Flores señaló que para darle una orientación al cliente sobre cómo llevar un estilo de vida sano, está cursando una especialización en alimentación saludable.
Sin embargo, ella afirmó que recomienda a los consumidores consultar antes al médico sobre el tipo de jugo que deben tomar. “Les decimos que no somos médicos y que si tienen enfermedades como la hipertensión o la diabetes es importante que lo hablen primero con el doctor”.
Luego de la desintoxicación, la pareja crea un plan de alimentación saludable para el cliente. La presentadora de televisión Evelyn Celi los consume a diario. Ella señala que conoció el producto a través de las redes sociales y que le han ayudado como un complemento nutricional.
Flores explica que también se comercializan productos como la leche de almendras normal o saborizada con chocolate orgánico, que pueden consumir los niños y adultos con ciertas intolerancias.
Danilo Guadalupe y Karina Flores son los encargados de hacer más de siete tipos jugos, que combinan frutas con verduras y que ayudan desintoxicar y fortalecer el sistema inmune. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
La música y el baile unieron a dos jóvenes de Tumbaco. Ambos se conocieron, se casaron y levantaron Wiñay Pakary, un emprendimiento que rescata la danza y la música tradicional andina.
Los dos emprendedores son Viviana Rodríguez y Armando Alomoto, quienes decidieron conformar un grupo de danza para niños desde los 5 años hasta jóvenes de 22 años. La idea surgió de la necesidad de enseñar a las nuevas generaciones sobre la danza y la música tradicional del Ecuador y de Latinoamérica.
Vivir del arte es complicado porque aún falta más cultura en el país. Sin embargo, estos dos apasionados del arte disfrutan de enseñar al grupo de niños y jóvenes.
Una clase de dos horas cuesta USD 10, es decir, 300 por semana. A esto se suma el costo de las presentaciones que es de USD 350. El show es completo, ya que incluye la música y la danza y tiene una duración de 40 minutos.
Los ritmos de la Sierra ecuatoriana o la saya boliviana son parte del espectáculo que brinda esta agrupación musical.
Pese a que la facturación no es alta, la inversión sí lo es porque los trajes para las presentaciones oscilan entre USD 90 y 200, explica Rodríguez de 29 años. “Brindamos un espectáculo de calidad”.
Esta agrupación ha recorrido varias provincias del país e, incluso, ha realizado presentaciones en el exterior como Colombia, donde participaron en un concurso regional.
Danila Mina es una de las integrantes del ballet. Ella decidió vincularse al grupo, ya que la danza es una forma de expresión maravillosa con la que puede liberarse y enseñar a los demás las actividades propias del país.
“Me gusta enseñar a mis compañeros sobre la importancia de la danza en nuestra vida”. Actualmente este grupo nacido en la parroquia rural de Tumbaco tiene 15 integrantes y se complementa con un grupo de música llamado Jicara, encabezado por Alomoto, esposo de Rodríguez.
El hombre recuerda que el emprendimiento surgió con la preparación de un desfile para las fiestas de la localidad. Rodríguez pidió a Alomoto que tocara en la presentación y ella bailó. “Fusionamos las dos cosas y surgió el grupo”.
Para esta pareja de ingenieros, los retos son grandes, ya que apostarán a potenciar su grupo. El objetivo es llegar a más personas con el arte que aprendieron desde jóvenes. Entre sus proyectos están conquistar otros países para mostrar lo mejor de Ecuador.
La agrupación está conformada por niños y jóvenes, que rescatan la música y la danza andina y de Latinoamérica. Foto: cortesía Wiñay Pakary
Un ecuatoriano y una estadounidense se unieron con un deseo: recuperar el arte en la parroquia Tumbaco, ubicada al oriente de Quito.
La historia de emprendimiento de Ann Formeller y Orlando Díaz comienza hace cuatro años, cuando apostaron a la elaboración de artesanías con productos típicos de la zona.
Los aretes, las cadenas y los collares con la pepa de aguacate son la especialidad de Formeller, quien es oriunda de Filadelfia (Estados Unidos). Ella aprovechó esta fruta típica de la localidad para transformarla en artesanías.
El proceso de elaboración de sus productos tarda cuatro o cinco días, ya que realiza de forma artesanal con una maquinaria regalada por su abuela. “El trabajo con las manos es importante, porque rescato lo que me enseñó mi familia en Estados Unidos”. Los precios de sus productos van de USD 9 en adelante y su inversión alcanza los USD 500.
Actualmente produce cerca de 200 pares al mes, que comercializa en ferias de la ciudad o en su taller ubicado en el centro de Tumbaco. Además, tiene en su cartera de productos tarjetas elaboradas en papel reciclado y plantas.
En el taller trabaja junto a Díaz, con quien comparte el gusto por el arte. Él es un artista local, que convierte la madera, el papel, el yeso y otros materiales en obras de arte, como paisajes en cortezas de madera o tallados de madera.
Lo importante es que esta pareja no solo ofrece su arte, del que ganan unos USD 150 mensuales, aproximadamente, sino que le apuestan por dar talleres a niños y adolescentes para promover la cultura en esta parroquia.
Es así como nace el Centro Cultural de Tumbaco, frente al parque central. En este espacio, la pareja ofrece talleres de pintura, arte reciclado, música y más.
Díaz comenta que la idea surgió de la necesidad de revivir las artes en la localidad. “Uno sobrevive con el arte y se trata de que otros compartan la misma afición”.
Este quiteño, quien desde niño vivió en Tumbaco, tiene obras desde USD 1 hasta USD 200. Los precios son módicos, pese a que se trata de productos de un artista, asegura el hombre.
El taller con mayor número de niños es el de música, que tiene como objetivo formar una orquesta para niños, que se llama Arco Iris de Colores. El profesor es Julio Guaccha, quien es docente y se encarga de 17 niños. Ellos tocan piano, guitarra, bongos y otros instrumentos. Además hay tres adultos que acuden a los talleres, que tienen un costo de USD 5.
“Los niños se motivan y dejan fluir su creatividad por medio de los colores, las melodías que interpretan, el modelado y más”, asegura Díaz. Las adecuaciones del Centro Cultural, los materiales y otras herramientas alcanzaron los USD 5 000.
Guaccha es quien se encarga de enseñar a los niños y adolescentes teoría musical y melodías. “La idea es que el curso sea gratuito y puedan acceder de forma abierta al taller”.
Carmen López tiene un niño de 8 años a quien le gustan la música y el dibujo. Ella optará por inscribir a su hijo en este espacio, con el objetivo de que aprenda nuevos conocimientos. “Es importante que los niños de hoy aprendan nuevos saberes y puedan desenvolverse frente al mundo”, asegura la mujer, quien es oriunda de Tumbaco.
La mayor parte de talleres se abre entre julio y agosto, por las vacaciones escolares de los estudiantes del sector.
Orlando Díaz y Ann Formeller son dos artistas que fomentan el arte en la parroquia de Tumbaco. Ellos venden sus productos y dictan talleres. Foto: Valeria Heredia / LÍDERES
La empresa estadounidense Burger King pagará los gastos de la boda a una joven pareja de Illinois formada por Joel Burger y Ashley King, cuyos hijos llevarán en sus apellidos el «linaje» de la multinacional de comida rápida.
Burger, de 24 años, y King, de 23, aceptaron la propuesta de la cadena de comida rápida, con sede en Miami, para patrocinar su boda el próximo 17 de julio en Jacksonville (Illinois). La pareja, que ha vivido toda su vida en la villa de New Berlin, con poco más de mil habitantes cerca de Springfield, la capital del estado, recibió con sorpresa este 6 de abril una llamada desde Nueva York vía Skype por parte de la multinacional. En ella, un vocero de la empresa les propuso correr con los gastos de la boda después de enterarse de que el compromiso se había anunciado con una foto junto al letrero de un restaurante de la cadena.
Los tórtolos se quedaron sin palabras y «pasmados» ante el anuncio, según declaró Joel al periódico The State Journal-Register, que fue el primero en reportar esta historia de amor. La pareja se conoce desde la secundaria y su historia se convirtió en viral en las redes sociales, con repercusión internacional que llegó a Inglaterra y Australia. «Esto fue cosa del destino. Ellos se encontraron, luego su historia nos encontró y estamos encantados de celebrarla», expresó un vocero de Burger King.
Burger King sustituyó los refrescos de los menús infantiles por leche desnatada, jugo de manzana y leche con chocolate semidesnatada.
Eran novios y él se lucía pagando la cena y el cine. Ella intentaba pagar al menos la propina pero él, galante, sacaba el efectivo antes de que ella pudiera siquiera buscar dentro de su bolso. Salieron durante semanas hasta que por fin los dos se animaron y se dieron el sí. Las semanas se convirtieron en meses y él comenzó a mirar como su cartera se vaciaba. Ella ya ni siquiera se esforzaba en poner una parte.
Los meses se convirtieron en un par de años y decidieron comenzar una vida juntos.
Él se lamentaba porque sus bolsillos estaban vacíos, pero veía cómo ella se compraba bolsas y se iba con sus amigas a comer.
El resentimiento se le empezó a anidar dentro. Creció y creció hasta que un día… decidió hablar, pero no lo hizo, sino que gritó, y las cosas no se pusieron divertidas. Basta de preguntarles a los vecinos de ambos.
No es una historia de terror, es una pareja que nunca habló de dinero. Él se quiso adornar en el noviazgo y ella se acostumbró; al juntar sus vidas, ninguno de los dos puso las cosas en claro y formaron parte de las estadísticas, porque desgraciadamente, el dinero es uno de los principales factores de pelea en las parejas.
De acuerdo con una encuesta realizada por PayPal, 60% de las parejas discute por esta razón al menos una vez al mes y en la crisis de 2009, por ejemplo, 54% enfrentó problemas relacionados con éste.
La economía lo explica
Es mejor platicar al respecto y poner las cosas en claro desde un inicio. Un estudio de la Universidad Estatal de Kansas encontró que las discusiones por dinero son el principal signo que prevé un próximo divorcio.
El análisis encontró que aquellas parejas que tuvieron más peleas por esta razón al inicio de su matrimonio estuvo insatisfecha más rápido.
Los tiempos han cambiado y con ello la asignación de roles y dada la economía, que los dos trabajen ya no suele ser una opción, sino que se convierte en imperativo.
Pero, ¿en qué proporción aportar? En este sentido, Paula Szuchman y Jenny Anderson, dos periodistas estadounidenses que se dieron a la tarea de analizar la economía en las relaciones de pareja en un libro llamado ‘El negocio del matrimonio‘, en que proponen una división de tareas y también de cuentas basada en esta ciencia social que resulta por demás clara.
Ellas se preguntan, ¿por qué la economía y no la aromaterapia para ayudar a tu matrimonio? La respuesta parece sencilla: «Porque la economía ofrece soluciones lógicas y desapasionadas para lo que, con frecuencia, pueden parecer disputas domésticas espinosas, ilógicas y muy emocionales».
En este libro buscan aplicar los principios económicos básicos para sacar el máximo provecho de los recursos y comparan al matrimonio -si no estás casado, aplícalo a la relación de pareja- con una empresa.
«El matrimonio es una empresa que prospera en los buenos momentos, pero que, en otros, es como correr un maratón a la mañana siguiente de una noche con demasiadas copas en el cuerpo. Más parece un trabajo», aseguran. Un trabajo que en una gran parte de las ocasiones se vuelve emocional.
El truco es potenciar los preciosos recursos que tienes y asignarlos de la manera más inteligente.
Ahora, ¿cómo lograrlo? Para explicar la división del trabajo, las autoras echan mano de dos de los economistas más estudiados y reconocidos: Adam Smith y David Ricardo, considerados padres de la economía moderna.
En su obra ‘Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza en las naciones’, Adam Smith sostenía que el secreto de la riqueza se basaba en una división del trabajo sostenida en la especialización, explican las autoras.
Aplicado al matrimonio, esto lleva a que la división del trabajo 50/50 quizá no es la mejor idea, porque aunque es algo que parece justo, los dos no tienen las mismas habilidades.
Esto lleva a pensar en David Ricardo, un economista británico que presentó la teoría de la ‘ventaja comparativa’, la cual explica que «no es eficiente que cada uno se ocupe de cada tarea en la que es bueno, sino sólo en aquellas en las que, en comparación con otras, es relativamente mejor».
Comunicación y transparencia
Se trata de que cada quién haga lo que le sale mejor respecto al otro y dividir el trabajo de una manera en que los dos se sientan a gusto.
Esta propuesta puede aplicarse tanto a deberes del hogar, como a la división del dinero y a la relación entre ambos para evitar enojos y pleitos.
Pero para lograrlo, se necesitan dos ingredientes clave: comunicación y transparencia.
Hay un término que se ha manejado para denominar la falta de éstas y es «infidelidad financiera«.
Un botón de muestra: en Estados Unidos, de acuerdo con una encuesta realizada por el National Endowment for Financial Education, 31% de los que suelen combinar sus finanzas con su pareja la ha decepcionado en este tema al haberles escondido dinero, compras o cuentas de banco.
El impacto en la relación fue importante: uno de cada cinco reconoció que esto causó que la confianza disminuyera y 16% reconoció que esto derivó en el divorcio.
«Cuando nos casamos, la billetera no se queda fuera del altar. No deben existir secretos financieros», asegura Javier E. Angulo en el libro ‘Lo tuyo, lo mío y lo nuestro: Para que el dinero no sea un problema en casa’.
En cuanto a la comunicación, hay varios elementos que tienen que saber ambos: cuánto ganan, cuánto gastan individualmente y cuánto están gastando en pareja, asegura Sandra León, coordinadora de educación financiera del Museo Interactivo de Economía (MIDE).
«La comunicación en la pareja es muy importante, en temas de dinero, no hay nada que se pueda omitir, porque por eso resultan los problemas a futuro y en función de estas tres preguntas vamos a poder ir midiendo la carga de dinero que va a aportar cada uno», explica León.
Muchas veces uno gana más que el otro y algunas situaciones pueden ser injustas, pero por eso es necesario que se comuniquen y que encuentren el mejor escenario posible para ambos, aún si esto implica no dividirlo a la mitad, como podría parecer más justo.
Cada uno tiene sus propios gastos y es necesario que hagan cuentas de sus propias necesidades para que cuando quieran planear los gastos que hacen entre los dos, tengan la cantidad suficiente para destinarla a cada rubro.
Esta planificación es sumamente importante. ¿Cuáles son sus gastos fijos? Luz, agua, renta y demás cosas que hay que pagar de la casa, por ejemplo.
Estos gastos son inamovibles, así que si desean planear cada uno por su parte, primero hay que considerarlos.
Seguramente hay planes que quieren llevar a cabo juntos, así que es recomendable implementar una especie de caja de ahorro para ello, explica la experta del MIDE.
Si se viene alguna fecha importante, tener este dinero guardado ayudará a que ninguno de los dos tenga que dar el tarjetazo para salir del paso.
«Si se les está antojando hacer algo espectacular, platiquen y destinen una cantidad para ello», explica León.
La parte que les corresponde tiene que venir contemplada en el presupuesto de cada uno.
A pesar de toda esta planificación, seguramente pasarán por momentos económicamente duros y que atenten contra su futuro financiero, asegura Sheri Stritof, experta en matrimonio en el sitio marriage.about.com.
La infidelidad financiera se refiere a la carencia de comunicación y transparencia en la pareja. Foto: Christian Escobar/ EFE
En diciembre se conmemora la fundación de Quito y uno de los actores de las fiestas son las chivas. Estas son vehículos de transporte que se usan en áreas rurales del país. Pero en diciembre las chivas se adaptan para ser parte de las fiestas.
Desde finales de noviembre de cada año, estos vehículos realizan recorridos y a ritmo de banda de pueblo ponen a bailar a los quiteños y a los turistas.
Esa algarabía llamó la atención de Diego Artunduaga en 1996. Él era estudiante de medicina y necesitaba un ingreso extra. Él y su esposa Sarita Garcés pensaron en comprar una chiva y ofrecer los recorridos. Entonces, para mediados de 1997 reunieron 20 millones de sucres (USD 5 000 al cambio de le época) y adquirieron una chiva, fabricada en Manabí. Así nació La Chiva de Mi Pueblo.
Para diciembre de ese año, luego de una pintada y una ‘maquillada’, la unidad salió a trabajar. En esas fiestas de Quito, según Artunduaga, recuperó la mitad de su inversión (10 millones de sucres, USD 2 500 al cambio de la época). Para 1998, ya con la experiencia del año anterior, decidió colocar la información de su negocio en las páginas amarillas y alquiló tres unidades más, también desde Manabí.
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Hoy, el emprendimiento tiene 10 unidades propias, de las cuales siete circulan en Quito, dos en Guayaquil y una en Santo Domingo. Siete son chivatecas que es el servicio preferido por los clientes (de cada 10 pedidos, 8 prefieren la chivateca). ¿Y qué es una chivateca? Es un vehículo sin asientos con una plataforma en la que se arma la fiesta con luces, música de banda o discomóvil.
Artunduaga explica que la modificación de cada unidad representó unos USD 30 000. Las chivas fueron remodeladas. Además, se les cambiaron los frenos y se colocaron seguridades en la parte superior de las unidades.
Al mes, el emprendimiento tiene unos 40 contratos. Eso permitió que el año pasado facture unos USD 170 000. El principal problema del negocio es la falta de permisos para la circulación de las unidades. Para cada contrato, el matrimonio Artunduaga Garcés gestiona en el Municipio de Quito un permiso de circulación, que cuesta USD 50. Por esa razón, según Garcés, han pensado si seguir o no con la tradición quiteña o buscar otros mercados en el país.
David Monje contrató el año pasado el servicio por su cumpleaños. Contrató una chivateca y el recorrido fue por la zona de La Mariscal y en Centro Histórico de Quito. “El servicio fue perfecto”.
Otro cliente fue Irene Cadena. En la chivateca celebró su despedida de soltera. A ella y sus amigas le obsequiaron pitos, sombreros y canelazos- “Fue superchévere. Bailamos reggaetón, salsa, merengue y la buena banda de pueblo”.
Datos de las chivas
Turismo. El emprendimiento tiene una chiva pequeña que recoge a los clientes en los hoteles. Es para grupos que no superen las 10 personas.
Los recorridos. Las unidades se trasladan a todas las ciudades del Ecuador. Han viajado a Ambato, Guaranda, Riobamba, Puyo, Shell. Allí, sus principales clientes son los municipios de las localidades.
Karina López recuerda que hace dos años, Jorge Jaramillo le pidió que fuera su esposa y le entregó un anillo de oro blanco, de 18 kilates. Antes de que esto suceda, Jaramillo le solicitó a Aldo Guayasamín, diseñador de joyas, que elabore una pieza para esa ocasión.
A partir de ese hecho, este matrimonio se convirtió en cliente de Aldo Guayasamín Diseños y Joyas, un emprendimiento que lleva siete años en el mercado.
Guayasamín comenta que combinar y fundir metales es su pasión y oficio. Por medio de esta actividad, él manufactura aretes, collares, pulseras, anillos portarretrato…, en materiales como plata, oro, cobre, bronce, latón, entre otros.
Este quiteño de 27 años instaló su taller en su casa ubicada en Nayón (nororiente de Quito); su nombre y apellido se convirtieron en la marca para comercializar sus creaciones plasmadas en joyas. El emprendimiento lo inició en 2005, junto a su esposa y socia Soledad Velasco.
Pero el origen de este negocio se remonta cuando Guayasamín tenía 18 años de edad y decidió viajar por Latinoamérica. Su objetivo, como él mismo lo indica, fue “encontrarse consigo mismo”.
Luego de su travesía por la región llegó a Guaraparí, estado de Espíritu Santo en Brasil, en 2002. Ahí aprendió la orfebrería. Esta actividad le ayudó a permanecer en esa nación durante unos tres años.
De regresó al país, en 2005, conoció a su esposa, quien estudió en España un curso de repujado en metales (una rama de la orfebrería). En esa época juntos invirtieron aproximadamente USD 7 000; con este monto compraron herramientas y materia prima. Ahora tienen una facturación mensual entre USD 650 y 850.
Guayasamín comenta que decidieron crear la marca con su apellido, debido al reconocimiento que este tiene en la sociedad ecuatoriana. Él define su público como hombres y mujeres entre los 22 y 70 años, de clases media y media alta.
La realización de las joyas le puede tomar desde unas cuatro horas, en casos de piezas básicas; o inclusive, seis días para diseños complejos. El proceso conlleva trabajar en aleaciones de metales, realizar diseños, incrustar piedras preciosas, etc.
Los precios de las obras varían de acuerdo con el metal con el que las elabora. Se ubican entre los USD 15, si es de latón, por ejemplo; hasta pueden costar 1 800, cuando son de oro blanco, con diamantes que se importan desde Rusia.
Liliana Hallo, diseñadora de interiores, cuenta que encontró a Aldo Guayasamín Diseños y Joyas en la feria Alaja, que se realizó hace tres semanas en el Centro de Arte Contemporáneo, en Quito. Ella destaca la diversidad de modelos. En esa ocasión compró unos aretes y anillos de plata que le costaron unos USD 70.
Mientras que Bernarda Pérez, consultora para un organismo internacional, realizó un pedido de manufacturación de un anillo en oro blanco. Pérez sostiene que le brindaron asesoría completa y que quedó satisfecha con el trabajo final. Por la joya pagó unos USD 800.
En el Ecuador más del 50% de los créditos aprobados son para microempresas cuyas propietarias son mujeres. El dato indica que invertir en ellas puede crear un espiral importante de desarrollo y riqueza para el país.
Sin embargo, las mujeres que emprenden enfrentan un obstáculo social: la violencia. El estudio ‘Los costos e impactos económicos de la violencia para las empresas y microempresas‘, encargado por la agencia de Cooperación Alemana a la Universidad San Martín de Porres (Perú), revela datos como que en Ecuador, 50 de cada 100 propietarias de microemprendimientos han sido víctimas de violencia por parte de sus parejas. Esta situación, a más de ser un problema social, genera pérdidas económicas a las microempresarias y a sus negocios. Viviana Maldonado, coordinadora nacional del Programa Regional Combatir la violencia hacia la mujer (ComVoMujer), de la Cooperación Alemana, explica qué ocurre cuando la violencia llega a los emprendimientos.
¿Cómo surge el estudio ‘Los costos e impactos económicos de la violencia para las empresas y microempresas’? El estudio nació en Perú el año pasado. Se habló con gerentes y colaboradores de cerca de 200 empresas medianas y grandes para mirar cómo incide en el sector productivo la violencia que sufren las mujeres.
¿Qué se detectó con el estudio? El estudio en Perú nos mostró índices de la problemática de la violencia y su efecto en la productividad de las empresas. Se advirtieron factores como el ausentismo y el presentismo, es decir cuando las mujeres que están afectadas van al trabajo, pero no rinden. En Ecuador se decidió hacer el mismo estudio, pero enfocado en microempresas. Se escogió ese segmento porque contamos con el apoyo de la Cámara de Comercio de Quito. En este gremio se advirtió que las socias se atrasaban en el pago de sus cuotas a la Cámara. Se pensó que la violencia podía estar afectando a las microempresarias. Se indagó y se encontró que existían negocios que cerraban por problemas de violencia de pareja.
¿Pero en principio se manejó a la violencia de pareja solo como una hipótesis de la Cámara de Comercio? Exactamente. Por eso empezamos a trabajar con la Cámara de Comercio (CCQ) y Market para ver qué pasaba con las socias. Entonces detectamos que casi el 60% de esas 800 socias es víctima de la violencia de pareja.
¿Ese porcentaje se puede repetir en otros sectores productivos, más allá de las microempresas asociadas a la Cámara? Claro. Lo que hicimos con la CCQ y Market fue utilizar los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos sobre relaciones familiares y violencia de género contra las mujeres, así como datos del Censo Económico del 2010. A eso se sumó la información que obtuvo un equipo de la Universidad San Martín de Porres. Así logramos el estudio que ahora se hace público.
¿Los gremios productivos tienen alguna responsabilidad en este problema? Las cámaras de la Producción son un sector importante que se puede involucrar para mirar y analizar lo que dice el estudio. Todo emprendimiento permite desarrollo y su impacto en la economía del país sería mayor si se toman en cuenta factores como el papel de las mujeres emprendedoras que sufren violencia. Con el estudio tratamos de incentivar que la empresa privada acceda a datos crudos y duros, y que sepa lo importante que es invertir en mujeres, tanto en sus emprendimientos así como en la prevención de violencia. Esta realidad genera una brecha que además incide en los costos de una empresa. Se pierde tiempo, dinero y se generan costos para las microempresarias, para los emprendimientos, para los gremios que las asocian.
¿En el estudio se detectaron iniciativas públicas o privadas que aborden la violencia entre parejas y que incidan en la economía? En Ecuador se está trabajando con la CCQ. En Perú se está trabajando en el tema con firmas de sectores como el farmacéutico o el pesquero. El estudio de Perú demuestra que el agresor también genera costos para la empresa en la que trabaja. Esto ocurre porque quien agrede a su pareja pide permiso para acompañarla en sus tratamientos en hospitales, lo que ocurre por un sentimiento de culpabilidad. Pero también utiliza su tiempo para acosar a su pareja. Y las horas que deja de trabajar implican costos para la empresa. En países como Canadá, por ejemplo, existen terapias que las paga la empresa y el Estado.
¿En Ecuador también se reparte el costo de la violencia de pareja entre la empresa y el Estado? El costo se asume aunque no directamente. Además esta situación, que es real, aún no se evidencia ni para el Estado ni para la empresa privada. No se ha calculado cuanto le cuesta al Estado, pero sí es un costo. Por ejemplo, las denuncias en juzgados representan gastos que a la final los asume el Estado. Entonces vemos que la violencia de pareja es un costo para la empresa y para el Estado.
El estudio en Ecuador está enfocado en la microempresa. ¿Saben de casos de violencia en otros sectores productivos? También trabajamos con el sector floricultor, que tiene un importante porcentaje de mano de obra femenina en el área rural. Trabajamos con cerca de 18 floricultoras y detectamos que el 56% de esa mano de obra ha sufrido violencia con su pareja. También existen estudios con el sector maderero.
¿Luego de este estudio qué se puede esperar en el sector privado y el público? Esperamos que más empresas puedan tener esta información y que tomen acciones como parte de su responsabilidad social. Mientras más se previene se logran mejores resultados y las microempresas y las empresas pueden crecer. Queremos motivar a que las empresas inviertan en prevención de violencia de género porque van a obtener mayor productividad y rentabilidad. Se requieren programas sencillos y de bajo costo.
¿Qué tipo de inversión se necesita? Capacitación interna, atención a socias de gremios, que sepan cómo direccionar este problema. Así se generan herramientas para que las mujeres tengan mayor capacidad de decisión sobre sus negocios y sus finanzas. Esto porque el estudio demuestra que la violencia no cesa a pesar de que la pareja se separa. Siete de cada diez mujeres emprendedoras separadas siguen sufriendo violencia por parte de su expareja. En ocasiones la situación es mucho más intensa y peligrosa.
VIVIANA MALDONADO
Cargo actual. Es coordinadora nacional del Programa Regional Combatir la violencia hacia la mujer, ComVoMujer, de la Cooperación Alemana-GIZ.
Experiencia. Fue asesora técnica del Consejo Nacional de las Mujeres. Ha realizado y dictado varios cursos a nivel nacional e internacional, sobre Género y derechos de las mujeres.
En las aulas. Tiene una maestría en Género y Desarrollo. También se desempeña como docente de la Universidad Politécnica Salesiana