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  • Los vehículos pasan sus pruebas

    Sofía Ramírez (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Máquinas para revisar la potencia de los automóviles es el eje principal del negocio de Leal Importaciones. Esta empresa familiar, constituida en 1983, se dedicaba a la importación de maquinaria para industrias petroleras y otros servicios.

    Sin embargo, desde hace 13 años puso sus ojos solo en el sector automotor. Desde entonces, se dedica a la importación de estos equipos para el chequeo de vehículos.

    Esta importadora no solo se concentra en traer al Ecuador estas herramientas especializadas; el servicio posventa, en cuanto a mantenimiento y capacitación, también es un soporte de la compañía dice Eduardo Albán, presidente de Leal Importaciones.

    La idea de ingresar con este tipo de máquinas surgió en el 2003, cuando en Quito, Cuenca y Guayaquil se inició el proyecto de los centros de revisión vehicular. “Vimos la necesidad de buscar fabricantes de estos equipos, para cubrir este requisito”, explica el Presidente de esta empresa.

    Por eso, sus ejecutivos se pu­sieron manos a la obra, y desde Ecuador empezaron una investigación previa acerca de las firmas que pudieran proveer dicha maquinaria. Cuando ya tuvieron completa la información y realizaron los contactos, suscribieron alianzas y se convirtieron en representantes de marcas como la alemana Maha, y otras como Challenger Lifts e Istobal.

    En ese mismo año, la empresa importó un total de 25 líneas de revisión técnica vehicular, para equipar los seis centros en Quito. Este proyecto fue el ‘primer cliente’ de Leal Importaciones.
    Ricardo Ganchala es el gerente de mantenimiento de la compañía Danton y Consorcio Itls. Estas firmas son las que manejan los seis centros de revisión técnica vehicular en Quito, desde el 2003. A su vez, tienen un contrato público-privado con el Municipio quiteño.

    Para equipar los centros, el Cabildo realizó ese año un concurso público y Leal Importaciones se adjudicó el contrato. Con la firma del convenio, el proveedor equipó los seis puntos de revisión con máquinas Maha. En el 2015 se renovaron equipos, pero Ganchala no precisa cifras de inversión.

    El representante de mantenimiento de estos seis centros de revisión explica que desde su gestión en el 2010, el servicio de Leal Importaciones se ofrece en la asistencia técnica desde la fábrica, para el respectivo mantenimiento y el continuo monitoreo.

    La estrategia de Leal Importaciones para ganar mercado se sustenta en el servicio posventa.
    Albán señala que desde que la empresa arrancó con esta línea de negocio se tuvo la necesidad de planificar un cronograma anual de mantenimiento para los clientes.

    Las investigaciones de mercado que realiza la empresa y la presencia de Leal Importaciones en ferias en Europa, Brasil y EE.UU. por ejemplo, ayudaron a consolidar nuevos contactos con firmas como Challenger, Hoffmann, Istobal, Kxtion, para ampliar el portafolio de proveedores.

    En el país, además de tener como clientes a concesionarios privados de automóviles, también trabaja desde hace cinco años con universidades públicas y privadas que dispongan de un programa de estudios relacionados con el sector automotor. Entre ellas están la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), la Universidad Técnica del Norte (UTN), la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) de Cuenca, entre otras entidades.

    Andrés Urbina, responsable del laboratorio y proyectos de investigación del Centro de Transferencia Tecnológica para la Capacitación e Investigación en Control de Emisiones (Ccicev), de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), explica que la empresa importadora instaló tres líneas de revisión vehicular en este laboratorio, en el norte de Quito.

    Estas máquinas, además de ofrecer servicio a clientes externos, también sirven para que estudiantes puedan realizar sus trabajos de tesis en pregrado. Este año, Leal Importaciones realizará el montaje del primer laboratorio de emisiones vehiculares en ciudades de altura en el país, que se ubicará en el centro de revisión de la EPN ubicado en San Bartolo, en el sur de la capital.

    Las máquinas que se instalarán permitirán la homologación de todo auto que ingrese al mercado nacional, con los parámetros que establecerán las autoridades estatales de control. Esto se realizará con pruebas de potencia y de emisiones de gases contaminantes.
    Para este proyecto, la empresa invertirá USD 1,8 millones.

    Los planes de expansión para esta compañía en la agenda del 2016 serán establecer contactos y acuerdos con los municipios del país, que ya tienen a cargo, la competencia de la revisión vehicular como Ibarra, Manta, Loja, entre otros, y en la Sierra Centro.

    La disposición de que los gobiernos autónomos descentralizados asuman esta responsabilidad fue asignada a través del Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad).

    Con esta nueva oportunidad de negocio, la firma tiene planeado implementar 20 líneas de revisión técnica vehicular en por lo menos cinco municipios. Además, dentro de sus proyectos de expansión, sus ejecutivos analizan la posibilidad de abrir oficinas en la Sierra Centro, sin especificar una ciudad todavía, además de las que tienen en la capital y en Guayaquil.

    Hace un mes, Leal Importaciones también obtuvo la certificación ISO 9001, que les de el aval de calidad en todos los procesos internos de mantenimiento en procesos medioambientales.

    Eduardo Albán es presidente de la empresa Leal Importaciones. Ellos traen máquinas para la revisión técnica. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Eduardo Albán es presidente de la empresa Leal Importaciones. Ellos traen máquinas para la revisión técnica. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • En su taller los diseños pasan del papel a las camisetas

    REDACCIÓN QUITO

    La creatividad de Luis Cobo, un diseñador gráfico de 33 años impresionaba a sus amigos. Tanto, que ellos querían sus dibujos en sus camisetas. Por ello, comenzó a realizar sus creaciones en papel ‘transfer’, para que sus amigos pudieran estampar sus gráficos en sus prendas, a su gusto.

    Gracias a las primeras camisetas, los diseños de Cobo se hicieron conocidos, y no solo los amigos querían tener una. Por ello, al conocer el éxito que tenía su iniciativa en su círculo social una amiga le dijo: «¿Por qué no dejas de ser shunsho y sacas a la venta tus camisetas?». Gracias a ese cuestionamiento nació el nombre para su marca: Shunshoo, que buscaba reflejar moda con diseños auténticos, buena calidad y hecho en Ecuador.

    Su primera colección, que se presentó en el 2007, tuvo cuatro modelos para hombre y mujer. La comercialización era directa y la promoción se basaba en recomendaciones a amigos y conocidos.

    Pero no fue hasta el año pasado que decidió dar un nuevo impulso a la marca. Por esta razón, se unió al proyecto María José Cardona, profesional en marketing y temas financieros. En agosto del año pasado, Shunshoo presentó su nueva colección. Los socios invirtieron USD 2 000 para confeccionar 200 camisetas.

    La manufactura se realiza en pequeñas empresas textiles de Quito, al igual que el estampado. Mientras que la promoción se la realiza por medio de redes sociales como Twitter y Facebook.

    Actualmente, al mes esta iniciativa vende un promedio de 13 camisetas. La distribución es directa y también la comercializan en el bazar Messklan, en el norte de Quito. Y la facturación mensual bordea los USD 320, en promedio.

    Cardona y Cobo, definen a su público objetivo como jóvenes de clase media, universitarios, a los que les gusta la moda alternativa. Por ejemplo, uno de sus clientes desde que inició el emprendimiento son los integrantes de la banda de pop-rock Revés.

    Eddy Zumárraga y Andrés Noboa, integrantes de esta agrupación quiteña, señalan que las camisetas de Shunshoo les dan el «estilo y la imagen» que necesitan. Siempre las usan en sus presentaciones. y gracias a ello, se han sumado nuevos clientes.

    Uno de ellos es Alberto Pérez. Este estudiante universitario comenta que cuando las vio le llamó la atención su diseño «fuera de lo común», por ello adquirió dos. «Es buena la calidad del estampado y de la tela».

    En esto coincide Paula Molina, quien compró tres camisetas a principios de este año. «La tela es de buena calidad y los diseños muy originales».

    El producto

    El empaque.  Las camisetas se venden en un envase de lata, que tiene una etiqueta de la marca.

    El precio. Cada unidad se comercializa a USD 25, tanto los modelos para hombre como para mujer.