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  • El regalo perfecto para cinco tipos de padres

    Diario El Comercio de Perú

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    Dar con el regalo indicado puede ser una tarea difícil. Más aun cuando es para una persona especial. Ya sea porque estaba esperando el fin de semana, un tiempo libre, la quincena o porque simplemente no tiene idea de qué regalar.

    Si aún no ha llevado a cabo sus compras por el Día del Padre, esta nota pretende guiarlo en la búsqueda del regalo perfecto para cada tipo de papá.

    El futbolero
    Puede ser un clásico, pero lo cierto es que muchos de nuestros padres o esposos aman el fútbol. En ese caso, regalar una camiseta de su equipo favorito siempre será una buena opción.

    Otra excelente opción dada la temporada de Copa América sería regalar la camiseta de la selección.

    El constructor
    Si nuestro padre gusta de destornillar y reparar los muebles de la casa, una caja de herramientas o un buen taladro son la opción.

    El elegante
    En esta categoría podrían entrar regalos como perfumes, billeteras o correas. Así como también prendas de vestir.

    El lector
    Aquí las opciones son diversas y dependerán de los temas preferidos de cada papá. Sin embargo, rescatamos recientes novedades como ‘Los cuentos de la peste’ de Mario Vargas Llosa o ‘Creatividad’ de Ed Catmull, libro recomendado por Bill Gates en el que se cuenta la historia de innovación de Pixar.

    Si más bien prefiere ver libros de fotos, recomendamos ‘Los tesoros fotográficos de los Rolling Stones’.

    El friki
    Si su papá no hace más que hablar de ‘Star Wars’, gusta de coleccionar muñecos o se ha leído todos los libros de ‘Canción de hielo y fuego’, usted tiene un papá friki. 

    El juego de mesa de Juego de Tronos o Battles of Westeros serían buenas opciones para aquellos que no solo gustan de los juegos de mesa, sino que son asiduos a los libros o a la serie de televisión.

    Un buen regalo para el padre 'elegante' es una billetera. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.
    Un buen regalo para el padre ‘elegante’ es una billetera. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.
  • ¿Existe el lugar perfecto para trabajar?

    Arturo Castillo / Motivador y Prof. De Técnicas Psicorrelajantes Arturo.castillo@catarsis.ec

    Quienes buscan ‘el mejor lugar para trabajar’, se lo imaginan, probablemente, como un paraíso, donde todo lo que hay que hacer es disfrutar, porque ya todo está hecho. Visualizan jefes perfectos, compañeros de trabajo superprofesionales, linda gente.

    Están seguros de que los beneficios deben ser abundantes, con sueldos generosos, con políticas de estímulos sin igual; con planes de carrera concebidos para que los trabajadores alcancen el éxito. En fin, están convencidos de que ese ambiente laboral envidiable espera por ellos. Estos soñadores no están conscientes de que esa ‘tierra prometida’ exige niveles de compromiso, de responsabilidad, más allá de lo que están habituados. Ignoran que el mejor lugar para trabajar se lo construye cada quien, con una conducta activa, madura.

    Piensan, consecuentemente, que la responsabilidad recae exclusivamente en la empresa, que los trabajadores son beneficiarios pasivos del buen ambiente laboral. Obviamente, se establecen parámetros generales, principios de convivencia, procesos administrativos, normas de conducta; misión y visión, una filosofía organizacional. Se respetan las normas legales, se tiene vocación social, se prioriza al ser humano por sobre el afán de ganancia.

    Todo aquello, sin embargo, constituye el esqueleto, el aspecto formal de una organización. Lo que la sustenta, en realidad, es el espíritu humano, quienes se esfuerzan cada día, que brindan lo mejor de su talento, su precioso tiempo, a veces a expensas del bienestar de su familia. Sin esos elementos, se trata simplemente de un ente que realiza actividades comerciales, que ofrece y recibe servicios.

    Aquello de ‘el mejor lugar para trabajar’ es algo que expira todos los días, que empieza cada mañana y se prolonga hasta el cierre de la jornada. Es una conducta consistente, una cultura organizacional incluyente, que funciona como un eje que lo atraviesa todo. Parte del directorio e inspira a todos los colaboradores.

    Los ejercicios estadísticos, la determinación matemática del mejor lugar para trabajar, no siempre hacen justicia a la realidad; por eso deben relativizarse. El rostro que la empresa muestra debe guardar correspondencia con los hechos, con lo que ocurre puertas adentro. Una dosis razonable de imperfección sienta bien incluso a las empresas consideradas excepcionales; evita que envanezcan.

    “El rostro que una empresa muestra  debe guardar correspondencia con los hechos, con lo que pasa puertas adentro”.

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